Necesito hacer este offtopic...
¿Alguien quiere pensar en la profundidad de esta escena y por qué está siendo aclamada como una de las mejores de toda la serie CGI, a pesar de su simpleza?
Quizás algunos recordarán que las situaciones acá son diferentes.
Aioria siempre se vio muy seguro de si mismo, hasta su encuentro con Seiya y Athena.
Aioros nunca estuvo ahí, ni siquiera con su voz, como para guiar a Aioria; simplemente se hizo presente cuando la cloth de sagitario se puso en Seiya para defender a Saori, antes de la llegada al santuario.
Para ese tiempo, Aioros era un personaje algo lejano y perdido, como un fantasma. Nunca hubo mucho más, creo que ni siquiera teníamos clara la relación de estos 2 chicos, Aioros no era más que un nombre. Un gran nombre, pero un nombre al fin y al cabo.
Hace algunos capítulos atrás nos muestran una mariposa; sabíamos que era Aioros, pero pensamos que quedaría en eso, un símbolo.
De pronto llega la casa de Sagitario, y debemos aceptar que fue mil veces mejor que en el clásico (lo siento, pero es verdad).
Acá no fueron pruebas al azar para probar el poder físico de los santos: Aioros quería realmente confirmar la valentía y entrega de quienes seguirían su camino. Esa sonrisa para cada bronce fue la confirmación del dominio del 7mo sentido por parte de los jóvenes, y también que constaban con la fuerza necesaria para avanzar por un propósito. Y por primera vez lo vimos de forma consistente.
Lo de Aioria fue también una confirmación. En el fondo, Aioros fue paciente, vio a su hermano por más de 20 años dudar, seguir al patriarca, luchar en contra de los ideales que como salvador de Athena intentaba cumplir; su hermano fue otro de los engañados por el pontífice. Ahora, luego de los últimos sucesos, Aioria logra encausar su verdad.
La despedida de Aioros es la constatación de que Aioria ya no lo necesita, porque ha logrado dar con la verdad y se unirá a los santos de bronce en el camino de la salvación de Athena, motivo por el que falleció 20 años atrás y que aún lo mantiene en el santuario sin poder descansar.
Es un "por fin, hermano, ahora puedes seguir solo". Y Aioria lo recibe como la validación de lo que se negaba a creer, pero que seguramente le trae mucha paz: El hermano que por 20 años creyó un traidor, no lo era, y sus lágrimas son la tranquilidad y la paz del que actuaba en consecuencia a la traición de su hermano, pero que en el fondo de su corazón deseaba estar equivocado.
Es un momento de conciliación entre ambos, y no jodan, que me lo lloré las 7 veces que vi el episodio. Me pareció una de las formas más profundas de mostrarnos la relación de estos hermanos, sin siquiera verlos interactuar...
Toei, te estás ganando mi respeto nuevamente, POR FAVOR que los siguientes episodios no bajen de nivel, necesito una pelea épica en el último episodio, de esos que te dejan con el corazón en la mano, tal como este capítulo.
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Alerta de pequeña historia y mucho texto.
Las imágenes son de propiedad de Red Qian, con las escenas más icónicas del manga (de nuestros hermosos favoritos). Tiempo sin publicar pero espero redimirme con esto que escribí hace un tiempo.
Alerta también de muucha melosidad. Si no les gustan las historias dulces, no hay problema ❤️💜
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Canción de Cuna
Lentamente abre los ojos, los siente un poco hinchados y le molesta un insistente y punzante dolor de cabeza, se siente incómoda. Al intentar moverse, su pie choca con la piel de su acompañante... Se le aprieta el pecho.
Es cierto... El había regresado a casa la noche anterior, como tantas veces después de una batalla. Generalmente, cuando duerme junto a él, descansa plácidamente, pero esa noche... Pesadillas tras pesadillas.
Entonces cae en cuenta de que él duerme dándole la espalda y en estado fetal bajo las sábanas. Un suspiro sale de sus labios, sabe que él no está del todo bien, al igual que ella.
Muy suavemente para no despertarlo, le acaricia el cabello. ¿Qué más puede hacer? Infinidad de veces lo ha oído decir que la protegerá, que daría su vida por ella, ¿y quién lo protege a él?
No logra su objetivo y el chico se remueve en su sitio. Perezoso y sin prisas se da la vuelta, y quedan de frente.
—¿Qué hacías?
—Me gusta acariciarte mientras duermes.
La sonrisa que él le dedica la desarma por completo. Se incorpora para quedar sobre ella, apoyado en su antebrazo, la parte superior de su cuerpo desnudo al descubierto. Se acerca a la frente de su mujer para depositar un dulce beso antes de refugiarse entre sus brazos y pechos mientras le acaricia sus lacios cabellos violetas. Ella le acaricia su espalda desnuda...
¡Cuánto ha cambiado!
El ya no es niño de 13 años, hoy es un adulto. Es un fuerte, valeroso y temerario santo de Athena, su primer soldado, el que constantemente trae el peso del mundo sobre sus hombros.
Su deber es proteger a su diosa, resguardar a Athena por siempre, luchar por la justicia. Sus manos se han llenado de sangre de enemigos que, a veces, son realmente crueles; pero también hay nobles guerreros peleando por las razones y los dioses equivocados.
Guerra tras guerra ha perdido amigos, conocido asesinos, ha visto personas muriendo y a otras heridas llorando y gritando... ¡¡aún puede oírlas dentro de su cabeza!!
Se cuestiona constantemente qué es lo que está mal en este mundo en el que vive, donde la gente insiste en tomar decisiones incorrectas, en no respetarse unos a otros, ¡incluso dañándose entre hermanos!
Se pregunta por cuánto tiempo seguirá luchando, ¿hasta cuándo será capaz de mantenerse con vida?
El que nunca se rinde, el que entrega todo, el que se ha convertido en una inspiración para tantos y en un modelo de fortaleza a seguir. Pero hay un tiempo para todo...
A veces sólo necesita llorar, y ella lo sabe.
Porque él ha sido su ancla y su pilar, ¡pero también la necesita! El también se derrumba. Ya no es un niño, pero precisa de un lugar seguro en el cual sentirse cobijado, amado.
El busca desplomarse, dejar de ser el imbatible guerrero, quitarse el papel del fuerte, lo necesita y ella lo entiende. Ya no le cuestiona, ya no se sorprende, simplemente lo deja caer y lo sostiene, porque siente la misma emoción. Ahora él necesita ser resguardado.
En ese momento de profunda intimidad, al fin se siente libre de llorar frente a ella, porque es Saori, su Saori. No dice absolutamente nada, ella ya lo sabe: él es, ante todo, un hombre de carne y hueso. Ahora, y sólo ahora, puede mostrarse como un humano común y corriente.
Ella siempre lo recibe con los brazos abiertos, como la noche anterior, cuando regresó en búsqueda de su mujer para desnudar su cuerpo y alma, reír, llorar, hablar de sus miedos y esperanzas y permitirse abatir; tal como ahora, que lo cobija cual madre a un niño indefenso ante sus propios temores mientras se desahoga entre suaves sollozos y caricias. Hace mucho dejó de esconderse de ella, ya no teme herirla con su dolor porque sabe que lo comparten.
El se hunde más en sus pechos desnudos, sus manos acarician con lentitud esas curvas femeninas, su cintura, sus caderas, sus senos... Pero ella no se confunde, él no busca sexo, no ahora; autorregulación.
Ella dedica toda su atención en masajearle la espalda, los hombros, el cuero cabelludo... Le canta una canción, una canción de cuna. No le dirá que lo siente, que está arrepentida; tampoco le pedirá que aleje su dolor. No hay palabras, no hay razón. Ahora es ella el refugio, la próxima vez quizás lo sea él. Está consciente de que es sólo un momento, que se levantará como siempre, con su confianza avasalladora, su determinación y entereza que todos reconocen en él; pero ésta es su oportunidad, su único momento para acompañarlo íntimamente, acunarlo y recordarle que no está solo, que siempre puede regresar a ella. Mañana será otro día y probablemente se embarquen en una nueva guerra sin precedentes, pero sólo por hoy desea sentirlo humano, frágil y necesitado, porque es una faceta que sólo ella conoce, que sólo reserva para su amada.
Ven, puedes descansar aquí,
Dormirte en mi pecho
Aunque llegue un hermoso amanecer,
Mis ojos sólo a ti te pueden ver
Eres una estrella fugaz
Ese brillo no lo dejes escapar
Ven, sólo trata de olvidar,
Recuéstate y descansa
Que el viento se llevará
Todo aquel dolor, pronto se borrará
En la arena del tiempo se enterrará
Sí, ella lo conoce demasiado bien. El sonríe, aún con el rostro entre sus pechos.
—¿Puedo quedarme aquí un poco más? —le hace una pregunta retórica, porque ya conoce la respuesta.
—Todo el tiempo que quieras.
Por ahora no quiere saber de ese mundo que un día le dio la espalda y al cual protege con su vida: sólo existe Saori.
—Canta una vez más esa linda melodía.
—¿Te gusta?
—Es la más hermosa que he oído —y no exagera.
—La he creado para ti, es tu canción de cuna.
Ella entona su canción una vez más mientras limpia las pequeñas lágrimas que permanecen en forma de humedad sobre los párpados de su amado.
El cierra los ojos, quiere dormir un poco más sobre pecho, aspirando su aroma mientas recupera su alma para levantarse nuevamente y salir a ganar otra batalla junto a ella.
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