“No quiero que me extrañes como algo que duele sino como algo que llena. No soy algo que te falta, soy algo que tienes y, que siempre, de algún modo, tendrás.”
Nuestra primera cita fue el 24 de septiembre, en un café. Domingo no recuerdo la hora porque justo un día antes tuve una fiesta de esas devastadoras. Me llamó la atención su forma tan segura de hablar, la forma en la que me describía a tan solo haberme visto una vez.
De ahí continuaron las citas, los mensajes iban y venían llenos de besos y corazones, pasando más tiempo juntos. Realmente no me dí cuenta en que momento empecé a sentir algo más, ni siquiera ahora puedo describirlo de una manera clara, no sé si es amor, compañía, cariño.
En algún punto de la cuarentena me fui a vivir a su casa, según yo “solo temporal”. Y estoy casi segura que ahí fue donde todo se empezó a romper. Ya no había besos y corazones, ya no había los buenos días amorosos, ya todo eran discusiones y malos entendidos, después de que todo parecía ser de lo más normal, empezó lo controlador, al punto de molestarse conmigo por no atender una llamada. Ahora que lo escribo se ve mas absurdo, si un persona no responde el celular ¿realmente hay un trasfondo? ¿O es que de plano en estos días estamos obligados a permanecer atados a los aparatos tecnológicos?
Y es así como no sé de él desde el 7 de mayo, lo sé, son solo tres días, pero es que cuando ya compartiste tantos días y sus noches con una persona se hace mas difícil una separación.
Me hace pensar que los hombres realmente no tienen sentimientos, o simplemente se intercambiaron los papeles y ahora solo están ahí sentados esperando que llamemos y pidamos disculpas por algo que no hicimos o por cosas que creen que solo debemos hacerlo. Sé que inicié este texto muy emotiva, pero lo escribo para que haya un testigo, para que haya un recuerdo, -Esta vez no lo voy a buscar, esta vez no seré yo quien salga corriendo a pedir disculpas, así muera de miedo, así me cargué la ansiedad y sienta que el mundo se me hace pequeño al paso de las horas, no lo haré, no pretendo ir a buscar a alguien que no puede dejar su orgullo de lado. Ni él ni yo merecemos ser tratados de esta forma, merezco amor, respeto, tiempo de calidad, ser valorada y ser tratada de manera cordial.
Tengo treinta días para sacarlo de mi vida, vamos en el 4/30.
Cuente que yo soy el villano y el héroe fue quien gano
Cuéntale los cuentos donde el villano transformo su amor en heridas, cuenta cuantas veces intento salvar a su amada para que al final ella se fuera de su orilla.
Cuente que el villano fue quien llenaba de fuego la cama y de caricias el alma, por intentar corromper su cuerpo y caer en mil pasiones.
Cuente que el villano no dormía durante la noche buscando la manera de llegar a su vida, por intentar suspirarle al cuello mientras sus brazos la abracen.
Cuente cuantas veces el villano fue quien bombardeo a besos la casa, tratando de buscar lo más valioso de la vida, un día junto a su amada.
Cuente que el villano fue quien intento ser héroe y aún cuando estaba apunto de salvar el día ella lo lastimo.
Cuente que el villano cayo en el llanto más de una noche intentado comprender el dolor.
Cuente cuantas veces incendiaba la pasión de navegar en su cuerpo y marcarla hasta no tener compasión, hasta intentar complacer sus deseos y unirnos una noche en una sola fusión.
Cuente que el villano fue quien cayo en la oscuridad por amar.
Llega el momento, en la vida de cada uno de nosotros, en el que tenemos que decidir qué es lo que realmente queremos hacer con nuestras vidas. Un momento en el que la decisión más importante se postra frente a nosotros y tenemos que elegir entre lo que queremos ser o entre lo que se nos ha dicho que debemos hacer por el tiempo que hemos estado creciendo… [seguir leyendo]
Esta noche me siento mal, al parecer finalmente me di cuenta que te tengo que dejar ir para yo poder ser feliz. Fuiste la razón de mis sonrisas bobas, de mis suspiros secretos y de mis deseos más profundos, pero te tienes que ir porque yo ya no puedo más, me estoy rompiendo a causa de tu frialdad. Quiero a alguien que me llene no que me rompa y ese alguien no eres tú, me tomó mucho tiempo el darme cuenta de que no somos ni seremos compatibles nunca, es algo que debería desilusionar pero muy dentro de mí ya lo sabía simplemente no lo quería admitir.
Ahora después de tanto daño que me hiciste, tanto sufrimiento, amor, angustia, frustración y ansiedad que me hiciste pasar eres libre de irte de mi vida, no vuelvas con tus ojos color miel y tu sonrisa que enamora porque no quiero volver a llorar por ti.
Cada día encuentro nuevas formas de sentirme culpable, creo que tengo un talento especial para ello. Si hice porque lo hice, si no lo hice porque debí hacerlo; si hablé porque debí callar, si callé, porque quizá debería haber hablado. Pues hoy he decidido dejar de sentirme CULPABLE. En su lugar prefiero sentirme RESPONSABLE, que es básicamente lo mismo pero asumiendo los errores cuando los haya en lugar de castigarme de antemano. La culpa para las religiones antiguas o para los tribunales. Así que lo siento Culpa pero a partir de ahora puedes dejar de seguirme, que ya continúo yo solo el viaje.