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Me gusta un chico que tiene novia, por cuestiones de trabajo últimamente pasamos tiempo juntos. Y me gusta más. La sensación de no ponerme nerviosa, de que me guste lo poco que me muestra y las acciones que toma, me hacen pensar que quiero estar con una persona así.

De alguna forma me doy cuenta de que este sentimiento que empecé a desarrollar por él me indica que he madurado y que se lo que quiero para mí. Que el me guste solo me abre los ojos a todo lo malo que soporte antes, que he cambiado y tengo un concepto más sano de lo que es una relación y de lo que quiero en una persona.

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Anoche sentí que esta vez no debo buscar el amor, sentí calma y paz como si algo me dijera que la persona correcta llegara cuando esté lista.

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Este muro es un recordatorio constante de lo mucho que necesitaba ir a terapia. La mierda te supera muchas veces y siempre que te levantas crees que tienes el control de nuevo. Hasta que te quiebras otra ves.

Tengo casi 9 meses o más acudiendo a terapia y me siento tan diferente. Es muy cansado, pero es necesario para sanar. Debes librar batallas internas una y otra vez, hasta que decides cuando es suficiente de ello. Gracias tumblr por dejarme tener mi espacio de desahogo emocional.

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No te pude salvar

No sé por donde empezar, comenzare diciendo que te conocía hace 6 años. Al principio no nos llevamos bien y te empeñabas en decirme que no te importaba nada sobre mi, que me hablabas por el bien de una persona en común y a quien querías, por todos los medios, que cuidara porque siempre fue valioso para ti.

Durante algunos años pensé en que había hecho un buen trabajo y más de una ves me lo reconociste, comencé a sentir por ti un afecto curioso. No era amor, pero fue un pensamiento fugaz que me decía: Algo va a suceder entre nosotros. Porque sabía que con nadie más hablabas como lo hiciste conmigo. Tenías miedo de que te juzgaran tus amigos, de que dijeran que eras un débil, pero conmigo sentías la libertad de expresarme uno que otro sentimiento que estaba en lo profundo de tu corazón. En aquel entonces no sabes como volcaba eso mi corazón y te sentía cercas, valioso y alguien a quien quería proteger a mi manera. Por supuesto, nunca diste crédito a ello.

Hace 3 años experimentaste un dolor que te llevo a cometer un acto crudo y ruin. Por supuesto que para ti estaba justificado pero, para mi, era algo que jamás imagine en la vida. No pude salvarte de ese momento de horror que de verdad, habría deseado no sucediera jamás. Te juro que intenté que todos tus amigos estuviera bien, trate de ayudar a como podía y quise jalarlos a todos bajo mi cuidado. Pero no lo logré con ninguno, todos ustedes siempre fueron almas libres que no iban a escuchar a sus corazones. Siempre fueron cabezas duras cuando de emociones se trataba. Cuando hablaste conmigo, entendí que querías desahogarte, no pretendías asustarme, sabías que no te iba a juzgar y que sobre todo, te iba a escuchar. Y así lo hice, se me helo la sangre, sentí que vomitaba por la emoción tan fuerte de tu historia y lo crudo que fue para mi. Jamás olvidare como me temblaba todo el cuerpo como si mis huesos se hubiera evaporado y estuviera echa de gelatina. No te cuestione pero noté dolor en tus mensajes, dolor porque ya no había marcha atrás.

Por algún tiempo quise convencerte de que este no era el final, que podías tener una vida, que podías tener una familia propia y que nadie te podría arrebatar. Pero una parte de mi sabía, que no volverías a abrir tu corazón con otra mujer, a pesar de que deseaba que fueras feliz con alguna. Fue un momento bajo, logre convencerte de hacer lo mejor, exponiendo algo que con tanto recelo cuide de mi y el destino quizo que ese raro vínculo creciera de una forma peligrosa, así que perdimos contacto por mucho tiempo. Estaba acostumbrada a tus ausencias pero la idea de que nunca nos volveríamos a hablar me ponía mal, porque extrañaba tus rarezas, y sabía que te extrañaría en mi bandeja de entrada.

Tuvo que pasar más de un año para que me contactaras, sabías que lo que habíamos hecho estaba mal y nos había cambiado para siempre. Te disculpaste porque sabías que cometimos un error, que me pusiste en una posición donde no podía decir que no y lo acepte, porque quería saber de ti. Mi corazón se partió cuando me dijiste que estabas hospitalizado, que había sido duro para ti pero que estabas bien. Y hablamos durante días y meses como jamás lo hicimos antes, por casi tres meses tu ausencia casi no se sentía, pero yo sabía que te estabas alejando, ambos sabíamos que estábamos comenzando a sentir y a desear algo que no podía ser jamás. Estaba asustada, sentía que era una broma muy pesada del destino al ponerme a una persona que parecía entender muchas cosas de mi sin que yo dijera mucho, y sobre todo, alguien con quien no podría estar. Jamás podríamos estar, porque yo amaba a tu amigo, a tu mejor amigo. Y lo sabías, lo entendías y no cuestione que te alejaras, sabía porque lo hacías y también considere que era lo mejor. No sabes como me arrepiento ahora, porque tal ves si hubiera accedido a tus peticiones, tal ves así habría logrado que te quedaras, que escogieras una vida mejor, que salieras de esa mierda en la que estabas, pero también se, que no podías hacerlo si no era explicitamente yo la que estuviera contigo. Quería mostrarte que eran las caricias, los besos, el sexo con amor. Quería mostrarte el mundo cuando se esta enamorado, quería que lo experimentaras por completo y no a medias. No de forma unilateral.

Un año después me dicen que ya no estas, que ya jamás podrás volver de donde estas. No tienes idea de como se hunde mi corazón al saberlo, no tienes idea de como me duele que no me hayas escrito durante tu ultimo año... te busque y no respondiste, y no lo volvéras hacer jamás.

Adios S, deseo con todo mi corazón que estes en un lugar mejor. Si se mueve de lugar algo en habitación, sabré que eres tú. No dejare ir el pedacito de ti que se quedo conmigo, será tan intocable y precioso que nada ni nadie podrá moverlo jamás.

Con amor y cariño, tu amiga.

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Tenía miedo de sentirme vacía y sola, porqué no encontrare nada a que aferrarme. Y nada para seguir respirando.

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Hace poco más de dos meses, esto que me aterraba se volvió realidad. Y no entendí porque una discusión que jamás debió serlo me dolió tanto que me quebró. Y sucedió, salió lo más sincero de mi ser: Morí y dije adiós definitivamente. No di marcha atrás, no pude regresar, no quise regresar.

Me destruí de una forma que no conocía, jamás habria creído que el sentido de la palabra fuera algo literal emocionalmente. Pero sucedió, ya ni habia palabras que me hicieran regresar. Toda fibra de mi ser, dolía, dolía como la mierda y aún así, no me he doblado. Solo me marché. Honestamente creí que esto no pasaba así, pero realmente pasa así. Un día solo tiene que pasar algo que te haga tomar una decisión definitiva y no flaquear.

Y poco más de dos meses bastaron para decirle que no quería verlo nunca más... Algo que tampoco pensé iba a suceder. Ni siquiera cuando me fuí y también sucedió. Ahora es alguien que no quiero toparme en mi vida. Ojalá hubiera puesto fecha a esta publicación, para saber, cuánto tiempo tomo desde que lo escribí hasta que se volvió realidad.

Otro día amargo

Que desesperante es decir que vas a pelear por ambas partes de una relación, cuando la otra persona te dice que está cansada y que no quiere intentar nada, vi dos opciones: Lo apoyas y te conviertes en un soporte o te alejas dejándolo solo. Recién note que esto es demasiado para soportar, si hay una discusión la otra persona no se va a detener, no te va a consolar, no se va a disculpar y tú siempre vas a tener la culpa. Si le dices que él está mal, se va a victimizar y tendrás que tomar todo de ti para no llegar a más, porqué tu decidiste quédate aun sabiendo que el otro no estaba bien.

¿cuán justo es esto? Probablemente, no lo sea. Es una decisión muy pesada y ahora tengo miedo de ella. Temo que en algún momento todo el amor que me queda se vaya de mí, tengo miedo de entregar lo que resta y quedarme seca. Esa frase de que el amor es como una planta, la tengo tan grabada en mí. Si soy una planta con pocos frutos para dar y los toman, pero ya no me riegan o abonan, no podré dar más, solo moriré y estoy asustada por ello. Porque no habría una solución si eso sucede, si me seco por dentro ya no habría marcha atrás, solo quedaría el adiós definitivo y en mis recuerdos solo estaría lo exhaustivo de todo esto. Me aterra llegar al odio, me aterra llegar a decir “ya no quiero verte nunca más, estoy cansada de ti”, me aterra demasiado que esta historia que vi hasta el final de mis días, acabé antes de haberlo pensado. Construir un futuro basado en suposiciones, anhelos y deseos siempre te llena de una expectativa tan grande, te hace pensar que vas a estar así en un tiempo y luego notas que el tiempo pasa y eso no se ve más cercas. Estoy cansada de esperar y de que me dejen al final. Me he enterado de cómo es él con otras personas cuando sale, y es muy diferente conmigo. Él no me ha invitado una comida como tal, no me ha dicho lo que yo le decía antes: “vamos, yo pago” y si, se siente horrible. No se trata de ser convenciera, se trata de esperar lo mismo que diste porque te juro tantas veces que cuando él pudiera sería así contigo. Notar que no lo es me llena de un agrio vacío, me siento usada. No he podido sacar eso de mi pecho, no he podido decir nada porque me duele y porque se supone que no lo hice con la intención de recibir lo mismo. Y, aun así, me pesa tanto cuando salimos y me pregunta que, si yo voy a pagar, cuando él sale con sus amigos ni si quiera les pregunta eso, él los invita a todos. Me siento tan frustrada, tan temerosa, tan encerrada. Se que hizo tanto por mí de otras formas, sé que durante todos estos años me incito a crecer como persona y me atreví a tanto gracias a él, pero siempre fue mutuo, nos ayudábamos mutuamente y en el algún punto siempre sentí que yo soportaba más, que yo aguantaba más, que yo sufría más. Esto es imposible de medir, es imposible de saber, no puedes asegurar nada de estas cosas y menos cuando la otra persona es más reservada y no explota en llanto como tú. Mis lágrimas de repente ya eran algo común de ver y no expresaban mi dolor ante él: “siempre lloras”, se convirtió en eso.

Me pesa el corazón, me pesan los recuerdos, me pesan las vivencias ocurridas y las decisiones que he tomado. Ni siquiera sé de qué estoy tan cansada. Y aun así me atreví a ver por los dos, no importa si solo escribo lo malo, yo sé que me hizo feliz a lo largo de estos 7 años, me dio una felicidad que nadie me dio jamás y creo que intento renacer esos días. A veces pienso que ya no nos vemos felices juntos, que ya no nos vemos como una pareja, y que no deberíamos llegar así al matrimonio. El amor es aterrador a su forma, cuando te duele el corazón sientes un deseo salvaje de arrancarlo de tu pecho para no sentir ese agudo dolor que te carcome por dentro. No puedes pensar, no puedes sonreír, no puedes escapar de la realidad un momento.

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La verdad que he evitado decirme a mi misma por el dolor que me causa abrir los ojos... No estoy en el punto que quería y visualice a esta edad.

No estoy ganando lo suficiente como para ser completamente independiente. No tengo el capital para tener una casa propia, ni para estar en un lugar viviendo por mi cuenta.

No tengo la madurez mental y emocional que visualice. Sigo dejando las cosas a último momento, cumplir con los plazos en tiempo no es hacerlo en forma y dando el 100% de lo que soy. Sigo sin ser completamente dependiente de mi misma y ni siquiera entiendo que es la responsabilidad efectiva en todo su esplendor. Sigo dejando que mis emociones me dominen y controlen gran parte de mi crecimiento. Me he malcriado a mi misma bajo argumentos frágiles de que merezco todo lo que me doy y no es así. Me recompenzo en una medida desmesurada, todo merece un premio, un descanso, una palmadita. Hasta el punto en que todo eso me jodió y me hice débil a mi misma. No quería ser así a esta edad.

Lo que más me duele, es que a esta edad ya me veía casada o empezando mi vida conyugal. Formando lo que sería mi familia con esa persona que desde hace 7 años, conocí y forme planes de vida.

Además de estos puntos, hay más que sigo sin querer ver. No estoy en esos puntos porque nunca trabaje en ellos más de lo que necesario y eso me llevo a esto. A sentir como sobrellevo la marea de mis problemas, como las olas de estos puntos me golpean una y otra ves y siento que me ahogo pero no nado a la orilla. No tengo nada a que aferrarme. No tengo una mete demasiado ambiciosa. Siento que estoy de más en esta vida y que salgo sobrando. Porque esto es lo que más me caracteriza y lo que siempre ha estado conmigo. Sentir que no debería estar aquí.

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Otro día más sintiendo que debería estar haciendo otras cosas y vivir de otro modo al que estoy actualmente.

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El corazón roto es ese dolor a causa de las promesas que no se cumplieron, del decir adiós a esos momentos donde fuiste feliz y te sentías lleno de un sentimiento tan cálido. Recuerdas todos los momentos dulces en que te sentías a salvo, y donde podías decir todo lo que saliera de ti sin miedo a ser juzgado. Es un dolor punzante que te apaga de pronto todo lo demás. Y empresas a sentir vacío, empiezas a sentir como te apagas y todo el panorama empieza a cambiar.

El corazón roto sana con el tiempo, porque ese vacío se comienza a llenar. Pero debes llenarlo de algo que te haga bien y feliz, de otra forma solo seran cajas vacías ocupando un espacio.

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Alguna ves pensé que era el reflejo desenfrenado de mi padre: mala persona, mentirosa y que sólo se rodearia de placeres carnales. Y crecí temorosa de ello, de ser así. Relacionarme con hombres, siempre me hacía sentir como un objeto, porque tenía la tendencia a relacionarme con gente que me viera así. Pero no lo sabía, era una adolescente.

Después, me cuestione si en realidad era una buena persona, una chica dulce y llena de alegría, quién era frenada por la rabia de las injusticias que la vida me había dado. Tuve miedo de ser una mujer débil.

Lo mismo sucedió cuando descubrí mi gusto por la música rockera. Por cocinar, por leer novelas románticas y encontrar confort en las series o películas de comedia. Para mí, todo era contradicción y no encajaba con ninguna de las personalidad. Estaba cegada por estereotipos.

De adulto, me volví temorosa de decir lo que pienso o dar mi sincera opinión. De decir que no cuando no quiero y de ser débil y flexible ante los demás. No me culpo por ser complaciente. Pero si, de haberme permitido llegar a ese punto. Es ahora que la idea, de que todas esas versiones extrsmistas de mi, tenían un poco de lo que realmente soy. Redefinir las a todas ellas, tomarlas, reconciliarme y saber quién soy, es una labor que recién empieza.

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Entre los recuerdos más hermosos que comparto, no solo contigo, sino de mi vida, ha sido uno de tantos días que fuimos a la plaza después de salir de la U.

Caminamos largo rato tomados de la mano, contando tonterías que nos hacían reír como dos bobos enamorados, porque eso éramos: un par de jóvenes que experimentaban el amor de verdad por primera vez.

Llegamos a una banca, aún con los tenues rayos del atardecer sobre nosotros. Ya no hacía tanto calor como en verano, estaba entrando el otoño, y nos gustaba sentarnos ahí hasta las 9 pm platicando, riendo, enamorándonos más cada minuto. Te pusiste tus audífonos porque era momento de regresar, solo te estabas alistando pero yo me rehusaba a irme, te quería un momento más a mi lado así que me recosté en la banca cobijada por la oscuridad de una noche tibia y alumbrada por la luz de las farolas de la plaza. Te reíste de mi y me dijiste: "Forever and always, me gusta esa canción. Por siempre y para siempre, tú y yo. " Recuerdo que se me paro el corazón un momento, porque pensé: "Oh sí, es él, definitivamente es él."

Y fuimos, por 7 años.

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Sigo sin entender porque a veces se siente un hueco muy pesado en mi pecho, que me hiela la sangre y me hace sentir cómoda en el frío y la nada.

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Anoche me di cuenta de que no puedes confiar en las personas. Ni siquiera en la que tienes más confianza.

Había escuchado que el ser humano tiene una cara que no quiere que absolutamente nadie la vea. Me sentí "segura" y la mostré. Me quebré, como me ha venido sucediendo y en mi necesidad solo ocupaba un abrazaso que me hiciera sentir segura y que todo estaría bien... Pero la cosas no siempre son así, lo que menos quieres es que te den un sermón de fortaleza y de que no tienes motivación, porque son cosas que sabes, son cosas que te quiebran. Claro que yo no quiero estar así, pero no necesito que vengas a decírmelo y que al no reaccionar como quieres me digas que te fastidio y que deje de llorar, "controlate", "no solucionas nada así", "tienes x años, no es para que te pongas así"... Mi mierda me superó en un momento, me dolió el pecho, me desvanecí unos segundos y me asusté. Jamás me había sucedido, en mi mecánica de autodefensa solo respire y me fui a acostar. Él atrás de mi diciendo mierda, pensando que logró calmarme diciéndome que estaba sobrereaccionando. Y entendí, mierda que entendí, lo sola que estoy. Y lo sola que siempre he estado.

Le dije que necesitaba un hombro donde llorar, que no quería mostrarle mi debilidad, que no estaba bien y en su momento me contestó: Está bien, no te voy a dejar sola.

Fui estúpida por creerle.

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Que horrible es perderte a ti mismo, no saber dónde estas y ver niebla en tu camino. Me siento detenida en el sendero de mi vida.

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¿Y si fuera más bonita?

¿Y si fuera más inteligente?

¿Y si fuera más delgada?

¿Y si fuera más amable?

¿Y si fuera más comprensible?

¿Y si fuera mejor persona?

...

Y si fuera todas esas cosas no evitaría que me dejaras de amar. No sé trata de lo que no tengo, sino de cómo he crecido y no se puede pretender que no nos damos cuenta de cómo el amor decayó tanto en poco tiempo. Me duele, porque siento que mi amor por ti resurgió con intensidad, en cambio, yo sentí que tu amor por mi se enfrió y que dejaste de sentirlo. Decir: Se que te amo pero no lo siento, es lo mismo a decir que no estás seguro de amarme ahora.

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Se vale pretender que no me doy cuenta de que me ama menos que hace unos meses?