Tumgik
#Canción de infancia
villings · 2 years
Text
(...) Tú con tu casa de muñecas vivas llenando los rincones de piedad. Yo, capitán con mi espada de palo, matando de mentira a los demás.
Canción de infancia | Carlos Sahagún
4 notes · View notes
myillicitaffair · 2 months
Text
Strawberries & cigarettes | Esteban Kukuriczka
Tumblr media
Sumario: llamar a tu ex en la mitad de la noche jamás podrá ser buena idea, a menos de que se trate de él, claro.
Advertencias: sexo explícito (+18), masturbación, dirty talking, degradación, cigarrillos y engaños.
Créditos: el fic está basado en la canción de troye sivan y las fotos utilizadas para el collage las saqué de pinterest.
Nota del autor: este mi primer request, gracias por pedirlo, amoor xx
2k words
La ciudad se alza orgullosa frente a mis ojos, los edificios brillando en todo su esplendor. Un limitado arsenal de vehículos se pasea por las calles; desplegada en una silla de mimbre, me pregunto su destino.
¿A dónde se dirigen a las 2 de la mañana?
La bulliciosa metrópoli parece tomarse un respiro a estas horas de la madrugada, logrando, por consiguiente, relajar a los escasos espectadores de su tranquilidad.
Jugueteo con el cigarrillo entre mis dedos, notándolo desperdigarse gracias a la brisa otoñal. Es un mal hábito, lo sé, pero es de los pocos resabios de su presencia que aún conservo, una de las pocas garantías que aseveran su paso por mi vida.
Lo introduzco en mi boca, inhalando el humo profundamente para luego exhalarlo. Degusto sus notas amargas en mis papilas gustativas, como casi saboreando sus labios…
Esteban y yo habíamos terminado en buenos términos; él vivía en capital y yo demasiado lejos, ahí fue cuando descubrimos que la relación a distancia simplemente no funcionaba para nosotros.
Después su carrera como actor despegó, yo senté cabeza con un viejo novio de la infancia- inofensivo, predecible- y en nuestras vidas ya no cabía lugar para el otro. Incluso ahora, cohabitando en la misma ciudad, nuestros rumbos se habían desviado del otro.
Tecleo los números de su teléfono de memoria, grabados a fuego en mi retina.
Soy perfectamente consciente de las horribles consecuencias que mis acciones podrían conllevar, pero nada de eso cobra importancia cuando la línea se interrumpe con su contestación, su voz dormida aguardando al otro lado de la llamada.
“¿Hola?”- Vocifera, ronco y un tanto desorientado.
Mi pulso se desestabiliza al escucharlo hablar luego de tanto tiempo, recordando de golpe los matices en su tono. Me lo imagino tumbado en su recámara, durmiendo en posición fetal, como siempre, la almohada abrazada entre su fuerte contextura.
“¿Tebi, te desperté?”- Mi respuesta se oye torpe ante el nerviosismo. ¡Es la madrugada, claro que lo desperté!
“Nena, ¿sos vos?”- Pregunta, esta vez un tanto más despierto y despabilado.
Aquel viejo apodo se desliza por sus labios sin siquiera notarlo, sin causarle ningún esfuerzo. Sin embargo, a mi me destruye, me obliga a rebobinar el tiempo y fundirme en los agridulces recuerdos.
“¡Si! Perdón que te llame tan tarde”- Me disculpo atropelladamente, de pasada nada más- “Yo se que no hablamos hace meses.”
Me arrepiento de mis palabras en el segundo en el que las formulo, mis miedos se solidifican ante mis ojos; el temor a parecer necesitada, débil, obsesiva incluso.
Más allá de ello, se que fue la decisión correcta. Es en noches como estas, solitarias y sin una estrella parpadeando en el cielo, en que más extraño su luz, la que jamás fallaba en brindar sin pretensiones.
Un par de lagrimas fugaces atentan mis mejillas, derrumbando por completo el sereno revestimiento que tanto me esforcé en construir.
“¿Estás bien? ¿Qué pasó?”- Cuestiona, todo en su actitud delatando una reciente preocupación. Puedo oír el rechinar de las bases de su cama, evidenciando su brusca reacción, la fricción contra las sábanas al enderezar su espalda.
“Si si, pero ¿Podes pasarte por casa?”- Propongo, más temblorosa de lo que me gustaría.
Agradezco el soporte que el asiento me proporciona, tal vez sin este, mis piernas hubiesen cedido ante la ansiedad.
Espero paciente al otro lado de la convocatoria, siendo testigo de su respiración acompasada, como sopesando mis palabras.
“Estoy allá en 15 minutos, máximo.”- Confirma, irguiéndose para emprender camino.
“Esteban”- Llamo su atención, provocando que sus extremidades se aquieten- “Muchas gracias…”
Una sonrisa brota de su expresión, dándole lugar a una leve risa, que escucho desde la quietud de mi balcón. Sin notarlo, mis comisuras imitan su gesto.
“No hay de qué, chiquita, ¡esperame que ya llego!”- Asegura, dando por concluida la comunicación.
Un poco más distendida, permanezco quieta en mi lugar, moviendo mis anestesiados dedos solo para fumar pausadamente.
Una pequeña expectativa comienza a burbujear en mi interior; con la simple idea de volver a estar en su presencia, mi corazón descontrolado golpetea mi caja torácica, como tratando de huir de sus confinamientos.
¿Cuánto tiempo habré permanecido así? Genuinamente, no lo sé, pero lo suficiente para que él arribe.
Mis ensoñaciones se ven interrumpidas por el timbre resonando en mi departamento, generando temblores en toda la superficie.
Salto de mi butaca impacientemente, avanzando con agilidad hasta el recibidor. Del otro lado de la puerta, lo descubro enfrentándome, jugueteando con las llaves entre sus dedos. Sus orbes se pasean por mi persona presurosamente, por lo que autorizo a los propios a hacer lo mismo.
A pesar de nuestro breve tiempo separados, él permaneció prácticamente intocado; su postura relajada, sus cabellos alocados y desparramados en todas direcciones… “tal vez dejó crecerse la barba”, filosofo al chequearlo.
Sin más premeditaciones, me arrojo a sus brazos entreabiertos, los cuales me reciben gustosamente. Escondo mi nariz en su cuello, inhalando aquella familiar fragancia, perdiéndome en su calor corporal engulléndome por completo. Se toma la libertad de posar su pera contra la corona de mi cabeza.
Contra mis propios deseos, me despego de su torso, alejándome levemente para guiarlo adentro. Estiro mi mano, aguardando que la tome para adentrarnos en el living.
Una vez allí, esquivo la pequeña mesa ratona para dirigirlo hacia el sillón, donde se sienta sin mediar palabra.
Allí, parada en la sala de estar, mis pensamientos giran en su torno, envalentonándose con cada segundo que transcurre. Por un impulso indescifrable, me apropincuo a su espacio personal, rompiendo dicha barrera.
Acomodo mis piernas de modo que las suyas queden entre medio, para luego sentarme sobre sus templados muslos, regodeándome en la sensación de su contacto físico. Mi boca busca la suya en un movimiento desesperado, moviendo mis labios contra los suyos con una inesperada urgencia.
Me inunda la decepción al sentirlo separar nuestros rostros. La confusión tiñe su semblante, mientras investiga la escena que se le presenta.
“¿Y tu novio?”- Consulta, penetrándome con el fulgor de su mirada.
Abrazo su nuca entre mis brazos, atrayéndolo nuevamente hacia mí. Una mano se desliza hasta juguetear con el cuello de su remera, señalizando mi deseo de arrancársela.
“No está en casa”- Ronroneo en su oído, serpenteando mis manos por sus hombros con delicadeza- “No pienses en él, amor, concéntrate en mí.”
Comienzo a despilfarrar besos por su cuello, succionando su sensible piel hasta dejar marcas, clavándole los dientes juguetonamente para luego chupar el escozor. Saboreo su colonia en mi lengua y me encuentro adicta a su sabor amaderado, incapaz de separarme. Una necesidad primal se cuece en mi interior al presenciar su tez brillante con mi saliva.
“Esto está mal, nena”- Gime profundamente, echando su cabeza hacia atrás y concediéndome más acceso.
Me cuelo entre nuestras siluetas, acariciando su agitado abdomen, el cual se estremece ante mi toque. Batallo con el botón de su pantalón hasta desabrocharlo, sin parafernalias desciendo el cierre y descanso mi palma en su entrepierna.
“Decime que queres parar y yo lo hago”- Respiro, sobre la ardiente piel de sus hombros. Aún estática sobre su ropa interior.
“Sabes que no te voy a pedir que pares”- Murmura pesadamente, levantando sus caderas hasta rozarse con mis dedos. Evacua un sollozo de alivio.
Como cobrando vida, deslizo mis yemas por su longitud, generando una creciente erección. Masturbo su miembro sobre el calzoncillo a un ritmo agonizantemente lento.
“Entonces no te niegues, Tebi”- Respondo, inmiscuyéndome en la tela para palparlo piel a piel y acelerar mis atenciones.
Sus gemidos llenan el aire, complaciéndome de sobre manera y excitándome más de lo que creía posible. Buscando desesperadamente calmar el ardor, me froto contra la tela del pantalón, escasas barreras separándolo de mi centro.
Sus músculos se tensan bajo mi coño, devolviéndome placer al golpear mi clítoris al unísono de mis caricias en su polla. Mis labios se entreabren ante la fricción, escurriendo murmullos de regocijo por mis cuerdas vocales.
“Al final, que puta que resultaste”- Se burla cínicamente, enjaulando mi cintura en su agarre para presionarme más contra él.
Subo el volumen de mis quejidos ante la nueva intensidad de sus acciones, la degradación dejándome sin raciocinio. Mi torso completamente presionado contra el suyo, mis manos aún tocándolo deprisa.
Utilizando su fuerza, me recuesta en el sillón y se despega de mí, sentándose en el otro costado de este.
“Quiero que me muestres como te estuviste tocando, pensando en mí, mientras tu noviecito dormía a tu lado”- Demanda, su vista fija en mi mientras comienza a palparse.
“Mi amor, por favor”- Ruego, un tanto agobiada ante las llamaradas quemando mi vientre bajo.
Observo sus movimientos con atención, como sus yemas rozan su glande perezosamente, excitándose aún más. Una gota de sudor descendiendo por su cuello ante el esfuerzo físico, escondiéndose bajo su camiseta de algodón.
Bajo mis shorts aun observando la imagen frente a mí, aventándolos al suelo junto con mi blusa. Recubierta únicamente por mi ropa interior, asciendo hasta mi busto, pellizcando mis pezones hasta formar duros picos entre mis dedos. Sus penetrantes orbes persiguen cada uno de mis movimientos, sintonizando los suyos para que ambos nos movamos al mismo ritmo.
“Tu noviecito no te sabe satisfacer, por eso tuviste que llamarme, ¿o no?”- Se mofa al presenciar la impaciencia que me consume, como me apresuro a infiltrarme por mis bragas para sobar mi punto mas sensible con urgencia.
“Nadie me coge como vos, Tebi…”- Susurro, extraviada ante el renovado éxtasis.
Fantaseo con su toque entre mis labios, desparramando mi humedad, saboreándola desenfadadamente, con los ojos cerrados y la lengua paseándose por sus propios dígitos.
Sin embargo, debo conformarme con la mediocridad de la autovalidez, hasta que decida tomar piedad de mis intentos en vano de remplazar sus atenciones.
“No doy más, necesito que te corras conmigo, mi amor”- Pide al sentir su orgasmo aproximarse, ahora follando su propio puño con premura.
Al ver su estado de frenesí descontrolado, decido avivar mis caricias a mis zonas intimas, introduciendo mis dedos en mi apretado agujero hasta notar que mi estomago empieza a tensarse.
El ambiente transluce nuestros inminentes apogeos con los suspiros que desangran nuestras gargantas, el sucio sonido de humedad encontrada por extremidades y suplicas al aire, con un destinatario en concreto.
Acerca su temblorosa complexión a la mía, atisbando mi muñeca moverse al compás de los bombeos en su longitud y arrimándose a mis piernas abiertas. Ante un sollozo particularmente estridente de su parte, despierto de mi ensimismamiento y lo acerco a partir de sus caderas en erráticos movimientos.
“Encima de mí, por favor, ¡correte encima de mí!”- Imploro, aturdida por las oleadas de placer poseyéndome por completo.
Suelta un grave gruñido seguido de improperios al momento de llegar a la culminación de la satisfacción, depositando cuerdas infinitas de semen blanco sobre mi meciente pecho. Su excitación comienza a chorrear por mi vientre, agrupándose en mi ombligo para continuar su descenso pausado.
Con tal candencia rodeando los actos desplegados, logro abandonarme al pasmo de la conclusión con un arrollador orgasmo; mi coño apretando mis propios dedos, deseando que se aniden allí, mi cuerpo gozando violentos espasmos, mi visión jamás partiendo de las farolas apuntadas en mi dirección.
“Muy bien, chiquita, siempre tan obediente para mi”- Me alaga, estirando sus yemas para recoger unas resbalantes gotas de semen y empotrarlas en mi boca entreabierta, indicándome tácitamente mis propias acciones.
Mi lengua recorre cada uno de sus surcos y recovecos, aspirando casi instantáneamente su salada carga, como si de un codiciado elixir se tratase.
“Ahora vas a dejar que te coja hasta que no puedas ni caminar, hasta que te olvides incluso de su nombre ¿si bebita?”- Propone sin remover sus dígitos de mi cavidad, sus crudas palabras contrastando con la suavidad de sus manos en mí.
Asiento frenéticamente, ahuecando mis mejillas para lograr tomarlo aún más profundo, notando un estremecimiento recorrer mi medula espinal ante la anticipación de una larga noche de pasión.
Aclarar que cumplió con sus promesas al pie de la letra sería, francamente, caer en un vago eufemismo…
236 notes · View notes
themasterreader69 · 24 days
Text
RURAL
Enzo Vogrincic x Reader
Enzo Vogrincic te invita a tomarte unas vacaciones en la chacra de sus padres, a las afueras de la tumultuosa ciudad de Montevideo, Uruguay.
Tumblr media
Íbamos por la ruta 5 hacia la chacra, yo nunca había visitado el departamento de Durazno así que esto era como una pequeña aventura para mí. Viajamos en un Chevrolet Cruze gris que ya tenía varios kilómetros de uso. A Enzoconducir se le daba realmente bien, seguro debido a lo atento que es –una de sus mejores cualidades–. 
     Los temas melancólicos de Jeff Buckley tomaban el auto, él tarareaba Lover, You Should've Come Over y yo no pude evitar cantar a todo pulmón ‹but maybe I'm just too young, to keep good love from going wrong› esa línea dolía, las canciones de Jeff me recordaban a un amante que prefería olvidar, pero en ese momento, ese verso, era solamente para él. 
     Me sentía jóven e iluso a su lado, mis padres siempre bromeaban «¡10 años de diferencia no son nada!» a mí me llenaba de preocupación sentir que no era suficiente para él. ‹big spoon, you have so much to do and I have nothing ahead of me› pasó por mi cabeza. Mi rostro cambió, mi postura también, caí en sobrepensar. Él se dió cuenta –es atento ¿recuerdan?– pareció que iba a decir algo pero se abstuvo y simplemente cambió de canción, entonces Grace sonó. El inglés de Enzo no era particularmente bueno –por no decir que su conocimiento era nulo– pero me daba mucha ternura escucharlo cantar como podía gueit indefaie gueit indefaaaai (wait in the fire). 
     Me encantaba ser copiloto, ser copiloto para mí significaba sentarme a admirar la belleza del piloto, así que el trabajo se me daba naturalmente bien, como prueba de esto voy a describir lo que mis enamorados ojos veían; llevaba una coleta –él decía que le ayudaba a enfocarse– de la que salían algunos mechones de pelos sueltos que quedaban revoloteando por el viento.  Sus ojos radiantes por la luz solar, los rayos que buscaban contornear la forma de su nariz. Simplemente me encantaba su perfil y ver sus brazos firmes, extendidos, tomando el volante con seguridad. 
     Vestía unos jeans tradicionales, remera de algodón color crema que probablemente habría comprado en Hering y unos championes New Balance clásicos –cabe aclarar que yo jamás habría elegido unos championes claros para andar en la tierra, es más, yo llevaba mis Converse que suplicaban piedad, pero él tiene tanta elegancia que simplemente no lo puede evitar– muchos creerían que ahora que colabora en la industria de la moda, él caería en las garras del consumismo, pero lejos de eso, él es un tipo simple y a mí me gusta eso de él.
Durante el camino, Enzo compartió historias alegres de su infancia, nos reímos mucho. En sus historias se notaba un amor filial palpable –aunque incomprensible para mí– yo también compartí algunas anécdotas, alteradas tal vez, para volverlas más alegres de lo que eran.
A minutos de las tres treinta, le bajó poco a poco el volumen a la música.
—Vos sabés que... –él movía su pulgar derecho sobre el volante con cierta inquietud–. Siempre quise poder dejarle a mis viejos un lugar donde puedan disfrutar del buen vivir, respirando aire fresco, todo eso... –vi como mordía el interior de su cachete–. Como para devolverles un poco todo lo que me dieron.
     Extendí mi mano sobre su pierna haciendo una mueca.
—Bueno el punto es que... –siguió–. Esto es un logro para mí y me hace muy feliz poder compartir esto contigo— Dijo mientras soltaba una sonrisa sincera.
     Las palabras de Enzo resonaban con un afecto genuino. No había en sus palabras, nada más que honestidad y para mí eso era un alivio, venía de años de dudas, toda mi vida dudando del cariño de otros pero su querer era algo certero.
Al llegar a la chacra la inmensidad del lugar dejaba boquiabierto, la chacra se reveló como un edén –que bello mi paísito– quería aprovechar estas vacaciones para conectar con la tranquilidad de la naturaleza. De todas formas las vacaciones iban a ser breves, era más como una escapada, ya que Enzo andaba firmando más contratos otra vez.
     Yo quedé impresionado por la fusión perfecta entre lo contemporáneo y lo rústico de la arquitectura al entrar al lugar, tenía detalles modernos, pero la esencia del campo se mantenía intacta. ¡Qué hijo de puta cómo ama a sus padres! –nosotros compartimos un diminuto apartamento en Montevideo–
Estábamos explorando la moderna cocina, yo mantenía la vista sobre el techo de dos aguas que añadía un toque distintivo a la estructura, cuando Enzo irrumpió mis pensamientos con su voz.
—Tanta ruta me dio hambre, me voy a preparar unos wraps vegetarianos ¿te hago unos?
—Tranqui, no tengo hambre. Comé vos —Le dije sin apartar la vista del techo, que placer los buenos ángulos en una casa, siempre escasean—.
—¿Posta no querés comer nada? Le pongo abundante aguacate como te gusta a vos — Insistió mientras se acercaba para jugar con mi cabello.
—No es que no quiera comer nada ¿o acaso estás vos en el menú? — Respondí mientras lo tomaba por sus caderas. Riéndome.
     Enzo soltó una carcajada y sostuvo mis manos.
—Mejor sigo mostrándote la chacra, así te sentís como en casa.
Me presentó las mascotas que nos recibieron con entusiasmo.
—Este es Garfio. — Decía mientras se agachaba para sacudir sus manos detrás de las orejas de un galgo de pelaje oscuro que no dejaba de dar vueltas a nuestro alrededor, celebrándonos con cada movimiento.
     Aunque no suelen gustarme los perros, la alegría con la que Enzo miraba a Garfio me contagió de emoción. Con una sonrisa –como amo verle sonreír– me contó la conmovedora historia de cómo rescató a este compañero leal en la misma ruta por la que habíamos llegado más temprano. 
     Mientras nos acercábamos a dos gatas persas que se encontraban plácidamente descansando en los sillones del living dijo: Estas son mis reinas más preciadas, Thelma y Louise. 
     Me quedé fascinado con ellas.
—¿Sabías que las dos miran películas conmigo?—Me dijo.
    Sentí en ese momento que Enzo actuaba como un niño, todo le causaba ilusión, me quería hablar de todo, contarme todo, compartir todo. Me subieron unas inmensas ganas de sostenerle.
—¿En serio? Me muero del amor— Le respondí pero sin prestarle mucha atención –ya que toda mi atención estaba en Thelma y Louise– mientras me turnaba para darle besitos en la frente a cada una de ellas.
     Con la tentación de quedarme jugando con Thelma y Louise, Enzo me recordó que aún había más por descubrir. La salida trasera reveló un ventanal inmenso que permitía que la luz natural inundara el amplio living.
Me llevó a un pequeño establo donde conocí a Trueno, un majestuoso caballo negro. 
     Curioso, le pregunté a Enzo si sabía montar a caballo, y con una sonrisa, confesó que recién ahora estaba aprendiendo y que su padre era el verdadero experto en la materia. Luego de interactuar un poco con Trueno, Enzo me llevó a conocer los conejos que su madre criaba cerca de un pequeño invernadero que había en el lugar. 
     Los conejos eran unos seres adorables que él agarraba con tal gentileza que mi corazón no pudo evitar derretirse allí mismo.
—Todavía no terminamos, yo sé que desde la ruta las viste, vamos a saludarlas. 
     Nos dirigimos hacia la zona donde pastaban una diversidad de vacas. 
—¡Y no te enojes conmigo! —Dijo alzando las manos—. Pero te tengo que decir que ninguna tiene nombre. Son sólo "Las Vacas".
     Me reí, miré alrededor, el territorio era tan vasto que era difícil no sentirse ínfimo. Encontré un tronco caído a la lejanía y me senté sobre él. Por suerte, Enzo no me siguió y en cambio se quedó hablándole a las vacas. Mientras tanto, yo estaba cargado de muchísimas emociones, la melancolía me recorría el cuerpo.
—Que locura, no merezco esto— Dije mientras me mordía los labios aguantando el llanto.
     No sé si era la brisa veraniega, el canto de los pájaros, el hermoso atardecer que a lo lejos ocurría, la inmensa cantidad de árboles, los animales o el inexplicable y particular olor a eucalipto que tenía el lugar –ni idea de dónde venía porque la plantación de eucalipto la habíamos pasado hacía muchísimos kilómetros– o quizá era todo eso junto, o nada de eso. 
Al regresar nos sumergimos en la habitación –aún inexplorada por mí– buscando un merecido descanso después de la aventura del día.
      Me dejé caer en la cama, inhalando profundamente. Enzo, de pie, me observaba y pude anticipar un comentario del estilo "¿Ya te vas a dormir?". A pesar de que ya era tarde para una siesta, la idea de cerrar los ojos me tentó lo suficiente como para finalmente hacerlo sin culpa. Sutilmente, Enzo se unió a mí en la cama y con delicadeza, posicionó sus piernas entre las mías y se recostó sobre mi pecho. Sentí una paz inconmensurable. Deseaba quedarme eternamente en ese momento. Creo que la paz fue tal, que hasta tuve un momento de meditación y todo. 
—Entonces... —Volteó a verme con sus preciosos ojos marrones—. ¿Te gustó la chacra?
—Me encantó, cada rincón tiene su encanto.
—Me alegra mucho —Me abrazó con una inmensa fuerza mientras que, susurrando con gran timidez, de una forma casi imperceptible le escuché decir "Cuando te veo relajado, siento que todo vale la pena".
No estoy seguro de si transcurrió mucho tiempo mientras reflexionaba sobre cuál sería mi respuesta a eso, sin embargo, cuando me disponía a dar una respuesta, me percaté de que Enzo ya se encontraba en el dulce abrazo del sueño. La serenidad del entorno parecía haberlo envuelto en un manto de descanso antes de que pudiera compartir mis palabras. Con el pasar de los minutos, la atmósfera apacible y la sensación reconfortante me llevaron también a mí.
73 notes · View notes
latinotiktok · 1 year
Note
Confesión : la canción "arroz con leche" me hizo bisexual. De niña no tenía ni idea que las mujeres podían ser gay hasta que me enseñaron "me quiero casar con una señorita". De repente, mi infancia se convirtió en 🏳️‍🌈🤔🌈🧐
confesión de media latinoamerica, tbh. Se sentía ilegal cantarla.
136 notes · View notes
jartitameteneis · 6 months
Text
Tumblr media
Para el viento, una cometa
Para el lienzo, un pincel
Para la siesta, una hamaca
Para el alma, un pastel
Para el silencio una palabra
Para la oreja, un caracol
Un columpio pa' la infancia
Y al oído un acordeón
Para la guerra, nada
.
Para el sol, un caleidoscopio
Un poema para el mar
Para el fuego, una guitarra
Y mi voz para cantar
Para el verano bicicletas
Y burbujas de jabón
Un abrazo pa' la risa
Para la vida, una canción
Para la guerra, nada
.
Para el viento, un ringlete
Pa'l olvido, un papel
Para amarte, una cama
Para el alma, un café
Para abrigarte, una ruana
Y una vela pa' esperar
Un trompo para la infancia
Y una cuerda pa' saltar
Para la guerra, nada
.
Para el cielo, un telescopio
Una escafandra, para el mar
Un buen libro para el alma
Una ventana pa' soñar
Para el recreo, una pelota
Y barquitos de papel
Un buen mate pa'l invierno
Para el barco, un timonel
Para la guerra, nada
.
Para la guerra, nada
.
Para la brisa una pluma
Para el llanto una canción
Para la guerra, nada
Para el insomnio la Luna........
Lorca.
28 notes · View notes
notasfilosoficas · 9 months
Text
"Es difícil encontrar la diferencia entre el mar y el cielo, entre el viajero y el mar. Entre la realidad y lo que quiere el corazón" 
Haruki Murakami
Tumblr media
Es un escritor y traductor japonés, autor de novelas, relatos y ensayos, nacido en Kioto en enero de 1949.
Sus libros han generado críticas positivas y ha obtenido numerosos premios. Sus obras han sido traducidas a cincuenta idiomas y su estilo, en algunos casos, ha sido criticado por el establishment literario japonés como no japonesa. Su obra esta influida por el surrealismo y la alineación.
Aunque nació en Kioto, vivió la mayor pate de su juventud en Hyogo. Su padre era hijo de un sacerdote budista y su madre de un comerciante de Osaka. Ambos enseñaban literatura japonesa.
Desde su infancia Murakami estuvo muy influido por la cultura occidental, en particular por la música y la literatura, y creció leyendo numerosas obras de autores estadounidenses como Kurt Vonnegur y Richard Brautigan.
Estudio literatura y teatro griegos en la Universidad Waseda, donde conoció a su esposa. Antes de terminar sus estudios, abrió el bar de jazz “Peter Cat” en el cual trabajó junto con su esposa de 1974 a 1981.
En 1986 con el enorme éxito de su novela “Norwegian Woods”, abandonó Japón para vivir en Europa y en los Estados Unidos, regresando a Japón en 1995. 
La ficción de Murakami, es a menudo tachada de literatura pop, es humorística y sureal, aunque al mismo tiempo refleja la soledad y el ansia en el amor en un modo que conmueve a los lectores tanto orientales como occidentales.
Muchas de la novelas de Murakami tienen títulos referidos a canciones como Dance, dance, dance, Norwegian Woods (de los Beatles) y South of the Border (referencia en una canción de Nat King Cole).
Murakami está considerado como una figura importante en la literatura postmoderna y el diario “The Guardian” lo ha posicionado entre los mayores novelistas de la actualidad.
Murakami es capaz de crear mundos que por muy oníricos que resulten, tienen una lógica aplastante, o que  por lo menos tienen una lógica mientras lo estás leyendo.
Según la revista “Esquire” los libros de Murakami pueden leerse en el siguiente orden: “Tokio Blues”, “Kafka en la Orilla”, “Al sur de la frontera, al oeste del sol”, “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”, “La caza del carnero salvaje” y “Escucha la canción del viento y pinball 1973” esta ultima en realidad son dos novelas. Finalmente “De que hablo cuando hablo de correr” y “El elefante desaparece” una antología de historias cortas emotivas, extravagantes y también románticas.
Ha sido considerado al Premio Nobel de Literatura en diferentes ocasiones sin que hasta el momento haya obtenido algún galardón.
Fuente: Wikipedia y esquire.com
46 notes · View notes
floresclandestinas · 18 days
Text
Una mañana de abril, la clase empezó sin ti, Antonio. No querías estudiar, solo te gustaba el mar. Ese mar que te llevó, que nunca te devolvió, Antonio.
Una mañana de abril la primavera cantaba y al ver la clase sin ti, todo mi cuerpo lloraba. Me dejaste en el camino, te llevaste mi esperanza, cuando más rubio era el trigo en la tierra de mi alma.
Fuiste mi canción de infancia. Y sobre el mar que te guarda te traigo rosas de Francia y el llanto de mi guitarra te llevará entre las olas a estos ojos que te lloran, de esta amiga que te extraña.
Tumblr media
11 notes · View notes
melancolirio · 1 year
Text
Hoy al pasar por esas calles solitarias, recordaré mi infancia ingenua, tan lejos de la realidad soñada, tan cerca del soñar despierto. Mi infancia se convertio en mi canción de autobuses, en mis películas predilectas, en mis libros de colección, en la perla de mis recuerdos. Allá en el cielo alguna luna de esas llenas de esperanza me dijo que al terminarla sería al fin feliz; que encontraría la respuesta. Y aquí estoy igual de fugaz, igual de sorprendido en la mirada, sigo perdido buscando el norte pero sobre todo sigo con más nubes que nunca."
nube triste.
54 notes · View notes
Note
Hola! Vamos a desbloquear algunos recuerdos musicales aquí hoy. Así que cuéntame!
1. Canción con la que hayas descubierto a tu banda/artista favorit@ y que lo sigue siendo hasta el día de hoy.
2. Una canción que te recuerdes que tus padres escuchaban durante tu infancia.
Hola, ¿Aquí? ¿Hoy? ¿No puede ser mañana? jsjjsjs ta'bien 🖤🎧
Someone Else's Arms x Mae 🛸
Eye in the Sky x The Parsons Proyect 👁️‍🗨️
Tumblr media
9 notes · View notes
nuestrodestinocomun · 8 months
Text
Tumblr media
Los colchones desnudos en verano
Las sábanas revueltas, arrugadas, cayendo al suelo por un lado de la cama, como un telón arrancado de la última función del día, mostrando el colchón desnudo.
El sonido de una radio a lo lejos mezclándose con las últimas imágenes del sueño. Un recuerdo familiar de la infancia. La sensación de viajar en un buque a la deriva, el sonido de la madera crujiendo y las velas ondeando bajo el sol del verano. La brillante luz de la tarde filtrándose por los huecos de la persiana en la habitación, un camarote sin rumbo en alta mar.
Ahora soy más consciente, me despierto, justo cuando termina el disco que estaba escuchando. El libro que leía, doblado bajo un brazo. Un cúmulo de pensamientos acuden a mi mente. La mayoría, fantasías, relacionadas con amar a una persona rota e intentar recomponerla, como si fuera un puzzle, como en una canción de Bill Callahan.
Sigue haciendo aún demasiado calor para esta época del año, y eso me impide pensar con claridad, me ralentiza. Miro el reloj, casi las siete de la tarde. Habría que sacar al perro, pero lo pospongo ya que recuerdo que tengo que llamar a Esther, se lo había prometido. Una persona rota a la que no puedo recomponer, ya que no soy Bill Callahan, por mucho que lo intente.
Esther es una compañera del trabajo, y amiga, está esperando su primer hijo, acontecimiento que se ha visto empañado por coincidir en el tiempo con la enfermedad terminal de su marido. Todos los días a la hora del café hablamos y me cuenta sobre la evolución de lo que a día de hoy son sus dos únicas prioridades, los dos únicos tablones a los que aferrarse en medio del océano.
Marco su número y al otro lado escucho su voz, quizá he llamado demasiado temprano y la he despertado. Se recompone rápidamente y empieza a contarme las novedades. Las noticias malas siempre primero. Juan no responde a los últimos tratamientos. Las buenas, para compensar el golpe de las malas, la niña se va a llamar Julia, por la canción de los Beatles.
Continúa diciéndome que en las últimas semanas en las que no nos hemos visto, durante las vacaciones, se ha precipitado todo. El desenlace final de su marido está próximo y la niña ya está en camino. Va a necesitar toda la ayuda que pueda conseguir.
El apartamento donde viven es pequeño y me pide si es posible que la ayude a realizar una pequeña mudanza a un piso que ha alquilado justo al lado del suyo para pasar la cuarentena. De esa manera Juan podrá ver a la niña, evitando que los dolores del padre se sumen a los llantos nocturnos de la niña.
También me ha pedido que alguna noche me quede con la niña mientras ella atiende a su marido en lo que pueda necesitar. O bien que yo mismo, si no es mucha molestia, lo acompañe al hospital, en el caso que ella no pueda dejar a la niña. Seguramente debiera quedarme también al cuidado de los dos, padre e hija, para que la madre descanse, aunque eso ella no me lo ha pedido directamente.
Se que me voy a sentir desbordado, pero no puedo negarme. No conocen a nadie más en la ciudad y, al fin y al cabo, yo no tengo nada que hacer.
Esther sabe que los tiempos y los plazos juegan en su contra, y existe una posibilidad bastante alta de que padre e hija no lleguen a conocerse nunca y sufre enormemente por ello.
Quedamos para realizar la mudanza en unos días y me despido de ella poniéndome a su disposición para lo que necesite y vuelvo otra vez a la cama. La conversación ha sido demasiado y no me encuentro con ánimo para hacer nada más.
En el dormitorio la tenue luz de la tarde, al reflejarse sobre la cama, ilumina toda la habitación. No puedo evitar fijar mi mirada en el colchón blanco y desnudo, sin las sábanas. Pienso en Esther. En el colchón inmaculado, puro e inocente de la cuna de Julia, y en el trágico y solitario lecho que dejará atrás Juan cuando ya no pueda seguir luchando contra la enfermedad.
Pienso en lo frágiles y débiles que somos ante las adversidades de la vida, en lo desprotegidos que a veces nos encontramos, en como una simple y sencilla colchoneta, un jergón, un artículo inventado por el ser humano, en teoría para mejorar su vida, pueda representar en ocasiones momentos tan dispares de la existencia de una persona.
25 notes · View notes
j31cy-johannblogs · 7 months
Text
Tumblr media Tumblr media
💙🐰Recreating the scene of the song "dreams of truth" from the BxB shipp of the fnafHS/FHS series by Edd00chan, but in creek version :D.
💜🐰That series may be bad in many ways, but it also inspired many to draw and its characters marked a part of our childhood, so it is very nice to draw something related to it from time to time. ;)
____________________________________
🐰💙Recreando la escena de la canción "sueños de verdad" del shipp BxB de la serie fnafHS/FHS de Edd00chan , pero en vercion creek :D .
🐰💜Esa serie puede ser mala en muchos sentidos , pero tambien inspiró a muchos a dibujar y sus personaje marcaron una parte de nuestra infancia , asi que , es muy lindo dibujar de vez en cuando algo referente a ello. ;)
Tumblr media
19 notes · View notes
yannakissecae · 25 days
Note
Hola! Vamos a desbloquear algunos recuerdos musicales aquí hoy. Así que cuéntame!
1. Canción con la que hayas descubierto a tu banda/artista favorit@ y que lo sigue siendo hasta el día de hoy.
2. Una canción que te recuerdes que tus padres escuchaban durante tu infancia.
Hola @reginafalan-g qué juegos más chulos se te ocurren 😁
1. No sé si es mi grupo favorito pero sí es la canción con la que descubrí el tipo de música que más me gusta (el britpop). Era 1993 y ese grupo se llamaba Suede
youtube
2. Uff, mis padres no tenían muy buen gusto 😅 pero de vez en cuando dejaban sonar algo de los Beatles, Joan Manuel Serrat o Nino Bravo. Y entonces pedía subir el volumen 😉
youtube
Gracias guapa 😘😘
8 notes · View notes
ann3xia · 27 days
Note
Hola! Vamos a desbloquear algunos recuerdos musicales aquí hoy. Así que cuéntame!
1. Canción con la que hayas descubierto a tu banda/artista favorit@ y que lo sigue siendo hasta el día de hoy.
2. Una canción que te recuerdes que tus padres escuchaban durante tu infancia.
Hola bonita! Me encantan tus ask!🥰
1. Canción que descubrí a mi grupo/banda/artista favorito? Uff pues tengo tropecientos mil,pero probablemente sea esta,que la descubrí en MTV y di mucho la lata jaja
2. Canción que me recuerde a mis paus en la infancia? Pues la verdad es que no hay, cualquiera de los 90,mis padres no han sido de escuchar artistas específicos y tal. Mi padre sí solía llamarme la atención si sonaba algo que me gustaba o me veía bailar, así que cuándo sonaba:
Me cogía y me subía a sus pies para que bailase con él.
Tumblr media
Y las tuyas @reginafalan-g ?
Mil besos!♥️
7 notes · View notes
Text
Sabias QUE?
Tumblr media
Muere la cantante Sinéad O'Connor a los 56 años
La cantante irlandesa que saltó a la fama en todo el mundo con la canción 'Nothing Compares 2U', ha fallecido este miércoles a los 56 años
Ganadora de un premio Grammy, en el año 2018 se había convertido al islam con el nombre de Shuhada’ Sadaqat.
Tercera de cinco hijos, sus padres tuvieron graves problemas matrimoniales. Tras la separación, ella y sus dos hermanos mayores fueron a vivir con su madre, en una terrible etapa en la que sufrieron abusos físicos que ella misma reflejó en su canción 'Fire on Babylon'.
Sinéad se marchó a vivir con su padre y la nueva pareja de este, pero fue enviada a un reformatorio donde se fijaron en su bella voz para cantar.⁠
youtube
O'Connor ha sido durante las últimas tres décadas una persona zarandeada por un cuadro psiquiátrico complejísimo que la ha llevado a pelearse con aquellos que le querían, a exponerse al escarnio público, a entrar en guerras que nunca podría ganar y a asistir a tragedias absurdas como el suicidio de su hijo.
Es peligroso intentar sintetizar desde fuera cuál ha sido el problema de Sinéad O'Connor. ¿Un trastorno de la personalidad límite llevado hasta el extremo?
Sus relatos de la infancia y la adolescencia se ajustaban a ese molde: eran retratos de un dolor muy íntimo que emponzoñó su entrada en la vida adulta. Los padres de O'Connor se separaron cuando ella tenía ocho años y Sinéad se fue a vivir con su padre, que, parecia una presencia más sólida que su madre.
La cantante recordaba a su madre en esos años llorando sin consuelo, incapaz de reconstruir su vida, pero también inclinada a formas de crueldad aterradoras.
En su otra casa, en cambio, su padre volvió a empezar y se casó por segunda vez con una mujer llamada Viola, cariñosa y creyente, y de cuya compañía disfrutaba Sinéad.
Pero cada momento de gozo se convertía después en una puñalada de culpa. En la adolescencia, O'Connor gestionaba ese conflicto de la manera en que lo suelen hacer los niños perdidos: causaba problemas, buscaba el dolor, chocaba con el mundo, robaba en las tiendas... 
Escuchaba a Dylan y Pink Floyd, leía a Yeats, chocaba con su padre, al que, pese a todo, veía con compasión, se iniciaba en la sexualidad por el camino de la desesperación y se las buscaba para que la expulsasen del colegio...
¿Hay belleza en historias así? El mundo ha idealizado la angustia adolescente desde el romanticismo y ¿cómo no ver a Sinéad O'Connor como un personaje romántico, dirigido a la autodestrucción y la soledad por ser una persona demasiado pura para el mundo?
Tumblr media
D.E.P 🕊️
Tumblr media
30 notes · View notes
danielac1world · 9 months
Text
Está por llover, quisiera decir que adentro también llueve, pero se me hace una metáfora tan usada, que empiezo a pensar que quizás solo tengo goteras de nostalgia.
Y está casi lloviendo, mamá hace la cena mientras canta alguna canción trillada para hacernos reír, verla feliz también me hace feliz, aunque sea solo por un rato; y si es de día, salgo al patio; la selva descontrolada de colores me hace sentir que estoy a salvo, porque nadie puede verme, excepto los ojos verdes desde el asfalto.
Y juego a que sale una niña de nuevo, una niña que puede abrazarse y reír, llorar sin pena y sin miedo, jugar a lo que quiera fuera de los ojos toscos de una infancia mal vivida; y entonces el cielo se nubla y el viento es fuerte, los pájaros juegan a ser libres, los insectos ríen hasta cansarse sobre las hojas del patio verde, y la niña sueña hacer lo que quiere, y por un segundo, esa niña también juega a pensar que el dolor, no existe, y todo es pensar que los días pasan, las goteras son solo agujeros fuera de la ventana, y mamá canta para siempre, risas y serenatas.
-danielac1world ~Nubes de terracota~
48 notes · View notes
Text
Así era ser mujer en un pueblo de Uruguay en 1935
Capincho Fernandez violó a mi abuela cuando ella tenía 12 años. Hizo lo mismo con casi toda la escuela de aquél pequeño pueblo, convenientemente era la pareja de una de las maestras. También ejerció esa aberrante costumbre con las demás mujeres del pueblo, mayores o menores de edad. No pasó un solo día en la cárcel en toda su vida. Mi primer tío es hijo del Capincho, y el segundo y el tercero. Cuando nació el primero, el padre de mi abuela se enteró de todo y eligió hacerle un juicio para que se hiciera cargo del niño y se casara con mi abuela. Ese fue el primer matrimonio de ella: obligada por la justicia vivió años casada con su violador y ahora golpeador porque la cagaba a palos. El padre de mi abuela se enteró de todo y autorizó el divorcio, le consiguió una pequeña pieza a mi abuela donde podía estar con sus tres hijos, y allí estuvo secuestrada porque casi no podía salir: en un pueblo tan chico, cruzar la puerta significaba cruzarse con el Capincho. El Padre de mi abuela se enteró de todo y le consiguió trabajo en Montevideo, a donde viajó sola. Sus hijos quedaron al cuidado de su abuela Toribia. Años después mi abuela conoció a mi abuelo (un huérfano que vivió en orfanatos toda su infancia y adolescencia), de ese matrimonio nació mi madre y su hermano. Esa es otra historia, llena de pobreza pero mucho más feliz. Lo que vengo a contarles ahora es que me enteré de esto ayer, mientras mi madre se lo contaba a una de sus mejores amigas (que tampoco sabía), cuando le preguntó quién fue el padre de mi primer tío. Mi madre lloró durante casi todo el relato. -Ay, perdoname -le dijo su amiga -si te pone así de mal no me cuentes, yo no sabía te podrás imaginar. -No no, está bien, yo estoy sensible -dijo mi madre refiriéndose a la muerte de mi padre hace unos meses -además así me desahogo. Capincho Fernández fue inmortalizado junto a otros personajes en una canción popular hecha al pueblo. Mi abuela no.
Tumblr media
Acostumbradoalfindelmundolandia: linktr.ee/acostumbradoalfindelmundo
7 notes · View notes