Situación sentimental:
Hasta mi celular me dice que necesita espacio.
Primavera Fraijo, 09 de abril de 2018.
A veces te veo fijamente a los ojos, y casi juraría que puedo leer tu mente.
Primavera Fraijo, 01 de febrero de 2018.
¿Quiénes somos cuando estamos solos y quiénes somos cuando estamos con alguien más?
Pretty Little Liars.
Un día como hoy, pero de 1882, nació la escritora británica Virginia Woolf. El 28 de marzo de 1941, se llenó los bolsillos de piedras y se sumergió al Río Ouse.
Padecía un trastorno maniaco depresivo. Dio señales desde su adolescencia, pero en aquella época eran muy ignorantes en asuntos de salud mental. Tenía 59 años cuando se suicidó.
Hay demasiada gente buena siendo triturada por la pesadez del aire.
Pretty Little Liars.
Qué costumbre la mía…
Sentarme en medio de mi cama, a las 3 de la mañana, a platicar conmigo.
Primavera Fraijo, 11 de enero de 2018.
Por: Primavera Fraijo.
Era una nublada mañana de diciembre. Como siempre, mi voz resaltaba de entre los demás en aquel lugar. Estaba distraída, y eso tampoco es novedad.
Miré hacia el frente mientras sorbía de mi café, todo para encontrarme con su mirada. ¡Esa mirada! Después de una década, sigue absorbiendo mi atención.
Nos vimos a los ojos un par de segundos. No recuerdo quién desvió la vista antes. Nos reconocimos, sin aceptarlo, nos reconocimos y la nostalgia se apoderó de nuestras sombrías pupilas.
¿Qué recuerdos vendrían a su mente? No lo sé. Imágenes del pasado visitaron mi memoria, escenas de un YO que ya no recordaba, un YO que duraba horas en el teléfono, en una misma llamada, con una misma persona. ¡A penas y me reconozco!
Trato de verlo de reojo, cada intento me tropiezo con su curiosidad. Sabe que lo busco, sé que me busca. ¿Quiere saludarme? Después de todo este tiempo, ¿quiere hablar conmigo?
Luce mayor. Su frente creció y sus ojos se ven hundidos. Conserva su enorme sonrisa, misma que le regala a alguien con quien habla por teléfono. Está solo en la mesa.
La persona que me acompaña me comenta algo. Apenas y puedo ponerle atención. ¿Cómo dejé de hablarle tantos años a alguien que era tan importante para mí? Quiero acercarme, quiero platicar con él, al menos saludarlo.
-Iré al baño. –avisé a mi compañera.
-No tardes, ya nos tenemos que ir o no llegaremos a tiempo.
Comencé a caminar en dirección a su mesa. Él escribía en su computadora portátil. Avancé con prisa, arrepentida por haberme levantado. Seguí de largo hacia el baño, entré rápido y me percaté que la puerta no cerraba. Solo me acomodé la liga en la que sujetaba mi cabello, verifiqué mi labial y borré de mi cabeza la idea de acercarme a saludar. Salí con prisa y volteando al lado contrario, como observando algo específico.
-¿Listo, nos vamos? –Pregunta mi amiga.
Me tomo unos segundos para mirarlo a lo lejos, sentado en soledad a tres mesas de mí. Después de 10 años, y en una ciudad tan pequeña, era la primera vez que coincidíamos en un lugar.
-Sí, ya nos podemos ir. –Contesté mientras tomaba mi café en una mano y mi bolsa en otra.
Hace un año ya.