No le conozco / Quiero conocerle / Me agrada / Me desagrada / Siento indiferencia por elle / Le tengo aprecio / Le detesto / Me atrae físicamente / Siento una conexión especial entre ambos / Nunca nos entenderemos / Quiero comprender su manera de pensar / Creo que esconde secretos / Le haría daño / Le traicionaría / Quiero abrazarle / Quiero besarle / Tendría una aventura de una noche con elle / Tendría algo romántico con elle / Me arriesgaría por elle / Le protegería / Le refugiaría del amanecer / Pienso que haríamos un buen equipo cazando / Compartiría un baile de salón con elle / Entrenaría a su lado / Rompería la mascarada por elle / Le vendería a mis enemigos / Visitaría otra ciudad con elle / Le veo como un aliade / Su opinión es importante para mí / Es une de mis mejores amigues / Es mi enemigue / Le veo como la familia que perdí.
Te gusta ayudar a los demas, porque es la única forma que conoces de curar esa parte tuya que necesita ser salvada, esa parte tuya que grita "Auxilio", esa niña pequeña de tu interior que busca ser salvada...
Hay almas que no pueden ser salvadas, almas a las que ni el amor puede amparar, y es que están hechas con vacíos, con agujeros imposibles de llenar. Almas que aún guarecidas en una sonrisa, en un abrazo, en un entorno calmo y en paz, no pueden colmarse, completarse… no pueden dejar de llorar y ver el cielo gris. Almas especiales. Almas caóticas y complicadas de entenderse —incluso por ellas mismas. El mundo está lleno de ellas, pero no hacen ruido, ellas simplemente no lo harán.
Y en un intento desesperado por sentirme bien, opté por llamar a Dios. Oré y me sentí culpable, porque corrí a él como última opción, pero peor me sentí cuando no recibí respuesta alguna a mi llamado de auxilio.
¿Acaso mi alarido no fue lo suficientemente alto como para ser escuchado? Es más, ¿merecía yo ser oía para ser salvada?
Quizás debí serle devota a Él y no a mi dolor.
Me estremezco con el tiempo, deteriórandome un poco más. Y queriendo parar, dentro de mí —sorprendentemente—, todavía hay algo que no se da por vencido; lo cierto es que sigo aquí, descalza y sintiendo todo desde el exterior hasta mis entrañas.
Sigo estando aquí por más devastada que esté y quiero creer que eso está bien.
En mi humilde opinión Gosho está dando patadas de ahogado, seamos honestos el Shinran es un barco que se hundió hace años y es que en realidad ha pasado mucho tiempo desde fue una pareja viable, esos dos no se conocen realmente a pesar de ser amigos de infancia, Shinichi cree todavía que ella lo necesita para protegerla, Ran es una chica muy fuerte y valiente que sabe kárate, ella es muy capaz de protegerse a sí misma y a sus seres queridos pero en el momento en que piensa en Shinichi se vuele sumisa y llorona; por otro lado está Shinichi que ni siquiera confía en ella lo suficiente como para decirle quien es realmente, si verdaderamente confiara en ella le dejaría saber la verdad pero no lo hace, una llamada de atención de Haibara es suficiente para deshacerse de su razonamiento y volver a caer en su conducta de autosacrificio engañandose él mismo sobre que Ran lo necesita y que no puede valerse por si misma, el Shinran es una pareja toxica que debió haber desaparecido hace años y el Shinshi o Coai es mucho peor, Haibara siempre logra manipularlo y aunque también es una chica con carácter y personalidad fuerte y luchadora al encontrarse con la Organización Negra se vuelve completamente una chica miedosa e incapaz de pensar o siquiera moverse que necesita ser salvada literalmente y aunque Gosho deje pistas sobre si a ella le él gusta o solo le agrada sabemos que esos dos juntos nunca pasará.
Lo que Shinichi necesita es a alguien que sepa su secreto y que sienta como un igual no alguien que necesite proteger sino alguien capaz de ayudarlo en su lucha, alguien en quien confíe no solo su secreto si no su vida, alguien que sepa por lo que está pasando y que lo comprenda, sabemos que Shinichi está atrapado como Conan y que siendo un niño no puede ser el mismo, el no puede ser Shinichi frente a Ran y su padre, y no puede ser él mismo tampoco con el tantei-dan en la escuela, está atrapado siendo alguien que no es y eso debe ser agotador, y es ahí donde entra Kaito sea Kid o no, el sabe lo que es ser una persona que no eres, tener que fingir para que nadie más salga herido, y aunque Kaito puede dejar de ser Kid cuando quiera y ser solo Kaito aún sabe lo duro que es tener que fingir y lo comprende.
Entonces sí, es todo, Gosho solo está siendo terco al aferrarse a su pareja principal durante años cegandose a sí mismo ante el hecho de que prácticamente hizo Almas Gemelas a los dos protagonistas masculinos de sus dos creaciones Magic Kaito y Detective Conan desde hace decadas!
Comencé a leer el diario de Cesare Pavese. Profunda sorpresa. Y miedo. Porque casi todo lo que ha escrito me parece pensado por mí. Es más: yo lo he pensado —mejor decir: sentido— y hasta he tomado notas de ello en mi diario. Me desilusiona un poco tanta semejanza y, al mismo tiempo, me siento salvada. ¿Salvada de qué? No sé. Pero de algo oscuro y viscoso. Posiblemente me refiero a la locura.