Tumgik
#ojo al cine
calibanism0 · 2 years
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"Tú, no te detengas ante ningún reto. Y no pases a formar parte de ningún gremio. Que nunca te puedan definir ni encasillar. Que nadie sepa tu nombre y que nadie amparo te dé. Que no accedas a los tejemanejes de la celebridad. Si dejas obra, muere tranquilo, confiando en unos pocos buenos amigos.
Nunca permitas que te vuelvan persona mayor, hombre respetable. Nunca dejes de ser niño, aunque tengas los ojos en la nuca y se te empiecen a caer los dientes. Tus padres te tuvieron. Que tus padres te alimenten siempre, y págales con mala moneda. A mí qué. Jamás ahorres. Nunca te vuelvas una persona seria.
Haz de la irreflexión y de la contradicción tu norma de conducta. Elimina las treguas, recoge tu amor en el daño, el exceso y la tembladera.
Todo es tuyo. A todo tienes derecho y cóbralo caro. No te sientas llenecita nunca. Aprende a no perder la vista, a no sucumbir ante la miopía del que vive en la ciudad. Ármate de los sueños para no perder la vista."
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stuckwthem · 2 months
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in the world of boys, he's a gentleman. | enzo v.
summary: después de verte perder el tiempo con otros tipos, tu mejor amigo tiene algunas cosas que confesarte. puro fluff.
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nunca pensaste que ir con vestido en una bici fuera una experiencia tan emocionante, pero ahí estabas, agarrada al cuerpo de enzo e intentando mantener el equilibrio en la parte trasera de su bicicleta mientras reías como una loca. 
para ponerlo en contexto, enzo era tu mejor amigo hacía algún tiempo, desde que habías alquilado una habitación en su piso a dos años, por lo que la convivencia se convirtió inevitablemente en una genuina amistad. de vez en cuando, su mejor amigo y compañero de piso era también su superhéroe. ya fuera leyéndole el pensamiento cuando se moría de hambre y no quería cocinar, o llegando siempre a casa con sus dulces favoritos, o salvándole de emboscadas.
cuando antes llegaron sus mensajes al móvil de enzo, quejándose de una cita que iba de mal en peor con un tipo un poco arrogante, no dudó en levantarse y subirse a su bici para recogerla. la sola idea de imaginarte en una cita con un tipo horrible, y peor aún, un tipo que no era él, le ponía nervioso, así que ahora te encontrabas en esa situación tan improbable pero completamente cómica. no te había dado opción.
"no puedo creer que haya hecho eso", dijiste, estallando en risas, que enzo correspondió negando con la cabeza. "¡imagínate su cara cuando vuelva a la mesa!".
"lo siento mucho por él", responde enzo con ironía y una sonrisa que indica que no, que no se arrepiente de habérsela robado.
"apuesto a que sí", apoyando la cabeza en la espalda de el moreno, respondiste en el mismo tono. su cuerpo está caliente y un poco sudado, pero su aroma es bueno y familiar.
enzo conducía la bici calle abajo, mientras tú te sujetabas rodeando su cintura con los brazos, la brisa nocturna los envolvía. el silencio se hizo un momento antes de que decidieras romperlo.
"enzo, en serio, no tenías que hacer eso. ya iba a estar bien. iba a durar unos minutos más".
se rió, lanzándote una mirada esquinada. "bueno, a juzgar por tu desesperación en los mensajes, diría que 'bien' es una palabra bastante generosa".
bufaste, fingiendo indignación. "lo estaba dramatizando un poco, ve".
"lo sé, lo sé. pero, sinceramente, no podía dejar que mi amiga pasara una noche horrible con un tipo idiota. después de todo, ¿quién más va a aguantar mis estúpidas bromas?"
"oh, ¿para eso estoy yo? ¿una compañera que tolere tus bromas?".
enzo sonrió, divertido. "entre otras cosas, claro. pero en serio, no iba a dejar que te salieras con la tuya una vez más".
puso los ojos en blanco como ofendida, pero no pudo contener una sonrisa.
"¿a dónde quieres ir?" preguntó de repente, dejándote un poco confundida.
"creía que íbamos a casa", te encogiste de hombros.
"¡no puedo dejar que te vayas a casa tan arreglada sin haber tenido una cita decente!". exclama enzo, girando ligeramente la cabeza, lo que te permite ver su expresión indignada.
procesas lo que acaba de decir y sientes que el corazón te da un vuelco. estaba suponiendo cosas o...
"¿así que vamos a tener una cita?", es tu réplica automática, y entonces, tratando de disfrazar, te aclaras la garganta, preocupada por estar leyendo las líneas equivocadas.
quizá, además de compañero de piso, mejor amigo y superhéroe ocasional, enzo era también un pequeño flechazo tuyo. uno que habías intentado olvidar a base de citas terribles que siempre te devolvían a la casilla de salida: enzo. enzo, que te compró tu helado favorito cuando te dieron una patada en el culo cuando os conocisteis, aunque nunca le hablaste directamente de tu sabor favorito. enzo, que siempre te esperaba en casa con una sesión de cine y una manta calentita. enzo, que siempre escuchaba todo lo que decías. enzo, que era tu punto débil.
"si quieres llamarlo así, tendremos una cita, sí", dice, e involuntariamente tus manos se aprietan alrededor de su cintura. 
tras unos minutos pedaleando por las tranquilas calles, te das cuenta de la ruta conocida, la de todos los días. puede que enzo haya cambiado de opinión. realmente estabais de camino a casa y todas tus expectativas se habían venido abajo. hasta que, lentamente, se detiene, y lo siguiente que sabe es que están frente a una pizzería de la esquina. la misma pizzería nueva que había abierto hacía unos días cerca de su casa y de la que no paraba de hablarle a enzo.
"¿pizza?", pregunta como si esperara tu aprobación.”
enzo te tiende la mano para que te bajes de la bicicleta y él te acompaña en seguida. es curioso cómo contrastas, mientras el mayor lleva ropa casual y sencilla, tú vas arreglada con ese estúpido vestido. dentro de tu cabeza, maldices el momento en que aceptaste salir con ese idiota de antes. realmente no se merecía todas tus joyas, pero enzo, uau. realmente parecía estudiar cada parte de ti y admirar cada aspecto. desde la forma más inocente en que algunos hilos sueltos de tu moño desordenado enmarcaban tu cara hasta la forma más indecente en que se fijaba en lo bonitas que te quedaban las piernas con aquel vestido ajustado. 
los dos tuvisteis que sentaros fuera, ya que dentro estaba lleno, y cuando te sentaste en la pequeña mesa de la acera frente a enzo, tu mejor amigo dejó escapar un largo suspiro mientras te miraba fijamente. un suspiro que decía: por fin. 
"pero para serte sincera ahora, no sabes el alivio que supuso verte fuera de aquel restaurante", confesaste, con una risa ligera y sincera.
"¿tan mal estaba el clima?", preguntó el chico con expresión incrédula.
"¡simplemente no había humor! el tipo no paraba de hablar de las lecciones de vida que aprendió cuando su papá dejó de darle dinero durante un mes, o de cómo no debía sentirme especial si me llevaba a su piso después de cenar. y acabábamos de llegar!", exclamaste asombrada a enzo, que de repente parecía serio. demasiado serio. "¡no me ha hecho ni una sola pregunta en 45 minutos!".
"¡qué imbécil!", murmuró el moreno, poniendo los ojos en blanco. la mirada de enzo se apartó de ti por un momento, siguiendo su propia mano mientras jugueteaba con las salsas y arrancaba trozos de servilleta de la mesa. "¿por qué sigues saliendo con tipos así?".
preguntó, sin mirarte aún, y de repente la sangre te hirvió, subiéndote a la cabeza. respiraste hondo, sintiendo que una punzada de decepción te golpeaba el pecho, sin creerte lo que enzo acababa de decir. 
"¿estás insinuando que es culpa mía? soy responsable de que los hombres sean totalmente egoístas y..." cierras los ojos, colocando involuntariamente la mano contra tu propio pecho. indignada.
"¡no! no es eso a lo que me refería, mi vida". enzo levantó la cabeza rápidamente, encontrándose con tu mirada, dolida y traicionada. 
se sintió como un completo idiota, desesperado por la forma en que le mirabas, sin saber muy bien cómo dar marcha atrás. se irguió en su silla, inclinándose sobre la mesa para alcanzar tu mano, listo para defenderse cuando un camarero se detuvo justo a su lado.
"¡buenas noches, parejita! ¿qué les sirvo?", preguntó el hombre, con un tono amable y alegre, en contraste con los ánimos encendidos en la mesa.
te reíste irónicamente de la confusión del camarero, algo habitual cada vez que salías juntos, y te cruzaste de brazos, alejándote de enzo.
"ahm, hola", se rascó la nuca desconcertado, y entonces se dio cuenta de que ni siquiera había mirado el menú. tanteó las hojas, no sabía qué pedir y de repente parecía perdido.
"dos pedazos de marguerita, de la opción vegana, por favor", tu dije, enderezándose. "y una coca-cola, con limón, para él".
enzo te mira ansioso mientras el hombre toma su pedido, su pierna colgando bajo la mesa, rozando la tuya sin darse cuenta. el contacto hace que todo tu cuerpo se estremezca, pero sigues sin mirarle. el camarero se retira de la mesa y anuncia que te servirá en breve.
"mira, no digo que sea culpa tuya. en absoluto, chiquita", dice, con voz grave y tono preocupado. te miras las uñas, haciéndote la indiferente. un poco dramática. 
enzo suspira y junta su rodilla a la tuya. entrecierras los ojos, indiferente, mientras él se humedece los labios como si tratara de encontrar las palabras en la punta de la lengua. 
"estoy intentando decirte que te mereces algo mejor que estos tíos. tú lo sabes, yo lo sé." la forma en que conduce lo que dice es lenta y cuidadosa, continúa. "te mereces a alguien que realmente te aprecie, que vea todas las cosas increíbles que yo veo en ti. estos tipos que ves claramente no ven a la increíble persona que tienen delante y pierden por completo la oportunidad de conocer a la mejor persona que podrían tener en la vida."
sus ojos se elevan automáticamente al oír lo que dice, y sus pulmones parecen no realizar su acción rutinaria. su labio tiembla nervioso. se le acumulan las lágrimas en la comisura de los ojos, porque tiene que decirse a sí misma que sólo lo dice porque quiere su bien, porque es lo que diría un mejor amigo. y tienes que luchar con todas esas palabras antes de irte a dormir, tragándote todos tus sentimientos.
"sabes, eres amable, increíblemente inteligente, aunque sigas pensando que puedes ganarme jugando al mortal kombat apretando todos los botones a la vez". enzo continúa, suavizando su sermón, haciéndola reír por lo bajo. "eres divertida, talentosa, real. linda."
sin poder resistirte más, vuelves a encontrarte con la mirada del moreno, que te dedica una pequeña sonrisa al notar que te rindes poco a poco.
"por no hablar de tu paciencia, sobre todo cuando decido cocinar y dejar la cocina como un campo de batalla" 
esta vez no puedes contener la sonrisa que se extiende por tu cara, recordando la última vez que enzo había intentado preparar la comida. realmente, una negación para la cocina. 
"como cocinero, eres un gran actor", murmuras, lo que hace que enzo se ría y aproveche el espacio que le estás dejando.
"y cuando tienes esos estallidos creativos, escribiendo o creando tus propias recetas. es fascinante ver tu mente en acción, y siempre me pregunto cómo alguien puede ser tan... única. cómo iluminas allá donde vas, cómo haces que las cosas parezcan mucho más fáciles cuando estás cerca y...".  
enzo parece estar en medio de un gran descubrimiento. se ríe para sí mismo, sacudiendo la cabeza, como si se arrepintiera de haber dicho todo eso y sus cejas se levantan, casi en un gesto de desesperación.
"ya lo tengo", dices, un poco tímida. tus mejillas se calientan y de repente te sientes como una adolescente.
"de todos modos, supongo que lo que intento decir es que eres una persona apasionante". enzo parece ceder, y su cuerpo se ablanda en la silla. "y cualquiera que no vea eso no merece estar contigo".
su respiración sale como si alguien acabara de darle un puñetazo en el estómago. tus manos corren por la mesa, buscando las suyas, que te agarran los dedos con suavidad. no decís nada durante un largo rato, durante el cual vuelve el camarero y os sirve en completo silencio. 
su confesión da a la atmósfera otro tipo de tensión. antes de que pudiera responder, enzo desvió la mirada, como si intentara escapar de la intensidad de la situación.
"¿sabes qué? olvida lo que he dicho. disfrutemos de la cena y olvidemos que he dicho todo eso. ¿qué soy yo? ¿shakespeare? ¿don juan?", bromeó, tratando de aligerar la situación gesticulando exageradamente. él da un sorbo a su coca-cola, disimulando su desesperación.
"enzo", su nombre en los labios sale como una súplica. todo le golpea a la vez. la conciencia de sus sentimientos, la conciencia de los tuyos. menea la cabeza negativamente y te suelta la mano.
"está bien, no tienes que intentar consolarme y decirme que somos amigos, lo sé. lo he aceptado". enzo se precipita, pasándose las manos por el pelo, nervioso.
"enzo", le dices, más firme ahora. "¿por qué no me lo dijiste antes? ¿por qué no me llevaste a una cita antes?".
parece ahogarse en su propia respiración, con las narinas inflamadas y el pecho subiendo y bajando rápidamente. enzo te mira con una mezcla de sorpresa e incredulidad. sus ojos buscan los tuyos, como si tratara de leer tu expresión y comprender si aquellas palabras eran reales. ¿cómo puede alguien conocerte tan bien y no tener ni puta idea?
"porque yo... no sabía cómo. siempre fue más fácil ser tu amigo. quedarme en la comodidad de no arriesgar demasiado. no sentir el rechazo. llevarte a una cita parecía cruzar alguna línea invisible, y tenía miedo de estropearlo todo". 
escondió la cara entre las manos, riéndose para sus adentros. enzo parecía al punto del colapso, asustado. nunca le habías visto así. te levantaste rápidamente, sentándose en la silla junto a él, tocando tranquilamente sus muñecas.
"qué estúpido eres", afirmas, riendo. él te mira con expresión ofendida y confusa. "¿de verdad no te has dado cuenta en todo este tiempo?".
la cara de tu mejor amigo se llena de algo parecido a expectación y espanto. esperando el golpe fatal en cualquier momento.
"espera, quieres decir que... que tú...", empieza a balbucear, pero tú le interrumpes con una sonrisa.
"sí, enzo. yo también" tu confesión hace que su rostro se ilumine y luego se sonroje. ¿de verdad tenía 30 años? porque le estabas haciendo sentir como un niño.
"nunca pensé...", murmura, y tú completas la frase.
"¿que yo pudiera sentir lo mismo? pues ahora ya lo sabes. era obvio". te ríes, acercándote un poco más a él. "¿cómo podría no enamorarme de ti?".
enzo siente tu susurro en los labios, provocándole escalofríos. su cálido aliento se mezcla con el de él, la incertidumbre se cierne entre ellos, un territorio desconocido por atravesar. la mirada de enzo examina su rostro, buscando cualquier rastro de indecisión, pero no lo encuentra, y entonces sus ojos bajan hasta la boca su boca.
"si me dejases mostrarte todo esto antes", susurra él también, mientras una de sus manos, grande y cálida, se posa en su muslo, bajo la fina tela de su vestido, y la otra descansa detrás del respaldo de su silla.
"todavía estás a tiempo" 
y con su confesión, es como si perdiera el control. sus pupilas, más oscuras y dilatadas ahora, son lo último que ve antes de sentir unos labios suaves contra los suyos. se te corta la respiración de golpe y una descarga recorre tu cuerpo, desconectando todo tu sistema nervioso durante milisegundos. te besa con ansia, como si recompensara todas las demás oportunidades que había perdido. la mano detrás de tu hombro se mueve rápidamente hacia tu nuca y se te escapa un jadeo. su boca tiene un gusto dulce, a cola y limón mezclados con su propio sabor.
enzo apenas puede contenerse, el resto del mundo deja de existir cuando tu lengua pasa por sus labios, como pidiendo permiso, y casi pone los ojos en blanco ante la sensación. dios, cómo había soñado con eso. lo había repetido en su mente un millón de veces y luego se había culpado por aquello. se sacudió los pensamientos cuando sintió los dedos de ella recorriendo su cuero cabelludo, mientras su otra mano le acariciaba suavemente la mejilla. como si un tornado de emociones no estuviera sucediendo en su interior en ese momento. todo lo que había pasado hasta entonces hacía que este momento valiera la pena. 
después de casi cinco minutos, el mundo real parece volver, al igual que la necesidad de oxígeno, inútil, en la percepción de enzo. los sonidos de la calle vuelven a resonar en sus oídos, todo vuelve a tener sentido poco a poco. el mundo deja de girar mientras os miráis con amplias y tontas sonrisas en los rostros. se lleva el dedo a la comisura de los labios de enzo, limpiando con cuidado los restos de carmín. le dan ganas de arruinar el resto que queda en sus labios bien delineados.
"entonces, ¿qué hacemos ahora?", preguntas, todavía un poco sin fuerzas, intentando no reírte. la sensación de besar a tu mejor amigo, algo que se te había pasado por la cabeza un millón de veces antes, parecía lejana. de hecho, era algo mucho mejor de lo que podría haber soñado.
"supongo que podríamos empezar con una primera cita", sugiere enzo, fingiendo cierta despreocupación, sacudiendo los hombros. sus dedos se pasean por su cara, apartando algunos hilos de cabello sobre sus ojos. es tan dulce y tranquilo que quieres atesorar sólo ese momento entre todos los demás.
durante el resto de la noche, comes esa pizza fría como si fuera la mejor que has comido en la vida. el resto de la cena se desarrolla con naturalidad, con ligereza, con besos y suspiros, conversaciones y confesiones, como todo lo que necesitabas. como si todo estuviera por fin en su lugar. una alineación milenaria. era tan fácil estar allí, junto a él, sin necesidad de máscaras ni disfraces, estar frente a él era poder verse de adentro hacia afuera. sin ocultar nada, sin ningún deseo de huir. completamente inmersos el uno en el otro. era como soñar medio despierta.
era lo perfecto, simplemente. había incertezas, guardadas para un futuro lejano, era aterrorizante perder esa conexión que tenían. mas tal vez no fue la manera mas correcta, tal vez fue imprevisto y completamente caótico, pero fue la mejor y última primera cita de su vida.
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
hola! :)
español no es mi primer idioma (que es el portugués), así que ¡perdónenme los errores!
si quieres, hazme asks para fics con el cast de lsdln <3
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quarzitos · 2 months
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lavender haze - enzo v.
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summary: convencida por tu mejor amigo, decides tomarte unas vacaciones del trabajo después que este te consumiera toda la vida social que te quedaba. poco sabías que en el viaje conocerías a un hombre que cambiaría tu verano y, puede que toda tu vida también. nunca es tarde para un amor de verano, ¿no?
cw. mucho fluff. insultos. ansiedad. inseguridades. uso de alcohol y drogas, smut en los caps que vienen, angst, age gap (sólo de seis años).
primer capítulo. segundo capítulo. tercer capítulo.
“dale, (t/n), escuchame.” dijo blas, con un tono en el que ya veías venir uno de sus típicos berrinches.
“ya tomé una decisión, blas.” suspiraste mientras ojeabas una carpeta sobre un caso familiar. “tengo mucho por hacer.”
eras una joven y exitosa abogada. tenías un buen trabajo en una firma de abogados y acabas de postular para ingresar a la academia de diplomacia en tu país. básicamente, eras una chica bastante metida en su vida profesional.
igual, sabías que sacrificaste mucho para llegar a donde estas. pero ese era el precio por tener el trabajo y vida deseada, ¿no?
“gor, necesitas salir de tu puta casa. no sé, relajarte, salir de joda, cogerte a alguien de repente. solo te pido que vivas tu juventud, (y/n).” le volteaste los ojos, soltando una risa. “sí, reite lo que quieras, sabes que tengo razón.” finalmente lo miras, dejando la gran cantidad de hojas encima de tu escritorio. blas podía notar que realmente te estabas cuestionando lo que dijo, al final y al cabo él solo está preocupado por ti.
tú eras unos años mayor que él, pero a pesar de ello él te conocía muy bien. ambas familias eran muy cercanas por años y venían a visitarte seguido. siempre se preocupó mucho por ti y tú por él, eras como su hermano mayor. lo más curioso es la diferencia de vidas que tenían, tú muy en la política, las leyes, él muy en la actuación, cine y teatro. tal vez por eso su amistad es tan refrescante.
blas camina hasta ti y pone sus manos sobre tus hombros, masajeando estos levemente.
“vamos a punta del este.” dijo calmado. “literalmente me dijiste que tu jefe te está rogando por tomar vacaciones sino lo llegan a la cárcel.” te miró burlesco y reíste.
“así no funciona, no es que vaya a la cárcel pero puede ser sanci…”
“no me importa, ni te pregunté.” se sentó a tu costado y volviste a reír.
“qué malcriado.”
“te estoy diciendo, veni conmigo. ya te toca visitar mi país igual. es más, mi amigo juani, te acordas?” asentiste. “bueno, el pibe tiene viejos con una casa en la playa re piola y todo, tenes que ir sí o sí.” blas tomó tus manos y te dio una de esas sonrisas que te daba desde pequeño cuando quería algo.
siempre funcionaba.
“bueno, igual ya necesitaba broncearme.” y ya tenias a un blas emocionado y abrazándote fuertemente.
_____
“qué pesado el ron ese. sobretodo en esa peli.” dijo blas, ranteando un poco mientras caminaban con las valijas de ambos por todo el aeropuerto.
“te juro, pero me parece que era por un horrocrux, viste que lo llevaba en el cuello.” dijiste vagamente mientras la mayor parte de tu atención estaba en tu celular, viendo tus correos. cometiste el pequeño error de ser tan amable con los nuevos chicos en la firma y decirles que si tenían alguna duda o inconveniente te podían escribir.
“te voy a meter ese celu por el orto.” miraste mal a blas ya que casi todo el aeropuerto lo escuchó. “si tanto te necesitan, que te hagan CEO y te suban el sueldo.”
“prontito, prontito.” le sacaste la lengua y apagaste tu celular.
ya habían llegado a punta del este hace casi una hora y ahora esperaban por el amigo de blas, juani. ustedes ya se seguían en instagram y se veía bastante chistoso y agradable. él había estado en una película junto a blas para netflix hace ya casi un año, lo más probable es que varios actores de ahí estén en su casa también.
“pero mira qué tenemos acá.” escuchaste por detrás y volteaste. un muy risueño juani ya estaba abrazando a blas y luego abrazándote a ti. “mucho gusto, (y/n), al fin nos conocemos en persona.”
“igual, juani. muchísimas gracias por dejar que me quede en tu casa.” le sonreíste.
“nah, no es nada. igual blas sabe que amo conocer gente nueva, ya te quiero llevar de joda con nosotros.” te guiñó el ojo y asentiste soltando una carcajada. cada uno agarró sus cosas para irse al auto.
“apúrense que tengo un calor de la perra.” escuchaste a blas quejarse.
_____
los tres se bajaron del auto y te encontraste con una de las casas más lindas que viste, desde ya podías notar que tenía una vista increíble al mar.
“reina, te extrañé.” dijo blas besando la puerta de la casa dramáticamente y juani le pegó un sape en la nuca.
“ven, ven. conoce a los demás, estoy seguro que les vas a caer re piola.” juani sonríe mientras te ayuda con tu equipaje y blas los sigue. relamiste tus labios algo nerviosa, pero igual no era nada que no pudieses manejar.
una vez adentro, la casa se te hacía más grande. viste a algunos chicos y chicas tirados en los sofás, conversando y tomando cerveza. todos voltearon a verte y te regalaron una sonrisa amistosa, blas fue saludando a todos y también presentándote. podías reconocer a muchos por las películas.
“entonces, ¿a qué te dedicas?” matias preguntó con curiosidad mientras se tomaba una lata entera de coca cola.
“soy abogada.” escuchaste a todos diciendo ‘uhhh’ al unísono. “¿qué?” reíste mientras juani te alcanzaba una cerveza.
“mis respetos, yo no podría jamás. mucho para leer.” matias contestó.
“¿no tienes que leer mucho tú con los guiones?” levantaste las dos cejas y matias te miró con los ojos entrecerrados.
“mierda, es verdad.”
entre risas, hablaron todos por bastante tiempo, conociéndose bien. luego blas te enseñó tu habitación y decidiste desempacar.
escuchaste cómo quedaron para ir a la playa un rato debido al incremento del calor.
“¡(y/n)!” el grito de blas te sacó de tu trance mientras ordenabas tus cosas.
“puta madre… ¡ya voy! tengo que ponerme la ropa de baño.” gritaste.
“bueno, te espero en la playa.” gritó de vuelta y rodaste los ojos.
“eso no es esperarme, gil.” hablaste para ti mientras te cambiabas y agarrabas lo necesario para bajar a la playa.
una vez lista, comenzaste a bajar las escaleras cuando escuchaste notificaciones de tu laptop que ya estaba instalada en tu escritorio. ibas a continuar bajando pero escuchaste más.
maldeciste por lo bajo y subiste de vuelta, tenías que verificar que no sea nada malo.
media hora había pasado cuando ya te habías sumergido en las dudas de tu grupo de trabajo, comenzaste a buscar leyes, artículos y jurisprudencia para ayudar a estos. entre los audios que mandabas hablando y hablando con ellos escuchaste a alguien aclararse la garganta en la puerta, la cual olvidaste de cerrar.
volteaste para encontrarte con un chico apoyado en el marco de la puerta, tenía un outfit casual tirando para deportivo, una valija en su mano y una mochila en su hombro. su tez canela, sus largos cabellos despeinados y su gran y atractiva nariz era lo que más resaltaba de su apariencia. te sonrió.
¿cuánto tiempo estuvo ahí parado?
“hey. ¿vos sos…?” su voz grave invadió tu habitación.
“uh…” no sabías por qué te quedaste sin palabras. nunca lo habías visto acá así que supones que acaba de llegar.
“discúlpame, no quise ser grosero, solo que no te he visto acá antes.” habló rápido, como si estuviese nervioso, dejó su maleta en el suelo y te ofreció su mano. “soy enzo, un gusto.” le sonreíste y tomaste su mano.
“soy (y/n), el gusto es mío. vine con blas.” él asintió, aún sin ambos soltarse las manos.
“qué lindo acento tenes.” enzo relamió sus labios. “eres de…”
“¡(y/n)! dios, esta tarada me va a matar.” escuchaste a blas subiendo las escaleras como loco, enzo y tú voltearon a la vez cndo este estaba en el marco de la puerta. enzo soltó tu mano.
blas paró sin más, miro sus manos y a enzo.
“man, a los años te dejas ver.” ambos de saludaron entusiasmados y sonreíste. “tenemos mucho que hablar, te extrañé. estamos todos abajo igual, justo hablábamos de vos. ¿venis o no?”
“claro, yo también te extrañé, a todos la verdad. deja saco todas mis cosas.” dijo enzo, ocasionalmente mirándote.
tú observabas la escena curiosamente, guardando tu laptop para que blas no se de cuenta que estabas de nuevo con asuntos del trabajo.
“oh, ella es…”
“ya nos conocimos.” dijiste haciendo una mueca con tus labios hacia ambos chicos.
“otra presentación que no tengo que hacer, piola.” blas caminó hacia ti y negando con la cabeza al ver tu laptop. “¿qué te dije yo? nada de trabajo, reina.” te tomó de la mano y como pudiste tomaste tus cosas para la playa. enzo los miraba con diversión. “nos vemos abajo, en!” dijo corriendo a las escaleras contigo detrás.
“hijo de puta, que me caigo.” enzo te escuchó gritar y rió por lo bajo.
¿por qué le duelen tanto los músculos de la cara? no podía dejar de sonreír.
pero, ¿por qué?
note. hola!! este es el primer fic largo que hago así que sean buenos jeje:( apreciaría mucho el feedback y saber si les gustó el primer cap y cosas así. btw dejo el país de reader como neutral para que cada uno infiera que es el suyo ? ns si se me entiende pero bueno skdkwkdk TMB USARÉ MUCHAS CANCIONES VIEJITAS LATINAS MÁS ADELANTE, eso, besos. <3
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americangroupie · 2 months
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♱ flesh for fantasy ♱
enzo vongrincic x reader
tw: +18, el uruguayo recibe
a/n: voy a ir mezclando varias de sus sugerencias en las fics mas largas, e iré haciendo unas más específicas pero cortitas <3 tengo un montonaaazo así que ruego paciencia, pero les voy a dar en el gusto lo prometo
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a pesar de estar acostumbrada a tener el departamento vacío, habían días donde el silencio se hacía mas presente que nunca. no era culpa de él, por supuesto, pero era la culpa de la falta de su presencia al ser tan dedicado y apasionado por su vocación.
el día había concurrido con tanta lentitud que sentías poder contar los segundos al pasar al frente tuya, hacías miles de tareas domesticas para mantenerte ocupada en un híbrido domingo que deseabas hubiera sido tanto tuyo como de ambos. pero nada te ponía mas contenta que verlo llegar a la casa con nuevas anécdotas, nuevas amistades y nuevas experiencias que comenzaba a expulsar con rapidez de sus labios sin siquiera haber abierto la puerta del departamento por completo.
hoy no fue un día de esos.
“hola mi amor.” lo saludaste con dulzura desde el sillón al mirarlo cerrar la puerta detrás suya. su semblante era distinto, sus cejas estaban fruncidas y los sus manos estaban enroscadas en puños. tardó un par de segundos en contestarte, y ladeaste la cabeza.
“hola, amor.” dijo con un tono monótono, distinto a como solía saludarte usualmente al haber estado todo el día sin verse.
“¿cómo estuvo el día?”
“bien. ¿y el tuyo?”
“bien, gordo, gracias.”
“me alegro.”
“ahora si te pregunto de nuevo, ¿me respondes con sinceridad?”
enzo te dirigió la mirada por primera vez desde que entró al departamento, y te dedicó con una sonrisa ladeada y forzada. “¿tanto se me nota?”
“mm..” fingiste pensar. “puede ser que un poquito mucho.”
rió mientras pasaba las manos por su pelo. “no es nada importante, en realidad. el nuevo jefe de producción me tiene las bolas llenas. no entiendo por qué te ponés a trabajar en la producción de una película si no estás ni ahí con el cine.” pausó, suspirando y quitándose el buzo que llevaba. “pero no me quiero desquitar con vos, amor. no es culpa tuya.”
te acomodaste en el sillón al seguirlo con tu mirada mientras se sentaba al lado tuyo. “si te queres desquitar hazlo, mi amor, para eso estoy.” acercaste tu cuerpo mas a él, tomando su mano y jugueteando con sus dedos. “te quiero ayudar, podemos hacer lo que vos quieras.”
“ya se me va a pasar bonita, no es necesario que hagas nada. con que te quedés acá conmigo estoy bien.” estiró sus dedos dentro del agarre de tu mano al hablar, devolviéndote el inocente jugueteo.
“pero quiero que estés más que bien, enzo.” respondiste suavemente, llevando tu mano libre hacia su pelo y acariciándolo con lentitud. enzo no demoró en responder con su cuerpo, cerrando sus ojos y tirando la cabeza hacia atrás levemente, suspirando al dejarse derretir al ritmo de tus caricias. “dejame ayudarte.” hablaste bajito al acercarte a su cuello, despositando dulces y cortos besos sin cesar el movimiento de tu mano en su pelo.
enzo gimió en respuesta. “lo que vos quieras, princesa. todo tuyo.”
“¿todo mío?” sonreíste pícaramente, subiendo tus besos hasta su mejilla, y te acercaste a su oreja. “¿eres todo mío?”
sonrió con los ojos cerrados. “sí, mi amor. entero.” reíste contra su mejilla, dandole piquitos por toda su cara mientras subías tu cuerpo encima del suyo, sentándote en su regazo.
“decime de nuevo.” dijiste con una sonrisa pintada en tus labios.
te respondió de la misma forma. “sos tan caprichosa.” frunciste el ceño, colocando tus ojos en blanco. a raíz de tu acción, enzo subió una de sus manos a tu mejilla para así acariciarla, mirándote con una sonrisa y luego bajando su mirada hacia tus labios. “mi nenita caprichosa.”
te inclinaste hacia el para amoldar sus labios en un beso, ladeando tu cabeza de inmediato al sentir su mano bajar desde tu mejilla a tu cintura, reposándola sin aplicar fuerza. moviste ambas manos a su cuello, alternándolas de lugar entre sus mejillas cada cierto tiempo para acercarlo más a ti al querer profundizar aun más el beso.
pocos segundos después abriste paso a tu lengua en la cavidad bucal contraria, dejando esta chocar contra la suya fusionándose entre sí en un tortuoso ímpetu. podías saborear el gusto mentolado de sus labios en tu propia boca, escuchando únicamente los jadeos de enzo que se mezclaban con los tuyos, sintiendo como su respiración se aceleraba a medida que pasaban los segundos.
te separaste lentamente de sus labios, quedando un hilo de saliva entre ambos mientras respirabas agitadamente sintiendo las caricias en tu cintura. juntaste tus labios con los suyos una ultima vez para luego dejar un camino húmedo de besos hasta su cuello, mordiendo levemente algunas areas. “déjame hacerte sentir bien, en. te quiero quitar todo el estrés”
escuchaste una risa en medio de sus jadeos. “adelante, mi vida. te dije que podés hacer lo que quieras conmigo. soy todo tuyo.”
te incorporaste encima suya, jugueteando con el borde de su remera mientras le sonreías pícaramente. “como querés que no sea caprichosa si me das siempre en el gusto, amor.”
“es imposible no darte en el gusto. sos muy bonita” dijo luego de que le quitaras la remera, tirándola sin mirar dónde caía.
comenzaste a bajar tus besos a través de su cuerpo, sin dejar un hueco que tus labios no hayan tocado mientras te acomodabas entre sus piernas. al subir la mirada te encontraste con tu novio mirándote expectante, con el pelo desordenado y los labios ligeramente rojos. el solo ver como te miraba con lujuria te hizo estremecer, comenzando a bajar sus pantalones con lentitud sin romper el contacto visual.
su ropa interior era gris, dejando ver su líquido preseminal a través de esta y marcando su bulto aún más de lo que normalmente sería. depositaste breves besos encima de este, sintiendo como su cuerpo se estremecía bajo tu tacto y mirando lo rápido que se desesperaba al tenerte así.
“dale nena. no me hagas rogar.” dijo acomodando el pelo de tu cara, agarrándolo en una colita con su mano. “dejáme sentirte bien.”
asentiste con la cabeza; sin ánimos de molestarlo al querer desviar su mente de el estrés que sentía en el momento. aunque la manera en la que te miraba te hacía pensar que su mente estaba lejos de pensar en cualquier cosa que no fuera la vista que tenía en frente suyo.
al bajar por completo su ropa interior afirmaste su miembro desde la base para trazar una línea recta con tu lengua lentamente, hasta llegar a la enrojecida cabeza. lo escuchaste gruñir en respuesta a tu acción, tirando la cabeza por completo hacia atrás mientras se mordía los labios.
jugaste con la cabeza del miembro en tu boca, torciendo tu lengua al rededor de esta mientras mirabas como enzo reaccionaba a cada caricia que le hacías y escuchabas con atención cada jadeo y quejido que salía de sus labios.
lo masturbabas con movimientos lentos, dejándolo mirar detenidamente como tu lengua recorría toda la longitud de su miembro mientras lo acariciabas con suavidad, quejándote levemente al tenerlo en la boca al mirarlo derritiéndose del placer.
“tocáte, bebé.” gimió al mirar como no te podías quedar quieta. “ahógate mientras te frotás.” asentiste con rapidez, bajando tu mano por entremedio de tus piernas y gimiendo instantáneamente sobre su miembro. “estás mojadita, mi amor?” volviste a asentir, dejando que tus dedos se empaparan de tus líquidos.
acorde pasaban los segundos enzo comenzó a tomar control de tus movimientos, moviendo tu cabeza de arriba a abajo mientras lo mirabas a los ojos, sintiendo como el agarre de tu pelo se volvía más y más fuerte y su respiración se agitaba aún más.
te separaste unos segundos para escupirle a la punta, rodando tu lengua por encima de esta seguidamente con rapidez mientras tu mano se movía ágilmente por el tronco de su miembro. “así, así, por favor chiquita no pares.” gimió al sentir como chupabas la cabeza y tu mano aumentaba la velocidad, apoyando su cabeza en el sillón y alzando su cuerpo, indicándote que estaba por correrse en tu boca.
acompañado de gruñidos y gemidos, sentiste tu boca llenarse del tibio líquido mientras tu feminidad se apretaba alrededor de tus dedos al mirarlo así, completamente entregado a vos.
“abrí.” dijo enzo tomándote del mentón. “mostráme la boquita.” sacaste la lengua por un par de segundos, dejándole ver que ya no quedaba nada más en tu boca. “muy bien, mi amor.” habló en un tono burlesco mientras acariciaba tu mentón, mirándote con ojos enamorados. “te ves tan bonita así; sin aliento, despeinada, tus labios hinchados, con los cachetes pintados de rojo..” se mordió los labios al finalizar su oración. “sos perfecta.”
te sonrojaste aún más con sus palabras, incorporándote encima de el para esconder tu cabeza en el hueco de su hombro. “¿te sentis mejor ahora, amor?”
“imposible estar estresado así, princesa.” dijo acariciando tu pelo luego de dedicarte una pequeña risa. “pero podría sentirme aún mejor si tenés más ideas.”
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olee · 2 months
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Puerto Viejo | Enzo Vogrincic
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road trip con tu mejor amigo
friends to lovers
*si hay algún error por favor déjame saber!
Llevabas días sin ver a tu mejor amigo. Los cielos grises de Uruguay te impulsaron a tomar una decisión repentina: escapar a un país tropical. Sin previo aviso, decides llamar a Enzo, tu mejor amigo, quien aparentemente se encontraba en Madrid. “Che, ¿cuándo piensas bajar por acá?” le preguntas. Enzo, con un tono preocupado y algo asustado, responde: “Mirá, capaz que en una semanita ando por ahí. ¿Está todo bien? ¿Cómo venís vos?” Tú, intentando mantener la calma, le respondes: “Tranqui, todo está bien... estaba pensando en organizar algo para cuando llegues, tal vez hacer un pequeño viaje a Costa Rica o algo así, si tienes tiempo, claro." Después de un prolongado silencio, Enzo, profundamente pensativo, te responde: “La posta es que tengo la agenda a full, pero obvio que me muero de ganas de verte... mirá, mejor te mando la guita y vos comprás los boletos para una semanita, ¿dale?” Tú aceptas con entusiasmo, preguntándole: "Enzo, pero ¿cuándo caés exactamente?" Enzo, aún pensativo, te dice: "Me parece que caigo el próximo viernes, así que sería mejor que compres el mío directo a San José y allá nos vemos, ¿te va?" Aceptas la propuesta, aunque con cierta confusión, y le preguntas: “¿Y no vas a sacar ida y vuelta a Montevideo?” Y él, con toda la seguridad del mundo, te responde: "Nada, comprá solo el pasaje a San José, yo me encargo de arreglar las cosas en Montevideo." Con un simple "Dale", aunque todavía con un poco de cabeza en el aire, das por terminada la charla.
Después de dos semanas, te encontrabas en el aeropuerto de San José esperando la llegada de Enzo. Mirabas tu celular con cierta ansiedad, dado que no lo habías visto en varios meses. Enzo, ahora una estrella del cine, estaba sumamente ocupado y rara vez encontraba tiempo para reunirse contigo. Así que, mientras esperabas en una esquina de la salida del aeropuerto, sentías una sensación inusual hacia tu mejor amigo, como mariposas revoloteando en tu estómago. La última vez que habías sentido algo así fue cuando eras adolescente y tenías un flechazo con un amigo de Enzo, pero nunca antes con él. Por lo tanto, realmente no sabías cómo iban a desarrollarse las cosas durante este mini viaje con tu mejor amigo en Costa Rica.
De repente, sale Enzo de la salida y te saluda efusivamente, "¡(Y/N)! ¿Cómo estás? ¡Te extrañé un montón, pero mirá qué grandota estás!", te dice mientras te abraza fuerte y te planta un beso en la mejilla. Tú, con una sonrisa de oreja a oreja y un leve sonrojo, le respondes a tu mejor amigo, "¡Ay, loco, pero vos sí que estás grande ahora! ¿Qué te ha pasado? ¡Y ya no estás flaco, ahora estás gordito!", bromeas. Enzo te mira con una sonrisa sarcástica y pregunta, "¿En serio estoy gordo o me estás chamuyando?" Tú, rápidamente, lo tranquilizas, "¡Estás re lindo, mejor?!" Enzo asiente satisfecho, "¡Mejor, mejor!"
Entonces, una sensación de nostalgia y déjà vu te invade mientras lo observas. Después de un momento, le dices con entusiasmo, "Bueno, vamos por el auto." Enzo, sorprendido, exclama, "¿No me digas que rentaste un auto?" Tú lo miras con complicidad y le respondés, "¿Te olvidaste quién soy? ¡Claro que renté un auto!" Ambos se encaminan hacia el auto y, Enzo, quien entre risas comenta, "Ah, ya entendí, yo manejaré, ¿cierto?" Tú le guiñas un ojo y respondés con seguridad, “Obvio”.
Al subirse al auto, Enzo enciende el Google Maps y se ponen en camino hacia Puerto Viejo, en la zona caribeña. Tú, con tus lentes de sol y lista para la playa, decides poner "Ojitos Lindos" de Bad Bunny y Bomba Estéreo. Aunque Enzo no sea un gran fanático del reguetón, lo cual te duele en el alma, como buena amiga, te importa un bledo y pones lo que te da la gana. Sin embargo, sabes que Enzo, en su interior, está en modo playero y listo para el jolgorio.
Lo observas y notas cómo su cabello ondea con el viento, luciendo absolutamente encantador en su desorden. Luego, tus ojos se deslizan hacia los brazos de Enzo en el volante, notando cómo sus venas resaltan y lo suaves que se ven sus brazos. Te dan ganas de tocarlos y besarlo, pero en lo más profundo de tu ser sabes que para Enzo, tú eres simplemente su mejor amiga.
Con la música a todo volumen, le gritas a Enzo, "¡Che, tengo que ir al baño! Para en una estación de servicio". Sin embargo, Enzo te responde, "¡Loca, habíamos planeado ir directo al Airbnb, no tengo tiempo". Tú le replicas, "¡Boludo, de verdad necesito ir al baño!" Enzo te mira riendo y te dice, "Bueno, tres minutos y nos vamos". Tú lo miras con incredulidad y le respondes, "Ay, dejate de joder y esperame tranquilo, ¿entendiste?" Enzo, con una sonrisa encantadora, te dice, "Entendido".
Al llegar a la estación de servicio, sales corriendo de manera cómica hacia el baño y Enzo, riéndose, te dice, "¡Corre, corre, que te come el coco!" Terminas en el baño y regresas al auto, sacándole el dedo medio a Enzo, quien te devuelve el gesto con una sonrisa.
Esta vez, después de tanto rogar, Enzo te pide que pongas Enanitos Verdes, pero como buena amiga desobediente, decides poner "Chulo" de Bad Gyal, Tokischa y Young Miko, y comienzas a cantar la letra a todo pulmón para deleite de Enzo: "La cadena le brilló en lo oscuro|Huele a Baccarat, fumándose un puro|Tiene cara que en la cama te da duro|Yo sé, papi, que tú eres muy chulo". Ambos se unen para cantar el coro, gritando "¡Chulo! ¡Chulo!" a todo pulmón mientras recorren la costa del Caribe hacia Limón.
Finalmente llegan al Airbnb, que está literalmente en medio de la nada, en la jungla, con un estilo hippie donde los extranjeros parecen pasarse el día fumando hierba. Enzo te mira con seriedad, mientras tú te ríes como una loca y le dices: "Tranquilo, esto es solo por una semanita, como dijiste". Enzo te mira, luego dirige el volante hacia la entrada del Airbnb, que resulta ser una cabaña de bambú, y te dice sarcásticamente: "¡Boluda! ¿Se te olvidó mi relación peculiar con los mosquitos?" Tú lo miras sorprendida y admites: "¡Loco, olvidé comprar repelente!" Enzo, con calma y madurez, responde: "Vi un mercado en el camino, nos detenemos ahí más tarde y compramos algo". Tú, como una niña emocionada, le dices: "¡Dale!"
Al entrar al Airbnb, emocionada abres la puerta de la cabaña, siendo tú quien tiene la llave. Pero, al abrir, lo primero que hacés es tirarte a la cama como un sapo. Sin embargo, después te das cuenta de algo: solamente hay una cama. Y le decís a Enzo: “¡Ay loco! Vas a tener que dormir en el piso, yo te presto una almohada”. Pero Enzo te mira con una sonrisa pícara y te dice, en tono coqueto: “Pero, yo quería dormir con vos”. Después de un largo silencio, te ponés colorada como un tomate y parece que Enzo se da cuenta, cambiando rápidamente de tema diciendo: “Eh… vamos al mercado, que ya veo que no hay nada en la cocina”. Te levantás rápidamente de la cama como un resorte y le decís: “¡Vamo’!”
Cuando te disponías a subir al auto, Enzo te hace una señal de que no, y te dice: "(Y/N), es caminando, ¿no te diste cuenta?". Tú le respondes: "Ni idea, no vi nada". Enzo te mira seriamente y te dice: "Loca, está a menos de cinco minutos". Tú, con apuro, comienzas a caminar rápidamente y le dices: "¡Vamos, vamos!"
Ambos caminan juntos por el exuberante estilo de la jungla, el verdor y la vida salvaje los rodean mientras se dirigen al mercado. El silencio de la naturaleza los envuelve, solo interrumpido por el suave susurro de las hojas movidas por la brisa y el canto de las aves. Tú observas a Enzo con admiración, maravillándote de cómo se sumerge en la belleza natural con su cámara vintage. Él captura imágenes de todo lo que encuentra a su paso: las intrincadas formas de las plantas, los adorables osos perezosos columpiándose en las ramas, los coloridos pájaros que revolotean entre los árboles. Mientras tanto, tú lo observas con cariño, pensando en lo hermoso que es Enzo y en cómo parece fundirse con el entorno.
De repente, Enzo gira hacia ti, con el lente de su cámara apuntando en tu dirección. Instintivamente, volteas rápidamente como si estuvieras fascinada por una pequeña flor amarilla que apareció de la nada, tratando de disimular tu sorpresa. Enzo, con una sonrisa traviesa, te toma una foto, luego otra. Cuando finalmente volteas hacia él, lo encuentras un poco nervioso, como si temiera haber sido descubierto.
Finalmente, llegan al mercado de estilo hippie, pero de repente, te tropieza con una columna debido a una piedra que no viste. Rápidamente, Enzo te sujeta firmemente de la cintura, preocupado, te pregunta con tono suave: "¿Estás bien?" Nerviosa por la manera en que te agarró, respondes en voz baja: "Sí, gracias".
Una vez dentro del supermercado, lo primero que hacen es comprar el repelente, algunos jugos, vinos, frutas, papas fritas y algunas chucherías para no morirse de hambre. Después de pagar, se dirigen de regreso al Airbnb, que ya está oscuro. Enzo enciende la fogata mientras tú preparas los vasos de vino. En un momento tranquilo, Enzo te agradece por haberlo invitado, diciendo: "Gracias por invitarme, (Y/N), realmente necesitaba estar contigo en un lugar así". Tú, ya bastante nerviosa por las mariposas revoloteando en tu estómago, le dices: "Te extrañaba mucho". Enzo, con una sonrisa tierna, te abre los brazos para que lo abraces y te dice: "Ven acá, chiquita". Toda roja y casi a punto de llorar, corres hacia él para abrazarlo.
Mientras se abrazan, puedes sentir cómo Enzo se relaja ante ti, soltando un suspiro tembloroso y suave, al igual que tú. Estar cerca de él te hace darte cuenta de cómo se apoya en tu cuello y respira suavemente, dándote un beso cálido en el cuello. Tú lo miras a los ojos y, sin poder resistirte, lo besas en los labios. Él corresponde al beso y, después de un largo suspiro, te dice: "No sabes cuánto quería estar finalmente contigo así. Te quiero mucho, te re quiero". Tú le respondes: “Ay, Enzo, ¿por qué me hacés sentir así?” Enzo te dice: "Porque siento lo mismo".
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jaquemuses · 2 months
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lindaa podes hacer uno de esteban kuku smut, me dio tierno, corte primera vez o algo asi, si no haces de él no pasa nada, yo entiendo
hola reina!! OBVIO que escribo para kuku, estaba esperando que alguien pida aaa te adoro !! hice esto recien, super rapidito, espero que te guste ♡
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𝜗𝜚⊹ ‧₊˚ petit-déjeuner
pairing: bf!esteban x gf!r
sinopsis: Esteban acaba de volver de su viaje a Venecia y estas dispuesta a recuperar todo el tiempo perdido.
content: age gap sin desarrollar (ambos +18), stablished relationship, smut sin plot (jiji), fingering, p en v, mentions of breeding, fluff, no se que más.
word count: 1.7k cortito y conciso.
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Hacía ya un día que Esteban había vuelto de su viaje a Venecia, donde asistió al prestigioso festival de cine. Lo habías extrañado, aunque te costara admitirlo incluso solo para vos misma. Tu cuerpo lo ansiaba.
Por eso, cuando escuchaste el familiar sonido del motor del auto apagándose en el garage, prácticamente corriste a lanzarte encima de él en cuanto entró por la puerta. Hizo a un lado su bolso para sostener tu cuerpo entre sus brazos mientras le llenabas de besos la cara.
Pasaron la noche entre copas de vino y pasta, compartiendo experiencias de Venecia, la gente que conoció, el éxito de la película y la felicidad de estar de vuelta en su queridisima Buenos Aires junto a vos. Esteban y vos llevaban once meses juntos, aunque los últimos meses habían sido caóticos debido a los rodajes, viajes y todo el trabajo de producción, dejando la vida sexual en segundo plano, sin embargo ambos tenían necesidades y estabas dispuesta a saciarlas.
Sabías que Esteban estaba cansado por el viaje, así que esperaste hasta la mañana siguiente para deslizarte desnuda en la cama que compartían. La luz matutina resaltaba los marcados rasgos de tu novio, y por un segundo pensaste, "¿Cómo puede tener una cara tan angelada?". Aunque Esteban ya estaba despierto desde que entraste a la habitación, mantuvo los ojos cerrados hasta que te subiste completamente a la cama y encima de él.
"Ah, bueno...", dijo, recorriendo con la mirada tu cuerpo y regalándote una sonrisa ladeada. Te mordiste el labio mientras comenzabas a restregarte contra él. Solo llevaba puestos unos boxers, así que frotaste tu cuerpo contra el suyo, disfrutando del calor de su piel.
"¿Estamos cariñosas hoy?", señaló con un tono burlesco pero dulce. Gemiste suavemente, besando ligeramente su muñeca cuando sentiste sus dedos entrelazándose en tu cabello.
"Estuviste lejos mucho tiempo", dijiste en un suspiro.
"Fue solo un mes, gorda."
"Mucho tiempo".
Esteban soltó una pequeña carcajada mientras te acomodabas sobre él, tus manos reposando en su pecho definido.
"Me debes algo", dijiste finalmente, mirándolo con ojos suplicantes.
Esteban arqueó sus cejas mientras sus manos se paseaban suavemente por tus muslos y costillas, a veces subiendo a tus pechos, acariciándolos con un poco de fuerza y bajando otra vez.
"¿Ah sí? ¿Y cómo puedo saldar la deuda?"
"Vos sabes perfectamente cómo, kuku."
"No, ángel, decime qué querés."
"A vos."
El mayor deslizó su pulgar por tu cadera, acariciándola con una sonrisa en su cara. "¿Sí? Pero si ya estoy acá, a mí ya me tenés hace mucho tiempo", refutó, haciéndose el desentendido.
Tu pecho estaba rojo de la vergüenza, sabías que te iba a hacer decirlo. "Quiero que me cojas", dijiste ahogando un gemido, tus caderas todavía moviéndose encima de su ya erecto bulto generando una fricción extasiante.
Esteban parpadeó ensimismado ante la vista que tenía delante suyo.
"¿Sí?"
"Sí, kuku, porfa", rogaste sobre su regazo.
"¿Cuánto?" volvió a preguntar, sus dedos estimulando tus pezones mientras se incorporaba lentamente. "Dios, te necesito adentro mío, Esteban, te necesito ya", exclamaste desesperada ante tantas preguntas.
El mayor soltó una risa, sus palmas sujetándote suavemente pero con firmeza.
"Está bien, preciosa, pero primero te quiero preparar."
"No, no, no, por favor, no hace falta."
"No es negociable, nena. Si quieres que te coja, primero te vas a tener que correr dos veces con mis dedos. Sino no hay trato", dijo, terminando de incorporarse y volteándote, quedando así en la posición en la que él estaba hace unos segundos atrás, su cuerpo por encima tuyo. Ambos sabían que tenía la fuerza suficiente para manejarte como quisiera.
Mordiste su brazo en respuesta, pero a él pareció no importarle mientras marcaba su camino hacia tus muslos con besos, así que simplemente te dejaste llevar. Después de todo, no te molestaba tener un par de orgasmos adicionales. Esteban siempre había sido hábil con sus manos y boca, pero después de tantos meses sin ningún tipo de contacto, cuando por fin sentiste sus largos dedos acariciando y estirando tus paredes empapadas, mientras su lengua jugaba con tu clítoris, llegaste a los dos orgasmos sin problema después de un par de minutos, casi rozando un tercero antes de gemir y arañarle los bíceps; tus uñas dejando marcas rojas en su piel.
"Ahora sí, tebi", dijiste sin aliento, tus piernas temblando por tus orgasmos recientes. "Por favor, no puedo más."
"Ahi va, bebé, esperaste todos estos meses ¿Qué te va a hacer unos segundos más?", murmuró coqueto, levantándose para que te sujetaras de sus hombros y te acomodaras encima suyo, tus rodillas seguían débiles, por lo que intentaste alinearte y sentarte encima de su polla con rapidez.
Sin embargo, él no te dejó apurarte y te fue ubicando lentamente encima de su duro miembro, entreteniéndote con un beso hambriento, su lengua introduciéndose en tu cavidad bucal mientras dibujaba círculos sobre tu sobreestimulado clítoris. Te estremeciste alrededor de él cuando sentiste cómo su punta se abría paso entre tu apretado interior, tan mojada que goteabas sobre su polla y sus muslos.
Cuando finalmente se hundió por completo, intentaste moverte de inmediato, deseando sentir cómo te destrozaba. Pero nuevamente te retuvo, retorciéndote y gimiendo, apretada contra él.
"Shh, disfruta un poquito", te dijo mientras presionaba besos y mordidas en tu hombro, tus uñas clavadas con fuerza en sus hombros ante la repentina intrusión y anticipación.
Cuando finalmente aflojó su agarre en tus caderas, inclinaste tu peso hacia adelante, apretándolo contra el borde de la cama, y bajaste las manos hacia su ancho pecho. Cambiaste el ángulo de manera que veías estrellas al sentir su polla tan dentro tuyo.
"Dios, kuku", dijiste en un gemido, con la voz temblando un poco mientras tus caderas empezaban a mecerse contra su pelvis. Él gimió, casi como alentándote, viendo cómo la luz del sol se filtraba por la ventana y daba contra tu cuerpo desnudo, sus palmas se encontraban ligeramente presionadas sobre tus muslos mientras su pene bombeaba en tu interior. Todo se sentía increiblemente bien.
"Dios amor, es como si hubieras sido creada solo para mí", balbuceó envuelto en el delirio del momento, y por un momento pensaste que sí;
estabas hecha solo para él.
El mayor guió tus caderas hasta encontrar un ritmo adecuado que te hacía rozar tu clítoris contra el suave vello rubio sobre su pelvis. Toda esta situación era mucho para vos, realmente mucho después de haber alcanzado el clímax dos veces, pero no paraste incluso cuando algunas lágrimas comenzaron a salir de tus ojos, escurriéndose por tus mejillas, siendo resaltadas por la suave luz del sol golpeando tu cara.
Su polla se sentía tan bien dentro tuyo, te llenaba de una manera exquisita. La punta de su miembro se curvaba contra tus paredes y rozaba perfectamente ese punto dentro tuyo. Gemiste y jadeaste ante tal estímulo mientras mordisqueabas distraídamente su cuello y clavículas y gemías su nombre en su oído.
Una de sus manos subió hasta uno de tus pechos, tomándolo en su boca, chupándolo y besándolo vorazmente mientras que la otra estimulaba tu clítoris con velocidad.
Lo montaste vigorosamente mientras sentías cómo tu tercer orgasmo amenazaba cada vez más con llegar. Tus caderas comenzaron a moverse de forma desincronizada cuando un gemido agudo se escapó de tus labios. Esteban entendió la situación al instante, por lo que tomando tus caderas, salió de tu interior y te volteó nuevamente, un quejido abandonó tus labios ante la falta de estímulo. Sin embargo, Esteban volvió a adentrarse en tu coño apenas terminaste de acomodarte en cuatro, con tus antebrazos apoyados sobre la cama y el culo alto en el aire, dándole una vista asombrosa a su parecer, lo cual lo incentivó a mover sus caderas de una forma lenta y seductora, sin embargo golpeando justo el punto adecuado.
"Amor! Por dios!", gritaste contra la almohada, saliva escapándose de tu boca hacia la sábana, tu clímax cada vez más cerca, "Por favor, que rico, seguí, seguí, justo ahí." lloriqueaste de placer, tu respiración agitada "M-mas fue-fuerte." dijiste fuera de si.
Te desmoronaste debajo suyo apenas treinta segundos después, temblando, colapsando sobre el colchón y apretando las sábanas en tus puños como buscando que eso te salve de la sensación tan abrumadoramente satisfactoria, tu espalda todavía arqueada para mantenerlo adentro tuyo. Él acarició tu espalda, suavizando sus estocadas mientras sentía cómo lo apretabas tan, tan fuerte.
"Amor", murmuraste después de un minuto, incorporándote un poco, luciendo completamente agotada.
"¿Listo?" preguntó, sacando su miembro de adentro tuyo a punto de ayudarte a levantar.
Negaste, girando tu cuerpo, quedando ahora boca arriba y volviste a abrir tus piernas, sabías que todavía faltaba él.
"Acabá", le dijiste mientras guiabas su polla hacia tu entrada una vez más, apretándote alrededor suyo y sonriendo maliciosamente cuando sus ojos se cerraron con fuerza ante la sensación. "Porfi, quiero que acabes antes de que vayamos a desayunar."
Él no esperó ni una palabra más y te sacudió fácilmente de arriba hacia abajo, penetrándote con intensidad, buscando su propia liberación y vos seguiste el ritmo felizmente, apretando tus paredes cada vez que se empujaba dentro tuyo, exprimiéndolo. Miraste ensimismada sus músculos tensándose y emitiste pequeños sonidos ante la sobreestimulación, llorando de placer y aferrándote a sus brazos, rasguñando los mismos.
Cuando él llegó al clímax, gemiste como si hubieras acabado de nuevo, inclinando la cabeza hacia atrás mientras sentías su cuerpo desplomarse encima del tuyo durante unos segundos.
"¿Eso era lo que querías?" preguntó con su respiración agitada, tus dedos acariciando sus claros cabellos mientras él presionaba suaves besos en tu mejilla.
"Mhmm."
"Dios, te extrañé tanto, preciosa", dijo incorporándose, saliendo de tu interior con delicadeza y presionando un beso en tus labios.
"Mhmm", repetiste, tus ojos estaban cerrados y tenías una sonrisa pintada en la cara. Esteban se rió por lo bajo, acomodando los cabellos que estaban en tu rostro detrás de tu oreja.
"¿Quieres ir a bañarte mientras hago el desayuno?" dijo acariciando tu mejilla con tanto amor que pensaste que podías derretirte ahí mismo. Consideraste la oferta, pero terminaste negando con la cabeza. "Bañemonos y después hacemos juntos el desayuno", dijiste mirándolo a los ojos. Esteban entendió enseguida a lo que te referías y depositó un beso en tu nariz.
"Bueno, vamos a bañarnos, el desayuno puede esperar."
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mondomoderno · 2 months
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🏛️ Este hermosísimo y decó portal de cementerio se encuentra en el centro-norte de la provincia de Buenos Aires, en la localidad de 25 de Mayo.
🔍 Hace años que busco información sobre su arquitecto, León Tumiati, y hasta el momento sé que nació en Ferrara, Italia, probablemente en 1895. Estudió y egresó como arquitecto en Bologna, llegando a CABA en 1929.
🏠 Para 1930 Tumiati realizó dos proyectos en Villa María que no se construyeron, pero en cambio, en CABA, en la esquina de Álvarez Thomas y Virrey Loreto construyó una vivienda colectiva con locales comerciales que aún muestra su firma.
🗓️ Volvamos al portal del cementerio de 25 de Mayo. Se inauguró el 31 de octubre de 1937 y ese día contó con la asistencia del gobernador Manuel Fresco, su esposa, su comitiva y el obispo de Azul.
😇 Dos ángeles en oración nos reciben y también una frase en el centro del portal: “Non omnis moriar" que significa “No moriré del todo” y es una cita del poeta Horacio. Una frase que va de la mano del sentimiento de armonía que transmite el arbolado del ingreso. Tumiati contó con la asistencia del escultor P.J. Ferrari y el constructor L. Ferraris. El frente sorprende por su art decó más cercano al de los cines de la época que a los portales monumentales e imponentes de Francisco Salamone.
🏰 Dentro del cementerio encontramos una capilla con una cruz decó, una oficina administrativa, numerosas bóvedas art decó, sepulcros antiguos y una galería de nichos. Al final de la calle principal, la que supo ser la morgue.
📜 También se hallan al menos dos bóvedas diseñadas por Tumiati junto a Ferrari, (8y9) también autor de las esculturas del frente del cine Teatro Premier en CABA.
📘 En 1944, Tumiati publicó un libro llamado Pensamientos sobre la arquitectura con ilustraciones de proyectos arquitectónicos de aires futuristas mezcladas con reflexiones propias(10).
💬 Frente a la capilla una frase nos recibe o nos despide: «Tú que ciego en el placer/cierras del alma los ojos/contempla en estos despojos/lo que eres lo que haz de ser/ven a este sitio a aprender/del hombre la duración/que en esta triste mansión/de desengaño y consejo/cada sepulcro es espejo/cada epitafio lección.»
📷2024
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humanismo-nostalgico · 7 months
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La cuerda floja
Allí, en aquel teatro con hedor a muerte, su voz comenzó a perderse y el eco dejó de alcanzar su nombre, de pronto, cayó el telón antes de tiempo, eran las dos de la mañana y el invierno agonizaba como el silencio de las calles. Tom Penny se desplomó como una bala disparada hacia la luna. La caída fue fatal. Aquí, cerca de la última mesa, el olor del tabaco y del alcohol nubló la preocupación del público. Lo tomaban como parte de su desatinado performance. Una tos incontenible se escuchó, era la de Tom, estaba tiñendo de sangre la palestra. Súbitamente, una voz desconocida gritó: “¡Tom! ¡La vida te pegó un tiro!”. Se escucharon las sirenas de la ambulancia, los paramédicos tímidamente se acercaron a Tom, lo cargaron como un costal de basura y se lo llevaron raudamente hacia un hospital de mala muerte cerca del teatro. Cuando Tom abrió los ojos, desconcertado, no recordaba qué ocurrió. Un médico con voz torva, se acercó y le ordenó que se despida de la música, de su lacerante voz que evocaba espíritus del averno. Una extraña enfermedad degenerativa lo dejaría sin el habla para siempre y el desarrollo de una tos incontenible acechándolo lentamente, como la sombra de su inconsciente. Tom, quien había empezado su carrera desde su desolada infancia, entre el abandono de un padre y la locura de una madre, yacía solo en la desgracia. Su carrera había despegado, y las disqueras estaban considerándolo para una gira nacional en los lugares de las clases medias y altas que siempre despreció. Una marea oscura perturbó su mente, a raíz de la fría e inesperada noticia. Intentó cantar algunas estrofas conocidas, pero comenzaba a toser inconteniblemente, como si se hubiera tomado 13 botellas heladas de vodka, un baño con agua fría a la intemperie, una fibrosis de cantina y una tuberculosis bohemia. Nunca sintió la pérdida, nació desubicado, al perder su voz se esfumó su sonrisa altanera y se quebró en sus propios pensamientos. No había peor muerte para un artista en vida, que verse incapacitado de ejercer su arte. Los miembros de su banda, al enterarse de la noticia, encontraron un sustituto para Tom. Su único medio de sustento le fue arrebatado por una enfermedad que no sabe si él la buscó, pero su vida era un desorden, no era de extrañar que el caos fuera engendrado en su organismo.
Ahí se encontraba su lúgubre presencia, Tom Penny, el maldito del suburbio, decían que su voz desgarradora pelaba las sucias capas de pintura enmohecidas de los bares y teatros de la olvidada estirpe de Jersey. Estirpe de la clase más baja: ladrones tísicos, prostitutas de caucho, yonkis de alcantarillados, indigentes sin Dios, desahuciados sin escrúpulos, mafiosos con cerebro de reptil y relojes arrancados de sus agujas. Tom recordaba sus vagos días de la niñez cuando jugaba a los pequeños gánsters del cine negro. Nunca conoció el amor de madre o de padre, ni este tuvo la oportunidad de robarle suspiros como para volverse un adicto. Todo lo que recibió como aprendizaje, era sobre la maldad humana: la realidad que alguna vez leyó en los cuentos de Poe. El arte entró a su vida por un interés mundano, que luego se transformó en amor por placeres como el dinero, el sexo, las drogas y el alcohol. Nada parecía detenerlo, su hambre voraz y el esfuerzo inusitado por cantar los resentimientos de su origen, conectó indirectamente con el corazón estrujado de muchos infelices ajenos a ese sueño americano que los periódicos enorgullecían cada fin de semana. Tom siempre decía que las balas lo esquivaban a él, porque ningún peligro lo consumía, vivía sin la necesidad de Dios, sin pedirle un centavo o un día más de vida. Para él, la nada era absoluta, él y ese micrófono, él y ese escenario, él y esa banda de postpunk. De bar en bar, de teatro en teatro, de plaza en plaza, iba cosechando fama, hasta que el destino lo empujó hacia un estudio de grabación que masificó sus canciones y alentó sus demonios narcisistas. Por la calle principal de Jersey corría de boca en boca un viejo refrán que decía: “El ego de un gánster era una bala perdida hacia su reflejo”. Un vagabundo se lo dijo, pero Tom se reía, creía que jamás llegaría a ocurrirle algo que afectara su ciego sentido de invulnerabilidad.
Tom había perdido el habla. Su vida se paralizó, su mirada apuntaba hacia dentro, y el golpe de aquel evento fue la primera pieza de dominó en caer y desbaratar su cordura, su construcción plástica de chico malo. Grito en silencio: “¡No!”. Las heridas del alma, la ausencia, la vida y las ráfagas de análisis impulsivos que los despersonalizaban hasta vomitar su propia existencia. Pasaron las semanas, mientras él se aislaba, hasta que vio la luz una tarde cualquiera acompañado de su tos incontenible que no enmudecía nunca, y aceptó el cese de una vida sin brújula. Recordó que en el hospital había afiches despintados sobre citas bíblicas, alguna especie de puente hacia una vida frugal y muerta para el artista sin muchos estímulos para concebir el arte, salvo repetir las decimonónicas plegarias y cánticos de iglesias hieráticas. Tom decidió saltar al otro lado del abismo, a otra cuerda floja con un círculo vicioso de seguridad y bienaventuranza. El gentío rumoreaba por las calles: “Se suicidó”, “Lo vi robarse mi cajetilla de cigarros”, “Me saludó a lo lejos”, “Se ha redimido”. Nadie tenía la razón. Murió simbólicamente o en vida, pero algo era seguro, la luz se lo llevó. Tom era un sueño de Jersey.
Sexto escrito de la serie "Micro-relatos".
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alisainbooks · 24 days
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OCs F1 Fanfic
Sinopsis: Enemies to lovers, forced proximity entre una nueva actriz de Hollywood y el piloto de Ferrari al que no le gusta su película. Su pelea se vuelve viral y les obligan a fingir llevarse bien mientras trabajan juntos en un proyecto.
Palabras: 3.5k
Smooth Operator
Capítulo 1— @
En el vídeo salgo yo. Me habrán etiquetado al menos doscientas veces y lo han subido hace menos de tres horas. Es mi escena. Subida sobre un escenario de un cabaret como en los años 20, vestido verde de coctel, guantes blancos, los ojos pintados de negro y los labios de rojo. Unas dulces notas de saxofón y un ritmo de maracas se van extendiendo poco a poco. Levanto la vista a través de mis pestañas, el zoom se centra en mi mirada, mil veces ensayada y una docena de veces repetida, que tanto me costó conseguir. Sujeto el micrófono con suavidad y acerco los labios, como si le susurrara a un amante. Y ahí empiezo a cantar. Me pierdo en la música. Una triste historia sobre un amor que se marchó. 
Es mi escena favorita y parece que también la del público. Brillo y la gente parece comprenderlo. La película ya lleva una semana en cartelera y está siendo un éxito, esta escena es viral en internet, es la que me ha lanzado de golpe a probar el estrellato, a que a la gente al fin le suene mi nombre, a firmar otro contrato para una super producción. Pero eso no es lo interesante del vídeo. No, hay doscientos como este. Pero no me etiquetan. La gente quería que yo viera este en concreto. 
El misterio no se hace de rogar. La escena se vuelve pequeña hasta quedar relevada a una esquina de la pantalla. En primer plano aparece una entrevistadora muy mona sujetando un micrófono frente a la boca de Álex Da Silva, a la vez que le enseña el vídeo en su teléfono. Lleva la camiseta roja de Ferrari, el pelo revuelto y una toalla colgada de un hombro. Lo mira atentamente, aún sin decir una palabra. 
—En el entrenamiento de hoy estabas cantando esta canción —comenta la chica y a mí se me acelera el corazón—. Últimamente solo se habla de Laura Nazario, no hay muchas españolas por Hollywood. Así que supongo que tú, como compatriota, habrás visto la película. 
—Sí, claro que la he visto —contesta él, aún sin separar los ojos de la pantalla, como si quisiera terminar de ver la escena. 
—¿Y qué te pareció?
El latir en mis oídos no deja de coger fuerza, casi no escucho el vídeo. 
—No me ha gustado, siendo sinceros. La música está bien. Pero la actuación… —Creo que se me ha parado el corazón de golpe, puede que también me haya quedado sorda. Un creciente pitido se instala en mi cabeza. 
Apago el móvil y lo lanzo lejos de mí. 
La pantalla se rompe. Veo cómo los cortes se iluminan con la llamada entrante de mi representante, seguro que ella también ha visto el vídeo. 
Pero no contesto. No. Estoy ocupada, me doy cuenta, porque cuando recupero el oído soy consciente de que he empezado a gritar. 
—¡¿Que no le ha gustado?! ¡¿Pero qué cojones tiene que opinar él en esto?! ¡Ahora resulta que es crítico de cine! Que se dedique a lo suyo que no le está yendo nada bien, hace dos años que no hace un puto podio. No está como para decirle a los demás si hacen bien o mal las cosas. Joder, menos mal que somos compatriotas. Será gilipollas. 
Tengo que calmarme, tengo que calmarme. No puedo. Tengo que respirar. Uno, dos, uno dos. No funciona. 
Mi canción vuelve a sonar. Es mi maldito tono de llamada. Es la quinta vez que aparece el nombre de mi agente. Creo que las paredes se están cerrando, mi habitación nunca había parecido tan pequeña. Boqueo intentando llenar los pulmones de aire. Abro una ventana y corro para descolgar el teléfono a la sexta vez. 
Isa no me deja ni hablar. 
—No pasa nada, en serio. Seguro que a nadie le va a importar. Mañana nadie se acordará de esto. —Su voz tranquila y reafirmante tiene un efecto en mí. Es tan buena hablando que consigue convencerme. 
El problema es que mañana la gente se sigue acordando. 
No puedo abrir Instagram o Tiktok o Youtube sin que me salga ese puñetero clip de la entrevista. Lo paso lo más deprisa que puedo. 
Isa me dice que espere. Y yo lo hago. Pero nadie se olvida. 
Mis amigas no han dejado de llamarme, no he contestado ni una vez, me he limitado a mandar un mensaje a nuestro grupo: no quiero escuchar ni una palabra al respecto. 
Para pasado mañana está declarado, se ha hecho viral. Me he leído todos los putos comentarios habidos y por haber. Ya nadie está hablando de la película o de la escena. ¡No! Están hablando de la entrevista, de lo conciso que ha sido en su opinión, de si nos conoceremos ya de antes, de lo que pasará si nos encontramos. Si lo viera, lo estrangularía, lo tengo claro. 
Nuestro hastag es trending topic y yo estoy que echo humo. No puedo abrir mi teléfono sin ver su estúpida cara. Por. Todas. Partes.
No ha vuelto a hacer ningún comentario al respecto y todos esperan que yo haga una declaración, cosa que me niego a hacer. No sé qué intenciones tenía al decir eso, pero desde luego, no voy a darle la satisfacción de hacerle saber que he visto la entrevista, mucho menos que me ha molestado. 
Para la semana siguiente he borrado todas las aplicaciones de mi móvil, no me hace bien seguir torturándome de esta manera. Tengo que pasar página y esperar a que esta popularidad muera, como lo hace todo en internet. Además, hoy tengo que trabajar. 
Me visto, me maquillo y salgo de casa, todo por primera vez desde el “incidente” que es como llamaré a partir de ahora a la funesta entrevista del idiota, a quien también me dirigiré de esa forma de ahora en adelante. 
Isa pasa a recogerme. Le dedico un escueto hola antes de cerrar la puerta del copiloto. 
No se atreve a dirigirme la mirada, así que yo la estudio de reojo cavilando si aunará el valor para decirme algo o nos sumiremos en un silencio total durante este trayecto. Lleva el pelo rubio anaranjado en una trenza apretada y acicalada con sumo cuidado, el maquillaje impoluto y la blusa recién planchada. Solo tiene unos pocos años más que yo. Ha luchado con dientes y garras por su posición y su lista de contactos. Es un amor pero está hecha de acero, por eso la elegí. Por eso y porque también habla español, así que cuando me enfado es la única que me entiende. 
Al no ver indicios de conversación, saco mi teléfono para distraerme. Entonces recuerdo que he inutilizado tanto el aparato que lo he convertido en una especie de Nokia, así que no hay mucho que pueda hacer. 
—¿Qué le ha pasado? —pregunta Isa haciendo un gesto con la barbilla, sin soltar el volante, hacia mí pantalla reventada. 
Me encojo de hombros y vuelvo a guardarme el aparato en el bolsillo. 
—Ninguno de los dos hemos tenido una buena semana.
—Ya te he dicho que no es para tanto…
—Isa —la corto—, he dicho que no quiero oír nada al respecto. Esperaremos el olvido, ¿sí?
—Eres una cabezota. 
Lo soy. 
La reunión va bien. Director, productores y equipo de dirección. El contrato ya está firmado así que es una reunión sin más. Me limito a contestar las preguntas que van hacia mi persona y me permito desconectar el resto del tiempo, dejo que Isa se encargue de lo demás, que para eso cobra. 
Se habla sobre el proyecto, ya está casi todo organizado. La película cuenta unas historias entrelazadas, entre ellas la vida de Bertha Benz y la mía, una actual piloto que intenta abrirse paso en el complicado mundo de la Formula 1, un guión maravilloso, yo misma lo leí. Se ultiman unos detalles, se rodará este verano, el casting está casi cerrado, hay que buscar localizaciones y la escudería que va a colaborar en el proyecto es Ferrari…
Despierto de golpe, me atraganto con mi café de 11 dólares, por ese precio me esfuerzo en volver a tragarlo. Por desgracia y pese a que no he derramado ni una gota, he llamado la atención, todos los ojos se posan sobre mí. Sonrió quitándole importancia y cuando retoman la conversación lanzó mis ojos como un dardo sobre Isa. La muy malvada finge estar inmersa en sus papeles, lo que me deja bien claro que ella ya lo sabía y que la lista de gente que tengo que matar no deja de crecer. 
Jugueteo con mi boli. Si da la casualidad de que me encuentro a ese idiota, aunque solo sea un minuto…
—¿Qué te parece, Laura?
Joder, tengo que empezar a prestar atención a estas cosas. Es que no tengo ni idea de lo que me tiene que parecer lo que sea que han dicho pero todos me miran expectantes. 
Fuerzo una sonrisa y busco ayuda, una que Isa no me da. Intento leer el ambiente, sonrisas amabilidad…
—Pues estupendo… —me tomo la libertad de soltar una mínima risa. 
—Fabuloso, nos vemos esta tarde. —¿Qué?— Mandaremos un coche a buscarte. 
Vamos, no me jodas. ¿A que acabo de aceptar para que me líen la tarde del domingo?
Todos empiezan a recoger la mesa y a levantarse. Isa y yo hacemos lo mismo. Despedidas, apretones de manos, deseos de suerte. 
En cuanto ponemos un pie en la calle la sujeto del brazo. 
—Dime qué tengo que hacer esta tarde. 
Me mira, mira al suelo, se muerde el labio. Y yo me temo lo peor. Tendré que ir a cenar con la mafia o a beber te al infierno. 
—Bueno…
Hubiera preferido al diablo o a Al Capone. Hubiera preferido ir a nadar con hipopótamos. Hubiera preferido tumbarme en la carretera al atardecer y rezar para que pasara un miope. 
Pero no pudo ser. 
Por el contrario, me pongo un vestido precioso, elegante y azul; me plancho el pelo; me pongo los tacones negros más altos que tengo y me preparo para estar espectacular para cualquier foto “robada”, que será la primera tras el incidente. Debo aparentar que no me ha afectado nada, no, aparentar no, tengo que conseguir que no me afecte nada, eso es. 
Un elegante mercedes me recoge de mi casa y me deposita en el circuito de Long Beach, al sur de Los Ángeles. Me encargo de llegar tarde. Finjo que he olvidado el bolso antes de montarme en el coche, que tengo que ir un segundo al tocador y me paro a hacer un par de fotos para colgar luego. Lo retraso todo hasta que la carrera está a punto de empezar. Todo según mi plan porque me niego a dirigirle la palabra al idiota si me topo con él. 
Enseguida me llevan con el equipo de Ferrari, me saludan efusivamente bromeando sobre que soy su nuevo fichaje, yo finjo que me río y que me encanta estar allí y me buscan un fantástico sitio para disfrutar de la carrera. Poso disimuladamente para un par de fotos y rehúyo de forma muy poco disimulada a dos periodistas que tenían la clara intención de hablar conmigo. 
Isa viene poco después a sentarse a mi lado, ofreciéndome un refresco. 
Lo cojo gustosa. 
—Lo estás llevando mejor de lo que pensaba —me dice, ninguna de las dos apartamos los ojos de la carrera que acaba de comenzar, como si no estuviéramos hablando en realidad. 
—¿Qué esperabas? ¿Qué le rayara el coche delante de todos sus mecánicos?
—La tarde aún es muy larga…
—Por desgracia. Mi único consuelo será verle perder. 
Esta temporada lleva fiasco tras fiasco, apenas ha conseguido rascar un par de puntos. 
La carrera está interesante. Es un circuito urbano, lo llaman el Mónaco de EEUU. Hay un choque en las 10 primeras vueltas, dos pilotos se retiran. Es un circuito complicado, curvas muy cerradas. El idiota va décimo así que estoy contenta. En la vuelta 38 la cosa está muy reñida, casi todos los 8 primeros van pegados, luchando por ganar posiciones hasta que llega una curva en forma de herradura y el otro piloto de Ferrari choca contra una esquina de un edificio, en ese momento se desata el caos. Tres coches se unen en el choque y otros dos se salen del circuito para evitar a los demás. Una humarada de polvo se eleva y los alientos se contienen. De pronto, un morro asoma a través de la nube… un morro rojo…
—No puede ser. 
Pasa esquivando los obstáculos y no se detiene ante nada, acelera y acelera hasta que alcanza al primero en una recta, su rueda de atrás tocada por el otro piloto de Ferrari antes de chocar. Menos de un segundo de ventaja…
—Qué hijo de puta, tiene DRS. —Me pongo de pie sin dar crédito a mis ojos, mirando la pantalla embobada. 
—No sabía que te interesaras por las carreras. –A Isa no le podría dar más igual lo que está pasando, lleva un rato contestando emails. 
—A mi padre le encanta, a algunas de mis amigas también. Me han suplicado que los traiga. 
Pero eso da igual ahora mismo porque el idiota se pega y se pega, una curva y otra y otra. 40 vueltas. 41. Esto está acabando. Busca un hueco, un despiste. Delante de él está otro piloto español, le aprieta las tuercas, intenta defender todo lo posible, pero no puede cerrarse bien en una curva y eso es todo lo que le hace falta al idiota. Se pone en cabeza. El público está eufórico. Yo me desplomo en mi silla. 
—No me jodas, Alonso. Te has dejado adelantar por un niñato.
Cada segundo es doloroso. Cuando cruza la meta. Cuando sube al podio. Cuando le dan el trofeo. Todo. 
Tengo que tragarme todas las palmaditas, todos los vítores y todos los elogios.
Le suplico a Isa que me saque de allí o que me mate, lo que le apetezca, pero que lo haga rápido.
Se niega en rotundo, me suelta un rapapolvo sobre que no puedo ser tan infantil y que me aguante, que todavía tenemos que saludar al director y que tengo que poner una bonita sonrisa para que todo el mundo piense que estoy feliz. Y más me vale que todo el mundo lo piense. 
Me arrastra a cenar. Todo el equipo está celebrando, el champán corre por doquier. 
El jefe de equipo, sentado bastante lejos de nosotras se levanta en un momento. 
—¡Un brindis por la primera victoria de la temporada! 
—Desde luego ese no es su primer brindis de la noche… ¡Ay! —Isa me da un fuerte puntapié por debajo de la mesa. 
Me vuelto como un látigo hacia ella, me señala efusivamente que coja mi copa y la alce como ella. Lo hago a regañadientes y murmurando y solo para que no me dé otra patada, cosa que haría seguro. 
Hay por lo menos otros tres brindis antes del postre y juro por Marylin Monroe que si hay uno más se me van a caer las cejas de tanto fruncir el ceño. 
Mientras remuevo mi copa de helado de chocolate transformada en sopa marrón, suena un ritmo de marimba. Isa coge rápidamente la llamada y cuchichea rápido y furiosa. 
Me mira fijamente, colocándose el pelo por detrás de la oreja y el bolso en el hombro, como si fuera una niña pequeña dando instrucciones a su hija.
—Tengo que irme. —Un coro de ángeles canta a mi alrededor. ¿Es acaso la salvación lo que oigo?— Tú te quedas. —¿Lo cualo?—  Tienes que saludar al director y tomarte una copa. 
—Pero…
—¡Pero nada! —me ladra, poniéndose de pie—. Volveré pronto a buscarte. Puedes coger un taxi si tardo mucho, solo y exclusivamente si la fiesta se te hace tediosa e inhumanamente insoportable. Ni un segundo antes. —Me clava la mirada, con una promesa de muerte si la desobedezco.— ¿Estamos?
—Sí, mamá…
Me da un capirotazo en la cabeza. Le enseño los dientes, frotándome el pelo. 
—Casi, casi. Sonríe. —Remarca la palabra alargando su propia sonrisa con los dedos.  
Me duele la cara de sonreír. Creo que para este punto se me ha olvidado y que en la cara no tengo más que una especie de mueca torcida. Me han arrastrado hasta una especie de bar. Luz morada y oscura, música para bailar pero al volumen justo para poder hablar también, gente, alcohol. El alcohol fue lo primero de lo que me percaté. Voy por mi segundo mojito para soportar esta mierda. Me han presentado a tantísima gente que ya todas las caras me parecen igual. Y, ahora, ¡al fin!, he cogido por banda al director. Me está contando cosas del proyecto, ropa, escenas, giros. No sé, desconecto entre sorbo y sorbo de ron. Y sonrío, ¿sonrío? Sí, creo que sonrío… o algo así. 
Hasta que veo un pelo negro entrar en la sala. Ahí ya no sonrío. Todos se giran hacia él, le dan palmaditas en la espalda y lo felicitan. 
—¡El campeón de la noche!
—¡A disfrutar que te lo has ganado!
Mi director, John, escucha el alboroto y centra su atención en él. 
—Pero si es Álex, vamos a saludarlo. 
Que majo y que educado. Creo que soy buena actriz, pero no sé si tan buena. Titubeo, buscando una excusa muy rápido porque me da la impresión de que el idiota se está acercando a nuestra órbita y si me cruzo con él vamos a colisionar. 
—Ve tú primero, yo voy a por algo de beber. –Le doy un suave toque en el brazo y saco mi expresión más dulce. Asiente convencido. 
Y yo huyo. 
Me refugio en la barra, hay bastante gente concentrada, es más fácil camuflarse. Me refugio en un lateral, algo más vacío y apoyo la espalda contra la encimera de metal. 
—Buenas. —Me sorprende escuchar español bien pronunciado y por un segundo me temo lo peor. Por suerte, es el otro español de por aquí. Rozando la cuarentena por arriba ya peina canas pero la sonrisa sigue siendo la misma que cuando levantaba la copa del mundo que emocionó a toda España. Parece amable.– Solo quería decirte que me gustó mucho tu película. —Es amable. Ya me cae bien. Vale, puede que sea fácil de encandilar. 
Creo que me sonrojo, pero el mojito no me deja pensarlo mucho. 
—Te lo agradezco, significa mucho para mí. 
—Hay que apoyar el producto nacional. —Se ríe de su propia broma y yo lo acompaño. “Hay quien no piensa igual…”
—Enhorabuena a ti también por el podio. —También hacía mucho que no quedaba segundo.— Mi padre es fan tuyo desde siempre y te aseguro que está muy contento. 
—Me alegro de no decepcionarle. Laura, ¿verdad?
—Eso es. 
—¿Tu primera vez por aquí?
—Así es pero creo que a partir de ahora me vas a ver mucho… 
—¡Alonso! —Nos interrumpe una voz un poco más para allá. Y yo solita me he encerrado en una esquina. ¿Y si finjo que me desmayo? Quizá podría hacerlo creíble.— ¡Qué bien que estés aquí! —Ha llegado. Apoya el codo sobre el hombro de Alonso y lo zarandea un poco. Entonces, fija sus ojos castaños en mí y tiene la desvergüenza de mirarme de arriba abajo con una pasada rápida. Rechino los dientes.— Y con buena compañía. 
Alonso pasa su mirada de uno a otro. 
—Laura, Álex —nos presenta—. ¿Os conocíais?
—Por desgracia —dice él. Por suerte, pienso yo–, no.
—No nos habían presentado oficialmente —concuerdo yo.
—Vi tu película.
—Algo he oído…
Parece reflexionar. 
—Oh… has visto el vídeo.
—Así es.
—No te habrá parecido mal, ¿verdad? —Retira su codo y se acerca un paso a mí con una sonrisa apaciguadora. 
—No, claro que no. Me encanta que digan que mi trabajo es una mierda.
Mi respuesta le pilla desprevenido. Duda por un segundo antes de recomponerse. 
—Eh, yo no dije eso.
—De hecho, sí. 
—Solo daba mi opinión.
—No pasa nada, al parecer eres entendido en todo. Bueno, supongo que en todo menos en lo tuyo, ya que has llegado último en las tres últimas carreras. 
Parpadea una, dos veces y frunce el ceño. 
—¿Intentas molestarme?
—Solo daba mi opinión. —Me encojo de hombros con expresión inocente.   
—Los 15 minutos de fama se te han subido a la cabeza. —El calor pesado sí que me está llegando a la cabeza. 
—Ya veremos a quién le duran más los 15 minutos. Al menos, la gente viene al cine a verme a mí. —Un paso. Otro paso.  
—Al menos, el final de mis carreras se entiende. 
Se acabó. 
Le lanzo en contenido de mi copa a la cara. Está empapado y decorado con hojas verdes. 
Las cabezas empiezan a girarse hacia nosotros. 
—Que te follen, a ti y a tus carreras. 
Y me marcho. Rápidamente. Furiosa. 
Cojo un taxi. Me voy a mi casa. Y me meto en la cama. 
Dedico solo un pequeño rato a pensar en mi enfado y me duermo.
Por la mañana, mi canción consigue despertarme. Medio dormida aún, estiro la mano hasta coger el teléfono. 
—¿Sí?
—La has jodido pero bien. 
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bia23 · 9 months
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Robin: *Acostado boca arriba sobre su cama y mirando el techo con una mirada soñadora en los ojos*.
Robin: *Hablando en voz baja y repitiendo una y otra vez lo mismo*.
Robin: Le gustó a Finn....Le gustó a Finn....Le gustó a Finn.
Billy y Griffin entrando en la habitación de Robin para invitarlo al cine con los demás chicos. Pero ambos se detienen al ver al joven Arellano en ese estado.
Billy: *Confundido al ver a Robin*.
Billy: ¿Qué le sucede?
Griffin: *Niega con la cabeza mientras habla*.
Griffin: Esta así desde que Finney confesó sus sentimientos.
Billy: *Aún Confundido *.
Billy: ¿Pero eso no fue hace dos semanas?
Griffin: Si.
Billy:
Billy: Oh...
Griffin: Exacto.
____________________________________
Robin: *Lying on his back on his bed and looking at the ceiling with a dreamy look in his eyes*.
Robin: *Speaking softly and repeating the same thing over and over again*.
Robin: Finn liked it....Finn liked it....Finn liked it.
Billy and Griffin entering Robin's room to invite him to the movies with the other boys. But they both stop when they see the young Arellano in that state.
Billy: *Confused to see Robin*.
Billy: What's wrong with him?
Griffin: *Shakes his head as he speaks*.
Griffin: It's been like this ever since Finney confessed his feelings.
Billy: *Still Confused*.
Billy: But wasn't that two weeks ago?
Griffin: Yes.
Billy:
Billy: Oh...
Griffin: Exactly.
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jsff21 · 7 months
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"The end of the stage. The end of the way, Starmoon."
Hola, no sé cuando leas este mensaje, probablemente sea más largo que los anteriores. No lo sé, al menos creo que lo más importante es agradecerte por todo lo que vivimos, por todo lo que alguna vez sentimos y sobretodo por haber sido mi novia, mi amiga y mi fiel compañia.
Lo eh dicho antes en la llamada de hace pocas horas, mi intención nunca va ser incomodarte, nunca va ser que estés mal, al contrario, te amo tanto que siempre querré lo mejor para ti.
Y porque te amo, no te insisto. Quiero que seas feliz y si eres feliz así, no puedo contradecirte.
Agradecerte, porque me hiciste ser alguien muy feliz, con muchos deseos, con tantos sueños y verte me daba la inspiración de seguir cada vez más.
Como todo, nada es perfecto, sufrimos situaciones deshonrosas para ambos, que de alguna u otra manera nos hicieron forjar un caracter diferente y medir las consecuencias de nuestros actos.
Contigo entendí, que el amor no se busca, sino que llega solo. Di tantas vueltas para enamorarme y al final creo que estar contigo fue la mejor decisión en ese momento.
Perdoname por las veces que lastimé tu corazón, perdonamé por al principio no saber valorar todo lo que eres. No me justifico, mi inmadurez no merecía jugarte malas pasadas.
Perdonamé si mi atención hacia ti, en algún momento no la sentiste, perdonamé si me ausente en muchas cosas.
Perdonamé si hubo, cosas que sentiste que no valoré, si hubo problemas que tal vez no toleré.
Por lo que sea la razón, Perdonamé, se que no fui la mejor persona.
Perdón si la última vez que hablamos por celular, fui un poco grosero, solo quería lo mejor para ti.
Y sobretodo perdoname si fuí un mal amigo.
Durante casi 8 años, estuviste conmigo, y durante 5 de esos 8 años fuimos todo lo que en memoria pudimos ser.
La conexión tan fuerte que había, quisiera nunca olvidarla pero al parecer el que piensa demasiado, termina perdiendo la cabeza..
Me encanta tu mente creativa, tu inspiración por lo que te gusta, tus ojos, tu sonrisa y todo lo que eres. Cuando te veía sentía que eras lo que quería.
Las sensación de mirarte a los ojos cuando estabas feliz, es de las cosas más lindas.
Durante este largo recorrido, has sido la persona que más eh amado y más eh querido tener tan cerca. Como nunca.
En verdad, en el momento que terminamos, no quería hacerlo, pero sentía que te había perdido por completo. Para mi fue totalmente innevitable no proceder. Quería seguir contigo en ese momento pero me quedaba corto si lo hacía. Quería decirte eso porque tal vez nunca lo comente, me dolió mucho más de lo que espere. De todas formas, agradezco que me lo hayas dicho, enserio es algo importante que lo hayas hecho. Seguí enamorado de ti más tiempo como te pudiste dar cuenta, era algo muy dificíl pero bueno gracias por todo eso luna.
Tus besos suaves, no los olvidaré... Rompecabezas, recuerdas?
Todos tus regalos...
La vez que te vestiste de Diosa..
La primera vez que fuimos al cine..
La primera opción a quien llamar..
Los años, el tiempo, las sonrisas y las alegrias.
El montón de escapadas...
Los cuadros..
Las fiestas sorpresas..
El roce del calor..
La sinfonia de tu voz..
Todos los poemas..
Todos los lovee que mencionas..
Cartas...
Sensaciones...
Emociones...
La sensación del calor de tu piel, de verdad es única, no entraré en detalles pero creo que me comprendes.
La última vez que pintamos obras sin sentido.
Todo.
Gracias por presentarme a tu familia.
Gracias por haberme hecho saber que era muy importante para ti.❤️
Gracias por vivir conmigo todos esos momentos especiales.
Gracias, por haber sido mi pareja durante tanto tiempo y aguantarte todos mis problemas y alegrías.
Enserio, tome tan sinceramente, la vez que me pediste disculpas por que se había terminado la relación y que no te habías dado cuenta de lo egoísta que habías sido. Aunque era yo mirandote de frente, tus palabras me llegaron tanto que mi corazón, se rompió en mil pedazos y de una u otra forma se alivio la sensación con el pasar de los dias. Porque como te dije aquel día "Nuestra amistad va a ser muy dificíl que continue", y lo sabía, miranos ahora.. Las palabras tienen poderes no? No porque yo no quisiera, Pff, yo encantado de escucharte hablar acerca de cualquier cosa. Sino que los impedimentos, iban a ser muy duros para nosotros.
Me duele amarte tanto, sabes?.. Enserio, es dificíl de pensar como todo colapsa.
Me duele, que no puedo saber, que hiciste durante tu día.
Me duele como no tienes idea, el saber que mi amiga ya no está conmigo.
En mi mente seguira que somos familia y creéme no te lo digo por mal, te lo digo porque siento que nuestra amistad va más allá de ello, sabes que siempre vas a poder contar con mi apoyo donde quiera que estés. Si es que lo necesitas, no pienso obligarte.
Creo que no hace falta decirte, que apoyaré tus ideas de querer comerte al mundo, asi sea que nisiquiera tu creas. De todas formas es fascinante, mira todo lo que has conseguido, de verdad que me sorprendes.
Luna, siempre estaré dispuesto a escucharte, no importa donde estés, si necesitas a alguien que te escuche, aquí estaré. Eso hacen las familias asi no de hablen durante meses, (que creo que es lo que va a pasar). Años? No lo sé.
Como te dije una de las últimas veces que nos vimos, "Antes de que te olvides de mi, antes de que no hablemos más y si por si alguna vez llegas a cambiar de parecer o si alguna vez no me vuelves hablar, quiero decirte que te amo y que siempre estaré y que estoy agradecido contigo"
Se que mis palabras aveces pueden ser melancolicas o tal vez no.. No lo sé.
El punto es que es la total verdad.
Enserio, me alegra todo lo que has avanzado en tu carrera.
Espero con la persona que estés, te brinde mucha felicidad, estabilidad y todo lo que te haga bien. Que te cuide y te quiera mucho, que valore todo lo que haces.
Como alguien que quiere lo mejor para ti, te deseo el mayor de los exitos siempre.
Espero algún día podramos hablar bien y reírnos de esto. No sé si en la cita de 2027 que está pendiente o que pero jajaja. Probablemente ya vivirás en el país que quieres..
Enserio si quisiera, al menos que regresara mi mejor amiga❤️🌙. De verdad la falta que me hace es demasiado.
Te amo.
Tu me enseñaste tumblr.. jajaja.
Si fuera por mi, siguiera escribiendo todo en notas. Te agradezco también, por eso.
Siempre hay algo más que decir pero al parecer ni escribiendo me callo, asi que culminaré.
Gracias por ser mi familia❤️🌙. Espero que cuando nos veamos de nuevo, lo sigas considerando así. Aunque no se cuando sucederá.
Estoy un poco loco, deberia dejar de escribir todo lo que siento y pienso ja. Se me da mal aveces..
Siempre estaré dispuesto a esucharte.
Espero nos volvamos a ver.
Gracias Starmoon.❤️🌙. Espero tengas muchas alegrías.
Hasta que se permita...
JS.
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cinemaslife · 5 months
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Cada cierto tiempo me gusta volver a ver Tesis, porque es una de esas películas por las que estudié cine, y porque en ella se encuentra uno de mis personajes favoritos Chema (Fele Martínez).
Chema es un estudiante de comunicación audiovisual que ve a través del cine, va más allá y no es el típico estudiante de la complutense, está fuera de la calzada, sabe quien es, la cara que tiene, y se mantiene fiel a si mismo porque no le queda otra. Y lo demuestra cuando le cuenta el cuento de La princesa y el enano a Ángela mientras recorren los pasillos del sótano de la universidad muertos de miedo.
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Ángela se enamora de Bosco porque es en apariencia todo lo que una chica podría desear, juegan en la misma liga, demasiado iguales y Chema se enamora de ella porque está lo más lejos posible de parecerse a él. Cuando en el fondo Chema y Ángela lo tiene todo en común.
Chema es cobarde y egoísta, irreverente y maleducado. Y por eso ella desconfía de él, Bosco es contenido y esconde lo que realmente es, Chema tampoco es lo que aparenta, pero lejos de ser un peligro para ella, en el fondo es todo lo contrario.
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Chema salva a Ángela de Crespo y al final ella misma se salva de Bosco, caminan por el hospital mientras todos ven la tele donde se va a emitir una de las pelis snuff que la policía recupera cuando cae la red. Totalmente en contra posición del inicio del film cuando ella intenta mirar pero no puede.
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LA PRINCESA Y EL ENANO
Había una vez una princesa que vivía en un palacio muy grande. El día en que cumplía trece años hubo una gran fiesta, con trapecistas, magos, payasos..... Pero la princesa se aburría. Entonces, apareció un enano, un enano muy feo que daba brincos y hacía piruetas en el aire. El enano fue todo un acontecimiento. Bravo, Bravo, decía la princesa aplaudiendo y sin dejar de reír, y el enano, contagiado de su alegría, saltaba y saltaba, hasta que cayó al suelo rendido. "Sigue saltando, por favor" dijo la princesa. Pero el enano ya no podía más. La princesa se puso triste y se retiró a sus aposentos..... Al rato, el enano, orgulloso de haber agradado a la princesa, decidió ir a buscarla, convencido de que ella se iría a vivir con él al bosque. "Ella no es feliz aquí" pensaba el enano. "Yo la cuidaré y la haré reír siempre". El enano recorrió el palacio, buscándola habitación de la princesa, pero al llegar a uno de los salones vio algo horrible. Ante él había un monstruo que lo miraba con ojos torcidos y sanguinolentos, con unas manos peludas y unos pies enormes. El enano quiso morirse cuando se dio cuenta de que aquel monstruo era él mismo, reflejado en un espejo. En ese momento entró la princesa con su séquito. "Ah estas aquí, qué bien, baila otra vez para mí, por favor". Pero el enano estaba tirado en el suelo y no se movía. El médico de la corte se acercó a él y le tomó el pulso. "Ya no bailará más para vos, princesa" le dijo. "¿Por qué?" preguntó la princesa. "Porque se le ha roto el corazón". Y la princesa contestó: "De ahora en adelante, que todos los que vengan a palacio no tengan corazón".
Oscar Wilde.
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americana709 · 29 days
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Tim y Kon son buenos hermanos mayores... pero solo para Bart.
Quiero decir, si vamos por el pensamiento de que a Tim no le agrada Damian por los intentos de asesinato y sus constantes insultos y que Kon decidió que no quiere tener nada que ver con Clark y ningún miembro de su familia después de todos los malos tratos que tuvo que soportar por el.
Tim desprecia abiertamente a Damian y constantemente quiere estar lejos de él.
Kon trata a Jon con indiferencia, lo ignora cuando lo llama y le lanza las mismas miradas de despreció que Clark le solía lanzar a Kon.
Y luego esta Bart, tanto Tim como Kon lo miman constantemente, le compran cosas, se ríen de sus chistes incluso cuando son malos, lo llevan a lugares diferentes para divertirse como el cine y los parques de atracciones y pasar el rato... entre hermanos.
A Damian no le importaba al principio, pero después Allen se rompió la pierna una vez y vio como Drake lo llevaba a todas partes, lo cuida y lo trataba... bien, no como lo hace Grayson (extremadamente dulce al punto de ser asfixiantes) o como lo hacía Todd (reírse cuando hace el ridículo y burlarse de el después) lo trataba con amabilidad y sus abrazos no parecían asfixiantes, Drake trataba a Allen como si fuera el ser más importante para su existencia... y por alguna razón eso hizo que Damian lo mirara como si fuera lo más despreciable, eso le costó un insulto por parte de Drake (el jura a ver escuchado a Allen reírse con eso)
Jon se sentía confundido, cuando estaba junto a Kon el lo ignoraba o lo miraba como si fuera la misma Kriptonita que le quita todos sus poderes, siempre con odio y resentimiento en sus ojos, pero después entraba Bart instantáneamente Kon le daba toda su atención, lo miraba como si fuera el mismísimo sol, siempre con aprecio y adoración en el, Bart hablaba y Kon siempre lo escuchaba con adoración en sus ojos, cuando trataba de llamar la atención de Kon (¡el estaba con Jon primero!) Su mirada cambiaba en el mismo momento en que sus ojos se cruzaban, volvían a ser fríos y con ese despreció absoluto en sus ojos (puede jurar que por un breve momento que Bart parecía divertido)
Bart era consciente de esta diferencia de tratos y sinceramente no podía sentirce más afortunado, solía seguir y mirar a Wally de la misma forma que lo hacen esos niños, pero lo único que conseguía era que el lo echará a un lado, siempre quiso un hermano mayor, cuando era niño había escuchado de lo increíbles que eran y de cómo cuidaban y amaban al hermano menor, el quería eso y cuando conoció a Wally pensó que lo tendría, pero después él lo aparto como si fuera un trapo socio y por más que se esforzaba nada cambiaba y eso le dolió, pero después Tim y Kon vinieron un día y Wally dejó de importarle, Tim siempre lo cuidaba y le recordaba lo mucho que lo quería, Kon siempre le prestaba atención y lo miraba como si fuera el mismo sol que le da sus paredes... si... esto era lindo.
Lo primero que sintió Tim cuando Damian aparecía fue esperanza, el siempre había querido un hermanito al quien cuidar y adorar, pero esas esperanzas desaparecieron cuando el trato de matarlo y otra vez y otra vez y otra vez, nadie nunca hizo nada al respecto y eso le dolió, nadie dijo nada cuando le lanzaba esos comentarios hirientes a Tim, nadie dijo nada cuando se tuvo que mudar porque temía por su vida... nadie hizo nada, y después todos a su alrededor comenzaron a morir, Kon, Bart, Bruce... se sentía impotente, vulnerable, el quería a su hermano mayor... pero después vio a Damian con su traje y a Dick con el traje de Bruce, Dick le dio a Robin a Damian, Damian le robó lo único que le quedaba de Bruce, Dick lo ignoró y amenazó cuando le dijo que Bruce estaba vivo, no se disculpo cuándo demostró tener razón y Damian se quedó con Robin, se burlo al respecto y lo insulto y otra vez nadie hizo nada, el absoluto desprecio que sintió por Damien desde ese momento no podía describirse, el odiaba a Damian, y Bart era el único hermano que necesitaba.
Kon aún recuerda la primera vez que conoció a... eso, Clark le había insistido en que valla a visitarlo a su casa, dijo que tenia una sorpresa (odió como le hablo como si nunca lo hubiera deshumanizado con esa misma boca) cuando llegó lo primero que vio fue a un bebé, el lo miró por unos segundos cuando en niño se río (se río de él) "el es tu hermanito, se llama Jonathan" Kon volvió a mirar a... Jon y no sinto nada más odio "el echo de que compartimos ADN no me convierte en tu hijo y definitivamente no convierte a eso en mi hermano" y procedió a cerrar la puerta de un portazo... la cosa lloro casi de inmediato "yo recibí tratos peores que eso sin siquiera tener dos días de nacido" fue lo que pensó al escuchar el llanto.
Tim desprecia a Damian, el le quito todo lo que una vez significó algo para el.
Kon es indiferente ante Jon, ese niño desde el momento en qué fue concebido obtuvo todo por lo que Kon tuvo que suplicar.
Damian se siente incómodo, Drake lo trata como si fuera la causa de todos los males del mundo.
Jon esta confundido, por más que lo intente no logra que Kon lo mide de otra forma que no sea odio.
Bart esta encantado, tiene dos hermanos mayores increíbles que lo adoradan y lo quieren con la misma intensidad que el.
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treeofliferpg · 1 year
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Ideas de rol: Primeros encuentros con buenas impresiones
Recordamos que el siguiente texto no ha sido redactado por el staff de ToL, solo lo hemos traducido para que pueda llegar a más personas. La autoría pertenece  @creativepromptsforwriting. Podéis leer el post original en su tumblr así como en nuestro tumblr bajo la etiqueta “idioma original”.
Personaje A pierde algo y Personaje B lo recoge y va tras Personaje A para devolvérselo.
Está lloviendo y se resguardan juntos bajo un techo pequeño.
Son presentados por sus encantadoras abuelas, que siempre van al mismo café y hablan con entusiasmo sobre sus nietos.
Personaje A es el nuevo estudiante, Personaje B es asignado como su guía para mostrarle la nueva escuela.
Literalmente chocando entre sí mientras sostienen bebidas.
Son elegidos para trabajar en la misma obra/espectáculo.
Personaje A está entrevistando gente en la calle y al entrevistar a Personaje B simplemente ambos hacen "click".
Golpeando accidentalmente al otro con una bola de nieve destinada a su amigo
Quedan atrapados en un ascensor juntos.
Sentados uno al lado del otro en la boda de sus amigos en común
Esperando en la fila en la caja del supermercado, poniendo los ojos en blanco porque la persona que está al frente está comenzando el drama.
Van de campamento con sus familias con las entradas de sus carpas/autocaravanas una frente a la otra, para que siempre se vean primero en la mañana y terminen pasando todo el tiempo juntos.
Se conocen como los mejores amigos/acompañantes de sus dos amigos que quieren salir juntos, pero no solos.
Son emparejados juntos por amigos mutuos.
Son extras en una película y se divierten mucho juntos.
Se encuentran en un cine, ambos allí con sus amigos, pero sentados uno al lado del otro y tomándose la mano accidentalmente cuando algo aterrador sucede en la pantalla.
Siendo de diferentes escuelas, se encuentran en un torneo, tratando de ganar para su propia escuela.
Sentados uno al lado del otro en un largo viaje en autobús/tren.
Se encuentran en una cabina de besos de una feria.
Son emparejados en una clase de baile.
Usan accidentalmente un disfraz a juego en una fiesta
Se conocieron en una fiesta a la que sus padres los arrastraron y son los únicos adolescentes allí.
Van en busca del mismo libro en la biblioteca.
Está lloviendo y deciden compartir paraguas.
Se conocen en un crucero, ver muchos lugares geniales juntos.
Bailando uno al lado del otro en un concierto.
Entrevistando al otro sobre su nuevo proyecto.
Confunde al otro con su amigo y se avergüenza cuando se dan la vuelta y resulta no ser su amigo.
Ayudan al otro a encontrar a su gato perdido.
Se conocen en una lectura pública de su autor favorito
Son emparejados para un proyecto.
Se conocen en una conferencia modelo de las naciones unidas, en representación de países que definitivamente quieren trabajar juntos en un proyecto de resolución.
Se dan cuenta de que pidieron exactamente la misma bebida cuando ambos intentan tomarla al mismo tiempo.
Trabajando en su primer turno juntos, sus horarios nunca coincidieron antes.
Usando las lavadoras una al lado de la otra en la lavandería.
Sentados uno al lado del otro en un viaje lleno de baches.
Se conocen en una prueba de alarma contra incendios, teniendo que evacuar el edificio.
Son "shippeados"por sus fans, pero nunca se conocieron, por lo que finalmente se encuentran para sus fans.
Se mudan a un nuevo apartamento y se dan cuenta de que pueden ver directamente en la ventana de su vecino.
Son ponentes en una convención y pese a haber escuchado mucho el uno del otro, nunca se habían visto antes.
Son emparejados para un juego de parejas en la fiesta de un amigo.
Esperando en un aeropuerto su vuelo retrasado.
Se encuentran en una manifestación, donde rápidamente forman un vínculo sobre su interés compartido.
Son convocado a la oficina del director por diferentes cosas y ambos esperan su veredicto.
Compartiendo un taxi, porque necesitan ir al mismo lugar.
Personaje A le pide a Personaje B que le tome una foto a él y a sus amigos.
Se conocen en la cafetería, sin lugar libre dónde sentarse.
Personaje A recibe la tarea de capacitar a su nuevo colega, Personaje B.
Son contratados como modelos para una gran campaña juntos.
Se conocen en un centro vacacional, tanto con amigos como con familiares que los acompañan.
Si te gusta su blog y quieres darle apoyo, ¡puedes invitarla a un café o hacerte miembro ! Y echar un vistazo a su Instagram ! 🥰
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¿Dónde estás amor de mis futuros días?
Varias personas se han intentado disfrazar de ti, pero al final a todos se les cae la máscara.
No soy impaciente pero me muero de ganas por conocerte. Ojalá no tardes mucho, ya estoy cansada de besar los labios equivocados, mis oídos de tantas mentiras se están quedando sordos y mi piel reseca necesita caricias.
Las noches últimamente son muy frías, cuando ando por la calle mis manos están vacías, llevo varios meses sin buen sexo, no tengo a quién dedicarle canciones ni con quién ir al cine para manosearnos y tal vez mirar la película, no tengo a quién mandarle mensajes de buenos días ni a quién decirle mis más sinceros "te quiero".
Aún no te conozco, pero no sabes las ganas que tengo de verte, ya te he soñado en mi cama y en mi vida varias veces. Necesito por las mañanas un abrazo y un beso de despedida, por las tardes con quién compartir la comida y por las noches hablar de cómo estuvo nuestro día, para terminar en la cama siendo objetos de nuestras más pervertidas fantasías.
Si aún no es el turno de estar juntos, lo entiendo, soy muy paciente, tal vez te encuentre por culpa del destino leyendo en la banca de algún jardín tu libro favorito o tal vez me veas entre tanta gente sentado bebiendo una cerveza en algún bar o tal vez en algún viaje o en algún concierto. Seré paciente a que la magia del destino actúe sobre nosotros.
Si estás roto y te encuentras en proceso de sanación, ojalá llegues a leer esto; te regalo este consejo para antes de nuestro encuentro:
“Dicen que viajar puede sanar hasta a un corazón en fase terminal; así que viaja mucho, ahorra y vuelve a viajar, enamórate de esos bonitos lugares, prueba su comida, habla con su gente nativa, tómate algunos tequilas o algunas cervezas, canta y sal de rumba, pero sobre todo besa algunas bocas y pon atención en su mirada, para que cuando llegue el día en que nos conozcamos, observes bien mis ojos y pruebes mis labios, y así, no te quede ninguna duda de que soy la indicada”.
Por favor no tardes, amor de mis futuros días.
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ℜ𝔬𝔰𝔞🖤
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olee · 2 months
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Pelotudo | Francisco Romero
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*enemies to lovers (almost)
*pelotudo: dicho de una persona, que actúa sin entendimiento, razón ni gracia.
“Que lindo ojos tenés - Quiere que te dé un beso?”
~
Conocías a Francisco desde kindergarten, y la verdad es que nunca congeniaron. Desde aquel entonces, sentías que le caías pésimo, y no era para menos. Él siempre se codeaba con los populares y se paseaba con aires de superioridad. Además, compartían el mismo interés por el teatro, lo cual resultaba ser uno de los puntos más irritantes para ti.
Durante los ensayos en la escuela de teatro, Francisco no perdía la oportunidad de soltarte comentarios hirientes: “Eso no es así", "Pelotuda, ¿no te lo estudiaste?", "Boluda, estás re-te mal", "Sos una mierda", "Andate a la mierda", y una lista interminable de despectivos. Era difícil soportar sus constantes críticas y la mirada de desprecio que te lanzaba en cada oportunidad.
Finalmente, llegó el día de tu graduación y decidiste mudarte a vivir a la Ciudad de México, dejando atrás esos incómodos encuentros con Francisco.
Después de varios años, tus amigos te insisten en que veas la película "La Sociedad de la Nieve". Como amante del cine y el teatro, y teniendo conocimiento de la historia del avión uruguayo, decides verla un día con tus amigos. Sin embargo, durante la proyección, algo llama poderosamente tu atención.
Al reconocer a algunos colegas del teatro en la pantalla, te sorprende descubrir que Francisco también forma parte de la película. Al verlo, no puedes contener tu reacción y susurras entre dientes un "concha de tu madre". La expresión de asombro en la cara de tus amigos es inevitable, y te preguntan: "¿Qué pasó?".
No puedes evitar soltar la verdad: "Ese es el pelotudo que arruinó mi carrera en Buenos Aires". La revelación deja a tus amigos boquiabiertos, y a partir de ese momento, la película adquiere un matiz completamente diferente para ti.
Después de un mes, decides regresar a Argentina para visitar a tu familia. Al llegar, te encuentras con un escenario inesperado: Francisco está en la cocina, cocinando con tu mamá. Ella, con una sonrisa en el rostro, te señala y exclama: "Mira, tu amigo de teatro está aquí".
Te quedas atónita, ya que la relación que tenías con Francisco distaba mucho de la amistad. Eran prácticamente enemigos durante tus días de teatro en Buenos Aires. Sin embargo, allí está él, ayudando en la cocina como si fueran los mejores amigos.
Tu madre, notando tu sorpresa, te presenta a Francisco con una alegría contagiosa. Él, con una voz inesperadamente dulce y fresa, te saluda: "(Tu nombre!), tu madre me invitó y, obviamente, no podía decir que no". Su tono amigable y su actitud llena de encanto te desconciertan, ya que no esperabas encontrarte con esta versión de Francisco.
Tu madre te informa que hace falta zanahoria y papas para la comida, y te pide que vayas al supermercado. Lo que más te sorprende en ese momento es escuchar a Francisco decir con una sonrisa: "Bueno, yo también voy contigo".
La idea de ir al supermercado con alguien con quien solías tener una relación conflictiva te resulta extraña, pero decides aceptar su compañía. Te das cuenta de que Francisco ha cambiado mucho desde la última vez que lo viste. Su actitud es relajada y amigable, y se muestra dispuesto a ayudar a elegir las mejores zanahorias y papas.
Mientras caminas para el supermerkado, decides soltar las palabras que hasta hace poco te parecían impensables: "Eh... felicidades, te vi en la película, hermoso de verdad". Francisco te mira con una expresión de sorpresa, pero el sol refleja intensamente en sus ojos verdes, haciéndolos brillar de una manera cautivadora.
Agradecido, Francisco responde con amabilidad: "Gracias. ¿Y vos? Tu madre me contó que haces teatro en México". Hipnotizada por la luminosidad de sus ojos, respondes sin poder evitar mirar hacia abajo: "Bueno, sí, estoy en el teatro y me va tranqui".
Él asiente con interés y suavidad en su tono de voz: "Qué bueno. Siempre fuiste la mejor en el teatro, la verdad es que te envidiaba mucho". De repente, te detienes en medio de la calle, mirándolo en blanco, tratando de procesar esas palabras. La sorpresa y la confusión se reflejan en tu rostro mientras intentas entender la nueva dinámica entre tú y Francisco.
Después lo encarás con una mirada bien intensa y le largás un "¿Posta estás diciendo eso?". Después de un silencio medio incómodo, le soltás un "En serio, che, ¿te olvidaste de todos los insultos que me tirabas cuando éramos pibes?". Francisco tira un "Che, (tu nombre), era un pibe, ni me daba cuenta de lo que decía". Ahí le mandás un "Sos un gil, me terminé mudando a Ciudad de México por tu culpa". Francisco te clava la mirada y suelta un "La verdad, nunca entendí por qué te fuiste". Y vos, con cara de sorpresa, le tirás un "¿Qué no entendés? ¡Me arruinaste la vida con esos comentarios arrogantes que tirabas todos los días, loco!". Te quedás re en shock después de soltar todo eso, dándote cuenta de que sacaste todo lo que tenías adentro y sin tener ni idea de qué va a decir el boludo.
Francisco te sigue mirando con esos ojos como platos y tira un "No sabía que te afectaban tanto, posta". Ahí te quedás mirándolo, medio paralizada, y le soltás un "¡¿Cómo que no sabías?! ¡Me hiciste mierda con tus comentarios, Francisco!". Francisco intenta explicarse, "Es que no lo hacía con mala intención, era joda de pibes". Y vos, caliente, le retrucás, "¿Joda? ¿Te parece joda tener que dejar todo e irme a otro país por tu culpa?".
Él baja la mirada, como sintiéndose culpable, y murmura un "No pensé que lo tomarías tan en serio, boluda". Ahí te explota la paciencia y le decís, "¿En serio? ¿No pensaste que abandonar mi vida acá sería en serio?". Francisco, medio nervioso, trata de justificarse, "Pero mirá, ahora estoy acá, podemos arreglar las cosas". Y vos, sin aflojar, le disparás, "No sé si tiene arreglo, Francisco. Me hiciste pasar por un infierno".
Francisco, sintiendo la incomodidad del momento, decide romper el hielo de alguna manera. Mira las bolsas de supermercado que sostienes con esfuerzo y sin decir una palabra, se acerca y te las quita suavemente de las manos. Lo hace como si de repente se diera cuenta de la carga que llevas.
Te mira con una sonrisa apologeta y te dice, "Che, dejame ayudarte con esto. Parece que están pesadas". Le das una mirada sorprendida, agradecida por el gesto repentino, y asientes. "Gracias, de verdad", le dices genuinamente. En ese momento, entre las bolsas, se crea un pequeño espacio de complicidad, como si ambos recordaran que, a pesar de todo, alguna vez fueron amigos.
*Thanks to my sis por ayudarme a escribirlo! We had fun!!!
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