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tatodomundolendo · 2 years
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Já leram? Livro: Egomaníaco - Vi Keeland 📍Disponível no Kindle Unlimited. ✍️ Para mais tirinhas de #lendoegomaniaco #tatodomundolendo . . . #egomaniaco #egomaniac #vikeeland #kindleunlimited #amazonbooks #tirinhasdelivros #leitores #leituras #iglivros#frasesliterarias #livroshot https://www.instagram.com/p/ChdR_AeLGEj/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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rockycharlesbottom · 7 months
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Il Tuo Ego e l’essere EgoManiaco Non Sono La Stessa Cosa!
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laplumederaeto · 10 months
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Extenso análisis de la masculinidad frágil a partir de Lou Andreas-Salomé.
Cuando Lou Andreas-Salomé eligió a Rilke, Nietzsche estaba en su lecho de muerte, ahogado en la soledad y el resentimiento que en parte le causó el rechazo de Salomé. Salomé resultó inmediatamente enajenada por la feminidad de Rilke; su poesía, su espíritu erótico, su afectividad y su gentil forma de usar las palabras. Nietzsche, por el otro lado, si bien un genio, tenía un carácter egomaniaco y depresivo que marcó su vínculo con el mundo. La relación de fuerzas contrastantes entre estas tres personalidades tuvo un desenlace gravitacional: Salomé se decidió por aquél que era más semejante a su espíritu.
La terquedad de Nietzsche por dejarse consumir en su feminidad le costó el entendimiento y la conclusión de su vida amorosa. A pesar de su temple emocional y su elocuente forma de pensar el mundo, Nietzsche no comprendió lo que en realidad era el amor. No encontró la intimidad que anhelaba ni en Salomé ni en otra mujer, y en consecuencia, se creó un resentimiento que lo volvió loco. Nietzsche no era un poeta como Rilke. Nietzsche era orgulloso, feroz, opinionado, emocional. Rilke; templado, ensoñador, honesto, sensible. En su misma terquedad, la imaginación de Nietzsche jamás dejaría ir a Salomé. Y en este singular acoso, Salomé se encontró escribiendo sobre el erotismo y la figura de la mujer.
Nietzsche escribía mucho sobre la valentía y la voluntad de poder, pero él era en su vida privada un absoluto cobarde. Pensaba que en su devenir el hombre debía acertar su fuerza auto-creativa, revelándose y dominando. Por el otro lado, Rilke creía que el hombre ejemplifica el devenir renunciando a la fuerza y suspendiendo la voluntad¹.
Últimamente me he inspirado a pensar en esta clase de cobardía que infunde los corazones de los hombres. Me he preguntado, de hecho, si toda la violencia que los varones ocasionan no es resultado de una falta de agallas para enfrentarse a sí mismos, a la realidad de sus circunstancias, a sus cuerpos; y en lugar de eso, confunden el resentimiento y la rebeldía hacia el mundo con una especie de «poder», o de expresión de su «coraje», acercándose más a Nietzsche que a Rilke.
Podría escribir un libro acerca de lo que pienso de la masculinidad como el principio de un género. Podría dibujar, como muchos antes de mí, esta división de femenino y masculino con símiles acerca de la noche y el día, lo interior y lo exterior, la mente y el cuerpo, el esperma y el óvulo, la vida y la muerte. Pero esto es un cliché, y ni siquiera sé si estoy completamente de acuerdo con tal dicotomía. La dialéctica del género es una simplificación. Es vanidosa, y superficial. Por el otro lado, no sé tampoco si es posible llegar a un nivel de abstracción que nos separe por completo del cuerpo y sus particularidades. Parece evidente que la diferente producción de hormonas que se origina en el sexo ejerce cierto poder sobre nuestras decisiones, y nuestra personalidad para ese caso (entendiendo la personalidad como una fuerza activa —presente en el hecho, en lo que “mostramos”, lo que hacemos). Pero tampoco sé si sea completamente cierto que el exceso de testosterona tiene algo que ver con la impulsividad y la agresividad. Debo leer más literatura acerca del tema para formarme un juicio. En el presente, no obstante, me es necesario hablar del género bipartido: la hembra y el macho, y a su vez acercarme al mundo interno del individuo indiferentemente de su sexuación en términos igualmente binarios.
La realidad de la humanidad es que como creadores de cultura, somos creadores de personalidades. La identidad está necesariamente ligada al medioambiente y no podemos aceptar una suerte de individualismo que aspire a separarnos de los otros por completo, y que no dé cuenta de la importancia que tienen nuestras relaciones en la construcción de nuestro «yo». En su resentimiento con el mundo, Nietzsche se acercó a un individualismo que se rebeló contra todo lo anteriormente establecido como aceptable y hasta virtuoso en la filosofía: odiaba a los estoicos, odiaba a Kant, odiaba a Sócrates. Y si bien su necesidad de autodeterminarse y vencer contra toda circunstancia nos confiere una excelente defensa del coraje; como se vio durante el régimen Nazi, la filosofía de Nietzsche corre el riesgo de ser radicalizada y malinterpretada. En lugar de ser una apología y defensa de la autenticidad del individuo, se puede leer como una oda al ego —en especial, una oda a la masculinidad agresiva, autoacertiva, ciega.
No es una coincidencia que como Schopenhauer, Nietzsche haya revelado un despiadado síntoma de su envidia a las mujeres: su misoginia. En los términos binarios de las fuerzas de la personalidad, podríamos decir que Nietzsche se sentía humillado por su feminidad, lo que en la época él catalogaba de “débil”. El rechazo de su ánima, su fuerza femenina, le generó una proyección en el resto de las mujeres. La envidia del coño yace en el derecho que se les ha dado a las mujeres de ser femeninas. Y digo “derecho” con un tono dubitativo. La adjudicación de la mujer a lo femenino, que fue categorizado de inferior, más que un privilegio era una responsabilidad. Si bien a la mujer se le perdona la sensibilidad más que al hombre, al mismo tiempo esta sensibilidad, clasificada como ‘inherente’ en ella, ha sido vista como algo naturalmente opuesto a la fuerza, la voluntad, y por lo tanto, al poder (todas acepciones “masculinas”). En su defensa de la voluntad de poder, Nietzsche no vio forma de rescatar la feminidad. En ella encontraba al esclavo, al cobarde, al huidizo. La incapacidad del estoicismo para hacer frente a las circunstancias le resultaba originada de una intelectualización de la pasividad, cosa que él encontraba semejante, o propio de, lo femenino. Entonces tenemos más etiquetas de esta categorización del género: lo femenino es pasivo, lo masculino es activo. En la psique moderna estas acepciones siguen sobreviviendo en el imaginario colectivo. Y podemos reducirlo a una relación de fuerzas físicas. Lo femenino es lo inmóvil, lo masculino es aquello que ejerce el movimiento constante. Lou Andreas-Salomé habla de esto en sus ensayos sobre lo erótico²:
“Hay dos formas de vivir, dos formas de dar a la vida todo su despliegue que sin la división en sexos habrían de seguro quedado en el nivel más profundo, pero que es en vano discutir cuál de las dos formas tiene mayor valor o importancia: si aquella cuyas fuerzas se expanden, o la otra que contornea su centro y ambas se completan así en la esfera de su autolimitación. Ambos mundos, que han sido tan complicados con su pujante desarrollo, no se pueden concebir, como por desgracia ocurre a menudo con tantos malentendidos, en dos mitades de una misma cosa: como por ejemplo las expresiones populares de lo femenino como el recipiente puramente pasivo y lo masculino como el contenido creativamente activo. Si uno piensa en el proceso como en el ser humano se unen las células masculinas y femeninas en el acto sexual, la frase popular sobre progenitor y recipiente se hará todavía más dudosa en su origen.”
La literatura tradicional nos conducirá a creer que esta separación se origina en el oikos. La mujer permanece internada en el hogar (lo oculto, lo privado) y el hombre sale de él para cazar, o para hacer política —como en Atenas—, o lo que sea que pertenece a la guerra, la masacre, la dominación. En una abstracción todavía más extensa, podemos decir que el sexo de la mujer no se mueve: es el falo el que entra y sale, y no al revés. Como dice el dicho: óvulo no persigue al esperma, sino al revés. He aquí más imaginaciones que justifican la categorización de lo femenino como lo inmóvil y lo masculino como la fuerza de movilidad.
Sin embargo, existe una ridiculez en esta creencia, y es que, de ser la feminidad aquello que no se mueve, sino que es movido, o alcanzado, entonces no habría razón para no pensar en el Ser como algo femenino; el motor inmóvil que genera la vida tan sólo con la voluntad. Entonces lo femenino es lo entero, lo que no requiere de un movimiento, lo que se tiene a sí mismo. Es el principio de todas las cosas y el generador del movimiento mismo (sin moverse él). El estoico ejerce la contemplación sin la necesidad de forzar un cambio en sus circunstancias. A Nietzsche esta pasividad le parece cobarde, ridícula, y una falsa excusa para alcanzar la paz. Él no siente atracción por la apatía; cree que debemos hacernos dueños de nuestro movimiento interno y movilizarlo todavía más allá del cuerpo, ejercer la voluntad de poder. Irónicamente, al estoico no le importa lo que Nietzsche diga. El estoico no tiene control sobre ello. No le asigna una razón de ser a la filosofía nietzscheana, sólo la observa. Pero la masculinidad de Nietszche tiene la necesidad de repeler la pasividad estoica. Y he aquí otra muestra de la dialéctica del movimiento.
Mientras que Nietzsche abogaba por la prohibición de la pasividad, y expresaba el desprecio a lo femenino y a las mujeres, Salomé escribía sobre el ser humano como mujer. Y precisamente escribía que el centro del Ser es femenino; recibe, genera sin mover.
La mente humana parece incapaz de deshacerse de la dicotomía. Opera y piensa en cuestión del contraste: ‘yo’ y ‘tú’; ‘nosotros’ y ‘ellos’. Atrae y repele. Los hombres como Nietzsche y Schopenhauer, que a pesar de su genio femenino lo rechazan, y no comprenden estos principios de la vida, se sienten miserables. Escriben sobre una templanza que no encuentran en sí mismos. Permanecen en el debería ser, y no en lo que es, como lo harían los poetas a la semejanza de Rilke. La filosofía de Nietzsche está llena de este movimiento propio de lo que hemos nombrado ‘masculino’: es compleja, a veces obscura, inconclusa, desafiante. La poesía de Rilke habla con elocuencia y simplicidad sobre lo más caótico del interior humano. Pero este contraste lo encontramos en toda clase de filosofía contra toda clase de poesía. La filosofía parte de la razón, pero la poesía no tiene por qué ser razonable. La poesía expresa el mundo a partir de la sensibilidad, la corporalidad, la manifestación más emocional y pasional de lo ‘yo’. Esto es, la poesía es fenomenológica. La filosofía se limita a pretenderse ‘fiel al nóumeno’, a pesar de que la objetividad es un valor cuestionable en sí mismo.
Si todo lo que existe es lo femenino y el rechazo de lo femenino, entonces la masculinidad asignada al macho, la ‘hombría’ del cuerpo sexuado con el falo, se sostiene en un rechazo. No es masculino y hombre aquello que ‘es’, sino aquello que ‘no se permite ser’. Y de esta manera, los niños se definen ante sus congéneres como los que ‘no hacen’. Los niños no lloran. Los niños no usan vestidos. Los niños no se maquillan. Los niños no permanecen en el hogar cuidando a la familia, sino lo contrario. El análisis feminista que le permitió a la mujer el poder de la decisión y de la expresión partía de una lectura que la ponía como la Otra, la negada. Simone de Beauvouir observa que su sociedad entiende a la mujer como lo contrastante en sí, lo no-céntrico. Esta lectura ocurre naturalmente por la prohibición (otra vez, se zanja el movimiento; la mujer permanece en la pasividad). La primera ola piensa en la mujer en términos de lo que no se le deja hacer; no se la deja votar, no se la deja participar en la producción económica, no se la deja decidir sobre su propio cuerpo. Además, la mujer es mutilada y reducida a sus órganos sexuales. Es sólo mujer en tanto generadora de vida, en tanto óvulo y vientre y busto. Y durante milenios, la mujer estuvo zanjada de la experiencia humana: no podía hacer arte, no podía leer ni escribir, no podía salir a socializar, no podía determinar su vida sexual, no podía, no podía, no podía.
La respuesta de la masculinidad ante la rebeldía era la muerte. La mujer que se atrevía a moverse, era sacrificada. Hoy en día ningún hombre es sacrificado por llorar: parece que la consecuencia más exagerada sería el ostracismo de sus compañeros. Citando a mi primo cuando me platicó sobre lo difícil que es ser vulnerable entre hombres: “te tratan distinto”. Mientras que la mujer lucha por su vida, el hombre se encapricha con la atención y la aprobación de otros hombres. Son otros hombres los que le ofrecen el estatus de individuo, de soberano de su cuerpo: el feminismo ha sufrido la misma consecuencia. Se ha atenido a que la ley, escrita por hombres, apruebe de la mujer y su cuerpo. Se ha visto suprimido sólo en tanto la voluntad de otros hombres y liberado mediante su misma retención. La mujer está destinada a dejar su vida en manos del que es más fuerte. Debe confiar en que el hombre a su lado no la va a torturar. Este es el contrato que se la fuerza a hacer en la sociedad. La mujer, entonces, socialmente vive en un estado de beneficio de la duda, de alerta; mientras que el hombre, cómodo en su privilegio de voluntad movible, se vuelve egocéntrico. El hombre no aprende a sospechar de la violencia femenina, porque tal cosa no existe en su mundo. Él no corre peligro entre las mujeres, pero una mujer sí corre peligro entre los hombres.
La hipervigilancia de la niña está mecanizada mediante la empatía. La empatía es el movimiento que le permite salir de sí misma para permanecerse alerta del mundo exterior. Esta sensibilidad le ayuda a predecir las señales que le indiquen que el otro es un sujeto de peligro. Como tal, la niña aprende a estar más atenta a los demás que a sí misma. Y es por medio de los demás que se define a sí. La niña ‘resulta’ tal cosa, por lo tanto ‘es’ tal cosa. Esta dependencia en lo externo le impide generar un soporte interno. La autopercepción de la niña no es céntrica. Entonces, como hemos definido antes (aunque he expresado mi insatisfacción por esa dialéctica), no puede ser esencialmente ‘femenina’.
El niño es ofrecido todo lo que a la niña no. Su estado de seguridad con los otros está dado. Es incuestionable; y de llegar a ser roto, resulta más impactante que la ruptura de la seguridad de la niña. De este modo, el niño no adquiere la empatía de la niña, porque carece de la hipervigilancia que la niña necesita para salvar su vida. Al niño se le permite la creación de un egocentrismo que está justificado por la propia sociedad; él no tiene que estar atento al otro, ni complacer más al otro. Él tiene un privilegio que debe proteger. El niño aprende, entonces, que el mundo le debe algo. No sabe qué, pero algo será, en contraste con la niña.
Mientras que por el peligro de la violación la niña es ocultada, el niño tiene permiso de explorar, de autodefinirse, de aventurarse en el mundo, y de exigirlo. He aquí el ideal del espíritu masculino, que es el mismo de la figura del héroe griego. En el caso particular donde el niño fuera negado esa seguridad de movimiento, el hombre que se desarrollará será inseguro y débil; posiblemente rechazado por los suyos, operando desde la misma ocultación que la niña, pero con un resentimiento extra. Este resentimiento no resulta de la inseguridad causada en su infancia, sino de la idea de que esa inseguridad no le pertenece a él, sino a las mujeres. La herida que surge de no haber sido otorgado el estatus del héroe griego en su egocentrismo no es la negación de la libertad, sino la feminización de su carácter. En ejemplos más tangibles: el niño que llora no es un niño. Y se le dice “eres como una niña”. Llorar no ocasiona la herida, sino la humillación de ser comparado con aquello que es presa, aquello que ha sido puesto en el sitio de la inseguridad, de lo que fácilmente pierde la vida. En respuesta a esta humillación, el niño intentará ganarse la aprobación de la autoridad que lo ha humillado, mientras rechaza sobre todas las cosas aquello con lo que ha sido comparado: es el origen de su misoginia.
Al mismo tiempo, el peligro que corre la vida de la niña no es inherente a su sexualidad, a su cuerpo, su carácter, su categorización, su identidad. El peligro no es interno: la niña se encuentra segura con las suyas. El peligro de la muerte y de la violencia con el que la niña es criada ocurre desde la disposición masculina a ejercer la violencia, a dar la muerte. La niña, entonces, no es presa porque ha nacido más débil. Es presa porque, en la sociedad humana, en la vanidad de la civilización, del derecho, y de la razón, se la ha forzado a ser la víctima. Se ha protegido, otra vez, el movimiento de la masculinidad asociada al hombre: es, entonces, más importante que el hombre sacie su deseo de carnalidad, a proteger la integridad del cuerpo de la mujer. Es más permisible que el hombre violente el cuerpo de la mujer, a que el derecho lo proteja. La masculinidad termina por tener más posibilidad de movilidad que la feminidad, otra vez.
Este privilegio del movimiento, o en términos aristotélicos, de la acción y la fuerza, le hacen creer al hombre que el mundo es suyo para ser devorado. Cuando esto no resulta, su frágil espíritu se encapricha. He aquí el síntoma de la masculinidad de nuestros tiempos. El incel moderno, el hombre de ultraderecha, el chavo mujeriego; todos parten de un capricho generado por el miedo a la pasividad, a la inmovilidad, lo que erróneamente ha sido llamado “feminidad” y asignado indistinguidamente a la mujer. Cuando Nietzsche excluye a las mujeres de la voluntad de poder no está ofreciéndole al mundo nada nuevo; está reformulando una dinámica que ya existía. En su genio se adelanta a su época, pero en su cobardía y su incapacidad de salir de sí mismo, se estanca en la misoginia. Y también pierde a Salomé.
El hombre a lo largo de la historia se ha dado mil razones por las cuales excluir su feminidad, sin darse cuenta de que su actuar es consecuencia de estar estancados en esa feminidad herida. La proyecta sobre la mujer: la mujer no puede hacer filosofía porque es emocional; el hombre que hace filosofía no puede ser emocional, debe ser racional y objetivo ante todas las cosas; no puede aprehender el mundo desde su feminidad. Así mil ejemplos de todo.
En la personalidad del hombre moderno, el centro femenino del ser está zanjado, y su extensa masculinidad se desborda como una avalancha. Con la redefinición del papel de la mujer en la sociedad, y los derechos que parten de esta transición, el hombre ha de repensar su posición en el mundo también. Si su personalidad ya no puede estar construida en base a la fuerza y la dominación, debe encontrar un soporte que le permita acceder al nuevo contrato de igualdad. Ya que las relaciones de poder se transforman y la percepción del género y la identidad se expande, el hombre que ha sido criado con expectativas que hoy en día es incapaz de cumplir, se encuentra en una crisis existencial.
Algunos intentan reafirmar su dominio mediante la congregación y la ejecución de la violencia. Éstos son un peligro para la sociedad. Pretenden ofrecerles a los otros hombres el soporte interno que buscan por medio de una regresión de valores: se dicen defensores de lo tradicional, lo “correcto”, y se enamoran de un pasado que no va a volver nunca. El peso del tiempo terminará aplastándoles los sesos.
Otros pretenden adaptarse, pero lo cierto es que la rapidez con la que los valores de identidad se transforman les causa disconformidad. Crece en ellos una ansiedad asociada al síndrome del impostor. Por un lado, compulsivamente se aferran a una obsesión con el falo. Éste es el hombre adicto a la pornografía. Limitan su dominio de la mujer a la cama, ya que en la vida fuera del cuarto es reprobado. La privacidad es su nuevo escudo, y sacian el vacío que genera su desconexión con su yo femenino a través del consumo indiferenciado del cuerpo de la mujer. La figura de la mujer vuelve a ser sólo un medio para su propio movimiento, no un fin en sí (un centro). La emocionalidad, la debilidad, la pasión, la histeria que asocian a lo femenino —intentan sepultarlas con la carnalidad y la fuerza del masculino. Es inútil. El femenino no se mueve y jamás desaparecerá. De no contemplarlo estoicamente, causará terrores.
Al mismo tiempo, esta aferración al ideal masculino mediante un femenino herido causa la ignorancia de su mundo interno. Los hombres de hoy no saben nombrar lo que sienten; el diálogo interior se construye de ilusiones de poder. Huir de la feminidad significa huir de las emociones. Significa no nombrarlas. Las emociones, aunque ineludibles en la guerra, resultan detrimentales. Y aunque la mayoría de los hombres jamás irán a la guerra, su personalidad y su autopercepción están construidas sobre la idea de la fuerza (que es necesaria para la defensa).
En otras palabras, el hombre que odia a la mujer, que utiliza a la mujer, se odia a sí mismo, se utiliza a sí mismo. Opera a través del miedo a la debilidad (en cuya ecuación resulta igual a la emocionalidad, la vulnerabilidad, y toda la sarta de valores asociados a lo femenino y al arquetipo de la mujer). No hay una persona en la mujer, sino una idea de relaciones de poder (y muy a la Freud —que por cierto, también era amigo de Salomé—, tal vez una necesidad subconsciente de ‘reparar’ o ‘recuperar’ su relación con la madre). Acercarse a la mujer emocionalmente, como un fin y no como un medio, significaría darle a ella una identidad substancial: ir más allá del cuerpo. Esto es, acercarse a su feminidad (la propia y la de ella) sin querer ejercer un cambio, un dominio, sobre ella. Significa tener que redefinir a la mujer de puta a santa; de ‘cuerpo útil para la satisfacción’ a persona digna (como la madre, la esposa, la hija). La categoría de puta es esclavizante, y la de santa todavía más. De una forma u otra, en su mente el hombre no da por vencido jamás su dominio.
Su ceguera ante este hecho es su error fatal. Aunque no voy a dejar de admitir que en gran parte también existe una pereza (y cierta cobardía) por enfrentarse a ello. El hombre que no quiere repensar su posición en el mundo en contraste con los otros hombres y con las mujeres carece de profundidad. En sí, la misoginia es cosa sólo de brutos.
¿Y que no la filosofía europea tradicional suele estar atascada de estupidez al referirse a la mujer? No es difícil encontrarles lagunas lógicas a Nietzsche y Schopenhauer (dos de los filósofos más hipersensibles que ha habido) cuando en sus sistemas intentan excluirnos con justificaciones perezosas.
...
¹ Cauchi, Francesca (2013). “Rilke’s Orpheus and Nietzsche’s Übermensch: Alternative modes of being in becoming”. Journal of European Studies.  Vol. 43, 3.
² Andreas-Salomé, L. (1983). “El erotismo”.
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frabooks · 1 year
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Diario di lettura - I fratelli Karamazov
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Premesse
Inizio questo libro intimorito dalla mole e dai pareri letti online: difficile, arzigogolato, lunghissimo.
Ho finito da poco Delitto e castigo e ne sono rimasto folgorato. In particolare, mi sono stupido della qualità della scrittura e della facilità di lettura; mi aspettavo di annoiarmi, di leggere capitoli non avvincenti o lunghissime descrizioni, invece è tutto l’opposto.
Poi ho affrontato Oblomov con le stesse preoccupazioni. Mattone russo: tantissimi nomi, trama complicata, lunghissime descrizioni: chissà se ce la farò, se ne varrà la pena. Ancora una volta ho trovato esattamente l’opposto: Oblomov è un romanzo frizzante, denso, godibilissimo.
Poi sono entrato nel “rabbithole” Dostoevskij. Mi affascina l’autore, i romanzi e i temi trattati. Voglio esplorare di più l’800 russo, la cultura russa, gli autori russi. Leggo “Sanguina ancora” di Paolo Nori, libro su Dostoevskij che mi dà anche tantissimi spunti letterari (ho comprato Puskin, Gogol, Turgenev, Tolstoj, molto altro Dostoevskij).
Così ho deciso di provare coi fratelli Karamazov. Il secondo libro più lungo che potrei leggere (Il signore degli anelli, 1150 pagine, è in prima posizione). Il libro più ampio e complesso di Dostoevskij, così pensavo.
Diario di lettura
Libro primo - Storia di una certa famigliola
Inizio fresco e tranquillo. Dostoevskij presenta i protagonisti. Prima il padre e poi, a turno, i figli: Dimitrij, Ivan e Alekseij. Ho trovato questa parte inusuale. Dostoevskij preferisce prima descrivere il carattere dei figli che “mostrare” il loro carattere con gli avvenimenti (lo farà, ma dopo). Strano. Eppure funziona; inizio a inquadrare i protagonisti per “categorie”. Il padre, Fedor Pavlovic, è un uomo benestante ma infido, avido, egoista e prono ai tradimenti, ai vizi, agli inganni. Dimitrij, Mitjia, è il primogenito. Ingenuo, buono ma anche estremamente cedevole alla bella vita, a sperperare denaro, ad andare a letto con più donne possibili, alle risse. Cede ai piaceri della vita. È sempre a corto di soldi. Ivan è “l’intelligente”, il cupo, il pensieroso, il razionale. Ha anche dei tratti un filo sadici o comunque cinici quando prende in giro, ad esempio, i credenti. Aleksej, Alesia, è il credente. Crede ciecamente in dio, si è fatto monaco, è buono, casto, un filo ingenuo, puro.
La struttura famigliare è semplice ma è scritto talmente bene che trovo questa parte comunque avvincente. Questa prima parte vola.
Secondo libro - Un’accolta inopportuna
Vanno tutti al monastero dallo Starets, il “monaco principale”, una specie di santo, perché possa aiutarli a dirimere lo scontro tra Dimitrij e suo padre. Mitjia vuole soldi, il padre non vuole darglieli. Il capitolo si svolge nel monastero ed è abbastanza veloce. C’è un capitolo in cui l’osservatore si sposta nelle fedeli che sono accorse per chiedere miracoli allo Starets; sembra un po’ campato in aria ma qui facciamo conoscenza di due importanti donne, la Chochlakova e la figlia disabile, che reincontreremo più avanti. È un capitolo in cui i caratteri dei personaggi iniziano a prendere forma. Ivan, acuto ma strafottente, Fedor Pavlovic, infido ed egomaniaco, Aleksej, timido e timorato di dio e dello Starets. Dialoghi interessantissimi proprio perché Dostoevskij è bravissimo a descrivere i personaggi che sono proprio vivi, sfaccettati, fatti carne e sangue. Non ci sono macchiette o personaggi stereotipati. La lettura è facile. Non ci sono digressioni o descrizioni, punto (stavo per aggiungere “noiose”, ma non c’è proprio nulla del genere).
Scopro in seguito una cosa che avevo preso con superficialità. Tra le donne che vanno a sentire lo Starets ce n’è una che ha perso 4 figli e l’ultimo la sta ammazzando di dolore. È distrutta. Il racconto dello straziamento è devastante. Scopro che il figlio si chiamava Aleksej, come il protagonista del romanzo e come il figlio morto di Dostoevskij stesso.
Libro terzo - Lussuriosi
Parte molto importante. Appaiono Katerina Ivanovna, Grusen’ka e Smerdjiakov, tre personaggi importantissimi. La prima è promessa a Dimitrj ed è amata da Ivan. La seconda ha fatto innamorare sia Dimitrj che il padre, Fedor Pavlovic. Il terzo è un servo di casa Karamazov con una storia molto avvincente. È appena introdotto, però si capisce che è un altro personaggio estremamente affascinante. Asociale, intelligente, autoriferito. Si capisce anche che Dimitrj è nei guai perché ha buttato all’aria 3000 rubli che gli aveva dato la Ivanovna affinché li inviasse alla sorella, per festeggiare e bagordare con la sua amante, Grusen’ka. Quindi Dimitrj ha un debito vergognoso con la sua fidanzata e un’amante che però è interessata anche a suo padre. In questo capitolo si capisce anche meglio Grusen’ka che è manipolatrice e infida. Inoltre c’è il primo scontro tra Dimitrj e il padre, che rimane contuso. Appunto, Dimitrj è di animo buono ma focoso e gli ci vuole poco a essere violento; inoltre col padre non solo ha in ballo la questione dei soldi ma anche un’amante. C’è anche un bellissimo dialogo tra il padre, Fedor, Aleksej, Ivan e Smerdjakov su dio e i credenti. Insomma, tanti avvenimenti che mi hanno coinvolto tantissimo perché i personaggi sono spremuti per bene e si vede ogni singola “tara” di ognuno.
Parte seconda
Libro quarto Straziamenti
Introduzione su padre Ferapont, monaco pazzo del monastero. Poi c’è una scena dalla Chochlakova e dalla Ivanovna dove c’è anche Ivan. Discutono. Dialoghi frizzantissimi. Parte molto scorrevole. Interessantissima la figlia disabile, con un animo irrequieto e nervoso. Aleksej incontra per caso un ragazzino scapestrato che viene picchiato da altri ragazzini, Iljusa. Ivan ha intenzione di partire e di andarsene per sempre a Mosca. Poi Aleksej va da un signore che era stato picchiato da Dimitrji per chiedergli perdono a suo nome, anche perché questo ex capitano era caduto in disgrazia (di cui Iljusa è figlio). Scena meravigliosa. C’è struggimento, emozione ma anche la rigidità morale di alcuni che fa sì che loro prendano la strada più impervia pur di non cedere, appunto, ai loro principi. Molto russa come cosa. Questa parte è relativamente breve, molto scorrevole e molto interessante.
Libro quinto Pro e contra
Avvenimento inaspettato per Aleksej, molto tenero e molto in linea con il suo carattere. Breve parentesi su Smerdjakov che serve a descrivere ancora meglio il suo carattere chiuso, scontroso, asociale, anche un po’ manipolatore. È anche affetto da epilessia. Poi arriva, finalmente, il momento topico del libro quinto: il grande inquisitore. Aleksej va alla ricerca di Dimitrji ma trova Ivan in una taverna, si fermano a parlare e discutono “di filosofia”. Ivan racconta a Alekseji questo suo racconto. Gesù torna nel 16esimo secolo e compie miracoli. Viene catturato e interrogato dal grande inquisitore che dice: sei venuto per ribadire la libertà totale per gli uomini ma gli uomini non se la meritano, hanno bisogno di regole, di una guida dura e ferma. Non sono in grado di sopportare il peso della verità. È la prima grande digressione. Il libro quinto dura 80 pagine, il grande inquisitore 27. Nonostante sia una digressione vera e propria, ficcata da Dostoevskij per “filosofeggiare”, è di  facile lettura e molto interessante.
Libro sesto Il monaco russo
Il libro sesto dura circa 50 pagine ed è un’altra digressione. Si racconta la vita dello Starets, che nel frattempo muore. È una digressione bella e buona. È la parte più lenta e meno interessante che finora ho incontrato. C’è molta “religiosità” e cose religiose, pochi avvenimenti interessanti e molta “fede” nuda e cruda, quindi noiosa. Ci tengo a specificare: non è una parte difficile da leggere, è “solo” lenta e non in particolare sintonia con il resto del libro. Si riprende quando c’è il racconto dell’incontro tra lo Starets e un misterioso sconosciuto; capitolo avvincente e struggente, vero Dostoevskij. Però il libro sesto è il più lento e noioso proprio per il tema trattato.
Parte terza
Libro settimo Alesa
Parte stupenda. Il protagonista del libro è Alekseij, Alesa, come dice il narratore più volte, ma in questa parte prevale. Prima lo Staretz che muore crea scandalo e turba Alekseij. Poi Alekseij va a trovare la Grusen’ka e ci sono dialoghi meravigliosi. Alla fine Grusen’ka si rivela cattiva, sì, ma in modo sfaccettato e sofisticato, come ci si aspetta da un personaggio di Dostoevskij. Ha sofferto per amore;  è combattuta e triste. Inoltre anche il monaco che l’ha accompagnato, che è una figura secondaria, è descritto benissimo: è un impiccione approfittatore e pettegolo e viene descritto in modo perfetto, tanto che, secondo me, può richiamare qualcuno in ognuno di noi. C’è un racconto struggente sulla cattiveria. Anche la donna più cattiva può redimersi, basta un cipollotto. Questa storia del cipollotto mi è molto rimasta. Capitolo freschissimo che vola, molto avvincente.
Libro ottavo Mitja
Qua il protagonista è Dimitrij. Noto solo ora quanto la scrittura di Dostoevskij si adatti ai personaggi. Questo capitolo è frenetico, confuso, carnevalesco, teatrale: è Dimitrij. Si raccontano le vicende di Dimitrij che deve tenere sotto controllo la Grusen’ka (ha paura vada dal padre) ma che allo stesso tempo deve trovare i 3000 rubli e inizia a subire lo stress devastante. Mena le mani, fa festa, sperpera denaro, ama follemente e in modo idiota, litiga, minaccia. Il libro ottavo è una gioia da leggere: scorre velocissimo e frenetico. Trasmette l’ansia e la confusione di Mitjia in modo magistrale. E finalmente si arriva al fattaccio.
Nota alla fine dell’ottavo libro. Sono estasiato dalla scrittura di Dostoevskij. Il libro, finora, è facilissimo da leggere, scorrevolissimo, avvincente, freschissimo. Una sola digressione stona per lucidità, secondo me, quella del monaco; davvero non necessaria, anche perché spezza tantissimo il ritmo. Per il resto sono completamente innamorato dei personaggi, sia quelli primari che i secondari, sono vivi e tangibili ed è facile amare, soffrire, gioire e temere insieme a loro. Altra nota. Da vera soap opera le storie d’amore. Questa cosa mi fa impazzire: il grande, serissimo, cupo Dostoevskij, il filosofo(!) che intreccia storie d’amore assurde, folli, sanguigne e senza senso.
Libro nono - L’indagine preliminare
Mitjia è accusato di aver ucciso il padre. In queste circa 80 pagine c’è l’interrogatorio a Dimitrji.
Noto con curiosità l’enorme rispetto del diritto della seconda metà dell’800 in russia. Testimoni, diritti, doveri, trascrizione di ogni parola. Non me l’aspettavo. La gestione della Giustizia è segno di enorme civiltà. Chiaramente non c’è un avvocato o altro ma questa prima parte di interrogatorio è inaspettatamente evoluta (per me, per le mie competenze). Il protagonista è Mitjia (Dmitrij), che però già conosciamo. Verso la fine si scopre quanto sia irrazionale e sconclusionato l’animo umano quando Mitjia non vuole ammettere una sua enorme inconfessabile vergogna, tanto che “i detective” quasi lo prendono in giro perché è tutto nella sua testa. Ripeto, Dostoevskij è magistrale nel dare vera sostanza ai personaggi. Si cita Smerdjiakov e si fa cenno che in effetti è anche lui figlio di Fedor Pavlovic; all’inizio ci sono dubbi che però vengono subito risolti. Credo di aver capito, tramite spoiler, che sia stato lui ad uccidere Fedor Pavlovic. Il libro nono si legge d’un fiato, è un vero e proprio thriller con un po’ di soap opera, un po’ di teatralità e pathos in più.
Libro decimo - Ragazzi
Una delle parti che mi sono piaciute di più. Si introduce Koljia, ragazzino sveglio, intelligente e di buon successo sociale ma che è clamorosamente influenzato dal giudizio di Aleksej. Un altro personaggio sfaccettato e pieno di contraddizioni: meraviglioso. Pensavo fosse una digressione e invece non lo è; non è legata alla trama principale, al delitto, ma non è una digressione vera e propria. Questa parte è dolce e commovente. Si riprende la storia di Iljusa e del capitano. Ci sono dialoghi pazzeschi e sembra di essere a teatro, talmente i personaggi sono vivi. Li vedi proprio vivere davanti a te. Sono insicuri, sfaccettati, contraddittori. Non c’è niente di bianco/nero, com’è, in effetti, la vita. Dura una cinquantina di pagina e vola che è un piacere. È fresco, scorrevole e, appunto, dolce e commovente.
Nota dopo il libro decimo Impressione a caldo dopo la lettura degli ultimi 2 libri di seguito: sono sopraffatto dalla realtà di questo romanzo, dalla moltitudine di cose che contiene. È tutto vivo, è tutto reale, è tutto vero.
Mancano solo 2 libri per circa 220 pagine. Il prossimo è su Ivan (l’ultimo fratello rimasto). E poi c’è il processo.
Libro undicesimo Il fratello Ivan Fedorovic
Libro lungo una novantina di pagine. È una parte molto importante per la storia. Alekseij incontra prima Grusen’ka poi la Chochlakova; Grusen’ka continua il suo rapporto teso e folle con Mitjia, ormai in carcere. La conosciamo: è manipolatoria e infida. La Chochlakova è logorroica e Dostoevskij  rende molto realistico questo tratto. Poi nel capitolo “il demonietto”  Alekseij incontra Liza, personaggio malato e sgradevole. Ha rinunciato a sposarsi con Alesia, lo tratta male e dimostra chiaramente di essere pazza. Inizia la parte con Ivan come protagonista. Mi aspettavo molto più Ivan ma invece la parte dedicata a lui è molto breve. Prima Ivan incontra Alesia che gli fa una sorta di “profezia”, gli dice che non è stato lui, Ivan, a uccidere il padre. Ivan lo prende per scemo. Poi Ivan inizia a rimuginare e a insospettirsi su Smerdjiakov; ci viene raccontato il loro rapporto in 3 capitoli e in 3 “interrogatori” che Ivan gli fa. Smerdjiakov è un personaggio meraviglioso. È manipolatorio, infido, viscido, egomaniaco. Sostanzialmente pazzo ma sempre sotto controllo. È descritto, tramite dialoghi, in modo perfetto. Ivan perde parecchie volte le staffe, si agita, si innervosisce. È un altro elemento da non sottovalutare: Ivan ci viene presentato, all’inizio, come personaggio sotto controllo, razionale, sarcastico. E invece, anche lui, è più complesso di così. È senza dubbio il personaggio negativo migliore e mi ricorda molto Svidrigajlov, di Delitto e castigo. La malvagità in Dostoevskij mi sembra non sia mai manifesta e violenta, è sottile, infida, manipolatrice. Si arriva al famoso principio di Ivan del “se dio non esiste allora tutto è lecito”, che dà il via a tutti gli avvenimenti. Poi si scopre il segreto di Ivan. A me ha ricordato molto Woland, ammetto, anche se immagino non c’entri niente. Capitolo meraviglioso che si legge tutto d’un fiato.
Libro dodicesimo Un errore giudiziario
Ultimo capitolone del romanzo. 110 pagine tutte dedicate al giorno del processo. Un ennesimo riferimento ai personaggi: anche qui, ovviamente, sono meravigliosi. Tutti sfaccettati, tutti complessi. Non c’è niente di banale, anche in quelli secondari. La prima parte del processo, in cui vengono ascoltati i testimoni ecc, dura una cinquantina di pagine. È densa ma veramente interessante. Ci sono dialoghi frizzantissimi e scene da commedia teatrale con gente che si dispera, crisi di pianto, strilli e urla pazze. Poi iniziano le 70 pagine di arringhe. Prima da parte dell’accusa poi della difesa. L’arringa dell’accusa si legge con facilità ma non dà spunti particolari, ovviamente, visto che sappiamo già tutto. Unica parte che mi ha colpito è la descrizione della natura umana come “vasta”, Karamazoviana nel senso di sfaccettata, una scala di grigi immensa. “Proprio perché la nostra è una natura vasta, karamazoviana (a questo voglio arrivare), e può contenere ogni sorta di opposti e può contemplare in un sol colpo i due abissi, l’abisso che è sopra di noi, l’abisso degli ideali supremi, e l’abisso che è sotto di noi, l’abisso del peggiore e del più fetido degrado”. Dostoevskij. La requisitoria della difesa è molto più intrigante. È un vero e proprio trattato sofisticato di teoria della Giustizia. Colpevole fino a prova contraria, il garantismo, la fallacia della memoria, la necessità di una dimostrazione. “Meglio rilasciare 10 colpevoli che condannare un solo innocente!”. Poi si conclude in modo lineare. È una parte sicuramente più lunga. È un vero e proprio processo quindi sembra quasi estraneo al libro per come l’ho affrontato finora. Però è godibilissima e facile da leggere.
Epilogo L’epilogo dura circa 15 pagine. Dostoevskij ha deciso di chiudere il libro in modo che definirei furbo, cioè commuovendo. È un epilogo semplicissimo ma, appunto, commovente e strappa lacrime.
Commento a caldo: che privilegio aver letto questo romanzo! Sono un po’ sopraffatto.
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locacosquilla · 4 years
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A distância é apenas um teste pra ver o quanto o amor viaja.
Vi Keeland.
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feelingcomplet · 3 years
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Não sabia o que tinha feito para merecê-la, mas estava bem ávido para não me importar. Ela era minha, e eu planejava ficar com ela para sempre desta vez. 
( Egomaníaco )
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joannamoraes · 3 years
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📍𝐎𝐒 𝐌𝐄𝐋𝐇𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐏𝐀𝐈𝐒 𝐋𝐈𝐓𝐄𝐑Á𝐑𝐈𝐎𝐒 𝐄𝐮 𝐬𝐢𝐦𝐩𝐥𝐞𝐬𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚𝐦𝐨 𝐨 𝐩𝐥𝐨𝐭 𝐝𝐞 𝐩𝐚𝐢 𝐬𝐨𝐥𝐭𝐞𝐢𝐫𝐨 𝐞 𝐩𝐨𝐫 𝐢𝐬𝐬𝐨 𝐫𝐞𝐬𝐨𝐥𝐯𝐢 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐥𝐡𝐚𝐫 𝐜𝐨𝐦 𝐯𝐨𝐜ê𝐬 𝐨𝐬 𝐦𝐚𝐢𝐬 𝐞𝐧𝐜𝐚𝐧𝐭𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐞 𝐦𝐞𝐥𝐡𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐢𝐬 𝐝𝐨𝐬 𝐥𝐢𝐯𝐫𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐢... 𝐄𝐮 𝐬𝐞𝐢 𝐪𝐮𝐞 𝐟𝐢𝐜𝐚𝐫𝐚𝐦 𝐟𝐚𝐥𝐭𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐬, 𝐦𝐚𝐬 𝐯𝐨𝐮 𝐬𝐞𝐩𝐚𝐫𝐚𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐮𝐦𝐚 𝐩𝐫ó𝐱𝐢𝐦𝐚 𝐩𝐨𝐬𝐭𝐚𝐠𝐞𝐦! . . . 𝐂𝐨𝐧𝐡𝐞𝐜𝐢𝐚𝐦 𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐩𝐚𝐢𝐬 𝐜𝐢𝐭𝐚𝐝𝐨𝐬? 𝐎 𝐬𝐞𝐮 𝐩𝐫𝐞𝐟𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐭á 𝐧𝐚 𝐥𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐨𝐮 é 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐦 𝐨𝐮𝐭𝐫𝐨 𝐥𝐢𝐯𝐫𝐨? #aforcaquenosatrai #tohateadamconnor #theinvitation #thegoal #aconquista #egomaniaco #onlyyou #thehousemate #irresistible #perfeitoparaopapel #brittainyccherry #vikeeland #melanieharlow #ellamaise #jeweleann #ellekennedy #kendallryan #bookstagram #bookstan #igliterario #booklover #indicacaodelivros #leituradodia #tirinhasdelivros #hotsingledad #paisliterários #paisliterarios #newadultbooks #romances #newadult https://www.instagram.com/p/CMyJeVrDqkM/?igshid=6w8jc3eczvep
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mediiana · 4 years
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booktipsandmore · 4 years
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TAG DOS 50% - Melhores e piores do primeiro semestre ▫️O MELHOR LIVRO QUE VOCÊ LEU Amor Imenso ▫️MELHOR CONTINUAÇÃO Lady Malícia ▫️ LANÇAMENTO DO PRIMEIRO SEMESTRE QUE AINDA NÃO LEU, MAS QUER MUITO A prometida ▫️LIVRO MAIS AGUARDANDO DO SEGUNDO SEMESTRE Lady Romance ▫️O LIVRO QUE MAIS TE DECEPCIONOU ▫️LIVRO QUE MAIS TE SURPREENDEU Amor Imenso ▫️NOVO AUTOR FAVORITO Karina Head ▫️SUA QUEDINHA POR PERSONAGEM FICTÍCIO MAIS RECENTE Drew Jagger ▫️SUA PERSONAGEM FAVORITA MAIS RECENTE Charlotte Thiessen ▫️QUE TÁ FEZ CHORAR Amor Imenso ▫️DEIXOU FELIZ Mais que amigos ▫️MELHOR ADAPTAÇÃO CINEMATOGRÁFICA essa vou ficar devendo kk ▫️SUA RESENHA FAVORITA Por lugares Incríveis ▫️LIVRO MAIS BONITO QUE VOCÊ COMPROU/GANHOU A prometida ▫️QUAIS LIVROS VOCÊ PRECISA OU QUER MUITO LER ATÉ O FINAL DO ANO? Morro dos Ventos Uivantes Amor Sob Encomenda Como Se Vingar de Um Cretino Corte de névoa e fúria ... Maioria está disponível no Kindle Unlimited da @amazonbrasil #tagliteraria #taglivros #bookstagram #books #livros #booklover #romance #newadult #newadultbooks #tagdos50porcento #tagdos50 #amorimenso #maisqueamigos #aprometida #egomaniaco #damasdeaço https://www.instagram.com/p/CCjW22HDHw3/?igshid=1a62guib4q0yt
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roselihernandez · 5 years
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EGOmaniaco é um livro escrito por Vi Keeland, editado pela Editora Charme. 📖 Narra o romance entre Drew e Emerie. Onde Emerie é uma moça amorosa, criativa, cheia de bons sentimentos, enquanto Drew é um rapaz que não joga limpo, conhece seu valor, bonito e rico. 😉 O romance se destaca por seu diálogos adultos, sem reservas, discutindo relacionamentos. 🍎 Em Manhattan, ela é terapeuta de casais e ele advogado especialista em divórcios. 😍😎 Sendo ela uma sonhadora em ver relacionamentos felizes e ele cercado com suas decepções vividas nos tribunais e fora dele. 😘😊 É assim, que desenvolve o relacionamento entre eles e também a descoberta da paixão... 😍😍 #egomaniaco #efitoracharme #romancemoderno #romanceseromances #lutapeloamor #faxerdarcerto @efitoracharme (em Mogi das Cruzes) https://www.instagram.com/p/Bytks-zD0vU/?igshid=1uo1jgzwqgvuu
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tatodomundolendo · 2 years
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Já leram? Livro: Egomaníaco - Vi Keeland 📍Disponível no Kindle Unlimited. ✍️ Para mais tirinhas de #lendoegomaniaco #tatodomundolendo . . . #egomaniaco #egomaniac #vikeeland #kindleunlimited #amazonbooks #tirinhasdelivros #leitores #leituras #iglivros#frasesliterarias #livroshot https://www.instagram.com/p/ChdR_AeLGEj/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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3nding · 3 years
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Me le immagino le partite a indovina chi.
- Ha fatto cadere un Governo di cui faceva parte.
Ok.
- Si è scagliato contro i migranti.
Hm.
- Egomaniaco.
Sì..
- Social dipendente.
Ok.
- Si chiama Matteo.
E?
- È un pirla!
Così non mi aiuti però..
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garsanjoseworld · 4 years
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¿A DÓNDE VAMOS?
¿A DÓNDE VAMOS? III
EL NEO-POPULISMO LÍRICO MEXICANO.
 AMLO EL HOMBRE, EL LÍDER Y EL PRESIDENTE DE MÉXICO.
AMLO, el Presidente de México: El Estado soy yo, por el pueblo.
 TERCERA PARTE
 Cuando el impulso de violencia está al servicio de una idea, o la idea se sirve de él: Se desata la locura...
“Nunca, en el curso de la historia, las sublevaciones y levantamientos sin una dirección espiritual han llegado a ser peligrosos para un orden social auténtico: sólo cuando el impulso de violencia está al servicio de una idea, o la idea se sirve de él, se producen los verdaderos trastornos, las revoluciones sangrientas y destructoras, pues sólo con una enseña se convierte una banda en partido, sólo con la organización, en un ejército, y sólo con un dogma, en un movimiento general. Todos los grandes conflictos violentos de la humanidad son menos atribuibles a la voluntad de violencia que reside en la sangre del hombre que a una ideología que desencadena esta voluntad y la impulsa contra otra parte de la familia humana. 
Sólo el fanatismo, ese bastardo del espíritu y de la violencia, que quiere imponer la dictadura de una idea, la de la suya propia, a todo el universo, como la única forma permitida de fe y de existencia, hiende la comunidad humana en enemigos y amigos, partidarios y adversarios, héroes y criminales, creyentes y herejes; como sólo reconoce su sistema y sólo quiere considerar como verdadera su verdad, tiene que echar mano de la violencia para abatir a todos los otros dentro de la pluralidad de representaciones, querida por Dios”...  Stephan Zweig. Erasmo de Rotterdam Triunfo y Tragedia. Biografías.
 El Populismo, encarnación de la locura por una idea.
 Todo parece indicar que el populismo surge directamente de un fracaso, la debacle del sistema socialista, pero también por los errores graves y la desorientación de los regímenes liberales; y, éste desbalance es aprovechado por líderes carismáticos e “iluminados” para hacerse del poder con el apoyo del pueblo que se siente traicionado por ambos. Normalmente el populismo, por la simple inercia deriva, irremediablemente, en una dictadura totalitaria. Todos los teóricos y estudiosos de este fenómeno sostienen estos conceptos.
  El populismo es una ideología que hace dividir a las sociedades entre el pueblo bueno y el anti pueblo, en dos polos siempre extremos. El anti pueblo es para el populismo la élite mala y ladrona que abusa del pueblo bueno y lo explota. La élite, los fifís, los conservadores son los malos y explotadores que esquilman al pueblo. El líder, casi siempre un demagogo carismático, mesiánico e iluminado, se declara en fiel intérprete y representante de los intereses del pueblo, y el leal abanderado de sus deseos y altas aspiraciones. Él es la voz autorizada del pueblo para hacer y deshacer  casi siempre a capricho y con base en la ley, siempre manipulada para conseguir los objetivos de lo que él considera lo conducente para conseguir la trasformación que  se propuso como programa de gobierno. El líder populista llega al poder, por aplastante mandato popular, a corregir la injusticia que existe como una lacra provocada por los ricos, porque él es el representante del pueblo pobre. Usa todo el entramado de reglas y costumbres de la democracia para llegar al poder, reforma las leyes para continuar, y las reforma también para perpetuarse.
 Toda vez que llega al poder, rompe sistemáticamente las instituciones del estatus ante, y las lleva a cero para de allí iniciar su proyecto en beneficio de pueblo bueno y sufriente; entiéndase por pueblo, de manera exclusiva, a las clases más menesterosas y pobres, que siempre son la mayoría, y una vez que las asegura tiene la garantía del triunfo continuo de futuras elecciones para él y para los de su partido.
 Con cada paso que la “voz del pueblo” da, afianza su legitimidad por efecto de la aplastante mayoría de los pobres que bajan de la clase media al rango de pobreza y que son carne de cañón electoral en su favor, gracias a la repartición gratuita de beneficios, y bajo promesas  también de cosas gratis para todo el mundo, derechos sociales para todos, subsidios para todos, pero, todo ese caudal de promesas, principalmente,  para los más pobres que siempre son la mayoría y por eso, ese segmento se constituye en el mayor capital electoral que garantiza la continuidad del iluminado, del mesías.
 El populismo no es una figura nueva en el ejercicio del poder, ya que tiene una larga data. En México como ejemplo más próximo: el General Lázaro Cárdenas a quien se le puede catalogar como un populista autoritario, con todas las características que acompañan a estos dos términos. En Argentina, Juan Domingo Perón es otro ejemplo clásico del populismo temprano de corte fascista en América Latina. En ambos casos, dichos populismos, uno colectivista y el otro fascista bautizado justicialista, se hicieron corriente sólidas cuyas características de conducir una nación siguen vigentes hasta nuestros días: el Cardenismo colectivista, interventor y de planificación central; y el Peronismo fascista de mote justicialista pro “descamisados.”
El Kirchnerismo de Néstor y Cristina Fernández, y actualmente Alberto González de esta misma marca en Argentina, como cabezas del Justicialismo Peronista que ha elevado a más de 12 presidentes y ayudado a otros 8 a obtener el poder con fuertes condiciones en la distribución de beneficios; y en México, el refinamiento machacón, el discurso y actitud burlones, la pelea diaria y exultante de un  populismo iluminado e ignorante, desconocedor sin límites de la ciencia económica, un populismo despreciador de lo que no es político de lo que no es electoral. Un mesías populista con nombre y apellidos:   Andrés Manuel López Obrador en 2020.
 En política cada definición de la personalidad de un gobierno esta connotada partiendo del pensamiento y creencias en el ejercicio del poder y del gobierno, de un personaje, de una institución o de un colectivo en un espacio y en un  tiempo bien delimitado donde se dieron o se dan, determinadas conductas.
 Los criterios y características que técnicamente definen  una personalidad o colectivo como tal, son siempre aplicables, aunque los objetivos que hayan alcanzado sean en apariencia bondadosos o malos para la república, donde actúa el personaje o el colectivo. La características teóricas que definen una actitud en el arte de gobernar son para todos los personaje y colectivos a quienes recubran esas particularidades producto de la observación y de la investigación científica.
No se trata, pues, de la eficacia para conseguir algunos objetivos del momento cuya adquisición puede ser muy plausible, sino de la forma como trata de conseguir o como consigue dichos objetivo. Sus ideas y creencias y su actitud para gobernar es lo que se califica como tal o cual. En este caso que nos ocupa es tal, si cabe en la definición o no. Es populista algún gobernante, o no lo es,  y si lo es, entonces le vendrá su calificación en base a rangos de medidas e intensidades. Es simple.
 EL populismo en la actualidad surge con bastante fuerza después de algunos hechos históricos como  la rebelión y triunfo de Walesa y Wojtyla del Sindicato de Solidaridad y del pueblo de Polonia; la caída del muro de Berlín, gracias a una expresión verbal desafortunada; después de la ruina y quiebre del comunismo Soviético, y después de la frenética dislocación soviética-maoísta-capitalista de la poderosa China, ahora imperial; y después de las tesis reconocidas en el Consenso de Washington y los principios del Foro de Sao Pablo, Brasil…  El concepto de populismo  irrumpe con mucha fuerza para reafirmar la designación de una legión de regímenes con modelos de ejercer el poder, centralizados, verticales y autoritarios, dictatoriales principalmente de izquierda “autobautizados progresistas”, manipulados desde la Cuba castrista. Es claro que también hay modelos de derecha muy connotados de ejercer el poder con las mismas características: Donald Trump en USA, a pesar del fuerte cerco de la vida institucional americano que no lo dejan ir tan lejos como él quisiera. Ese tema amerita un comentario especial fuera de este contexto.
 Algunas características básicas de populismo
 Las características de estos regímenes, según los expertos, son muchas y muy variadas, sin embargo, podemos resumir en cinco las características esenciales que distinguen al populismo: Un antiliberalismo exacerbado, casi enfermizo, llevado al paroxismo y  cargado de arrebato,  vibrante de excitación y lleno de vehemencia. La denuncia en contra del liberalismo está hecha desde el vientre, carece de elementos de razón organizados y metódicos, está vacía de raciocinio. La denuncia es emocional sin la más elemental argumentación técnica y científica.
 La segunda característica del populismo es; La obsesión  por la igualdad, se trata de sujetos (líderes carismáticos normalmente seres que se sienten iluminados), o colectivos  que están permanentemente acosados, atormentados en su mente, en sus creencias y en sus actitudes por la idea de la igualdad; la idea de la proporcionalidad, el sentido escrupuloso de la semejanza económica simétrica,  sentimiento del igualitarismo,  de la idea de que “todos por ser iguales” (ahora todos seremos carboneros) tenemos la obligación de la proporcionalidad de los dividendos en el ejercicio de la vida económica. Los que ganan más deben subsidiar…, auxiliar a los que ganan menos a través de las figuras institucionales del Estado. Distribución de la riqueza con los otros, aunque no la produzcan. Distribución la pobreza entre los otros, aunque no la merezcan.
La tercera característica del populismo: Yo soy el pueblo. Estamos representándonos a un ego engolado de un iluminado en grado divino, que vino a este mundo lleno de opresores a redimir de la pobreza a la humanidad de su entorno; nos referimos a un ser divinizado, infalible, sordo y ciego, pagado de sí mismo, castigador y revanchista. Normalmente un militar o político egomaniaco, y con un formidable sentido de haber venido a este mundo a realizar una misión casi salvífica en beneficio de los más pobres del pueblo que siempre por desgracia son mayoría.
  Pero, ¿quién le da el mandato? ¿Quién lo nomina? ¿Quién lo aprueba y lo encumbra para cumplir los designios de redención y liberación de la esclavitud de las cadenas de los ricos y poderosos  a las que están sometidos los pobres del pueblo? Esta es la formidable respuesta: “las grandes mayorías populares”, el pueblo soberano se lo ordenó a través de su mandato por el voto mayoritario y lo dotó de legitimad para actuar en su nombre.
El pueblo se lo ha mandado y él obedece, y su obediencia sólo es para los intereses del pueblo. Nada más. Él los representa, él es el humilde mandante porque él es el pueblo, y  los mandatos del pueblo son él, traducidos en su narrativa y en sus acciones, que por eso mismo, deben ser acatadas e incuestionables. Los ricos emprendedores son los enemigos del pueblo, pero también, él siendo el pueblo, ellos son sus enemigos, no sus adversarios. Todos los ricos son conservadores, y no son pueblo, son un segmento de demonios esquilmadores y explotadores del pueblo que le dio el mandato y la legitimación para, con sentido de igualdad, repartir sus riquezas “mal habidas” a los que menos tienen.
 Una cuarta característica del populismo: Complejo de víctima. Al Expresar el término complejo me quiero referir a imágenes y conceptos (la imagen e idea de víctima) que conllevan una aguda y pesada carga de emocionalidad y que determinan una personalidad autónoma, pero dividida... Muy  fragmentada. En el núcleo del concepto o padecimiento se encuentra un arquetipo, el de ser el dechado de una sufriente “solemne víctima” revestida emocionalmente con todas las connotaciones, desde todas las orientaciones de ser víctima de algo o de alguien. Jung entiende por complejo el «conjunto de representaciones relativas a un determinado acontecimiento (la victimización) cargado de emotividad.” Toda constelación de complejos, el de víctima entre ellos, deja palpable un estado alterado de consciencia, una ruptura de la unidad de la consciencia, dificultándose tanto la voluntad, como la memoria. Consecuentemente, el complejo es un factor psíquico cuya valencia energética supera, temporalmente, al de la consciencia. Un complejo activo nos reduce momentáneamente a un estado de falta de libertad, de pensamientos y actos obsesivos.
 Generalmente, el complejo se puede suprimir con un esfuerzo de voluntad, pero no se puede eliminar, porque en cuanto se presenta la ocasión, aparece de nuevo con la misma fuerza que tenía en el origen.
 El ser, o hacerse la víctima, es porque la conciencia de quien siente eso, se ha alterado, se ha trastornado, se ha enajenado, se ha fracturado por lo otro (víctima) que para ese momento se constituye en un cuerpo ajeno que escinde la conciencia; y luego, el sujeto que padece esos estertores de alteridad comienza a padecer los estigmas del sacrificado, comienza a padecer los dolores del martirio, se comienza a sentir torturado, herido en grado mortal, es el inmolado patético y llorón.
 La quinta característica del populismo: Echarle la culpa al otro, a los demás.  Es muy típico de los gobiernos populistas señalar pertinazmente a los otros regímenes que lo antecedieron tildándolos de corruptos, tratando de crear  una narrativa y una percepción más o menos creíble de culpabilidades en todas las materias que afectan negativamente su gobierno y que por sus posiciones ideológicas extremistas casi siempre colectivistas, de planificación y marcada intervención, no pueden resolver los problemas de gobierno que se les presentan en lo cotidiano. Principalmente problemas provenientes del ejercicio presupuestario, de posiciones políticas marcadamente ideologizadas, problemas de política empresarial y de inversión pública y privada.
 En muchas ideologías y ahora, el populismo no es la excepción, se utiliza la culpa como una medida de control, término en cuyo ámbito de extensión y comprensión despide muchos vapores de intimidación. Esa medida es amenaza pura y dura de que se les está observando; echar a alguien la culpa es decirle que está siendo vigilado, echar la culpa al otro o a los otros es hacerles sentir miedo. Decirles a los otros que son culpables sorrajándoles, a boca de jarro,  que son convictos, es una amenaza de que “conocen su crimen” y  que ya está en la esfera de lo policíaco.
 A través de mecanismos emocionales, se consigue que los sujetos que se desea dominar asuman una culpa que ha sido dictaminada por el poder hegemónico; esto los vuelve vulnerables y capaces de enfrentarse a lo que haga falta con tal de no obrar de forma “incorrecta”. En los regímenes populistas como en los ámbitos de educación y conducción espiritual, el sentimiento de culpa es un arma poderosa e inescrupulosa de manipulación  que consigue que muchos individuos, por cualquier razón de su vida presente o pasada, continúen sufriendo esa angustia y ese ahogo, causado por la culpa, cuyo peso es un arma poderosa e inescrupulosa de manipulación que consigue que muchos individuos, por cualquier razón de su vida presente o pasada, continúen sufriendo esa angustia y ese ahogo causado por el tropiezo que atormenta su memoria.
Por esas razones la bandera de la lucha feroz contra la corrupción trae tantos y tan sorprendentes beneficios en este sentido, porque todos de alguna manera se sienten tocados por esa debilidad humana, hermana de todos los credos y colores.
 En la “moral política” de los regímenes populistas siempre autoritarios, la culpa ocupa un lugar fundamental para «obligar» a los fieles seguidores o a los detractores, a obrar de la forma en la que el mesías y sus oficiantes consideran que todos deberían actuar ; de no hacerlo, el individuo se verá condenado a una vida de tortura psicológica que podría llevarlo a desarrollar un miedo aprensivo al represor, un miedo a perder la esperanza de quedar libre algún día  de las contantes amenazas,  un terror a hundirse quizás en una tristeza profunda y sentirse en la imposibilidad de luchar por sus propios deseos en un régimen de arbitrariedades contrarias a sus propios proyectos de vida.
CONTINUARÁ…
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danslafemmerompue · 5 years
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Day 271
E il premio inconscio egomaniaco lo vinco io che stanotte mi sono sognata Justin Trudeau che ci provava con me 😂.
Però era perfetto, faceva tutto lui, la mia situazione ideale (lo psicoterapeuta mi ammazza)
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imcubo · 5 years
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uno pensa: la gente ci arriverà a capire che a uno come salvini, che straparla a cazzo di sicurezza e immigrazione, di risolvere davvero il problema non gliene frega nulla. è chiaro, no, che lo fa per portar voti al suo partito e basta, speculano sulla pelle degli ultimi da una parte e sulle paure e sugli istinti più beceri dei penultimi dall'altra. è pure lapalissiano che sia, oltre che un incapace senza una mezza idea originale, pure un pericoloso egomaniaco.
...e invece no, la gente non ci arriva proprio.
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imwhatiplay · 2 years
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Pink Floyd
(1965, Cambridge, Inghilterra, Regno Unito)
I Pink Floyd sono stati la band più creativa e meritatamente celebrata della storia del rock, passata dal genio sregolato di Syd Barrett a quello egomaniaco di Roger Waters creando canzoni melodicamente imbattibili e sempre piene di invenzioni, per anni e anni. Uno dei pochi casi, in questo blog, drammaticamente reticente a lasciar isolare singoli brani in dischi omogenei e perfetti. Almeno sei dei quali stanno tra i migliori cinquanta di sempre.
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