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#ciencia en casa
rahecociencia · 1 year
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¿Cómo funcionan las bolsas antihumedad para armarios?
Las bolsas antihumedad para los armarios y roperos están formadas por cloruro de calcio (CaCl2).
Uno de los usos que tiene el cloruro de calcio en los laboratorios químicos es de agente desecante para retirar la humedad de los productos químicos.
Si esta sustancia se introduce en un armario o ropero, va a retirar la humedad del medio.
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La parte superior de la bolsa está formada por un material transpirable que es donde se encuentra el cloruro de calcio. Éste absorbe la humedad, condensándose y depositando el agua acumulada en la bolsa transparente.
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Dune: Casa Atreides #1
BOOM!
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elcorreografico · 1 year
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Caminatas guiadas y circuitos en bicicleta, invitan a conocer la historia de La Plata
#Turismo | #Caminatasguiadas y circuitos en #bicicleta, invitan a conocer la historia de #LaPlata
Los fines de semana de enero y febrero, la Municipalidad de La Plata continuará con sus clásicos circuitos turísticos ‘Walking Tour’ y ‘Bicitando la Ciudad’ en el Eje Fundacional y Meridiano V. El itinerario y cómo participar. De acuerdo a lo informado por la Comuna, las próximas salidas en bicicleta por la zona cívica serán los sábados 21 y 28 de enero a las 10 horas, y tendrán como punto de…
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actprofgordon · 2 years
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depoesiaypoetas · 7 months
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La migración de las aves
Moverse, como mecanismo de supervivencia. No se sabe a ciencia cierta qué método de orientación se usa, pero las aves viajan hacia el calor, para escapar del frío invierno y para renovarse en el camino. Nuevas plumas, nuevos aires. Ha costado abrir las alas y emprender el vuelo. Despegar. Calor de trópico, en busca de refugio. Finalmente huir del hielo. Las aves no buscan la estática o hibernar, no hay más que hacer ahí. Al sur y en climas aptos, con otros amaneceres y otros compañeros, se verá la vida desde otro ángulo y la perspectiva tal vez se torne correcta; que el viaje es el propósito, y que llegar a otro punto sólo evoque que casa no es más que tu cuerpo abrigado en plumas, la fuerza las llevas en las alas y tu equipaje consiste en no más de lo que tienes en el alma. Todos somos aves.
Clara Ajc
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chiquititamia · 9 days
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Make you feel better, parte 2
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Holaaaa, aquí les traigo la segunda parte de mi último fic, espero que les encante y me comenten qué cosas le gustan y qué cosas puedo mejorar. Gracias por leer!💕
+18
❤️‍🔥Por fin sucede
💞Enzo x fem!reader
⚠️Warnings: sexo menstrual, sexo sin protección, sexo oral, algo romántico también.
Make you feel better, pt.2
Tratabas de dominar tu respiración, los nervios te la estaban alborotando. Enzo estaba encima de ti, mirándote con esos ojos oscuros y profundos, su pelo negro enmarcándole el rostro.
-Tranquila, chiquita…
Soltaste una pequeña risa para intentar hacerle caso y darle a entender que deseabas esto tanto como él.
-Está bien si te toco? – preguntó con esa voz suya que era como chocolate negro derritiéndose y cayendo sobre tu piel. Asentiste sin quitarle la mirada de encima, pero, cuando su mano rozó tu cuello y fue bajando con la punta de los dedos hacia tus pechos, tuviste que cerrar los ojos. Su otro brazo le sostenía, apoyándose junto a tu cabeza y acariciando tu mejilla para intentar, de una vez, que estuvieses tranquila.
-Cómo no me llevás sujetador, nena? - provocó con media sonrisa de diablo.
-Me dolía…
-Ah, te dolía…-sonaba a falso reproche, a que te iba a enseñar porqué eso era una temeridad y estaba mal. Procedió a serpentear su mano por debajo de la vieja camiseta hasta llegar a tu pecho, el cual abarcó sin esfuerzo. Masajeó como si fuera un experto y lo tuviese todo bajo control, sin embargo, aunque lo ocultase mejor que tú, él también estaba nervioso, y sobre todo embelesado por lo que estaba pasando. Mientras pasaba el pulgar por encima de tu pezón, con cuidado de no hacerte daño, notabas como exhalaba su aliento caliente como fuego en tu cuello, indicativo que se estaba quemando por dentro tanto como tú. No era lo único, naturalmente, también podías sentir su erección, imposiblemente firme contra tu muslo, la cual hundió un poco más para su propio alivio y para hacerte saber cómo te deseaba. Eso provocó que gimieras en su oído.
Antes de que te dieras cuenta, Enzo se había desecho de tus shorts.
Un pensamiento cruzó tu mente como un rayo, ¿estarías sangrando? Aunque las molestias y el dolor habían comenzado, el sangrado no lo había hecho, según tus cálculos, lo más probable es que empezara mañana o esta noche, pero eras consciente de que no era una ciencia exacta. No podías aceptar la idea de que quizá manchases a Enzo, te morirías de la vergüenza y desearías que te tragase la tierra. Cuando éste deslizó tu ropa interior lentamente por tus piernas lograste echar un vistazo y comprobaste que no había restos de sangre, pero sí de toda tu excitación, lo cual él se tomó como un halago no verbal.
-Sigues teniendo cara de preocupada, chiquita… - dijo con una voz que te sonó aún más grave, pero como si casualmente no estuviera acariciando tu monte de venus.
-Es que no quiero mancharte, boludo-te reíste, al fin siendo tú misma con él.
-No sé con que clase de nenes has salido vos, pero a mí un poco de sangre no me asusta.
¿Es que acaso estaba dentro de tu cabeza para saber exactamente qué decir para prenderte aún más?
Tanteó con la punta de los dedos tu entrada, y la humedad que él había provocado en ti se adhería a su piel, pequeños hilos transparentes adornando sus dígitos. Poco a poco se introdujo en ti haciendo que te estremecieras y arquearas la espalda. Él resopló y te miró frunciendo el ceño.
-Ufff… qué apretada que estás, nena…-acercó su boca a tu oído provocando un nuevo vuelco en tu corazón- ¿Así me vas a apretar la pija?
Dios. DIOS. Un gemido que fue casi un grito escapó de tu garganta sin que tú pudieras (o quisieras) hacer nada por evitarlo. Hubieras jurado que cualquier pibe que te hablase sucio se hubiera ido de tu casa con una patada en el culo, pero joder, cómo te había prendido que Enzo dijera eso. De hecho, como si tu cuerpo quisiera darle la razón, tu interior se contrajo alrededor de sus dedos, provocando una risita maliciosa en él. Los movía con habilidad, dibujando el típico gesto de “ven aquí”, encontrando y masajeando un punto muy sensible de tu centro.
-Enzo…-gimoteaste.
- ¿Qué, nena? - contestó con la respiración agitada, notando, desde hace un rato como su líquido preseminal estaba formando una mancha húmeda en sus bóxers negros, su erección, pulsando dolorosamente.
Querías contestar, pero el placer te nublaba la capacidad de hablar, solo podías gemir y agarrarte con fuerza a su espalda, reparando en lo firme que era, y lo pequeña que parecías debajo de él. Le miraste a los ojos suplicante, queriendo comunicar tus deseos sólo con tu mirada.
-Ya sé, ya sé... – se apiadó él. Se apartó de ti con cuidado de retirar sus dígitos suavemente para no herirte. El vacío que dejaron te molestó intensamente, pero sabías que simplemente el aperitivo había terminado: ahora venía el plato fuerte.  Arrodillándose en tu cama comenzó a desabrocharse el cinturón. Iluminado solamente por tus tenues luces azules y la pantalla de tu televisión, la figura de Enzo era escultural: su cabello largo y oscuro, su torso definido y bronceado. Incluso el vello de sus axilas te pareció intensamente atractivo cuando alzó los brazos para sacarse la camiseta. Su aroma, su aroma parecía tener temperatura, emanaba calor, y un olor riquísimo a madera y café, a hombre.
Se bajó un poco el pantalón vaquero, y, aunque su intención era levantarse para desprenderse de él por completo, un instinto súbito tuyo se lo impidió. Te incorporaste y gateaste hasta que tu rostro quedó a la altura de su cintura. Acariciaste la tela de su bóxer, notando su dureza, cómo su anatomía estaba provocando que la prenda estuviese tirante. Cuando Enzo procesó lo que estabas a punto de hacer suspiró. Su caballerosidad no quería dejarte continuar, esta noche se trataba de ti, pero ¿cómo te iba a decir que no? Tu boquita debía sentirse como el cielo en la Tierra.
Apenas te tomaste un momento para admirar cómo su miembro se erguía ante ti, inflamado, expectante de tu atención. Lo tomaste con delicadeza en tu mano derecha e hiciste que entrase en tu boca, tus labios haciendo de cálida bienvenida para él, tratando de relajar la lengua para que pudieras acomodar su tamaño más fácilmente.
-Ay, sí…- gimió con voz ronca.
Sonreíste para ti misma, no era algo de lo que pudieras alardear en cualquier conversación, pero sabías que era algo que se te daba muy bien hacer.
Continuaste el movimiento de vaivén, utilizando tu saliva como lubricante, provocando una serie de sonidos que Enzo juraba que le iban a volver loco. Tenía su mano en tu mentón, sin sujetarlo, pero marcando la posición. Notaba como tu boca se llenaba y nunca se vaciaba del todo.
Su respiración, su pulso acelerándose, la forma en la que tensaba los abdominales, eran señales de que le costaría mucho aguantar si continuabas con ese ritmo.
-Basta – sacó su pija de tu boca sin previo aviso, y tú te quedaste con la cara que se le queda a un niño cuando le quitas su juguete favorito – tumbáte – ordenó.
Te dejaste caer sobre la pila de almohadas, que se desinflaron suavemente por tu peso.
No había ya lugar para miramientos o preámbulos, tenía que cogerte ya.
Enzo volvía estar encima de ti, pero esta vez frente a frente. Se mantenía en equilibrio, además de con sus piernas entre las tuyas, con su antebrazo sosteniéndole junto a tu cabeza. Su otro brazo, sin embargo, se perdía debajo de su abdomen, no podías verlo, pero pronto notaste cual era su cometido. Su mano estaba agarrando su propio miembro, pesado, duro, para posicionarlo en tu entrada, que no podía esperar para tragárselo. Sentías su sudor en tu piel, su calor, tus pulsaciones disparadas, la humedad que compartíais. Pero todas esas sensaciones se vieron ensordecidas por la más intensa que habías sentido probablemente en tu vida:
Enzo entrando en ti
Tus ojos y tu boca se abrieron como para sustituir el sonido que eras incapaz de generar.  Tu mirada se encontró con la suya. Él también tenía una expresión obscena, os mirabais incrédulos del placer que os estabais dando el uno al otro. ¿Porqué carajo no lo habíais hecho antes?
Tras un momento de adaptación, tú a su tamaño y él a tu estrechez, las embestidas se tornaron más rápidas y casi todo lo profundas que podían ser sin hacerte daño.
Enzo pareció leer tus preocupaciones (una vez más), y de forma inconsciente, las tomó como si fueran un papelito, las arrugó y las tiró lejos de ti.
-Dios, nena… -dijo con voz grave y entrecortada- ¿te gusta? ¿te alivia un poco…?
-Muchísimo, amor- Mierda. Eso se te había escapado, por mucho que estuvierais haciendo lo que estabais haciendo no debías haberlo llamado así.
-Me alegro, mi vida – al decir esto, besó tu mejilla con calidez, decidiste que su respiración era lo único que querías en tus pulmones.
¿Era posible que te sonrojaras aún más? Sí, era posible.
Habías conseguido entrelazar las piernas a su espalda, acercando más tu cadera a su cuerpo, haciendo que las estocadas fueran todavía más profundas. El movimiento cada vez era más errático, estaba golpeando tu punto más débil, la humedad que había provocado en ti estaba con seguridad creando una gran mancha en tus sábanas, escurriéndose por tus ingles y tus glúteos. Notaste fuego dentro, en tu bajo vientre y en el fondo que Enzo estaba tocando una y otra vez con su glande hinchado. No hacía falta que dijeras nada - tampoco es que pudieras- te aferraste a él con desesperación, como si no quisieras salir volando arrastrada por una corriente de viento brutal. Por instinto te encogiste, escondiendo la cara en su pecho.
-Dale, princesa, miráme cuando te venís- tomó tu cara en su mano y te obligó a encararle.
Como todo un experto eligió un ritmo y lo mantuvo para ayudarte a concentrarte en perseguir tu clímax, mientras tanto, agarró uno de tus pechos, estimulando tu pezón, añadiendo otro foco de placer a la ecuación.
-Vamos nena, dejate ir…-continuó animándote.
Tus labios dibujaron una ‘O’ que no se cerraba más, él miraba tus ojos y después tu boca, la cual se le antojaba la frutilla más dulce que había tenido el placer de devorar. Dios, como deseaba él acabar en esa lengua rosada.
Tu interior se contrajo exponencialmente, atrapándole y, a los gritos, te viniste agarrada a él, en el orgasmo más increíble de tu vida. Si había un cielo podías afirmar que lo habías tocado.
Enzo seguía haciéndote el amor, (por que ya no se podía decir que simplemente te estaba cogiendo), pero la sobreestimulación no te estaba incomodando, querías seguir sintiendo, y de hecho seguías sintiendo muchísimo placer.
-¡Dentro, Enzo!
-Nena, no voy a aguantar…- te miró con urgencia entre gemidos roncos- d-dime…dónde…
Te miró confundido. Estabas disfrutando malévolamente de su preocupación, omitiendo el pequeño detalle de que estabas en la píldora.
-¿Tomás la pastilla? -casi gruñó por el esfuerzo de aguantar su eyaculación.
Asentiste con sonrisa de diabla, divertida.
-¿Te lleno? ¿querés que te llene…? - su respiración cada vez más agitada, su voz, rota.   
En respuesta gemiste aún más alto, encontrando un momento para lamer su cuello, salado por el sudor, y terminar de volverle loco.
Un último quejido salió de su pecho y le obligó a cerrar los ojos con fuerza. Estaba derramándose por completo en tu interior. Jurabas notar los disparos blancos y ardientes inundando tu interior. El pulso bombeando alocadamente en su miembro había hecho que se sintiera todavía más ancho, arrebatando más lloriqueos desesperados de tu boca.
-Ufff… - resopló exhausto antes de unir su torso al tuyo y descansar encima de ti.
-Yo te tenía unas ganas inmensas, chiquita- confesó él por fin- Te quiero, ¿sabías? - remató, haciéndote sonreír inmensamente.
-No me lo puedo creer- te reíste peinando su pelo húmedo con tus dedos- ¿qué hemos hecho?
Le apartaste el cabello de la cara con dulzura para poder verle bien.
-Yo también a ti. - soltaste, sintiéndote ligera después de decirlo.
Una extraña nueva confianza se estaba apoderando de ti, Enzo te hacía sentir como la mujer más maravillosa, y con él en tus brazos, lo viste todo mucho más claro.
Parte 1
tags: @iamjustadoll @andyrubei @madame-fear @miskhalie @karylvsjuanii @koiibiito @quarzitos @voglatte @llorented @deepinsideyourbeing
(me he basado en mis reblogueos e interacciones para hacer la tag-list, diganme si quieren que les agregue o los borre de la misma ;))
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caostalgia · 8 months
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INTERÉS
Bueno, este será un escrito mas alejado de lo que suelo hacer, donde no importará buscar rimas entre párrafo y párrafo, solo trataré de expresar el como se sintió mi corazón al sentir ese pequeño interés por algo que me gusta, quiero decir. ¿Alguien podría competir con una persona que se preocupa en aprender lo que para ti es un hobby y para cualquier otra podría ser una tontería?
Piénsalo... alguien aparece en tu vida, se llevan bien, se ríen, disfrutas de esas llamadas de amigos, pero las cosas empiezan a tomar un rumbo distinto, empiezan a salir coqueteos, risas tímidas, bromas absurdas, conversaciones largas, interminables, salen temas, tras temas, tras temas, y parece que no hubiera un fin para esas conversaciones.
Casualmente empiezan a hablar de gustos personales, y ven que tienen intereses en comun.
Partiendo de que ambos les encanta escribir para desfogar sentimientos, sean buenos, malos, incluso que involucren amor, seguido de una pasión de forma aficionada hacia la ciencia, poder hablar de temas medianamente complejos y entenderse entre si, tener ganas de "comerse" un podcast completo de ciencia solo porque a ambos les genera interés.
Las llamadas largas que duran horas enteras, el simple hecho de oír el móvil sonando correr a tomar y saber que es ella, sé que ahí mi día dará un giro de 180 grados totalmente, he tenido días malos y en uno me toco que ella estuviera presente, la forma en la que actuó y conversamos hizo que la ansiedad que estaba empezando a sentir se desvanezca, me hizo sentir muy diferente, probablemente fue empatía pero fue eso algo que me gustó mucho.
Oírla reír por mis tonterias (que no son pocas la verdad) me alegra el día, siento que el interés de hacer el día del otro un poco más lindo a como los iba llevando dice y expresa mucho aunque de sus bocas aún no salgan esas palabras.
Y realmente somos 2 personas con un humor muy roto creo yo, hemos tenido bromas absurdas como "el jarrón de porcelana" "La variable" pero ¿Qué puedo decir? ese humor absurdo nos define bien.
Nos encanta retarnos en cosas muy nuestras y también en tontearías tan grandes como una casa, pero nuevamente, es muy nosotros, como "nuestra marca personal".
Y aquí dejare una parte de algo que se va formando con el pasar de los días, el interés que cada uno le da al otro, el interés sobre sus estudios, hobbies, cosas que le traen paz, cosas que le gustan y disgustan, películas favoritas, tipo de música que escucha, definitivamente hay un gran interés mutuo.
Pero el mayor interesado soy yo por lo que oculta el universo dentro de esos ojos y quisiera resbalar siempre en tu linda sonrisa, para algún día terminar pegado a tus labios.
Espero evitar que se de un proceso adiabático (Q=0)
Versame_
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ffeelann · 8 days
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The Arcana as ARGENTINOS
haci como escuCHASTES
ASRA:
Nombre delicado, lo criaron los abuelos.
Usa frases del año del orto.
''Quedar bien con Dios y con el Diablo'' kid.
Como sos MC no putea en frente tuyo. Él un caballerito.
Tiene hormigas en el culo, no podés llevarlo al carnaval porque se te escapa y capaz perdido no está pero NO ESTÁ POR NINGÚN LADO.
Se sabe todos los programas q están al aire y de vez en cuando ve de nuevo novelas como Esperanza Mía o Educando a Nina.
JULIAN:
Se llama Julián.
Vio siete veces Casi Ángeles.
Es insoportable porque le gusta un poco que lo corrijan todo el tiempo.
Portia lo persigue para que lave un plato.
Él era el preferido de la profe de teatro.
Si estudia ciencias, lo hace por aceptación social. Él quería cantar en Broadway.
Sus outfits están chetos porque ofenden a las señoras y a los conservadores. Te amo Julian.
NADIA:
Alma de vieja. Tenía cinco años y ella solita se sentaba a ver el Zorro en la tele.
No soporta Gran Hermano, le causa pensamientos violentos, pero a su familia y a Lucio le gusta así que se fuma el programa.
Es una cheta piola, en primaria capaz que le hacían bullying hasta que un día las hermanas se pararon de manos.
100% segura estoy de que estuvo enamorada de una profe de literatura.
Es una chica 11 posts, 56789 seguidores, 790 seguidos en instagram. Te amo Nadia.
Es la primera en poner casa para ir a merendar con el grupito de whatsapp. Y en las juntadas siempre se porta y lleva a alguien.
Las amigas en el grupo de whatsapp están hasta el moño de Lucio. Lo odian.
LUCIO:
Le dio dengue.
En secundaria era el que siempre tenía quilombo y los ig de confesiones estaban llenos de cagadas que él, DE HECHO, se había mandado en algún momento.
Bostero a morir.
Siempre en el club él, pero no le gusta hacer él el asado porque no le gusta tener olor a humo.
Se enoja por la inflación y es el primero en comprar boludeces que no necesita.
Cuando hablan de política él se sustenta gritando.
Tiene grabado casados con hijos en el cerebro.
MURIEL:
Se crió viendo Hijitus y él es igual(un dulce de leche que vive con su pichicho en una lata)(no es una lata pero poco más y sí).
Todavía toma chocolatada y lo que vos le digas no le va a impedir comprarse su Nesquik.
El momento más sociable de su vida fue cuando ganamos la copa y desde entonces los vecinos no le tienen más miedo.
Vive en un terrenito en las sierras.
Su casa tiene un sólo punto donde hay conexión a internet.
Todo animal q encuentra automáticamente tiene casa. Sea una serpiente, un sapo o un elefante. Él lo alimenta como si fuese un perrito q encontró.
Nunca fue a votar porque nunca le renovaron el DNI así que legalmente él no figura en ningún lado. No existe.
PORTIA:
Mochilera.
Ella es la de los reels bonitos de lugares chetos de Argentina.
Adora profundamente las cataratas del Iguazú.
Los emprendimientos de cositas veganas y sustentables la aman profundamente porque ella existe por y para las ferias.
Ella quiere comprarse su barquito así que es influencer de viaje sólo por eso.
Julian tiene el chat explotado de fotos porque ella le manda 1000000 cosas.
Es fan de la Locomotora y de Paula Paretto.
Ella seguramente se llamaría Paula.
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world-of-lang · 1 month
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pienso en un recuerdo que me contó mi madre sobre su pueblo natal, rufino, un pueblo chico (ahora ciudad chica), de campo.
recordaba la cultura, casas llenas de libros de filosofia, politica, ciencia ficcion, peronismo, comunismo, me entienden.
recordaba como en las familias les pasaban esos valores a sus hijes, que fueron creciendo y muchos se mudaron a capital para estudiar en las universidades. toda una generacion asesinada... con el tiempo en el pueblo sólo fueron quedando los más fachos, o la gente con la mente más cerrada. el pueblo que conoció y donde creció murió. quedaron viejitos con el corazón roto y giles perfectos votantes de derecha.
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notasfilosoficas · 8 months
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“Lo que pienses lo serás. Lo que sientes los atraerás. Lo que imagines lo crearás”
Helena Blavatsky
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Helena Blavatsky, también conocida como Madame Blavatsky, fue una escritora, ocultista y teósofa rusa nacida en Yekaterinoslav en agosto de 1831. Fue una de las fundadoras de la “Sociedad Teosófica” y contribuyó a la difusión de la llamada “Teosofía”.
Fue hija de un coronel de origen alemán, establecido en Rusia y de una hija de una de una familia de la nobleza rusa que trabajó como novelista. Por parte de su madre fue nieta de la princesa Helena Dolgorúkov, botánica y escritora.
Debido a la prematura muerte de su madre, Helena creció bajos los cuidados de sus abuelos, los Fadéef en Saratov en una vieja e inmensa mansión, en donde su abuelo se desempeñaba como gobernador.
Helena tenía talento como pianista, y según testimonios de algunos contemporáneos, poseía ciertos poderes psíquicos o sobrenaturales, y desde muy temprana edad se mostró interesada en el esoterismo, libros que leía de la biblioteca de su bisabuelo quien se había iniciado en la masonería a finales del siglo XVIII.
Helena sostenía y demostraba que tenía la capacidad psíquica para comunicarse con los moradores de los mundos sutiles e invisibles, y con los seres que para nosotros están muertos.
A la edad de 17 años se casó con NIkífor Vasiíevich Blavatsky de 40 años, en una provincia de Armenia. Helena aceptó casarse para poder ganar independencia, y aunque según ella, nunca se consumó la unión, tras 3 meses de infeliz matrimonio, escapó por las montañas montando a caballo para ir a la casa de su abuelo en Tiflis, capital de Georgia.
Según se cuenta, Helena realizó una serie de viajes por diversos países, como Egipto, Turquía y Grecia entre otros tantos. En algunos de estos viajes, estuvo acompañada por el explorador y naturista estadounidense Albert Rawson, miembro de la masonería e interesado en el ocultismo.
En 1851, se dice que tuvo su primer encuentro con un hombre del cual había tenido diferentes sueños de la infancia, y que se convertiría en su maestro de nombre Rajput Mahatma.
Ese mismo año, Blavatsky viajó a Canadá, y varias partes de los Estados Unidos, México, Sudamérica, e intentó posteriormente ingresar al Tibet sin éxito, antes de regresar a Inglaterra.
En 1855, logró entrar al Tibet en donde pasaría por un periodo de entrenamiento bajo la dirección de su maestro y de 1860 a 1865 vivió en el Cáucaso, en donde pasó por experiencias de crisis de tipo sobrenatural, los cuales, según ella, la posibilitaría a la adquisición de un dominio completo de sus energías psíquicas.
En 1871, tras multiples viajes y experiencias psíquicas por Chipre y Grecia, y tras salvarse en un naufragio cuando se encaminaba a Egipto, intentó en El Cairo fundar la que llamaría “Sociedad Espírita”, con poco éxito pues se vió rodeada de charlatanes y ególatras que harían fracasar esta sociedad, por lo que en 1873, su maestro le dió instrucciones de proseguir hacia París y más adelante Nueva York.
Es en Nueva York en el año 1875 que Blavatsky funda con el coronel Henry Olcott, y el abogado irlandés William Quan Judge, la denominada “Sociedad Teosófica” con la participación de 16 teósofos, según actas elaboradas por el propio William Judge.
En septiembre de 1875, Blavatsky publica su primera gran obra titulada “Isis sin velo”, libro que habla de la historia y el desarrollo de las ciencias ocultas, la naturaleza y el origen de la magia, las raíces del cristianismo y según ella, los fallos de la teología cristiana. 
En 1878, Blavatsky y Olcott trasladaron la sede de la Sociedad Teosófica a la India en donde conocieron al editor del periódico oficial del gobierno de la India, Alfred Sinnet, iniciando juntos en 1879 la publicación de la revista “The Theosophist”, siendo Blavatsky la editora responsable, con lo cual la sociedad teosófica se arraigó profundamente en América y Londres.
La denuncia de varios seguidores del fraude que se ocultaba en las prácticas de la Sociedad, llevó a la fundadora a abandonar la India en 1885 para establecerse en Londres.
En 1888 Blavatsky publica su obra “La doctrina secreta”, seis tomos en los que trata de explicar la evolución cósmica, planetaria y humana, la cual incluye mas de 2000 citas con indicaciones de paginas y autores. En esta obra están también explicados los símbolos básicos contenidos en las grandes religiones y mitologías del mundo.
El surgimiento del espiritismo y el ocultismo, estuvo muy ligado a una crisis que se sucedió en el pensamiento contemporáneo del cristianismo, causada por la antipatía de los cristianos liberales a la idea de la condenación eterna, la cual era opuesta e incompatible con la noción de un Dios amoroso.
Por otra parte, en lo relacionado a la ciencia, la geología había demostrado que la datación del mundo era mucho mas antigua que las enseñanzas de la Biblia, haciendo del espiritismo una nueva forma de contactar con lo espiritual, lejos de las viejas ortodoxias.
Helena Blavatsky murió en Londres en 1891 de gripe a los 59 años de edad. Su cuerpo fue incinerado y parte de sus cenizas fueron depositadas en Europa, Estados Unidos y en la sede de la Sociedad Teosófica. 
A la muerte de Blavatsky y de Henry Steel Olcott, la Sociedad Teosófica fue entregada a su secretaria Annie Besant, quien ya había logrado con sus audacias crear un importante cisma entre los miembros de la Sociedad, obligando a William Quin Judge abandonar la sociedad y ser perseguido por los seguidores de Besant.
Tras su muerte, la teosofía vivió varias crisis y cismas, y su influencia se extendió a lugares oscuros como el Tercer Reich, donde muchos altos cargos del partido se declararon seguidores de esa doctrina.
Fuentes: Wikipedia, biografiasyvidas.com, elconfidencial.com, elespanol.com, ecured.cu
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la-semillera · 7 days
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HELENA ALMEIDA & REBECCA SOLNIT
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Se nos enseñaba a complacer a los hombres, por lo que nos resultaba difícil complacernos a nosotras mismas. Se nos enseñaba a ser deseables de formas que nos inducían a rechazarnos y a no aceptar nuestros deseos. Por eso me fugaba. Mi cuerpo era un hogar solitario. Yo no estaba siempre en casa; con frecuencia estaba en otro sitio. De joven imaginaba como algo positivo una versión de seres humanos propia de la ciencia ficción, que se convertían en cerebros contenidos en frascos; pensaba que nuestro cuerpo era algo triste que nos aprisionaba, y no un instrumento de gozo, de relaciones personales y vitalidad, la condición innegociable de nuestra existencia. No me extraña que estuviera flaca; no me extraña que se elogiara a las mujeres por estar delgadas, por ocupar el menor espacio posible, por encontrarse al borde de la desaparición; no me extraña que algunas de nosotras desaparecieran comiendo menos de lo debido, como un país que cede territorio, un ejército que se repliega, hasta que deja de existir.
_ Rebecca Solnit, Recuerdos de mi inexistencia, Lumen, 2021. Traducción: Antonia Martín Martín.
_ Helena Almedia. Corpus.
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rahecociencia · 2 years
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Kit de quilataje de joyería.
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¿Cómo se determina el quilataje del oro? Se usa una disolución de ácido nítrico y una piedra de toque (piedra dura de color oscuro compuesta por una mezcla de cuarzo amorfo con alúmina, cal, óxido de hierro, carbón y otras sustancias de grano fino y que no puede ser atacada por los ácidos. Estas cualidades la hacen adecuada para el ensayo de pureza de los metales.)
Se hace una marca en la piedra de toque con la muestra cuyo oro se quiere determinar y se le añade la disolución de ácido nítrico. Si la marca se disuelve quiere decir que no es de oro la muestra. Si la marca permanece se confirma que la muestra tiene oro.
¿Como se determina el quilataje? Usando diferentes concentraciones de ácido nítrico. Por ejemplo, para una muestra de 18 quilates, se emplea ácido nítrico al 40%. Si la muestra se disuelve quiere decir que no es oro de 18 quilates. Si la marca realizada en la piedra de toque permanece, se sabe que tiene al menos 18 quilates. En este caso, se prueba un ácido de mayor concentración para ver si la muestra es de 24 quilates.
Muy usado en joyerías.
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analisword · 8 days
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem Reader)
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Capítulo 28.
6 meses después.
Dicen que el tiempo tiene el poder de sanar todas las heridas, sin embargo, el tiempo se estaba tomando su dulce tiempo sanando esta. 
Habían pasado 6 meses desde la última vez que Alana vio a Enzo, la última vez que se besaron y abrazaron, también la última vez que pudo sostener a Zola.
Irónicamente, los primeros días fueron los más sencillos, cuando a ninguno le caía aún la cruel realidad de estar separados, durante los primeros días, se sentían casi como si nunca se hubiesen separado, las videollamadas eran constantes, charlaban durante largas horas y aunque no fuera lo mismo que estar frente a frente, casi se sentía de esa manera, por un instante una ligera llama de esperanza se incendió en el pecho de Alana, ¿y si intentaban una relación a distancia’
Sin embargo, con el tiempo se fue haciendo más pesado, principalmente por el cambio de horarios, Enzo se la pasaba de arriba a abajo, literalmente, un día estaba en un país y a las pocas horas se encontraba en otro, era imposible seguirle la corriente, cuando Alana se paraba a desayunar, Enzo se iba a dormir, también la angustia y claro, los horribles celos tomaron lugar, Alana sentía envidia de las personas que podían estar cerca de él, las personas que podían tocarlo y escuchar su risa en vivo y en directo, las videollamadas cada vez fueron siendo menos, la gota que derramó el vaso fue una tarde en la que Alana fue con su familia a ver una película y lloró todo el rato deseando que Enzo estuviera allí, quería regresar el tiempo, quería volver a dormir abrazada de él, la noticia de su rompimiento se esparció como el viento, no ayudaba que en tres de las cinco entrevistas que Enzo hacía en la semana fueran dirigidas exclusivamente a su relación con Alana, él, como el gran profesional que era, las evadía con gentileza y astucia, aunque eso terminó confirmando lo que todos sospechaban: Habían terminado, la distancia desgraciadamente había podido con ellos. 
Por supuesto, Sebastián también se había enterado del rompimiento y la mudanza, le mandó un largo correo electrónico (ya que Alana había bloqueado su número telefónico) en la que la felicitaba por el nuevo contrato en la editorial más prestigiosa de México, Alana sintió cólera al leer el e-mail y se limitó a eliminarlo. 
Por otro lado, no todo era tan malo, Alana estaba bastante contenta con su nueva editorial, al igual que con la pasada, tenía bastante libertad de expresión creativa, Alana nunca había escrito tanto como en estos momentos, y a veces se sorprendía a sí misma escribiendo párrafos que sabía serían del agrado de Enzo, muy por dentro deseaba que Enzo los llegara a leer alguna vez. 
Decidió además suspender por un tiempo indefinido la historia que escribió en el departamento de Enzo, principalmente porque despertaba muchos sentimientos, sin haberlo hecho conscientemente, fragmentos de ella y Enzo estaban en las páginas de esa historia, ¿podía culparse a sí misma? Por supuesto que no, al final del día, Enzo siempre había sido su más grande inspiración, incluso antes de conocerle. 
La mudanza fue algo complicada, principalmente porque tanto sus padres como su hermana, deseaba que ella se fuera a vivir con ellos, Alana finalmente tomó el papel que durante tanto tiempo había evadido en su estancia en México: el de una adulta. 
Fue así como decidió irse a vivir por sí sola en una pequeña casa que se encontraba cerca de su nueva editorial, no era la más lujosa ni estaba situada en el sitio más prestigioso de la ciudad, pero era suya. 
Ahora se encontraba trabajando en fragmentos cortos de ciencia ficción que se publicaban en la página de la editorial, al principio, su jefe no estaba muy convencido, o más bien, creyó que serían un completo y rotundo fracaso, sin embargo, el público los recibió con un muy buen apoyo, en su tiempo libre también editaba manuscritos de sus otros compañeros, sí, podía decir que tenía días bastantes ocupados. 
Aún así, siempre parecía tener minutos extra para pensar en Enzo. 
—Adelante—gritó al escuchar los toquidos de la puerta de su oficina, se talló los ojos cansados con las yemas de sus manos, tuvo que parpadear dos veces para asegurarse que lo que estaba viendo era real y no un producto de su imaginación. 
—Hola, Alana—respondió.
—Hector, ¿qué haces aquí?—preguntó parándose abruptamente, inconscientemente alisó los pliegues de su blusa, Hector Moore, como desde el día en el que lo conoció, se miraba impecable. 
—Esperaba un mejor recibimiento—rió. 
—Perdona—se disculpó—. No quise sonar así, simplemente no te esperaba…Emm, toma asiento—le indicó. 
—Sólo estaba bromeando contigo—dijo él—. Tuve una junta de negocios en la ciudad hace unas horas y justo iba pasando por aquí, espero no te moleste. 
—No, no, para nada—dijo sinceramente, Hector y su editorial le habían abierto las puertas en España cuando muchas editoriales no lo habían hecho. 
—Te seré honesto—dijo—. Me parece algo amargo venir acá y ver que Moore perdió a una gran escritora, pero me alegro que te la estés pasando bien, se ve que estás bien establecida—dijo él inspeccionando la oficina con la mirada. 
—Sí—afirmó—. Empecé a trabajar aquí apenas me mudé, me ha ayudado bastante con…—se calló, no le apetecía hablar de su vida privada, Hector pareció notarlo. 
—Ya veo, ¿te gustaría salir por algo te tomar? Yo invito.
Alana tragó saliva en seco, nadie la había invitado a tomar algo desde su ruptura con Enzo, claro que sabía que eso no significaba nada, pero no quitaba que se sintiera extraño. 
—Vamos—la alentó. 
—No lo sé—respondió simplemente, ¿cuándo había comenzado a sentirse nerviosa?
—Sé que estás en tu tiempo libre—dijo él—. Me lo dijo tu secretaria—recalcó. 
Nota mental: Regañar a su secretaria.
Alana se mordió el interior de su mejilla.
Quizás salir un rato con alguien diferente le ayudaría a distraerse. 
—De acuerdo—dijo simplemente elevando los hombros. 
—¿Segura?
—Hector, no me hagas que me arrepienta de mi decisión—rió. 
—De acuerdo, de acuerdo, vámonos. 
Alana salió de su oficina, sintiendo que su estómago se volcaba un poco, tuvo que repetirse a sí misma que no estaba haciendo nada malo, tenía derecho de salir con otras personas, de ampliar su círculo de amigos, al final del día, esa había sido otra de las razones por las que había vuelto a México.
—¿Estás bien?—preguntó Hector, gracias al cielo él estaba pendiente de la carretera con las manos fijas sobre el volante.
—Sí, obvio—respondió ella quizás más rápido de lo normal—. Es sólo que hace mucho no hacía algo como esto—carraspeó. 
—¿Subirte a un auto?—preguntó sarcásticamente, Alana rodó los ojos—. Y…¿cómo está Enzo?
—Eh…—comenzó a vacilar sin saber muy bien qué decir, tenía semanas sin saber de él, comenzó a jugar con sus dedos, pensar y hablar de Enzo siempre la ponían nerviosa. 
Siempre la ponían triste. 
—¿Todo bien con ustedes?
—Temas de distancia—dijo incómodamente. 
—Ya, perdona si pregunté algo que no debía. 
—Está bien. 
El viaje fue rápido, Hector se decidió por una cafetería que no estaba muy lejos de la editorial, con el paso de los minutos, Alana logró desenvolverse un poco más, no era de extrañarse que al principio ella se encontrara tan incómoda y sería, siempre se le había dificultado entablar conversación, pero Hector hablaba hasta los codos, lo cual facilitó la convivencia.
—¿Cuál es tu carrera frustrada?—preguntó Hector después de dar otro sorbo de café, desde hace unos minutos la conversación se había tornado en una entrevista del uno hacia el otro. 
—Biologa marina—dijo. 
—No te creo. No tienes cara de eso.
—Por algo es mi carrera frustrada—comenzó a decir, sumergiéndose en una plática extensa sobre cómo de pequeña quería ser doctora de ballenas, casi al final de su discurso se dio cuenta que Hector ya no estaba prestando atención, en cambio, su vista estaba fija en una de las pantallas de la cafetería—. ¿Qué tanto ves?—dijo con tono de ofendida.
—Alana—la nombró suavemente, con cautela, casi. 
Alana se giró animosamente para descubrir qué era lo que había robado por completo la atención del escritor, entonces sintió que su corazón se caía a los pies, era un programa de espectáculos, en donde aparecían unas imágenes de una cara bastante familiar con la leyenda de: 
‘Enzo Vogrincic y su co-protagonista Karla Hidalgo, ¿la nueva pareja del año?’
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Uno de los más grandes novelistas del siglo XX. Ganador del Premio Nobel en el año 1998.
Novelas recomendadas: "Ensayo sobre la ceguera", "Todos los nombres", "Memorial del convento" y "El año de la muerte de Ricardo Reis".
Esta es la primera parte de su discurso cuando recibió el Nobel de Literatura por parte de la Academia Sueca en el año 1998.
El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir. A las cuatro de la madrugada, cuando la promesa de un nuevo día aún venía por tierras de Francia, se levantaba del catre y salía al campo, llevando hasta el pasto la media docena de cerdas de cuya fertilidad se alimentaban él y la mujer.
Vivían de esta escasez mis abuelos maternos, de la pequeña cría de cerdos que después del desmame eran vendidos a los vecinos de la aldea. Azinhaga era su nombre, en la provincia del Ribatejo. Se llamaban Jerónimo Melrinho y Josefa Caixinha esos abuelos, y eran analfabetos uno y otro. En el invierno, cuando el frío de la noche apretaba hasta el punto de que el agua de los cántaros se helaba dentro de la casa, recogían de las pocilgas a los lechones más débiles y se los llevaban a su cama.
Debajo de las mantas ásperas, el calor de los humanos libraba a los animalillos de una muerte cierta. Aunque fuera gente de buen carácter, no era por primores de alma compasiva por lo que los dos viejos procedían así: lo que les preocupaba, sin sentimentalismos ni retóricas, era proteger su pan de cada día, con la naturalidad de quien, para mantener la vida, no aprendió a pensar mucho más de lo que es indispensable.
Ayudé muchas veces a éste mi abuelo Jerónimo en sus andanzas de pastor, cavé muchas veces la tierra del huerto anejo a la casa y corté leña para la lumbre, muchas veces, dando vueltas y vueltas a la gran rueda de hierro que accionaba la bomba, hice subir agua del pozo comunitario y la transporté al hombro, muchas veces, a escondidas de los guardas de las cosechas, fui con mi abuela, también de madrugada, pertrechados de rastrillo, paño y cuerda, a recoger en los rastrojos la paja suelta que después habría de servir para lecho del ganado.
Y algunas veces, en noches calientes de verano, después de la cena, mi abuelo me decía: "José, hoy vamos a dormir los dos debajo de la higuera". Había otras dos higueras, pero aquélla, ciertamente por ser la mayor, por ser la más antigua, por ser la de siempre, era, para todas las personas de la casa, la higuera.
Más o menos por antonomasia, palabra erudita que sólo muchos años después acabaría conociendo y sabiendo lo que significaba. En medio de la paz nocturna, entre las ramas altas del árbol, una estrella se me aparecía, y después, lentamente, se escondía detrás de una hoja, y, mirando en otra dirección, tal como un río corriendo en silencio por el cielo cóncavo, surgía la claridad traslúcida de la Vía Láctea, el camino de Santiago, como todavía le llamábamos en la aldea.
Mientras el sueño llegaba, la noche se poblaba con las historias y los sucesos que mi abuelo iba contando: leyendas, apariciones, asombros, episodios singulares, muertes antiguas, escaramuzas de palo y piedra, palabras de antepasados, un incansable rumor de memorias que me mantenía despierto, al mismo que suavemente me acunaba.
Nunca supe si él se callaba cuando descubría que me había dormido, o si seguía hablando para no dejar a medias la respuesta a la pregunta que invariablemente le hacía en las pausas más demoradas que él, calculadamente, le introducía en el relato: "¿Y después?".
Tal vez repitiese las historias para sí mismo, quizá para no olvidarlas, quizá para enriquecerlas con peripecias nuevas. En aquella edad mía y en aquel tiempo de todos nosotros, no será necesario decir que yo imaginaba que mi abuelo Jerónimo era señor de toda la ciencia del mundo.
Cuando, con la primera luz de la mañana, el canto de los pájaros me despertaba, él ya no estaba allí, se había ido al campo con sus animales, dejándome dormir. Entonces me levantaba, doblaba la manta, y, descalzo (en la aldea anduve siempre descalzo hasta los catorce años), todavía con pajas enredadas en el pelo, pasaba de la parte cultivada del huerto a la otra, donde se encontraban las pocilgas, al lado de la casa.
Mi abuela, ya en pie desde antes que mi abuelo, me ponía delante un tazón de café con trozos de pan y me preguntaba si había dormido bien. Si le contaba algún mal sueño nacido de las historias del abuelo, ella siempre me tranquilizaba: "No hagas caso, en sueños no hay firmeza".
Pensaba entonces que mi abuela, aunque también fuese una mujer muy sabia, no alcanzaba las alturas de mi abuelo, ése que, tumbado debajo de la higuera, con el nieto José al lado, era capaz de poner el universo en movimiento apenas con dos palabras. Muchos años después, cuando mi abuelo ya se había ido de este mundo y yo era un hombre hecho, llegué a comprender que la abuela, también ella, creía en los sueños.
Otra cosa no podría significar que, estando sentada una noche, ante la puerta de su pobre casa, donde entonces vivía sola, mirando las estrellas mayores y menores de encima de su cabeza, hubiese dicho estas palabras: «El mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de morir». No dijo miedo de morir, dijo pena de morir, como si la vida de pesadilla y continuo trabajo que había sido la suya, en aquel momento casi final, estuviese recibiendo la gracia de una suprema y última despedida, el consuelo de la belleza revelada.
Estaba sentada a la puerta de una casa, como no creo que haya habido alguna otra en el mundo, porque en ella vivió gente capaz de dormir con cerdos como si fuesen sus propios hijos, gente que tenía pena de irse de la vida sólo porque el mundo era bonito, gente, y ése fue mi abuelo Jerónimo, pastor y contador de historias, que, al presentir que la muerte venía a buscarlo, se despidió de los árboles de su huerto uno por uno, abrazándolos y llorando porque sabía que no los volvería a ver".
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pinturasdeguerra · 8 months
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722 Covadonga - Ferrer Dalmau
Según las crónicas de Alfonso III, Crónica de Albelda, datada en el año 881:
Alkama entró en Asturias con 187 00 hombres .​ Pelayo estaba con sus compañeros en el monte Auseva y que el ejército de Alkama llegó hasta él y alzó innumerables tiendas frente a la entrada de una cueva. El obispo Oppas subió a un montículo situado frente a la cueva y habló así a Pelayo: «Pelayo, Pelayo, ¿dónde estás?». El interpelado se asomó a una ventana y respondió: «Aquí estoy». El obispo dijo entonces: «Juzgo, hermano e hijo, que no se te oculta cómo hace poco se hallaba toda España unida bajo el gobierno de los godos y brillaba más que los otros países por su doctrina y ciencia, y que, sin embargo, reunido todo el ejército de los godos, no pudo sostener el ímpetu de los ismaelitas, ¿podrás tú defenderte en la cima de este monte? Me parece difícil. Escucha mi consejo: vuelve a tu acuerdo, gozarás de muchos bienes y disfrutarás de la amistad de los caldeos». Pelayo respondió entonces: «¿No leíste en las Sagradas Escrituras que la iglesia del Señor llegará a ser como el grano de la mostaza y de nuevo crecerá por la misericordia de Dios?». El obispo contestó: «Verdaderamente, así está escrito». [...] Tenemos por abogado cerca del Padre a Nuestro Señor Jesucristo, que puede librarnos de estos paganos [...]. Alqama mandó entonces comenzar el combate, y los soldados tomaron las armas. Se levantaron los fundíbulos, se prepararon las hondas, brillaron las espadas, se encresparon las lanzas e incesantemente se lanzaron saetas. Pero al punto se mostraron las magnificencias del Señor: las piedras que salían de los fundíbulos y llegaban a la casa de la Virgen Santa María, que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las disparaban y mataban a los caldeos. Y como a Dios no le hacen falta lanzas, sino que da la palma de la victoria a quien quiere, los caldeos emprendieron la fuga...
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otra-puta · 2 months
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Moverse, como mecanismo de supervivencia. No se sabe a ciencia cierta qué método de orientación se usa, pero las aves viajan hacia el calor, para escapar del frío invierno y para renovarse en el camino. Nuevas plumas, nuevos aires. Ha costado abrir las alas y emprender el vuelo. Despegar. Calor de trópico, en busca de refugio. Finalmente huir del hielo. Las aves no buscan la estática o hibernar, no hay más que hacer ahí. Al sur y en climas aptos, con otros amaneceres y otros compañeros, se verá la vida desde otro ángulo y la perspectiva tal vez se torne correcta; que el viaje es el propósito, y que llegar a otro punto sólo evoque que casa no es más que tu cuerpo abrigado en plumas, la fuerza las llevas en las alas y tu equipaje consiste en no más de lo que tienes en el alma. Todos somos aves.
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