Tumgik
#extraño estar con ella
yuoic · 11 days
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malkaviian · 1 year
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Top 10 peores notificaciones
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voglatte · 2 months
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dios mío, acabo de ver que estás aceptando pedidos y tengo uno para Francisco! — si puedes y quieres escribir, ¡claro!
podrías escribir un escenario en el que él y la lectora pasen mucho tiempo juntos, especialmente toda la mañana en la cama; complacerse y disfrutar de la compañía del otro. — Después de pasar días alejada del rodaje de la película, Fran quiere aprovechar al máximo su tiempo con ella.
es un escenario lindo, y si quieres agregar obscenidad, ¡siéntete libre y me encantaría!
⊹ ┊LOVER ꒱ .゚
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↷ ˊ- pairing: francisco romero x f!reader.
warnings: +18, fluff, smut, fingering, nipple play?, oral (recibe ella), (leer bajo su responsabilidad).
• dani’s typing… ! amo esta clase de pedidos, además el fran tan lindo literal es un sol.
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no había otra cosa que más le gustara a fran que pasar tiempo con su novia, enredados bajo las sábanas blancas de su cama y sintiendo piel contra piel, como lo estaban ahora. ya había pasado un tiempo alejado de ti por el rodaje de la película en la que formaba parte y esto hacía que disfrutara al máximo tu compañía en lo que restaba de sus días libres como hoy.
para ti era relajante estar acostada sobre su pecho mientras escuchabas los latidos de su corazón y las caricias que dejaba en tu cintura. extrañabas esos momentos íntimos con él y sabías que le pasaba lo mismo.
“esperaba tener estos momentos con vos” su voz sonaba adormilada pero aún con ese característico tono dulce que era único.
“yo también” no querías abrir los ojos, sabía que te ibas a encontrar con la luz solar que se mezclaba por las cortinas de la habitación.
en realidad estabas muy feliz por el, tal vez alguna que otra lagrima rodó por tu mejilla al momento en que le dijeron que había obtenido el papel, parecía un rayo de luz que iluminaba todo tu ser y no dejarías que nadie lo apagase. aunque si te sentías un poco triste que no pudieses pasar tanto tiempo con él, pero era su trabajo.
aún así nunca dejaron de disfrutar los momentos cortos que tenían siempre salía alguna cena o una película en la cual ambos se quedaban dormidos.
“¿qué pensás, beba? su mano hizo que subieras tu rostro y abriendo un poco los ojos, chocaste con esa mirada azulada.
“que te extraño mucho” dijiste cortamente antes de repartir besos por toda su cara sin dejar algún lugar por besar. notabas cierto rubor en sus mejillas lo que te hizo sonreír porque se veía adorable más sus cabellos dorados que se encontraban despeinados bajo la luz del sol que entraba.
no supiste en qué momento de todos los mimos que se andaban dando, ambos terminaron en un beso algo caótico.
sentías tu labio palpitar por las mordidas que fran dejaba pero luego recorría con su lengua, su mano bajaba cada vez más con sus delgados dedos tocando en los lugares correctos que hacían erizar tu piel.
tu ropa de dormir básicamente era una camisa que te quedaba algo grande de tu novio junto la ropa interior, no hacía falta nada más para sentirte cómoda.
lo que fue mejor para él ya que su mano pudo escabullirse tranquilamente debajo de su camisa para amasar tus senos, torturando de a poco tu pezón.
aprovechó de quitar la única prenda de ropa que tenías dejándote solo con tu ropa interior, sonrió antes de besar tus labios y dejar un camino baboso por tu cuello.
sus dedos buscaron tu intimidad sin dejar de besar tu piel mientras dejabas salir tus gemidos ahogados, francisco siempre te hacía sentir como una reina.
gruñó cuando su boca bajó por tus senos y sus dedos sintieron lo empapada que estabas, corrió un poco la ropa interior a un lado y acaricio tu entrada necesitada.
“dale, no seas malo” dijiste entrecortada, la combinación de su boca con su mano te estaban llevando a otro nivel.
“¿hm?” su boca empezó a jugar con tus pezones conjunto a su mano que antes estaba utilizando, no era sorpresa que a fran le encantaba tus senos ya que se la pasaba con una mano debajo del brasier amasando o dejando marcas.
se quedó un momento pegado a ellos, tu mano solamente jalaban su cabello dándole a entender que te gustaba hasta lo acercabas más.
su mano dejó de trabajar en tu pezón y bajando de a poco se encontró con tu panty, la cual ayudaste a bajar cuando te dió dos palmadas en el muslo.
“soy toda tuya” y con esas tres palabras los largos dedos de fran empezaron a hacer su trabajo, subían y bajaban por toda tu intimidad regando tu excitación, a veces dejando movimientos circulares en tu clítoris.
su cabeza reposó en tu muslo mientras mantenías las piernas abiertas y sin ninguna advertencia metió sus dedos en tu abertura, sacándote un chillido.
“sos mía, beba” sus dedos entraban y salían lentamente, sin hacer ningún esfuerzo por hacerlo rápido.
disfrutaban del momento, tu cabeza andaba dando vueltas mientras tu cabello se esparcía por toda la almohada. el chapoteo de tu excitación, tus gemidos y los suaves susurros de fran te estaban llevando al límite.
te sacó otro chillido al sentir su lengua caliente en tu clítoris, pasando rápidamente a chupadas.
ahora sus dedos si decidieron ir más rápido causando que salieran más gemidos de tu parte. aún así sentías las vibraciones de sus zumbidos en tu clítoris haciendo que tus ojos quedaran en blanco.
“m-me vengo” dijiste entrecortada, todo el aire se te estaba yendo de los pulmones.
“hacelo, bonita” con las vibraciones de sus palabras y sus dedos tocando tu punto dulce, tus piernas temblaron al igual que todo tu cuerpo mientras repetías su nombre varias veces.
sin ningún problema te limpió toda con su lengua dejando un beso corto en tu intimidad mientras subía su rostro para quedar con el tuyo, se notaba un poco de baba junto con tu excitación en su barbilla y lo limpiaste un poco.
“te adoro, entendelo” sus penetrantes ojos azules se complementaron con los tuyos y le diste un beso corto.
“yo también, nene” ahora le diste un beso un poco más largo donde empezó una nueva guerra de lenguas “¿segundo round?” reíste, dejando su cuerpo debajo del tuyo.
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by ﹫ VOGLATTE ╱ en realidad me encantó cómo quedó aún así me disculpo porque es mi primera vez haciendo smut (si hay algo que mejorar recibiré críticas constructivas) pronto estaré subiendo pedidos, etc… bye!
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olee · 2 months
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La Familia De | Enzo Vogrincic
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Cuando descubres la infidelidad de tu novio, aceptas la invitación de tu amiga para pasar unas semanas en su país con su familia. Allí conoces al atractivo hermano de tu amiga, desencadenando una serie de emociones inesperadas.
Desde hace un año, la cafetería que posees en Ciudad de México ha sido tu refugio, un santuario de aromas de café y conversaciones animadas. Tu vida ha tomado un giro maravilloso desde que abriste las puertas de este lugar acogedor. No solo tienes un negocio próspero, sino que también tienes a tu lado a un novio increíble, cuyos talentos como tatuador le dan un toque de arte y rebeldía a tu vida cotidiana.
Entre el vapor de los expressos y los murmullos de los clientes habituales, siempre hay un momento especial cuando tu amiga uruguaya aparece por la puerta. Ella, con su encanto sudamericano y su energía contagiosa, es como un rayo de sol que ilumina tu día cada vez que la ves. Aunque vive en CDMX por trabajo, nunca pierde la oportunidad de visitarte en la cafetería, trayendo consigo los últimos chismes y anécdotas que hacen que la vida en la ciudad parezca aún más vibrante.
En medio de este bullicio reconfortante, te das cuenta de que no estás sola. Tu negocio florece, tu relación amorosa está en su mejor momento y tus amistades te brindan compañía y alegría. La paz y la belleza se entrelazan en tu día a día, recordándote que la vida puede ser realmente hermosa cuando tienes a las personas adecuadas a tu lado.
Sin embargo, un día decides cerrar temprano la cafetería porque no te sientes bien y tienes un fuerte dolor de cabeza. De camino a tu departamento, te sientes aún peor, como si algo estuviera terriblemente fuera de lugar. Al llegar a casa y subir las escaleras, el sonido de ruidos extraños te hace detener en seco. Escuchas un respiro profundo, quizás gemidos. Sin entender completamente lo que está sucediendo, decides apresurarte hacia tu habitación.
Al abrir la puerta, te encuentras con algo que nunca podrás borrar de tu mente: tu novio, en medio de un encuentro íntimo con otro hombre. Es una escena que nunca esperaste presenciar, y sin poder soportarlo, das media vuelta y sales corriendo, sintiendo cómo tu mundo se desmorona a tu alrededor.
Con lágrimas nublando tu vista y el corazón hecho pedazos, marcas frenéticamente el número de tu amiga en tu teléfono. "¿Dónde estás? ¡Necesito verte! Me siento horrible, mi novio… mi nov–", apenas logras articular entre sollozos.
La voz tranquila de tu amiga al otro lado de la línea te ofrece un atisbo de consuelo en medio de la devastación que te embarga. "Estoy en casa. Vení y me contás tranquila", te dice, y sus palabras se convierten en un faro de esperanza en medio de la oscuridad que te rodea. Con el corazón roto y el alma hecha trizas, te diriges hacia la casa de tu amiga, en busca de consuelo y apoyo en medio de la tormenta emocional que te consume.
Le cuentas a tu amiga todo lo que había sucedido y no puedes evitar llorar. Estás en el sofá junto a tu amiga, y te dice mientras te peina el cabello: "(Y/N), tenés que ser fuerte, yo sé que no es fácil. ¿Te acordás de Mateo? Que se fue con otra mina, pues te entiendo completamente".
Pero entre sollozos, respondes: "¡Pero en mi caso es distinto!", y lloras más fuerte, como un bebé. "Y... ahora... tú te vas para Montevideo, y... ¡yo voy a estar SOLA!", sigues elevando el tono de tu llanto. "Y no quiero verloooo, nooo, no sé cómo enfrentarloooo".
Tu amiga intenta calmar tus nervios: "Pero yo me voy solamente por tres semanas, si querés, venite conmigo, yo te pago los pasajes".
"No quiero ser un peso más", respondes entre lágrimas.
"¡Boluda! ¡Te vienes conmigo, que se joda!", te dice ella, tratando de sacarte de ese estado emocional.
"Okkkkaaaayyyy", aceptás entre sollozos, llorando como un bebé.
Llevas ya tres días encerrada en la habitación de tu mejor amiga en Montevideo, con un gatito real al que tratas como un peluche. La familia Vogrincic te han adoptado como una hija más, y su madre se ha convertido en tu proveedora oficial de café y consejos sobre el amor, lo cual agradece tu corazón roto.
En una tarde soleada, tu amiga irrumpe en la habitación como un torbellino, encontrándote en la cama con tu celular, absorta en las fotos de tu ahora ex. "¡Che, bo! Dame ese celular. No quiero verte así", ordena con un tono melodramático. "Tienes que salir de esta cueva. Mami me ha dicho que solo sales para tomar café y luego regresas aquí. ¡Ya basta! Esta noche viene mi hermano desde Nueva York, y vamos a recogerlo al aeropuerto. Tienes que venir conmigo, punto final", declara con autoridad.
Tú respondes: "Ay, déjame aquí con la gatita", y ella te corrige: "¡Esa gatita tiene nombre y es Uma!". Insistes: "Pues déjame con Uma, no quiero ir para allá".
Con un suspiro exasperado, tu amiga agarra tu brazo con determinación. "¡Sos una pelotuda! ¡Vas a venir ahora!", exclama, decidida a sacarte de tu caparazón de autocompasión y llevarte a vivir un poco la vida real, aunque sea a la fuerza.
En el auto, el padre de tu amiga está al volante, con la madre como copiloto, mientras tú y tu amiga ocupan los asientos traseros. La atmósfera está cargada de emoción, ya que toda la familia está ansiosa por recoger al tal Enzo. Por lo que has escuchado, es un actor sumamente famoso. Aunque no estás muy familiarizada con su trabajo, tu amiga siempre ha hablado con orgullo sobre él, y su entusiasmo es contagioso.
Antes de dirigirse al aeropuerto, hacen una parada en un mercado para comprar globos, flores y un cartel que dice "¡Llegó el actor de la casa!". A ti no te hacen mucha gracia las flores ni los globos, ya que te recuerdan a tu exnovio.
Al llegar al aeropuerto, tu amiga asigna tareas: "Bo, aguanta los globos; yo llevaré el cartel y mami, tú llevas las flores", dice con entusiasmo. La madre asiente y el padre, con su típico sentido del humor, pregunta: "Y yo, ¿qué llevo?". La madre, con una sonrisa, responde: "La presencia". Todos ríen un poco, preparándose para la llegada del famoso Enzo.
Justo cuando estás a punto de bostezar por el cansancio acumulado, de repente tu amiga y toda su familia irrumpen en gritos de emoción, corriendo hacia un hombre sorprendentemente guapo. Su piel canela y su cabello medio largo y desordenado lo hacen destacar en la multitud. Él también parece adormilado, llevando una maleta, hasta que se percata de su familia y se apresura hacia ellos.
La escena es conmovedora mientras se abraza profundamente con tu amiga, luego se dirige hacia su madre y ambos comienzan a llorar juntos. Por lo que tu amiga te había contado, no se habían visto durante años debido a la ocupada agenda del hermano.
Mientras esta emotiva reunión tiene lugar en el aeropuerto, tú te encuentras parada como un pingüino, sosteniendo los globos en tus manos, sin saber muy bien qué hacer en medio de tanta emoción familiar.
Ya cuendo van para el auto, tu amiga te introduce al hermano diciendo, “Enzo, esta es (Y/N) mi mejor amiga del alma, y va estar con nosotros por estas semanas” dice mientras ya se van sentando al auto, y Enzo, que al parecer se va a sentar al lado tuyo te dice, “Un placer (Y/N)”
Y así van todos contentos para la casa, para cenar, ya que la madre iba a prepara una pasta.
Al llegar a la casa, estás a punto de dirigirte directamente a la habitación para descansar un poco del viaje agotador, pero tu amiga te agarra del brazo con determinación y te dice: "¡Uh uh no! Te quedas con nosotros en la sala. Nada de cueva". Tú asientes, aceptando su decisión, y decides seguir su sugerencia.
Cuando te dispones a sentarte en el sofá de la sala, observas con curiosidad cómo las gatitas, Uma y Ada, salen de una habitación cercana. Enzo, al verlas, no puede contener su emoción y se tira al piso, hablándoles con ternura como si fueran bebés. La verdad es que Enzo se veía increíblemente adorable en ese momento, y no puedes evitar sonreír ante la escena.
Tu amiga te hace una mueca cómica, como si estuviera acostumbrada a este comportamiento de su hermano, y te dice en voz baja: "Es amante de los gatos, así que no te asustes si actúa así". Tú te ríes suavemente, encontrando la situación bastante divertida y encantadora.
Observas cómo Enzo interactúa con las gatitas, y te das cuenta de que tiene un lado dulce y tierno que no esperabas.
Después de un rato, Enzo se levanta del suelo con una sonrisa, dirigiéndose especialmente a su madre: "Ma, me voy a dar una ducha. Avísame cuando esté la cena", dice con tono amable. La madre asiente con un simple "ok", ocupada con los preparativos en la cocina.
Una vez que Enzo se retira para darse una ducha, te inclinas hacia tu amiga y le susurras en voz baja para que no te escuchen: "Oye, no me habías dicho lo guapo que es tu hermano". Ella te responde con una mueca divertida y te dice: "Te lo regalo si quieres". En un gesto juguetón, la empujas suavemente y respondes con un "ajá", aceptando el comentario con humor.
Ambas se miran y se ríen, compartiendo un momento cómplice antes de que Enzo regrese de su ducha y continúe con la cena en familia.
Después de un rato, mientras estás disfrutando de un vino con tu amiga y ayudando a preparar la mesa, Enzo hace su entrada. Viene con una cámara vintage en la mano, su cabello aún húmedo y desordenado, vistiendo una sudadera cómoda y descalzo. En general, se veía muy relajado y como en su casa; no parecía en absoluto un actor de Hollywood.
Mientras tú te sientas con tu vino en la mesa, Enzo comienza a moverse alrededor de la cocina, capturando momentos con su cámara: la madre preparando la comida, el padre cortando la carne asada, y la hermana charlando contigo. Luego, se dirige hacia las gatitas y llama a tu amiga, "Loca, ven acá, tírame una foto con Uma y Ada". Pero antes de que pueda tomar la foto, la madre interviene: "Enzo, después. Ya vamos a comer". Él asiente en respuesta.
Tú observas todo con asombro, pero al mismo tiempo, te sientes como si estuvieras presenciando algo muy familiar. Enzo se sienta nuevamente junto a ti, y de repente te toma una foto inesperadamente. Tu amiga lo regaña de inmediato, diciendo: "¡Enzo! A (Y/N) no le gusta que le tomen fotos". Con un tono suave, Enzo se disculpa: "Disculpa". Y tú respondes con amabilidad: "No te preocupes".
La atmósfera en la casa es cálida y acogedora, y te sientes cada vez más integrada en esta familia tan especial.
Después de unos 45 minutos en la mesa, todos parecían estar inmersos en sus propias conversaciones, dejándote a ti en un silencio momentáneo. Mientras tomas sorbos de tu vino, escuchas atentamente pero te sorprendes al darte cuenta de que nadie te ha dirigido la palabra en todo ese tiempo. Una sensación de soledad momentánea te envuelve, hasta que de repente, es Enzo quien rompe el silencio.
"Y tú, ¿qué haces?", pregunta Enzo, volviendo su atención hacia ti. Levantas la mirada, encontrando sus ojos, y respondes con sinceridad: "Soy dueña de una cafetería en Ciudad de México". Su expresión se ilumina con genuina admiración: "¡Guau, eso es impresionante!", responde con entusiasmo.
En ese momento, sientes una conexión especial con Enzo, como si sus palabras hubieran creado un puente entre ustedes. A pesar del bullicio de la mesa, te encuentras atrapada en su mirada, sintiendo una chispa de complicidad entre ustedes.
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pondysselth · 2 months
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Así de caluroso || Enzo Vogrincic
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El sol del mediodía caía a plomo sobre las calles de Montevideo, convirtiendo el asfalto en un espejismo humeante. El miércoles transcurría como cualquier otro día de verano, sofocante e implacable. A pesar del calor agobiante, una chica caminaba con paso ligero por 18 de Julio, alejándose de la facultad. El pelo se le pegaba a la frente, sudaba a chorros y el agua de su botella se había convertido en un caldo tibio. La libertad después de un largo examen era la recompensa que la impulsaba.
Cada paso era una lucha contra el calor. La chica apresuraba el ritmo buscando la sombra esquiva, deseando escapar de las fauces de la ciudad que tanto amaba.
De pronto, un leve malestar se apoderó de ella. El sudor se intensificó, la respiración se volvió dificultosa y un mareo familiar la amenazó. Se detuvo, tambaleándose, con la vista nublada y puntos negros danzando en su campo visual. Ignorando las señales de alarma, bebió un trago de la repugnante agua tibia y reanudó la marcha. Su única meta: salir de 18 de Julio. A duras penas, avanzó unas cuadras más, luchando contra un nuevo malestar que se instalaba en su cuerpo.
Allí mostrándose casi burlona detrás de esa inmensa puerta de concreto que se alzaba sobre la calle Juncal se encontraba uno de sus deleites visuales favoritos, Sarandí. Ella no sabía por qué, pero esa calle siempre la llamaba a explorarla. Aunque ya la había recorrido tantas veces, siempre encontraba algún tesoro nuevo. Se debatió si debía pasar por lo que ya era el desolado calderón a fuego ardiente de la Plaza Independencia para llegar a ese oasis visual que le abría paso a Ciudad Vieja o simplemente ignorarlo e irse a casa.
La exuberante calidez de la tarde le gritaba a la chica que debía ignorar el llamado a la exploración. Sin embargo, una fuerza interior, una mezcla de aventura y algo más que no podía nombrar, la incitaba a seguir adelante. Como diablillos en el infernal ambiente, sus deseos la empujaban por ese camino que solo le estaba trayendo malestares. Ignorando las señales de su cuerpo, que no estaba preparado para resistir más tiempo en esas condiciones, se decantó por seguir la incitación diabólica y entrar en el paraíso que era la calle Sarandí.
Arrastrando los pies como si una cadena de acero los uniera al suelo, se adentró en ese rincón de alegría que tanto la llamaba. Caminó unas pocas cuadras, disfrutando del pequeño oasis que se abría paso en el desierto de calor que se había apoderado de Montevideo. De repente, un golpe seco: su corazón aceleró a un ritmo desbocado, su respiración se volvió jadeante, su visión se nubló y su cabeza comenzó a dar vueltas. La conciencia se le escapaba de entre los dedos. Así se sentía: una bajada de presión producto de su insensato deseo de continuar un camino que no debería haber tomado, en un día en el que el mismísimo señor de los infiernos parecía haberse apoderado de las calles de la ciudad. Su destino: caer desmayada por su imprudencia.
—Tranquila, que te tengo.
Esa voz no era producto de su imaginación. Los brazos que la rodeaban eran demasiado cálidos y sudorosos, evidenciando que el desconocido también sufría las consecuencias del avasallante calor que emitía el asfalto. A pesar de que la conciencia se le escapaba, de que sus ojos se cerraban y dejaban de transmitir luz, la sensación de estar en los brazos de un extraño la obligaba a volver a la realidad, alerta ante un posible infortunio. Cuando el instinto de supervivencia se apoderó de su cuerpo y abrió los ojos con miedo, se topó con un ángel. El calor se disipó de su cuerpo al contemplar sus ojos color avellana, la sensación de sudor se olvidó con solo una mirada a sus labios, el mareo se ignoró por completo al observar su rostro como un todo. Enzo Vogrincic, en todo su angelical ser, la sostenía para evitar que cayera en la fogosa calle Sarandí.
—No te preocupes que te ayudo a sentarte.
Su voz me sacó de mis pensamientos, esta vez infinitamente menos agónicos. Me tomó con delicadeza y me llevó unos metros hacia atrás, hacia unas sillas de plástico rojas, no muy cómodas, con el logotipo de una conocida marca de bebidas. Estaban fuera de un local llamado Zabala. Solo allí me di cuenta de la distancia que mis pies, que ya se podían haber fundido con el asfalto, me habían llevado. Estábamos cerca del Registro Civil y a unos pocos metros del Implosivo Artes Escénicas, la escuela de actuación. He ahí esclarecida la aparición de mi inesperado ángel salvador. Con mi mente retornando de su estado de inactividad coherente lo primero que atiné a decirle a mi salvador fue.
—Perdón.
Una simple palabra, tan tonta que parecía fuera de lugar. Sin embargo, así me sentía: avergonzada de haberlo desviado de su camino. Posiblemente le molestaba ayudar a una desconocida que caminaba imprudentemente bajo el sol abrasador, con la única compañía de una cartera que contenía sus documentos para el examen, una tarjeta de transporte y su fiel botella de agua, que ahora parecía más una sopa por lo caliente que estaba.
La risa de mi nuevo acompañante me confirmó lo tonta que había sido mi respuesta. Doblemente avergonzada, lo miré a los ojos. Solo vi diversión por mis palabras y preocupación por mi extrema palidez y mi inminente desmayo.
—¿Cómo me vas a pedir perdón? ¿Te sentís mejor ahora sentada? Te voy a comprar un refresco y un agua fría, porque estoy seguro que te bajó la presión.
El hombre se irguió, enderezando su espalda, y se dirigió al restaurante con paso firme. Su objetivo era claro: conseguir las bebidas que me ayudarían a reponerme. Al cabo de unos minutos, regresó con un refresco y un agua fría. Se agachó de nuevo junto a mí, ofreciéndome el elixir que mi cuerpo, agradecido, absorbió con avidez.
—Muchísimas gracias, y te pido perdón por las molestias. Seguro tenías otras cosas que hacer más que asistir a una pelotuda que se desmayó.
Dije con pena, mirándolo a sus ojos marrones. Sentía cómo me ardían las mejillas. Solo entonces, al contemplar mi alrededor, me percaté de la bicicleta olvidada en el piso. Probablemente se había bajado de ella al verme en mi estado.
—No me agradezcas, solo hice algo que cualquiera haría.
Expresó mientras se giraba para buscar la bicicleta. Al levantarla, se regresó hacia mí y me dijo:
—Me llamo Enzo. ¿Y vos?
Le dije mi nombre con más confianza al ver que no parecía molesto ni apurado por irse. Le señalé el refresco, aún sin abrir, ofreciéndoselo.
—Eso es tuyo, no me lo tenés que devolver. Si yo fuera vos, también tomaría de ese. El azúcar te va a ayudar a recuperarte, todavía estás muy pálida. Si me permitís.
Con esa simple petición de consentimiento, acercó su mano a mi rostro apartando algunos cabellos que se me habían pegado por el sudor, aquellos que mi peinado no había podido contener y ahora se posaban rebeldes por donde ellos deseaban. Luego de poner mis cabellos en orden, su mano se quedó allí, posada en mi cuello. La sensación de tener aquel pesado miembro cerca de donde se medía mi pulso me inquietaba. ¿Y si podía sentir el acelerado ritmo al que iba mi corazón? Su rostro tan perfecto no era lo único que me embobaba; su amabilidad y sencillez con la que estaba allí delante de mí me estaba dejando el cerebro aún más atrofiado que cualquier síntoma debido al infernal clima.
Tomando otro largo trago de agua para disipar los efectos que él estaba teniendo en mí, tomé valor, lo miré a los ojos y le dije:
—Muchísimas gracias otra vez. Siento que te lo estoy diciendo ya muchas veces, pero de verdad estoy agradecida con tu gesto. Pudiste haberme ignorado y dejarme tirada en la calle, y no lo hiciste.
—No tenés nada que agradecerme. Decime, ¿vivís por acá? Así te acompaño y me quedo tranquilo de que llegaste bien.
Me respondió aún con su mano posada delicadamente sobre mi cuello, dejándole leves caricias y sus ojos mirándome fijamente, entre preocupados y con algo parecido a ternura.
—No vivo por acá, ni cerca. Solo vine porque acabo de dar un examen y quería recorrer. Iba super bien hasta hace unos momentos.
Ya dejando un poco de lado la vergüenza, le respondí un poco más animada y sin tanta timidez. Tanta, ya que tener a alguien tan bonito enfrente de ella solo hacia que se pusiera nerviosa.
—Ok, sin ser muy invasivo, ¿dónde vivís? Tal vez te puedo llevar o algo. Me preocupa que te vayas sola después de que casi te desmayas. Si querés, llamamos a alguna amiga o alguien que te venga a buscar.
—Vivo en Manga, así que un poco lejos de acá. Y mis amigas en estos momentos...
Dije entre risas, diciendo donde vivía y luego chequeando la hora: 16:04. Para saber dónde podrían estar alguna de mis amigas para contestarle.
—Mis amigas están todas trabajando, así que no queda de otra que irme sola. Quedate tranquilo que no me va a pasar nada.
Le contesté intentando calmarlo y asegurarle de que todo estaría bien y no me volvería a pasar nada.
—Te invitaría a mi casa, pero siento que para un primer encuentro es mucho. Me conformo por ahora acompañándote a tomar el bondi.
Volviendo por la calle Sarandí, por la tan calurosa Ciudad Vieja. Ese tipo de calor que hacía que el asfalto derritiera el calzado y definitivamente el tipo de calor que hace que se te baje la presión y encuentres a Enzo, quien ahora te tiene montada en su bicicleta mientras ambos ríen y disfrutan el pequeño aire que les llega por la velocidad con la que conduce el antes mencionado. Ese era el tipo de día caluroso que hacía aquel día en Montevideo.
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quetzalnoah · 6 months
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Desde hace unos días le invitó un café a la tristeza para que platiquemos de sus problemas. Le gusta mucho quedarse y llegar de forma repentina a mi casa. A veces hablamos de lo rápido que pasa el tiempo y de los que se nos están yendo. También le cuento que últimamente siento que algo me fue arrebatado y me resulta más fácil encontrarme y saber lo que busco.
Hoy ya no busco mucho, porque en teoría, todo lo tengo, pero que mi espíritu alberga la derrota de la ilusión. Tal vez estoy equivocado, tal vez hice todo mal desde un principio pero no me quedaba de otra más que avanzar. Esperé mucho tiempo para no darme por vencido y ahora mis ojos incrédulos no calcan el más mínimo ánimo por las utopías.
Extraño no saber quién soy, desvelarme en búsqueda de alguna respuesta, escribir seduciendo al infinito y que las canciones tengan una frase que me reviva.
La poesía nunca me ha abandona, aún siento estar en una gran deuda con ella. No sé si ya escribí mi mejor poema pero se fuga mi época, me convenzo que mi momento ya fue y debo dejar de aferrarme a éste lugar y no ser como Memo Ochoa en la selección, tener honor y alentar bajo la experiencia que me abrió el camino. Hay que darle la bienvenida a las nuevas mentes inquietas, a los corazones confundidos, a los intensos que no han encontrado el amor propio y a los que aman a la menor provocación.
Últimamente escribir es un constante viaje al pasado, buscando detalles inconclusos, partes de mis historias que me ayuden a pegar otras. Como un collage de vivencias y viajes que va cubriendo mis cicatrices. Y en el intento por conocerme, me doy cuenta que sigo sin saber lo que quiero y a dónde voy. Todo el tiempo marchita y renace un capullo del universo dentro de nosotros.
Cuadernos viejos, Quetzal Noah
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salovila · 3 months
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Se siente levemente incómoda, no muy segura de que haya sido buena su idea de venir en un pijama de los que acostumbra a utilizar y no ese hermoso conjunto vintage de dos piezas que, aunque elegante y caro, descansa a kilómetros de distancia, en Azure Acres, sobre el respaldo de la silla del dormitorio de Vila. Para Salomé es extraño estar en un lugar sin llevar tul o terciopelo o peluche rosado, pero así se viste en casa, cuando nadie la ve y está tranquila. Se le ocurrió que sería una excusa perfecta para no tener que proyectarse como la supuesta superestrella que alguna vez supo ser, tratando de olvidarse, así, de la pose que siempre tiene que mantener, incluso ahora que está retirada. Inspira profundamente y al bajar de la limosina los flashes de la alfombra roja la enceguecen y ella camina fingiendo que no ve nada y que no escucha que le piden que pose, más en un momento se abalanzan de más y ella, que es temerosa y ansiosa, se echa hacia atrás y se afianza con fuerza del brazo de quién tiene más cerca. Inhala y exhala. — ¿Serías tan amable de ayudarme a salir de aquí?
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analisword · 2 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x fem Reader)
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Sé que llevan tiempo queriendo un capítulo un poco más tranquilo, así que perdón de antemano TTTTTT ajajjajaja
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Capítulo 11:
Si Alana pudiera pedir una sola cosa en el universo: Esta sería quedarse justo aquí donde estaba. 
No recordaba haber dormido así de bien alguna vez en su vida, el ambiente estaba frío pero una enorme sábana la cubría de cuello a pies, además unos largos brazos le rodeaban la cintura, haciéndola sentir protegida y arropada. 
Los tenues rayos del sol se colaban por la ventana de manera correcta y el olor de la habitación le transmitía paz y seguridad. 
Sí, definitivamente quería pasar el resto del día en esa misma posición. 
—Alana��la voz de Enzo sonó más grave de lo normal, probablemente porque acababa de despertarse, Alana apretó los ojos fuertemente y respondió con un leve gruñido, no le apetecía levantarse—. Lanita—dijo liberando su cintura y agitando levemente sus hombros para después dejarle un suave beso en su mejilla. 
—¿Qué pasa?—preguntó ella suavemente y abriendo los ojos, la imagen que se encontró hizo que su corazón latiera significativamente más rápido, no había una imagen más adorable que Enzo recién levantado, con sus ojos algo hinchados y  su largo cabello despeinado.
—Buenos días—dijo primeramente, Alana sonrió y procedió a peinarle las cejas al chico, pues también se encontraban despeinadas, él hizo una mueca y dirigió su mirada hacía los dedos de Alana para después volver a verla—. Me hablaron de la película, tengo que ir a filmar—respondió apenado y con un leve tono de flojera, se notaba que él también había planeado quedarse en cama todo el día. 
—¿Justo hoy?—preguntó—. Pero si es domingo—exclamó con un puchero para después rodear el cuello de Enzo con sus brazos, nunca se había considerado una persona muy afectiva, sobre todo físicamente, era la queja principal de todos los novios que alguna vez había tenido, Alana detestaba el contacto físico, hasta que conoció a Enzo. 
Ahora no creía poder estar más de 5 minutos sin tocarlo de alguna manera.
—Sí—respondió él hundiendo su cara en el cuello de Alana—. Qué pereza. 
—Pero es domingo, no pueden obligarte a ir—replicó ella, sabía que era mentira, en el medio que Enzo se movía no había descansos, si al director le apetecía filmar en día feriado, tenían que hacerlo. 
—Unas escenas no quedaron bien el viernes y tenemos que volver a grabar—explicó—. Pero bueno, mirá el lado bueno, vas a tener el depa para ti sola, podés hacer lo que quieras, escribir, leer, husmear por mis cajones. 
—Aunque husmear tus cajones suena como el mejor plan para un domingo—dijo Alana riendo—. Tengo que ir con Sebastián—exclamó jugando con la manga de la camisa de Enzo, por primera vez no se sentía extraño mencionar al chico frente a Enzo, después de hoy, Sebastián no sería nada más que alguien de su pasado. 
—¿Querés que te acompañe? Digo, sé que van a necesitar  privacidad para hablar y todo eso, pero me puedo quedar afuera en caso de que me necesités, ahora marco para cancelar la filmación—Enzo sugirió con tono comprensivo, Alana inclinó la cabeza al escuchar el apoyo que le estaba ofreciendo y le regaló una caricia en su mejilla como muestra de agradecimiento. 
—No, no te metas en problemas con el director, estaré bien—dijo sinceramente, claro que no sería sencillo tener que romper con Sebastián, principalmente por la historia que tenían y porque lo apreciaba, pero sabía que era lo mejor para ambos, lo mejor para ella y lo mejor para Enzo. 
—Bueno, igual si necesitas algo no dudes en llamarme, ¿de acuerdo?
—De acuerdo—sonrió—. Enzo, en verdad muchas gracias por haber sido tan comprensivo  y paciente conmigo todo este tiempo, sé que ninguno de nosotros vio esto venir y lamento si…
—Ha valido la pena—dijo él interrumpiéndola,  Alana nunca le terminaría de agradecer por su comprensión, incluso antes de que comenzara a sentir cosas por él, Enzo había sido un gran amigo y soporte durante estos meses que llevaba conociéndolo. 
Alana estiró el cuello y le dejó un rápido beso en los labios, no había tenido la intención de quedarse a dormir en el departamento de Enzo, a decir verdad, ni siquiera recordaba en qué momento se habían quedado dormidos, probablemente después de leer unas cuantas páginas con él de uno de los libros que le había regalado, o quizá después de haberse llenado con los pancakes que le preparó, que ignorando el aspecto, habían estado bastante deliciosos. 
—Será mejor que me vaya de una vez—dijo ella acariciándo el cabello de Enzo, no quería ni siquiera checar su celular, probablemente estaría repleto de mensajes y llamadas perdidas de Sebastián. 
—¿Nos vemos en la noche?—preguntó Enzo.
—Sí, obvio—respondió ella feliz. 
—Bueno, deja te pido el taxi—dijo él al fin saliendo de la cama y apoyando la espalda sobre la pared con el celular en manos. 
—Me estás malacostumbrando—dijo ella, la noche anterior le había contado sobre su travesía por haber ordenado mal su taxi. 
—Qué boba que  sos—dijo él riendo recordando la anécdota, Alana le lanzó una almohada como respuesta, la cual él esquivó con unos reflejo digno de un superhéroe. 
—¿Quieres saber un secreto?—preguntó Alana caminando hacia él, él despegó la mirada de su celular, depositando toda la atención en ella. 
—Obviamente—dijo él sonriendo. 
Alana mordió el interior de su mejilla completamente avergonzada, se había guardado ese secreto por más de 4 años y Enzo sería la primera persona en escucharlo. 
—¿Qué?—preguntó él riendo al notar que ella no decía nada, Alana sintió la sangre subir por sus mejillas y se tapó la cara. 
—Mejor luego te cuento—dijo arrepentida por abrir su bocota, era culpa de Enzo por verse tan adorable en las mañanas y por sus impresionantes reflejos. 
—No, no, ahora me decís—dijo él atrayéndola hacia él tomándola de los glúteos, ella hubiera gemido ante el toque de no haber sido que se encontraba mortificada por lo que estaba a punto de confesar. 
—Eh, bueno Luther, ya sabes, el prota de mi saga…
—Ajá…
—Lo hice inspirado en ti—dijo ella para después taparse la boca.
Enzo frunció el ceño. 
—No te creo—exclamó él sonrojado. 
—¡Sí! Tipo, físicamente lo imaginé como tú. 
—Vos estás jodiéndome. 
—¡Qué no!
—¿Esto es en serio?—preguntó él con voz chillona, Alana soltó una carcajada. 
—Que sí, boludo. 
—¿Boludo?—exclamó él abriendo la boca dramáticamente—. Estás pasando mucho tiempo conmigo. 
—¿Es queja?—preguntó ella volviendo a rodear su cuello. 
—Claro que no—dijo él volviendo a besarla—. Mi personaje favorito inspirado en mí, ¿quién lo diría?
—Te dije que serías perfecto si hacen la peli. 
—Ya decía yo que lo describías muy guapo. 
Mientras Enzo se bañaba para irse a filmar, Alana aprovechó para ponerse sus jeans, los cuales el chico había dejado en la secadora la noche anterior, le gritó desde afuera del baño que el taxi había llegado y Enzo le respondió con un ‘’¡Suerte!’’.
Nunca se había imaginado cómo sería tener que romper con Sebastián, hace unos años, cuando se encontraba profundamente enamorada, creía que él era la persona con la que estaba destinada a pasar el resto de sus días, ahora sabía que esa etapa había terminado y que romper era la decisión correcta, la relación ya estaba destinada a fracasar, con o sin Enzo en el mapa. 
El camino fue tranquilo y bastante rápido, únicamente comenzó a ponerse algo nerviosa hasta que se encontró frente al departamento que había compartido con Sebastián desde que había llegado a España, se detuvo antes de girar la perilla, ¿qué harían después de esto? Sabía a ciencia cierta que Sebastián estaría bien, contrario a Alana, el chico tenía un montón de amigos esparcidos por toda la ciudad. 
Tomó una bocanada profunda de aire y entró al departamento. 
Alana parpadeó varias veces, la sala estaba repleta de arreglos florales, ¿qué mierda? Arrugó la nariz ante el repentino olor a rosas. 
—Llegaste—dijo Sebastián entrando a la sala desde la cocina—. Amor…—exclamó con tono de arrepentimiento, todo parecía indicar que se había dado cuenta del ligero descuido de olvidar el cumpleaños de su novia. 
Se acercó a ella con la intención de abrazarla e incluso besarla, Alana sabía que el chico se encontraba altamente arrepentido, pues no había bombardeado su buzón de mensajes como ella había pensado y no le estaba gritando por no haber llegado a dormir a casa, Alana se separó bruscamente, no permitiendo que él le pusiera un solo dedo encima. 
—Alana, lamento mucho lo de ayer, entre el gimnasio y pendientes con el libro me perdí de qué día estaba, sabes que tu cumpleaños significa mucho para mí—dijo hablando rápidamente, ¿en verdad esa era su excusa? ¿el gimnasio? Alana había faltado a su jodida graduación de maestría por un cumpleaños de Sebastián—. ¿Estás enojada?
—No importa—respondió sinceramente, no importaba ya, veía los ojos azules de Sebastián y lo único que podía sentir era nada, quizá se había sentido algo decepcionada y un poco triste al respecto, pero no había sentido enojo. 
Si no había estado segura que ya no sentía nada por Sebastián, ahora esta situación se lo confirmaba. 
—Oh, ¿de verdad?—preguntó él con tono de desconfianza, Alana cruzó los brazos y asintió—. Ah, bueno, genial, aquí está tu regalo.
Sebastián rebuscó en la bolsa de su pantalón y sacó una tarjeta de regalo de 15 euros para Sephora, Alana la miró fijamente y no la tomó. 
—Es para que te compres tu perfume—carraspeó él, Alana levantó una ceja, no era como si fuera a aceptar el regalo de todas maneras, pero eso ni siquiera alcanzaba para el tamaño de viaje de su perfume favorito. 
—Sebastián, seré directa—dijo ella francamente—. Desde hace tiempo esto no está funcionando.
—¿Las tarjetas de regalo de Sephora? Pero sí  compré hace rato, aún funcionan en la tienda—dijo él inspeccionando el plástico, Alana suspiró ¿qué el chico no tenía más de 2 neuronas?
—No eso, nosotros. Tenemos que terminar—dijo, sintió que un peso enorme se le caía de los hombros.
—¿Qué? Dijiste que no estabas enojada por lo de tu cumple, si quieres podemos ir a comer algo y ya está.
—Es que no es eso, Sebastián, este es precisamente el jodido problema, piensas que las cosas se solucionan fácilmente, pero no es así. Es más profundo que eso, admito que lo de mi cumpleaños fue sólo la gota que derramó el vaso, pero desde hace un buen tiempo tú y yo no estamos bien, míranos, llevamos meses siendo miserables—dijo con tono de cansancio, Sebastián la miraba como si estuviera loca. 
—Alana, tenemos una vida juntos, nos mudamos a otro maldito continente. 
—No creo que eso haya sido una buena idea—dijo ella rascándose la nuca—. Pero ya es demasiado tarde. 
—No, no lo es, ¿quieres volver a México? Lo hacemos  y ya, fue un error pedirte que nos vinieramos a Sevilla, claramente sigues siendo una niña de casa. 
—Sebastián, no soy ninguna niña, soy una mujer completamente capaz, pero si no puedo seguir con algo, es precisamente seguir en esta relación, si es que se le puede llamar así. 
—Es por el sexo, ¿verdad?—preguntó él fastidiado, Alana arrugó la nariz al escucharlo, era cierto que no habían tenido intimidad incluso desde antes que ella conociera a Enzo, pero ese no era el maldito punto. 
—¡Claro que no! No es algo tan superficial como eso, no funcionamos más, no me dejabas escribir, apenas convivimos y sí, olvidaste mi jodido cumpleaños, ¿es esto lo que quieres para ti? Porque yo no. 
—Somos un equipo. 
—Ya no—dijo ella—. Escucha, te agradezco muchísimo, aprendí demasiado de ti y te aprecio, en serio.
—¿Me sigues amando?—preguntó él seriamente, Alana apretó los labios, inspeccionó dentro de su corazón, pero no encontró nada. 
—No—dijo simplemente. 
—Vale, no puedo obligarte a seguir conmigo si no quieres—dijo él limpiándose las lágrimas, Alana lo miró con algo de pena, ni siquiera se había dado cuenta cuándo el chico había comenzado a llorar. 
—¿Necesitas ayuda para empacar?—preguntó él casualmente, Alana lo miró estupefacta. 
—¿Empacar?—preguntó ella arqueando una ceja, él asintió—. Eh…yo pago este departamento de igual forma. 
—El departamento está a mi nombre, no hay nada qué hacer. 
—Eso no es verdad, yo pago más que tú. 
—Lo que pagues no tiene nada qué ver de si está a tu nombre o no—soltó una risa—. Yo firmé el contrato, ¿recuerdas?
Alana hizo memoria, efectivamente, había aceptado que él firmara el contrato a pesar de que la mayor parte de los ingresos de Alana iban dirigidos al mantenimiento y renta del departamento, ¿cómo había podido ser tan idiota?
—La mac se queda, por cierto—dijo Sebastián. 
—Yo la compré—dijo ella ofendida, se referían a la computadora que se encontraba en el estudio de Sebastián, Alana la había comprado con la intención de escribir en ella cuando se mudaron a Sevilla, por supuesto que ese día nunca llegó, Sebastián se había adueñado de la computadora. 
—No esperas romper conmigo y dejarme sin cosas y sin casa, ¿verdad?—preguntó él desafiadamente. 
—¿Y yo qué?
—Tienes una oficina, ¿no? Puedes dormir ahí en lo que encuentras depa. 
Alana no podía creer lo que estaba escuchando, desde un inicio ella había pensado quedarse con el departamento, pero aún así había pensando en darle tiempo a Sebastián para que consiguiera un lugar nuevo, había estado dispuesta a dormir en la sala de ser necesario, ¿y él la mandaba a dormir a una jodida oficina? Claro que dicha oficina no existía y en realidad era la casa de Enzo, también sabía que Enzo no dudaría en ofrecerle asilo en lo que ella conseguía algo, pero de eso no se trataba. 
—¿Sabes qué? Haz lo que quieras—dijo ella caminando furiosamente hacia la habitación, tomó una maleta del closet y comenzó a lanzar su ropa, no podía estar un minuto más en el mismo lugar que Sebastián. 
—Te devuelvo lo del depósito de este mes—dijo él parándose en el marco de la puerta, hace apenas una semana que Alana había pasado la renta de ese mes.
—¿En serio? ¿No lo ocupas para el mantenimiento de la Mac o algo así?—preguntó ella sarcásticamente—. No necesito ese pinche dinero—escupió adentrándose al baño y tomando su plancha del cabello para lanzarla a su maleta.
—No seas orgullosa, me preocupo por ti. 
—Ja, se nota—exclamó. 
La mirada de Sebastián se suavizó un poco, Alana abrió nuevamente la puerta del closet, pero el movimiento brusco hizo que uno de los cinturones de Sebastián cayera y la hebilla le pegara en la frente, ella se llevó la mano rápidamente al lugar del golpe. 
—Mieda—exclamó, el metal le había sacado algo de sangre. 
—Mierda, Alana, ten cuidado—exclamó Sebastián acercándose a ella y tomando su cara entre sus manos para inspeccionar la herida, ella apartó la cara con disgusto, él bajó la mirada y Alana notó como algo cambiaba dentro de él. 
Alana bajó la mirada.
Había olvidado quitarse la sudadera que Enzo le había prestado.
—¿Qué chingados traes puesto?—gritó, Alana tragó saliva y sintió que la sangre se le iba a los pies, ella caminó hacia atrás lentamente y Sebastián la siguió—. Responde mi pinche pregunta, Alana, ¿de quién jodidos es esa sudadera?
—Mía.
—No me quieras ver la cara de idiota, te queda enorme y aún huele a hombre, ¿te acostaste con otro verdad? No has estado escribiendo una mierda, has estado revolcándote como la puta que eres. 
El cuerpo de Alana chocó contra la pared, Sebastián se veía furioso y ella sintió un miedo que nunca había experimentado. 
Nunca lo había visto así, sus fosas nasales se encontraban más grandes de lo normal, en su ojos no había más que puro enojo, el chico estaba incluso temblando de la ira. 
—No me he acostado con nadie—dijo lo primero que se le vino a la mente—. Tranquilízate por favor, vamos a conversar y…
No pudo decir nada más porque inmediatamente sintió el puño de Sebastián estrellarse contra su ojo, Alana cayó de rodillas ante el impacto, el dolor la había sacudido por completo.
—Sebas—murmuró como pudo, oficialmente se encontraba llorando histéricamente, lo cual hacía que su ojo doliera aún más, tenía miedo de despegar las manos de su rostro.
No pudo conseguir decir algo más, pues entonces el pie de Sebastián se estrelló contra sus costillas, haciendo que su cavidad torácica se hundiera y sacara todo el aire, aspiró fuertemente por la nariz pero nada entró.
Sebastián volvió a patearla, no recuerda que más sucedió, pues todo se tornó negro ante la falta de oxígeno. 
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love-letters-blog · 5 months
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PARA TI HERMOSA
Para la mujer cuyo marido hace una "parada extra" después del trabajo todas las noches.
Para la mujer que está de luto por la pérdida de un embarazo que nadie sabía.
Para la mujer que lleva todo hacia delante a pesar de que está perdida dentro.
Para la mujer que fue despedida porque ha estado despierta durante una semana con un niño enfermo.
Para la madre soltera que no sabe cómo va a llegar a fin de mes con todos los gastos.
Para la mujer que aún no se ha perdonado por el aborto que tuvo hace 20 años.
Para la mujer que tiene que aguantar que le juzguen a ella y a sus hijos mientras ella cuenta las monedas para comprar en el supermercado.
Para la mujer que abre la puerta y le dan la noticia de que su marido fue asesinado en el extranjero tres semanas antes de regresar a casa.
Para la mujer que vive con ansiedad porque nadie entiende de lo que podría estar estresada.
Para la mujer que le da a su familia todo el día, todos los días..
Para la mujer que sonríe a los extraños todo el día en público, pero llora silenciosamente todas las noches.
Para la mujer que ha querido acabar con todo, pero encontró fuerza para seguir adelante.
Para la mujer que escuchó el rumor sobre sí misma hoy.
Para la mujer que duerme al lado de un extraño cada noche.
Para la mujer cuya genética nunca le permitirá que se pareciera a las de las revistas.
Para la mujer criando a una hija sin padre y rezando para que la historia no se repita.
Para la mujer que ama con todo su corazón que está desesperada por ser amada.
Por cada mujer que llora en la ducha. Porque si no eres fuerte, nadie lo es.
Sólo porque el agua lave tus lágrimas no significa que no llores. Sólo porque llores no significa que no seas lo suficientemente fuerte como para manejarlo.
—-☮️
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catarsis96 · 5 months
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Tengo unos problemitas para publicar esto. Espero que esta vez no suceda nada, hice esta idea un poco tonta para practicar mi escritura Smut, espero que sea del agrado de los demás, agradezco también a quienes han leído mis otras publicaciones.
Advertencia: estructura +18, si eres menor de edad o no te gusta este tipo de lectura, no leas.
Adrian Tepes x lector femenino.
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El Damphir que se robó una doncella prometida. 
Para las jóvenes doncellas estar comprometidas con un buen hombre era una gran ilusión, corrían con la suerte de casarse con alguien de buena familia y estarían con alguien que las amaría, pero no siempre era así. 
Estabas comprometida, mejor dicho, tus padres te estaban vendiendo a un hombre horrible, en el momento en que tuvieron la oportunidad decidieron que sería una buena idea entregar a su única hija al dueño de un negocio del pueblo. Ellos eran tus padres, ¿Cómo era posible que hicieran esto? Pero no les importaba, solo el dinero que recibirían al entregar a su hija como si no sucediera nada. 
Su matrimonio no era uno normal, tu padre un completo borracho que solía tener deudas por su incontrolable adicción al alcohol y tu madre… a ella no le importaba su marido, solo se había casado con él en cuanto supo de su embarazo y sacarle lo poco que le diera. 
Sinceramente no te importaban ya. Pero ahora que habían hecho aquél trato con ese hombre, enfureciste. 
No tenías a nadie con quien desahogarse en casa, así que fuiste con la única persona que te entendía muy bien. Caminaste por el bosque hasta llegar al castillo que se instaló muy cerca del pueblo en que vivías, el castillo de Drácula. 
Tener tan cerca ese imponente castillo había llamado su atención, la curiosidad llamaba y, en un momento donde huiste de tu hogar y de las discusiones de tus padres, fuiste a explorar cerca. No habías pensado que llegarías a conocer a Alucard, aquél que habías escuchado mencionar por un orador. Fue un poco extraño conocerlo, quizás porque él era diferente a un humano. Pero lo extraño y sobrenatural te atraía. Y desde aquella vez, comenzaron a tener una extraña pero hermosa amistad. 
Alucard solía ser un poco callado pero sarcástico, cálido a pesar de que parecía esconder ese lado suyo, era guapo y esos pectorales, no eras ignorante de la seducción que Alucard poseía y no negabas que habías comenzado a sentir una gran atracción por él. Había muchas cualidades y razones en él que te hacían tener mariposas en el estómago cuando estaban juntos.
El castillo estaba frente a ti, subiendo los escalones sabías que él sabía que estabas ahí. La gran puerta fue abierta para que pudiera entrar y Alucard te vio desde las escaleras de caracol.
“... Que alegría verte.”  La sonrisa en su rostro era evidente.
“Yo también me alegro de verte, Alucard.” Saludándolo, caminaste hacia él.
Alucard notó cómo su rostro estaba ligeramente molesto, normalmente cuando estabas así era por los problemas de tu familia, él lo sabía, desde que comenzaron a entablar amistad no le ocultaste nada sobre tus "amorosos papás". Alucard comprendió, no juzgó, pero si le molestó que unas personas fueran tan irresponsables y quisieran llevarse entre todos sus problemas a alguien que no lo merecía.
Él quería hacer algo para ayudar, el tiempo que estuvieron conviviendo ha sido lo mejor para él, habías aparecido justo cuando sentía que estaba perdiendo la cordura. 
Ver a otro humano, después de que la guerra contra su padre terminó, fue lo mejor que le pasó, eras lo mejor que le habías pasado. Esa curiosidad tuya por las cosas sobrenaturales, tu forma de pensar y ese brillo en los ojos cuando jugaban juntos, era como un dulce regalo, pero no solo eso le llamaba de ti, cada vez que jugaban a atrapar el uno al otro, había estado viendo tus caderas al momento en que corrías, tus pechos esponjosos cuando necesitabas tomar aire después de tanto correr; Adrian quería ver tus lugares más privados. 
Se sentía como un pervertido pero no podía evitarlo, lo tentabas. 
“¿Qué sucede ahora?” Ignorando sus pensamientos lujuriosos, se atrevió a preguntar. 
Mordiéndo tu labio por la frustración, comenzaste a hablar:
“Ay, Alucard, mis padres han hecho algo espantoso” Corriste a él y lo abrazaste con desesperación.
Para Alucard fue una sorpresa repentina cuando te aferraste a él, como pidiendo protección.
“¡Me han comprometido con un señor!”
“¡¿Qué?!” No solía sorprenderse tanto, pero en cuanto dijiste aquello, fue como si le hubieran dicho la pesadilla más espantosa. “¿Ellos hicieron qué?”
“Prometido, pero en realidad me cambiaron por unas simples monedas en cuanto tuvieron la oportunidad” Susurró sabiendo que él escucharía. “No quiero casarme con un anciano, Alucard.”
Sus brazos rodearon tu cuerpo, como si fuera un refugio donde nadie entraría a dañar.
“Yo quiero estar con la persona que amo.”
Aquello llamó la atención del damphir y una ráfaga de celos lo invadió, estabas enamorada de alguien.
“¿De quién?” Su voz masculina salió de sus labios por sí sola. Tenía que saberlo, quería escuchar quién era ese alguien que amabas.
“Yo… Uh…” La vergüenza te tomó. ¿Por qué era difícil decir a quién amas?
“Dime, ¿A quién amas?” Los dedos de su mano derecha tomaron tu barbilla. Sus ojos miel te miraban como si estuvieran tratando de hipnotizar tu mente.
Labios masculinos se acercaban a unos femeninos, deseosos de probarlos, tu corazón parecía golpear tu caja torácica, pensaste si era posible que saliera de tu pecho por la forma en que palpitaba como loco. Lo que pensaste que nunca podría suceder, pasó, Alucard te estaba besando y era mejor que en tus sueños.
Sus esponjosos labios se movieron con maestría atrapando los suaves y torpes por la repentina acción. Con sus colmillos mordió su labio inferior pidiendo permiso para profundizar más ese beso y lo hiciste, le estabas dando permiso a hacer lo que quisiera, su lengua lamió la tuya como si la estuviera seduciendo; un pequeño gemido brotó y no supiste si fue tuyo o de él.
Él se separó de tu boca, un pequeño hilillo de saliva los mantenía unidos, sus ojos parecieron brillar más.
“ A mi habitación” Sin perder el contacto con tus ojos, te tomó por la cintura, te dejaste llevar por él y no querías dejar su cercanía.
Llegaron a su habitación dejando atrás el salón principal, la luz se filtraba por las ventanas haciendo que el lugar se notara un poco acogedor y como un lugar para descansar cómodamente. Tuvo que soltarle para poder cerrar la puerta, aun sabiendo que no habría nadie que les interrumpiera. Miraste a tu alrededor y su cama. Sabías lo que sucedería a continuación.
“No haré nada si no lo deseas, pero…”
“Quiero hacerlo.” Respondiste, no había duda de que quisieras.
Caminó hacia ti para poder besarse otra vez, hacer eso era como una invitación a lo prohibido, a la tentación. Y él quería llegar a eso, contigo. Los gemidos y suspiros entre besos eran escuchados, pero Alucard quería más que solo besarse, ambos querían más. 
Con pasos decididos llegaron a su cama y te tumbó delicadamente en ella.
“He querido hacer esto contigo” Reveló con un poco de timidez. Su cuerpo más grande descansaba sobre ti.
“Yo también.” Con voz acalorada, lo miraste.
Ambos estaban igual de avergonzados, pero con el calor del momento y el deseo consumiendo sus cerebros, las caricias lascivas debajo de la ropa se hicieron presente, ambos querían tocar, explorar la piel del uno y del otro. La ropa comenzó a estorbar y a desesperarlo, necesitaba verte tal y como eras. No podía esperar más, con sus grandes manos no le fue difícil sacarte de ese molesto vestido. 
Sus ojos brillaron cuando la vio desnuda por primera vez.  Alucard iba a comerte y tú no lo impedirías.
Comenzó a recorrer tu cuello con dicha, con cada paso de sus labios por tu nervioso cuello, pechos y mejillas; un suspiro dejabas escapar para él.Guiaste tus manos hacia su cuerpo, querías quitarle la ropa como él hizo contigo, al ver lo que pretendías, ayudó a quitarse la camisa y pudiste ver sus músculos, pecho y cicatriz, era como si te hechizara cuando tus manos lo comenzaron a recorrer.
“¿Te gusta lo que ves?” Preguntó socarrón, no podías dejar de tocar y mirar, todo su pálido cuerpo, cada parte de él estaba haciendo que no alejaras las manos.
Y ahí estaba su modo burlesco, incluso en este momento de placer. Lo tomaste del cabello para besarlo con lujuria, mordiendo un poco sus labios. Gimió cuando lo tomaste así. Su mano comenzó a deslizarse desde tus pechos a la parte baja entre tus muslos, quería tocar ese lugar secreto entre tus piernas. Sus dedos tentaron hasta que por fin entraron en esa calidez, encontrando ese botón nervioso.
Sorprendida por lo que te hacía sentir comenzaste a gemir, las caderas se movieron por sí solas en cuanto sus dos dedos comenzaron a jugar con su clítoris, sus dedos parecían estar acostumbrándose a sentir lo cálida que eras en esa área sedosa. Necesitaba oír más de tí, comenzó a hacer que entres en desesperación por lo bien que te hacía sentir solo con eso. El nudo en tu estómago parecía reventar, un toque tras otro y otro cuando ya no pudiste más y llegaste al primer orgasmo de la tarde. 
Tu cara ardía por haber terminado en su mano, con la respiración cansada de haber acabado en sus grandes dedos. El te miró, se le hacía agua la boca por verte así, los pantalones comenzaron a molestarle, con la necesidad de poder hacer algo por la dureza de entre sus piernas, se quitó lo último de su vestimenta, no iba a parar, separó tus piernas para estar enmedio de ellas, una mirada más a ti y un asentimiento le bastó para poder entrar poco a poco en tu interior. La respiración se le cortó cuando entró por fin, los dulces pétalos de tu cuerpo se separaron para recibir su longitud como si lo estuvieran esperando desde hace mucho tiempo.
Se sentía tan bien, tan húmedo y caliente, sus caderas comenzaron a moverse lenta y firmemente, provocando que gimieras para él. El repentino dolor por su grueso eje invadiendo tus confines, comenzó a desaparecer con cada destello de placer. 
“Adrian…” Murmuró entre gemidos.
No comprendiste a qué se refería, hasta que te diste cuenta de que te pedía que lo llamaras por su nombre, su nombre real y no Alucard.
“A-Adrián” Lo complaciste y él agradeció embistiendo esos nervios de placer. Gemiste fuerte cuando su miembro golpeó con más fuerza, él iba a hacer que gimieras su nombre para él, se aseguraría de eso. Tu clítoris parecía entrar en un estado de excitación cuando la cabeza de su entrepierna lo golpeaba hasta querer hacerlo estallar. 
El olor a sexo comenzaba a volverse más fuerte entre ese cuarto, los gemidos; los golpes de piel contra piel y esos gruñidos como de un ser sobrenatural eran la clara evidencia de lo que se estaba haciendo ahí. Un ser de la noche estaba corrompiendo a una doncella. Y no se arrepentía, la marcaría como suya, su compañera, de él y de nadie más.
Sus instintos naturales lo guiaban a querer poseerla por completo, a marcar a esa mujer como su compañera y amante. El clímax final estaba por llegar, ambos lo podían sentir como hilos de electricidad recorriendo sus cuerpos sudorosos. Sentiste ese nudo romperse otra vez y no pudiste evitarlo, te corriste sobre su duro miembro y creiste ver estrellas cuando sucedió. Adrian pudo sentir el momento justo en que llegaste al orgasmo y él pronto te acompañaría a la cima, su miembro parecía tener ligeros temblores, indicios de que pronto estaría igual que tu, una y otra embestida más bastaron para que él finalmente sintiera lo que llegaste a sentir, derramando su semilla en tu estreches. Y fue el placer más grande que pudo haber sentido en su vida y lo mejor es que fue contigo. Su cuerpo cansado cayendo sobre ti, sin lastimar.
“A ti, Adrián, a quien amo es a ti.” Dijiste por fin, tus brazos lo tomaron en una abrazo.
“Yo también te amo” Sonrió con sinceridad.”
El sueño te recorrió, tus ojos comenzaban a pesarte, te vio cerrar los ojos y para él fue como si viera dormir a un ángel. La noche estaba ya puesta en el cielo, con ella era imposible que regresara a casa, pero era muy seguro que no te irías, con lo cansada que habías quedado.
Mientras dormías,  sus pensamientos lo llevaron al suceso que los trajo ahí, te habían prometido, cambiado habías dicho, pero por lo que hicieron y las confesiones, ese compromiso ya no era válido. Se levantó, tomó sus pantalones y buscando hoja y tinta comenzó a escribir una carta a tus padres.
Estimados señores:
La carta que les hago llegar es para hacerles saber que me enteré de que han prometido a su hija, la mujer que amo y ahora está durmiendo en mi cama, ahora con eso dicho ya no podrán seguir con sus planes, porque ahora ella es mi esposa.
Se despide: Alucard Tepes, el damphir que se ha robado a su hija”
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guardianasdelrpg · 4 months
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Serás el relámpago, y yo el trueno
Al final fuimos nosotros la tormenta.
Ha pasado más de un año desde que sucedió el que, sin lugar a dudas me atrevo a llamar, el peor día de mi vida. Tal vez no ha sido el peor, pero su recuerdo es el que más duele. Del que no consigo avanzar.
Conmigo vienen cada día los remordimientos de tramas inacabadas, personajes increíbles y users maravillosos a los que, de un día para otro, tuve que abandonar. Por desgracia, a ellos también les arrebaté todo esto. Eramos pocos, pero los quería mucho. Siempre quise mucho a los usuarios, pero en ese momento estaba más feliz que nunca, con un nuevo arco a punto de iniciar, el mejor hasta la fecha.
Ahora los vampiros me atormentan cada noche, me susurran que porqué fui tan tonta como para no dejarles tener su momento de gloria.
Nuestro plan de los vampiros era excelente, estaba tan ilusionada por hacer ese evento como un niño el día de su cumpleaños.
Estaba tan ilusionada con todo, que tal vez sea la única que lo recuerda. Lo normal sería que todos los demás hayan pasado página. Yo no puedo, o siento que no puedo. Lo hice obligada por las circunstancias, y por eso no puedo pasar página. Yo me quedé allí, el 19 de septiembre de 2022.
Desde entonces no he vuelto a rolear. Quiero, pero no puedo.
Serás el relámpago y yo el trueno. Es uno de los roles que más disfruté, pero sin duda la trama que más anhelo. Los echo de menos. A veces, por la noche, me quedo dormida soñando en los roles de ellos, inventando nuevas historias, aunque esas no calmen el pecho. Pienso en dibujarles, pero no me atrevo. A veces releo los roles. Esos ojos grises capaces de volverse violetas ante una sonrisa de la rubia. Esa furia desmedida que unía el camino de ambos.
Esa es la trama que más añoro, aunque no la única, obviamente.
Extraño hasta las tramas que no eran mías. Las viejas, las de princesas prometidas con príncipes estúpidos, enamoradas de criminales vagabundos. Otras más nuevas, como las de los sureños. El romance entre el norte y el sur. Me gusta sentir que todos disfrutaron de aquellas tramas. Me gusta pensar que se acuerdan de ellas como lo hago yo. Con todo este cariño.
  Estoy enamorada de un foro que cerré, y del que no me puedo separar.
Este escrito es para todos y para nadie. Y por encima de todos ellos, es para una persona en concreto. Lo siento.
Lo escribo como si supiera que va a llegar a ti, cuando en realidad, en lo más profundo de mi corazón, creo sinceramente que has dejado el rol. Espero que no hayas dejado de escribir. Echo de menos lo bien que escribes. A veces intento imitarlo en mi cabeza, pero no puedo. Las palabras se me caen al vacío, se rompen y ya no sé cómo juntarlas. Releo tus posts con admiración. Nunca he sido buena escribiendo, aunque tú me dijeras lo mucho que disfrutabas con nuestros temas.
Pero ahora creo que nunca más leeré nada tuyo, y me entristece el alma. Fue por mi decisión, lo sé, pero no por ello es más digerible. Ahora doy por hecho que has pasado página. Lo has olvidado todo, estás mucho mejor. Empezaste la carrera de programación. Has vuelto a tocar. Tal vez ahora estás en Canadá y esto ya son solo resquicios del pasado para ti. Tonterías de una tonta.
Tal vez sigues jodido, ahogado en las fauces de eso que ambos conocemos muy bien. Ojalá no sea así. Solo te deseo lo mejor. Te mereces estar bien y ser tú mismo.
Te deseo volver a rolear, y volverlo a disfrutar como lo hicimos con ellos. Que encuentres de nuevo a alguien que sea tu tormenta, que encienda los cielos y arrase con todo a su paso. Me duele decirlo. Quiero seguir siendo parte de esa tormenta, aun cuando no puedo, aun cuando he decidido que es mejor así para mi. Pero aquí estoy, más de un año después, pasándolo mal. Releyendo viejos roles, pensando en porqué hice las cosas tan mal. Intentando arreglar lo que no se puede. Buscándote en redes, no te encuentro. No es como si no tuviera tu wasap, o tu Discord. Podría mandártelo por ahí y acabaríamos antes, pero no puedo. Es todo demasiado difícil como para hacerlo fácil.
¿Qué busco escribiendo esto? Pensaba que podría calmarme, un poquito al menos. Quiero que lo leas, pero me da miedo que lo hagas. ¿Quiero que me escribas? Me da miedo que lo hagas.
A veces leía sumbits de gente mandando parrafadas como esta a viejos partners con los que perdieron el contacto. Se desahogan, a veces se reencuentran. Yo no sé qué busco con esto. 
Busco volver a rolear lo que dejé a medias.
Echo de menos a muchos personajes. La sensación de tramas inacabadas, de roles que no volverán, me ahoga hasta el punto de no entender por qué me pasa esto con algo que no es más que un pasatiempo. Pero no es así, y eso lo sabemos todos.
  Podría estar páginas y páginas de lamentos, pero supongo que ya es suficiente. 
Siempre echaré de menos el rol. A la gente que conocí en aquella tierra de magia oscura, caníbales sedientos de poder, facciones en una falsa paz, tierra de humanos y elfos, de recolección y de muchos textos.
Gracias a todos los que disteis vida a ese mundo que creé. Y a ti, lo siento.
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entropiasgift · 4 months
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Moranna: La Dama de Emoth o Tata Allswell.
Los niños de todo Kaelkoth saben quién es ella, aunque luego cuando llegan a adultos se les suele olvidar y la convierten simplemente en una historia que pueden usar a su favor.
Porque en los cuentos que cuentan los adultos, ella es la Tata Allswell, la bruja que llega por las noches cuando todos duermen y se lleva con ella a los niños que se portan mal y desobedecen a sus padres.
La verdad no es tan simple como en los cuentos, pero el fondo es el mismo: Allswell no tiene reparos en hacer desaparecer a los niños "maleducados" de sus camas, aunque desde su punto de vista, los que son malos son los padres, no los niños.
Las historias dicen que al llevarse a los niños los convierte en monstruos terribles que luego quedan atados a ella, pero eso tampoco es verdad. Es el mundo el que hace monstruos, y también el que luego los mata sólo por ser como son, así que ella se los lleva lejos, los oculta... Y trata de enseñarles a existir en un mundo que los odia.
A ella también la odiaron hasta el punto de casi matarla, así que entiende lo que se siente. Quizá por eso su corazón pertenece a los desamparados, a los pisoteados, a los corazones rotos, a las almas en pena, a los niños que temen a las manos de sus padres... Todos aquellos que necesitan refugio lo pueden encontrar con Allswell.
Nadie sabe exactamente dónde está su casa, pero la puerta suele aparecer en los bosques en forma de una cabaña en mitad de la nada, o en una casa de apariencia abandonada en la que no habías reparado antes en alguna callejuela de tu ciudad; y se dice que tan sólo los ojos de aquellos que lloran más amargamente pueden encontrar su morada.
En realidad, los Nocheterna saben encontrarla en Emoth, una montaña de las Tierras Sombrías, y se cree (o al menos ellos creen), que ese es su verdadero hogar, y a donde lleva a sus niños para ocultarlos del mundo. El resto de puertas que aparecen y desaparecen por el resto de Kaelkoth son simples ilusiones, portales que ella usa para moverse a su antojo.
No se la llega a considerar una Vesta Oscura porque su alma (si es que la tiene) sigue siendo muy suya, y tampoco hay registros de que ningún miembro de la Caballería haya intentado alguna vez meterse en su cama; así que si alguna vez ha pasado, el caballero en cuestión no ha vivido para contarlo.
Eso sí, no es extraño que algunos de sus hijos e hijas se afilien a Lúnnera al crecer y entren a formar parte de sus filas, así que de alguna forma sí que se le concede cierta reverencia en ese sentido, pese a que ni siquiera Lúnnera parece estar segura de qué grado de afinidad tiene Moranna con su causa.
Es Ukthus el que la protege. O al menos, son las bestias las que patrullan Emoth y parecen cuidarla para que ella y sus niños no tengan nada que temer.
Quizá los únicos que se la solían tomar más en serio eran los Cazadores de Monstruos, porque varios de ellos acabaron con sus cabezas decorando los dinteles de las puertas de su morada como represalia por atacar a sus hijos; aunque hace mucho que nadie consulta el tomo dedicado a ella y a sus actividades en la Fortaleza.
Una de las últimas entradas (de hace unas siete décadas o así), señala que Moranna tiene especial debilidad por los Sinluz; y el autor se pregunta si tras sus acciones aparentemente erráticas y desorganizadas no habrá algún tipo de plan o de intención oculta que él esperaba poder desentrañar pronto... ¡JA!
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rexd1z · 5 months
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IL DOTTORE X READER (SPANISH VER.)
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Me dieron ganas de hacerle versión en español a esto pq no hay técnicamente nada de Dottore en español. 😞
La verdad no sé q es, si es un oneshot, headcanons, drabble, ni puta idea yo nomás lo escribí.
Dottore es Zandik.
Menciones de cadáveres, cortar a una persona viva por la mitad, remover entrañas 😀, sangre, comportamientos obsesivos y stalker.
El rosita es el/la lector(a) y el morado dottore.
Lector GN.
Todo va en el siguiente orden: Zandik-Webttore-Dottore ingame
Webttore es hasta la mención de sus clones, a partir de ahí es Dottore ingame.
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Conociste a Zandik en la Akademiya, el estudiaba en Haravatat y tu en Vahumana.
La primera vez que te vio fue en la biblioteca, para él fue como amor a primera vista
y ni siquiera notaste que te observaba fijamente con esa mirada loca que tiene.
Empezó a seguirte a todas partes desde una distancia considerable.
Aprendió tu rutina y los lugares a los que vas, incluso tu comida favorita y tu color favorito.
Zandik dibuja horrible pero aún así hizo pequeños bocetos tuyos en las esquinas de su cuaderno (se la pasa dibujandote).
SIEMPRE notaste que Zandik te stalkeaba, pero no te importaba, pensabas que en cierto modo era lindo (😨).
Se acercó a ti gracias a Sohreh porque resultó que ella era amiga tuya.
Después de unos meses de salir como "amigos" (sus citas fueron en la biblioteca o en el laboratorio de Akademiya), Zandik finalmente se te declaró
Y fue raro, básicamente te hizo un poema hablando de cómo quiere que le cortes el corazón y te comas sus entrañas. 💀💀💀💀
Aceptaste. Siempre pensaste que Zandik era lindo a su forma así que, ¿Por qué no?
Después de unirse al Fatui, Zandik Dottore, te arrastró con él y puso la condición de que para unirse, debías ser su asistente personal y estar con él 24/7.
y Pierro aceptó.
Fue extraño para ti tener que empezar a llamarlo Dottore, así que en privado seguiste llamándolo Zandik.
"-Zandik, que verga haces? -le dijiste mientras lo veias cortar por la mitad a un hombre VIVO y comenzar a inyectarle cosas que ni Dios sabe que son.
-Ya no soy Zandik, cariño –dijo con su sonrisa repugnante (más lindo)
-Bueno Zandik. -poniendo los ojos en blanco con sarcasmo."
Siempre se pone nervioso contigo aunque no quiera admitirlo, para el resto debe tener una imagen de hombre duro, serio y frío, ¿Pero para ti? Uy esa otra historia.
pero no debemos olvidar que está completamente loco y es un psicópata de primera, muchas veces hizo experimentos contigo (nada totalmente riesgoso eso si) y es tan protector que podría matar a alguien si te pone un dedo encima. 💀
En algún momento intentó sacarse su propio corazón para entregártelo, obviamente tú interrumpiste sus acciones.
Está loco, completamente loco y demente.
De alguna manera u otra, logró hacerlos a ambos inmortales para que te quedes junto a él para siempre.
Después de crear sus clones, se dio cuenta de que todos te tenían un cariño especial y los que aún no te conocían comenzaron a tener la misma obsesión que él tenía contigo en sus días en la Akademiya.
Intenta mantenerte lo más alejado posible de sus clones, es un hombre muy celoso.
Omega es el único clon que deja acercarse a ti, es en el que más confía.
En pocas palabras, Dottore es realmente celoso y posesivo, pero te ama con toda su alma y ni siquiera en la muerte te dejará.
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Ha pasado DEMASIADO tiempo desde que escribí algo asi q ya perdí el toque chavos.
desde ahora en adelante, voy a comenzar a escribir en inglés y luego traducirlo al español independientemente de lo que haga.
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sunnydraw · 5 months
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[ ‼️ Los siguiente dibujos fueron creados gracias a la gran fumada que me di en la madrugada y posibles datos que a nadie le interesa ‼️ ]
( si lasser o la señorita dante ven esto me mato )
Buh
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↑↑ Stiker o conocido como 'keke' ↑↑
Este wapote es hijo (NO CANON) de Dante y Rurik, el wawa pss.. fue creado por accidente gracias a uno de las plumas mágicas de Fulker, y pues el wawa apareció de la nada (wtf con la historia fumada) pero bueno.. al menos en mi versión tiene una buena relación con sus padres, que al momento de saber que un niño apareció de la nada quedaron "¿Y esto que?.." pero bueno, Stiker se lleva bien con su primo Starling (Fanchild duelette).
↓↓ ↓↓ ↓↓ ↓↓
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Dante cuida bien de Stiker y elige su vestimenta mayormente, Rurik le muestra de supervivencia en casos de emergencia y Dante le enseña a crear cosas en su taller. Es la típica familia ""feliz"" aunque tengan sus diferencias,, jajaja
Tiene un novio)?.. (shipp canon JAKSJAKS) se llama "Mochha", es algo linda su relación pero con una mezcla de 'toxicidad' o 'romace' algo,, eeh x..
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¿Lindos?, tal ver pero aaah...
ㅤ¡ ֗ ๑ 𝅼 ꒰ ⭐ ꒱ ۫ 𑁤 ִ 𖥧
Ahora a Starling..
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╭── ── ─── ──
💫̸ 슈.ㅤ𓇼ㅤ𝘚꓄ΛR̶𑁤ㅤ⎯.
── ── ─── ──╯
୨୧ ﹒ᵐⁱⁿⁱ﹒๑.  𝙄𝙣𝙛𝙤
╭   •
﹕𝗲𝗱𝗮𝗱: 16 años
﹕𝘀𝗲𝘅𝘂𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱: Arromantico
﹕𝗚𝗲𝗻𝗲𝗿𝗼: Hombre
﹕𝗕𝗶𝗿𝘁𝗵𝗱𝗮𝘆: 05/08
﹕𝗲𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼:  Vivo/Soltero
﹕𝗙𝗮𝘁𝗵𝗲𝗿𝘀: Palette - Due
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[⚘]˖ ﹆₊ ࠬ ♡
₊˚ ⌗﹕🎭
⁺˳ 彡 𝗕𝗼𝗻𝘂𝘀 ༉‧
╭・[🥢✦ 🧨]
﹕ᴀᴘᴏᴅᴏs: Star y Brillos
﹕ʟɪᴋᴇ:  Musica clásica, los atardeceres y los tonos pasteles
﹕ᴅᴏɴᴛ ʟɪᴋᴇ: Flores, ranas y sonidos fuertes
﹕ᴘʀᴏɴᴏᴍʙs: Him/He
﹕ᴀʟᴛᴜʀᴀ: 1.72
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⎯⎯⎯ 〢 ᷼ ⸻𖫱︢⸺ 𔘓 𖫱⸺⸻︢ ᷼
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- ֢ ִֶָ֪֢ ✦ ๋ ֢ _.⁎⃟.⃟🥢꒷₊// *𝗛꒐ꇙ꓄ꄲꋪ꒐ꋬ*: Era un día tranquilo como cualquiera, Palette y Due estaban mirando un hermoso amanecer, la pareja estaba feliz de estar otro momento más juntos. Pero era de esperarse que Due tendría otro de sus pequeños problemas con el *extractor de magia* que estaba pegado en su cabeza, sentía como su la energía de ella sobre saliera de ella... Palette estaba preocupado de que Due podría salir más dañado por culpa de ese aparato, Due estaban acostumbrado a aquellos dolores de cabeza que eran causados por el extractor, sabía que no iba a tener de otra ya que si se quitaba el extractor de magia el moría al instante.. palette abrazo a su pareja para consolarlo le dolía que Due pasará por situaciones asi.. pero de un momento palette sentía algo extraño, como si su 'magia' fuera extraída por algo. Fue entonces cuando magia de Due y Palette se *'combinaran'* creando una pequeña flama a un costado de estos.. Due y Palette estaban algo confundidos de como pudo haber pasado eso, ¿Cómo es que ambas magias pudieran unirse?.. pensaban que esa flama era algún nuevo 'ataque' o alguna otra cosa por el estilo, la flama se movía como si fuera fuego, era de un tono turquesa con amarillo... Palette quería tocar esa flama pero antes de que lo hiciera fue detenido por Due, quién le dijo que no la tocará que tal vez se haría daño. Palette se detuvo y solo miro esa flama... hasta que.. se escuchó un pequeño sollozó,la pareja miraba de un lado a otro pensando que tal vez había alguien cerca.. se volvía escuchar un quejido, pero al mirar la flama vieron que de ella venían esos pequeños sollozos.. Se quedaron más impactados tratando de analizar la situación.._ —¿Eso tiene vida? pregunto due para sujetar la pequeña flama que lloraba — Creo que si.. se parece a mi cuando..solo era pequeño.. _Respondio palette, pero al analizar mejor este se sorprendió por completo mirando al pequeño que tenía Due en sus manos_ *— ES UN BEBE?!* _Exclamo palette un tanto inquietó, due no pensó en quedarse algo callado pero sombreado.. ¿Habían creado una vida?.. pues al parecer si..֪֢.._
︶︶︶︶︶ ⩩ 𖦹 % ⏝ ꦿ ۫։ױ
[ ゛Información Básica ₊ ִ ]
৻ㅤ✦𓈒 ׂ ─┈ Starlight es un aprendiz novato que solo desea demostrar ser digno de ser un aventurero como su padre Palette. Sus insignias que tiene son las que gana al realizar cosas para estar preparado en adentrarse a las aventuras con sus padres.
— ✦ El mayormente pasa tiempo con su prim@ Striker que es hij@ de Dante y Rurik. Aunque sabe que es muy opuesto a el, ciertas veces se escapan de sus casas en la madrugada para adentrarse a dimensiones distintas para poder hacer travesuras, aunque mayormente son atrapados por su abuelo Ink, quién también se une a sus travesuras..
— ✦ Starlight aunque solo sea magia sin alma, encerrado en un cuerpo prestado, también puede extraer de algunos como para 'vivir' o ocuparlas para atacar/defensa. Si obtiene magia positiva este lo utilizará para sus bolas atómicas de brillo, llamadas *'Booms gliters'*. Sus principales objetos para ataque son su bastón para hacer maniobras con el o atacar, sus bombas son para distracción ante sus enemigos, dejándolos ciegos por 5 minutos o 10, dependiendo el tamaño de la bola.
— ✦ Starlight pasa tiempo con su Tío Rurik, quién le enseña a defenderse y entrena con su prim@. Aunque muchas veces es regañado por su Padre Palette ya que regresa con rasguños o cortadas muy profundas.
— ✦ Starlight tiene su cráneo roto por la gran magia que esté lleva dentro de el. Tiene que mantener en equilibrio su magia para vivir y que su cuerpo no sobre explote por la cantidad de magia que el tiene.
— ✦ Disfruta pintar al aire libre en sus tiempos libres, haciendo cuadros grandes con paisajes o dibujos desfigurados pero muy coloridos.
— ★ Detesta las flores, son demasiado 'lindas' para el, mayormente cuando encuentra un campo de flores las termina cortando o quemando, el polen lo hace estornudar causándole una alergia, es por eso que odia las flores.
— ★ Suele ser algo malcriado cuando sus padres lo regañan o le dicen no a algo. Haciendo que aveces su actitud sea algo fastidiosa
— ★ Suele ser alguien tranquilo y sarcástico, pero al momento de tomar confianza es demasiado fastidioso y molesto, como si fuera un mosquito
⎯⎯⎯ 〢 ᷼ ⸻𖫱︢⸺ 𔘓 𖫱⸺⸻︢ ᷼ ױ
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vickdrake · 3 months
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¿Te conozco?
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Jake abrió los ojos encontrándose con el molesto brillo de su computadora, con aquellos códigos que habían quedado sin descifrar después de que cayó inexplicablemente dormido sobre la mesa.
No recordaba el momento exacto en el que había caído en el mundo de los sueños, pero sabía que se debió a un descuido que no tenía que volver a suceder. El cansancio llegó a pasarle factura después de meses sin dormir adecuadamente o más bien sin dormir en absoluto.
Hizo sonar su cuello, dejando salir un gruñido de alivio antes de mirar por la ventana de la habitación del hotel. Era otoño, las hojas caían marchitas de los árboles, indicando que el invierno se acercaba y que todo lo viejo debía desaparecer para dejar paso a un nuevo comienzo.
Sus perseguidores parecían estar cada vez más cerca, siempre colmándole la paciencia y haciendo que cambiará de escondite más seguido. Cuando despertó su primera preocupación había sido fijarse en dónde se encontraban, pero se sorprendió al ver que todavía no habían captado su señal, que aún estaban bastante lejos de él.
“Extraño” pensó.
Se reclinó en la silla, con los brazos cruzados y la mirada perdida en la esquina de la habitación mientras recordaba un sueño aún más extraño que el hecho de que sus perseguidores no hubieran ya tocado la puerta (aunque realmente nunca tocarían, lo más probable era que la rompieran).
¿Has escuchado de las personas que no sueñan? Jake era una de ellas. Los sueños no eran recurrentes en su vida desde que era pequeño.
Y te voy a decir otra cosa, de niño, Jake temía a sus sueños porque siempre eran demasiado reales.
Esta vez resultó ser un sueño dentro de otro sueño.
Allí también había estado durmiendo como si no tuviera preocupaciones en el mundo más que descansar, pero la diferencia fue que esta vez no se encontraba solo.
Una chica que irradiaba tanta luz como belleza acariciaba su cabello mientras abría los ojos.
—Buenos días, dormilón. Nunca te había visto dormir tanto como hoy —dijo ella, sonriendo con diversión y ternura al enredar sus dedos en los mechones que cubrían los ojos de Jake—. ¿Querés contarme que estabas soñando? Casi pensé que no te ibas a despertar.
Él mismo había pensado que le resultaría raro encontrar a una mujer extraña a su lado, hablándole como si se conocieran desde hace mucho tiempo, pero su cuerpo, su mente, habían reaccionado de una forma diferente, terminando por rodear con un brazo la cintura de ella y aproximándose para besarla.
—Espera, espera, todavía no me lavé los dientes —La mujer protestó, riéndose mientras él le dejaba besos en el cuello y en sus mejillas al querer buscar sus labios.
—No me importa —Se escuchó a sí mismo decir al mismo tiempo que conseguía hacer que ella se quedase quieta para poder besarla con hambre.
Ella se había quejado diciendo que aquello era asqueroso, pero a él le importó poco y nada.
En sus sueños tenía una vida con ella, ambos eran felices y Jake recordaba haber reído como no se había escuchado a sí mismo en años.
A través de los trucos que le jugaba su cabeza, consiguió sentir el calor humano de alguien más por un lapso de tiempo que se sintió como décadas. Le pareció que era la vida de alguien más, de alguien completamente ajeno a él pero que al mismo tiempo tenía todo que ver consigo mismo.
Recordaba sus delicados dedos sobre su cara, dibujando caminos por su pecho, recorriendo juguetonamente su cuello y trazando la forma de sus cejas de forma tranquilizadora.
Descubrió que un anillo de compromiso se encontraba en su dedo anular y un sentimiento de orgullo, alegría y un amor desbordante le invadió en cuanto vió aquella imagen. Su novia, su chica, su prometida. O más bien, la prometida de aquel Jake que si tenía una vida feliz y libre.
Su propia mente jugando con él, recordándole que jamás tendría una vida como esa, que antes terminaría pudriendose en una cárcel o muerto, enterrado y olvidado.
Después de un tiempo olvidó el sueño.
Olvidó por completo el rostro de la chica, el aroma de su cabello y la sonrisa que se convirtió en la cosa favorita de Jake por al menos unos cinco minutos después de que despertó.
Siguió huyendo porque era lo que mejor sabía hacer, lo único que podía hacer y no se permitió volver a dormir.
Pero… Una tarde, casi un año después.
Una fragancia invadió sus fosas nasales cuando la puerta del Rainbow coffee se abrió.
Una esencia de rosas, jazmines y… sal del mar.
Parecía una mezcla extraña, aunque cobraba sentido en cuanto comenzaba a recordar cada detalle de sus sueños.
Los pétalos de rosa que ella ponía en sus libros para que quedarán disecados, los jazmines que tanto le gustaban y que Jake le dejaba al lado de la almohada cada vez que tenía que volver a huir, y la sal del mar de aquella playa donde él decidió que quería pasar el resto de su vida estando a su lado, aquella plata donde en cuanto la vio salir del agua con su ropa y cabello mojados, riéndose y tirándole agua, él se quedó tan hipnotizado que las palabras salieron solas de su boca.
“Cásate conmigo”.
Había pasado un tiempo desde que la mina de hierro se había incendiado con Richy Rogers y Jake dentro, Hannah estaba recuperándose lentamente después de que habían logrado rescatarla y el resto de sus amigos trataban de ser fuertes por ella pero al mismo tiempo no podían ignorar el dolor de la muerte de Richy.
La mujer que había ayudado al grupo y al hacker, decidió tomar distancia aunque no perdió el contacto con ninguno. No se metió donde no la llamaron, reconfortó a los que fueron a ella y un día finalmente decidió que era hora de decir adiós.
Jake observó desde una mesa como ella entraba en la cafetería, como todo en ella le parecía tan increíblemente familiar incluso cuando jamás la había visto en su vida y también como podía sentir en lo más profundo de sí que él conocía cada lunar, cicatriz y marca de su cuerpo.
No le importó parecer un demente mientras la miraba, no tuvo interés en tener cuidado ya que se vió inmerso en la expresión perdida de su cara al mirar por la ventana, en como tamborileaba sus dedos en la mesa y luego como se llevaba la taza de café a los labios.
Quería tocarla, llamarla, decirle todas aquellas palabras que sólo le había dirigido por mensaje, descubrir si su cabello era realmente tan suave como en aquel sueño, si sus manos en serio irradiaban ese calor reconfortante.
Luego notó que ella ya no miraba la taza de café o a la gente pasaba por la calle sino directamente a él.
Su corazón comenzó a acelerarse y sintió como el latido le llegaba a los oídos, provocando también que su respiración se agitase.
“Te conozco”
Sus piernas se movieron solas, haciendo que se levantase para ir detrás de ella en cuanto la vió agarrar sus cosas y dirigirse a la cajera para poder pagar. No se acercó, no queriendo llamar demasiado la atención, pero fue inevitable para la mujer asustarse cuando lo encontró a unos metros lejos de sí misma. Por supuesto debía haber adivinado que era él en algún punto.
Jake se dirige hacia la puerta para abrirla, pero vuelve su cabeza su dirección sólo para hacerle saber que la está esperando. La ve dudar, observarlo, analizarlo, y él entiende que ella se pregunta si no está equivocada sobre quién es. Comienza a acercarse, sin quitar sus ojos de él, lo observa con detenimiento, con paciencia y Jake tiene que controlar el impulso de rodearle la cintura y apretarla contra su cuerpo en cuanto quedan enfrentados.
Ninguno dice nada. Se comunican por medio de miradas. Él piensa en lo que quiere decirle y parece funcionar, pareciera entenderlo, porque el ceño fruncido de ella se suaviza.
“Te amo” susurra un rincón de su mente y sonríe ligeramente.
Nadie más en la cafetería es importante, ella opaca a cualquier otra persona y hace que olvide que han estado mirándose por un rato, lo que lo despierta es su voz que pronuncia un suave “gracias” antes de pasar por la puerta e irse.
Jake la ve alejarse, pero sabe que ella espera que la siga así que no pierde el tiempo y con una sonrisa más notable, cierra la puerta de la cafetería y mientras se mete las manos en los bolsillos decide que desde el principio ella siempre fue su destino.
Pd: Esta historia está ligeramente vinculada a “With or without you”. Aún no está traducida al español, pero lo estará pronto.
Sólo por si quieres seguir leyendo y aún no has visto el otro lado de la historia -> With or without you
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chicacielogris · 7 months
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Relatos de mi diario sobre cosas que jamás pasaron
Querido diario... Ahí estaba yo, viernes en la noche. Estaba apunto de meterme a la cama cuando solo mi teléfono, era mi mejor amigo.
Hacia un par de semanas que él y su novia habían roto así que creí que me llamaría por un bajón o tal vez estaba pedo y necesitaba apoyo moral.
Por suerte no era el caso, solo necesitaba un favor: 'Ocurre que mañana es esta boda a la que me habían invitado hace algunos meses, se supone iría con ella pero, obvio, ya no se va a poder, ¿irías conmigo? la neta me hace falta distracción pero no quiero estar solo...'
Me la pensé por un segundo: '¿de quién es la boda?', pregunté por curiosidad. Él, astuto me ignoró y prosiguió a rogarme: 'Anda, te encantan las bodas, no me vayas a dejar morir con extraños...'
Por supuesto, no lo iba a dejar morir solo, así que acepté.
A la mañana siguiente saque todo lo que tenía en mi closet buscando algo decente que usar en la boda, lo más lindo y sutil que encontré fue un vestido morado, lo había comprado el año anterior para ir al cine a ver la película de taylor swift. Un vestido morado similar al usado en speak now tour, cosa que me dio risa porque lo usaría para una boda.
Dejando de lado la ironía del vestido morado proseguí a arreglarme y esperar que mi bf pasara por mi. Paso todo el camino hablándome sobre su mal de amores y negándose a responder mi pregunta sobre quien se casaba.
Habíamos omitido la ceremonia religiosa porque no era de nuestro gusto y llegamos directamente a la recepción en el salón donde se haría la boda por el civil de aquellos desconocidos.
Lo que aconteció apenas entramos fue digno de una sitcom. Apenas entre por aquel pasillo adornado de luces, tomada de la mano de mi mejor amigo cuando, todos los invitados, incluyendo a los novios volearon a verme, sorprendidos. En shock.
Resultó que aquel que se casaba era un ex novio mío de la prepa (viejo amigo de mi bf) , con quien las cosas no terminaron muy bien y cuya ahora esposa me odiaba de sobre manera (exagerado a mi parecer).
Mi mirada, seria se volvió hacia mi amigo exigiendo una explicación, su mirada me respondió con un 'lo siento' juguetón. Del otro lado del lugar, el novio me miraba con sorpresa mientas que la novia con un enojo bastante evidente.
De pronto, un ejemplar con un amplio traje de brillos y un porta papeles corrió hacia el dj, emocionado y con una sonrisa traviesa. Entonces sonó la canción...
Al reconocer que él dj acababa de recibirme con la mismísima canción de speak now, en la boda de un ex y con vestido morado, no pude con la pena, tome a mi bf del brazo y nos fuimos corriendo a algún rincón para evitar reírme.
Después de la ceremonia y la comida decidí salir a tomar aire y me encontré con el wedding planner y su traje de brillitos, quien resultó ser swiftie y se le hizo chistoso verme entrar con el vestido morado. Entonces proseguí a contarle mi dramática e infantil historia con él novio y el porque todos estaban tan sacados de onda.
Mi bf salio a fumar y nos encontró platicando, así que le contamos la historia de la canción y el vestido morado. Los tres morimos de la risa con la s historias.
La noche paso sin más disfrutando la fiesta, evitando el drama y con un nuevo amigo.
Te juro que nadie me creería esta historia sino fuera porque el camarógrafo capto el momento exacto de mi llegada. Mi nuevo amigo de aquella noche me consiguió el clip y ahora lo guardo porque vaya que fue divertida la serie de coincidencias.
xoxo gris
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