Fue un reto el dibujar el diseño del trono y sobre todo como interactuarían los ángeles en el dibujo. A decir verdad, creo que es el diseño más "animado" que eh hecho, incluso imaginé un contexto.
Digamos que ambos son sus guardias personales y cuidan al príncipe.
De niño descubría el mundo a diario, las cosas más sencillas se tornan hermosas y gigantes, sentimientos encontrados y ideas fuera de la realidad, hoy ya grande aún voy maravillado por estrellas y lluvia, pero mi mundo es una realidad que contempló y acepto, que a veces voy caminando desechando sueños...
Soy niño y aún quiero hablar sobre
lo que me gustaría ser de grande,
ponerle importancia a las ocurrencias
que mi ilimitada imaginación invente.
Soy niño, y aún quiero hacer amigos
y jugar con ellos en la calle, en el pasto,
aún quiero llorar si me caigo y me raspo,
aún quiero levantarme y seguir gritando
mientras correteo.
Soy niño y aún quiero que mis únicas preocupaciones
sean los juguetes que recibiré en Navidad,
la temática de la fiesta que harán para mi cumpleaños,
el nivel del videojuego que quiero terminar.
Soy niño y aún quiero perderme
en las estanterías de juguetes y lápices de colores
en lugar de acompañar a mi mami
a la sección de frutas y vegetales.
Soy niño y aún quiero comer golosinas
sin saber acerca de las caries,
sin saber acerca de los dolores estomacales.
Quiero mi pastel de chocolate,
no mi sopa de legumbres.
Soy niño y aún quiero brincar de la mano de mi mami,
aún quiero reírme a carcajadas por algo absurdo,
aún quiero anonadarme por mis descubrimientos,
aún quiero que mi mentalidad sea colorida,
aún quiero ver mis dibujos animados favoritos
con la creencia de que nunca pasarán de moda,
aún quiero salir a jugar con mis amiguitos,
aún quiero reemplazar mis deberes por carreras de bicicletas,
aún quiero que mi mami me amarre los zapatos,
aún quiero agarrarme a su mano cuando salgamos,
aún quiero abrazar a mi mami y mi papi sin tener vergüenza,
aún quiero impresionarlos con dibujos y disparatados inventos,
aún quiero creer que vivirán por siempre,
que Dios jamás se los llevará.
Aún soy un niño
y lo único que anhelo
encontrar en mi vida
es alegría, cariño,
y motivos para
seguir soñando.
En 2008, Nathan Thompson, de 9 años, se encontró con una espantosa escena: su madre era atacada con un cuchillo. ¿Su reacción? Saltar sobre el atacante y luchar contra él. Terminó con un corte en el rostro y la mandíbula fracturada, pero salvó a su madre.