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#Corriente Villera
infacundia · 1 year
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Bajo un póster de Supermerka2
De la vieja cumbia villera a la cumbia rkt hay, es cierto, un rescate parcial: al menos en la lírica, de la merca se pasó al fasito, acaso menos autodestructivo. Una zona liminal la encontramos, por ejemplo, en Los Maleantes de La Piedra Urbana, álbum producido en 2012, si bien desde Flor de Piedra la cumbia le canta al cáñamo. Pero también hubo unos cuantos retrocesos. Me quiero ocupar hoy del, para mí, más angustiante de ellos: el triste pasaje de expresar la vida popular con cierta conciencia de clase, que aun con sus miserias ya había perdido el respeto a la propiedad privada (¿se acuerdan de Pibes Chorros, de Sos botón?), a expresar cierta aspiracionalidad lumpen-gángsteril con modales aptos a la clase media. Esa influencia ~también narcótica y autodestructiva, en más de un nivel~ viene en parte de la expansión del reguetón, esa mercancía "latina" de la industria cultural gringa (Costa Rica, capital reguetonera, es jurídicamente colonia yanqui), y en parte del hip hop, otro género-mercancía del norte burgués.
Pero el reguetón y el hip hop que las inversiones de grandes capitales pegaron en las listas de reproducción no son los únicos factores de influencia en el rkt o el trap. La música, las líricas que más escuchamos como clase desposeída y precarizada, no pasan por debajo de los cursos de la historia. Al cabo que el capital absorbe, redirige y potencia en el mercado cultural lo que nosotrxs producimos creativa y genuinamente.
El neoliberalismo no es algo que se pueda sortear dentro del capitalismo, mucho menos dentro de una región periférica. Como proceso global de restauración del poder de clase empresarial, implicó ~todavía implica~ una victoria pírrica para el capital frente al trabajo en tanto en lo económico no resuelve la tasa decreciente de ganancia o, lo que es lo mismo, la larga crisis de valorizaricación que empezó en los 70s. De ahí que se concentre y militarice mientras el resto empobrecemos.
Reparo en estas abstracciones económicas porque, a pesar de los momentos de repolitización de la masa trabajadora urbana argentina desde fines de los noventa hasta principios de los 2010s (línea biográfica idéntica al nacimiento y la muerte de la cumbia villera argentina) que favoreció cierto extractivismo desarrollista, la construcción de subjetividades sociales bajo la corriente fría que proviene del estrato más profundo de la sociedad tardoburguesa ~osea, de la abstracción del intercambio mercantil~, no dejó de conducir lenta pero directamente a esa transformación de la cumbia villera en cumbia rkt. La filosofía académica llamaría a este un proceso epifonoménico.
Es decir, pensemos en los sujetos económicos que producen los trabajos 'desempleados'. En un momento en que las grandes empresas transnacionales son capaces de producir sus bienes y servicios con un porcentaje de robotización mayor al del trabajo humano y el ejército laboral de reserva engrosa sus filas, el patrón empieza a ser más indirecto, más abstracto: el patrón es el mercado. Los trabajos en servicios de reparto y apps de transporte, los empleos a comisión (por ejemplo en telemarketing), el monotributismo sin capital de nuestros pequeños emprendimientos comerciales dentro del marketing digital y las campañas en redes sociales, etc., son fenómenos que entran en serie con las tendencias musicales que ya no apuestan al trabajo colectivo de la banda (de cumbia, de rock) sino al talento individual de un artista que "lo único que necesita para triunfar es un teléfono".
El velo ideológico está detrás de que los medios productivos para que seamos nuestra propia empresa están atomizados, son celulares. De esa premisa engañosa se deducen las voluntades aspiracionales, la salida individual frente a algunas de las miserias existenciales a las que nos somete el capital, en la lucha empoderada del todos contra todos. Eso, desde una crítica objetiva, que por otro lado deja para otro día cómo esa atomización del trabajo social implica una regresión a lo precario.
Desde una crítica subjetiva, podemos también decir que sin politización económico-política, tales trabajos explotados por esa gran abstracción cuasi religiosa que es el mercado ~y que tiene sus más fanáticos sacerdotes en los seguidores del pontífice Milei~... Esos trabajos en los que nosotrxs nos ocupamos de la mayor parte del proceso de realización de la mercancía, generan un sujeto social propicio no solo a la recepción sino también a la producción de poéticas de la aspiracionalidad, del "soy mi propio jefe", expresadas en el fogoneo de una dinámica de consumo que para las grandes mayorías se hace ficcional. Se empieza a narrar un estilo de vida que lxs pobres fantasean que tienen esos ricos que no conocen porque viven lejísimos de ellxs. Cadenas de oro, mansiones, camionetas de lujo, putas, una empresa y otros delirios del evangelismo sueñoamericanista.
Apenas hay vida afectiva en el yo anti-poético del trap y de la cumbia rkt: todo es consumo efímero e intercambio de mercancías, bienes y servicios. Esa es la sensibilidad económica e instrumental tan propia del capital, que nos ha secuestrado un género que parió ritmos líricos tan sublimes como Me enamoré de Agrupación Marilyn, Paisaje de Gilda, Una calle nos separa de Néstor En Bloque, por nombrar aleatoriamente un elocuente puñado de amores y desamores cumbieros. Ni hablar de la interpelación popular que la parte melódica de la cumbia villera lograba: ¿cuántos temas del género se volvieron canciones de cancha o arengas militantes? ¿cuántos temas rkt, en cambio, con sus ritmos acelerados, tienen una proyección más allá del propio productor individual? Quizá el que más lejos llegó fue el Noba, en paz descanse, acaso por ser el que más levantó de la tradición villera de la cumbia argentina.
Pero, más allá del materialismo, evitaría olvidar que hay una agencia política detrás de estos productos y transformaciones culturales. Como decía al principio, dentro de la industria cultural operan grandes capitales también concentrados (solo Universal, Sony y Warner dominan el 65% de las patentes discográficas) con un amplio margen de despotismo sobre los algoritmos ~no solo digitales~ del mercado musical. Sería ingenuo pensar que, a la hora de tomar decisiones propias de una estrategia de mercado, no tienen en cuenta las subjetividades sociales que producen sus inversiones. Al cabo que el repertorio de la creatividad popular es vasto, y a cualquier dueño de una parcela de humanidad le conviene más estimular aquellos géneros que adoran a su dios (el valor, el dinero, el estilo de vida que ofrece el capital) que aquellos con otros intereses, menos rentables o incluso a veces contrarios a los del amo.
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newstfionline · 7 years
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Argentina activists aid shanty towns state has left behind
Uki Goñi in Buenos Aires, The Guardian, 26 March 2017
With a red star and the face of Che Guevara emblazoned on its side, the ambulance winds its way through the dingy streets of Villa 1-11-14, a sprawling Buenos Aires shanty town so neglected by the city government that--despite being home to over 25,000 people--it does not even have a name.
But the driver, Alfredo Solano, and the nurse, Valeria Chaparro, are not hospital or city staff. They are members of Corriente Villera, a collective of activists who bring medical care to some of the poorest districts of the city--areas where state employees rarely venture.
“Not only are they afraid to go into the shanty towns because of the crime there, but they wouldn’t know anyhow how to navigate them like we do,” says Solano.
Because they grew up in the shanty towns themselves, the collective’s members can enter areas where a combination of drug-related crime, rising poverty and government neglect conspire to leave myriad people beyond the reach of regular social services.
Their services are badly needed. An estimated 1.5 million Argentinians fell below the poverty line in 2016, bringing the total to about 13 million people--or 32.9% of the population, according to a report released this month by the Social Debt Observatory of Argentina’s prestigious Catholic University.
The figure made a mockery of election promises by the centre-right president Mauricio Macri, a wealthy businessman who took office in December 2015 with the promise of “zero poverty”.
Addressing the country the day after the figures were released, Macri said: “When we speak of zero poverty, we’re not speaking of one day to the next, we’re speaking of a goal.”
The new poverty figures coincided with mounting social unrest, including a wave of protests by teachers demanding their salaries be brought in line with Argentina’s 40% inflation index.
The government has found some cheer in small signs of growth in the second half of 2016. “We’re growing again and the figures prove it,” tweeted the economy minister, Nicolás Dujovne, on Tuesday, pointing out that GDP was up 0.5% and 0.1% during the third and fourth quarters of last year--despite the average GDP drop of 2.3% for the whole year.
But such talk rings hollow for Marina Joski, the activist who first had the idea of buying secondhand ambulances for the shanty towns of Buenos Aires.
The 42-year-old leader of the Corriente Villera collective grew up near Villa 1-11-14, the largest shanty town in the city of Buenos Aires, which grew out of three original settlements, known as 1 ,11 and 14.
Villera helps organize soup kitchens and other projects such as the cleanup of rubbish-strewn alleys and stagnant ponds that become the breeding ground for mosquitoes carrying dengue and Zika viruses.
“There’s a runaway crisis,” said Jorski. “The number of people who come to our soup kitchens has tripled in the last two years. And there’s more violence, both from the police--because of the official stigmatization of immigrant communities--and within the shanty towns themselves.”
The Catholic University study shows that the recent growth in poverty follows a sustained reduction in poverty during the former government of Macri’s leftwing predecessor, Cristina Fernández de Kirchner.
Among the causes are a brusque devaluation of the peso at the start of Macri’s government, which benefitted agricultural exporters but cut into the purchasing power of workers; the rollback of subsidies on transport and utility rates; and the government’s failure to rein in inflation, which remains stubbornly at around 40%, where it stood at the end of Fernández’s second term.
The Catholic University has close ties with Pope Francis, who was a champion for the country’s poor when he was still just Cardinal Jorge Bergoglio, the archbishop of Buenos Aires.
Back then, Francis put all his weight behind the creation of the Home of Christ, a federation of recovery centres that work with young drug addicts in the shanty towns.
The federation is run by Father José María Di Paola, who has devoted much of his life to helping young people addicted to paco, an inexpensive and highly addictive cocaine paste smoked by many low-income youths.
Father Pepe, as he is known, who maintains a close link with Pope Francis, still lives in the often violent La Cárcova slum, and has witnessed the growing poverty first-hand.
“Many people are losing their jobs, others are lucky if they can find even temporary work,” he said.
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el-overwacho · 6 years
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Overwacho: Marcha contra la reforma jubilatoria
Pharah: es la rati represora obvio.
La yuta y gendarmes: son los omnicos controlados por la IA
Junkrat: Es el del arma casera, tira piedras y todo lo que tenga a mano. Roadhog lo llevo ahí. Esta disfrutando del caos y descontrol.
Ana: protesta por su jubilación junto con el Rein y le llevan agua a los pibes que marchan, de vez en cuando le tira un botellazo a algún policia.
Soldier: es el típico viejo del orto que se queja por todo, a pesar de que marchen por su jubilación también.
Lucio: Esta en la manifestación marchando de forma pacifica, seguramente con su megáfono y música.
Reaper, Sombra y Doomfist: Están en la marcha también. Osea abajo overwatch, abajo todo tipo de autoridad.El caos es necesario. Probablemente estén haciendo daño también.
Roadhog: Es un rebelde de años, estuvo en el cacerolazo del 2001 y lo volveria a hacer mil veces, lo lleva a junkrat por que no lo dejaria solo ni en pedo y sirve más tirando cosas. Tambien en contra de autoridades corruptas.
Mei, Zarya, Hanzo, Genji: No entienden una mierda, se mantienen neutrales.
Reinhardt: Es uno de los viejos que ataco la yuta, le echaron gas lacrimogeno, balearon pero sigue en pie. Seguramente esta protegiendo a Ana y a los pibes.
Tracer: Otra como lucio, que esta en la marcha con la novia besándose a modo de protesta, y siendo parte del colectivo feminista lgtb.
Zenyatta: Llama a la paz y no violencia pero aprovecha para vender banderitas de Argentina y sahumerios.
Moira: Le chupa un huevo su jubilación porque sabe que con todas sus drogas va a vivir para siempre, quiere más pobres para hacer experimentos y vender sus farmaceuticos el doble de caros. Apoya la reforma.
Widowmaker y Symmetra: Se están tomando un vino en puerto madero, apagan la tele. Osea le chupa tres huevos todo.
Bastion y Orisa: Le pegan con balas de goma a la gente, ya sean pacíficos o no.
Torbjorn: Esta enojado con todos, pero apoya la movilización (la no violenta), el tiene como 10 hijos que mantener y con su laburo de técnico y artesano no da.
D.Va: Esta haciendo un streaming de todo, aprovecha para tener más followers en todas sus redes. (No se sabe de que lado esta).
Mercy: Esta preocupada por todos, tanto por la yuta como por los manifestantes, también como torbjorn esta enojada pero sabe que no puede hacer nada al respecto y se dedica a curar a los que puede.
Macree: Esta del lado del soldier diciendo que hace falta mano dura, a pesar de que el salio de una bandita villera en la que hacían bastante quilombo.
Winston: El solo quería tener una navidad común y corriente de comercial de Coca Cola, pero esto es Argentina OSEA EN DICIEMBRE HAY CAOS Y DESCONTROL.
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lagregoriana · 6 years
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Mujer y lucha de clases.
Para empezar, este texto, primero, es necesario aclarar que lejos está de hablar despectivamente del movimiento feminista. Sino más bien está hecho con una necesidad de crítica constructiva. También, aclarar algunos conceptos sobre ''feminismo de clase'' (algo totalmente inexistente a mi parecer). Primero, aclaremos un punto básico: ¿Qué es el feminismo? Movimiento interclasista, de mujeres, por la emancipación de estas mismas en el plano cultural y social. Ahora que tenemos en claro este punto ¿Por qué digo interclasista? Cuando hablamos de interclasismo en un movimiento, hablamos de un movimiento que hace crítica de las opresiones (en este caso del sistema patriarcal), ignorando las clases sociales. La proletaria y la burguesa se ven unidas por el género, por la opresión a este y por la violencia sistemática que sufren, social y culturalmente- Están unidas y son todas iguales por ser mujeres, sin embargo, no es 100% así. Una de las ramas, posturas, (etc) importantes dentro del feminismo, es el radfem. Mayormente todas sabemos qué defiende este, en el caso de que no, el radfem es una rama o una postura (hasta divisional) dentro del feminismo que defiende que toda violencia sistemática a la mujer, viene del patriarcado. La única violencia ejercida, por sobre las mujeres, es bajo la dominación del hombre. Si bien esta corriente, rama, postura, dentro del feminismo, no analiza la violencia económica (desde una perspectiva anterior al género), sino más bien ''simbólica'', es importante nutrirse de ella. Estudiarla y entenderla, para completar una especie de rompecabezas. Ahora bien, cuando hablamos de feminismo y mujeres pobres, lo primero que se nos vendrá a la cabeza es la problemática de aborto ilegal y clandestino, que se lleva la vida de muchas mujeres pobres, hasta una cantidad preocupante, abortando en un baño público, en la casa de una amiga con la ayuda de su mamá o, como en mi caso, en una casa escondida con socorristas. Pocas mujeres tienen noción de la existencia de las socorristas. Yo llegué a las socorristas, gracias a una chica que pasó por lo mismo que yo, no conozco las razones de su aborto y tampoco será nombrada, para respetar su privacidad. Las mías estuvieron en un plano económico, no estaba soltera, pero me dejaron sola. Como les pasó a muchas mujeres más. ¿Por qué digo que el feminismo es un movimiento interclasista si, el aborto, es nombrado como una de las aberraciones que nos afectan a mujeres de clase baja? Porque, sencillamente, esta es sólo una de las razones por las que las mujeres de clase baja somos violentadas, en un plano económico, poniendo nuestra vida en riesgo. Voy a nombrar algunas situaciones donde las mujeres de clases más vulneradas nos vemos obligadas a soportar: - Trata con fines de explotación sexual. - Trata con fines de explotación laboral. - Alquiler de vientres. - Violencia Obstétrica y Ginecológica. - Maternidad. - Dependencia económica en la pareja. - Crianza. - Empleo doméstico esclavo, sin goce de sueldo, en la familia. - Cuota alimentaria por cada hijo en común. - La familia tradicional. - Mujeres echadas de sus trabajos por sus embarazos. - Mujeres rechazadas en entrevistas de trabajos por ser madres solteras y con hijos, aún teniendo capacidad física, psíquica y amplia disponibilidad horaria. - Abortos clandestinos. - Dificultad de terminar estudios primarios y/o secundarios, como efecto secundario a la crianza, empleo doméstico o trabajo. - ''Ayuda'' muy escasa en la asignación universal por hijo. - Falta de toallitas higiénicas y tampones, por falta de plata. Esto afecta en mayor medida a niñas en situación de calle. - Falta de información sobre pastilla del día después, pastillas anticonceptivas y otros anticonceptivos, y también falta de ingresos para comprarlos. Bueno, estas son la mayoría de nuestras problemáticas y prioridades, quizás me esté olvidando de alguna, pero son la mayoría. Hace unos días pude expresar cuáles eran mis prioridades hoy en día, qué cosas necesitaba para seguir a esas prioridades y también nombré las prioridades de mi madre. Antes de escribirlas, decidí preguntarle a ella: ¿Ma, cuáles son tus prioridades? se quedó pensando porque no entendía a qué apuntaba. Le dije: ''en el día a día''. Lo primero que pudo salir de su boca fue ''tener plata para comer''. Después estuvimos de acuerdo en una cosa: terminar nuestra casa. Queremos agrandarla, arreglar el techo, revocar, ponernos un termotanque, arreglar las paredes afectadas por la humedad. La compra de materiales es cara. Pagarle a un albañil, también lo es. Hoy no disponemos de una suma que nos permita poder darnos estos ''lujos'', como abrir la canilla y tener agua caliente, sin embargo, algún día vamos a poder. Mi mamá es una mujer chilena, sin estudios secundarios. Fue a la escuela pública número 92 de Gregorio de Laferrere hasta séptimo grado (cómo mis tias y mi tío materno), conoció a mi papá (él es Argentino, terminó la primaria en el colegio Alfonsina Storni y después fue a una técnica en la secundaria) a los 17 o 18 años. A la edad de 19 quedó embarazada de mí. Mi papá tenía 21. Ella siempre expresó que quiso ser madre, que fui deseada, a pesar de que la situación económica de mi mamá y mi papá (y sus familias) no era buena y nunca mejoró en los dos años que estuvieron juntos como familia después de tenerme. Al año de que nací, nació mi hermano Nicolás. Un embarazo no planificado, si con una no podían, imaginate con vos. En ese momento, siempre recuerdo: mi mamá le había conseguido un trabajo en una fábrica de pantalones a mi papá, a la semana lo echaron. Después estuvo en un kiosco, pero no nos alcanzaba. Mi tía paterna más grande, que hoy en día ella sigue siendo una gran ayuda para mí, en todo aspecto, ayudaba a mis padres a comprarnos pañales, óleo calcáreo, leche, comida (cosas básicas: fideos, puré de tomates, papas, zanahoria, salchichas, etc) y lo mismo hacía mi abuela Nélida, más precisamente La Memé, cariñosamente. A los dos años mis padres se separan por violencia ejercida por mi padre. Todo lo que recuerdo, a partir de ahí, son juicios, denuncias, comisarías, cuota alimentaria de 600 pesos para alimentar a dos chicos (menos que una asignación universal por hijo actual), trabajadoras sociales, familias paterna y materna conflictuadas, visitas de fin de semana con malos tratos de parte de mi papá, imposición de la iglesia católica, imposición de hacer catequésis, de tomar la confirmación, de ir los domingos a misa, de hacer buena letra para que después nos trate mal los domingos a las 12 del mediodía y que, mi abuela Memé, nos agarre del brazo y nos lleve a cocinar con ella para no soportarlo a él y en el medio de todo, mi hermano y yo. De doce y trece años. De cinco y seis años. De quince y dieciséis.  No importa, siempre fue igual. Nuestros conflictos siempre fueron: mi mamá peleando en juzgados de menores para reclamar la cuota alimentaria que mi padre no nos quería dar por simple capricho. A mis 18 años de edad me enamoré de una persona de 16 años mayor que yo. Resumiendo esta historia, porque aún no la sané, yo aborté. Aborté porque estaba sola y no tenía trabajo, porque en la relación había dependencia económica, con la cual se me manipulaba. Aborté porque no quise repetir la historia. No me siento orgullosa, ni tampoco siento pena por eso, solamente es lo que había que hacer. Tomé una decisión, a pesar de muchísimas cosas y es parte de mí, es parte de lo que soy. Con esto, quiero rescatar la necesidad del marxismo para hablar de opresión de las mujeres. Ya planteé en el punto anterior a la definición de feminismo, que este era interclasista y por muy importante que sea para comprender desde una perspectiva más amplia, no engloba a todas las mujeres. Las mujeres como trabajadoras, madres y de clase baja, estamos expuestas a estas violencias por no ser analizadas dentro del feminismo. En las marchas feministas lideran la emancipación en los pechos femeninos, en los pelos sin depilar, en la celulitis, en la panza con estrías, en el famoso ''trabajo sexual'', en una foto con tu cuerpo desnudo o lencería erótica, etc, puntos cuales las mujeres trabajadoras, madres y de clase baja no los vemos como una prioridad. Más allá de que también está demonizado mostrar las tetas, porque están hipersexualizadas, más allá de que la depilación parte de una cultura pedófila y más allá de todo lo culturalmente implantado por el patriarcado sea necesario visibilizarlo, deja que desear en la visión de clase. Entiendo, hoy por hoy, al feminismo, como una manifestación de la burguesía. Una voz que aparece de las quejas de las mujeres burguesas privilegiadas para mostrar las violencias que les afectan a ellas mismas culturalmente. Esto no quiere decir que por ser burguesas no podes ayudar a una burguesa que está siendo víctima de violencia de género, no. Lo que quiero decir es que es necesario de un movimiento que no sea interclasista, para que las mujeres trabajadoras, madres y pobres, podamos analizar también la perspectiva de clase que atraviesa el género. Como una primera base al género. Muchas mujeres que hemos trabajado de limpieza y de niñeras, no hacemos distinción entre el género, cuando de patrón se trata. El patrón es patrón. No importa si es mujer u hombre. El patrón y la patrona es el que nos paga y hasta explota por un sueldo mínimo, aprovechándose de nuestra necesidad de ese ingreso económico, aprovechándose que la mayoría son madres solteras, aprovechándose de que la mayoría son inmigrantes, aprovechándose de la ignorancia para no darnos un trabajo en blanco. Las mujeres marxistas comprendemos que el feminismo carece de análisis de clase, donde las trabajadoras debemos crearnos nuestros propios espacios, incluyendo a las madres solteras, amas de casa, pibas pobres, villeras o en situación de calle, que el feminismo es una manifestación de la burguesía dónde la mayoría de las proletarias deben acoplarse a lo que deberían ser sus principales razones para poder vivir bien, o a lo que las burguesas dicen que deberían ser. Con esto no quiero decir que lo cultural no sea una parte esencial para empoderar a las mujeres, sino más bien que pasa a segundo plano en la proletaria, no es un todo en su vida, ni siquiera un cuarto. En lo personal, y esto ya lo dejé aclarado en varias cosas que dije, no es mi prioridad mostrar mis estrías o mis pechos como ''empoderamiento''. Puedo hablar de empoderamiento en lo que a clase se refiere. Lo que a mí me serviría para empoderarme, sería conseguir un trabajo con un sueldo justo y necesario para cumplir con mis intereses materiales, no tener la necesidad de vivir bajo el ala del hombre por un bien económico, soportar sus malos tratos, sus golpes, sus manipulaciones para alimentar a mis hijos y no estar ligada a la maternidad, a la crianza y a el empleo doméstico como una manifestación de micro-esclavo dentro de una familia traidicional. También aclaro, no quiero que suene despectivo, pero las trabajadoras no tenemos opciones, más que esa imposición, esa relación de poder económico, esa atadura al modelo de familia tradicional. La lucha de clases y la mujer, no está (ni por asomo) relacionada al feminismo. Aunque no lo crean, la heterosexualidad y la cisnorma, también está relacionada a la lucha de clases de la mujer. Creo necesario aclarar que las heterosexuales y las cisgénero, no tienen ningún privilegio por sobre mujeres trans y por sobre las mujeres bisexuales/lesbianas. Una cosa es ejercer violencia por alienación, otra cosa muy distinta es tener privilegios por sobre las demás mujeres. Ya nombré algunos puntos importantes para entender la clase atravesando la opresion de las mujeres. Una es el alquiler de vientre, la segunda es la violencia obstétrica y ginecológica, la tercera son los despidos por embarazos. En el aspecto heterosexual, todas las mujeres heterosexuales tienen implantado el modelo de familia tradicional, con estos viene la crianza y el empleo doméstico. Estos no son privilegios, son formas de violentar e imponer. Lo cual también está ligado al marxismo, ya que el feminismo, esta vez, SÍ HACE DISTINCIÓN. Al contrario que con la clase. Se habla de que la sexualización de las mujeres lesbianas y bisexuales viene del patriarcado, del deseo del hombre cis y heterosexual. Sin más que agregar, por el momento, resumiendo, recomiendo leer mujer y lucha de clases, de Kollontai, para sumergirse más en el marxismo, para analizar a la clase como principal factor a la opresión de género. También recomiendo saber sobre radfem, entenderlo, saber cuáles son sus principales búsquedas, su historia, no es menos importante porque esté incompleto en la perspectiva de clase.  
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nattypizzani-blog · 7 years
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I'm Natty
Si, así me gusta que me llamen: Natty”, no me digas Nat, muchas personas corrientes (o muy especiales) me llaman así. ¿Tu eres una persona corriente? No lo creo. ¿Especial? Prueba serlo ;)
Quisiera que me conozcas bien en este primer «Blog», así que te dire mis gustos. Amo leer, puedo vivir solamente de libros, y de comida, pero más que todo de libros. Mi libros favoritos son los de género contemporáneo, simplemente sencillos y lindos.
La música es muy esencial para mi, hace que me desconecte del mundo para disfrutar mi mundo ficticio. Amo todo tipo de música, hasta a la cumbia le tome cariño —gracias mamá—. Pero no me gusta mucho el K-Pop y odio las villeras.
También estoy en busca de series y películas buenas, que no sean tanto de drama adolescente, ya que con mis amigas tengo suficiente, nah, es broma. Pero si conocen buenas películas, recomienden, pueden ser animes.
Odio la pinshi Nutella, ya me aburrió demasiado, prefiero una rica y fresca mermelada de frutilla o de moras, o aun mejor. ¡Las dos!
Eso es lo mejor que deben aprender de mi. ¡Siganme!
Atte: D
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Aporteñada
Cuando me mudé a Berlín, comencé a trabajar en una oficina de 70 personas en la cual yo era la única argentina. De manera instantánea, me convertí en aquello que creía que no era: yo, que siempre me sentí diferente, que nunca me sentí identificada con esos seres nacidos y criados en mi ciudad, me había transformado en eso, en “la porteña”. En un principio, me empeñaba en explicar que compartía casi nada con mis coterráneos. “No me gusta el desorden, no me gustan los que dejan todo para el final, no me gusta el ruido, no me gusta el contacto físico, no me gusta fútbol, no me gusta el tango ni su melodrama”, repetía una y otra vez; una lista de no-gustos que usé durante las primeras semanas para des(a)pegarme de lo que yo creía que significaba ser porteño. Luego, intenté ocultar sin éxito aquellos rasgos de personalidad adoptados por haber vivido toda mi vida en el mismo lugar: Siempre se filtraba algún comentario fuera de lugar, alguna risa demasiado estridente, una emoción un poco más fuerte de lo que ameritaba sentir.
Pasé algo más de un mes en un limbo donde no sabía quién debía ser. Había llegado sola a Berlín y el hecho de tener un trabajo facilitaba eso de lograr amistades, lo más importante para mi, pero me daba miedo ser yo y toda mi intensidad y que la poca gente que conocía no me aceptara. Hasta que un día, quizás con la guardia baja debido a lo extraño que resultaba todo, empezó lo que yo di en llamar “aporteñamiento”, ese fenómeno de redescubrirme como porteña.
Era el Summer Camp, un evento de la empresa de tres días en el que nos llevaron a la costa del Báltico para hacer un poco de eso que llaman “bonding”. Durante la cena de la primera jornada, me invadió por sorpresa la nostalgia e hice una porteñada, una de las más refinadas: el escándalo emocional público. Estaba tragando un pedazo de pollo incomible cuando apareció un nudo en mi garganta. “¿Qué te pasa, Cecilia?”, preguntó Rubén, un compañero español. “Extraño a mis amigos”, le dije, con lágrimas en los ojos. “Pues, aquí tienes vino”, respondió. Ana, otra española, completó la idea con un “Vamos, venga”, y me tomó de la mano para ir por un Aperol Spritz. Un par de birras después, ya estaba haciendo de las mías, con la certeza de que, a fuerza de chistes, había encontrado aquello que añoraba tanto unas horas antes.
Los porteños somos creadores de un extrañísimo sentido del humor, corrosivo, que derrite todo, lo destruye y, después, con ternura, lo vuelve a armar. A veces, hasta me encuentro pidiendo perdón a mis amigos extranjeros por los chistes que hago, y ellos responden: “ya sabemos, cuánto más pegás, más querés”.
Atravesados por la crisis continua, tenemos esa costumbre de vivir como si el fin del mundo estuviera llegando el segundo siguiente. De fiesta en fiesta, de trago en trago, probándolo todo, como si envejecer, el paso del tiempo, fuera algo que le pasa a otros. No hay planificación porque, ¿para qué? Todo transcurre en una improvisación continua que solemos proyectar en Buenos Aires. “Acá no funciona nunca nada”, nos quejamos, sin ver que en nuestra propia vida nada nos es funcional.
La configuración de la ciudad, de espaldas al río, muestra un poco lo malos que somos a la hora de pensar a futuro. Nunca se nos ocurrió que quizás, en unos años, íbamos a albergar a tres millones de personas en tan solo 200 kilómetros cuadrados. Nunca sospechamos que el vientito del río nos vendría bien cuando la barra roja del termómetro llegue a los 40.
“Nunca me voy a olvidar de cómo cambia esa avenida”, dice Meallie, una amiga francesa que vivió en Buenos Aires, refiriéndose a la arquitectura que se cierne a lo largo de Avenida Corrientes. Le parece interesante, como todo aquello que nos resulta curioso por lo raro que es. Le explico que esos contrastes no solo pasan en Corrientes, sino en toda la ciudad. En Buenos Aires, con su forma de fractal, conviven el orden y el desorden: si bien las cuadras miden siempre 100 metros por 100 metros, lo que contienen dista de ser tan meticuloso, ya que no hay dos edificios que compartan medianera y que tengan la misma altura. Podés encontrar un deslumbrante penthouse de los años 30 al lado de un armatoste horrible de 35 pisos divididos en esas cajas de zapatos que solemos llamar departamentos. Del cielo al infierno, en ascensor.
Quizás por eso, porque no hay tiempo y nos cuesta tener espacio, siempre nos queremos ir. “Irse” siempre es un tema de conversación. El destino: “a la mierda”. Vivimos pensando en cómo nos queremos ir, sin importar a dónde, puede ser a cualquier lado, pero nunca nos vamos, y cuando nos vamos, lo único en que pensamos es en volver. Porque “acá la pizza no es como en Kentucky” y “los abrazos no son los mismos”.
La anatomía de nuestros abrazos es específica, nos define como especie. El contacto es total, de pecho a muslo, con un ligera presión ejercida por las palmas sobre la espalda del abrazado. La señal para terminarlo consiste de una serie de palmaditas, cuya cantidad es directamente proporcional a la cantidad de afecto. Algunos de mis amigos acá, han recibido hasta diez palmaditas en contra de su voluntad.
“Ustedes los porteños no duermen”, afirma mi amiga Kait, una yanqui quevive en Buenos Aires hace dos años, y todavía se sorprende por nuestra capacidad de hacer tantas cosas a la vez. “Nosotros no dormimos, descansamos”, le respondo yo, citando a un conocido grupo de cumbia villera argentina. Ella cree que lo hacemos por divertirnos, por disfrutar, pero en realidad, lo que sucede es que nuestra cabeza no tiene freno en eso de la autocrítica. Yo me siento a tomar café, pero para hablar de todo en lo que no va; me junto a escabiar para analizar en qué estoy fallando, porque siempre hay algo que no anda “tan” bien. Tal es así que, cuando nos preguntan “¿Estuvo bueno?” y queremos decir que estuvo increíble, respondemos con un “MAAAL”.
Una vez activista de la nulidad del ruido, en la oficina ya soy conocida por mis gritos y mis risas. De hecho, el único punto a mejorar durante un tiempo según mi jefa fueron mis explosiones a carcajadas. Después de mucho esfuerzo, todavía no lo pude cambiar. Y ni se les ocurra ponerme a ver un partido del Mundial: no solo voy a perder la voz, sino también cualquier vestigio de identificación con lo que el sentido común indica como femenino. Golpes en la mesa, cantitos de cancha, envíos express a “la concha de la lora”, bardeos a Brasil y miles de chistes sobre la cuestión de género se suceden para evitar mostrar los nervios que me genera el fútbol, una emoción que no sé bien de dónde viene: aunque sé que son un puñado de millonarios pateando una pelota, mi reacción hacia eso es algo que no puedo racionalizar.
La Selección Argentina y su gusto por el heroísmo ayudan. Tenemos la costumbre horrible de procastinar, de dejarlo todo para el final, y después, tirar la heroica, ya sea en el fútbol, en el trabajo o en el amor. Siempre nos la jugamos, pero en el minuto 89 del partido.
Cuando alguien me dice que le gusta un porteño, yo le respondo “la próxima vez que lo veas, fijate quién está en el lado diametralmente opuesto de la sala: ahí tenés a quién se quiere coger”. Así funcionamos nosotros, no hay nada más satisfactorio que algo que lo imposible, lo frustrado, eso sin ninguna posibilidad de concreción. Lo que deseamos lo queremos lejos, en una vitrina, donde podamos mirarlo pero que ni nos toque, para que no lo podamos ensuciar con lo real. Lo que no queremos es otra historia: no es que “no lo queramos”, sino que, simplemente, no nos importa… al menos, hasta que se va. En ese momento, el cerca se transforma en lejos, y la nostalgia, en obsesión.
Estar a kilómetros de Buenos Aires me hace estar más adentro de ella que nunca… una contradicción que describe el núcleo de todo lo que me y nos pasa. Nuestra identidad está formada por una serie de tesis y antítesis que pelean por formar una síntesis que nunca llega, no porque no queramos, sino porque no sabemos cómo. Nuestro mejor intento de entendernos es la terapia, o el gimnasio de emociones, como suelo describirla ante la sorpresa que muestran los extranjeros al enterarse de que en Buenos Aires hay un psicólogo cada 80 personas. Aunque esté en Berlín -o quizás por eso- todavía hago sesiones por Skype con la misma psicóloga que me viene tratando hace ya diez años. En la última sesión me compartió una regla que toda persona afín del psicoanálisis debe saber: para escuchar lo que está diciendo una persona, lo que realmente siente, hay que eliminar el “no” de su discurso… solo así sabremos qué esconde entre esa maraña de deseos. Después de un casi un año en Berlín, acá, a lo lejos, despojada de esos tantos “no”, hoy me dejo ser porteña, más porteña de lo que estando en Buenos Aires creía que podía ser.
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aguirreaylin-blog · 7 years
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Bueno , decidí escribir esto porque estoy a 16 días de cumplir 15 años y se esta por acabar un ciclo lindo de mi vida y esta por comenzar uno diferente , con nuevas metas y demás ... voy a hablar de mi . Tengo casi 15 años , soy una chica común y corriente sin nada de especial , vivo en un barrio de clase media , no podría decir que soy Cheta o villera porque según la ocasión reaccionó como una u otra , no tengo muchos amigos , sufrió de las típicas gastadas en la escuela a pesar de ser una persona con mucho carácter , simplemente no me defiendo por miedo a que me lastimen . Soy muy déspota y difícil de entender , tengo cambios de humor constantes y casi siempre estoy enojada con la vida porque la veo injusta , me convertí en todo aquéllo que de chica no fui , antes era tranquila , estudiosa , el orgullo de todo padre , ahora soy vaga , histérica , un poco quilombera y agrandada aunque admito no ser perfecta . Me gusta cantar aunque nunca no implemente es algo que suelo hacer para calmarme , amo bailar hice varios años danza , baile en muchos escenarios , me gusta el maquillaje y todo lo relacionado a eso , tuve muchos novios y la mayoría fueron a distancia... ya que no me veo capas de enamorar a alguien que veo a diario . Soy muy tranquila al momento de salir y también muy correcta , nunca me emborrache a tal punto de no saber ni quién soy y gracias a mi nivel de correcta jamás consumi drogas, no salgo muy seguido ya que no me dejan , sólo a plazas y a alguna que otra fiesta . Me enamoré sólo dos veces y en ambas salí super lastimada , debido a eso me cuesta horrores abrirme a alguien o simplemente me cuesta creer en cada cosa que me dicen , me siento usada todo el tiempo . Salto muy a la defensiva por miedo a que me lastimen , cuándo ya siento mucha presión me alejo y me quedo sola porque según yo mi soledad es lo único que no me lástima. Puedo pasar horas pensando en mi vida que aunque no sea la más interesante tiene partes que para mi son muy mías y me gusta recordarlas. Miro muchos vídeos de shipps , maquillajes , covers , y ect en mis tiempos libres . En fin , yo soy todo esto y sólo esperó que todo lo que soy hoy en día me lleve por un camino bueno .
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