Ojalá algún día nuestros caminos se vuelvan a juntar, ojalá algún día tengamos esas charlas que nos quedaron pendientes, ojalá algún día me cuentes nuestra historia vista con tus ojos, ojalá algún día lleguen a tus manos esas páginas sin terminar que escribí pensando en ti, ojalá algún día volvamos a caminar a la luz de la luna, ojalá algún día tu sonrisa sea solo para mí, ojalá algún día mis ojos recuperen el brillo que perdieron con tu ausencia, ojalá algún día compartamos nuestros días y nuestras noches, ojalá algún día sepas lo mucho que te amé...
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Camus escribió que sin un sentido, la vida puede seguir siendo vida.
Imagino entonces que la vida puede sostenerse en lo insostenible y aceptar lo inaceptable.
Imagino que mi vida, siendo ella misma sin mí, puede sostenerme y aceptarme, mientras yo solo la vivo.
Qué descanso.
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"Le ruego y pido a dios… que me haga perder la vista, porque a cada lugar al que voy siempre la miro, ahí, esperándome…
Le ruego y pido que me haga perder el sentido del olfato, porque con cada mujer con la que estoy, me recuerda a ése aroma suyo, fresa caramelizado…
Le ruego y pido que pierda la movilidad de mis manos, porque soy incapaz de dejar de escribir lo que nunca le dije, que estos sean los últimos versos que le escribo…
Le ruego y pido que pierda el sentido del oído… porque la brisa del aire y de las melodías me hacen recordar su voz cuando me decía que me quería…
Le ruego y pido que pierda mi laringe, así ya no le cantaré todas las noches con la esperanza de que vuelva…
Te ruego y pido señor, que me quites la vida, porque aún a pesar de todo eso, no dejo de pensar en ella…
Te ruego y pido señor, que desgarres, castigues y quemes mi alma con el mismo sufrimiento que cargó para olvidarla...
Te lo pido a ti porque soy un cobarde. Fui cobarde para amarla y soy un cobarde para olvidarla…"
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La cura: La guerra
Pude ser una loca, tal vez por escribirte cartas lo soy, pero, nunca fui más una idiota que guardo en sí misma sus dolores y desgracias, tal vez mi curiosidad fue tan dañina pero me mostró la parte más real tuya
Oficialmente me decepcionaste, con cada letra de esa palabra. Me he sacado los ojos que con tanto amor te vieron, para verte a ti, un ser humano tan imperfecto como desdichado.
Tras morir de dolor, cada día era más difícil no saber de ti, cada momento era un martirio para mí el no verte ¿Costumbre? Tal vez, pero apuesto más por la ansiedad que me causo el desenlace de dicho amor, tan subito, tan inadvertido pero especificamente tan sorpresivo y dificíl.
Tomé el asunto en mí, hui a verte una última vez, pero mucho antes de poder saludarte me di cuenta que no eras de quien estaba enamorada, vi tus ojos posandose sobre otra persona, como en menos de un día olvidabas lo mucho que habías jurado amarme un par de ayeres antes.
Triangulaste mi corazón, lo pisaste y dejaste una cicatriz cuando vi tus labios encontrar a unos nuevos sin previo aviso, y yo sé que no debería lastimarme, pues ante todo e incluso estando a mi lado siempre fuiste libre, pero ¿No es íronico? En un día olvidaste que fui yo, mis te amo y cada día que invertí contigo.
Fue entonces que te odie, pero en el fondo te amaba, a cada latido le dejé un beso con la esperanza de que te encontrará, pero estabas muy ocupado viendo aquellos ojos que juraste eran una simple amistad, jurandome que no me traicionaste cuando bien supiste que el olvidarme tan rápido era lo mismo.
Mi ser paso a ser un desechable con cada te amo que le diste, con cada palaabra en la que no te detuviste a pensar en lo doloroso que sería para mí tus acciones, es cierto, sí que pensaste, pero en ti, jamás en mí.
La guerra inició, el quererte sacar de mí a toda costa fue imperativo, pesé al dolor mi corazón estaba desdichado, oyendo cada palabra.
Tomé un par de zapatillas, corrí y corrí para alcanzarte, superarte era mi deber, era el demostrar que yo era mejor, que si tú ibas a correr entonces yo iría más rápido, si tú gritabas yo gritaría más fuerte y claro. Esa era la guerra que quería ganar.
Tú besabas sus labios, la tomabas en la cintura intentando superar lo que fuimos, pero yo estaba viendo a cada ser humano que estaba en mi camino, tomaba cada fracción de mi desdenden para enseñarte que estaba bien, que aquella traición era mi combustible.
Al final me quemé, la guerra fue demasiado para mí, y no porqué no pudiera ganarla, en realidad era que no quería ganar, quería estar bien y nunca lo lograría compitiendo contigo, ni haciendo el sordo a cada palabra de sensatez.
Ese día entendí lo imperfecto que eres, pues tuviste que buscar algo para reemplazarme tan rápido como pudiste, no sabes estar sólo, ni disfrutas tu compañia, pero quieres algo con alguien sin importar cuanto le lastimes.
Algún día verás que no importa a donde lo intentes, el problema era tú, y todo saldrá mal siempre, no es el tiempo como dijiste, ni el compromiso, eres tú y todo en lo que te rehusas a trabajar para ti.
Si se me permité darte un consejo, deja la guerra, que me he ido de ella, he demostrado que no hacer lo mismo que tú y buscarme es mejor, encontré eso y no necesité lastimar a nadie en el camino.
Imperfección, la veo tras la guerra que nunca ganarás ni ganaré.
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