¡¡YA DÉJALA EN PAZ!!
Discúlpame amigo, permítame hablarte,
con mucho respeto y consideración,
es algo que sé que puede importarte,
lo haré con las reglas de mi educación.
La encontré llorando con gran desconsuelo;
queriéndose ir lejos, deseando huir;
ya su autoestima está por el suelo,
y en nombre de ella, te voy a decir:
Los años vividos con ella a tu lado,
tan llenos de encanto, de placer y amor;
de días y noches de muchos cuidados,
hoy bien los recuerdas con mucho dolor.
Aquella pasión y amor tan intensos,
que ambos tuvieron en tiempo real;
los llevas clavados en tu pensamiento,
porque los mataste al tratarla mal.
Ella se entregaba con su cuerpo y su alma,
vivía para ti, no había otro amor;
pero hasta la belleza a veces nos cansa,
y ella, de dar tanto, un día se cansó.
Y tú no pensaste que despertaría,
de estar subyugada, por ti, gran señor;
cada día lograbas matar su alegría,
y ella callaba por su inmenso amor.
Siempre se entregaba de pasión muy llena;
nadie como ella te hacía vibrar;
era tu pareja, muy dispuesta y plena,
pero la empezaste a desvalorar.
Solo era objeto del placer mundano
que tú, hombre macho, tenías en tu ser;
fuiste muy infame, fuiste inhumano,
mataste el amor de aquella mujer.
Decidió dejarte en un día de tantos,
despertó y se dijo: " Quiero libertad";
meditó mucho, ¡Tú no sabes cuánto!
Se marchó buscando, valor y bondad.
Ahora que se ha ido, la buscas con ansias;
la acosas, la llamas, sin dejarla en paz;
¿Por qué la trataste de forma tan baja?
Ya verte no quiere, ¡No molestes más!
Ella ahora tiene un hombre que la ama,
que le hizo olvidar el pasado atroz,
él curó la herida que había en su alma,
y el dolor que había, también lo sanó.
¿Por qué apareces de nuevo en su vida,
diciendo palabras cursis, por demás?
¿No ves que ella tiene sana las heridas?
Hombre, te aconsejo: ¡Ya déjala en paz!
Deja que recobre de nuevo su vida;
no insistas buscando, en ella, el amor;
después de causarle profundas heridas;
¿Pretendes que vuelva a tus brazos hoy?
Es mujer valiosa, es una doncella,
con muchas virtudes y talentos más;
el hombre que hoy la hizo su estrella,
la consiguió sola y la enseñó a amar.
Respeta su vida, vete para siempre;
ella te desprecia, mataste su amor,
hoy está muy libre, de ti, realmente;
no siente siquiera, rabia ni dolor.
Solo vine a hablarte en nombre de ella;
porque la vi triste y llena de dolor,
No, no digas nada, cumplí mi tarea,
aléjate de ella, hazlo por favor.
El amor es puro es hermoso y limpio,
nunca se aprovecha ni causa dolor,
si un día te aman con amor genuino
nunca te aproveches, causando dolor.
AUTOR: CARLOS ALBERTO VELAZCO.
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capitulo 17 indomable
CAPITULO 17
Por amigas como tú.
Vuelven a entregar el tablero y el lapicero, pero se quedan con las respectivas hojas cada uno, Axel la mete atrás del bolsillo izquierdo de la bermuda, Sandee en el de su short demasiado corto.
El profesor pide tocar esa parte que más sensibilidad tiene cada uno, y descubrir cuál es, esto es demasiado, me desconecto de inmediato, y sin pensar en las consecuencias. Solo espero que Willy no se dé cuenta. Soy una cobarde por no soportar una simple clase de procesos cognitivos y los estímulos sensoriales. Pero lo que en realidad no soporté fue verlos así de cerca. No me importa, no me importa. No más.
Me tiro a la cama y coloco una almohada sobre mi cara la apretó tan fuerte que siento que ya me estoy asfixiando yo misma.
Nunca he sido de las que se esconden, de las cobardes que no dan la cara para enfrentar lo que sea, siempre he sido muy atravesada y aventada, me he considerado como un volcán en erupción. Pero hoy simplemente no puedo enfrentarme, no quiero ni tengo fuerzas. Me levanté temprano incluso me bañe y baje a desayunar y aunque sé que con la salud no se juega, tampoco fue del todo mentira. Fingí un ataque de tos que me costó dos vomitadas, porque en serio me sentía tan mal emocionalmente, sentí que se me revolvía el estómago de solo pensar que tenía que volver a pisar ese colegio, que no evite vomitar. Mi mamá se asustó tanto que pidió un médico de esos que hacen rutinas domiciliaras. Mamá llamo al colegio y pidió unos días más, después de haber pasado más de una semana de incapacitación. La verdad no sé qué hablaría con el director, y tampoco quise preguntar, lo que menos quiero saber ahora es nada referente a lo que suceda en ese colegio, hablé temprano con Julieth que me llamo le conté lo sucedido, y que mi mamá ya había reportado al colegio, le dije que estaría bien. Y ella solo dijo, que no le quedaba más remedio que pasar los días con la “insufrible de Laura” le regañé.
Oye, déjala en paz ella es buena, que no me entere que le haces algo.
Pues te lo tendría que contar ella misma.
Y yo te mataría a ti.
Te cae bien, ¿verdad?
Sí, es dulce, buena onda, y sería el equilibrio perfecto entre tu carácter y el mío.
Como una santa teresa de Calcuta.
Pues sí, pero ella se llama Laura, no santa teresa, así que ya sabes, jalándole al respetico con ella, o te jalo de las greñas yo a ti.
Ok, ok, muchas ganas de pelear. Prometo no matarla, por ahora, solo hasta que vuelvas. Un abrazo enorme.
Igualmente, otro para ti. Besos.
Quise llamar a mi amiga del alma, a Jesenia, siento que la tengo muy olvidada, ella siempre sabe que decirme, si solo pudiera tenerla aquí, traerla aquí, ella sería feliz, y saltaría en pie si pudiera caminar, mejor dicho saltaría en ambos pies. Su alegría y su espontaneidad, esa chispa que la caracteriza. La extraño tanto.
Como ella no conoce mi nuevo número, finjo ser alguien más, cambiando mi voz y mi acento, parezco haciendo una parodia de malos chistes.
Carraspeo un poco.
¡Hola! — (pongo voz de hombre) — me puede comunicar con la señorita Jesenia
Ella habla, ¿Quién llama? Su voz es cortante
De verdad no me recuerdas, — mi voz sigue gruesa, y estoy intentando contener una risotada
¿Quién eres?
Adivina adivinador
Mira no estoy para estas bromas de mal gusto, o me dice quién es, o cuelgo ahora mismo y de paso bloqueo este número.
No deja de ser la misma chica estricta, gruñona y de decisiones, que cuando se pone de mal humor ténganle miedo, como diría lucia, mi lucia. “Dios líbrame de las aguas mansas, porque de las turbulentas me libraré yo”
Como te extraño.
No, espera — y vuelvo a mi voz normal —, soy Renata, apoco ya me olvidaste, y no te acuerdas de mí.
¡Renataaa!, pega un gripo que me deja sorda, y tengo que alejar el teléfono de mi oreja, — oye chica, mi gatita loquita, pero que te pasa, tremendo susto me pegaste, casi te cuelgo, pero no sin antes decirte un par de palabras no decentes.
Ya lo sé, boquisucia igual que tu amiga. Ósea, yo. — Y estallo en la risa que estaba conteniendo. Y luego ambas empezamos a hacerlo al mismo tiempo.
Oye, pero cuéntame ¿cómo va todo?, ¿cómo te ha ido?, piche ingrata, no te habías vuelto a reportar desde que te fuiste.
Pues nada, y mucho. — Suspiro.
A ver, espérame, ¿Cómo es eso?, ahora me tienes intrigada
Nada amiga, una larga historia en tan poco tiempo.
Ah no, tu no me vas a dejar con la intriga, moriría, y no creo que quieras que muera ¿verdad?
A ver, Por donde empiezo, pero prométeme que no vas a explotar en medio de esas fantasías y pajaritos voladores en tu imaginación de príncipe azules porque ya te dije que eso en la realidad no pasa.
Chica, estoy sentada todo el tiempo, postrada a esto ¿lo recuerdas? Eso ya dejó de ser una opción para mí, pero no quiere decir que para ti no lo sea
Se me rompe un poco el corazón con su comentario.
Ni en un millón de años, eso va a pasar, yo no me vuelvo a enamorar — le respondo.
Desembucha, ya. Que me tienes al borde de la parálisis
No supe cómo interpretar eso, pero empiezo a contarle toda la historia desde un inicio para contextualizarla, de lo irónica que ha sido mi vida todo este tiempo desde que llegué a los estados unidos de américa.
Así que te lo tenías guardado todo este tiempo, y no me lo habías contado ni nada aunque fuese por un mensaje de texto, de que te sirven esos aparatos a ti, Renata.
La verdad, la verdad, ni yo lo sabía, no sabía que las cosas iban a pasar así, y he estado absorta en ese colegio, absorbe mi vida de una manera que ni te imaginas, es impresionante. Yo tampoco creí volver a ver a ese chico, mi Jesy. Desde ese… — cómo le digo, — accidente en la playa aquella noche, y el beso en el muelle, de verdad, te lo juro, que en mi vida se me pasó por la mente volverlo a ver, volverlo a encontrar, y en el lugar menos imaginado.
El mundo sí que es un pañuelo.
Si, así es, — suspiro — pero como te he contado, todo con él desde el principio ha siso accidentado, un desastre, un caos por completo. Con decirte que tiene una novia, que es una arpía, pues linda si esta, es delgada, alta, rubia, bueno no tan rubia como su gemela.
¡gemela! ¿tiene una gemela?, arpía doble.
Aja, así mismo; además es como de tu estatura, ya sabes que yo soy una chaparra pegada al suelo, pero ella parece una Barbie, tiene un lunar muy peculiar en un lado de su rostro, no es muy grande, pero parece ser su plus, lo que la caracteriza, lo que llamaríamos nosotros, “cielito lindo” — y me burlo — es segurísima de ella misma, y con millones de defectos la condenada, pero eso parece no importarle.
Le conté lo del altercado en la cochera hace unas semanas atrás. No estaba ahí para verla, pero de inmediato supe la cara de horror y asco que habrá puesto, con solo el sonido gutural que salió de su garganta.
Chica, eso me revuelve la bilis.
Si, lo sé a mí también.
Se lo feminista que es al igual que yo, y lo defensora de los derechos humanos, el respeto, y por la igualdad, a veces nos escapábamos a una que otra marcha, al escondido de nuestros padres, yo de mi madre, porque sabíamos que ni locos nos dejaban ir, aunque pagáramos las consecuencias luego.
Dios, es un asco, eso mata, cualquier deseo que ese chico pueda provocar en cualquier mujer por más bello que sea. Es que ni… ya sabes quién, te hizo eso.
Dilo, di su nombre, siento que ya me siento más preparada, ya no duele tanto como antes.
Lo estas olvidando ¡¿verdad?!, eso aquí, tu no lo hubieses logrado
Si, quizá tengas razón en eso, quizá allá no lo hubiese logrado, quizá no lo hubiese superado nunca. Su recuerdo, su olor, todo estaba allí, en ese lugar, conectado a mí, inclusive su familia aunque llevara tiempo sin saber de ellos.
Pero bueno, “x”, volviendo a lo actual, definitivamente ese chico no es para ti, debes alejarte de él, alejarlo de ti, sea lo que sea que estés sintiendo por él, no es bueno para ti, no es sano.
Suena como Julieth, y me genera la misma sensación de la bilis atragantada.
Y tú crees que yo no lo sé, me lo repito todo el tiempo, lucho contra eso, intento meterme en la cabeza que lo odio, que es indiferente para mí, y te juro que eso pasa, pero solo por unos días, o por un par de horas, pero luego regresa, me entra por un lado y sale por el otro.
De todas formas, Renata debe esforzarte un poco más, y no lo parece, no te veo tan segura.
Lo dicho, suena como Julieth, las mismas palabras, el mismo sermón, pero con Jesenia es diferente, si ella me lo dice debo obedecer, es como si fuera un consejo de mi madre, como una advertencia de ella, me conoce demasiado bien, y sé que si no lo hago, eso podría volverse realidad, y algo muy malo podría suceder.
Hay algo más…
Ay, no Renata, ¿ahora qué?… qué te hizo ese…—
Me pidió perdón
¿Qué?
Que me pidió perdón, ese gallan como le ibas decir, me pidió perdón, en realidad lo primero que dijo fue que lo disculpara, que lo sentía mucho, muchísimo.
Y ¿tú le creíste? — me pregunta, pero lo siento más como si me estuviera cuestionando.
Si, — respondo —, lo peor de todo es que le creí
Eres caso perdido, Renata, nada que hacer contigo.
No, espérame, aun no término, no te he contado la peor parte, como fue.
No me digas, accidentado como siempre.
Mmm, algo así. — ya me la imagino blanqueando los ojos, y empuñando las manos, Como toda una fiera ella.
Suspiro y ella hace lo mismo al otro lado de la línea.
A ver, cuéntame.
Pero antes prométeme que no me vas a juzgar.
Y cuando lo he hecho. ¡Eh!, Renata
Ok. — y vuelvo a suspirar.
Se metió a mi cuarto.
¡Qué, que!, — a esta mujer le va a dar un yeyo, ya lo veo venir.
Si, a ver cómo te cuento… se metió a mi cuarto el muy atrevido, pero si no hubiese sido por eso, nunca le hubiese escuchado decir esa palabra mágica, primero “discúlpame” y luego en un momento de desesperación y anhelo “perdóname”
Contexto, Me perdí. — me pide Jesenia
Pasa, — ay Dios como le cuento esto sin que me mate, por casi haber accedido a su tortuosa seducción.
¡Hola, Renata!, ¿aun sigues ahí, verdad?, que no me hallas colgado, porque te juro que me las arreglo, me voy para allá, te busco, te encuentro y te recontra mato, por dejarme así, y de paso ocultarme esto, todo este tiempo.
Señor, pero que hice yo para que todos quieran que les dé explicaciones por todo. Aunque a jesy se lo paso, porque me conoce casi como mi mamá me conoce. Y ella sabe que decirme y como aconsejarme.
¿En qué iba?, perdón, me distraje por un momento
Pues que se metió en tu cuarto… y sigo esperando el resto de la historia como una tonta.
Ah, sí, claro. Ese día habíamos tenido una clase con el profesor Willy, que es el profesor de literatura y artes dramáticas. Él dijo que teníamos que hacernos en pareja, y percibir diferentes sensaciones de cada compañero, es decir lo receptivo, cognitivo y lo sensorial, jugar con ello, y descubrir más allá de lo visual. Descubrir, que podemos manejar otros sentidos, como el olfato, gusto, etc. Con los ojos vendados; ¿Entiendes hasta ahí?
Sí, creo
Ok, esto va a estar difícil, te lo resumiré.
Tengo todo el tiempo, no te preocupes, — y yo pensando en la hora que ya llevamos aquí pegadas al teléfono y ya tengo la oreja roja.
En ese momento, cuando estaba en la dinámica con él, sentí, un montón de sensaciones recién descubiertas, era como una electricidad que recorría todo mi cuerpo, era como si ambos nos electrocutáramos, es como una descarga de energía, cuando tocas a alguien y sientes que te vibra a ti. Esto fue un voltaje total, hasta las manos le sudaban, él temblaba cuando me tocaba, o cuando yo lo hacía, justo ahí cerca de mí, los dos juntos y con los ojos vendados, solo con el temor de no saber que íbamos a tocar. Todo mi ser estallaba en miles de sensaciones pirotécnicas. — ok, esto es muy incómodo para mí, pero creo que necesitaba hablarlo con alguien y que mejor que con ella, mi mejor amiga del mundo mundial. — jesy, no existía nadie más, nada más, éramos solos él y yo, en medio de un gigantesco mundo, es como si lo demás se hubiese paralizado, ¿entiendes?
Tú, Continua. — es lo único que me responde. Ya me imagino analizando todo, como la psicóloga que se cree. Y me encanta poder desahogarme con ella. — ¿y luego que pasó?
Nada
¿nada? — eso sonó como un reclamo. Y eso que hace un rato parecía ofendida e indignada con lo que me hizo.
Si, nada, me fui, hui de él, dije que eso no iba a funcionar, recordé lo que me había hecho, y le dije que no lo quería cerca de mí. Y divague, ya ni recuerdo por donde, ni en qué lugar estuve, y llore, llore como nadie, como nunca. No lloraba así desde la muerte de polo, sabes.
Te entiendo amiga.
Cuando llegué al cuarto, él estaba allí, esperándome.
No, entiendo, esperándote, ¿Por qué? o ¿para qué?
Eso mismo pregunté yo.
Pero sabes que me dijo, que porque me había ido de la clase sin terminar la actividad, estaba allí, justamente para reclamarme por haberme ido, o por haber huido. Que iba a perder su nota por mi culpa.
Esto está muy raro, hay algo que no me cuadra. Al fin de cuentas la que perdería la nota serias tú, no él, porque él se quedó y supongo que continuó con la clase o algo así. El no perdería nada.
Verdad que sí, eso mismo pienso yo.
El punto es que bueno yo de la histeria, del coraje y la rabia que me dio verlo ahí sentado en mi silla como si nada, le tire un zapato que salió volando no sé a dónde, él logro esquivarlo de milagro.
Y luego, ¿qué paso?
Le dije que se largara, que no lo quería ver, él se levantó y fue directo a la puerta, y yo creyendo que iba salir, resulto ser otra cosa; a lo contario de lo que yo pensaba, el cerró la puerta tras de mí y me acorraló, jesy, intenté zafarme de él pero fue inútil. Me agarro más fuerte, me apretó contra ella de manera que no pudiera escapar, y empezó a decir un montón de cosas que al principio yo no entendía, me confundía demasiado, me dijo que, que le había hecho, que quería que volviéramos a hacer la actividad juntos, mejor dicho, terminar lo que yo había dejado iniciado y de algún modo así era. Y luego no recuerdo más, pero estuvo a punto de besarme, sentía su aliento en mi cuello, sus labios recorriéndolo.
Y ¿tú que sentiste?
A parte de que estaba que se me paralizaba el corazón, y las piernas me temblaban, sentía unos deseos incontrolables de tirarme a él, de dejar que me besara. Y creo que eso estuvo a punto de pasar, si no es porque llegaron mis compañeras de cuarto y el momento se esfumo, cosa que les agradezco tanto, evitaron que cometiera una estupidez y volviera a la realidad.
Espera un momento, ¿él no sabe aún, que tú eres Renata?, la misma chica que beso aquella vez en el muelle.
No, no lo sabe
No mames, ¿de verdad?, y ¿tú porque no le has dicho nada?
¿Para qué?, el ya borro casete, eso ya es historia patria, estaba muy borracho como para acordarse, y ahora que lo conozco un poco más, que conozco su carácter, y de la familia que proviene, menos me interesa que sepa. Solo fue un desliz momentáneo. — y siento como se me arruga el corazón un poquito más.
Eres una tonta; y que importa que lo sepa, que sepa de una vez, que a la que ha estado insultado, humillado y maltratado todo este tiempo, es la misma chica que salvo su vida, y de paso le pidió besarla. Que le dé cargo de conciencia y se joda por cretino y abusador de poder, así él te tratara de manera diferente.
Eso es justo lo que no quiero, no quiero que lo haga por eso.
No, jesy, no quiero que lo haga por eso únicamente, no quiero que cambie su actitud con migo, solo porque sabe que fui yo quien lo saco del mar esa noche cuando se estaba ahogando, no quiero que piense que me debe algo, que me debe un favor que tiene que recompensar, y lo haga solo por obligación y no por gusto propio. Si el algún día ha de recordarlo, quiero que pase cuando deje de tratarme como una escoria, quiero que este realmente arrepentido, quiero y deseo que me trate bien desde ahora, desde ya, que importa lo que pasó antes, igual fue un borrachín sin conciencia, sin recuerdos. Pero él ahora es consciente de la realidad de muchas cosas, de mi existencia como Renata, la chica nueva que entró en su patriarcado colándose entre los suyos, en su lugar privado. Una chica extrajera, a la que él detesta. Aunque me haya pedido perdón. Quiero que de eso también sea consciente él.
Tú no me has contado aun, en qué momento te pido perdón.
Bueno, me saltee esa parte, fue justo cuando le estaba reclamando y recordándole lo que me había hecho en la cochera, como me jaloneo, me estrujó, y la manera tan humillante en la que caí al suelo por su culpa. El amenazarme de que era capaz de mandarme hacer cualquier cosa mala sin tener que ensuciarse las manos. Jesy, te juro que vi en su mirada esa carga de culpa que llevaba a cuestas. Fue muy extraño, vi por primera vez su sensibilidad, lo vi por primera vez a los ojos siendo consciente y estando en sus cabales, porque pude ver esa misma mirada, esa misma sensibilidad ese día cuando estaba ebrio en el muelle, esa fragilidad, se veía tan indefenso a pesar de ser un grandulón egocéntrico de mal carácter. Yo sé que no es malo, el corazón me lo dice, y yo le creí. — Aunque no me convence del todo, va tener mucho que cavar para que yo pueda perdonarlo, y confiar un poquito en él; y que esta guerra en la que vivimos ambos, mejore.
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