Tumgik
#cuánto talento en esa zurda
candaceparkers · 3 years
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Mapi's goal vs Rayo Vallecano.
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ojodetormenta · 4 years
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EL (Des) PLACER DE LA JUSTICIA
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Por Pablo Albán Rodas
9 de septiembre de 2020
Comentario
Desde hace un tiempo atrás manifesté que la anunciada candidatura de Correa era un “chinchirimico” en el proceso electoral. Una presencia que (des) ordena el mapa electoral solo por la voluntad de un prófugo de la justicia.
Partiendo del supuesto de que la justicia sí funcionaría esta vez, dadas las contundentes pruebas y la demostración de parte de empresas privadas, no solo de funcionarios de confianza del sentenciado que por conveniencia intentaron saltar del barco.
En el sprint del proceso Arroz Verde, o sea del juicio por sobornos recibidos por la cúpula del anterior gobierno a cambio de jugosos contratos con fondos públicos a empresas privadas, se desarrollaron varios actos, desatados por el libreto correísta, que buscaba la impunidad y la quema de tiempo.
Pero ya no es montaje como el que acostumbraba a pagar con los recursos públicos para ensalzar cualidades presidenciales de las que ahora todos dudamos alguna vez hayan existido (no nos referimos a la maña y al hurto, de las que ha dado pruebas fehacientes la justicia). Un show que, como los cuentos de hadas o las películas que disfruta la mass media, siempre anticipaba un final feliz.
No. Esos guionistas comparten con él su calidad de prófugos de la justicia. Ahora se sometió a un proceso en el que Contraloría y Función Judicial se plantaron como órganos independientes. El telefonazo. La disposición desvergonzada en cadena a jueces y magistrados. El uso de mecanismos para - jurídicos que intervenían en fallos y procesos. La justicia caminaba con lazarillo. No tenía los ojos vendados, guardando y protegiendo su brillo limpio. Solo había un trapo que ocultaba, por vergüenza, unos cuencos oscuros.
Los informes de Contraloría, la indagación de Fiscalía, la acción de organismos especializados contra el crimen organizado y lavado de activos, las Cortes de Justicia, las instancias de apelación, las de Casación. En fin. El juicio fue llevado por las partes, el Estado y los acusados, asegurándose se cumpla el debido proceso. La presencia de los imputados, entre los cuales no se encuentra solo la plana correísta sino también particulares, legitiman la acción de la justicia. Si se participa dentro de un juicio es porque se está dispuesto a aceptar el fallo del juez o del tribunal. Lo consecuente de parte de todo enjuiciado es reconocer que perdió en su argumentación y que perdió el juicio. Por ende, por justicia, debe cumplir la sentencia. Acatar. La única conducta consecuente con su papel en el proceso es cumplir la sentencia. Solo así se realiza a plenitud el acto jurídico y no se disuelve como una pérdida de tiempo. Se establece la compensación que restablezca el equilibrio en la balanza. Es lo que se espera de todo ciudadano que habita una república.
Bueno, en este caso el prófugo en cuestión no se siente tal. Es perseguido. Es martirizado pues es lo que se espera para todos los que hacen revoluciones. Eso era que piense en la época de esplendor del proceso (léase subida estrepitosa e inusitada de los precios del petróleo).
Pero el martirio se convirtió en derrota. En humillación. La impostura que deambula por las calles de París “trabajando” o pasando el ocio, ensayando una receta de comida ecuatoriana exótica, en lugares donde un guineo cuesta 10 francos y un plátano verde vaya a saber cuánto. Donde dorado, atún, corvina, camarones, cangrejos, langostinos o langosta “from Ecuador” o “d'Equateur», son lujos que solo los pudientes se dan de vez en vez.
¿Estaría pensando entonces en su íntimo Glas? El único que está pagando en prisión los latrocinios de la gavilla correista. Un tufillo de miseria no da lugar a la arrogancia del que se cree predestinado para ejercer el poder. La gloria eterna…
Pero este sueño de un sentenciado es la sin razón de no aceptar los hechos, pues la cosa juzgada adquiere la naturaleza de un hecho.
Otra escena del mismo acto fue el chasco que resultó del amague de inscripción como candidato por vía telemática, desde el viejo continente, algo que contradice la norma electoral expresa: Correa probó de la propia medicina, la misma que él usó para bloquear a sus contrincantes. Normas hechas a la medida y antojo del entonces mandatario, un traje ceñido que aprisiona las instituciones republicanas y sofoca la democracia, la moldea en el denominado correísmo: fórmula mesiánica y autoritaria, redil que demanda de ovejas, no deliberantes, sumisos, agradecidos hacia la majestad de la voluntad presidencial.
Al escudriñar tras el telón se develan algunos que orquestan este teatro. Pese a que según las disposiciones legales y al progresivo avance del juicio contra el prófugo que vaga por Bélgica, lo más probable era que, en justicia, no calificaría para ser candidato en las presentes elecciones, pese a este dato de la escena preelectoral, este personaje mafioso, pagando la tarifa por el respectivo servicio, constaba en todas las encuestas. Una estrategia promovida -pensemos que sin querer- por los marqueteros profesionales que realizan las encuestas a los políticos, bajo pedido. Es decir, si quiero que me pongan en una encuesta debo pagar por el estudio. Y el costo no es ningún pelo de cochino.
De esa manera se manipuló el alineamiento de fuerzas con una presencia inmanente que no corresponde a la realidad del proceso electoral. Una vez más el prófugo demuestra el menosprecio que tiene por las instituciones y las acciones que se enmarcan en la democracia. Esta solo funciona, al igual que la justicia, en la medida que le beneficie de forma personal.
El tema es grabe, puesto que alrededor de la presencia correísta -invocación para los contrincantes políticos que equivale a una figura del mal- se ha hilvanado discursos de los favoritos e incluso establecido alianzas. Como la de CREO y el PSC, un acuerdo que habrá que ver si fortalece amarras o se deshilvana hasta romperse. Una unión “antinatura”, por el posicionamiento adoptado por Nebot y Lasso. Enemigos. Distanciados. Competidores por el voto del centro derecha y por los auspicios de las élites pudientes del país.
Un fenómeno similar es el que se da con Alvarito, a quien de un momento a otro las encuestas declararon como ganador absoluto, en una papeleta donde se ubicaba Lasso y el denominado “candidato de Correa”. La salida en falso del empresario que se dedicó a presentar una imagen de multimillonario de nivel mundial por unos cuantos días, que contrastaba con los vídeos que se grababa y enviaba por chat, también fue influenciada por una supuesta presencia de Correa en la segunda vuelta.
Y ahora, sin Correa, ¿cuáles son los argumentos para que los políticos tradicionales llenen el espacio anticorreísta? ¿Cuál es la motivación para buscar una sola candidatura que acepta vertientes zurdas o diestras? ¿Cuánto pesará el acuerdo de estos partidos fuertes en la Asamblea que posibilitaron la puesta en marcha de medidas que martillan en la impopularidad del presidente Lenín Moreno?
La marcha política tendrá que apretar el paso y quizá correr, pues tiene pocos días para asimilar el borra y va de nuevo que significa la definitiva eliminación del Correa candidato. No hay que comentar demasiado sobre el personaje que él eligió a dedo como postulante a la presidencia. Al paso se ve que no tiene la talla (formación, trayectoria profesional, compromiso político expreso con sectores de “izquierda”) para Presidente. El bandazo de popularidad tratará de corregirse invocando a la familia con Pierina. El reducto que da pie a lo privado, a la apropiación personal y familiar de la política y el partidismo. Algo Digno del revolucionario en cuestión que no sabe cómo esquivar los palazos de tierra mortuoria que hace rato sobrepasaron el nivel del cuello. 
La impostura del correísmo que constituyó un partido con militantes pagados y una estructura confundida en la gestión pública, el pisoteo de los valores y actitudes democráticas, el afán desmedido de poder, la exhibición y provocación casi morbosa de ese poder, paseándolo ante las naricesw de los que “no lo tragaban”, el uso de la cadena sabatina para ajusticiar a ciudadanos quebrantando el papel de Presidente de todos y, por ende, la ley, el acoso que sin disimulo aplicaba a los contrincantes con temas laborales o tributarios, controlados por sus sirvientes, el ungimiento de liderazgos que se encontraban, en calidad profesional y política, por debajo de su hombro, aspirando como máximo a la mediocridad, el uso de este mecanismo en jóvenes que solo recibían y aplicaban órdenes del maestro, el que sufre el desatino que le convierte en portador de un talento único: solucionar los problemas que se arrastran desde la colonia, el imprescindible, el Presidente Candidato que abusivamente toma ventaja de los recursos estatales, el aliado que se llena la boca de socialismo y que fue pillado y sentenciado por sus oscuros negocios directos con Odebrecht, Hidalgo Hidalgo y otras gigantes monopólicas del Ecuador, compadres desde siempre de la derecha conservadora. El que sobre endeudó al país con recursos que al tiempo que entraban a las arcas fiscales eran desfalcados por sus íntimos. Ahora todos sentenciados.
Será que no recuerda ni asume el axioma de que todo lo que inicia acaba, La fiebre de poder nubla la visión sin permitir asimilar esta verdad; toda época o período natural, social o económico. tiene un arranque optimista, un ascenso vertiginoso,y un cénit que, más que acercar a los linderos del poder celestial, anuncia la caída en picada que lleva al laberno. 
En fin. Mucha agua ha pasado debajo del puente.
Correa decía que sus contrincantes eran “odiadores”. Por ahí incluso hablan del placer que siente al odiar. El proceso contra Correa si podría ser símil al ejercicio que muchos niños hacen con una mosca, a la que le sacan una a una las patas, le sacan las alas. Si esa conducta infantil obedecería a que la mosca por instinto actuó y perjudicó al niño sería odio, rencor, venganza. Pero una mosca resulta inofensiva. Así para un niño ese insecto es  un objeto de curiosidad, es demostración de la superioridad del género humano su distancia con lo silvestre y la posibilidad de domesticar, de sacrificar, de explotar.. Sumemos a esto que en los niños aflora a veces la maldad, episodios que pudiesen parecer sádicos, pero que serían tales si persisten hasta edad adulta. La maduración significa el control sobre instintos, sentimientos, sensaciones. La moral se irradia en la vida social y se hace cultura. Se establecen normas.
Justamente, el odio es según el diccionario la antipatía o aversión hacia alguien o algo cuyo mal se desea. Es claro. Pero se complementa cuando se identifica con la definición de Odioso, es decir de alguien Digno de Odio. La real academia dice que en Derecho significa “que contraría los designios o las presunciones que las leyes favorecen”. Es decir que el que va fuera de la ley, el que camina por el dolo y el delito, y surge, progresa, acumula... y lo hace ante la vista de todos, impunemente: ese es el que merece ser odiado
En este caso actuó la justicia., El ex Presidente ha sido ratificado en su sentencia a prisión por corrupción y, aplicando el mandato popular aprobado en la Consulta popular última, nunca más podrá desempeñar un cargo público. La sentencia no prescribe. Así las cosas, reluce la justicia. El afán de aprecio se apuntala. Con esta seguridad el discurso de los odiadores pierde piso. Los gestos de resistencia del actual reo son menos que patadas de uno que se ahoga. Por ahí algunas almas bondadosas lo considerarán como un “mamitico”, digno de pena.
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decidpool · 6 years
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—the artist.
     El tamborileo de sus dedos era lo único que se escuchaba en la habitación, si se concentraba lo suficiente podía hasta asemejar que el ruido era similar a un eco en sus oídos. La noche era joven, él se supone que también era joven al tener sólo 16 años, casi 17, pero no se sentía así. Porque a medida que veía la hoja en blanco que yacía frente suyo, podía casi percibir que dicho objeto le miraba con demasiada sorna para su gusto.
     La soledad de su habitación era de las pocas cosas que a lcanzaba a apreciar cuando el silencio reinaba en su hogar, tantos sus padres como sus hermanas pequeñas ya estaban dormidas desde hace rato. Fijó su vista en el reloj, las 2:35 am, era tarde pero tampoco temprano, por esa misma razón yacía en ese escritorio al no poder encontrar otra forma de conciliar el sueño.
     Escribir canciones lo consideraba como un pequeño pasatiempo después de haber sido elogiado por un tío suyo hace un par de años, llenándole la cabeza de que tenía talento para esto. Sin embargo, sus padres, al ser personas un tanto estrictas, siempre le cortaban las alas cada que veían la oportunidad. Le decían que nunca lo lograría, que no tenía futuro en la industria de la música y demás cosas por el estilo. MinSoo, al ser demasiado blando y bueno como para contradecir a sus progenitores solo podía bajar la cabeza y hacer caso, como siempre lo ha hecho.
     No era la primera vez que tenía un bloqueo para escribir, tampoco era la primera vez que pasaba una noche en vela al no tener nada mejor qué hacer en la soledad de su habitación y, sobretodo, tampoco era la primera vez que la negatividad llenaba su cabeza, como si se tratara de un vaso de agua a punto de derrochar el exceso del líquido.
     Soltó con mucho cuidado la pluma que yacía en su zurda, sin mucha intensión de querer perderlo en algún lugar porque sabía que si era descuidado y lo aventaba como si nada, lo podría perder por días. Claro, podría escribir las letras con un lápiz, incluso en su celular o en algún otro aparato electrónico que tuviera a la mano.
     Aún así, el sentimiento era diferente cuando escribía con una pluma, gustaba mancharse de la tinta en sus manos al ser zurdo, hacer rayones cuando algo no le parecía o para acomodar una línea en otra. Quizás con todos los rayones que hacía, podría superar hasta el mismísimo Picasso. Sonaba hasta estético lo quisquilloso que era al escribir, pero es como más se sentía cómodo cuando se trataba de plantear su pequeña lluvia de ideas. Un suspiro cansado emanó de sus labios, hastiado de no saber qué más hacer, la imaginación seca. Se levantó de su asiento, optando por ir a abrir la ventana para tomar un poco de aire fresco. Sus ojos se fijaron hacia el resplandeciente cielo que se encontraba cubierto de estrellas, tan brillantes, tan hermosas...
     Tan inalcanzables como sus sueños.
    Inhaló con demasiada fuerza el aire frío, pensando que así podría sentirse más vivo y encontrar un poco de paz bajo el manto de esa resplandeciente noche. El mundo de repente se sentía muy grande, al mismo tiempo en que sus problemas empezaron a sentirse tan insignificantemente pequeños. ¿Podría llamar eso como ‘consuelo’? Lo dudaba mucho.
    Ganas de llorar no habían, simplemente se le quedó viendo al cielo, perdiéndose en sus propios pensamientos y dejando que su imaginación volara por sí misma. Ahora que lo notaba, ¿Cuándo había sido la última vez que tuvo pensamientos como esos para sí mismo? ¿En qué momento fue en que tuvo que dejar de soñar y ver el mundo con más madurez? Con el pasar del tiempo, cada vez eran más preguntas que respuestas.
     No supo cuánto tiempo se quedó en la ventana, pero debió haber sido un buen tiempo cuando entonces sintió que su cuerpo tembló un poco debido al frío. Decidió que ya había sido suficiente y la cerró, volviendo otra vez a su escritorio.
     Nuevamente agarró la pluma, esta vez más determinado en escribir aunque sea un par de líneas.
     “Cada día es una película, tenemos diferentes estrellas y historias”, fue lo que escribió.     
     Y siguió escribiendo, no dejó de escribir, tachando de vez en cuando una palabra no le parecía.
     La canción no estaba completa, no, sólo era el comienzo. Sin embargo, hoy no era ese día. Quizás en un futuro cercano, cuando volviera a esta hoja en específico, podría darle un fin decente.
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