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¿Qué Dejan de Hacer los Candidatos que nos Decepcionan?

Las campañas políticas son un lance de conquista, como la guerra, como el amor. La diferencia está en que el botín no es la riqueza ni el cuerpo, es la conciencia.

También hay rivales, como los enemigos y los otros pretendientes, en este caso, el resto de los candidatos y sus simpatizantes.

La arena preferida para culminar esta conquista no es el terreno, ni un mirador bajo la luz de la luna, sino las redes sociales, el campo de batalla electoral por excelencia en nuestro siglo, que puede ser un espacio mortal si un candidato sufre un artero ataque por sorpresa.

¿Qué es lo que tiene que hacer un aspirante para evitar que las benditas redes sociales se vuelvan malditas y los ciudadanos lo veamos con cara de asco?

Número uno. Iniciar su campaña revisando muy bien todos y cada uno de los trapitos que sus adversarios buscarán debajo de la alfombra para exponerlos al sol.

Los ciudadanos del norteño estado mexicano de Nuevo León le quitaron el primer lugar en las preferencias a la candidata del gobernante partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) cuando fue vinculada con Keith Raniere, condenado en Estados Unidos a 120 años de prisión por delitos como tráfico sexual, pornografía infantil y extorsión.

Clara Luz Flores Carrales no revisó los cadáveres que podía tener en el closet y jamás previó la salida de un video que la mostraba en una plática con el líder de la secta NXIVM, parte de una serie documental de pláticas con los miembros más relevantes de su organización.

Número dos. Una vez expuesto el trapito al sol, el candidato o candidata tienen que asumir en su totalidad todos los hechos revelados, y en su caso, pedir una disculpa, si provocó un daño o violó una norma moral o jurídica.

En otro video que usó de respuesta, la candidata morenista optó por disculparse, pero sobre aquello que no era una falta, es decir, haber participado en un curso de superación personal de NXIVM.

Inmediatamente después, se contradijo al decir que no tenía nada que ocultar, cuando en ese mismo momento evitaba reconocer que sí conocía a Raniere (lo que al mostrarse en video suscitó el escándalo), limitándose a reiterar que ignoraba los hechos delictivos que lo llevaron a la cárcel.

Número tres. Una vez asumido el pecado original, es clave ofrecer información detallada sobre los motivos de la conducta que causó la crisis de comunicación y precisar el papel jugado en los hechos.

Los ciudadanos deseamos que una persona que teníamos idealizada y que de pronto descubrimos con una mancha en la cara, no solo asuma responsabilidad de forma plena, sino queremos saber de principio a fin cómo llegó a su rostro.

En vez de ello, Flores Carrales procedió a desviar la atención sobre sus faltas hacia las cometidas por uno de sus competidores y que ella misma había denunciado, al tiempo de responsabilizarlo de la crisis propia.

¿Qué es lo que observamos en esa respuesta? Una persona verdadera o la deshonestidad de alguien que rechazó aceptar lo que vimos con nuestros propios ojos y que pretendió desviar nuestra mirada?

En un ambiente global a la vez tan vigilado y polarizado, es necesario que los aspirantes hagan un mejor trabajo, si de veras quieren ganar el voto para conservar o alcanzar el poder que aman con tanta intensidad.

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☝️Para la #prensa, los juicios de amparo son un instrumento de propaganda...

...y amarillismo que debilita aún más el cuerpo de la opinión pública que que sufre de ignorancia como condición pre-existente.

Tanto el Presidente de México como sus poderosos pero estadísticamente pequeños adversarios, quedan molestos o festejan cuando un juez federal suspende un acto de autoridad.

"En tan solo horas", escuché esta mañana quejarse a Andrés Manuel López Obrador, por la velocidad del juez en suspender los efectos de la ley de telefonía móvil que ordena registrar datos biométricos.

Parece que todos estamos impedidos de memorizar algo muy simple:  La Ley de Amparo ordena a todos los jueces conceder una suspensión sin entrar al análisis del asunto, cuando el acto reclamado provoca efectos irreversibles si permanece.

No hay round. Nada para nadie. A lo mucho empate, hasta que el juez resuelva el fondo. Sin embargo, algo se gana: Los medios generan audiencia y nosotros le ponemos emoción a nuestro día.

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