Vengo del futuro cercano para contarles que una lluvia radioactiva caerá sobre el culo del mundo y sus habitantes quedarán con el aspecto de mogules peludos y enojados.
Los seres que nos habitan suelen ser pensamientos que merodean por muchas líneas pasajeras. Son tantas las palabras que se acumulan, hay tanta melancolía pegoteada de tiempos que se parecen a este, que los cronocratores no tienen más remedio que guardarlos en botellas. Se apilan con descuido, esperando el rescate o el olvido.
Mi neurodisidencia se compone de redondeces neuronales. Tratan de hacer sinapsis e imprimir imágenes. Son espejos de cavilaciones sobre falsedades, adaptaciones inútiles y otras yerbas.