Tumgik
#melodía de noche
Su voz suena a melodía y me recuerda a la noche más bonita, a las olas del mar pegando en las rocas y a las gotas de la lluvia.
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florinaranja · 1 month
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can i have this dance? ; juani caruso
pairing: juani caruso x fem!r
summary: puro friends to lovers la verdad, eres amiga de juani y los dos estáis descubriendo nuevos sentimientos y lo que eso conlleva! 1.9k.
warnings: none
n/a: vale este no me lo ha pedido literalmente NADIE pero i'm just a girl que se monta muchas películas así que estaba escuchando highschool musical y se me vino un escenario a la cabeza y dije o hago esto o no hago nada so here we are
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—juani no me puedo creer lo que acaba de salir de tu boca. retira tus palabras o me voy ahora mismo. 
el rubio soltó una carcajada y miró a su alrededor. —¿a dónde piensas irte? estamos en la sección de patatas fritas de un supermercado. 
la joven lo miró completamente seria. él se encogió de hombros. —esta vez has tenido suerte, pero a la próxima no me vuelves a ver. 
lara cogió una bolsa de campesinas y comenzó a caminar hacia la caja, siendo perseguida por su amigo. 
—vamos lai, eres una dramática. no puedes ponerte así solo porque te haya dicho que gabriella no me cae mal —ella lo miró de reojo, estaba con una sonrisa pintada en la cara. se estaba tomando a broma todo su numerito. grave error —. además, te escuchas todas las canciones que tiene… un poco hipócrita por tu parte, si me lo preguntas.
—genial, porque no te he preguntado nada. 
llegaron a la caja y callaron su discusión. la cajera los miró curiosa mientras pasaba las patatas. 
—son 2 euros, por favor. 
por primera vez, lara miró directamente a juani, haciéndole un gesto con la cabeza. 
—ah, ¿encima tengo que pagar yo?  
—yo pongo la casa, es lo mínimo que puedes hacer.
el joven bufó y le tendió el dinero a la mujer, quien lo aceptó observando la situación bizarra que esos dos jóvenes se traían. lara cogió la bolsa y ambos salieron del supermercado tras despedirse. 
juani la seguía de cerca. les quedaban unos quince minutos de camino hasta la casa de la chica, y no le hacía demasiada ilusión pasarlos en silencio. fue a entrelazar sus brazos cuando la chica se giró de repente hacia él, haciendo que abandonara su idea.
—es que no lo entiendo. ¿qué clase de fan de highschool musical eres si te gusta gabriella? estás fallando a un fandom entero. y a mí, sobre todo a mí. 
—si te digo que era una broma, ¿queda todo arreglado? —el chico le puso un puchero al que lara ya no pudo responder con su molestia fingida. 
—por supuesto que no, estaba dramatizando por dramatizar. no me importa que te caiga bien, pero tienes que admitir que es insoportable y tóxica. 
—bueno, un poco sí, pero lo compensa con los temazos que canta. 
la chica rio, en eso no podía llevarle la contraria. como si hubiera leído la mente de su amigo, entrelazó sus brazos. balanceaba la bolsa del mercado mientras tarareaba una melodía inventada, con el vaho acompañando la escena. era un invierno más frío de lo que estaban acostumbrados, de esos que te ponen las orejas rojas y hacen que te resfries en un suspiro. juani odiaba el frío, pero a lara le quedaba genial; las hojas secas combinaban con sus ojos y las noches invernales iluminaban su piel. 
el rubio admiró el perfil de su amiga, siendo lo más discreto que pudo. rebuscó en su riñonera y sacó la cámara digital que siempre le acompañaba y que había sido objeto de burla de lara por el color tan feo que tenía. con un poco de esfuerzo, juani consiguió fotografiar la belleza de su amiga.
la chica no tardó en darse cuenta y posó para una siguiente foto, mostrando toda su hilera de dientes en una gran sonrisa.
—deberíamos hacer un canal para subir blogs. nos haríamos muy famosos, estoy segura. 
—creo que nos verían solo por ti —juani dirigió su vista al suelo, a las hojas pisoteadas.
—¿por qué dices eso? somos un pack. además, tú eres el talentoso de los dos, además del gracioso, por supuesto. yo estoy de relleno para decir estupideces —la chica le dio un leve empujón, esperando una respuesta positiva, cosa que consiguió al ver que la seriedad se iba de la cara de su amigo.
—gracias. te aprecio mucho, lai.
lara le regaló un beso tierno en la mejilla. no era nada del otro mundo que se vieran tan cariñosos el uno con el otro, eran amigos desde los últimos años de instituto y con el pasar del tiempo el afecto que se tenían solo crecía. lara había estado en cada momento en el que juani se había sentido menos, uno más del montón, alguien que no podría cumplir nunca sus sueños; en todas las ocasiones siempre consiguió darle el apoyo para que siguiera intentando. y cada vez estaba más cerca de conseguirlo, ya que hacía pocos días se había presentado a un casting para una gran película. aún sí, de algún modo u otro, el pesimismo se le escapaba de vez en cuando, como en momentos como aquellos. y lara seguiría estando para él.
—¡eh, parejita! ¿os interesaría comprar una pulsera que os recuerde vuestro amor? 
ambos pararon en seco ante el puestecito de madera en el que una mujer les enseñaba pulseras de colores a lo lejos. juani abrió los ojos sorprendido, algo acalorado.
—no, nosotros no… —el chico fue interrumpido por lara, quien comenzó a tirar de él para acercarse al puesto.
—¡por supuesto! vamos juani.
lara comenzó a observar cada uno de los modelos que la mujer tenía para ofrecer. tenía desde pulseras de plata con iniciales grabadas hasta pulseras simples, de todos los colores posibles.
juani, por su parte, no sabía dónde meterse. solo pensar que podría tener una pulsera con una "l" tallada le removía un sentimiento que quería tener lo más oculto posible. 
—mira, es del mismo celeste que tus ojos —la joven llevó dicha pulsera a la altura de los ojos del otro, confirmando que eran iguales—. decidido. me llevo esta, por favor.
juani vio como pagaba por ella, ensimismado. bajó la vista de nuevo a las pulseras, encontrándose de frente con una que también combinaba con los ojos verdes de su amiga. no lo pensó dos veces y la cogió, bajo la atenta mirada de lara. 
se alejaron un poco del puesto, recibiendo la gracias de la mujer. lara miró su pulsera y después a juani, a sus ojos.
—¿puedes ponérmela? —juani asintió torpe, anudando con un lazo la pulsera a su muñeca. sentía que se le subía el corazón a la garganta. le mostró su pulsera verde y la chica repitió sus acciones. 
ambos se quedaron por unos momentos admirando sus respectivas muñecas: lara descubriendo nuevas emociones y juani rindiéndose ante las que había estado reprimiendo por un largo tiempo. después, conectaron sus miradas. el joven se sintió indefenso ante esos ojos verdes y su boca reseca luchaba por soltar todo lo que su corazón sentía. 
—nunca me había fijado en que aquí había un jardín —gracias a dios, la joven aligeró la tensión del momento —. ¿sabes a qué recuerda? —el joven negó— a la escena de highschool musical 3 en la que gabriella y troy bailan en la azotea.
la chica le sonrió, dedicándole una mirada cómplice que juani entendió al momento. se dirigieron corriendo hacia el jardín como dos niños y una vez allí, dejando las patatas de lado, lara carraspeó para preparar su voz y quedó en frente del joven. entonces, comenzó a cantar las primeras líneas de can i have this dance? al tiempo que le tendía la mano a juani, quien la aceptó sonriente. la mano fría de ella contrastó con el calor que irradiaba la de él, estremeciendo a ambos. 
comenzaron con su espectáculo, lo más parecido que pudieron al original. lara recorría el jardín, subiendo escalones seguida por el chico. daban vueltas juntos al ritmo de sus voces, dedicándose miradas que lejos estaban de parecer de simple amistad. llegó la parte en la que gabriella se paraba en un pequeño círculo y lara, deseosa de hacer lo mismo, subió a un escalón y trastabilló. 
—¡cuidado! 
juani llegó justo para sostenerla en el escalón. la chica estalló en risas mientras juani la miraba aún algo preocupado. 
—estoy bien, estoy bien. gracias, mi caballero. 
lara continuó la canción y juani con ella, haciendo que lara girara sobre ella, guiada por las manos firmes del chico en su cintura, tal como los protagonistas de la película. se acercaba el final de la canción, los jóvenes estaban jadeando, pero felices; confusos, pero expectantes. 
terminaron abrazados el uno al otro, cogiendo el aire helado de la tarde. lara suspiró ante la cercanía y la extrañeza de la situación. en algún punto de la tarde, sentía que algo había cambiado entre ellos dos.
cuando se encontró con sus ojos celestes, vio en ellos algo que la asustó. se separó de él como si quemara, dándole una sonrisa apenada en respuesta. 
—será mejor que lleguemos ya a mi casa, el frío se me está colando en los huesos. 
—dale. 
y así, retomaron el camino hacia la casa de la chica. lara tenía mucho que pensar en su cabeza y un remolino de sentimientos encontrados en el corazón, pero sobretodo se sentía una horrible persona por cortar de esa forma a juani. estaba claro que algo iba a pasar antes de que se separara de él. ¿una confesión? ¿un beso? pensar en cualquiera de las dos opciones hacía que le sudaran las manos de los nervios. 
llegaron a su casa con solo el viento como sonido de fondo. la casa de lara siempre había sido uno de sus lugares favoritos, principalmente porque podía estar con ella y le ayudaba a despejarse de sus propios problemas. y con solo pasar por el marco de la puerta, sentía que toda la tensión se desvanecía. 
—vamos, me he dejado todo preparado para vernos todas las pelis de una sentada. 
esa tarde habían quedado para ver la saga de los juegos del hambre, la favorita de ambos.
la habitación de la chica te recibía con un golpe de aire caliente y una luz tenue que provenía de la mesilla de noche. se desprendieron de sus abrigos y de sus zapatos y poco después se acomodaron en la cama uno junto al otro. 
—te quedas a dormir, ¿verdad? 
juani asintió en respuesta y la chica reprimió una sonrisa contenta. mientras ella se encargaba de poner la película, el joven se quedó observando la pulserita verde de su muñeca. estaba decidido a dar el paso que llevaba temiendo tanto tiempo y después de lo ocurrido, no se equivocaba al no intentarlo. puede que nunca pudiera estar con lara en la forma que él quería, pero cualquier cosa era mejor que llegar a perderla. 
—¡listo! a por la viciada. 
lara se acomodó en la cama, cogió una manta y los tapó a ambos mientras la peli comenzaba. 
después de ver la primera, el espacio que los separaba se había reducido. tras la segunda, sus hombros ya chocaban el uno con el otro. con la tercera, juani había recostado su cabeza en el cuello de la chica y esta había hecho lo mismo sobre los rizos del joven. cuando los créditos de la segunda parte de sinsajo ya estaban pasando, ambos chicos estaban profundamente dormidos: lara abrazaba el torso de juani y tenía su rostro sobre la barriga de este; juani se limitaba a arropar a la chica que tenía sobre él. 
puede que ese día en el jardín no fuera el momento en el que confesarían sus emociones, pero una cosa estaba clara: el amor que les unía nunca podría desvanecerse, sino solo unirlos más hasta que fuera irremediable que ambos dejaran el miedo atrás y se atrevieran a sentir.
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tejonmelero · 8 months
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"Soy un pequeño monstruo en las montañas profundas. Tengo que luchar durante el día y comer por la noche.
"¿Qué comer? ¿Qué comer?
Cómete al que le encanta reír primero... Come y come otra vez.
Espolvoree un poco de sal encima, dése la vuelta y ponga un poco de azúcar. Vamos a terminarlo de un bocado!
"Soy un pequeño monstruo en las montañas profundas. Tengo que luchar durante el día y comer por la noche.
Oops, no puedo comer lo suficiente, ah ~
yo no estoy lleno...".
Fragmento de la novela ligera "The Villainess is Three a Half Years Old" .
—Melodía
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polidftgirl · 25 days
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‧₊⋅♡𓂃 ࣪ ִֶָ°• ! 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝗆𝗂𝖾𝗅 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝗉𝖺𝗅𝖺𝖽𝖺𝗋.
. . : ̗̀➛ blas polidori.
. . : ̗̀➛ tw: ninguno! sólo fluff.
. . : ̗̀➛ N/A: espero disfruten! pueden pedirme que escriba sobre cualquiera del cast. <3
. . . !
esa noche el violento frío se hizo presente pero en el bar el calor era acogedor gracias a la cantidad de personas que se encontraban en ese mismo espacio. blas estaba en la barra tomando algo que ni siquiera él sabía qué era pero no parecía disgustarle, mientras le sonreía a las personas que pasaban y se detenían tal vez pequeños segundos a mirarlo.
su mejor amiga, aixa, no podía culparlos al respecto. el chico era un ángel caído del mismo cielo, era como poder admirar un amanecer en la playa con los pies enterrados en la arena. no hacían falta más adjetivos para saber lo enamorada que ella estaba.
se sentía como en una película de amor, de esas que tanto le gustan a él. donde los protagonistas son mejores amigos hasta que confiesan su amor por el otro y a pesar de los obstáculos lograban terminar felices por el resto de sus vidas. pero entre ellos se veía bastante imposible, blas era tan enamoradizo que aixa no tenía ni siquiera una oportunidad.
“¿estás bien?” su grave voz la sacó de sus pensamientos. el pelinegro la miraba con una pequeña sonrisa inocente. sus labios estaban rojos al igual que la punta de su nariz, señal de que había bebido mucho.
“nunca pude haber estado mejor” ella le devolvió la sonrisa, aunque su amigo no parecía convencido.
“me estoy aburriendo, ¿por qué no nos vamos?” él cuestionó. aixa dudó un poco, pero al fin y al cabi terminó asintiendo. blas la tomó de una mano para no perderla hacia el camino de la salida según él, pero en el cuerpo de ella las mariposas ya se habían instalado.
( . . . )
iban caminando por las calles, hablando sobre cualquier cosa que se presentara. buenos aires era inmenso, la capital de noche era algo imperdible y ellos deseaban aprovechar cada segundo de ser posible.
se aproximaron a una plaza. aixa se sentó en un columpio y comenzó a arrastras sus pies, sin hamacarse por completo.
“¿me ayudas?” más bien le suplicó. el más alto rodó los ojos pero no podía decirle que no, nunca podía decirle que no. sin más sus grandes manos fueron a ubicarse en la delicada cintura de su amiga, haciendo un agarre seguro ahí y comenzó a impulsarla hacia adelante.
“¡voy a llegar a las estrellas!” ella exclamaba riendo. el pelinegro no iba a confesarlo, pero oír la risa de esa chica lo aturdía en una manera sana, era lo único que quería escuchar por el resto de su vida. podía compararla con la más angelical melodía y aún así seguiría quedándose corto. en su mente su amor no correspondido por aixa le traía demasiados problemas. nunca supo cómo aprovechar el tiempo a solas con ella y a pesar de que no era la primera vez que ambos salían y no volvían hasta estar dados vuelta, no tenía idea de cómo acercarse más. pero quería que su mejor amiga se diera cuenta de cómo lo traía, de cómo su mundo estaba de cabeza gracias a ella.
aixa estaba en su propio mundo, ni siquiera notó cuando blas sacó las manos de su propia cintura. su ritmo bajó hasta que por fin sus pies tocaron nuevamente la tierra y ni siquiera pudo pensar en algo cuando tuvo el rostro de su mejor amigo tan cerca del suyo. para ello blas debía estar arrodillado ya que aixa era un tanto más baja que él estando parada, estando en un columpio era mucho peor.
ninguno hablaba, no había necesidad. sus respiraciones se mezclaban, el aliento del más alto chocaba en el rostro de la chica como una caliente brisa; menta mezclada con algo de alcohol y tabaco. no le gustaba ver a la gente fumar, pero cuando blas lo hacía era una gran excepción.
“quiero besarte, ¿puedo?” él simplemente preguntó, dejándola boquiabierta. ella había soñado tanto tiempo por esto que ni siquiera parecía real. temía decirle que sí y caer abruptamente en la dura realidad donde ellos seguían siendo mejores amigos.
”¿qué decís, tonto?, estás borracho” aixa intentaba ocultar sus nervios bajo una fachada falsa de seguridad. blas le sonrió, acunando esas mejillas rosadas que él tanto amaba entre sus largos dedos y las firmes palmas de sus manos.
“puede ser, pero por lo menos espero estar borracho de tanto amor” respondió, ahora estando tan sólo a centímetros de la boca de su mejor amiga.
sus narices se rozaban, creando un pequeño beso imaginario. estaban separados por un pequeño hilo que ninguno se animaba a romper por orgullo, y tal vez por algo de temor.
“por favor, me estoy muriendo de ganas” suplicó, lamiendo su propio labio inferior. aixa asintió un poco temerosa de que todo sea una broma de mal gusto, pero no lo fue.
blas unió sus bocas en ese tan deseado beso que ambos esperaron por años en silencio. la lengua del pelinegro se abrió paso a la cavidad bucal de ella, explorando a su antojo. los labios de aixa se sentían completamente húmedos y ahora estaban hinchados. sus delicadas manos fueron a aferrarse en el cabello del contrario, amasando a su gusto aquellos rulos que tanto amaba.
blas nuevamente se aferró a la cintura de aixa. nunca había tenido un beso tan dulce como ese e incluso se sentía con dolor en el estómago, era hasta más dulce que comer miel desde la cuchara, y no podía evitar soltar pequeños suspiros en la boca ajena.
había sido una larga noche, pero la espera por fin valió la pena.
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pricesugarwife · 3 months
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Fantasies | John Price x Reader
I'm a bit rusty; I haven't written a fic in... years, I can't even remember. It makes me quite nervous, but my lovely friend motivates me to do it, and I want to write to thank her for the hearty meals she provides. Inspired by a dream where I was pregnant, and Joe Graves took charge. 
It may not be the best, but it is with much love. ❤️
Dedicated to @the-californicationist
John Price x Pregnant! Reader
⚠️ Facts: Spanish | Implicitly smut | Fluff 
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Los rayos del sol atravesaban la ventana, alumbrando escasamente la cocina que aún permanecía en penumbra mientras me balanceaba al compás de una suave melodía. Mis tarareos seguían la canción que sonaba en la radio, mientras daba tranquilos sorbos de mi taza de té y agradecía a Dios por siempre traer de regreso a mi amado esposo. 
Recordar las lágrimas derramadas, el crucifijo en mis manos mientras sollozaba por la madrugada y la inquietud que sentía en mi pecho cada vez que se marchaba a un despliegue, un tiempo de silencio que podía durar largos meses y despertaba mi angustia al siquiera imaginar cómo sería si no regresara. 
No sé en que momento me volví una esposa tan devota, mucho menos después de pensar que me quedaría solterona. Antes de que mis ensoñaciones cayeran nuevamente a esa noche de invierno en la que conocí a John, sentí sus fuertes brazos rodearme y acercarme a su pecho. 
— ¿Por qué te levantaste tan temprano de la cama, amor? —susurró con su voz ronca en mi oído, brindando caricias a mi estómago hinchado por los seis meses de embarazo. 
— Es tu día libre, quise mimarte con tu desayuno favorito —murmuré para no romper la atmósfera de calidez y suavidad, mientras sentía la aspereza de su barba en mi cuello. 
Había algo en él que aún después de tantos años de casados seguía enloqueciéndome, la calidez de su cuerpo contra el mío, su aroma a almizcle, whiskey ahumado y madera que me embriagaba. Estaba tan enamorada, aún lo estoy, recordando los sacrificios que hice al abandonar mi patria por comenzar una nueva vida con John. 
— Aún hay tiempo para eso, amor. Vamos a la cama y déjame consentir a mi dulce esposa toda la mañana, ¿sí? —el tono bajo de su voz sacudió mis huesos y envío una ola de calor por todo mi cuerpo, que aún se acostumbraba a los febriles cambios hormonales. 
Antes de que pudiera resistirme, sus labios llenos descendían por la curva de mi cuello hasta el hombro, quitando la delgada tira de mi camisón, desnudando ese trozo de piel que cubrió con sus besos húmedos. Un suspiro escapó de mi boca, las manos fuertes pero gentiles de mi marido recorriendo mi cuerpo con amor y reverencia, mientras lamía en las mordeduras juguetonas que dejaba a su paso. 
Sus manos bajaron a mi pecho, acariciando los sensibles pezones entre sus firmes dedos, sosteniendo la pesadez de mis senos, que habían comenzado a crecer desde el inicio del embarazo, en sus grandes manos. Su nariz volvió a mi cuello, respirando sonoramente y acercándome mucho más a su cuerpo para que sintiera su miembro contra mis nalgas. 
— Ven, amor, o no podré resistir y te tomaré aquí  mismo —ronroneó John, volteando mi cuerpo para que pudiera mirar sus deseos e intensos ojos azules. 
Una de sus manos me sujetó del cuello, dirigiendo el beso que inició en cuanto mi boca estuvo a centímetros de la suya y reclamó lo que tanto anhelaba; sus labios se movían con aspereza sobre los míos, mordiendo mi labio inferior y calmando el delicioso escozor con su lengua cuando escuchó los pequeños jadeos de placer que se me escapaban. 
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caostalgia · 2 days
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¿No crees que nos merecemos una última pieza? La música casi está por parar, de verdad ¿No te apetece bailar?, hasta que la última melodía cese, y nuestras almas tomen caminos distintos, déjate llevar, el tiempo no será impedimento, si es la última noche que nos podremos amar.
~Goner
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tem-plada · 1 year
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corazón a corazón
corazón a corazón, se conectan nuestros recuerdos, nuestra felicidad, nuestro dolor, nuestro solo nuestro.
me di cuenta que tengo ese impulso, ese mal hábito: siempre regreso a dónde, a quiénes, a qué, corazón a corazón chocamos.
no estoy segura de que sea un acto de amor o de dependencia, quizá sólo es que sí: soy terca. -corazón a corazón-  me gusta esa frase: es como si hubiera algo más fuera de nuestro entendimiento de simple mortal que conecte, que vincule, que sintonice a dos simples cuerpos, momentos, instantes que individualmente no constan de gracia más en conjunto, -al ser unidos por algo invisible a nuestros ojos- un lazo, un abrazo, un beso, unas palabras o risas son más que un atardecer en la playa, más que una noche con secretos a pecho abierto, más que una melodía sabor a tu propia alma, porque son dos, es un complemento, un refugio, un instante de conexión: es la colisión sin caos de corazón a corazón.
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danielac1world · 3 months
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No quiero nada, pero si me abrazas por las noches, me quedo.
No quiero nada, pero si no necesitas razones, me atrevo a mirarte a los ojos.
No quiero nada, pero si te quedas después de la madrugada, o escuchas mis recitados paranoicos y tristes, si me ves llorar rompiendo nuestros silencios, y todavía existes; si me extiendes la mano en plena pesadilla distopica, si no sales corriendo después de mi tercera crisis de pánico, puedo prometerte, que también tomaré tu mano.
Y si me llamas loca y provocas mi risa, si no me tocas con prisa sino con permisos de pausa, si haces que la piel de mi cuello descanse entre tus dedos de ceniza, si me avisas entre miradas que las llamas son demasiado altas, si saltas conmigo y sobrevives al fuego entre aguas, después del primer orgasmo de la noche nostálgica; puedes dormir bajo la misma almohada, mientras con tenerte pretendo quedarme sin querer nada.
Si no me llenas de arena los pies y las alas, si tus te quiero´s no riman con la fría nada, si te gusta abrazar bien fuerte a los miedos en distancia, si te dejas mimar a oscuras entre dramas; si pronuncias la "M" con el miedo de mis palabras... puede que quiera más que no querer nada. Quizás un beso bajo la lluvia sin la ropa mojada, una caricia como una melodía de piano a destiempo, una curita para los órganos muertos, una herida sana que rompa el silencio, y construir nuestra historia en la oscuridad de lo que seremos, porque si yo no quiero nada, y me das la mano entre tantas pausas, me atreveré a mirarte a los ojos para dejar de esconder el miedo de querer un poco más, que mis cimientos.
-danielac1world ~Desmintiendo una taza de té ~
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Te encontré vestida de amor
En el resplandor dorado del atardecer, te encontré vestida de amor. Tus ojos, dos luceros centelleantes, reflejaban la pasión que ardía en tu ser. Tus labios, carmesíes como la rosa más delicada, susurraban promesas de éxtasis compartido. Entre el suave roce de nuestras manos entrelazadas, florecía un jardín de sensaciones prohibidas y deseos insaciables.
Cada encuentro era un baile de emociones, donde nuestros cuerpos se buscaban con avidez, ansiosos por fundirse en un abrazo eterno. Tus suspiros, melodías que enredaban mis sentidos y me llevaban a un éxtasis sin igual. Cada beso era un poema en sí mismo, una oda al deseo que nos consumía sin remordimientos.
En la penumbra de la noche, nos perdíamos en laberintos de pasión, explorando cada rincón de nuestra intimidad con la curiosidad de amantes clandestinos. Tus caricias, suaves como la brisa de verano, encendían llamas que danzaban en la oscuridad, iluminando nuestro universo compartido con destellos de placer.
En el calor de nuestras pieles entrelazadas, encontrábamos refugio de los temores y las dudas, sumergiéndonos en un océano de sensaciones donde solo existíamos tú y yo, fundidos en un abrazo eterno. Cada momento a tu lado era una aventura en la que perdía el sentido del tiempo y el espacio, entregándome por completo al hechizo de tu presencia.
Así, entre susurros y caricias, entre miradas cómplices y sonrisas robadas, nuestro noviazgo se convirtió en un poema vivo, en una danza eterna de amor y pasión que trascende cualquier límite conocido. Te encontré vestida de amor, y en cada instante a tu lado, descubro el significado más profundo de la entrega y la plenitud.
Don Ggatto
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soledadenlaluna · 7 months
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con toda mi alma, eres mi luz en este mundo tan caótico. Cada vez que te veo, mi corazón se llena de alegría y mi mente se llena de pensamientos dulces.
Eres mi refugio en los días oscuros, mi paz en medio de la tormenta. Tu risa es la melodía que me guía y me hace olvidar cualquier preocupación y tus ojos son el faro que ilumina mi camino.
Tu amor es mi combustible, me da fuerzas para seguir adelante incluso cuando el camino se vuelve difícil. Eres mi motivación, porque sé que contigo a mi lado, puedo conquistar cualquier obstáculo que se presente.
Eres el sueño con el que nunca quiero despertar, la razón por la que sonrío cada día. Contigo, la felicidad se vuelve tangible y el amor se vuelve eterno.
No hay palabras suficientes para expresar lo mucho que te amo y lo agradecida que estoy por tenerte en mi vida. Eres mi persona, mi ser amado, mi todo.
Mi amor por ti crece cada día más, como un fuego que arde intensamente. No puedo imaginar mi vida sin ti, porque contigo es donde pertenezco.
Eres mi sol en la mañana, mi luna en la noche. Eres mi compañero de vida, mi confidente y mi mejor amigo. No importa lo que pase, siempre estaré aquí, amándote incondicionalmente.
por ser esa luz en mi vida, por iluminar mi camino por dar color a mi sendero
Eres tú y siempre serás tú, el dueño de mi corazón.
- autor : Melany Lima Ventura
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pricesugarwife · 3 months
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Derritiendo los glaciares de su corazón | Simon Riley x Reader
¡Mi segundo escrito aquí! Estoy intentando descubrir como funciona la plataforma, sigo estando nerviosa y pronto tendré que hacer una publicación fijada con mis pequeños retazos.
Simon "Ghost" Riley x Reader
Please, listen "Say yes to Heaven" of Lana del Rey mientras lee esto para una mejor experiencia.
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Los créditos se mostraban en la pantalla mientras quitabas la manta acolchada que te cubría, hacía unos minutos que la película había finalizado y como un gato perezoso, te estiraste en la cómoda cama en la que reposaba tu cuerpo, aun tratando de espabilar después del dulce sueño y las caricias compartidas por el hombre rubio del que no había rastro en la habitación.. Hacía frío, no era para menos el invierno los había arropado con una espesa capa de nieve y escarcha visible desde la ventana, donde se vislumbra el paisaje blanquecino pero ciertamente inspirador para una artista como tú. 
Aunque, nunca fuiste buena pintando o esculpiendo en arcilla, tus dedos se hallaban demasiado ocupados trazando formas en el cristal de este, tarareando de manera vaga la melodía de fondo, disfrutando de la brisa congelada que refresca tus mejillas sonrojadas; porque los recuerdos de la noche anterior transitaban por tu conciencia, los besos apasionados, las mordidas traviesas, palabras sugerentes y el delicioso vaivén de caderas que impuso Simon cuando descubrió los espacios más íntimos de tu cuerpo, trazando cual cartógrafo la geografía en antiguos pergaminos, proclamándose noble conquistador de las tierras vírgenes entre tus piernas.
Cada suspiro robado en la boca de Simon se repetía en bucle en tu imaginación, dejándote embriagar por el terroso aroma a almizcle, avellanas y madera, había algo en la entereza de su ser que te hacía sentir en casa. Quizás tanto tiempo en soledad, viviendo en la monotonía de los días con las mismas palabras vacías y la rutina hueca te había hecho sentir extranjera en tu propio cuerpo, en tu propia vida, hasta que conociste al hombre de ojos cafés tormentosos. 
Era una ocasión especial, llevabas un vestido fluido por insistencia de tu madre que te había convencido de salir al último festival organizado en la ciudad y lucir bonita para “pescar un buen hombre, porque el tiempo pasaba y no te hacías más joven”, sin embargo, la amargura en tu paladar al pensar en el amor y tus anteriores experiencias (aunque escasas, muy decepcionantes y terribles) se vieron empañadas en cuanto observaste a semejante semental que se encontraba sentado en un rincón oscuro del bar en el que estabas con tu hermana. 
Ella, como era de costumbre, no se callaba y continuaba parloteando sobre el militar con el que estaba saliendo desde hacía semanas. Pero espabilaste en cuanto saliste de la ensoñación, dándote cuenta que su parloteo se había detenido hacía segundos y se levantaba repentinamente de la silla, corriendo como el huracán que era hacia la figura voluminosa de un hombre que llamó “John” con un tono tan enfermizamente dulce que en otro momento te hubiese provocado arcadas. 
Al final conociste al misterioso hombre del que estaba enamorada tu hermana y también conociste a Simon Riley, a pesar de que al inicio se presentó con su indicativo “Ghost” con un tono seco y plano, anticipándote que no participaría mucho en la conversación. Sin embargo, al final de la noche lograste estar más cerca de ese cautivador espécimen que solía hacer bromas de papá, bebía cortos tragos de bourbon y te robaba el corazón con cada palabra que salía decorada por ese acento de Manchester. 
Regresando al presente, te sentías flotando en una danza encantadora y delicada como las de antaño, donde el caballero sujetaba a una distancia prudencial tu anatomía al compás de la orquesta que entonaba el ritmo de la pieza. Como un violinista que conoce las cuerdas de su instrumento, el rubio había aprendido a tocar en los sitios indicados para conseguir ese dulce sonido de tus labios pintados de bermellón. 
Aquel suceso permanece escrito en las páginas de tu memoria, garabateando corazones junto a sus nombres y anhelando esas varoniles manos sobre ti una vez más, generando una adicción a sus incandescentes sentimientos desmedidos, desprovistos de cualquier enajenación. Giraste sobre tus pies, dando vueltas como una ninfa de rostro soñador, la delgada camisa blanca de Simon cubría tu desnudez sin inmutarse por la baja temperatura hasta que percibiste esa fragancia casi afrodisíaca.
—Pensé que no querrías salir de la cama —murmuró el de orbes azules, sonaba divertido y maravillado por tu delicado semblante, aún cuando había pervertido tu mente con su excitación desenfrenada y te había devastado en su cama hacía unas cuantas horas. 
—Está nevando y es precioso, quería ver la nieve caer —señalaste, sentándote sobre tus tobillos en el esponjoso colchón invitándole a que se acercara hacia donde estabas.
—Quizás, sigue sin ser más precioso que tú.
Antes de que pudieras contestar, te sujetó por la cintura y te subió a su regazo, reposando tu cuerpo en sus gruesos muslos, acariciando tramos de piel que iba revelando al subir la poca tela que lo separaba de tu cálido centro. 
—Anhelo llenarte de los halagos que mereces... quiero devolverte esa alegría que provocas en mí —confesó, peinando los mechones sueltos que enmarcan tu rostro. Los mismos dedos que te habían llevado a las estrellas delineaban con delicadeza tus mejillas, hasta que el dedo pulgar reposó encima de tus labios, fascinado admirando la forma de tu arco de cupido. 
—Creo que alguien ha estado leyendo a Jane Austen —dijiste más para ti misma, sin percatarse que Simon empezaba a desabrochar los pocos botones que cubrían tu modestia. 
Nunca desvió sus profundos ojos marrones de tus reacciones, motivado por como mordiste tu labio inferior al observar los músculos cincelados y esos pectorales esculpidos por Miguel Ángel. Lo hacía con el objetivo de empujar tu deleite en ese armonioso espectáculo íntimo, develando la parte más sensual que poseía como individuo masculino. 
En cuanto te apoyó en la cama, posicionándose sobre ti, apreciaste en silencio como iba enseñándote el sendero feliz cubierto por una delgada capa de vello y jadeaste en silencio, sintiendo el agradable calor de tu humedad cuando Simon se quitó el jogger gris que llevaba y sus torneadas piernas tocaron el colchón para subir hacia donde tus brazos lo llamaban. En cuanto estuvo más cerca, sentiste la dureza de su miembro contra la parte interna de tus muslos, mordiéndote el labio y moviendo las caderas para que pudiera sentir lo lista que estabas para recibirle. 
Simon hizo descender sus dedos hacia tu centro resbaladizo, cubriendo sus dedos con la humedad acumulada en medio de tus muslos y llevándolos a su boca para probarlo mientras te miraba atentamente, provocando un gemido desesperado de tu parte. Para ese instante, el frío no era un inconveniente, puesto que apretaste los muslos al sentir como esa humedad crecía y descendía cálida, acción que no pasó desapercibida—. ¿Exaltada, mi dulce princesa?
—¿Qué crees? —dijiste, recostando tu fisionomía en la suavidad de las sábanas de tu amante. Querías repetir esa pecaminosa danza que se prolongó en la madrugada.
—¿No fue suficiente con lo de anoche? —cuestionó, una de sus cejas gruesas arqueadas y sus labios tirando de una sonrisa que prometía los placeres carnales.
Pero no te cohibiste como antes, la sumisión que habías mantenido se dispersó cuando lo besaste con todo el fuego que residía en tu pecho, presionando tus senos desnudos contra su pecho torneado y duro. Porque más allá de un derroche pasional y efímero, sus almas se conectaban en un plano espiritual que escribía con pluma dorada la leyenda de un amor inconmensurable, que por fin sería netamente feliz y perpetuo.
—Quiero que me hagas tuya, Simon.
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caostalgia · 8 months
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Mi mundo interno.
- Me encontraba en la orilla de mi cama, mis lagrimas caían amargas y llenas de dolor, sentía que mi corazón se fuera a explotar, pero no era por estar enamorado, sino por el desespero que me proporciona el dolor... Hoy era un día de todos aquellos que deseaba que culminara rápidamente para poder apagar mi tristeza durante la noche por medio de un profundo sueño que resista hasta la salida del sol la mañana siguiente cuando nuevamente decida tomar otra oportunidad para alargar el sentimiento de tranquilidad si despierto de esa forma. Quise apartarme de las voces ajenas, las risas falsas, el calor humano u otra cosa fuera del insoportable universo que cargo dentro de mi, lo único por lo que deseaba ser abrazado, era por las tristes melodías de las canciones que de algún modo eran capaces de levantar un poco el animo caído por los sucesos inesperados que por un lado no quiero que sucedan y por el otro, salir rápidamente de los mismos. Que sencillo identificar como quería estar solo, pero no sentirme solo. Me encontraba rodeado de gente y al mismo tiempo interiorizado en mi mismo acompañado de letras que a cualquier otro asustaría, quería sentirme bien y necesitaba estar solo para mi... Ser un completo egoísta aunque fuera una vez.
-S.B
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