Tumgik
#emocionalmente sorda
historiasperfectas · 2 years
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capitulo 17 indomable
CAPITULO 17
Por amigas como tú.
Vuelven a entregar el tablero y el lapicero, pero se quedan con las respectivas hojas cada uno, Axel la mete atrás del bolsillo izquierdo de la bermuda, Sandee en el de su short demasiado corto.
El profesor pide tocar esa parte que más sensibilidad tiene cada uno, y descubrir cuál es, esto es demasiado, me desconecto de inmediato, y sin pensar en las consecuencias. Solo espero que Willy no se dé cuenta. Soy una cobarde por no soportar una simple clase de procesos cognitivos y los estímulos sensoriales. Pero lo que en realidad no soporté fue verlos así de cerca. No me importa, no me importa. No más.
Me tiro a la cama y coloco una almohada sobre mi cara la apretó tan fuerte que siento que ya me estoy asfixiando yo misma.
Nunca he sido de las que se esconden, de las cobardes que no dan la cara para enfrentar lo que sea, siempre he sido muy atravesada y aventada, me he considerado como un volcán en erupción. Pero hoy simplemente no puedo enfrentarme, no quiero ni tengo fuerzas. Me levanté temprano incluso me bañe y baje a desayunar y aunque sé que con la salud no se juega, tampoco fue del todo mentira.  Fingí un ataque de tos que me costó dos vomitadas, porque en serio me sentía tan mal emocionalmente, sentí que se me revolvía el estómago  de solo pensar que tenía que volver a pisar ese colegio, que no evite vomitar. Mi mamá se asustó tanto que pidió un médico de esos que hacen rutinas domiciliaras. Mamá llamo al colegio y pidió unos días más, después de haber pasado más de una semana de incapacitación. La verdad no sé qué hablaría con el director, y tampoco quise preguntar, lo que menos quiero saber ahora es nada referente a lo que suceda en ese colegio, hablé temprano con Julieth que me llamo le conté lo sucedido, y que mi mamá ya había reportado al colegio, le dije que estaría bien. Y ella solo dijo, que no le quedaba más remedio que pasar los días con la “insufrible de Laura” le regañé.
Oye, déjala en paz ella es buena, que no me entere que le haces algo.
Pues te lo tendría que contar ella misma. 
Y yo te mataría a ti.
Te cae bien, ¿verdad?
Sí, es dulce, buena onda, y sería el equilibrio perfecto entre tu carácter y el mío.
Como una santa teresa  de Calcuta.
Pues sí, pero ella se llama Laura, no santa teresa, así que ya sabes, jalándole al respetico con ella, o te jalo de las greñas yo a ti.
Ok, ok, muchas ganas de pelear. Prometo no matarla, por ahora, solo hasta que vuelvas. Un abrazo enorme.
Igualmente, otro para ti. Besos. 
Quise llamar a mi amiga del alma, a Jesenia, siento que la tengo muy olvidada, ella siempre sabe que decirme, si solo pudiera tenerla aquí, traerla aquí, ella sería feliz, y saltaría en pie si pudiera caminar, mejor dicho saltaría en ambos pies. Su alegría y su espontaneidad, esa chispa que la caracteriza. La extraño tanto.
Como ella no conoce mi nuevo número, finjo ser alguien más, cambiando mi voz y mi acento, parezco haciendo una parodia de malos chistes.
Carraspeo un poco.
¡Hola! — (pongo voz de hombre) — me puede comunicar con la señorita Jesenia
Ella habla, ¿Quién llama? Su voz es cortante
De verdad no me recuerdas, — mi voz sigue gruesa, y estoy intentando contener una risotada
¿Quién eres?
Adivina adivinador
Mira no estoy para estas bromas de mal gusto, o me dice quién es, o cuelgo ahora mismo y de paso bloqueo este número.
No deja de ser la misma chica estricta, gruñona y de decisiones, que cuando se pone de mal humor ténganle miedo, como diría lucia, mi lucia. “Dios líbrame de las aguas mansas, porque de las turbulentas me libraré yo”
Como te extraño.
No, espera — y vuelvo a mi voz normal —, soy Renata, apoco ya me olvidaste, y no te acuerdas de mí.
¡Renataaa!, pega un gripo que me deja sorda, y tengo que alejar el teléfono de mi oreja, — oye chica, mi gatita loquita, pero que te pasa, tremendo susto me pegaste, casi te cuelgo, pero no sin antes decirte un par de palabras no decentes.  
Ya lo sé, boquisucia igual que tu amiga. Ósea, yo. — Y estallo en la risa que estaba conteniendo. Y luego ambas empezamos a hacerlo al mismo tiempo.
Oye, pero cuéntame ¿cómo va todo?, ¿cómo te ha ido?, piche ingrata, no te habías vuelto a reportar desde que te fuiste.
Pues nada, y mucho. — Suspiro.
A ver, espérame, ¿Cómo es eso?, ahora me tienes intrigada
Nada amiga, una larga historia en tan poco tiempo.
Ah no, tu no me vas a dejar con la intriga, moriría, y no creo que quieras que muera ¿verdad?
A ver, Por donde empiezo, pero prométeme que no vas a explotar en medio de esas fantasías y pajaritos voladores en tu imaginación de príncipe azules porque ya te dije que eso en la realidad no pasa.
Chica, estoy sentada todo el tiempo, postrada a esto ¿lo recuerdas? Eso ya dejó de ser una opción para mí, pero no quiere decir que para ti no lo sea
Se me rompe un poco el corazón con su comentario.
Ni en un millón de años, eso va a pasar, yo no me vuelvo a enamorar — le respondo.
Desembucha, ya. Que me tienes al borde de la parálisis
No supe cómo interpretar eso, pero empiezo a contarle toda la historia desde un inicio para contextualizarla, de lo irónica que ha sido mi vida todo este tiempo desde que llegué a los estados unidos de américa.
Así que te lo tenías guardado todo este tiempo, y no me lo habías contado ni nada aunque fuese por un mensaje de texto, de que te sirven esos aparatos a ti, Renata.
La verdad, la verdad, ni yo lo sabía, no sabía que las cosas iban a pasar así, y he estado absorta en ese colegio, absorbe mi vida de una manera que ni te imaginas, es impresionante. Yo tampoco creí volver a ver a ese chico, mi Jesy. Desde ese… — cómo le digo, — accidente en la playa aquella noche, y el beso en el muelle, de verdad, te lo juro, que en mi vida se me pasó por la mente volverlo a ver, volverlo a encontrar, y en el lugar menos imaginado.
El mundo sí que es un pañuelo.
Si, así es, — suspiro — pero como te he contado, todo con él desde el principio ha siso accidentado, un desastre, un caos por completo. Con decirte que tiene una novia, que es una arpía, pues linda si esta, es delgada, alta, rubia, bueno no tan rubia como su gemela.
¡gemela! ¿tiene una gemela?, arpía doble.
Aja, así mismo; además es como de tu estatura, ya sabes que yo soy una chaparra pegada al suelo, pero ella parece una Barbie, tiene un lunar muy peculiar en un lado de su rostro, no es muy grande, pero parece ser su plus, lo que la caracteriza, lo que llamaríamos nosotros,  “cielito lindo” —  y me burlo —  es  segurísima de ella misma, y con millones de defectos la condenada, pero eso parece no importarle.
Le conté lo del altercado en la cochera hace unas semanas atrás. No estaba ahí para verla, pero de inmediato supe la cara de horror y asco que habrá puesto, con solo el sonido gutural que salió de su garganta.
Chica, eso me revuelve la bilis.
Si, lo sé a mí también.
Se lo feminista que es al igual que yo, y lo defensora de los derechos humanos, el respeto, y por la igualdad, a veces nos escapábamos a una que otra marcha, al escondido de nuestros padres, yo de mi madre, porque sabíamos que ni locos nos dejaban ir, aunque pagáramos las consecuencias luego.
Dios, es un asco, eso mata, cualquier  deseo que ese chico pueda provocar en cualquier mujer por más bello que sea. Es que ni… ya sabes quién, te hizo eso.
Dilo, di su nombre, siento que ya me siento más preparada, ya no duele tanto como antes.
Lo estas olvidando ¡¿verdad?!, eso aquí, tu no lo hubieses logrado
Si, quizá tengas razón en eso, quizá allá no lo hubiese logrado, quizá no lo hubiese superado nunca. Su recuerdo, su olor, todo estaba allí, en ese lugar, conectado a mí, inclusive su familia aunque llevara tiempo sin saber de ellos.
Pero bueno, “x”, volviendo a lo actual, definitivamente ese chico no es para ti, debes alejarte de él, alejarlo de ti, sea lo que sea que estés sintiendo por él, no es bueno para ti, no es sano.
Suena como Julieth, y me genera la misma sensación de la bilis atragantada.
Y tú crees que yo no lo sé, me lo repito todo el tiempo, lucho contra eso, intento meterme en la cabeza que lo odio, que es indiferente para mí, y te juro que eso pasa, pero solo por unos días, o por un par de horas, pero luego regresa, me entra por un lado y sale por el otro.
De todas formas, Renata debe esforzarte un poco más, y no lo parece, no te veo tan segura.
Lo dicho, suena como Julieth, las mismas palabras, el mismo sermón, pero con Jesenia es diferente, si ella me lo dice debo obedecer, es como si fuera un consejo de mi madre, como una advertencia de ella, me conoce demasiado bien, y sé que si no lo hago, eso podría volverse realidad, y algo muy malo podría suceder.
Hay algo más…
Ay, no Renata, ¿ahora qué?… qué te hizo ese…—
Me pidió perdón
¿Qué?
Que me pidió perdón, ese gallan como le ibas decir, me pidió perdón, en realidad lo primero que dijo fue que lo disculpara, que lo sentía mucho, muchísimo.
Y ¿tú le creíste? — me pregunta, pero lo siento más como si me estuviera cuestionando.
Si, — respondo —, lo peor de todo es que le creí
Eres caso perdido, Renata, nada que hacer contigo.
No, espérame, aun no término, no te he contado la peor parte, como fue.
No me digas, accidentado como siempre.
Mmm, algo así. — ya me la imagino blanqueando los ojos, y empuñando las manos, Como toda una fiera ella.  
Suspiro y ella hace lo mismo al otro lado de la línea.
A ver,  cuéntame.
Pero antes prométeme que no me vas a juzgar.
Y cuando lo he hecho. ¡Eh!, Renata
Ok. —  y vuelvo a suspirar.
Se metió a mi cuarto.
¡Qué, que!, —  a esta mujer le va a dar un yeyo, ya  lo veo venir.
Si, a ver cómo te cuento… se metió a mi cuarto el muy atrevido, pero si no hubiese sido por eso, nunca le hubiese escuchado decir esa palabra mágica, primero “discúlpame” y luego en un momento de desesperación y anhelo “perdóname”
Contexto, Me perdí. — me pide Jesenia
Pasa, — ay Dios como le cuento esto sin que me mate, por casi haber accedido a su tortuosa seducción.
¡Hola, Renata!, ¿aun sigues ahí, verdad?, que no me hallas colgado, porque te juro que me las arreglo, me voy para allá, te busco, te encuentro y te recontra mato, por dejarme así, y de paso ocultarme esto, todo este tiempo.
Señor, pero que hice yo para que todos quieran que les dé explicaciones por todo. Aunque a jesy se lo paso, porque me conoce casi como mi mamá me conoce. Y ella sabe que decirme y como aconsejarme.
¿En qué iba?, perdón, me distraje por un momento
Pues que se metió en tu cuarto… y sigo esperando el resto de la historia como una tonta.
Ah, sí, claro. Ese día habíamos tenido una clase con el profesor Willy, que es el profesor de literatura y artes dramáticas. Él dijo que teníamos que hacernos en pareja, y percibir diferentes sensaciones de cada compañero, es decir lo receptivo, cognitivo y lo sensorial, jugar con ello, y descubrir más allá de�� lo visual. Descubrir, que podemos manejar otros sentidos, como el olfato, gusto, etc. Con los ojos vendados; ¿Entiendes hasta ahí?
Sí, creo
Ok, esto va a estar difícil, te lo resumiré.
Tengo todo el tiempo, no te preocupes, — y yo pensando en la hora que ya llevamos aquí pegadas al teléfono y ya tengo la oreja roja.
En ese momento, cuando estaba en la dinámica con él, sentí, un montón de sensaciones recién descubiertas, era como una electricidad que recorría todo mi cuerpo, era como si ambos nos electrocutáramos, es como una descarga de energía, cuando tocas a alguien y sientes que te vibra a ti. Esto fue un voltaje total, hasta las manos le sudaban, él temblaba cuando me tocaba, o cuando yo lo hacía, justo ahí cerca de mí, los dos juntos y con los ojos vendados, solo con el temor de no saber que íbamos a tocar. Todo mi ser estallaba en miles de sensaciones pirotécnicas. — ok, esto es muy incómodo para mí, pero creo que necesitaba hablarlo con alguien y que mejor que con ella, mi mejor amiga del mundo mundial. — jesy, no existía nadie más, nada más, éramos solos él y yo, en medio de un gigantesco mundo, es como si lo demás se hubiese paralizado, ¿entiendes?
Tú, Continua. — es lo único que me responde. Ya me imagino analizando todo, como la psicóloga que se cree. Y me encanta poder desahogarme con ella. — ¿y luego que pasó?
Nada
¿nada? — eso sonó como un reclamo. Y eso que hace un rato parecía ofendida e indignada con lo que me hizo.
Si, nada, me fui, hui de él, dije que eso no iba a funcionar, recordé lo que me había hecho, y le dije que no lo quería cerca de mí. Y divague, ya ni recuerdo por donde, ni en qué lugar estuve, y llore, llore como nadie, como nunca. No lloraba así desde la muerte de polo, sabes.
Te entiendo amiga.
Cuando llegué al cuarto, él estaba allí, esperándome.
No, entiendo, esperándote, ¿Por qué? o ¿para qué?
Eso mismo pregunté yo.
Pero sabes que me dijo, que porque me había ido de la clase sin terminar la actividad, estaba allí, justamente para reclamarme por haberme ido, o por haber huido. Que iba a perder su nota por mi culpa.
Esto está muy raro, hay algo que no me cuadra. Al fin de cuentas la que perdería la nota serias tú, no él, porque él se quedó y supongo que continuó con la clase o algo así. El no perdería nada.
Verdad que sí, eso mismo pienso yo.
El punto es que bueno yo de la histeria, del coraje y la rabia que me dio verlo ahí sentado en mi silla como si nada, le tire un zapato que salió volando no sé a dónde, él logro esquivarlo de milagro.
Y luego, ¿qué paso?
Le dije que se largara, que no lo quería ver, él se levantó y fue directo a la puerta, y yo creyendo que iba salir, resulto ser otra cosa; a lo contario de lo que yo pensaba, el cerró la puerta tras de mí y me acorraló, jesy, intenté zafarme de él pero fue inútil. Me agarro más fuerte, me apretó contra ella de manera que no pudiera escapar, y empezó a decir un montón de cosas que al principio yo no entendía, me confundía demasiado, me dijo que, que le había hecho, que quería que volviéramos a hacer la actividad juntos, mejor dicho, terminar lo que yo había dejado iniciado y de algún modo así era. Y luego no recuerdo más, pero estuvo a punto de besarme, sentía su aliento en mi cuello, sus labios recorriéndolo.
Y ¿tú que sentiste?
 A parte de que estaba que se me paralizaba el corazón, y las piernas me temblaban, sentía unos deseos incontrolables de tirarme a él, de dejar que me besara. Y creo que eso estuvo a punto de pasar, si no es porque llegaron mis compañeras de cuarto y el momento se esfumo, cosa que les agradezco tanto, evitaron que cometiera una estupidez y volviera a la realidad.
Espera un momento, ¿él no sabe aún, que tú eres Renata?, la misma chica que beso aquella vez en el muelle.
No, no lo sabe
No mames, ¿de verdad?, y ¿tú porque no le has dicho nada?
¿Para qué?, el ya borro casete, eso ya es historia patria, estaba muy borracho como para acordarse, y ahora que lo conozco un poco más, que conozco su carácter, y de la familia que proviene, menos me interesa que sepa. Solo fue un desliz momentáneo. — y siento como se me arruga el corazón un poquito más.
Eres una tonta; y que importa que lo sepa, que sepa de una vez, que a la que ha estado insultado, humillado y maltratado todo este tiempo, es la misma chica que salvo su vida, y de paso le pidió besarla. Que le dé cargo de conciencia y se joda por cretino y abusador de poder, así él te tratara de manera diferente.
Eso es justo lo que no quiero, no quiero que lo haga por eso.
No, jesy, no quiero que lo haga por eso únicamente, no quiero que cambie su actitud con migo, solo porque sabe que fui yo quien lo saco del mar esa noche cuando se estaba ahogando, no quiero que piense que me debe algo, que me debe un favor que tiene que recompensar, y lo haga solo por obligación y no por gusto propio. Si el algún día ha de recordarlo, quiero que  pase cuando deje de tratarme como una escoria, quiero que este realmente arrepentido, quiero y deseo que me trate bien desde ahora, desde ya, que importa lo que pasó antes, igual fue un borrachín sin conciencia, sin recuerdos. Pero él ahora es consciente de la realidad de muchas cosas, de mi existencia como Renata, la chica nueva que entró en su patriarcado colándose entre los suyos, en su lugar privado. Una chica extrajera, a la que él detesta. Aunque me haya pedido perdón. Quiero que de eso también sea consciente él.
Tú no me has contado aun, en qué momento te pido perdón.
Bueno, me saltee esa parte, fue justo cuando le estaba reclamando y recordándole lo que me había hecho en la cochera, como me jaloneo, me estrujó, y la manera tan humillante en la que caí al suelo por su culpa. El amenazarme de que era capaz de mandarme hacer cualquier cosa mala sin tener que ensuciarse las manos. Jesy, te juro que vi en su mirada esa carga de culpa que llevaba a cuestas. Fue muy extraño, vi por primera vez su sensibilidad, lo vi por primera vez a los ojos siendo consciente y estando en sus cabales, porque pude ver esa misma mirada, esa misma sensibilidad ese día cuando estaba ebrio en el muelle, esa fragilidad, se veía tan indefenso a pesar de ser un grandulón egocéntrico de mal carácter. Yo sé que no es malo, el corazón me lo dice, y yo le creí. — Aunque no me convence del todo, va tener mucho que cavar para que yo pueda perdonarlo, y confiar un poquito en él; y que esta guerra en la que vivimos ambos, mejore.
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Por fuera, completamente humana; por dentro, totalmente insensible.
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nomadasdigital · 2 years
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En el episodio tres de Hawkeye, "Echoes", conocemos a Maya Lopez, también conocida como Echo, y a su mano derecha Kazi, quienes actualmente encabezan la  Tracksuit Mafia de Nueva York para un misterioso jefe del crimen, mientras que la amistad y la confianza entre Kate Bishop y Clint Barton crece. Es un episodio casi impecable de MCU TV que enfrenta los profundos problemas psicológicos y el turbio pasado de Clint con el testarudo entusiasmo y la amabilidad de Kate, y presenta al personaje de Echo de una manera que corta tus simpatías con un borde irregular.
“Echoes” comienza llevándonos al 2007. Conocemos a una joven Maya en la escuela que lucha por no perder de vista lo que su maestra le dice a la clase. Lejos de darse por vencida, Maya sobresale al seguir adelante usando sus habilidades naturales y aprendidas. En casa, su amado padre William (Zahn McClarnon) juega con ella y le habla de dragones, lo que inmediatamente hace que nuestros sentidos de Shang-Chi se estremezcan.
Echo pregunta por qué no va a una escuela especializada para sordos, y William se disculpa, pero dice que será mejor para ella a largo plazo y que tendrá que aprender a saltar entre dos mundos. Hay varios niveles en esta conversación, pero al final del episodio queda claro que esos dos mundos son existenciales, literales y están arraigados en algo: el implacable mundo de Daredevil de Netflix y el MCU se están acercando lentamente en Hawkeye a través de Echo.
Mientras Echo continúa su entrenamiento en artes marciales, su padre nota que su "tío" la llevará a casa después de clases. Luego nos tratan con lo que solo podemos suponer que es una burla directa de Kingpin, pero nunca vemos la cara del "tío" de Echo, solo su mano apretando amorosamente su mejilla antes de que se revele que también tiene una pierna protésica. Esta niña es una luchadora talentosa y solo se hará más fuerte y más competente, como descubrimos cuando la volvamos a encontrar en la actualidad.
Echo es ruda, anda en moto y está obsesionada por la muerte de su padre. William, al parecer, fue asesinado por Clint en un ataque de Ronin durante The Blip cuando discrepó con los dudosos tratos de la Tracksuit Mafia. El misterio de por qué Echo estaba detrás de Kate y Clint está resuelto: quiere saber quién es realmente Ronin y vengarse.
El tablero de ajedrez ahora es emocionalmente complejo tanto para los personajes de Hawkeye como para su audiencia. Clint es técnicamente uno de nuestros "chicos buenos", pero ha cometido actos terribles y violentos. Ha matado sin piedad durante un período de cinco años, y solo porque consideraba a los que asesinó como "criminales" no significa que esté bien ni mucho menos.
Incluso aunque simpatizamos con la angustia de Echo, no creemos que Clint merezca morir. Hemos pasado demasiado tiempo con él y lo hemos visto perder demasiado. Pero todavía sabemos en el fondo que debe ser castigado; que debería verse obligado a afrontar las consecuencias de sus actos, y que quizás Maya López debería ser el rostro de ese ajuste de cuentas.
Clint elige no revelar a nadie que estuvo bajo el capó mortal de Ronin durante este episodio, pero Kate se está acercando lo suficiente como para sospechar la verdad. Mientras trata de llegar al fondo de las cosas, investiga a Clint de una manera despreocupada que desencadena una abrumadora culpa por su fase de Ronin.
Kate tiene razón en que Hawkeye es un héroe, pero Ronin era un villano, y eventualmente su fanatismo va a llevar a Clint al límite. Necesita llegar más temprano que tarde, porque se está desmoronando tanto física como mentalmente, y a medida que su audición se deteriora, la altamente capacitada y sorda Echo está presionando botones que ni siquiera sabía que tenía. Cuando se entere de su historia, Clint tendrá que escucharla con todo su corazón.
Aunque parece que esta serie recién comenzó ayer, ahora estamos a la mitad. Este episodio ignora en su mayoría los misterios en curso del programa: se menciona brevemente el reloj que se encontró en el recinto de los Avengers, Kate realmente no avanza más en su investigación de Jack, a favor de ampliar la historia y profundizar en sus personajes.
Mientras lo hace, salpica algunas bromas perfectamente sincronizadas en torno a escenas desgarradoras y una impresionante persecución de autos. Por supuesto, fue genial ver que la flecha de Pym se manifestó y el regreso de la flecha USB que recientemente salvó el multiverso en What If…?. Pero es la lucha de Clint para conectarse con el pequeño Nate por teléfono, con la ayuda de Kate, que se quedará con nosotros por siempre.
“Echoes” simplemente funcionó, sin esfuerzo; si su energía no hubiera disminuido ligeramente en sus últimos cinco minutos, sería casi perfecto. Mientras nos dirigimos hacia la revelación de la identidad de Ronin, la llegada de Wilson Fisk a el MCU y la inevitable realización de Kate de que nunca deberías conocer a tus héroes, Hawkeye nos ha agarrado con más fuerza. 
★ Próximas fechas de lanzamiento
𝐒𝐩𝐢𝐝𝐞𝐫-𝐌𝐚𝐧: 𝐍𝐨 𝐖𝐚𝐲 𝐇𝐨𝐦𝐞 - Diciembre 17, 2021
𝐃𝐨𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐈𝐧 𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐮𝐥𝐭𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 𝐎𝐟 𝐌𝐚𝐝𝐧𝐞𝐬𝐬 - Mayo 06, 2022
𝐓𝐡𝐨𝐫: 𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐀𝐧𝐝 𝐓𝐡𝐮𝐧𝐝𝐞𝐫 - Julio 08, 2022
𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 𝐏𝐚𝐧𝐭𝐡𝐞𝐫: 𝐖𝐚𝐤𝐚𝐧𝐝𝐚 𝐅𝐨𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫  - Noviembre 11, 2022
𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐫𝐯𝐞𝐥𝐬/𝐂𝐚𝐩𝐭𝐚𝐢𝐧 𝐌𝐚𝐫𝐯𝐞𝐥 𝟐  - Febrero 17, 2023
𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧𝐬 𝐎𝐟 𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐚𝐥𝐚𝐱𝐲 𝐕𝐨𝐥. 𝟑 - Mayo 05, 2023
𝐀𝐧𝐭-𝐌𝐚𝐧 𝐀𝐧𝐝 𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐚𝐬𝐩: 𝐐𝐮𝐚𝐧𝐭𝐮𝐦𝐚𝐧𝐢𝐚 - 2023
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monsieurhinshelwood · 5 years
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El proceso
-        ¿Hace cuánto paso?- Preguntó el psicólogo con un tono muy protocolario.
-        Un mes, creo.-No había ni una pizca de interés en la respuesta que dio. Es más, ya no le importaba ni un poco.
-        Entiendo. ¿Cómo te hace sentir que haya sido tan repentino?
-        No sé.
-        …
-        …
-        Tienes que ayudarte, por favor. Así no estamos avanzando nada.
-        ¿Avanzar? ¿Ayudarme? ¿Qué mierda se supone que es esto? ¿Una intervención?-Se despertó en ella una furia reprimida y latente.
-        No intervención. Una exploración.
-        Exploración. Si claro. Ahora soy una cueva.
-        Alena, por favor.-Replicó su madre, algo avergonzada.
-        No. Está bien.-Respondió el psicólogo.-No tiene por qué ser todo de una vez. Es todo parte de un proceso. Con el tiempo, Alena empezará a sentir que el mundo…
Y no siguió escuchando lo que decía. Para Alena, las palabras de todos en este momento solo eran eso: palabras. Nada más que aire articulado sin ningún sentido. Estaba absorta en su dolor. En su pena. Pero para el resto del mundo, solo era un “proceso”. Si, solo eso. Que desgracia, pensaba ella. Ser reducida a un “proceso”.
De nuevo estaba en casa. La sesión de hoy duró menos de lo habitual. Unos 10 minutos para ser exacto, después de todo, Alena siempre había sido muy meticulosa con el tiempo. Su madre la llama para cenar.
-        Hija. -Pregunta su madre mientras la ve comer sin ánimo alguno. Alena levanta la mirada muy despacio y mira a su madre a los ojos.
-        Mamá hoy no, por favor.
-        Pero Alena…
-        No.
-        …
-        Yo mejor me voy a dormir.
-        No.-La madre se pone muy seria.
-        ¿No?-Responde altanera.
-        ¿Hasta cuándo el misterio? ¿No me vas a decir que fue lo que paso?
-        …
-        …
-        Si no le vas a decir nada al psicólogo entonces habla conmigo.
-        Yo no tengo nada que decir. Tú ya sabes todo.
-        Obviamente no sé todo. Hay algo que no me has contado.-Alena se pone tensa.
-        Estoy cansada, yo me voy a dor…
-        ¡Ya dije que no! ¿Estás sorda?- La madre se pone de pie golpeando con fuerza la mesa del comedor. Alena no parece inmutarse.
-        Tu espectáculo me tiene sin cuidado.
-        ¿Te parece que me gusta hacer espectáculo?
-        A mí no me parece nada en absoluto. -La madre se encuentra muy enojada. Mordazmente, le ataca.
-        ¿Es porque no te deje seguir viendo al drogadicto ese, verdad?
-        Mamá… no sabes de que estás hablando.-Alena se pone muy tensa. Sus labios empiezan a temblar mientras mira hacia la ventana.
-        Ese mal nacido que daño mi familia. Como lo odio. Ojala esté muerto como dijeron.
-        ¡Cállate!-Alena grita como si la hubiesen herido de nuevo.-Tú no sabes nada.
-        Y por eso vas a decirme. ¿Es eso? ¿Es por ese tipo?
-        No quiero hablar de eso.-Alena rompe en llanto. En sus palabras se siente un dolor profundo.
-        Si no me dices, voy a llamar a la policía para que se lo lleven. Lo juro.-La amenaza de la madre iba muy enserio.
-        No. Él no tiene nada que ver.-Su llanto se vuelve histérico.
-        ¿Entonces qué pasa?-La mujer se desespera por completo.
-        ¡Es Amanda!-Gritó con fuerza. Hubo un momento de silencio prolongado. La madre estaba muy confundida. No entendía que tenía que ver ella en este asunto.
-        No entiendo. ¿Qué pasa con ella?
-        …
-        ¡Alena!
-        Pasa que… yo la amaba.
-        ¿Qué?-La expresión de sus ojos mostraba asombro y miedo. Confusión y terror. No podía creer que su miedo finalmente había sido corroborado.
-        Yo no sé cómo pasó todo. Yo…-Alena no podía articular bien sus palabras. El llanto no la dejaba proseguir.
-        Alena tú estás mal. Tú estás muy mal Alena. Eso no es correcto. Tú estás mal…-La madre pasó de estar profundamente enojada a tomar una actitud similar a la de una enferma mental. Tenía el cabello despeinado y la cara llena de lágrimas.
-        Mamá yo no estoy mal.-Dijo Alena con mucho dolor y lágrimas en los ojos.-Yo solamente me enamoré.
-        No mi amor, no.-Respondió neurótica.-Yo sé que tú estimabas mucho a esa muchachita, y todos lamentamos mucho que se nos fuera así. Pero todo es parte de un proceso, tu estas muy confundida.
Alena quedo pasmada. Con los ojos abiertos de par en par, completamente humedecidos de lágrimas, las mejillas rojas e inflamadas por el llanto, las manos temblorosas, los labios purpura. Escuchar de nuevo esa palabra, la dejo en blanco. Esa palabra que venía escuchando de todos desde hacía un mes. Desde ese día que encontraron a Amanda tirada en el suelo de su sala, fría y con ojeras, con una nota escrita a mano entre sus dedos. Una nota que decía: “Juntas algún día”. El proceso. El maldito proceso.
-        Alena mañana te voy a llevar con un conocido que sabe qué hacer en estos casos.-La madre bajó el tono de la voz y nerviosamente intentaba peinarse el cabello.-Él ha atendido muchos muchachos desviados y los ha curado. Él nos va ayudar mi amor. Tú te vas a poner bien, te lo prometo.
Alena no se movió. No respondió. No se inmuto. De nuevo, parecía apática como venía siendo hacía un mes. Pero esta vez, su expresión era distinta. Esta vez, en sus ojos se veía una determinación. Finalmente, había entendido todo. La madre abrazó a Alena con fuerza mientras le acariciaba la cabeza. La besó en la frente y la llevó a su habitación.
La luz de la mañana despertó a la madre al día siguiente. Estaba exhausta física y emocionalmente, no había dormido ni dos horas seguidas. Se puso de pie, y prontamente alcanzó su teléfono para llamar al padre Emilio. El sabría qué hacer. Coordinó una cita para Alena a las dos de la tarde. Se apresuró a vestirse y tan pronto terminó, se dirigió a la habitación de Alena para avisarle que se preparara. Cuando abrió la puerta de la habitación, Alena estaba colgada del cuello con la soga de saltar con la que solía jugar de niña junto con Amanda. Su cuerpo ya estaba frío, y empezaba a ponerse tétricamente pálido. En su expresión quedó reflejada la tristeza y el dolor profundo que estuvo viviendo, pero también un gestó de extraña satisfacción. Bajo sus pies flotantes se encontraba un trozo de papel con algo escrito. La madre, absolutamente atónita, la tomó y leyó:
“Mamá:
Hoy entendí todo por fin. Estuvo frente a mi todo este tiempo y no me daba cuenta. Todo se trataba del proceso. Amanda me lo dijo un día también: En la vida todo es un proceso. Toma tiempo y puede que no ocurra como uno quiere, pero al final, todo encuentra su lugar en el universo. El mío, siempre fue al lado de ella, siempre lo supe. Pero yo sabía que nunca lo ibas a entender. Hubiera sido un proceso muy largo y doloroso. Y no quiero verte sufrir por mi culpa. No quiero sufrir más esta pena, me duele mucho, mamá. Yo sabía que estaba mal desde hace muchos años. Y desde que me di cuenta, supe que tendría que vivir un proceso, para hacerme normal, como las otras muchachas. Pero eso nunca pasó mamá, nunca pasó. Estoy dañada. Lo que yo siento está mal, tú me lo dijiste hoy. Debe ser cierto. No logré completar ese “proceso”. Ya quiero descansar. Perdón por esto, pero ya no tengo salida. Es tiempo de que tú, empieces una nueva etapa. Después de todo, en la vida, todo es un proceso.
Te amo.
Alena”
La madre tenía demasiadas emociones en ese momento, tantas que lo único que pudo hacer, fue caer de rodillas frente al cuerpo colgante de su hija. Vacía y sin expresión alguna, se quedó viendo el amanecer por la ventana de la habitación de Alena, observando como lentamente todo se llenaba de luz, así como el cuerpo de la joven se oscurecía al contra luz de la ventana. El aire frío soplaba desde fuera. Los gorriones cantaban con fuerza. La madre tomó un respiro. Cerró los ojos, y rompió en amargo, doloroso y cruel llanto.
 ***
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Soy la peor persona del mundo
     No se ni cómo empezar a escribir, tengo tantas cosas por decir y tanta cosas por desahogar pero no tengo ganas de escribir, pero esta es mi última alternativa para entender lo que me está pasando, veremos como termina el texto.
     Te extraño tanto, tanto, tanto, me duele el corazón cuando te veo, me duele que estemos tan distantes, extraños tanto nuestras bromas, nuestras miradas cómplices, tu cariño, nuestra conexión, el verte tocar, el verte lograr tus sueños, me parte le corazón no acompañarte el tus mejores momentos, pero me pone peor saber que pasaste por momento duros y no estar, y aún más el saber que muchos de esos momentos no hubiesen pasado si yo no hubiese sido tan tapada, sorda y muda, ojalá hubiese sido ciega también.
     Han pasado tres años desde que terminamos, en en muchos momentos he sentido celos, te he extrañado, pero siempre que te veo te quiero abrazar y jamás soltar, quiero verte siempre y hablar de cualquier cosa como lo hacíamos antes. 
     En ese tiempo he pensado mucho y comparado muchas cosas, y he descubierto las verdaderas razones y sentimientos de aquel entonces, el por qué actué así, por qué me sentí así y todas las secuelas que ese momento ha dejado.
     Lo que todavía no logro entender es lo que me pasa, después de tres años te sigo extrañando y sigo sintiendo celos, por qué hago eso si supuestamente no te quise más, y aunque me equivoqué el tiempo ha sido muy largol y tanto tú como yo hemos vivido experiencias y personas diferentes ¿Por qué? ¿Por qué la vida siempre me arrastra de nuevo a ti? ¿Por qué siempre que me abrazas se me rompe el corazón pero al mismo tiempo es la mejor sensación del mundo? ¿Por qué tus abrazos me derriten el corazón y otra personas no? ¿Por qué no entiendo lo que siento? ¿Por qué tengo tanto miedo a sentir cosas por ti? ¿Por qué me duele no tenerte?
    Nunca he sentido por nadie sentimientos tan contradictorios, nunca he estado tan confundida, pero creo que para eso si conozco el por qué. Cuando conocemos a alguien nos tratamos de imaginar una relación con esa persona, personas que estuvieron después de ti fueron victimas de esa incertidumbre, siempre he tenido duda, siempre me he preguntado ¿Y si este amor se acaba? pero tampoco me dolía el pensar el que pudiese pasar, sin embargo, contigo el dolorosamente aterrador romperte el corazón, porque te quiero tanto y me preocupo por ti, el hecho de que tengas el corazón roto me lo rompe a mi, por eso sufrí tanto a pesar de “no quererte”, me dolía más lastimarte que lastimarme a mi.
     Tengo tanto que decir y mis ideas son muy incoherentes, la conexión de un párrafo con el otro no tiene sentido, así que que toches, empezaré a botar a lo loco.
     Siempre que vuelvo a núcleo tengo ansiedad por verte, quiero estar contigo, escucharte tocar, saber que estás cerca, quiero reír contigo y todo eso me hace sentir como una hija de puta, porque fue mi culpa que nosotros ya no estemos cerca, tiré la bomba y tu estabas sin barricada, lace el bisturí y estabas sin anestesia.
     En fin, siempre quise que me superaras y verte feliz, pero resulta que volví a sentir cosa por ti, pero justo en ese momento conseguiste a alguien que te hacia feliz, me dolía el orgullo y el corazón, hasta el día de hoy todavía me siento la peor persona del mundo, al final desahogué, hablamos y me calmé, pero siempre te estuve viendo y cuidando desde la sombras, siempre he estado preocupada por ti, pero nunca me sentí con el derecho de estar ahí, por eso nunca te preguntada ni decía nada, sin embargo, utilizaba mi ojo de bruja, mi instinto y las preguntas adecuadas a las personas correctas con tal de saber cómo estaba, por que te preguntaba a ti, no iba a obtener más que un “bien”.
     Con el tiempo empecé a estar ausente, pero me acordaba de ti, me preguntaba como estaría emocionalmente, pero cuando volvía me enteraba de todo sin siquiera intentar o preguntar, solo tenía de prestar atención a tu forma de hablar, de mirar y reír, tuve muchas suposiciones, y al final nunca me equivoqué.
     Tu necesitas a alguien que te de apoyo y esté emocionalmente para ti, siempre he querido ser yo, pero mi inseguridad emocional no la mereces.
     Se me han escapado demasiadas ideas, pero el fin de todo esto es decir que si, siento cosas por ti, pero no se si vienen de la culpa, de rencor, los recuerdos, un capricho o el corazón, por bien de ambos quisiera que fuesen películas locas de mi cabeza, eso sería más fácil, porque el pasado siempre será el pasado, pero yo le tengo miedo al futuro.
     Tengo miedo de decirte todo esto y más y que sea demasiado tarde, que la herida sea irreparable, sin embargo, estoy preparada para ese caso, pero no lo estoy para poder aceptarlo como si nada parara, esa mierda me va a doler, pero habremos cerrado el ciclo.
     Pero mi peor miedo es que haya esperanza, que retomemos donde quedó y se repita la historia, tengo miedo que me odies, tengo miedo de odiarme, tengo miedo que lastimarte, no me importa mi dolor, el peor dolor es saber que herí a una persona tan buena e importante para mi, el peor dolor sería seguir fracturando la amistad.
Gabriela
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institutodecultura · 4 years
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Miseria de la Cultura
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Adaptación libre basada en la relación necesaria del surrealismo con la 4ª Internacional.
«no pueden pretender que nos traguemos con gusto el desagradable pastel de carne humana que nos sirven. No pueden exigir que nuestra nariz temblorosa aspire con entusiasmo el hedor a cadáver. No pueden esperar que confundamos con heroísmo el embotamiento y la insensibilidad que cada día se revelan más funestos. Tendrán que admitir que hemos reaccionado de forma muy comedida, incluso conmovedora. Los panfletos más penetrantes no han alcanzado a arrojar suficiente desprecio y sarcasmo sobre la hipocresía generalizada».
Hugo Ball
Declaración Universal de los Derechos humanos Artículo 27
Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
El surrealismo es una realidad.
Interrumpimos esta misa de difuntos para hacer sonar 13 campanadas de beligerancia que cambien la suerte de la Cultura, La Poesía, el Arte y la libertad de expresión toda:
1) Pretendemos combatir, sin dogmas, con autocrítica permanente, cuanto pensamiento y obra suministra la enfermedad y decadencia del capitalismo que, en su crisis, devastará a los que estén distraídos, desinformados y desorganizados. 2) La palabra Surrealismo está unida a la Revolución Permanente para luchar contra toda burocracia aun camuflada de «demócrata», «progre» o «humanista». 3) Nada, o poco, tenemos que ver con el «arte». Pero seremos, en caso necesario, muy capaces de servirnos de él, lo mismo que todos. 4) No haremos una maquinaria de expresión más «fácil», «linda», «divertida», tampoco una metafísica de la poesía. Haremos un arma, literalmente, para la liberación total del espíritu y de todo lo que pueda oponérsele. 5) Estamos completamente decididos a hacer la Revolución. Eso quiere decir contribuir con la revolución de los obreros y los campesinos. 6) Lanzamos contra la burguesía esta advertencia beligerante. Que ponga atención en cada uno de sus pasos porque no se librará de nosotros. 7) No hay un sólo medio de acción que no queramos emplear. Eso incluye el amor, la poesía, la palabra y los puños. 8) Somos enemigos a muerte de la muerte. Mejor la vida, pero no humillados, no hambrientos, no ignorantes, no explotados. 9) Tenemos derechos revolucionarios plenos para defendernos de los intereses bancarios, la plusvalía, las burocracias, los monopolios, las «buenas conciencias», los redentores, las sectas y los represores. 10) Denunciamos la barbarie que nos acorrala con sus noticieros, prestamos internacionales usureros, decretos presidenciales, rebajas salariales… Denunciamos el genocidio en los hospitales sin medicamentos, sin gasas, sin platos, sin solidaridad. Denunciamos la miseria en las escuelas públicas, las universidades públicas, los institutos de investigación. Denunciamos el crimen organizado en los recibos de teléfono, luz, agua, gas… Denunciamos a una sociedad que convierte en puentes de muerte lo que deberían ser puentes de libertad. 11) Con la alquimia de la revolución, y su poesía, transformaremos toda nuestra furia en alegría, humor, amor y lucha para darles su merecido mientras tomamos lo que merecemos. Salvaremos sólo lo que es salvable. 12) Queda el tiempo necesario. Y eso no es mucho. 13) La humanidad es reo de la miseria, entre otras cosas, porque estamos desorganizados.
¿Exageramos?
Hace falta unidad para debatir y construir abiertamente sin excluir los paradigmas que faltaron en muchas discusiones, pensar en conjunto, incluir lo que antes no pudimos, por ignorancia, prejuicio o atraso. ¿Será esta la hora?
Veremos : La realidad no es cosa del otro mundo. «Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su exilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal«. (Marx 18 brumario).
Considerando:
Que a estas alturas la vida se ha vuelto amasijo de cadáveres equilibristas bajo graznidos de revólveres. Que nos taladran las angustias aun cuando muchos resisten y luchan. Que cuando estemos del todo muertos no tendremos honores en los supermercados. Que la miseria es estanque de muerte que secuestra al cielo con su modorra de camposanto. Que la miseria anuncia sus deseos de violencia más obscenos. Que tiembla la tierra. Que sobre la mesa de ésta historia la bestia nos da por muertos y se prepara para la autopsia. Que ha sido muy costoso. Que hay que tomar el cielo por asalto.
Considerando: Que a estas horas la revolución abre sus cajones llenos de pájaros tiernos. Que prepara su garganta y su voz de tempestad para insuflarnos bullicios de insurrección bien pensada. Que chapotea la revolución en todas nuestras palabras.
Considerando: Que esta sociedad enferma produce enfermos, hambre y angustia para la dama y el caballero, para el bolsillo, para billetera… Que la angustia nos enloquece. Que nos condenan al patíbulo del silencio. Que se nos va la vida.
Considerando: Que estamos hartos del hambre, del desempleo , de la vejez solitaria y náufraga, de la niñez desvencijada, del futuro ciego, del pasado amnésico. Que el capitalismo es una fábrica esquizofrénica de angustias y odio. Que estamos desesperados de rabia. Que no podemos entrar y salir de la noche, sin rabia, hasta para las cosas más pequeñas. Que hay que convertir la rabia tóxica en lucha militante y transformadora, como derecho y acción obligatoria.
Considerando: Que el capitalismo es una noche sucia, noche de estertores, noche sorda cuya mano es veneno bandolero de ojos pétreos. Que la burguesía es un tiradero de huesos rotos y perlas machacadas, que hunde sus cuchillos televisivos en las cuencas de los ojos. Que hay fondos monetarios hambrientos como lagartos en esta noche a destiempo con sus dientes clavados como penurias. Que nos bañan con sus chorros de tinta periodística y su farándula de despojos. Que pagamos su orgía. Que la barbarie está de fiesta. Considerando: Que no tragaremos más odio. Que jamás tendremos sosiego si seguimos así. Que cambiaremos el rencor por justicia contra los templos de la «familia», la «patria» y el fanatismo… mercados de sensiblería sórdida con dioses institucionales. Que éste mundo en decadencia acelerada sólo perdurará santificando al crimen. Que habrá que cambiarlo todo con luz inmensa, sueños grandes, luchas enormes. Que urgen más brisas, más luchas rebeldes, más almas y también más fuerzas para reunir al viento, para zarandear el trapo de las banderas dormidas y levantar como soles nuestros brazos entumidos. Que debemos organizarnos. Que debemos levantar la revolución.
¿Cómo derrumbaremos ésta miseria? Pongamos nuestras manos sobre las piedras que estallarán contra los cristales de la farsa. Pongamos nuestras manos a que levanten las vidas y las casas nuevas para que las mismas piedras nos hagan nuevos.
Este documento es exclusivo de todos.
Declaramos:
Que allí donde otros proponen «reformas» nosotros no pretendemos otra cosa que proponer una guerra revolucionaria. Que la vida hoy consiste también en arder en guerras contra la miseria. Que no concebimos la vida separada de nuestras guerras. Que es necesario terminar con el espíritu blandengue. Que hay que comenzar una guerra nueva armados con poesía que trasforme a los hombres, los enamore y sea una puerta abierta que nos conduzca donde no hemos llegado… una puerta para entrar a la vida verdadera. Al cielo que nos pertenece. Queremos transformar este circo decadente en realidad fértil que sea para el corazón y los sentidos esa sacudida amorosa y concreta que acompaña a toda verdadera Revolución. Esto es una fórmula poética, una pócima. Giro del espíritu que se vuelve sobre sí resuelto a aplastar desesperadamente todas sus trabas. Y, llegado el caso, con verdaderos martillos.
Declaramos: Que la poesía debe ser primero ética que estética, que debe ser ciencia, técnica, artesanía, ancha e irreductible, un arma, una forma superior de lucha con sus imágenes… una «álgebra profunda». Un producto de cierto trabajo no alienado purificado y purificante… una alquimia del ser liberado. Trabajo que no es mejor o peor que otros, que no es beneficiario de «iluminaciones» o privilegios de especie o clase. Trabajo de exteriorización humana en que las formas vibran emocionalmente electrizadas. Poesía que no está sólo en las formas. Poesía que comienza en las ideas para la libertad, que es capaz de transformar la vida… cambiar al mundo. El poeta necesario debe ser primero revolucionario. ¿Por qué no?
Declaramos: Que un poeta deberá ser militante de la libertad o será nada. Un poeta deberá ser investigador fantástico de la Imagen, rebelde en la práctica. Será un trabajador, obrero de la destrucción y la construcción dispuesto a transformar cuanto diagnóstico y pronóstico dicte la dialéctica del intelecto y la realidad para hacerse caminos a la libertad… cuanto antes. Militante que habrá de valerse de cuantos medios tenga al alcance para movilizar todos los ejércitos emocionales hacia el triunfo final de la humanidad en contra de todas las opresiones. Poeta militante transformador, revolucionario que expande e inaugura visiones y conciencia con el deber social de la creación que individualmente practica para regocijo suyo y de una humanidad sin clases, sin estado, sin propiedad privada. Poesía militante en la ciencia, la educación, la tecnología, la pintura, danza, cine, video, literatura… poesía de vivir y compartir la vida. Poesía magnética que encienda todas las máquinas amorosas, poesía para la resolución de los problemas en la vida práctica. ¿Será pedir mucho que todos nuestros poemas giren por la palabra Revolución. Por una Revolución que impulse para salir de los marcos desesperantes de la vida miserable, la debilidad y la impotencia? Saldrá de ahí.
Declaramos: Que nacerá una revolución armada también con poesía para liberar a la humanidad de todo aquello que la hace prisionera en los límites de sus más elementales necesidades. Una revolución que siendo poesía en sí y poesía para sí hallará poetas militantes amantes de la vida. Revolución poética que gozará la vida por todos los poros como una música organizadora contraria a lo arbitrario, la estupidez y la gratuidad. Y si logramos algunas imágenes bellas esas serán las de la Revolución (no las de una secta, no las de una imposición dogmática, no las de una burocracia) que les da su valor y sentido (y por sentido hay que entender no lo que quieren decir sólo de una manera lúcida y clara sino su razón de ser…poética, emocional y amorosa) Será precisamente poesía donde toma parte otra especie de música intelectual desde el fondo del corazón. No se trata de tirar imágenes, como se tira el anzuelo, al azar. Será la historia vuelta conciencia en imágenes necesarias, imágenes exigentes y en acción.
Organizarse no es amontonarse.
ANTECEDIENTES
Esto es un llamado a los artistas, intelectuales, investigadores, peguntadores, estudiadores y enseñadores, que sueñan y trabajan por transformar el mundo, a unirse en un frente único mundial por la construcción de una revolución también poética permanente.
Aparece en un momento en que el imperialismo neo-nazi avanza, los gobiernos aplican políticas de superexplotación en todas partes. Las dos tercias partes del mundo son colonias. Los rebeldes sobreviven perseguidos, calumniados, encarcelados, o exiliados. Hoy más que nunca es importante agruparnos contra las amenazas y los enemigos: la prostitución imperialista del «mercado global», la guerra ideológica en los misiles y en los mass media, la persecución de los lebreles neoliberales en fábricas, aulas, oficinas, calles… realidad donde el arte, la ciencia, la creación, la inteligencia podrían servir a la Revolución con independencia y libertad relativas, contra toda imposición .
Organizarnos incluso para ganar espacios en la formación poética y política individual y social, hacia la transformación y resignificación del concepto poesía y su práctica rumbo a la liberación definitiva de la poesía de las connotaciones literarias que la restringen a menudo. Tarea que logrará identificar la poesía en la ciencia como en las artes, en el arado como en el microscopio. Tarea para quebrar todo exclusivismo de la poesía. Tarea y lucha que desde un campo específico busca ampliarse y tejerse con la lucha totalizante contra la explotación. Tarea y lucha en el campo técnico y en el campo ideológico. La poesía debe ser hecha por todos.
Nuestra beligerancia poética y revolucionaria abreva la certeza de lo mejor, la certeza de que es posible cambiar al mundo sobre la base de un plan mundial construido por el espíritu de una humanidad dispuesta a sacudirse la explotación, organizada de una vez por todas. Certeza del salto cualitativo que la conciencia da, dialécticamente, hacia un estadio superior, certeza que se moviliza, desde y hacia, programas del dicho al hecho. La certeza de Trotsky y Breton, certeza de poesía como estrategia de vida que escampa horizontes, revela territorios, expande el deseo. Poesía siempre sin ataduras.
Esa poesía revolucionaria no es poesía fabricada para el culto de la vanidad salivosa. No es engendro vomitado a destajo en trances de prostitución o cursilería negociables. No es palabrería santificada entre genitales insatisfechos ni resurrección de calenturas patrioteras. No retruécanos para esclavizar amoríos eyaculatorios de caballeros o niñas sensibleros, se llamen como se llamen, publiquen lo que publiquen o se premien como se premien.
La devoción por la poesía revolucionaria se profesa en categorías rigurosas. La ética como estética del futuro, la libertad como sentido central, lo maravilloso como conquista dialéctica… es decir, poesía necesaria, la poesía arma-herramienta de lucha y liberación capaz de iluminar con sus fulgores las zonas más intrincadas del la vida, de los universos interiores y exteriores, luz multi direccional, luz centrífuga y centrípeta hacedora de formas nuevas, venidas de la materia, del tiempo y el movimiento en la producción emocional de todos, la magnificencia misma de la humanidad estremecida con poesía para la poesía revolucionaria. Luz de metralla escalofriante, luz de repetición y turbulencia que agita corazones y espasmos. La belleza convulsiva. Luz magnética que atrae magnificencias al terreno de los hechos. Poesía lumínica que transforme al mundo… que transforme la vida.
El FMI tiene los más bajos intereses.
Sabemos que hay riesgos como nunca en las circunstancias presentes. Es imposible revitalizar el mundo en que vivimos, es inútil aferrarse a él, es preciso atreverse a cambiarlo desde sus logros mejores. Y eso tiene costos que son hoy por hoy ineludibles. La revolución poética conducirá a la humanidad a sus fuentes verdaderas. Pondrá a trabajar incluso los miedos todos en la construcción solidaria del futuro. Una vez que hayamos asumido un estado de visión semejante ya no será posible, como antes, confundir la mentira con la verdad. Habremos visto lo que poesía y revolución son juntas, de dónde proceden y ya no habrá dudas.
No consideramos a la poesía revolucionaria como un medio para acceder a un mundo «ideal», «perfecto» dogma de sectarios, sino para salir de uno falso. A condición de pensar una revolución poética permanente nos proponemos una revolución aplicable a todos los estados del espíritu, a todos los géneros de la actividad humana, a todos los estados del mundo, a todos los hechos de moral establecida, a todos los órdenes del espíritu. Esta revolución apunta a una transformación general de los valores, apunta a la ruptura y la descalificación de la lógica explotadora a la que perseguiremos hasta la extirpación de todos sus reductos .
Apunta a la reclasificación espontánea de las cosas según un orden más profundo y más preciso e imposible de dilucidar mediante la razón de la miseria. Apunta a un orden, organización, sensible e inteligente. Entre el mundo burgués y nosotros, la ruptura está claramente establecida. Nosotros no hablamos de hacernos comprender bajo las maneras ordinarias, hablamos de explorar lenguajes nuevos no exclusivos ni excluyentes, con el filo de nuestra obstinación revolucionaria encarnizada, para que conmocionemos, desequilibraremos el pensamiento hegemónico. Y, sin negar los mejores logros, avanzar desde donde estamos.
Nada legitima la pretensión de fijar para la poesía definiciones terminales. Su límite se fija contradictoriamente entre la necesidad filosófica de ensayar proposiciones y la «naturaleza» de un fenómeno, en muchos sentidos, inaprensible, indeterminable, misterioso y complejo hasta nuestros días. Ya hay una tradición larga, hija del ensayo y el error, que ha intentado establecer plataformas, puntos de observación, miradores… armados con telescopios metodológicos, ideológicos y científicos variopintos. La suma de las partes sigue lejos del todo para tranquilidad de muchos y desesperación de otros. Desiguales y combinadas. Verdades profundas que saben lo que aprende a saber la poesía revolucionaria.
«La mano que maneja la pluma vale tanto como la que conduce el arado» Arthur RIMBAUD
No nos cabe la menor duda de que esta revolución poética se opone a la continuidad absoluta de la miseria que, entre otras calamidades, frena toda forma de desarrollo. No nos cabe la menor duda de que estamos contra la muerte impuesta impunemente por la decisión de los patrones y sus intereses. Estamos hablando de terminar con la propiedad privada y el Estado, con la miseria, el hambre, la ignorancia y la enfermedad. Terminar con la usurpación de las fuerzas y talentos expresivos y su sometimiento a la dictadura del «raiting»… se camuflen como se camuflen. Terminar con la destrucción de las fuerzas productivas el espíritu, del intelecto. Contra la muerte.
Unidad no es uniformidad.
En nuestros días es necesario sembrar la poesía revolucionaria por todas partes, impulsar términos nuevos hasta que el espíritu alcance la idea absoluta de la necesidad revolucionaria, en el sístole y el diástole, donde se pondrá en marcha la unidad, no uniforme, de todas las categorías poéticas. Esta revolución debe ser hecha por todos, no por uno, lo mejor es agruparse, no amontonarse, pero no para hacer triunfar pequeños intereses individuales, sino para cambiar la vida, las estructuras sociales y la realidad del individuo. En la revolución poética, la realidad exterior no es indiferente ni distinta a la interior.
Uno sabe que la conciencia revolucionaria se adquiere gracias al contacto con muchas experiencias concretas, que no es la conciencia la que hace a la realidad sino la realidad la que hace a la conciencia, y que así es como el desdoblamiento de la personalidad poética y el de la personalidad militante se efectúan simultáneamente. Es este sentido es necesaria una revolución total de las armas obreras y una revolución sobre nuestra concepción de ellas .
No serán los poetas quienes hagan la revolución, serán los obreros y los campesinos organizados bajo un programa en el que no estará ausente una táctica y estrategia poéticas aportadas por revolucionarios poetas llamados a sumarse en la lucha como un guerrero más, bajo crítica y autocrítica permanente, acompañante de los protagonistas y protagonista a su vez.
«Puede afirmarse sin exageración que jamás la civilización humana estuvo amenazada por tantos peligros como lo está hoy. Los vándalos con la ayuda de sus medios bárbaros, es decir, harto precarios, destruyeron la civilización antigua en un limitado rincón de Europa. Actualmente es la civilización mundial completa, en la unidad de su destino histórico, la que se tambalea bajo amenaza de unas fuerzas reaccionarias armadas con toda la técnica moderna. No sólo pensamos en la guerra que se avecina. Ya, desde ahora, en tiempos de paz, la situación de la ciencia y del arte se ha vuelto absolutamente intolerable«.
Manifiesto por un Arte Revolucionario e Independiente.
Cualquier parecido con las coincidencias es pura realidad
Para hablar de la Cultura no hay que ponerse solemnes… hay que ponerse beligerantes. La Cultura es una de las tantas formas que tiene la vida para expresarse. Es una producción humana, vital y compleja que anida lo que somos, cómo estamos, que sentimos, gozamos y padecemos. No es una pose, no un desplante. En la Cultura está escrita nuestra realidad, para gusto o disgusto, para bien o para mal. La Cultura no es un «Dios» extra- terrestre afincado en limbos o palacios desde los cuales ilumina a unos cuantos elegidos. La Cultura es una producción humana concreta y determinada socialmente que se impulsa desde nuestras necesidades humanas más profundas y se produce (y reproduce) en las condiciones objetivas de nuestra existencia mundial, regional, local, individual y viceversa. Y la Cultura ha sido secuestrada por el capitalismo.
Cuanto debería servirnos para impulsar el desarrollo humano es usado para frenarlo y someternos. Los grandes logros convertidos en armas para el atraso. La Cultura secuestrada para detener su desarrollo… nuestro desarrollo. A estas alturas de su crisis el capitalismo que supo desarrollar formas de Cultura importantísimas para su beneficio es hoy por hoy obstáculo para cualquier forma de desarrollo incluido el Cultural. El problema de la Cultura es también un problema de clase. Nada de lo que le pasa a la Cultura es distinto a lo que le pasa a las sociedades en su totalidad. Es Cultura la producción artesanal y es Cultura la producción industrial, es Cultura la producción para la panza y es Cultura la producción para el espíritu. La Cultura es producción y fuerza de producción. Es decir la Cultura es trabajo. Trabajo sometido a las mismas calamidades y contradicciones a que es sometida toda forma del trabajo. Incluida la explotación, incluida la marginación, incluida la ignorancia, la miseria y la usurpación.
A las más importantes conquistas Culturales de la humanidad también ha ocurrido el saqueo, la malversación y el robo para beneficio de unos cuantos y la explotación de la mayoría. Muchos de los mejores logros de las ciencias y las artes viven secuestrados bajo el imperio de comerciantes que hacen pasar por logro moral su habilidad impune para beneficiarse con lo que en realidad es propiedad humana colectiva: la producción del saber… la Cultura. Maquinarias, medicamentos, tecnología, medios de comunicación, pinturas, esculturas, lenguajes… una arsenal de conquistas humanas al servicio de un sector o clase que con violencia administrada (Cultura bélica) saquea y destruye las fuerzas productivas de la Cultura a diestra y siniestra.
No soñemos una política Cultural plena en una sociedad enferma. Soñemos la transformación de la sociedad y además la transformación de su Cultura.
Nuestro método particular es totalizador. Nuestro método totalizador es particular.
Hay en el concepto Cultura una vocación aglutinante que comprende casi a la totalidad de las actividades humanas derivadas del trabajo e impulsadas por él. La ensalada de definiciones que se ha producido alrededor del concepto Cultura no alcanza para agotarlo. Ni por su definición ni por su función. En todos los casos los que hemos conocido hasta hoy como Cultura constituye una producción fetichizada, desigual y combinada, plagada por contradicciones de clase que (aun con logros extraordinarios) está lejos de contribuir efectivamente a la liberación definitiva de toda forma de explotación. Muchas veces ha sido todo lo contrario.
No se puede (o debe) pensar la Cultura al margen del estado que guarda objetivamente el desarrollo de las fuerzas productivas. Ella mismo lo es. Cultura es todo lo que produce el trabajo, alienado o no . No se debe pensar el trabajo (incluido el de la Cultura) sin los trabajadores, sus circunstancias, las calamidades que los marcan y las potencialidades liberadoras posibles. Para eso hay que confrontar críticamente a los nacionalismos cerrados, localismos, regionalismos, chauvinismos e individualismos que se agazapan tras ciertas «buenas voluntades» que quieren crear y difundir Cultura bajo un modo de producción vertical, sectaria, iluminista y enciclopédica. Detrás de muchos discursos pro-Cultura, pro-identidad… hay componentes reaccionarios, consevaduristas y burgueses que se oponen a otra producción cultural animada esta vez por un proyecto revolucionario.
Ya hemos visto que a la Cultura se la usa como Caballo de Troya . En las escuelas, los espectáculos, los círculos intelectuales y científicos… para desembarcar ejércitos ideológicos y doctrinas domesticadoras que «elevan» al espíritu de los pueblos y lo alejan de esos de hábitos «ignorantes» que afean el decorado burgués. Ya hemos visto, bajo todas sus variantes, el ataque modelizador de conductas que se visten con lentejuelas «cultas» para esconder discursos donde sólo los valores dominantes tienen cabida. Ya hemos visto el circo oligárquico de los empresarios que ven en la Cultura ese toque de «gran estilo» que hace pasar por «culto» cualquier ardid para llenar teatros, hoteles, aviones… destinos turísticos. Ya hemos visto lo que las burocracias son capaces de hacer con la Cultura para hermosear, con dadivas tramposas, el ejercicio de su poder y de sus presupuestos. Desde el capitalismo hasta el stalinismo.
No hay tesis coherente sobre Cultura, si se omiten las condiciones concretas donde se produce y de quienes la producen. Aunque en la concepción burguesa de Cultura se den cita enunciados con apariencia pluralista, democrática e incluso «revolucionaria»… es necesario establecer que en una sociedad dividida en clases el debate sobre la Cultura es ineludiblemente un debate de clase. La Cultura no es un acontecer abstracto que puede despegarse de las condiciones concretas y las necesidades colectivas. No son (aunque lo crean) los artistas, los científicos ni los intelectuales dueños o hacedores únicos de la Cultura . Lo que hasta hoy conocemos como Cultura sigue siendo forma prehistórica que reproduce ampliadamente, en hechos, la conciencia (ideología) hegemónica. La Cultura sólo se desarrollará sobre sus mejores conquistas, dialéctica y colectivamente, cuando la sociedad logre su emancipación definitiva. Y permanezca armada para defenderse. Mientras tanto los logros impulsados desde las ciencias, artes o tecnologías, hasta hoy privilegio de pocos, son sólo índices de un grado importantísimo pero parcial del desarrollo humano total. Si un programa político de Cultura no se pone por eje modificar semejante encrucijada, simplemente es extensión de lo mismo que ya nos ha mostrado su incapacidad para impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas bajo un plan distinto que sea hecho desde una humanidad en sí y para sí.
En general el esmero, detalle, pulcritud y palabrería con que se elaboran los planes y plataformas Culturales desde los gobiernos al servicio de la burguesía, son púlpitos para un clientelismo disfrazado de erudición que extorsiona a los pueblos con la jugarreta de un saber burocrático concentrado en su vanidad de poder . No les faltan especialistas, títulos ni argumentos de clase, son impecables en la logística de las prebendas y canonjías. Son suficientemente escolásticos y eclécticos, y, sobre todo, son eficientemente demagógicos. Rinden informes detallados, hacen pasar por riqueza Cultural una red miserable de auto-proclamaciones llenas de aplausos para un rey tuerto que gusta de tragar ojos de súbditos. Algunos ganan premios internacionales.
Muchos intelectuales hoy convertidos en sepultureros de utopías, proclaman sin rubor el paraíso terrenal de las economías de mercado y festejan la libre competencia mercantil de la Cultura. El discurso neoliberal que apetece gobiernos «ahorrativos» y «esbeltos», mantiene en la más vergonzosa miseria a la producción Cultural que no le es funcional incluyendo a la educación. Terrorismo oficialista de la ignorancia. Los yupies intelectuales aplauden.
Somos testigos, protagonistas y víctimas de una guerra ideológica virulenta empeñada en imponer los valores éticos, estéticos y morales burgueses más nocivos y aberrantes. Padecemos el gran embrollo de las reorganizaciones mercantiles trasnacionales que, en sus rebatingas, se esmeran para adoctrinar a las sociedades con moralejas empiriocriticistas, pragmatistas y tecnocráticas. Se asesina al espíritu rebelde, sus creaciones, enseñanzas y comunicaciones a cambio de criterios post modernos neoliberales que entienden al Estado como hoobie gerencial.
En América Latina los recortes presupuestales más violentos son en materia de gasto social, Cultura y educación salud. Recursos fiscales malversados.
Existe una escalada terrorista gubernamental empeñada en devastar el trabajo intelectual o artístico populares, desde la investigación científico-tecnológica, hasta los salarios de los docentes. Hay cada vez menos recursos económicos asignados para equipar escuelas, universidades, institutos y museos si no son complacientes con el aplauso a la indiferencia y a saqueo. Se publican sólo libros de autores conniventes con el sistema, se crean sólo centros Culturales para desplantes individualistas y mafias intelectuales y se fortalece cierta satanización ideológica que tilda de aburrido todo lo que es, invoca y sostiene críticas. Los niños, adolescentes, jóvenes y adultos escriben y leen menos y peor.
Hoy domina la idea de que todo proyecto Cultural debe ser «rentable» y se le somete a leyes de comercialización desleales. Hay que ver los estragos ocasionados por la televisión, la radio, el cine y los medios impresos burgueses. Específicamente por ese modo de producir mensajes domesticadores para el consumismo como filosofía central de toda razón de existir en cualquier ámbito y concepto. Hay que ver la vulgaridad, mediocridad, tergiversación y manipulación impunes de las industrias massmediáticas y el «cuarto poder» que se cree propietario de la opinión pública. Cultura de la miseria.
Retrato de una Cultura occidental judeocristiana en crisis que declina en paralelo con la crisis general del capitalismo. Cada cambio Cultural del estado burgués, cada ajuste, es maquillaje disimulador de estertores agónicos. Crisis que se convierte en arremetidas calculadas para precipitar el domesticamiento grupal con proyectos cada vez más represivos. La Cultura se ha convertido en herramienta de seguridad nacional en una guerra ideológica de intensidad variable que se regula según los imperativos de control de conciencias más urgentes y caros al régimen de explotación.
Es impensable una transformación Cultural sin una transformación social profunda. Es necesario un programa de transición Cultural atado a un programa de transición general que tenga por ejes principales la lucha antiimperialista y la destrucción del capitalismo. La emergencia de una Cultura nueva supone la emergencia de condiciones sociales concretas donde estén saldadas primero las deudas históricas en materia de alimentación, hábitat y salud… Eso sólo es posible con una revolución obrera y campesina.
En todos sus significados la producción de una Cultura no alienada supone la existencia del trabajo no alienado y la posibilidad de participar libremente que en cada momento. Supone un pie de igualdad en las condiciones de producción Cultural, un acceso irrestricto a las herramientas de producción y la construcción de espacios, medios y modos para la exhibición libre de las propuestas y logros. Pero especialmente supone conciencia de las necesidades Culturales puesta en programas legitimados colectivamente para una praxis no sectaria, no iluminista y no burocrática de la creación y recreación de la Cultura.
En circunstancias así la división del trabajo Cultural debe desaparecer y debe desaparecer todo halo fetichista. Un trabajador de las artes, las ciencias o la educación es un trabajador más, igual que todos, sus posibilidades de desarrollo están determinadas por el desarrollo de todos y sus producciones, incluso con las peculiaridades más innovadoras, deberían ser contribución al desarrollo general de los seres humanos liberados de la explotación.
Arte no es lo mismo que Poesía.
Los poetas, pintores, músicos, teatristas, vídeo astas, intelectuales, bailarines… no son más dueños ni más hacedores de Cultura que los obreros, los panaderos, los electricistas… La idea de creación Cultural restringida a inteligentes o genios reproduce la separación clasista de la sociedad y la fetichiza. Los talentos individuales, que son innegables, deben explicar históricamente a qué intereses sirven.
Estamos sometidos a un modo de producción Cultural oligarca y burocrática porque estamos desorganizados. Hay vicios no poco esnobistas en muchos productores de Cultura envenenados de vanidad que impiden su autoconciencia de trabajadores necesitados de una organización política para una lucha emancipatoria. Se trata de una soberbia indvidualista paralizante y repelente a la crítica y la autocrítica. ¿Podrá cambiarse?
Nuestras armas no son distintas a las armas comunes en función revolucionaria. Es decir, el arma no es una representación simbólica de lo que la lucha y el mundo son, sino herramienta de destrucción-construcción bajo la brújula de un programa revolucionario. Tatuado en las armas. Con la poética engendrada por la revolución toda arma es además relato de la gesta gracias a necesidades conscientes y a una imaginación colectiva no alienada. No son panfletos, no son pose y falacia. Las armas de la poesía revolucionaria son relato de una teoría y práctica transformadoras que recuerdan siempre sus objetivos como un reloj histórico que apunta, con sus manecillas, la hora del triunfo.
Nuestra revolución poética es violenta e intransigente, de ruptura, de grandes y aguerridos gritos que pronuncian un «no» un «ya basta» un «que se vallan todos» un «proletarios del mundo uníos». Nuestra beligerancia surrealista es vanguardia del espíritu, de la sensibilidad, de la poesía. Comunismo, comuna pues, para congregarse, unirse, participar, comunicarse… es insurrección, revolución, revolver, perturbar y sobre todo construir. Revolución permanente.
Esta idea de revolución unida a la poesía no es otra cosa que la poesía al servicio de la revolución. En el corazón de la revolución reposa el amor, la poesía, lo maravilloso. La vida no es un fluir lineal predestinado, fluye en estallidos hacia fuera gracias al amor con su erotismo, por eso los modos más elevados de comunicación deben ser acción y reflexión en el pensamiento poético revolucionario. La revolución, el acto de amor y el acto de poesía no son incompatibles. La comprensión de esta premisa complementa toda nuestra táctica y estrategia… mostrar al amor como una ceremonia (un lenguaje) que no se realiza a espaldas de la sociedad y que es una necesidad primordial para una vida que se dignifique en y con la lucha. Lucha en primera y última instancia con amor revolucionario en un mundo en transición hacia un amor revolucionario permanente. El amor es en nuestra definición guerrera, reconocimiento de la revolución en la persona amada, es la libertad, es ceremonia, purificación y piedra de fundación: el misterio de la persona libre. La poesía se hace en el lecho como el amor. Sus sábanas deshechas son la aurora de las cosas. La poesía se hace en los bosques y en las fábricas, en las escuelas y en los límites. Debe tener todo el espacio que necesite.
Para preguntar por la hora de la revolución la humanidad debe preguntar por sí. Entonces otro mundo puede nacer de la contradicción entre lo que vivimos y cómo queremos, debemos, merecemos vivir. Puede nacer una revolución ahí donde la conciencia se disponga a evitar toda caída en la miseria del mundo. Eso será también poética revolucionaria que, de la teoría a la práctica, y viceversa, contribuya, objetiva y subjetivamente, en la destrucción del imperio burgués y al ascenso del espíritu libre, hacia una humanidad plena. También la poesía, que es necesidad y realización humana, ha sido sometida a las calamidades a que se somete toda propiedad colectiva. Manoseada, denigrada y secuestrada para beneficio de un plan perverso fundado en destruir la fuerza emocional de la humanidad. Se hace pasar por poesía la payasada burguesa que produce adornos para la explotación. La idea burguesa de «poesía» con que se envenena al mundo, es «poesía» decorativa, masturbatoria o mercantil. Desplante de corrupción ideológica para desesperanzar al mundo. Aniquilamiento del entusiasmo dispuesto, con todos los recursos posibles, para decretar el fin de la historia y la muerte de las utopías. Pero la poesía está en otra parte. La poesía es revolución y la revolución es poesía. Todos los instructivos ideológicos burgueses que se esmeran en embellecer la propiedad privada, la familia, las instituciones militares y el devenir de gobiernos ávidos de violencia rentable, se suponen dueños de las conciencias donde depositan sus deyecciones estéticas… su proyecto esclavista. Suponen que pueden hacerlo impunemente, que pueden hacerlo mesiánicamente y que uno deberá agradecerles eternamente eternidad. Siempre y cuando agradecimiento signifique plusvalía de algún género ).
Se hace pasar por poesía la basura decorativa de artistas dedicados a disfrazar estéticamente la miseria, y cuyo contacto con la realidad social, se reduce a mover la cola y hacen gracejetas al patrón que compra obra. Unos hacen monerías para ganarse becas o presupuestos y otros las hacen porque no les queda más re,medio, algunos viven amargados por la humillación. Se hace pasar por poesía el idealismo solipsista más enfurecidamente nihilista y la obscenidad más impunemente disfrazada de arte. Se hace pasar por poéticas las farándulas de los comerciantes mass mediáticos. La burguesía no produce su «poesía» por ocio. Nadie financia producciones poéticas inocentemente. La poesía burguesa es parte de un arsenal de guerra ideológica, puesto a fabricar jabones para lavar la sangre derramada por una civilización (globalización) que no encuentra dónde esconder los muertos que ha producido.
La poesía será revolucionaria o será nada.
¿Esto supone negarle la poesía y la poética a toda obra no revolucionaria? No. Supone cuestionarla, interpelarla, llamarla a cuentas sin inquisidores dogmáticos. A cuentas con la historia con la, lógica y la dialéctica. Con su lugar exacto en la lucha y su definición verdadera entre las verdades necesarias. Supone una interrogación sobre su ser poesía y sobre lo que entiende por poesía. Supone que la revolución y la poesía no son propiedad privada de alguien o algo. Que nadie tiene la «clave maestra» de semejante ser. Que no se puede o no se debe ser indiferente o ajeno a la poesía ni en los partidos, ni en los programas. Estos (y todos) si quieren la revolución deben construirla organizados. Porque no la tienen dada.
No la tienen ni en un santuario sideral extraterrestre ni en una secta mística desde donde son iluminados. No es táctica inútil la convocatoria por consignas, tareas y anhelos. En si la idea de poesía revolucionaria contiene un programa permanente que debe ser hecho por todos. La poesía misma. Hay que sembrar un debate donde sea posible interrogar que tan poesía es eso que, en plena barbarie imperial, conocemos como poesía en los momentos en la conocemos. Y si en última instancia probara ser la poesía del atraso convendrá impugnarla y preguntar por su desarrollo hombro a hombro con las luchas revolucionarias.
Seguramente lo que no avance con la revolución terminará disecado en alguna vitrina de la historia, acaso como testimonio de lo que hubo de morir para que naciera lo nuevo. Y la poesía no está exenta de semejante dialéctica. Hubo quizá gérmenes revolucionarios en toda obra que se propuso impulsar el desarrollo humano. Probablemente estuvo presente en todo salto cualitativo que implicó avance. Pero muchas afluentes revolucionarias en la cultura quedaron paralizadas, por razones endógenas y exógenas, de manera desigual y combinada, hasta el punto de impedir el desarrollo de sí y desde sí. Lo revolucionario cesó de serlo incluso en la poesía hasta romper con sus términos esenciales y cancelar incluso su definición. ¿Es posible la poesía en la obra no revolucionaria? ¿Cómo, formalmente, conceptualmente, metafísicamente? ¿Es sólo problema de definición? ¿Es poco el problema? Es tambien problema de praxis. Por ahora nadie tiene las respuestas individualmente. Oponerse a esa parálisis del desarrollo es un deseo y una necesidad históricos y transicionales que nos toca estudiar y afinar para ensayar a toda costa una reflexión, discusión y construcción colectiva urgentes . Una poesía revolucionaria debe elevarse exponencialmente sobre el nivel de vida actual, de la cultura media y del tiempo libertado para asociarse a la construcción del comunismo. Esto incluye a la burguesía y a lo que de ella quede. Elevarse no significa desprenderse de la realidad social, enajenarse, ni olvidarse. Implica la comprensión de una humanidad nueva, de las leyes de su desarrollo, y la comprensión de todas las antinomias y contradicciones de la sociedad clasista y de la división social del trabajo. Implica poner toda capacidad de abstracción al servicio dialéctico de la concreción y viceversa. «No veo, en realidad, muy que les pese a algunos revolucionarios de espíritu limitado, por qué es que habríamos de abstenernos de levantar, siempre que los encaremos desde el mismo punto de vista que ellos encaran la Revolución – y nosotros también -, los problemas del amor, del sueño, de la locura, del arte y de la religión.[…] nuestro [destino] es dar, como damos, totalmente, sin reservas, nuestra adhesión al principio del materialismo histórico…»
«Transformar el mundo, dijo Marx; cambiar la vida, dijo Rimbaud: éstas dos consignas son, para nosotros, una sola.»
Poesía de vida.
Poesía estremecimiento y palpitación devenida de la práctica toda, en el hacer del mundo una procuraduría permanente del estado poético. La felicidad misma. El desarrollo de la poesía es desigual y combinado. El punto donde deben encontrarse el trabajo poético y el trabajo político es la lucha revolucionaria. La diferencia entre el hacer político y el hacer poético revolucionarios, aun con su independencia relativa, es apenas una diferencia de grado.
En cualquier caso las diferencias tienen un polo de atracción importantísimo que pide en el hacer político una sensibilidad de artista y en el hacer poético disciplina militante. Nuestra voz bien puede ser la voz del otro que cohabita bajo el techo doméstico de la miseria desaforada. Nuestra voz bien puede tener armonía distinta, para que se oiga entre el bramido de las bestias, para que sobre ella se balanceen las esperanzas más fértiles y nuevas. No hay, pues, poesía sin ideología como no hay clase social sin producción cultural. Y estamos en guerra. La poesía es expresión del grado de desarrollo social y particular, material y espiritual, de sus productores… su clase. Y es el marco teórico con su práctica lo que fija, para el concepto poesía, como para todo concepto, sus definiciones. No existe la poesía por la poesía misma.
Importa mucho hacer y pensar la poesía como práctica… acción revolucionaria, trabajo, expresión de la lucha de clases y también como arma. La poesía contra la barbarie. Se acepte o no.
Unidad como salto cualitativo
Cada uno es libre de decir y escribir lo que le agrade, afirmaba Lenin en 1905, la libertad de prensa y de palabra debe ser completa. Tomemos el derecho de llevar adelante, tanto en literatura como en arte, en ciencia, en educación, en agricultura y en carpintería… la investigación de nuevos medios de expresión, como derecho de la humanidad de continuar profundizando el problema humano de la libertad y renunciar a juzgar la calidad de una obra por la actual vastedad de su público. Opongámonos a cualquier tentativa de limitación del campo de observación y de acción que la humanidad aspire a crear intelectualmente para atender sus necesidades cambiantes.
Logremos un acuerdo sobre las condiciones que, desde un punto de vista revolucionario poético faculte al arte, a la ciencia… a la poesía toda, a participar en la lucha emancipadora, permaneciendo enteramente libres, en su dominio específico. Sin que libertad implique indiferencia, sin que libertad suponga falta de solidaridad con la lucha obrera y campesina. Acordemos luchar contra quienes consienten que el arte, la ciencia y el pensamiento todo, sean sometidos a disciplinas incompatibles con sus medios, ratifiquemos nuestra voluntad deliberada de atenernos a la fórmula: toda la libertad en arte.
Coincidamos en que bajo las condiciones actuales de genocidio, en todas sus formas, la tarea suprema del arte, la ciencia y el pensamiento es participar conciente y activamente en la preparación de la revolución. Acordemos que ni científicos, ni intelectuales, ni aristas pueden servir a la lucha emancipadora a no ser que estén subjetivamente penetrados por la necesidad revolucionaria organizada, social e individual, que traduzca el sentido y drama de la revolución en sus nervios para que procure libremente dar una encarnación artística, científica etc. a su mundo interior y exterior.
Coincidamos en no someternos a burocracia o secta alguna . En no aceptar la felicidad por etapas o en un solo país. No esperemos de la burguesía y del estalinismo nada que no sea execrable. Coincidamos en que es necesario organizarnos, que si la organización es, en lo posible, expresión de avance, nuestra situación es francamente atrasada, poco inteligente y acaso miserable. Aunque nos cueste a muchos será necesario someter a crítica atenta ciertos pensamientos nuestros que nos impiden luchar juntos. ¿Queremos, podremos?
Seremos capaces de encontrar la poesía Revolucionaria si trabamos un conflicto universal contra la lógica de la miseria. Si nos oponemos a cuanto reduce La poesía revolucionaria a un marco literario o decorativo. Si reunimos fuerzas de sobra para dar fin a toda farsa siniestra, a esta pulsión burguesa delirante y enloquecida que nos explota, a este circo de bestias asesinas. Todo está aún por hacer, lo estará siempre. No hay obra acabada. No se admiten compromisos dubitativos. La historia de la humanidad renacerá de la noche bajo el pico de una cigüeña tartamuda. Es nuestra realidad.
Ataremos el viento a los cabellos de la poesía revolucionaria y al plan de los obreros en una batalla de arco-iris extremo donde se apoye todo pie para montar estrellas. Batalla arco-iris en las entrañas del cielo que tomaremos por asalto con el engranaje perfecto de pétalos a caballo galopando la risa de Marx, de Lenin, de Lón y de Federico.
Esa será, pues, la dirección flexible del corazón lámpara en el pecho melodioso de la historia que viaja ondulante para vestirnos de cielo sin desmayo y con las llamas de poesía que ilumine la bóveda aeronauta.
Quizá para eso debamos podar nuestras pretensiones hasta el límite de las posibilidades actuales, y sea necesario afinar métodos, hacia una producción poética dispuesta a admitir su provisionalidad, aventura y problematicidad contemporáneas. Poesía conciente de sus determinaciones histórico, culturales. Es decir una poesía revolucionaria como luz que busca el ojo hasta que lo encuentra, como balbuceo que busca su lengua astronómica y la encuentra, como luz de idioma magnético.
La poesía revolucionaria pastará ensimismada sobre las voces obreras nuevas. Algún día, lo sabremos sin secretos, saldrá un arco-iris como un tranvía, haciendo el amor y del amor saldrá una selva, una flecha, una liebre, una cinta, una catarata, una mirada nueva hoy escondida al fondo del ojo.
Cuantos se impongan la misión de construir una pensar y hacer poesía revolucionaria lucharán contra los sacerdotes de la «inteligencia» burguesa, y apuntarán, contra todas las miserias, las armas del marxismo de largo alcance. «Combatimos contra la indiferencia poética, la limitación del arte, la investigación erudita y la especulación pura, bajo todas sus formas, y no queremos tener nada en común con los que pretenden debilitar el espíritu, sean de poca o de mucha importancia». A excepción de raros individuos (…) todos convivimos tranquilamente con nuestras múltiples ignorancias (…) Hasta que alguna necesidad concreta no nos obliga a profundizar en nuestros conocimientos, dejamos tranquilamente que las cosas sigan tal como están. A eso se opone la poesía revolucionaria. A esta hora la poesía revolucionaria construye la dictadura de su luz.
Y nos urge organizarnos. Es necesario que se sepa, es necesario que alguien lo diga con voz de mariposa milenaria, profeta de constelaciones, mientras bailamos sobre el azar de la vida y empezamos los años y los siglos nuevos como cascada épica sobre el cielo. Después de tantos siglos y más siglos andará por la tierra la poesía revolucionaria con miríadas de frases proféticas que se convertirán en constelaciones. Como una ruta hacia el horizonte de la revolución ahora luciérnaga-volcán del futuro donde los astros crujirán las entrañas y el cielo cruzará la garganta del poeta que lo toma por asalto.
Esta es una lucha de los inconscientes (también).
La razón de los inconscientes.
Desafiaremos al silencio incluso con blasfemias y gritos hasta que caiga el rayo ansiado de esa alquimia de poesía revolucionaria que nos llevará al otro lado de la periferia consciente e inconsciente… Sonora como el fuego de una orquesta de sirenas. Como cuna de todas las lenguas nuevas de donde salga una flecha contra la barbarie higiénica, limpia, entre ruinas de humanos en los mercados plantados de preceptos. Poesía revolucionaria para escuchar la elocuencia de las estrellas y la oratoria del árbol, del alma y la luna almendra. Poesía protesta en gritos oceánicos y araño al destino de los miserables. El eco de voz que hace tronar el caos.
Mientras los astros y las olas tengan algo que decir será por boca de la poesía revolucionaria que hablará a los hombres como procesión de instintos que asciende en pos de la verdad a la hora de vivir la libertad como instinto contagioso de campanas con pies de arroyo.
Lo posible, mientras tanto sigue siendo extenso y desafiante. También lo imposible. A estas horas el sol tantea el último rincón donde se guarda la poesía revolucionaria. Y nace una selva mágica y sube un canto de mil barcos que llegan. Es hora de despertar en todas partes un sueño que saca al hombre de la tierra para que tome el cielo por asalto. Y lance pájaros con esperanza al amanecer de la bóveda como amor y paciencia de la poesía revolucionaria con que nos frotamos las manos y reímos, nos lavamos los ojos y jugamos. Cada tiempo tendrá insinuación distinta. Todo es posible en este mirar sencillo los subterráneos de la vida, nada será lo mismo. Esta poesía revolucionaria teje ya las noches y las mañanas para que el paisaje se llene de locuras frescas y el trigo vaya y venga de la tierra al cielo, del cielo al mar, buscando las cosquillas de las espigas.
Se trata del estado superior de las imágenes… su «álgebra profunda». Su realización purificada y purificante… la alquimia materialista del ser dialéctico. Por causa de heridas que nos atan las alas, la magia poética lima los barrotes y hurta la llave de los sueños encerrados bajo una certeza de raíces en cielo rebelde que no huye de nuestros mares íntimos. La poesía como estrategia de la vida, producción humana monumental que escampa horizontes, revela territorios, expande el deseo. Podemos creerlo, la poesía revolucionaria tiene el mismo poder que los ojos de la amada. Hace pensar en el comienzo del mundo que sigue su órbita concienzudamente.
Los verdaderos poemas revolucionarios son incendios cósmicos como el amanecer. Se propagan e iluminan sus consumaciones con estremecimientos de placer o de agonía. Huyen de lo sublime externo. Hablan una lengua de corazones bajo las leyes del sol entre nubes comunicantes y colchones de neblina intermitente.
Las llamas de la poesía revolucionaria ven las montañas, los ríos, las selvas, el mar, los barcos, las flores y los caracoles. La noche y el día, eje en que se juntan el gran poeta y su caballo, que come alpiste, calientan su garganta con claros de luna.
Por cada gota de poesía revolucionaria la montaña hará suspiros que conocen los secretos de la noche, los martillos y los monederos falsos. Aquél que bebe el vaso caliente de la poesía revolucionaria conoce la ruta de la fatiga, la estela hirviente que dejan los almacenes de recuerdos.
La poesía revolucionaria es semejante a una red parpadeante de aerolitos sin testigo, se levanta en el corazón y baja los párpados para hacerse la noche del reposo agrícola. Es cazadora de pájaros sin corazón. Está quizá al extremo de la canción próxima y será como cascada en libertad y rica como línea ecuatorial.
Todas las cobardías, las abdicaciones, las traiciones que quepa imaginar no lograrán impedir la erupción descomunal de la poesía revolucionaria . Por eso la fidelidad inquebrantable a las obligaciones que impone exige interés por el riesgo. La poesía revolucionaria vivirá incluso cuando no quede ni uno de aquellos que fueron los primeros en percatarse de sus promesas. Es demasiado tarde ya para que la semilla no germine infinitamente en el campo humano, pese al miedo y a las restantes variedades de hierbas de insensatez que aspiran a dominarlo todo. Si deseamos librarnos de la apatía ante la miseria hay que encuadrar la experiencia de la poesía revolucionaria en todos los frentes donde se libre una lucha real contra la ignorancia. Cada época padece de un mal concreto y la época actual padece de un imperialismo agudo.
La dictadura del espíritu.
No hay tiempo que perder, para hablar de la poesía revolucionaria como un agricultor que sale de los cruzamientos de la espera, urge una sinceridad nueva contra la miseria .
No hay tiempo que perder, todo esto como la letra cae al medio de pájaros anónimos que cantan como el rubí en el cerebro de las mariposas.
No hay tiempo que perder, el buque tiene los días contados, se abren las estrellas con sus banderas que estallan de semillas y alguien aprieta los pedales del viento, pasa el rebaño de estrellas en olas nuevas de materia desnuda. La revolución no viene de tan lejos a pesar del odio petrificado como un sombrero.
No hay tiempo que perder, nos hablan los horizontes aun imprecisos con su boca de selva montaña y noche. La lengua traza arpegios sobre el camino. Darse prisa, darse prisa. Están listas las semillas y esperan una orden para florecer por su escalera proletaria antes del viaje al cielo. La poesía revolucionaria hace temblar a la licantropía con sus garras viento.
No hay tiempo que perder, conocemos el camino sin límites obediente al instinto de los sentidos. En el tapiz del cielo se juega nuestra suerte y urge tomarlo por asalto
Un cortejo de horas golpea el futuro, se juega el alma, la suerte vuela todas las mañanas con los ojos llenos de fusiles refugio del cielo.
La poesía revolucionaria tiene los pies atados a su estrella propia que plantará continentes sobre los mares. Lo aprovechable sólo lo aprovechable para la vida que preparan los obreros con sus astros sonrientes color mundo y carne. Catarata libertad y río lleno de corazón sobre la tierra pájaro celeste tras los barcos magnéticos de las palabras que tienen sombra de astros. Poemas que tengan fuego de rayos e incendien donde caigan, que no se congelen en la lengua, poesía con imanes para el alma de luz y cascadas lujosas. La poesía revolucionaria será música de espíritu cítara, plantada en el cuerpo que estallará en luminarias dentro del sueño. Poesía revolucionaria mojada en mares no nacidos como un combate de estrellas y veleros que parten a distribuir el alma rebelde por el mundo .
Verdaderamente no se puede jugar con la poesía. La función de la poesía revolucionaria consiste en organizar de manera diferente ideas e intuiciones que tenemos medio esbozadas, hacernos ver mejor, hacernos ver «a través de», ponernos en sintonía con nosotros mismos, y con todo lo que nos rodea para organizarnos mejor, luchar mejor, buscar lo mejor en cada acción humana. Las anotaciones personales y los subrayados desde el primer momento deben tener una proyección hacia el futuro, de cara a la revolución. Cuanto más importante es el problema y más densa la problemática de clase, tanto más necesaria la poesía revolucionaria. Hay que trabajar sobre la poesía con la poesía para la revolución en caliente, desde una concepción de clase.
El meteoro de la militancia cruza por el cielo como aviador de estrellas cuidado por la aurora como aeronauta y estrella errante que los ojos han visto entre los pájaros. Ante la guerra sin cuartel, debajo de las luces y las ropas colgadas, la tierra y su cielo cantan en las ramas del cerebro la clave del campo inexplorado. Hay un espacio despoblado que es preciso poblar con poesía revolucionaria, con semillas abiertas, juegos y aerolitos de violín que nos traen el recuerdo del horizonte nuestro.
La imaginación al poder. El poder a la imaginación.
Si nos armamos con la poesía revolucionaria y la vivimos plenamente, desde el interior, aprenderemos a orientarnos en estos mundos. Las preguntas fundamentales no provocarán en nosotros el reflejo feo de hojear mentalmente el pasado, para «volver a ver» la página en la que está todo explicado, sino, más bien, el reflejo de «situarnos�� con la imaginación concreta en una revolución plena, en una solución impregnada de amor geológico, y después al «mirar a nuestro alrededor», describiremos que vemos una humanidad para si.
Todos los lenguajes son un instrumento, no un fin. Sin poesía puede suceder que, si sólo sabemos los lenguajes, nada tengamos que decir. Hay que estudiar los lenguajes todos mientras se estudian otras cosas, no en lugar de estudiar. La poesía revolucionaria se baña en algún piano donde brotan las palabras como recuerdo de música en el silencio. Nadie impedirá que La poesía revolucionaria se clave en la eternidad para alumbramos con fuego la suerte. Y con nuestra carne florezca donde el aliento se corta para hinchar las campanas de todas las estrellas sobre los ríos desbordados como hoguera imperativa con olor de pasión que invadirá al orbe del futuro.
La poesía revolucionaria se ocupa y se ocupará constantemente, ante todo, de reproducir este momento ideal en que el hombre, presa de una emoción particular, queda súbitamente a la merced de algo «más fuerte que él» que le lanza, pese ciertas limitaciones de su realidad, hacia los ámbitos de la revolución permanente. Al salto magnifico de lo cuantitativo y lo cualitativo hacia su desarrollo en contra de todo lo que lo frena. Lúcido y alerta, sale, después, a enfrentar un paso nuevo. Lo más importante radica en que es ineludible semejante experiencia, plena de emoción, que no dejará de expresar su campanilleo misterioso, ya que, efectivamente, la humanidad comienza a auto-pertenecerse.
La poesía revolucionaria tiene un mirar de vértigos. Alborada que borda certezas sobre el cielo que tomará por asalto y del que todos tomaremos tinta sin nombre. Poesía lengua de obra y lucha que hablaremos para siempre vertiginosos. Belleza convulsiva que abrirá para siempre esta caja de mil fondos llamada humanidad.
Deberíamos re-inventar, con poesía revolucionaria y a partir de sus logros máximos, las obras todas dadas hace siglos. La hora de la poesía revolucionaria es también una hora de transformación de nuestras necesidades en rompecabezas bastante más refinados. Los conjuntos naturales de objetos y de fenómenos, tocados por la poesía revolucionaria, ya no coinciden con nuestros pensamientos ordinarios. La realidad impone problemas nuevos, exige luchas nuevas y estrategias nuevas. Dejemos de esquivar, levantemos la poesía revolucionara contra la vida miserable a que nos condenan a vivir. Levantemos unidos la poesía revolucionaria como ejército de luz, contra las emboscadas. Al lado (o detrás) de millones de obreros que levantan al cielo sus banderas de aurora, la única esperanza, la última esperanza contra el hambre eterna y el descorazonamiento, contra la angustia que cuelga de los pechos. Contra las alucinaciones de la angustia tantos siglos acumulada como lágrima inmensa. Contra la muerte infiltrada de rapsodias burócratas, infiltrada de pianos tenues y banderas camaleónicas con transfusiones eléctricas de pesadilla y fatalidad en nombre de un idiota.
Démonos la unidad, no uniforme, como flor de manos en acción y muchedumbres de aullidos rebeldes. Para que los mundos galopen en órbitas sin angustia. Para que se rompan los candados del cerebro y un huracán de poesía arrastre la podredumbre. Para que resuene otro violín gutural acompañando al piano de la revolución. Para que otra voz embrujadora traiga su gramática olorosa y triunfal como tempestad ardiente en nuestros cráneos.
Frente único es lo único que hay al frente.
«Cada palabra que se pronuncia aquí dice al menos esta única cosa: que esta humillante época no ha podido ganarse nuestro respeto»
(H. Ball).
No hay métodos rápidos ni técnicas milagreras para Unidad ni para la poesía Revolucionaria. El poeta revolucionario debe saber que toda oficina, toda fábrica tiene su buena cuota de ritualistas obsesivos, de sádicos, de petulantes… El especial sadismo de la burguesía sabihonda a costa del ignorante tiene una larga historia, densa y amarga… Durante siglos, los profesores, los preceptores, los maestros de música y de canto eran, entre otros, en realidad, sirvientes… ¿Y hoy? ¿Dónde estamos parados? ¿Qué nos une? ¿Quién fabrica nuestra incapacidad organizativa, de unidad, de lucha, juntos… no revueltos?
La poesía revolucionaria está aquí ¿Se escucha? Está detrás del ruido siniestro en los pechos cerrados. Abrirá la puerta del alma con un suspiro de huracán. ¿Acudiremos?
No se aceptan sectarios.
Estrictamente prohibida la entrada a todo sectarismo. Y la tarea primera sigue siendo contribuir, sin dogmas, con la organización revolucionaria como un telescopio que apunta la cola de un cometa infatigable. No hay puerta de salida sin la revolución y sin su poesía . La unidad producirá grietas al fondo del infortunio, del tiempo y de nosotros mismos… por ahí se filtrará, a través de todos los espacios y todas las edades, el viento de la revolución que se enredará en la voz contra esta noche fría de gruta en huesos de miseria. ¿Eso es poco? Desorganizados somos como un barco que se hunde y apaga sus luces en las aguas de la impotencia, mientras, los perros burócratas ladran a las horas que se nos mueren.
Acordemos la unidad porque muchos siguen haciendo pasar por «poesía» una impostura decorativa de «artistas» dedicados a disfrazar, estéticamente, la miseria. Mueven la cola, hacen gracejetas al patrón que saca cheques para comprarles, rentarles, exhibirles obra. Siguen haciendo pasar por «poesía» el idealismo solipsista, más enfurecidamente nihilista.
Coincidamos en unirnos en un Frente Mundial revolucionario con lugar para disentir y construir. Frente que sea frente y no espaldas de algo o alguien. Frente que no nos diluya, que no nos corporativice. Frente para no dejar de ser lo que pensamos y somos y para dejar de serlo sólo si lo deseamos y acordamos. Frente para ganar, no para que nos ganen. Frente para acompañar la revolución obrera y campesina, no para ilustrarla ni usufructuarla. Frente para la unidad no para la uniformidad. Frente confiable, no rentable.
Coincidamos, porque es posible, para lo inmediato y lo mediato. Para lo de hoy y lo de siempre. Por lo legal y por lo legítimo. Por la esperanza y por la panza. Por la dignidad y por la espontaneidad. Por el humor y por el amor. Por el salario y por el ideario.
El caso es que una buen día quizá cuando el cansancio y la rabia nos antesalen a la noche, antes de caer dormidos, percibiremos nítidamente articulada, hasta el punto de que resulte imposible cambiar ni un solo elemento, la imagen de una revolución plena, no ajena al sonido de nuestra voz, de cualquier voz, como una frase nueva que llegará hasta nosotros sin llevar en sí el menor rastro de distancia y que, según ciertas revelaciones de la conciencia, nos ocupara el resto de la vida. Esa frase, la frase revolucionaria, parecerá, en un insistente, casi atrevida como el cristal. Aparecerá como un lenguaje nuevo de guerra poética, que no podrá entenderse más que hundiendo sus raíces en el humus revolucionario de los obreros y los campesinos para nacer como una planta nueva siempre. Grabemos rápidamente tal frase en la memoria, y, cuando nos dispongamos a pasar a otro asunto, el carácter orgánico de la frase retendrá nuestra atención. Y entonces poblaremos su vientre con una militancia nueva que se prolongara en la sangre a que responderemos sobre el surco de un arado de luz y ojos enaltecidos.
En el examen de la historia no sólo hay que saber, sino que hay que saber de una cierta manera poética. Tiemblen farsantes, uno conoce muy bien sus estrategias. Estamos en pie de guerra con nuestro cielo lleno de estrellas que esperan convertirse en poesía revolucionaria, con salpicaduras de astro que sopla sobre el pecho montañas a altura de los deseos. El entusiasmo intacto. Vivitos y coleando. Nos daremos la vida, desde esta muerte que nos dan y contra ella, si juntamos todas las frases revolucionarias, si las organizamos, aquí y allá, para tomar el cielo por asalto, hoy cercado con balas.
«No será el miedo a la locura lo que nos obligue a bajar las banderas de la imaginación»
Dr. Fernando Buen Abad Domínguez
Director del Instituto de Cultura y Comunicacióny Centro Sean MacBrideUniversidad Nacional de Lanús
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Danilo Díaz Granados recomienda: Psicólogos para personas sordas y la importancia de la inclusión
En ocasiones, se suele dar por hecho que **la integración de personas con deficiencias auditivas** en España para con la sociedad es ahora mayor que nunca. Pero esto es cierto solo en parte. ## Hacia sociedades más inclusivas La llegada de los smartphones, tablets, acompañados a su vez de redes sociales y aplicaciones de mensajería y videollamada como Whatsapp, ha contribuido a una mejor integración y comunicación de la comunidad de personas sordas, entre sus miembros mismos y también con el resto de la sociedad. Pero cuando una persona sorda atraviesa por **dificultades como la ansiedad**, pasa por etapas de estrés o se ve expuesta a situaciones emocionalmente duras, en ocasiones puede suceder que se sienta incomprendida o frustrada al no saber a quién acudir. Es cierto que en España, actualmente **la comunidad sorda se agrupa en asociaciones y federaciones** como lo Confederación Española de Familias Sordas (FIAPAS), que defienden los derechos de estas personas, permiten y facilitan los contactos entre ellas promoviendo vínculos entre este sector de la población. Aunque aún queda mucho por hacer en cuanto a integración de la comunidad sorda en el dia a dia, ya que no son tantas las personas oyentes formadas en su lengua de signos oficial, y menos las que pueden prestarles ayuda en situaciones donde la mente resulta ser un factor decisivo. ## La asistencia psicológica a personas con deficiencias auditivas La comunidad de personas sordas en España, según datos oficiales extraídos de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), ronda más del millón de personas. A pesar del gran volumen de personas con deficiencia auditiva que existe en nuestro país, existen aún muchas cadenas de televisión que no incorporan un traductor simultáneo en Lengua de Signos Española (LSE) en horarios de máxima audiencia, optando por subtítulos, que traducen sonidos de forma automática y no reflejan la información con claridad. Lamentablemente, **cuando una persona sorda atraviesa un periodo de dificultad y no encuentra en los demás**, el apoyo y el sustento que necesita... ¿a quién acude? ¿Donde pueden acudir para ser atendidas por psicólogos con la capacidad de comprenderlas realmente y de ofrecerles alternativas? Debido en parte al sistema educativo no inclusivo español años atrás, bastantes personas sordas en la actualidad, no comprenden textos e incluso muchas no saben escribir. De hecho, se puede señalar que **los problemas en lectura y en escritura** de esta comunidad suelen ser generalizados, y prácticamente el 90% de las personas sordas, pueden ser consideradas como analfabetas a el lenguaje oral. ## Psicólogos para personas sordas en España **La falta de profesionales de la psicología preparados** capaces de entender verdaderamente y de orientar a personas sordas con dificultades, o que buscan aumentar su rendimiento en algún área de sus vidas, puede resultar frustrante para una persona con deficiencia auditiva. En [UPAD Psicología y Coaching](/autores/upad-psicologia-y-coaching) ofrecemos servicio de intervención psicológica a cualquier persona con deficiencia auditiva, en Madrid, de forma presencial y a nivel nacional a través de terapia online. En parte, gracias a que uno de nuestros psicólogos especialistas es hijo de padres sordos. A fin de cuentas, es importante no dar por hecho que las personas con deficiencias auditivas tienen que resignarse a no poder ir al psicólogo. Ver Fuente Ver Fuente
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excepcionales · 6 years
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Descubre a la modelo sorda Carola Insolera. Nacida en Noruega en una familia sorda, Carola ha desarrollado la habilidad de conectar visual y emocionalmente con quienes la fotografían.
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Descubre a la modelo sorda Carola Insolera. Nacida en Noruega en una familia sorda, Carola ha desarrollado la habilidad de conectar visual y emocionalmente con quienes la fotografían.
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kiro-anarka · 6 years
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Tras hacerse pública la sentencia de la manada, muchas mujeres sentimos una rabia, una tristeza y una impotencia que incluso somatizamos, con malestar físico como contracturas o náuseas. ¿Cómo podemos sanarnos y agarrar fuerzas para seguir sobreviviendo a la violencia patriarcal? La carta de la lectora Querida Beatriz. Te escribo apenas un par de horas después de conocer la sentencia en el juicio por la violación en grupo de Sanfermines, con un nudo en la garganta, el cuello muy tenso, más consciente que nunca de las contracturas de la espalda, y una angustia fuerte instalada dentro. Brigitte Vasallo pregunta en su muro de Facebook si alguien más tiene ganas de vomitar, literalmente, físicamente, y se le ha llenado de comentarios de mujeres describiendo sus malestares físicos y emocionales.
Recientemente pasé una tarde de mucha rabia, al conocer que la policía había denunciado por delito de odio a Rommy Arce, concejala de Ahora Madrid que había escrito en Twitter que la muerte de Mame Mbaye fue producto del racismo institucional y el hostigamiento policial. Esto fue poco después de la condena al rapero Valtonic y del secuestro judicial del libro de periodismo sobre narcotráfico en Galicia, Fariña.
Ese día sentía la urgencia de que hubiera un estallido social, otro 15-M que por supuesto no ocurrió. Hoy en cambio la emoción ha sido una tristeza sorda, sentir el cuerpo tenso y al mismo tiempo sin fuerza, inerte. Podría hacer una lectura optimista: hace unos años un caso y una sentencia como la de La Manada hubieran pasado desapercibidos. Hoy estamos diciendo que nosotras somos manada, que esto no se lo perdonamos a la justicia patriarcal, y vamos a salir en masa a protestar a las calles, como hicimos el 8 de marzo. Es cierto, pero no es menos cierto que ser feminista supone una acumulación de enojo, de dolor y de cansancio muy altas, en una sociedad que (por mucho que se diga que el feminismo está de moda) sigue sin reconocernos, sin reconocer el valioso trabajo que hacemos las defensoras de los derechos humanos y de las mujeres. Hoy pesa más en mí ese cansancio que la esperanza de que, con el desborde de la huelga feminista tan reciente, algo haya cambiado y se note.
Me gustaría que nos dieras algunas pautas sobre cómo digerir, cómo pasar por el cuerpo los dolores que implica vivir con conciencia feminista. Creo que el hecho de que en estos momentos estemos con jaquecas y con dolor muscular es la respuesta humana, muy distinta al estado narcotizante que promueve el sistema. Pero bueno, también es importante que hablemos de cómo sanar y cómo cuidarnos emocionalmente.
Un abrazo,
June
Querida June:
Gracias por compartirnos cómo te sientes.
Nos duele, claro que nos duele. Las mujeres nos dolemos. Pero hasta ahora, hacíamos como que no. O como que no importaba. Porque eso es lo que se nos ha enseñado: que si nos quejamos, somos unas flojas, o unas histéricas.
La buena noticia es que nos estamos permitiendo no esconder esos dolores más.
Sin duda, estas semanas no están siendo fáciles y muchas mujeres nos sentimos estafadas, frustradas y ninguneadas por un Estado que, sin embargo, afirma defendernos. Pretender que todo eso no nos duela es casi una ilusión infantil.
June: no eres rara, no somos raras. Ni flojas. Esos malestares no llegan porque no sepamos gestionarnos o porque seamos débiles, incompetentes o incapaces de salir adelante indemnes.
Echemos un ojo a nuestra cultura, el agua que nos envuelve y en el que nadamos. Aquí encontraremos claves para entender nuestros dolores, que no son individuales sino en muchos casos colectivos.
Allá vamos.
Un modelo de sociedad que no ayuda: individualismo, capitalismo salvaje, inmediatez, rapidez… Vivimos en la sociedad del elogio a lo racional. Una sociedad donde los datos ‘probados científicamente’ son la panacea y el culmen de la sabiduría va ligado a aquello que se puede probar, ver y tocar. Una sociedad donde otras maneras de aproximarnos a la realidad son desdeñadas y minusvaloradas.
Una sociedad que relega los dolores corporales que no tienen un origen orgánico (demostrado) al pozo del olvido o de la histeria. Pero, June, por supuesto que nuestro cuerpo habla. Duele. GRITA. Incluso se desgañita, a veces. Por supuesto que también tenemos un sentir, ese tipo de inteligencia tan sutil que llamamos intuición, que nos grita igualmente en tantas ocasiones.
Son señales de que algo no va bien, de que algo no nos está sentando bien.
Pero en esta sociedad hiperracional e hipermedicalizada no se nos enseña a escuchar ni nuestro cuerpo ni nuestra intuición. Se nos enseña a taparlo y negarlo. A echar tierra encima. A narcotizarlo, como tú dices.
Tienen que gritar mucho, pero mucho, nuestra intuición y nuestro cuerpo para que paremos y los escuchemos.
No partimos de una buena base: la vida moderna que tanto criticaba en los 90 la película de Trainspotting (la prisa, las grandes urbes, la agenda llena, el trabajo alienante, la búsqueda de ese trabajo alienante, la precariedad, el individualismo, la acumulación de tareas por hacer, los compromisos sociales…) nos deja en la piel una impronta permanente de estrés a todas las personas.
Añadiría también como algo que nos atraviesa esa exigencia continua de productividad, de hacer, hacer y hacer… ¡incluso en nuestros espacios de ocio y de activismo! Loco, ¿no?
Mirando nuestros dolores desde un prisma violeta Como ya comenté en un artículo anterior, en concreto las mujeres y les disidentes de género vivimos en lo que denomino una permanente violencia “luz de gas” social. Se nos repite que ya vivimos en una sociedad igualitaria, que no tenemos nada de lo que quejarnos, pero nuestra realidad cotidiana nos demuestra lo contrario.
Y es que resulta que el patriarcado tiene muchas maneras de desprestigiar nuestra experiencia del mundo y aquello que denunciamos (y lo hemos visto con la sentencia de la manada): minimizarlo, criticarlo, reírse de ello o presentarlo como una exageración o una invención. ¡Bienvenidas y bienvenidos al teatro de las violencias estructurales y simbólicas que las mujeres vivimos por el hecho de serlo!
Las violencias estructurales son aquellas desigualdades que están perfectamente integradas dentro de la estructura social que dificultan la plena ciudadanía de las mujeres y su autonomía.
Una de las grandes aportaciones de la filósofa Kate Millett en su libro Política sexual es la demostración de que, aquellas violencias que las mujeres recibimos, que en muchas ocasiones consideramos como individuales o propias de nuestras circunstancias concretas, forman parte de un sistema estructural que nos afecta a todas.
Es decir: que a menudo eso que te está pasando y por lo que a veces te sientes tonta o inútil (lindezas que aprendemos a llamarnos en este sistema) no es cosa tuya. Le pasa a tu prima, a la frutera de tu barrio, a tu madre y a tus amigas.
¿Ejemplos? Te sonarán muy cercanos, algunos son tan tristemente cotidianos que rozan la normalidad: la doble victimización en procesos judiciales relacionados con violencias machistas, el que tu voz valga menos en las reuniones de empresa, el que los constructores que hacen las obras en tu piso solo le hablen a tu novio, la prevalencia de salarios más bajos para las mujeres, el llamado techo de cristal o la dificultad de las mujeres para llegar a puestos de decisión.
Una de las violencias estructurales top es la falta de credibilidad a las mujeres por parte de muchas instituciones. Tacharnos de locas, de histéricas, de deprimidas y de manipuladoras es fruto de uno de los estereotipos femeninos más representado en películas, novelas y otros productos mediáticos, y tiene como fin desacreditarnos.
OK. Sigamos.
El concepto de violencia simbólica fue acuñado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu en la década de 1970 y hace referencia a “esa violencia que arranca sumisiones que ni siquiera se perciben como tales, apoyándose en unas creencias socialmente inculcadas”.
¿Quieres ejemplos? Aquí van: la continua exigencia de un “saber estar” y una belleza ligada a la eterna juventud, la conveniencia de tener pareja (hetero) y de ser madre, el que se espere que seas tú la que cuide de tu padre enfermo y no tus hermanos, la hiperrepresentación de las mujeres en la publicidad como seres sin agencia cuyo único interés es ser sexys y seducir hombres, etc.
Te suenan, ¿verdad? Son esas “menudencias” (modo ironía ON) con las que podemos vivir y de hecho vivimos pero que, poco a poco, nos hacen pequeñitas y nos producen dolores emocionales y físicos.
Aprendemos que ser fuertes y autónomas es poder con todo Las mujeres en general y, en concreto, las feministas, obedecemos por lo general este mandato hasta el tuétano: apostamos por aguantar, por seguir, por ser autónomas hasta el tuétano, por hacer como que no nos duele, por aplacar como sea ese dolor de cabeza, de espalda, de estómago…
Apostamos por tirar de la cuerda a veces hasta que se rompe (muchas veces bajo la tiranía de la culpa por no estar, por no contribuir esta vez…), a pesar de tantas y tantas señales que nuestro cuerpo nos da.
Recordemos, en este sentido, que las mujeres sí aceptadas por el sistema deben ser fuertes para con las demás personas (de las que cuidan) y al mismo tiempo débiles para con ellas mismas (autoestima, valoración), en una especie de deber impuesto de contención y responsabilidad sobre resto de la humanidad. “Cuando la personalidad –explica Kate Millett- tropieza con imágenes tan denigrantes de sí misma en la ideología, la tradición y las creencias sociales, resulta inevitable que sufra un grave deterioro”.
O sea, que a la vez que se nos exige ser fuertes y estar a todo, se nos desvaloriza continuamente desde el sistema, impactando inevitablemente en nuestra autoestima y nuestros cuerpos.
¡Pongámoslo todo del revés! Pero quiero hacer una lectura optimista. Sí, quiero y creo que es necesario hacerla.
Nunca, queridas, nunca, lo hemos tenido fácil. Nunca ninguna revolución contra un orden establecido ha sido sencilla. Lo que define un orden establecido, de hecho, es su deseo de perpetuarse. Y la alianza patriarcado-capitalismo no es la excepción. Hay demasiados privilegios que perder por parte de los que se benefician de ella como para que permitan sin rechistar que este sistema se resquebraje.
Pero se está resquebrajando. Siento que estamos en una etapa-bisagra. Me lo dicen las oleadas de mujeres diversas saliendo a la calle. Me lo dice un 8 de marzo repleto de personas que nunca se habían manifestado ese día y que ahora se sienten interpeladas.
Me lo dicen los cambios en las subjetividades, la apropiación por muchas mujeres de términos que antes eran denostados, como el mismo “feminismo”.
Me lo dice la demanda de medios de comunicación más inclusivos, más sociales, diversos, feministas.
Me lo dicen muchos testimonios de clientas, amigas, conocidas y también de mujeres desconocidas a las que escucho admirada denunciar abusos, usar su voz, perder el miedo, decir basta.
Obvio que hay resistencias. Y lo que nos queda, me temo. Pero este sistema se está resquebrajando, sí. No lo dudo.
Y, en esas grietas que estamos abriendo a golpe de gritos en la calle, de sororidad, de red, hemos de plantar semillas bien profundas usando nuestra rabia para hacer crecer flores.
Hemos de tejer nuestras tristezas y hacer juntes un retal de colores, presagio del nuevo mundo que está llegando. Hemos de abrazarnos en las lágrimas y en los dolores, acogerlos y transformarlos en creatividad, en un puzzle diverso y hermoso de libertades y derechos.
Porque, como dice el famoso lema, nos quisieron enterrar, pero no sabían que éramos semillas.
Algunas ideas para sanarnos y agarrar fuerzas Salgamos a la calle, protestemos, gritemos, saquemos la rabia. Acumularla y no darle salida implica que esa rabia se queda en nuestros cuerpos, transformándose en tensión, jaquecas o dolor estomacal. Muchas mujeres me han ido contando que, tras hacerse pública la sentencia de la manada, se sintieron hartas, tristes y enfadadas. Muchas de ellas fueron solas allí donde, en cada ciudad, se formaron protestas para aullar esa rabia junto a otras personas. Y eso fue una liberación. Una suerte de catarsis. ¡Fuera la rabia de nuestros cuerpos!, dirijámosla a todos esos oídos que deben escucharnos.
Pongamos palabras a los abusos que hemos sufrido. Nombrémoslos. Escribiéndolos para una misma, hablándolos con una amiga o persona cercana, contándolos en público, trabajándolos en espacios feministas, en grupos terapéuticos o en terapia individual. Cada una está en su momento, en su proceso y se siente preparada para compartirlos al nivel que sea. Y está bien ese nivel. Rompamos el silencio, dejémonos ser apoyadas y acurrucadas y permitámonos abandonar ese lugar perverso al que nos aboca el patriarcado, que es la culpa y la vergüenza. Eso no es nuestro. Eso no nos pertenece.
Soltemos autoexigencias. No hemos de ser perfectas, ni llegar a todo. Cuidarnos es también escucharnos, y escuchar nuestro cuerpo. Las mejores vidas, las mejores luchas, son aquellas que son sostenibles.
Sentir el dolor es humano. No somos máquinas. El dolor es la respuesta a algo que nos afecta, nos frustra, nos enrabia, nos decepciona… Dejárnoslo sentir es permitirnos darle su espacio y sanarlo. Pero sufrir en silencio y quedarnos en ese sufrimiento es absurdo. Absurdamente inútil. Y es parte de una cultura judeocristiana que nos ha inculcado como creencia que, sufrientes y culpables, somos buenas y merecemos más la pena. Así que rompamos con esa creencia: cuando nos dolamos, juntémonos. Abracémonos. Aprendamos a expresarlo, a pedir ayuda, apoyo, escucha, amor. Soltemos el sufrimiento. Y aportemos todo eso también a otras compañeras.
¡Si no puedo bailar, no es mi revolución! Conectemos con nuestra “zona loca”, como lo llamamos desde el coaching: bailemos, desconectemos, saltemos, juguemos, dejemos espacios al no control, a lo transgresor… Como decía Frida Kahlo, ¿qué haría yo sin lo absurdo y lo banal? Escucha… ¿cuándo fue la última vez que te dejaste llevar, que te entretuviste con algo simplemente placentero, que decidiste no ser perfecta, no llegar a todo, no hacer lo correcto? Para que nuestras vidas y nuestras luchas sean sostenibles… ¡recomiendo una amorosa y mágica dosis de sana locura!
Y aquí lo dejo. En esta invitación a bailes mágicos y risas liberadoras que son parte imprescindible de nuestra revolución. Hasta pronto June, hasta pronto queridas.
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Me quedé emocionalmente seca, sorda.
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