“ Nosotros sabemos que el amor es más que un mero alboroto,
que es más que mover los pies en la misma dirección.
Ambos aprendimos que todo lo que creímos sentir antes no era ni la sombra
de esto que hoy nos mantiene con vida.
Supimos que era amor porque juntos mirábamos el ayer y no nos reconocimos.
Supimos que más que estar al lado, amar es enredarse.
También que las dudas que arrastramos de preguntas sin respuestas, se quedaron de lado,
cuando decidimos abrazarnos, cuando al fin soltamos todo aquello que entumía las manos,
que nos mantenía en el fondo, en vez de hacernos flotar.
Ambos aprendimos que amar, es dejar ir y que todo eso que nos hizo pedazos, hoy nos hace respirar mejor y ser más valientes.
Nosotros sabemos que el amor no es solamente algo que se siente en el pecho,
sino que cada uno de los latidos, en la yema de los dedos, al borde de las pestañas.
Sabemos que ese terremoto y calma a la vez,
esa contradicción que nos desafía.
Lo supimos aquella vez que nos miramos como descifrándonos,
como si fuésemos arte.
Supimos que era amor porque avanzamos, porque era urgente decirnos te quiero,
porque la vida era más bonita desde allí, desde nosotros,
cuando nos elegíamos a diario.
También que el amor está lleno de tempestades que nos obliga a apretar bien los ojos
y a abrazarnos mejor.
Nosotros sabemos que el amor es más que dos metáforas y una poesía de Benedetti,
que es más que un te quiero y unas mariposas ridículas aleteando.
Aprendimos que no hay un método para amar, que es un aprendizaje constante.
Sabemos que el amor nace en uno mismo y nos hace construir puentes para darlo.
Supimos que el amor no es retener, no son cadenas, ni reglas,
que no es atarse y contar la distancia.
Que trata de libertad, de cielos y caminos.
Supimos que es estar, quedarse y esperar,
que no es apresurar porque puede retrasarnos, que no es desesperarse
porque puede volverse nada.
Nosotros los de ahora, dos locos con montones de cicatrices e historias.
Sabemos que el amor no se parece en nada a las definiciones que cuentan por ahí,
que es una aventura interminable,
en el que se tiene que ser muy valiente y constante.
Que es una complicidad eterna,
una promesa que se lleva en las manos cuando se juntan.
Sabemos que es real, que es nuestro porque sonreímos,
porque no tenemos miedo,
porque el amor nos curó y
nos transformó por dentro.”