#INTERVENCIÓN 11: 𝘂𝗻 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼 𝗱𝗲 𝗼𝗿𝗼
↳ @lacupulaint
hundido en la silla, su atención pasea por los distintos cuadros colgados en la sala. con el pulgar derecho rasca dorso de dedo anular, impaciente, hay cierto resguardo en el recordatorio de que no es el único sometido a un análisis psicológico. pasar desapercibido y concluir rápidamente con el intercambio, imagina, no puede ser un objetivo difícil de cumplir.
...
— ¿cómo te sientes en este momento?
— eh. bien, normal —sostiene la mirada por tres segundos, suficientes para comprender que respuesta no alcanza para convencer a la persona del otro lado. se reincorpora y relame apenas sus labios, disponiéndose a llenar los silencios:—. un poco hambriento, en realidad. no sabía que me llamarían hoy, así que estaba justo por ir a almorzar.
— es un poco tarde. —la sonrisa del otro lado le hace pensar que lo está haciendo bien, que falacia contribuye a su causa.
— ah, sí. soy estudiante de artes, tenemos horarios distintos al resto de los mortales. —en especial por su dispersión e irresponsabilidad académica. sus labios se surcan también, mas mirada lo traiciona y viaja hasta el reloj de pared. la terapeuta parece no pasar por alto aquél detalle, y hace unas anotaciones en su libreta.
— entiendo, pero es importante que nos hagamos un espacio para conversar. sobre ti, sobre lo que quieras contarme, sobre los últimos acontecimientos ocurridos en alabaster...
— ¿sobre lo de anastasia? —había escuchado que las entrevistas sondeaban aquél incidente, por lo que no espera una contestación para continuar hablando:— porque yo no la conocía —hay mentira y verdad en su respuesta. no recuerda más de un intercambio con ella, y aunque tuvo palabras que no fueron intrascendentes para él, no afirmaría que la pérdida haya sido un golpe particular hacia él—, tampoco a jack, ni jean... por eso no le veo mucho sentido a todo esto. —su espalda vuelve a caer contra el respaldo, lo rodean aires de desgano.
— no necesariamente debemos hablar sobre ellos, estoy aquí para ayudarte.
su mirada vuelve a viajar hacia el reloj de pared, en un movimiento tan fugaz como inconsciente.
— ¿podrías nombrar una o más emociones recurrentes en las últimas semanas?
separa los labios para contestar, pero le toma unos segundos identificar una respuesta. lleva la vista hacia los cuadros, uno de tonos azules y verdes es el que le otorga refugio. él habría usado tonos grises en este momento, en eso piensa:— no sé, cansancio. me anoté a cuatro asignaturas. —dos que ya había cursado.
— ¿tienes apoyos dentro de alabaster? —un asentimiento lento contesta la pregunta, y ante las nulas intenciones que el estudiante exhibe a la hora de añadir más palabras, linda wallace lo alienta a hablar:— ¿podrías nombrarlos?
la observa y uno de sus hombros se alza al instante, gracia invade de pronto:— tengo amigos, si es lo que quieres saber. hay muchas personas a las que podría recurrir si algo sucediera.
— y eso... ¿con qué tanta frecuencia sucede?
hay dos segundos de letargo, los finaliza trasladando su mirada a la pared y luego al reloj que parece moverse en cámara lenta:— no sé. repito, si necesitara hablar con alguien, tendría a quién acudir. —que vuelva a escribir intensifica su impaciencia. no cree estar mintiendo, no se trata de que considere que las personas a su alrededor no estarían dispuestas a dar una mano — — y sin embargo, no logra dar con un nombre al que haya pensado en dirigirse cuando, por ejemplo, el regreso a su hogar lo sobrepasó anímicamente. atribuye ese hábito a la (falta de) costumbre.
— ¿sientes que te cuesta confiar en los demás?
inhala aire con profundidad. la impaciencia causó que intensifique el rasguño en falange derecha al punto de que se provoca una herida pequeña, la cual esconde guardando las manos en las mangas de su buzo. sus movimientos no lucen como mucho más que un desperezamiento:— no, para nada.
la terapeuta hace algunas anotaciones, tensando sus labios en una fina línea antes de volver a mirarle. por un momento, el menor piensa que la entrevista está a punto de terminar, sin embargo, lo sorprende una nueva pregunta:— ¿te preocupa algo en este momento?
interrogante llega tan de imprevisto que provoca un instante de duda. taddeo se pregunta, apenas por ese momento en el que se sostienen la mirada, si la terapeuta está capacitada para lidiar con una respuesta genuina. si se quedaría callada de saber que no logra dar con un norte, y que jugar a que esa incertidumbre no existe a veces acaba con todas sus energías — — que el futuro le aterra, motivo por el cual sabotea cada cimiento en su presente, que ya no ahoga su consciencia para olvidar preguntas sin respuesta, ahora le gusta el estado al que se empeña en regresar ( al menos, disfruta el durante, porque el paso del tiempo no supo mejorar la sensación de auto-rechazo que nunca falta por la madrugada ). se pregunta qué diría si hablara, si tendría una receta para no extrañarse a sí mismo, para regresar el tiempo a la persona que era antes de que las leyes universales desencadenen una secuencia de malas decisiones que cayeron, una tras otra, como piezas de dominó, o quizás si sabría volver al momento posterior para lidiar con sí mismo de otra forma, sin conocer los beneficios de no verbalizar sus malestares, quizás si no habría experimentado lo sencillo que era avanzar sin dar entidad a que él también padecía el quiebre en seno familiar no habría confundido resiliencia con sanar, tal vez habría sido el momento ideal para permitir esos aires infantiles que, paradójicamente y en banales situaciones de su día a día, no tiene problemas para enseñar. vuelve a mirar el cuadro en la pared, y piensa en que ya sabe todas las respuestas que pueden darle. y tal como en el pasado, no desea escucharlas de alguien más. llena sus pulmones de aire y lo suelta un instante después, hastiado. hace una mueca de labios, y acaba sonriendo cuando una ocurrencia surge en su mente:— ahora mismo... no encontrar en la cafetería ningún muffin de los que me gustan. esos de... chips de chocolate, ¿sabes a cuáles me refiero? — — perdón... intento concentrarme, en verdad, pero es que se está haciendo un poco tarde y no hay mucho más que tenga para compartir.
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