"¿Oxígeno? No, yo no pienso ser tu oxigeno.
Yo anhelo quitártelo, robarte respiros, arrancarte suspiros, romperle el ritmo a tú respiración,
entrecortarla, acelerarla y durante muchos instantes detenerla...
Yo no pienso darte vida, yo quiero acompañarte a comprobar que estas vivo..."
No aspiro a ser primordial, o que sientas que no puedes vivir sin mi o que no puedes hacer o moverte si no me encuentro a tu lado. Ese no es mi caso, lo único que deseo es darle vida a tu vida, y que te enteres que está se vive solo una vez y hay que aprovechar cada minuto que se nos obsequia.
Leregi Renga
Qué placer tan único y excelso es el de leerte, me causa un calor tremendo en el centro de mi ser; me toca, me penetra, me agita y embelesa hasta hacerme enloquecer… y pido —¡Tanto pido!— que tus manos no callen, que tu corazón no se nuble y que tu alma se apresure a revolverse en el tintero de tu predilección para hacer de la hoja —y mis ojos— un pasaje sin retorno a tu inspiración.
Solo quiero agradecerte por estar ahí, por permanecer cuando todos me dejaron sola y me sentía completamente abandonada.
Ahí te encontrabas tu levantándome el ánimo, haciendome inmensamente feliz y con cada palabra curaste mi alma, pues hoy todo lo que soy es gracias a tí.
Me curaste cual niña lastimada y adormeciste como un tierno niño recién nacido y aunque no tenga palabras suficientes para agradecerte, quiero que sepas que eres muy importante en mi vida.
La importancia de saber lo que se quiere de saber pedirle a la vida:
Soy de las que piensa, de que si crees que la vida no tiene para darte lo que quieres, vives en un mundo de escasez (no te estoy diciendo que sea fácil, ni tampoco imposible, sólo que aún queda mucho por intentar y descubrir). Pero sí es muy importante tener muy claro lo que se quiere, tan clarísimo que ni tu padre, tu pareja, profesores, etc... Puedan poner en duda, de que lo conseguirás.
Cree en tí tan ferozmente, que hasta el mismísimo diablo tiemble cuando se te meta algo en la cabeza, porque sabes que lo conseguirás.
Un trazo de luz en tus ojos, un hilo de incienso en tu espalda y miles de estrellas cayendo, sobre tu piel maquillada, por la sombra de la noche y las huellas de mi alma.