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#domingo de ramos 2021 lecturas
elmartillosinmetre · 1 year
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La Pasión de todas las Pasiones
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[El conjunto coral belga Vox Luminis / DAVID SAMYN]
El Femás clausura su cuadragésima edición el Domingo de Ramos con un concierto en el Teatro de la Maestranza en el que dos de los más prestigiosos conjuntos europeos ofrecerán una de las obras artísticas más trascendentes de la cultura occidental, la Pasión según San Mateo de Bach
Domingo de Ramos. En los albores de la Cristiandad, ese era el día reservado para la lectura del relato de la pasión de Cristo siguiendo el evangelio de Mateo, y ese ha sido el día escogido este año por el Festival de Música Antigua de Sevilla (Femás) para la clausura de la que es su cuadragésima edición, que se materializará justamente con la interpretación de la más célebre obra musical dedicada a ese texto evangélico, la que Johann Sebastian Bach (1685-1750) presentara en la Semana Santa de Leipzig de 1727.
Hacía seis años, desde que Philippe Herreweghe y su Collegium Vocale de Gante cerraran el Femás de 2017 con ella, que la obra no se escuchaba en Sevilla. Si Herreweghe pasa por ser uno de los grandes bachianos de nuestro tiempo y en 2017 su experiencia y la de su conjunto con esta obra se medía en décadas, la apuesta esta vez es algo más arriesgada, ya que el conjunto belga Vox Luminis se enfrenta en esta gira europea (en España antes de Sevilla, pasa por Madrid y Barcelona y termina el Lunes Santo en Valencia) a su primera Pasión según San Mateo, y lo hace de forma bastante novedosa, pues la obra se presentará sin un director en el podio. No quiere decir ello que no tenga un responsable musical, que será Lionel Meunier, el bajo francés fundador en 2004 y director desde entonces de Vox Luminis, que formará como uno más de los cantantes del coro, por lo que faltará esa figura que la tradición romántica hizo habitual pero antes resultaba prácticamente inexistente, la del maestro que, de espaldas al público, dirige con sus gestos a los intérpretes. Junto a Vox Luminis, que participó ya en el Femás en la edición de 2021, actuará la Orquesta Barroca de Friburgo, compañeros habituales desde 2017 (en 2021 también acompañaron al coro belga pero en formato reducido) y uno de los conjuntos barrocos más prestigiosos de las últimas décadas. Además, participarán los niños de la Escolanía de Nuestra Señora de los Desamparados de Valencia, seguro que como tiples de ripieno en el número de apertura de la obra, aunque quizás refuercen también algún otro pasaje de la partitura.
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[La Freiburger Barockorchester. / MARCO BORGGREVE]
La Pasión según San Mateo de Bach se ha convertido casi en un mito de la cultura occidental por su solemne majestuosidad y la forma en la que penetra expresivamente en los misterios de ese Gran Relato de nuestra civilización, el de la pasión y muerte de Cristo. La obra se estrenó el Viernes Santo de 1727 en la iglesia de Santo Tomás, en un tiempo en el que la liturgia de la iglesia reformada de Leipizg para ese día incluía un gran oficio matinal de unas cuatro horas de duración y unas Vísperas que empezaban a la dos de la tarde y a las que seguía la Pasión, dividida siempre en dos partes con un sermón entre ambas.
La iglesia de Santo Tomás tenía entonces dos tribunas separadas, cada una con un órgano, y Bach aprovechó esa disposición del templo para dar vida a su composición más monumental, pues diseñó un dispositivo de doble coro, que obligaba también a doblar los contingentes instrumentales, hasta un total de entre 60 y 65 intérpretes (jamás volvería a concebir una obra de este tamaño). La composición también es monumental por su extensión, pues sus 68 números sobrepasan las dos horas y media de duración. Pero en realidad las dimensiones materiales de la obra son anecdóticas al lado de la genial disposición de todos los elementos, conjuntados con la única intención de conmocionar emocionalmente a los feligreses, a los que Bach asombró ya en 1724, en su primera Semana Santa en Leipzig, con la más pequeña (en lo material), pero igualmente magistral Pasión según san Juan.
Aunque no fue hasta 1717 que en Leipzig se empezaron a interpretar pasiones en el conocido como estilo figuraliter (es decir, con polifonía), Bach asume la tradición del género tal y como se había ido desarrollando en Alemania en las décadas finales del siglo XVII, pasada ya la época de las pasiones dramáticas, mucho más austeras, de Heinrich Schütz. Por influencia de la cantata italiana, se hicieron habituales entonces los números cerrados, divididos entre recitativos y arias, a los que se unían los coros y los corales luteranos. 
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[El bajo francés Lionel Meunier fundó Vox Luminis el año 2004 / TOM BLATON]
En Bach, el relato evangélico se pone en boca de un tenor que hace el papel del Evangelista, un bajo, que interpreta a Jesús, y voces diferentes para los soliloquentes (esto es, el resto de personajes del drama). El Evangelista interpreta sus partes siempre en un recitativo secco (acompañado solo por el bajo continuo), mientras que Jesús canta en un estilo arioso con acompañamiento de toda la cuerda de la orquesta, una forma que en este mismo Femás pudo escucharse ya en la Pasión según San Marcos de Reinhard Keiser, de hacia 1712, que interpretó justo un domingo antes el Conductus Ensemble. El resto de personajes cantan también en recitativos seccos cuando participan en solitario, en forma de canon cuando lo hacen en dúo y en el estilo del motete, a cuatro voces, cuando son más, los famosos coros de turba.
Las quince arias de la obra, todas en estilo da capo, una de ellas en dúo y diez antecedidas por recitativos en arioso, están compuestas sobre los textos escritos por Christian Friedrich Henrici, alias Picander, habitual colaborador de Bach en aquel tiempo. Suyos son también los textos de los dos grandes números para coro que abren y cierran la partitura, incluido el recitativo para cuatro solistas que antecede a ese estremecedor tombeau final. Estas interpolaciones poéticas en el relato evangélico son las que dan carácter al tipo de pasión que Bach hereda y eleva a un nivel de magnificencia incomparable. No son en cambio de Picander los poemas del soberbio coral figurado con el que se termina la primera parte de la obra ni los de los innumerables corales que la recorren (musicalmente, son en total doce, algunos repetidos varias veces con textos diferentes), que proceden de la tradición luterana y que Bach, salvo en esa brillantísima conclusión de la parte I (que había abierto la Pasión según San Juan en la versión que el compositor presentase en 1725), armoniza en un sencillo estilo homofónico a cuatro voces, pues estas piezas representaban la participación directa de la comunidad en el culto.
Programar una obra de estas características en un día tan señalado en Sevilla es sin duda un gesto de audacia por parte del Femás, pero parece que el aficionado lo ha recibido con entusiasmo, pues a la hora de escribir estas líneas, a cuatro días del acontecimiento, apenas quedan ochenta entradas disponibles y es muy posible que el teatro tenga que poner el cartel de Completo. Sería formidable vincular la Pasión de todas las pasiones al Domingo más importante del calendario festivo de la ciudad, y crear con ello una tradición asociada, ahora así, a una de las obras más conmovedoras y deslumbrantes del patrimonio universal de la Humanidad.
[Diario de Sevilla. 1-04-2023]
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ohxdios · 2 years
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Los ciclos del año litúrgico.
Este es uno de los temas más socorridos por muchos de ustedes.
Así que ahí les va con muchísimo gusto.
El ciclo litúrgico de la iglesia católica comprende seis estaciones que son:
1. Adviento
2. Navidad
3. Cuaresma
4. Triduo Pascual
5. Pascua
6. Tiempo Ordinario
Las lecturas del misal están divididas en tres diferentes ciclos representados por las letras A, B y C y se van rotando consecutivamente.
Como puedes ver la primer estación es el Adviento así que el calendario comienza en el primer domingo de Adviento que no es el 1ero de Enero.
La diferencia está en los evangelios, de modo que y siguiendo el orden en tu Biblia el A es el de Mateo, B el de Marcos y C el de Lucas. Dejando al evangelio de Juan fuera y sólo para algunos domingos peculiares, solemnidades y Semana Santa. 
Lógicamente se comenzó en el 1er año de conteo cristiano, es decir el año 1 con el A, el 2 con el B y el 3 con el C. De manera que cada 3er año vuelves a ver lo mismo (lamentablemente).
La clave está en el ciclo C el cuál se aplica a los años cuya suma de sus dígitos es divisible por 3. Ejemplo el 2020 suma 4, es decir 3+1; mientras que el 2021 dá 5 osea 3+2 entonces es B y el próximo 2022 será C. 
Pero siempre comenzando en el Adviento. 
Ahora enlistemos las solemnidades:
Adviento (4 semanas antes del nacimiento del niño Dios).
Navidad (25 de cada diciembre).
Solemnidad de María, Madre de Dios (1ero de Enero).
Epifanía (celebración de la revelación de Jesús (6 de Enero).
El Bautismo del Señor (que marca el final del tiempo de navidad y comienza el tiempo ordinario).
Cuaresma (Los 40 días del desierto, comenzando con el miércoles de ceniza y hasta el Jueves Santo).
Miércoles de Ceniza
Domingo de Ramos.
Triduo (significa los 3 días grandes en latín y conmemora la pasión de Cristo es decir Jueves, Viernes y Sábado Santo.
Jueves Santo.
Viernes Santo
Sábado de Gloria
Pascua.
Ascensión
Pentecostés
Santísima Trinidad 
y Tiempo Ordinario.
Anunciación (25 de marzo el anuncio del ángel Gabriel a la virgen María)
Cuerpo de Cristo (el día de la eucaristía)
Sagrado Corazón de Jesús
San Pedro y San Pablo (29 de junio).
Transfiguración (6 de agosto)
Asunción de la Virgen María (15 de agosto)
Triunfo sobre la Cruz (14 de septiembre)
Todos los Santos (1ero de noviembre)
Todas las almas (2 de noviembre).
Cristo Rey
Inmaculada Concepción de la Virgen María (8 de diciembre).
La Sagrada Familia
San José (1 de Mayo).
San Antonio de Padua (13 de Junio).
Que Dios y la Gracia de nuestro Señor Jesucristo esté siempre con ustedes.
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casadeoraciones · 3 years
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El Evangelio Diario Domingo 28 de Marzo 2021 *🌿Domingo de Ramos de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén*🐴🌿 _Bendito el que viene en nombre del Señor. *¡Hosanna en el cielo!*_ *Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 1-11* Estaban ya cerca de Jerusalén. Cuando llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos con esta misión: «Vayan al pueblecito que está al frente, y allí encontrarán una burra atada con su burrito al lado. Desátenla y tráiganmela. Si alguien les dice algo, contéstenle: El Señor los necesita, y los devolverá cuanto antes.» Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta: Digan a la hija de Sión: «Mira que tu rey viene a ti con toda sencillez, montado en una burra, un animal de carga.» Los discípulos se fueron e hicieron como Jesús les había mandado. Le trajeron la burra con su cría, le colocaron sus mantos sobre el lomo y él se sentó encima. Había muchísima gente; extendían sus mantos en el camino, o bien cortaban ramas de árboles, con las que cubrían el suelo. Y el gentío que iba delante de Jesús, así como los que le seguían, empezaron a gritar: «¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito sea el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en lo más alto de los cielos!» Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó y preguntaban: «¿Quién es éste?» Y la muchedumbre respondía: «¡Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea!» Palabra del Señor, Gloria a Ti, Señor Jesús! https://www.instagram.com/p/CM-Ngggjr4x/?igshid=16jf9tn2vbuse
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gacpcf-blog · 3 years
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Domingo de Ramos.
Lecturas en la Misa de Hoy. Domingo 28 de Marzo del año 2021.     Primera Lectura. Profecía de Isaías 50:4-7. 50  4  El señor me dio una lengua sabia, a fin de que sepa yo sostener con mis palabras al que esta desmayado; El Señor me llama por la mañana, llama de madrugada a mis oídos, para que le escuche como a maestro. 5 El Señor Dios me abrió los oídos y yo no me resistí; no me volví atrás. 6…
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lecturasdiarias · 3 years
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Lecturas de Domingo de Ramos, Pasión del Señor - Ciclo B
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Lecturas del Día Domingo 28 de Marzo de 2021
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 50,4-17
En aquel entonces, dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento.
Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos.
Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado”.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Sal 22 (21), 2a.8-9.17-18a.19-20.23-24
R./ Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: “Confiaba en el Señor, pues que él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre”. R./ Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies han taladrado y se puedan contar todos mis huesos. R./ Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados. Señor, auxilio mío, ven y ayudarme, no te quedes de mí tan alejado. R./ Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alábenlo; glorificarlo, linaje de Jacob, témelo, estirpe de Israel. R./ Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses 2,6-11
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Marcos 14, 1–15, 47
Faltaban dos días para la fiesta de Pascua y de los panes Ázimos. Los sumos sacerdotes y los escribas andaban buscando una manera de apresar a Jesús a traición y darle muerte, pero decían: “No durante las fiestas, porque el pueblo podría amotinarse”.
Estando Jesús sentado a la mesa, en casa de Simón el leproso, en Betania, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y derramó el perfume en la cabeza de Jesús. Algunos comentaron indignados: “¿A qué viene este derroche de perfume? Podía haberse vendido por más de trescientos denarios para dárselos a los pobres”. Y criticaban a la mujer; pero Jesús replicó: “Déjenla. ¿Por qué la molestan? Lo que ha hecho conmigo está bien, porque a los pobres los tienen siempre con ustedes y pueden socorrerlos cuando quieran; pero a mí no me tendrán siempre. Ella ha hecho lo que podía. Se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Yo les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el Evangelio, se recordará también en su honor lo que ella ha hecho conmigo”.
Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero; y él andaba buscando una buena ocasión para entregarlo.
El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le preguntaron a Jesús sus discípulos: “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?” Él les dijo a dos de ellos: “Vayan a la ciudad. Encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo y díganle al dueño de la casa en donde entre: ‘El Maestro manda preguntar: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?’ Él les enseñará una sala en el segundo piso, arreglada con divanes. Prepárennos allí la cena”. Los discípulos se fueron, llegaron a la ciudad, encontraron lo que Jesús les había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Al atardecer, llegó Jesús con los Doce. Estando a la mesa, cenando, les dijo: “Yo les aseguro que uno de ustedes, uno que está comiendo conmigo, me va a entregar”. Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro: “¿Soy yo?” Él respondió: “Uno de los Doce; alguien que moja su pan en el mismo plato que yo. El Hijo del hombre va a morir, como está escrito: pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre! ¡Más le valiera no haber nacido!”
Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen: esto es mi cuerpo”. Y tomando en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias, se la dio, todos bebieron y les dijo: “Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos. Yo les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”.
Después de cantar el himno, salieron hacia el monte de los Olivos y Jesús les dijo: “Todos ustedes se van a escandalizar por mi causa, como está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas; pero cuando resucite, iré por delante de ustedes a Galilea”. Pedro replicó: “Aunque todos se escandalicen, yo no”. Jesús le contestó: “Yo te aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces, tú me negarás tres”. Pero él insistía: “Aunque tenga que morir contigo, no te negaré”. Y los demás decían lo mismo.
Fueron luego a un huerto, llamado Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos: “Siéntense aquí mientras hago oración”. Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan; empezó a sentir terror y angustia, y les dijo: “Tengo el alma llena de una tristeza mortal. Quédense aquí, velando”. Se adelantó un poco, se postró en tierra y pedía que, si era posible, se alejara de él aquella hora. Decía: “Padre, tú lo puedes todo: aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres”.
Volvió a donde estaban los discípulos, y al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro: “Simón, ¿estás dormido? ¿No has podido velar ni una hora? Velen y oren, para que no caigan en la tentación. El espíritu está pronto, pero la carne es débil”. De nuevo se retiró y se puso a orar, repitiendo las mismas palabras. Volvió y otra vez los encontró dormidos, porque tenían los ojos cargados de sueño; por eso no sabían qué contestarle. Él les dijo: “Ya pueden dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora. Miren que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya está cerca el traidor”.
Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él, gente con espadas y palos, enviada por los sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles: “Al que yo bese, ése es. Deténganlo y llévenselo bien sujeto”. Llegó, se acercó y le dijo: “Maestro”. Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los presentes desenvainó la espada y de un golpe le cortó la oreja a un criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo: “¿Salieron ustedes a apresarme con espadas y palos, como si se tratara de un bandido? Todos los días he estado entre ustedes, enseñando en el templo y no me han apresado. Pero así tenía que ser para que se cumplieran las Escrituras”. Todos lo abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto nada más con una sábana y lo detuvieron; pero él soltó la sábana y se les escapó desnudo.
Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote y se reunieron todos los pontífices, los escribas y los ancianos. Pedro lo fue siguiendo de lejos, hasta el interior del patio del sumo sacerdote y se sentó con los criados, cerca de la lumbre, para calentarse.
Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno, buscaban una acusación contra Jesús para condenarlo a muerte y no la encontraban. Pues, aunque muchos presentaban falsas acusaciones contra él, los testimonios no concordaban. Hubo unos que se pusieron de pie y dijeron: “Nosotros lo hemos oído decir: ‘Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres días construiré otro, no edificado por hombres’ ”. Pero ni aun en esto concordaba su testimonio. Entonces el sumo sacerdote se puso de pie y le preguntó a Jesús: “¿No tienes nada que responder a todas esas acusaciones?” Pero él no le respondió nada. El sumo sacerdote le volvió a preguntar: “¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?” Jesús contestó: “Sí lo soy. Y un día verán cómo el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y cómo viene entre las nubes del cielo”. El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras exclamando: “¿Qué falta hacen ya más testigos? Ustedes mismos han oído la blasfemia. ¿Qué les parece?” Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle, y tapándole la cara, lo abofeteaban y le decían: “Adivina quién fue”, y los criados también le daban de bofetadas.
Mientras tanto, Pedro estaba abajo, en el patio. Llegó una criada del sumo sacerdote, y al ver a Pedro calentándose, lo miró fijamente y le dijo: “Tú también andabas con Jesús Nazareno”. Él lo negó, diciendo: “Ni sé ni entiendo lo que quieres decir”. Salió afuera hacia el zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, se puso de nuevo a decir a los presentes: “Ése es uno de ellos”. Pero él lo volvió a negar. Al poco rato, también los presentes dijeron a Pedro: “Claro que eres uno de ellos, pues eres galileo”. Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar: “No conozco a ese hombre del que hablan”. En seguida cantó el gallo por segunda vez. Pedro se acordó entonces de las palabras que le había dicho Jesús: ‘Antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres’, y rompió a llorar.
Luego que amaneció, se reunieron los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el sanedrín en pleno, para deliberar. Ataron a Jesús, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Éste le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Él respondió: “Sí lo soy”. Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo: “¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan”. Jesús ya no le contestó nada, de modo que Pilato estaba muy extrañado.
Durante la fiesta de Pascua, Pilato solía soltarles al preso que ellos pidieran. Estaba entonces en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en un motín. Vino la gente y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les dijo: “¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?” Porque sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato les volvió a preguntar: “¿Y qué voy a hacer con el que llaman rey de los judíos?” Ellos gritaron: “¡Crucifícalo!” Pilato les dijo: “Pues ¿qué mal ha hecho?” Ellos gritaron más fuerte: “¡Crucifícalo!” Pilato, queriendo dar gusto a la multitud, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de mandarlo azotar, lo entregó para que lo crucificaran.
Los soldados se lo llevaron al interior del palacio, al pretorio, y reunieron a todo el batallón. Lo vistieron con un manto de color púrpura, le pusieron una corona de espinas que habían trenzado y comenzaron a burlarse de él, dirigiéndole este saludo: “¡Viva el rey de los judíos!” Le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminadas las burlas, le quitaron aquel manto de color púrpura, le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo.
Entonces forzaron a cargar la cruz a un individuo que pasaba por ahí de regreso del campo, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir “lugar de la Calavera”). Le ofrecieron vino con mirra, pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echando suertes para ver qué le tocaba a cada uno.
Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: “El rey de los judíos”. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: Fue contado entre los malhechores.
Los que pasaban por ahí lo injuriaban meneando la cabeza y gritándole: “¡Anda! Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo y baja de la cruz”. Los sumos sacerdotes se burlaban también de él y le decían: “Ha salvado a otros, pero a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos”. Hasta los que estaban crucificados con él también lo insultaban.
Al llegar el mediodía, toda aquella tierra se quedó en tinieblas hasta las tres de la tarde. Y a las tres, Jesús gritó con voz potente: “Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?” (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?). Algunos de los presentes, al oírlo, decían: “Miren, está llamando a Elías”. Uno corrió a empapar una esponja en vinagre, la sujetó a un carrizo y se la acercó para que bebiera, diciendo: “Vamos a ver si viene Elías a bajarlo”. Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
Aquí todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes.
Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo. El oficial romano que estaba frente a Jesús, al ver cómo había expirado, dijo: “De veras este hombre era Hijo de Dios”.
Había también ahí unas mujeres que estaban mirando todo desde lejos; entre ellas, María Magdalena, María (la madre de Santiago el menor y de José) y Salomé, que cuando Jesús estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y además de ellas, otras muchas que habían venido con él a Jerusalén.
Al anochecer, como era el día de la preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, miembro distinguido del sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios. Se presentó con valor ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que ya hubiera muerto, y llamando al oficial, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto. Informado por el oficial, concedió el cadáver a José. Éste compró una sábana, bajó el cadáver, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro excavado en una roca y tapó con una piedra la entrada del sepulcro. María Magdalena y María, la madre de José, se fijaron en dónde lo ponían.
Palabra del Señor
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PROCESIÓN DE LAS PALMAS LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 19, 28, 40 En aquel tiempo Jesús echó a andar delante, subiendo hacia ...
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