"Lo mejor del dormitorio era la cama. Me gustaba estar en la cama durante horas, incluso de día, con las sábanas subidas hasta la barbilla. Allí se estaba bien, nunca ocurría nada. No había gente, nada”.
-Charles Bukowski
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“Sé que soy complicada, a veces difícil de entender, infantil e inmadura a ratos, despistada es mi segundo nombre. A veces soy la calma después de la tormenta, y en ocasiones, una tempestad imparable. Tengo manías muy peculiares y sueños que se me quedan grandes. Luchar por lo que me hace feliz e intentar hacer sonreír a los demás es mi especialidad. Me gusta volar alto e ir a toda velocidad sin frenos. Nunca he sido de querer a medias, y arriesgarse siempre es mi plan favorito. Tengo complejo de superhéroe y me gusta salvar lo insalvable. Soy más de libros que de rosas y de domingos en el sofá que de cenas románticas y planes caros. No me encontrarás en revistas ni en las farsas de Hollywood. No tengo mucho qué ofrecer, pero siempre entrego todo lo que tengo.”
— Recovecos de mi alma
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«Él no me quiere.
Quiere mis buenos ratos
mis sonrisas, mis días soleados
mi pelo largo y mis ganas de viajar...
Quiere el orden de mi vida,
y el desorden de mi cama
los abrazos que terminan en orgasmo
y los besos que despiertan
las ansías a mitad de la noche.
Quiere mis manos en las suyas
pero no quiere que caminemos juntos.
No quiere lágrimas
ni cielos nublados
no le gusta mi cabello corto
ni la pesadez que a veces
me obliga a quedarme en casa.
No busca salvar tormentas
ni abrazarme cuando soy huracán.
Sólo quiere que le escriba sobre el amor,
pero no se aventura a amarme...
Y aunque lo que yo sentía
por el me llenaba
y me hacia florecer...
No... él no me quiso».
Malaci
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Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia.
"La insoportable levedad del ser", Milan Kundera
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Aprendió a masticar sus penas sola y con dignidad, convencida de que a nadie le importaban los problemas ajenos y que los dolores callados acaban por diluirse.
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"Solo el amor pudo haberme salvado. Pero como siempre, yo no puedo amar, ni mucho menos, aceptar que me amen".
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Gracias ❤️
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Y aún ahora me parece absurda la vida de casi todas las mujeres de mi edad: amar o esperar el amor, cristalizado en un hogar, hijos, etc. Es más, todo me parece absurdo: tener un empleo, estudiar, ir a reuniones, etc. Siempre he sentido que yo estaba designada o señalada para una vida excepcional.
Alejandra Pizarnik, Diarios
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