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#Isla de La Palma
pangeen · 9 months
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“ Tajinaste Flowers  “ // Albert Dros
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armatofu · 7 months
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manaosdeuwu · 4 months
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victormalonso · 1 year
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a December 30 around 6 p.m. in las palmas de gran canaria
Happy new year, my dear friends!
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bergsmotiv · 15 days
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Santa Lucía
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guerrerense · 1 year
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EL TREN DE SÓLLER ( MALLORCA ) ( E)XPLORE ) por Antonio Martín Por Flickr: Un romántico viaje con este antiguo tren atraviesa la Sierra de la Tramontana y enlaza Sóller con Palma de Mallorca. VER EN GRANDE CON MARGEN EN NEGRO !!
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dosviajerisimos · 1 year
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Playa de Las Palomitas - Fuerteventura
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mily49 · 9 months
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LAS PALMAS| DE GRAN CANARIA|2023
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¡Feliz Día de Canarias! Desde Alvarez Abogados Tenerife le deseamos un Feliz Día. Los canarios y canarias pertenecemos a una tierra única. Hemos nacido, trabajamos, disfrutamos y vivimos en un archipiélago singular, con un clima espectacular, gentes afables y de gran corazón, con tradiciones ancestrales, amplia y rica gastronomía, con un extraordinario patrimonio y cascos históricos de gran belleza, lugares que sorprenden por su belleza y su historia. Las Islas Canarias son ocho islas privilegiadas. Disfrute del día de nuestra tierra, Feliz Día de Canarias. https://alvarezabogadostenerife.com
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viajandovamos · 11 months
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Disfruta del paraíso en Las Palmas de Gran Canaria: Playas, sol y diversión sin límites
Disfruta del paraíso en Las Palmas de Gran Canaria: Playas, sol y diversión sin límites. Como viajero experimentado, puedo decir que Las Palmas de Gran Canaria es el paraíso perfecto para disfrutar del sol, la playa y una diversión sin límites. Con sus hermosas playas, animada vida nocturna y rica cultura, es un destino que no puedes perderte. Aquí te dejo una lista de 10 cosas imprescindibles…
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domsiri · 11 months
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La Palma, la spiaggia di Tazacorte, di sabbia vulcanica e quindi nera...
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queretarotv · 1 year
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Atestigua Gobernador convenio de transferencia de la Isla de la Palma a la Secretaría de la Marina en Lázaro Cárdenas
Atestigua Gobernador convenio de transferencia de la Isla de la Palma a la Secretaría de la Marina en Lázaro Cárdenas
El gobernador, Mauricio Kuri González, atestiguó la firma del convenio de transferencia de la Isla de la Palma a la Secretaría de la Marina, acto que se llevó a cabo en el Asipona Lázaro Cárdenas, en Michoacán; el cual representa, dijo, un impulso en marcha de ideas claras, certeza, infraestructura, tecnología, vinculación, importantes proyectos de inversión y el desarrollo de nuevos negocios que…
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jagayala · 2 years
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LA PALMA: LA ISLA BONITA
LA PALMA: LA ISLA BONITA
ESCUCHA EL PODCAST EN ESTE ENLACE. Isla de La Palma. Fuente: Google Maps. En el #CarreterayManTA del pasado 27 de mayo nos acercamos a la isla de La Palma. Una vez que ya se ha apagado el volcán Cumbre Vieja, ya va siendo hora de viajar a la llamada «Isla Bonita» y mostrar nuestra solidaridad a los palmeros haciendo gasto en aquel territorio. Si deseas conocer con detalle nuestra propuesta,…
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madameroxo · 22 days
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❀『 El Despertar 』❀ 
⚠️ El siguiente escrito contiene descripciones violentas y lenguaje soez. Además de pensamientos y circunstancias cuestionables. Se le recomienda discreción. ⚠️
Aún si no es 100% detallado, puede generar incomodidad y prefiero poner advertencia ^^ Y por supuesto, la q fue quitada por estética, sin embargo, tengan en cuenta que se utiliza a los personajes de Minecraft, nunca a los creadores.
. . . .‿‿‿๑❀๑‿‿‿ . . . .
La cabeza le daba vueltas aún teniendo los ojos cerrados, poco a poco despertaba su conciencia y reactivaba sus sentidos.
El rostro que minutos atrás se encontraba impasible, comenzó a arrugarse en un fruncimiento de cejas y su expresión denotaba dolor.
La respiración antes uniforme, se alborotó en erráticas inhalaciones por la nariz que hacían subir y bajar su pecho, su cuerpo hormigueaba y empezaba a inquietarse sobre la cama.
El sonido de un pitido que seguía el ritmo de su corazón entró por sus oídos, incomodándole sobremanera.
—Cell… —Movió los labios intentando pronunciar un nombre, pero ningún murmulló se escuchó.
Movió la cabeza de un lado a otro, reuniendo la fuerza para poder abrir los ojos de una vez, le resultaba difícil y cansativo.
Ahora teniendo su conciencia más despierta, un único pensamiento llegó a su cabeza.
—¡Cellbit! —pronunció por fin de forma seca por la garganta y sus ojos se abrieron de golpe.
Pero de inmediato los cerró por la brillante luz del techo a la que no estaba acostumbrado.
En la cama se encontraba un recién despertado Roier de un coma inducido.
Parpadeó varias veces, intentando acostumbrarse a la claridad de su alrededor, su codo se apoyó sobre el colchón e hizo fuerzas para procurar sentarse, esa sencilla acción le costó horrores. Por sus sienes se deslizaban gotas de sudor y exhalaciones ruidosas sonaban por su nariz. Todavía seguía mareado aún sin moverse mucho.
Sus ojos marrones por fin se mostraron de forma estable, pero en ellos ya no había esa calidez que tanto lo caracterizaba, en realidad, hace mucho que no lo tenía, se habían empañados por la oscuridad del dolor.
Roier observó su entorno y frunció el ceño al percatarse que seguía en aquella habitación blanca donde lo habían drogado y convertido en una rata.
«¡Espera! ¿Una rata?»
Roier miró a su costado, donde se suponía que debería estar una rata y una máquina en el centro de ambas camas que hacía un medio para la transferencia de mentes.
«¿Qué coño?»
La cama de al lado estaba vacía.
Ahora su mente estaba tan confusa entre lo que era real y lo que no. Porque muchas imágenes de momentos en una isla que le había hecho tanto daño se amontonaban entre sus recuerdos. Pero de una cosa estaba completamente seguro; Doied no era real… al menos físicamente.
¿Entonces desde qué momento comenzó a alucinar? ¿Cuánto tiempo llevaba dormido?
Lo primero y principal que debía hacer era salir de donde estaba confinado, la única certeza que tenía era que había sido secuestrado por Cucurucho cuando buscaba pistas del paradero de Cellbit. Luego de salir, tendría tiempo para organizar su mente.
Con el cuerpo todavía entumecido, se quitó la intravenosa y el aparato que monitoreaba sus signos vitales. Un largo pitido sonó como si alguien hubiera muerto.
Algo que le resultó irónico porque él ya se sentía muerto por dentro.
Las ropas negras ya no las vestía más, siendo reemplazado por las típicas batas de hospital, eso ya era una señal de que llevaba tiempo en coma.
«Mierda, Pepito».
Recordó al pequeño niño que le habían obligado adoptar, aunque todavía era reacio a su compañía, seguía siendo un simple bebé ajeno a toda esa maldita situación en la que vivían todos los isleños.
La preocupación lo nubló por un segundo, pero rápidamente la descartó, debía concentrarse en su escapatoria.
Se levantó de la cama y por un segundo se tambaleó porque físicamente se encontraba aún débil, apoyó la palma en el borde del colchón y suspiró lánguidamente. Cerró los ojos e inhaló profundamente para mentalizarse de que tenía que hacer lo que sea para sobrevivir sin importar su estado.
Con esa resolución, se irguió completamente y ahora andaba derecho sobre el suelo de mármol. El frío absorbido lo hizo estremecer por sus pies desnudos.
Avanzó unos pasos hacia un punto de interés, había sido lo primero que capturó su atención en cuanto sus ojos veloces escanearon la habitación al sentarse.
Agarró las tijeras de cirugía puestas en el contenedor metálico donde tenía algodones, agujas, bisturí y otros instrumentos médicos. Observó por un momento la tijera, la luz rebotaba en la parte metálica, por lo que brillaba tenuemente, su mano hizo fuerza en ese instrumento, luego la hizo girar, convirtiéndola en un arma corto-punzante, simulaba la posición de una daga, lo cual era perfecto porque necesitaba ser rápido y sigiloso, un corte rápido al cuello y estaría solucionado.
Era una suerte que las armas blancas eran su especialidad.
Sintiéndose más seguro con algo para defenderse, estuvo dispuesto a avanzar hasta la puerta, justo en ese momento giró la cabeza y se detuvo por un segundo, veía su reflejo en el espejo.
Un rostro pálido y demacrado, cabello desaliñado y una barba relativamente más crecida desde la última vez que se vio. Se horrorizó porque ya había hecho un cálculo de tiempo por el crecimiento.
«He estado por lo menos dos semanas encerrado aquí».
Mordió su labio inferior y apartó la vista para continuar su camino. Lo último que vio fue esos ojos sombríos que ya estaban cansados de la vida.
Con pasos ligeros, se acercó a la puerta y colocó la mano en la manilla, pero no hizo ninguna acción, más bien, antes de abrirla, ladeó la cabeza para que su oído lograra captar algún sonido. Era afortunado de tener una audición más desarrollada que la de una persona normal.
Esperó varios segundos, conteniendo la respiración, pero no se oyó nada.
Y eso le producía mala espina. A la federación le gustaba el silencio.
Con cuidado, abrió la puerta y salió al pasillo en pasos silenciosos. Era uno muy solitario y frío, algunas tuberías se asomaban por las esquinas, recordándole a las alcantarillas, se sentía como una rata de alcantarilla.
La difusa imagen de una rata apareció de nuevo en su mente, frunció el ceño y se agarró un lado de la cabeza, el dolor repercutió como un taladro. Inhaló varias veces y se aguantó la incómoda sensación. Debía apurarse porque sabía que había cámaras en los pasillos.
Trotó con pasos limpios y ligeros, con una agilidad que aún debilitado, se hacía notar. 
Todo era tan sospechoso. ¿Por qué no había trabajadores alrededor? ¿Acaso estaban muy seguros que él no volvería a despertar?
Giraba de izquierda a derecha, adivinando los caminos y esperando que uno de ellos fuera el correcto, todos le parecían iguales.
Al cruzar por una esquina, sus pies se detuvieron y regresó para que la pared lo escondiera. Lentamente asomó un ojo para corroborar nuevamente lo que había visto, apretó la mandíbula con fuerza, porque un odio comenzó a acumularse en el centro de su pecho. 
Un trabajador al final del pasillo se hallaba viendo un portapapeles con mucha concentración. No era consciente que era acechado por un depredador hambriento de venganza.
Roier ni siquiera lo pensó, no razonó, su cuerpo se movió por sí solo, en un instante la adrenalina se apoderó de sus articulaciones y corrió con todas sus fuerzas como una pantera, rápida y sigilosa.
Lo atrapó por la espalda, una mano siendo guiada hacia su cabeza para permitirle un espacio abierto a su cuello y enterró con fuerza calculada sin piedad el filo de la tijera en un punto vital, en un suspiro le había quitado la vida y el trabajador de franjas naranjas ni lo percibió.
Un sonido ahogado fue lo único que se escuchó antes de que sucumbiera a la muerte.
La sangre se desbordó, deslizándose lentamente por el cuello de la víctima y manchando la mano cazadora de Roier, algunas salpicaduras adornaron su cara y parte de la bata, la sensación no le repudió, ya se había acostumbrado con su tiempo en el Purgatorio.
La sangre ajena en su piel lo había transformado como un adorno más.
Y en el fondo, le entristecía que eso hubiera pasado con la sangre de sus seres queridos, pero ahora ya no… sentía nada.
Dejó de sostenerlo y cayó al suelo en un ruido sordo. Roier lo miró desde arriba sin expresión en su rostro, la seriedad lo acompañaba y el aura pesada de un asesino lo rodeaba.
De lo único que se arrepentía era de haber sido impulsivo, debió capturarlo vivo y torturarlo hasta sacarle información.
«Ya está hecho. Ojalá te vayas al infierno hijo de puta».
Entonces las alarmas sonaron y el ambiente antes blanco, se tornó rojo. 
La esquina de su boca se alzó y bufó con ironía. Era hora de escabullirse como la rata que era. 
Se inclinó un poco y sacó con brusquedad la tijera que había sido enterrada en la arteria carótida.
Echó a correr sin volverle a dedicar una mirada al oso que asesinó con sus propias manos, no había lástima ni la tendría jamás.
Escaparía como fuera, sólo debían darle tiempo.
Cosas a tener en cuenta, esta historia está conformada por mis HC. En este caso, aclaro que Doied no existe físicamente. Y que comencé a escribir antes de que fuera liberado la segunda cinta y del regreso de Cellbit a QSMP. Con eso dicho, espero que disfruten la pequeña historia conformada por varias partes.
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nnzero · 22 days
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ROIER NIGHTMARE
El zumbido uniforme de la lancha relajo a Roier mientras se acomodaba en la parte trasera. El mar estaba tranquilo y el viento despeinaba su cabello. Cellbit estaba callado mientras estaba concentrado en llevarlos a su destino. 
¿Qué estaba haciendo antes? No lo recordaba
A lo lejos divisó una isla, de mediano tamaño. El verde en contraste con el profundo azul que la rodeaba llamó su atención de inmediato. Cellbit se detuvo en un pequeño muelle y le tendió la mano para que pudiera salir del vehículo.
"Entonces, ¿para qué me trajiste aquí?"
"Você verá", tarareó e hizo todo lo posible por ser tímido."Venha comigo, gauapito”
Cellbit besó su mejilla con simpatía, “Estamos saindo da ilha, o lugar para onde estamos indo é agradável e tranquilo. Uma boa mudança em relação a todo o resto, não é?”
"Sí…" 
Cellbit condujo a Roier a lo largo del paseo marítimo hasta que llegaron a un conjunto de escaleras de concreto que conducían a la colina empinada, parcialmente cubierta con pasto de playa áspero y aún caliente por el sol. ““Aqui em cima”, dijo y comenzó su ascenso.
El destino al que se dirigían era la cima, donde los árboles comenzaron a crecer densamente nuevamente y los arbustos de flores crecieron tan espesos que el aire era como perfume. Roier era muy consciente de que su palma estaba sudorosa, no hablaba lo suficiente y Cellbit lo miraba muy expectante.
Cellbit soltó su mano y subió los escalones hasta la puerta y buscó a tientas la llave para abrirla. No quería perder la luz ámbar del atardecer, solo tenía unos minutos antes de que se perdiera la iluminación y el ambiente ideal y eso era todo. Nada podía estar fuera de lugar. 
“Vamos lá, vamos embora". Cellbit lo empujó por el marco de la puerta "É um lugar agradável, não é?" Cellbit cerró la puerta detrás de ellos y lo siguió a la sala de estar que tenía enormes ventanas y un cálido piso de madera que brillaba por la luz del sol que lo atravesaba a través del vidrio. 
“¿Por qué nos trajiste aquí?”
"Não é óbvio? Podemos começar tudo de novo, transformá-lo em um lar para nós. Podemos ouvir o mar para dormir” Cellbit tomo de la barbilla a Roier“Nada vai nos ferir aqui, guapito, podemos viver longe da federação.”
“¿Qué pasará con los demás, con…?” Sabía que debía recordar a alguien, pero los rostros y nombres parecían volverse difusos en su cabeza.
“Com quem?” El agarre de Cellbit le dolió. "Cellbit, me estás lastimando"
"Me desculpe, isso é melhor?" Cellbit lo dejó ir.
¿Es mejor? No puedo sentirlo.
Cellbit se detuvo. Todo se detuvo. Era como si no hubiera viento afuera y las olas estuvieran quietas y Cellbit lo mirará con una calma que no se sentía bien viniendo de él. 
"Podemos nadar quando quisermos" reflexionó Cellbit en voz alta. “E é tranquilo... aqui é fácil esquecer. Nós seremos livres”.
Todo se reanudó y Cellbit se volvió hacia la ventana, luego hacia él con una sonrisa sutil. “Escolhi um litoral agradável e tranquilo, longe de tudo. Espero que você se sinta seguro aqui.”.
“Yo…” se sintió como si estuviera paralizado donde estaba. La mitad de él estaba golpeando sus paredes y gritándole que esto no estaba bien, que algo estaba terriblemente mal pero era una parte insignificante. El resto, cansado y asustado por razones que no recordaba, estaba cediendo y él también. "Sí."
“É familiar. A vida é muito boa na praia”.
Aquí nunca me pasó nada malo. 
“¿Puede ser esto nuestro hogar? No tengo ganas de volver a la isla.Es como si no hubiera estado allí desde siempre y estoy tan cansado…”
El hedor a alcantarillado y hormigón roto lo asaltaba. No podía soportar la sensación de su propio cabello contra su cuello o su propio reflejo en las ventanas, no podía escuchar el océano por encima de las voces burlonas y que estaba deslizándose hacia la violencia nuevamente. "Cellbit"
"Venha aqui" Cellbit extendió sus brazos y asintió tranquilizadoramente, "Está tudo bem", murmuró y aunque estaba a unos metros de distancia y hablaba en voz baja, Roier podía oírlo perfectamente. Se sentía como si estuviera parado sobre un terreno frágil que lo hundiría en el abismo si daba un paso en falso, pero Cellbit le estaba ofreciendo la oportunidad de estabilizarse. Simplemente no tenía que pensar demasiado en ello. “Tudo bem, venha cá. Eu estou aqui" Se arrastró por el suelo hacia el abrazo de Cellbit y enterró su rostro contra los latidos de su corazón mientras intentaba ahogar todas las emociones confusas que lo atormentaban como... como un taladro. "¿Realmente podemos quedarnos?" Él se atragantó. Cellbit lo hizo callar y lo abrazó fuerte mientras las olas comenzaban a romper en la orilla nuevamente, “Você está seguro aqui, bonitão. Somos apenas nós”.
“Siento que algo malo va a pasar”, ¿o ya pasó algo malo?
“Esqueça tudo. Estamos fora da ilha. A federação não pode chegar aqui.” Roier cerró los ojos con fuerza hasta que el taladro y la risa quedaron en silencio y no había nada más que Cellbit tarareándole y el mar que se extendía a su alrededor. 
Cellbit lo llevó arriba y Roier no se preguntó cómo tenían una habitación completamente amueblada que parecía como si ya hubieran estado viviendo aquí durante meses. Pero ¿no es así? 
"Você quer dormir?”
"¿Qué hora es?"
"Essa é uma pergunta boba". Cellbit ya lo estaba acostando bajo las mantas nubladas y uniéndose a él. Roier pensó brevemente que debería seguir adelante con el asunto, pero Cellbit acunó su cabeza contra su pecho y comenzó a colocar suaves besos en su rostro, como lo había hecho todo el tiempo del mundo. “Não faça perguntas bobas - você confia em mim?”
"Sí..." no podía mantener los ojos abiertos. La voz de Cellbit era tan tranquilizadora que sentía como si no la hubiera escuchado en un año. Lo extrañaba tanto que tenía ganas de llorar.
Los días pasaron, llenos de noches de sueño tumbado en la suave hierba alrededor del fogón. Un cielo abierto lleno de estrellas y ramas de árboles le recordó ningún momento de su vida en el que lo hubiera echado de menos, porque nada malo había sucedido. Cada vez que estaba a punto de pensarlo, Cellbit lo acercaba y tarareaba una melodía que nunca le había oído cantar antes y besaba sus ojos con tanta suavidad que las lágrimas nunca salían a la luz. 
Cellbit siempre cocinaba para él, lo despertaba y lo acostaba, él siempre ahí.
Roier preguntó un día: "Cellbit, ¿sabes porqué tengo esa sensación de que necesito recordar a alguien"
"Não se preocupe com isso", Cellbit caminó alrededor de él para poner su desayuno en la mesa con su café y besó su cabeza “Eles não são necessários no momento. Podemos ficar em casa o tempo que você quiser. O mundo segue”
“Hay mucho silencio aquí. ¿No te aburres?”
"Não faça perguntas bobas", Cellbit se pellizcó ligeramente la mejilla, "Coma e vamos caminhar até a água hoje, não é?"
Roier tarareo mientras se giraba para mirar su comida. Esperaba tostadas con aguacate y café. Pero, en cambio, vio un plato con una rata muerta. Lo empujó sobre la mesa y se puso de pie, las paredes fragmentándose alrededor de sus ojos y amenazando con desmoronarse a su alrededor.
"QUE MIERDA No puedo… Cellbit, no puedo comer esto", trató de llamar, pero su voz apenas se escuchaba. 
"Mas é isso que você é".
Algo le agarró la muñeca. El hueso iba a ceder por el agarre, dolía, no podía liberarlo. Me está lastimando y no puedo hacer nada, no puedo detenerlo, hacerlo. Detente, haz que se detenga—
Comenzó a chillar como un alma en pena cuando el suelo se convirtió en tierra y sus huesos comenzaron a romperse por la mitad, hasta que su miserable cuerpo quedó deformado. "¡CELLBIT ¡CELLBIT!"
Su laringe se hundió sobre sí misma con un crujido y Roier sintió como si le estuvieran llenando la boca con un líquido espeso, y asqueroso. Un aliento caliente y vil repitiendo en su oído: "Te convertirás en una rata. Eso es lo que eres después de todo. Nadie vendrá por ti Roier"
quiero que esto se detenga... quiero que esto se detenga
Cuando Cellbit lo sacó de la habitación, de alguna manera completamente tranquilo a pesar del horror, fue como si Roier hubiera dejado atrás una versión de sí mismo. Una vez que Cellbit lo tocó, ya no sintió dolor ni escuchó cosas que no quería, pero eso no fue suficiente para calmar su manía. No podía caminar por sí solo ni controlar su voz. 
Cellbit cerró la puerta principal y sentó a Roier en el escalón del porche mientras seguía gritando como si lo estuvieran desgarrando miembro por miembro, porque eso era exactamente lo que se sentía al ser él ahora. Esa era su existencia. Fue una imposición interminable de sufrimiento y degradación espantosa.
Cellbit apoyó la cabeza contra su cuello y le tarareó hasta que pudo cerrar la boca, estar en silencio y escuchar el mar.
¿Cuántas veces hizo eso?
A medida que pasaba el tiempo, Roier comenzaría a desmoronarse sin ninguna razón, pero Cellbit lo salvó antes de que fuera irreparable. 
Roier podía recordar estar molesto, pero gracias a Cellbit no podía recordar por qué. 
Con el paso de las semanas, simplemente no le prestó atención hasta que dejó de suceder y estuvo contento.
El agua salpicó bajo sus pies y pudo escuchar la risa que comenzaba a mezclarse con el romper de las olas.
Cuánto tiempo ha pasado. Que estoy haciendo aquí 
Roier abrió los ojos y Cellbit besó su mejilla y murmuró: "É agradável vê-los se divertindo".
“¿Quiénes se divierten?” Preguntó Roier. Las risas haciéndose más fuerte junto con el oleaje del mar 
“Bobby e Richas” respondió mientras se levantaba y agitaba las manos hacia los niños que corrían por la arena
Roier se levantó y miró al niño de overol azul correr por la arena detrás de Richas, y se sobresaltó. "¡Bobby y Richas!"
"Sim?"Cellbit se detuvo delante e inclinó la cabeza hacia él, sonriendo. "Eles vieram da ilha, não é incrível?"
“Pero…” Roier presionó sus dedos en su frente y los pasó a través de ella, escudriñando la imagen que parecía demasiado extraña para él y no podía entender por qué. Estaba acechando fuera de su mente como una luz ilusoria en su periférico que se movía cada vez que la miraba directamente. "No he visto a Bobby por un tiempo…"
Habían estado separados por un tiempo, ¿verdad? ¿Cuándo fue eso? No...no puedo...no lo recuerdo...
“Você precisa dormir mais, bonitão. Você não dormiu o suficiente”.
"¿Por qué?" Dirigió sus ojos a Cellbit, quien lo guio hacia la habitación y su voz flotó en la dirección equivocada. 
Roier se sentó estupefacto en la cama y miró alrededor de la habitación lentamente hasta que notó la nueva incorporación de dos camas. Solo se dio cuenta por qué ambos niños estaban dentro y haciendo uso de su función dormidos plácidamente.
Oh. Por supuesto, eso tenía sentido. "Bobby y Richas están aquí". Él recordó. Claro que lo recuerdo, no puedo olvidarlo. 
"Você realmente está exausto", susurró Cellbit y acarició la cabeza de cada niño “Posso cuidar deles agora. Amanhã será sua vez”.
"Mi turno..." Roier sintió una fuerza invisible, no amenazante pero desconocida, empujarlo sobre su espalda y las mantas estuvieron sobre él nuevamente. Se acurrucó en él y se quedó dormido inmediatamente. Nunca luchó por descansar y nunca tuvo pesadillas con Cellbit manteniéndolo a salvo, lejos de la violencia y las cosas que no recordaba. 
Cuando se despertó de nuevo, estaba abajo, en la sala de estar, fingiendo recordar todas las cosas que tuvieron que suceder en el medio. Si estuvo allí, debió levantarse y bajar las escaleras. Eso simplemente tenía sentido.
Todo esto tiene sentido.
Caminó hasta la ventana donde los niños jugaban en la arena. Mientras Cellbit estaba en la cocina preparando la cena, cantando esa melodía que hacía que Roier se sintiera como si estuviera en una nube. Deseó saber su nombre.
El océano mantiene alejados a todos. Nadie nos encontrará aquí. No pasó nada malo. No puede pasar nada malo. 
Roier cerró los ojos. Se sintió desenfocado. Sin anclaje. No pudo oír a Cellbit tararear por un rato, pero cuando volvió a abrió los ojos y Bobby estaba frente a él.
“¿Apa?” De algún modo ambos estaban fuera de la casa mientras las olas chocaban a su alrededor.
"¿Sí?" 
 "Tengo una pregunta."
"Oo, está bien, déjame prepararme".
Su risa subió de volumen cuando él se puso de cuclillas para que estuvieran cara a cara, manteniendo un contacto visual muy concentrado para demostrar que estaba escuchando. "Dispara", dijo y sonrió.
"¿Qué estoy haciendo aquí?"
Su sonrisa murió. "¿Eh?"
"¿Qué estoy haciendo aquí?"
“Estás jugando, estás conmigo…” se rió nerviosamente y miró a su alrededor pero eso fue un error. Roier se tensó y lo abrazó fuerte, retrocediendo. ¿Por qué... por qué es así... dónde están los colores? Está oscuro.
 "¿Por qué estoy vivo?" preguntó él, como si tuviera una línea directa con sus pensamientos.
"¿Qué?", sacudió la cabeza y no podía respirar, tenía moho en los pulmones. parásitos en la piel, uñas en las palmas. Bobby hizo un ruido bajo: "Papá, me estás apretando".
Roier instantáneamente cayó de rodillas y lo dejó en el suelo, sollozando en el fondo de su garganta, "L-lo siento, lo siento, no era mi intención". Él jadeó y rápidamente le arregló la camisa dentro del overol y el cabello, tratando de calmarlo en todo lo que pudo cuando él ni siquiera parecía molesto. "¿Estás herido?"
"No", dijo él y se revolvió el cabello después de que él acababa de alisarlo. "¿A dónde vamos a ir de aventuras hoy?"
Roier lo miró fijamente y no pudo ver de qué color era su cabello ni encontrar las ventanas que mantenían el mar a su vista en todo momento. Estaba perdiendo el control. Se llevó una mano a la boca y tembló mientras la sangre seca de sus dedos envenenaba sus labios.
"Eres un chingón, podemos ir a cualquier lado".
"¡Sí!" Él sonrió, muy orgulloso y confiado, al igual que siempre. "nada me va a matar" sonrió
Roier bajó la mano cuando el zumbido volvió. Inhaló y exhaló lentamente mientras Cellbit salía de la casa, su melodía llenaba el ambiente con el acompañamiento del viento en los árboles afuera y las paredes crujientes como el casco de un barco. 
Nada me va a separar de ti
“Podemos ir pescar na baia" Cellbit opinó mientras le entregaba un plato de fruta picada con un pequeño tenedor rojo y una servilleta.
Roier exhaló un suspiro de alivio y Cellbit besó su cabeza, murmurando solo en sus oídos: “Não tem problema. Esqueça isso."
Gracias.
—----------
"Bobby, estás demasiado cerca del agua con él".
Roier miró hacia abajo desde el malecón y esperó a que el niño respondiera, pero no lo hizo y su ansiedad hormigueó bajo la superficie. "Bobby, te estoy hablando a ti".
"¡Bueno!"
Levantó a su hermanito y se retiró unos metros hacia la orilla antes de que reanudaran la construcción de castillos de arena. Roier se estremeció y Cellbit deslizó un brazo sobre sus hombros, "Relaxar", canturreó. "Ninguém pode se ferir aqui".
"Estás demasiado relajado".
“Já deixei que algo ruim acontecesse com você ou com nossa família?”
Roier puso los ojos en blanco, "No, pero eso no es una excusa, gatinho, tienes que vigilarlos todo el tiempo".
"Estou vendo", acarició el cuello de Roier, sus labios trazaron la curva de una manera que hizo que Roier se estremeciera.
Roier miró hacia la orilla y su corazón se detuvo y empujó a Cellbit para que pudiera correr escaleras abajo, casi tropezando con la arena suelta. El agua prácticamente les mojaba los pies y Bobby estaba ocupado volteando su cubo, así que no estaba mirando a su hermano. 
Levantó al niño más pequeño y agarró el brazo de Bobby, haciéndolo gritar en protesta mientras los llevaba a ambos de regreso a tierra firme antes de que la marea alta subiera mucho más. “Papá, ¡¿qué pasa?! ¡Estaba jugando!"
"¡Te dije que no jugaras tan cerca del agua!"
"¡Deja de gritarme! ¡No es mi culpa que cada día esté más cerca!".
Roier aun con un nudo en la garganta por la culpa y el terror que se desvanecía."No quise gritar", trató de mantener la voz tranquila y él le sacó la lengua.
"No es que podamos lastimarnos aquí", golpeó su pie y giró sobre él con todo el descaro que pudo reunir en su pequeño cuerpo mientras caminaba de regreso al interior. 
Roier estaba temblando tanto que le preocupaba dejar caer a su hijo, pero Cellbit le tocó los brazos y se estabilizaron. “Respire”, dijo. "Não há nada de errado aqui, lembra?"
Aquí no pasa nada malo. 
Roier asintió tontamente y Cellbit entró para calmar a Bobby antes de que su rabieta llegara demasiado lejos. Lo dejaron afuera, balanceándose nerviosamente hacia adelante y hacia atrás para calmar su pánico irracional. 
¿Cómo podía ser tan débil como para ceder al miedo así como así?
Roier parpadeó con fuerza y ​​trató de olvidar su miedo nuevamente mirando a su segundo hijo, quien lucía una camisa a rayas y unos lentes grandes sobre su nariz.
 ¿Qué haces aquí? Bobby aún está vivo
NO
Roier se tambaleó como si le hubieran golpeado en la cabeza y se giró para ver quién había dicho eso, pero la playa estaba vacía. Movió los brazos para poder meter al niño dentro de su chaqueta, sintiendo la necesidad de esconderlo.
Esa tarde no pasó nada. Fue hace tanto tiempo y sin incidentes que por eso no puedo recordarlo. Fue tan aburrido que no volvimos a la dungeon. No pasó nada.
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"¡Feliz cumpleaños, Pepito!" Bobby extendió la mano para aplastar la cabeza de su hermano contra su pastel, pero Cellbit lo detuvo con una palma en la frente. "Uh uh, não este ano". “Es TRADICIÓN”. Él chilló
“¿Puedo apagar las velas, apa?” Pepito, el tranquilo (relativamente) preguntó y lo miró. A diferencia de Bobby era tan callado y educado que no podía saber el parentesco con su hermano. 
“¡Claro Pepito pendejo! No olvides desear”.
 "No lo haré, pero tengo una pregunta". 
"Ah, okey” 
 "¿Qué estoy haciendo aquí?" 
“¿Q-qué?” Roier se reclinó nerviosamente. ¿Por qué pregunta eso? Pepito tocó las velas que eran un número imperceptible e ignoró los gritos de su padre y las risas maníacas de su hermano. "¿Sabes por qué estoy aquí?" Roier tuvo que pensar rápidamente. "Por que eres mi hijo", espetó. "Bobby é seu filho", dijo Cellbit. De repente, ambos se portaron muy bien y lo miraron directamente con expectación crítica. "Pepito también es mi hijo, lo adoptamos junto con Bobby". "Tem certeza? Não tenha pressa"
No reaccionan como personas normales. Algo está mal. 
Roier enterró su rostro entre sus manos y trató de no gritar, no frente a sus hijos. No estaba seguro de nada. No estaba seguro de qué día era porque todos estaban juntos. Porque los días duraban una eternidad o pasaban en un abrir y cerrar de ojos. Hace unos momento estaba solo con Cellbit y al siguiente los niños habían aparecido en la cabaña.
 "¿Apa? ¿Apa está bien?”
“Seu pai está bem, Pepito...” levantó la vista y las sillas estaban vacías. Roier se atragantó y se levantó rápidamente, mientras Cellbit permanecía sentado. Roier dudó en entrar en pánico porque si Cellbit pensaba que todo estaba bien, entonces así era. Él confió en él. 
"¿Dónde están?" Prácticamente lo soltó. 
Cellbit estaba inexpresivo y silencioso, como si fuera una estatua. Roier tomó su mano. "¿Dónde están?"
Pero no obtuvo nada de este Cellbitque era frío y vacío.
Las paredes se estaban convirtiendo en fragmentos y se estaban desmoronando, llevando consigo su seguridad y la de su familia. Roier estaba tan horrorizado que pensó que se enfermaría y sacudió a Cellbit para sacarle algo humano: “¡Bobby, Richas! Nuestros hijos, ¿DÓNDE ESTÁN?!" 
“Eles se foram, não precisavam ter existido em primeiro lugar, não é? Eles não precisavam existir em primeiro lugar, precisavam?”
Roier retrocedió tambaleándose como si le hubieran abofeteado.
Los ojos de Cellbit eran grises y Roier podía escuchar un sonido de carcajada robótica. Podía oler el agua de alcantarilla en lugar del mar y retrocedió mientras Cellbit se levantaba y comenzaba a acercarse a él. "Tudo bem, venha cá".
"Tú no eres Cellbit", retrocedió hacia los escalones del porche y los subió tambaleándose hasta la puerta.
Roier ignoró al impostor de su marido que se acercaba amenazadoramente y abrió la puerta, pero no había nada más allá.
Caminó sobre arena húmeda y perdió el equilibrio. Sus rodillas golpearon las olas, apenas unos centímetros de agua tocaron su piel y comenzó a recordar cómo llegó a este lugar.
“No”, susurró y golpeó el suelo con los puños como si pudiera vencer a esta cosa hasta someterla antes de que llegara a él, “¡No, no, NO!” Cellbit lo estaba siguiendo. "Você está seguro aqui". Continuó hablando de nuevo. 
"¡Deja de hablar así!" 
"Como o quê?"
 “¡Como un puto robot, como si no sintiera nada! Cellbit, por favor” se dio la vuelta y cayó contra la arena porque ese no era Cellbit frente a él. No podía verles la cara, pero no era necesario. "Tú."
"Yo", Doied sonrió y Roier trató de alejarlo pero su garganta estaba en su agarre y lo arrastraban más cerca. Indefenso, impotente, solo. 
Nunca hubo un paseo marítimo a lo lejos, ni barcos en el horizonte ni niños a la vista en una larga orilla del agua cuyas alturas había dibujado en el marco de la puerta de la cocina. 
El cielo se estaba desvaneciendo como una impresora cambiando a escala de grises porque el resto de la tinta se había acabado y la casa se estaba desmoronando detrás de él. "Cellbit va a encontrarme", jadeó y resistió el tirón de Doied como si alguien luchara contra la succión de un barco que se hunde. Sin esperanza. 
"Eres jodidamente patético, lo necesitas tanto que si se va, ¡no eres nada!”
Roier intentó golpearlo pero su cuerpo se movía como si estuviera a través del agua, lento y débil. ¡Otra vez no, otra vez no, otra vez no, por favor...!
Doied lo golpeo en la cara y Roier se atragantó por la agudeza y la sangre en su garganta. Olió su propia suciedad y sintió que la fiebre quemaba la lucha de su cuerpo contra las infecciones. No podía levantarse. No pudo escapar. Quedó al aire libre y vulnerable. Cuando estaba solo, Roier no tenía ningún recurso. Los recuerdos de su familia y su hogar se desvanecieron. Roier no podía recordar la cama que compartía, siempre había dormido en la celda oscura. No se preguntó qué haría Cellbit para cenar porque solo comía sobras podridas, porque Doied no le dejaba comer como un ser humano. Él no era un ser humano. 
"¿Qué eres?" Doied preguntó y Roier intentó bloquearlo tapándose las orejas. Doied se abalanzó encima de él, golpeándolo contra el suelo y gritándole en la cara tan fuerte que Roier pensó que le sangrarían los oídos: "¿QUÉ ERES?" "¡Una rata!" Roier sollozó, "Una rata", diría cualquier cosa para detener esto. Por favor no me hagas daño otra vez. "¿Por favor? Oh... ¿Pero de qué sirve tener una rata si no experimentas con ella? "No", Roier no podía respirar, pero no moriría, porque ese sería un destino demasiado amable. Tenía que dejarlo sufrir. “No, no, no, no, no…” Se suponía que aquí estaría a salvo. “No, no, no”, lo imitó Doied entre su risa extraña. 
Roier intentó gritar pero no salió nada excepto respiraciones roncas. Rodó sobre su costado para poder acurrucarse en el suelo en el agua. 
La mano de Cellbit tocó sus hombros y lo sentó, su melodía evitó que el agua que subía se sintiera demasiado fría. "Me dejaste", Roier trató de empujarlo, golpearlo, porque no tenía a nadie contra quien atacar, nadie contra quien luchar excepto la única persona que se suponía que no lo abandonaría. Pero Cellbit agarró sus muñecas suavemente y lo acercó a sus brazos mientras luchaba por llenar sus pulmones 
 Recuerdo todo, estás muerto. Bobby está muerto. No quería recordar, por favor... por favor, hazme olvidarlo de nuevo, Cellbit. Tienes que hacerme olvidar otra vez, duele demasiado…
"Não posso fazer nada, guapito". Cellbit permaneció justo donde estaba, oscilando entre el Cellbit que conoció en la isla y la última vez que lo había visto cubierto de sangre en el Purgatorio. Tenía sentido, porque en realidad nunca había sido él. Todo era un mecanismo de su cabeza, pero era uno que podía explotar, o eso esperaba. Roier lo miró y se puso de rodillas para poder sostener firmemente el rostro de Cellbit y preguntarle: "¿Dónde estás ahora?"
“Você sabe que eu estou morto, guapito”, dijo con la compasión de alguien que sacrifica a un animal moribundo.
Roier lo dejó ir y se alejó de él. Sacudió la cabeza mientras intentaba ignorar cómo el agua le llegaba hasta la cintura. ¿Cómo podría esto terminar así? Tenía que haber una manera de salvarlo, tal vez de volver al principio. Era como un juego y tenía que encontrar el camino de regreso a un punto de control. Si enviara spam con "negación", podría funcionar. “Estás vivo, solo tengo que encontrarte”
"Eu morri após a explosão"
"¡NO ESTÁS MUERTO!" Gritó y se giró para empujar a Cellbit a aguas más profundas. Tenía que deshacerse de esta fuente de realidad antes de que lo arruinara todo. "¡Tienes que estar vivo en algún lado!"
Había vivido esta vida, había elegido este hogar a partir de los recuerdos en la isla con su familia. Su vida feliz antes de que uno por uno lo que más había querido fuera arrebatado de sus manos.  Había reemplazado los malos recuerdos con otros que había creado a partir de sueños. Junto todo en un lugar seguro. Sólo podría sentirse seguro si la federación no estaba al acecho.
Estaba llegando a su fin y preferiría morir antes que reconocer lo que realmente estaba pasando.
"Por que você precisa disso?" Cellbit preguntó pacientemente y Roier odió cómo sonaba.
"Porque significa que todos estamos juntos, que Doied no me atrapo", dijo rotundamente, su propia paciencia se estaba agotando. No entendía por qué de repente se estaba desmoronando. No podía restablecerlo ahora. 
“Estamos mortos, bonitão. Você não salvou o Bobby. Você não salvou o Richas. Prefiro morrer a ficar com você. Não se pode reescrever o passado apenas com o pensamento positivo.”
"¡YO SÉ ESO!" Ese no era el punto . La cuestión era fingir.
Cellbit no dijo nada y Roier pudo continuar, tenía que hacerlo porque no sabía cuánto tiempo más le quedaba. “Lo sé pero no me importa . Quiero quedarme aquí con nuestra familia, donde nadie muere y la federación no puede encontrarnos. Quiero ver a Bobby y Pepito pelear, quiero tomar café todas las mañanas contigo... Puede que sea falso, Cellbit, pero puedo sentir que pudo reconstruir todo esto. Te amo. Amo nuestra casa. ¿No es lo que siento lo suficientemente real como para quedarme?”
Las olas le bañaban los dedos y retiró la mano con un sollozo: "Eu não quero ficar. Você não pode mudar o que aconteceu. Seu tempo está se esgotando, Roier”
“¡Tenemos todo el tiempo! Esta ha sido nuestra casa durante meses, esto no puede ser simplemente falso, es imposible… ¡No me quiero ir! ¡No quiero irme! ¡Quiero quedarme aquí!" Roier golpeó la arena con los puños y trató de recordar cómo era la casa, cuántos años tenían, cómo llegaron a este día y a este lugar, pero todo se lo estaba llevando la marea. 
Lo que parecieron dos, tres, 10 meses o incluso años de vida perfecta en una cerca de estacas que transcurrieron exactamente como él esperaba, era mentira. Pero todavía sentía que lo había vivido. Quería quedarse.
"Por favor", suplicó y Cellbit le acariciaba el pelo y lo hacía callar entre las dulces notas de esa melodía familiar. “Por favor, por favor, déjenme quedarme aquí… Sé que todo es un sueño. Lo he sabido todo este tiempo, pero no puedo afrontarlo, Cellbit”
 "Não sou realmente o Cellbit", retiró la mano. "Por que você me quer em vez do verdadeiro?" Lo real me está matando. Me estoy pudriendo de adentro hacia afuera.
 "No es sobre ti. La federación nunca nos hizo daño aquí”. Estaba tratando de aferrarse a algo que nunca fue realmente suyo. Sabía que era una batalla perdida, pero tal vez podría convencerse a sí mismo de creerlo nuevamente antes de que desapareciera. “¿Puedes abrazarme? Tengo miedo de lo que sigue”.
 "É assustador não saber para onde você está indo" Cellbit estuvo de acuerdo. Roier podría seguir pensando en él como su mejor amigo y amor hasta sus últimos momentos. Fue la última libertad que se tomaría mientras se acurrucaba en sus brazos y sus lágrimas se mezclaban con el agua de mar que le recorría el cuello. Cellbit siguió cantándole y el agua no estaba fría, ni le dio miedo cuando le subió a la boca. No le picaban los ojos ni le quemaba la nariz y Cellbit nunca lo dejó ir
Roier no cerró los ojos ni contuvo la respiración. Intentó recordar la voz de Bobby, los ojos de Pepito y la sonrisa de Richas. En qué lado de la habitación él y Cellbit habían puesto su cama, pero ya estaba fuera de su alcance en la otra orilla.
Vaya, llevo un tiempo hundiéndome. Está tan oscuro. 
¿No debería tener frío? 
Esto es raro.  
¿Hay un fondo?
No creo que haya un fondo. ¿Por qué no hay peces? No puedo ver nada. Debe ser muy profundo. Esto es raro. La presión debería matarme. ¿No debería al menos doler? ¿Por qué no me ahogo? Estoy bajando pero se siente como arriba.
Vaya, acabo de tocar fondo. 
Roier no trató de mantener ningún tipo de posición distinta a la que naturalmente terminó. Se recostó cómodamente sobre su espalda y notó que el fondo no se sentía tan arenoso o rocoso o incluso tan húmedo, sin embargo, la oscuridad y pesadez de su cuerpo no había cambiado. Podía escuchar voces a su alrededor como si estuvieran en burbujas, claro, el sonido no puede viajar tan bien bajo el agua. Ojalá pudiera escuchar lo que están diciendo. No solo están hablando, Roier podía escuchar sus respiraciones lentas y uniformes al ritmo de bonitas notas que suspiraban con la misma cansancio desde un viejo seis cuerdas o tal vez era un piano. No podía decirlo porque la melodía seguía cambiando cada vez que sentía que se desviaba del foco. ¿Cuánto tiempo estuvo allí tendido? Sus pensamientos estaban demasiado obstruidos para saberlo, pero sus oídos funcionaban mejor. No conozco esta canción... es hermosa. Quiero ver quién canta...
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