La Familia De | Enzo Vogrincic
Cuando descubres la infidelidad de tu novio, aceptas la invitación de tu amiga para pasar unas semanas en su país con su familia. Allí conoces al atractivo hermano de tu amiga, desencadenando una serie de emociones inesperadas.
Desde hace un año, la cafetería que posees en Ciudad de México ha sido tu refugio, un santuario de aromas de café y conversaciones animadas. Tu vida ha tomado un giro maravilloso desde que abriste las puertas de este lugar acogedor. No solo tienes un negocio próspero, sino que también tienes a tu lado a un novio increíble, cuyos talentos como tatuador le dan un toque de arte y rebeldía a tu vida cotidiana.
Entre el vapor de los expressos y los murmullos de los clientes habituales, siempre hay un momento especial cuando tu amiga uruguaya aparece por la puerta. Ella, con su encanto sudamericano y su energía contagiosa, es como un rayo de sol que ilumina tu día cada vez que la ves. Aunque vive en CDMX por trabajo, nunca pierde la oportunidad de visitarte en la cafetería, trayendo consigo los últimos chismes y anécdotas que hacen que la vida en la ciudad parezca aún más vibrante.
En medio de este bullicio reconfortante, te das cuenta de que no estás sola. Tu negocio florece, tu relación amorosa está en su mejor momento y tus amistades te brindan compañía y alegría. La paz y la belleza se entrelazan en tu día a día, recordándote que la vida puede ser realmente hermosa cuando tienes a las personas adecuadas a tu lado.
Sin embargo, un día decides cerrar temprano la cafetería porque no te sientes bien y tienes un fuerte dolor de cabeza. De camino a tu departamento, te sientes aún peor, como si algo estuviera terriblemente fuera de lugar. Al llegar a casa y subir las escaleras, el sonido de ruidos extraños te hace detener en seco. Escuchas un respiro profundo, quizás gemidos. Sin entender completamente lo que está sucediendo, decides apresurarte hacia tu habitación.
Al abrir la puerta, te encuentras con algo que nunca podrás borrar de tu mente: tu novio, en medio de un encuentro íntimo con otro hombre. Es una escena que nunca esperaste presenciar, y sin poder soportarlo, das media vuelta y sales corriendo, sintiendo cómo tu mundo se desmorona a tu alrededor.
Con lágrimas nublando tu vista y el corazón hecho pedazos, marcas frenéticamente el número de tu amiga en tu teléfono. "¿Dónde estás? ¡Necesito verte! Me siento horrible, mi novio… mi nov–", apenas logras articular entre sollozos.
La voz tranquila de tu amiga al otro lado de la línea te ofrece un atisbo de consuelo en medio de la devastación que te embarga. "Estoy en casa. Vení y me contás tranquila", te dice, y sus palabras se convierten en un faro de esperanza en medio de la oscuridad que te rodea. Con el corazón roto y el alma hecha trizas, te diriges hacia la casa de tu amiga, en busca de consuelo y apoyo en medio de la tormenta emocional que te consume.
Le cuentas a tu amiga todo lo que había sucedido y no puedes evitar llorar. Estás en el sofá junto a tu amiga, y te dice mientras te peina el cabello: "(Y/N), tenés que ser fuerte, yo sé que no es fácil. ¿Te acordás de Mateo? Que se fue con otra mina, pues te entiendo completamente".
Pero entre sollozos, respondes: "¡Pero en mi caso es distinto!", y lloras más fuerte, como un bebé. "Y... ahora... tú te vas para Montevideo, y... ¡yo voy a estar SOLA!", sigues elevando el tono de tu llanto. "Y no quiero verloooo, nooo, no sé cómo enfrentarloooo".
Tu amiga intenta calmar tus nervios: "Pero yo me voy solamente por tres semanas, si querés, venite conmigo, yo te pago los pasajes".
"No quiero ser un peso más", respondes entre lágrimas.
"¡Boluda! ¡Te vienes conmigo, que se joda!", te dice ella, tratando de sacarte de ese estado emocional.
"Okkkkaaaayyyy", aceptás entre sollozos, llorando como un bebé.
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Llevas ya tres días encerrada en la habitación de tu mejor amiga en Montevideo, con un gatito real al que tratas como un peluche. La familia Vogrincic te han adoptado como una hija más, y su madre se ha convertido en tu proveedora oficial de café y consejos sobre el amor, lo cual agradece tu corazón roto.
En una tarde soleada, tu amiga irrumpe en la habitación como un torbellino, encontrándote en la cama con tu celular, absorta en las fotos de tu ahora ex. "¡Che, bo! Dame ese celular. No quiero verte así", ordena con un tono melodramático. "Tienes que salir de esta cueva. Mami me ha dicho que solo sales para tomar café y luego regresas aquí. ¡Ya basta! Esta noche viene mi hermano desde Nueva York, y vamos a recogerlo al aeropuerto. Tienes que venir conmigo, punto final", declara con autoridad.
Tú respondes: "Ay, déjame aquí con la gatita", y ella te corrige: "¡Esa gatita tiene nombre y es Uma!". Insistes: "Pues déjame con Uma, no quiero ir para allá".
Con un suspiro exasperado, tu amiga agarra tu brazo con determinación. "¡Sos una pelotuda! ¡Vas a venir ahora!", exclama, decidida a sacarte de tu caparazón de autocompasión y llevarte a vivir un poco la vida real, aunque sea a la fuerza.
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En el auto, el padre de tu amiga está al volante, con la madre como copiloto, mientras tú y tu amiga ocupan los asientos traseros. La atmósfera está cargada de emoción, ya que toda la familia está ansiosa por recoger al tal Enzo. Por lo que has escuchado, es un actor sumamente famoso. Aunque no estás muy familiarizada con su trabajo, tu amiga siempre ha hablado con orgullo sobre él, y su entusiasmo es contagioso.
Antes de dirigirse al aeropuerto, hacen una parada en un mercado para comprar globos, flores y un cartel que dice "¡Llegó el actor de la casa!". A ti no te hacen mucha gracia las flores ni los globos, ya que te recuerdan a tu exnovio.
Al llegar al aeropuerto, tu amiga asigna tareas: "Bo, aguanta los globos; yo llevaré el cartel y mami, tú llevas las flores", dice con entusiasmo. La madre asiente y el padre, con su típico sentido del humor, pregunta: "Y yo, ¿qué llevo?". La madre, con una sonrisa, responde: "La presencia". Todos ríen un poco, preparándose para la llegada del famoso Enzo.
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Justo cuando estás a punto de bostezar por el cansancio acumulado, de repente tu amiga y toda su familia irrumpen en gritos de emoción, corriendo hacia un hombre sorprendentemente guapo. Su piel canela y su cabello medio largo y desordenado lo hacen destacar en la multitud. Él también parece adormilado, llevando una maleta, hasta que se percata de su familia y se apresura hacia ellos.
La escena es conmovedora mientras se abraza profundamente con tu amiga, luego se dirige hacia su madre y ambos comienzan a llorar juntos. Por lo que tu amiga te había contado, no se habían visto durante años debido a la ocupada agenda del hermano.
Mientras esta emotiva reunión tiene lugar en el aeropuerto, tú te encuentras parada como un pingüino, sosteniendo los globos en tus manos, sin saber muy bien qué hacer en medio de tanta emoción familiar.
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Ya cuendo van para el auto, tu amiga te introduce al hermano diciendo, “Enzo, esta es (Y/N) mi mejor amiga del alma, y va estar con nosotros por estas semanas” dice mientras ya se van sentando al auto, y Enzo, que al parecer se va a sentar al lado tuyo te dice, “Un placer (Y/N)”
Y así van todos contentos para la casa, para cenar, ya que la madre iba a prepara una pasta.
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Al llegar a la casa, estás a punto de dirigirte directamente a la habitación para descansar un poco del viaje agotador, pero tu amiga te agarra del brazo con determinación y te dice: "¡Uh uh no! Te quedas con nosotros en la sala. Nada de cueva". Tú asientes, aceptando su decisión, y decides seguir su sugerencia.
Cuando te dispones a sentarte en el sofá de la sala, observas con curiosidad cómo las gatitas, Uma y Ada, salen de una habitación cercana. Enzo, al verlas, no puede contener su emoción y se tira al piso, hablándoles con ternura como si fueran bebés. La verdad es que Enzo se veía increíblemente adorable en ese momento, y no puedes evitar sonreír ante la escena.
Tu amiga te hace una mueca cómica, como si estuviera acostumbrada a este comportamiento de su hermano, y te dice en voz baja: "Es amante de los gatos, así que no te asustes si actúa así". Tú te ríes suavemente, encontrando la situación bastante divertida y encantadora.
Observas cómo Enzo interactúa con las gatitas, y te das cuenta de que tiene un lado dulce y tierno que no esperabas.
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Después de un rato, Enzo se levanta del suelo con una sonrisa, dirigiéndose especialmente a su madre: "Ma, me voy a dar una ducha. Avísame cuando esté la cena", dice con tono amable. La madre asiente con un simple "ok", ocupada con los preparativos en la cocina.
Una vez que Enzo se retira para darse una ducha, te inclinas hacia tu amiga y le susurras en voz baja para que no te escuchen: "Oye, no me habías dicho lo guapo que es tu hermano". Ella te responde con una mueca divertida y te dice: "Te lo regalo si quieres". En un gesto juguetón, la empujas suavemente y respondes con un "ajá", aceptando el comentario con humor.
Ambas se miran y se ríen, compartiendo un momento cómplice antes de que Enzo regrese de su ducha y continúe con la cena en familia.
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Después de un rato, mientras estás disfrutando de un vino con tu amiga y ayudando a preparar la mesa, Enzo hace su entrada. Viene con una cámara vintage en la mano, su cabello aún húmedo y desordenado, vistiendo una sudadera cómoda y descalzo. En general, se veía muy relajado y como en su casa; no parecía en absoluto un actor de Hollywood.
Mientras tú te sientas con tu vino en la mesa, Enzo comienza a moverse alrededor de la cocina, capturando momentos con su cámara: la madre preparando la comida, el padre cortando la carne asada, y la hermana charlando contigo. Luego, se dirige hacia las gatitas y llama a tu amiga, "Loca, ven acá, tírame una foto con Uma y Ada". Pero antes de que pueda tomar la foto, la madre interviene: "Enzo, después. Ya vamos a comer". Él asiente en respuesta.
Tú observas todo con asombro, pero al mismo tiempo, te sientes como si estuvieras presenciando algo muy familiar. Enzo se sienta nuevamente junto a ti, y de repente te toma una foto inesperadamente. Tu amiga lo regaña de inmediato, diciendo: "¡Enzo! A (Y/N) no le gusta que le tomen fotos". Con un tono suave, Enzo se disculpa: "Disculpa". Y tú respondes con amabilidad: "No te preocupes".
La atmósfera en la casa es cálida y acogedora, y te sientes cada vez más integrada en esta familia tan especial.
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Después de unos 45 minutos en la mesa, todos parecían estar inmersos en sus propias conversaciones, dejándote a ti en un silencio momentáneo. Mientras tomas sorbos de tu vino, escuchas atentamente pero te sorprendes al darte cuenta de que nadie te ha dirigido la palabra en todo ese tiempo. Una sensación de soledad momentánea te envuelve, hasta que de repente, es Enzo quien rompe el silencio.
"Y tú, ¿qué haces?", pregunta Enzo, volviendo su atención hacia ti. Levantas la mirada, encontrando sus ojos, y respondes con sinceridad: "Soy dueña de una cafetería en Ciudad de México". Su expresión se ilumina con genuina admiración: "¡Guau, eso es impresionante!", responde con entusiasmo.
En ese momento, sientes una conexión especial con Enzo, como si sus palabras hubieran creado un puente entre ustedes. A pesar del bullicio de la mesa, te encuentras atrapada en su mirada, sintiendo una chispa de complicidad entre ustedes.
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⊹ ┊WEED & ELSE ꒱ .゚
𓆹﹐
↷ ˊ- pairing: felipe otaño x f!reader.
warnings: +18, smut, oral (reader recibe), fingering, weed use.
summary: ambos estaban disfrutando de la relajación que les brindaba el porro que se habían hecho y un tema sale a relucir, llevándolos a la acción.
• dani’s typing… ! lamento haber tardado tanto en subir algo pero aquí está algo corto, lo hice mezclando algunos de sus pedidos.
los dos se encontraban relajándose bajo los efectos de la marihuana, la radio como complemento sonando con viejas canciones que ambos disfrutaban.
“¿querés saber un secreto?” tu voz sonaba ronca por la caladas profundas que dabas, pero no te importo y miraste a felipe.
él se encontraba con el asiento del auto inclinado, mirando el techo como si fuese la cosa más importante del mundo, pero para hacerte saber que estaba escuchando hizo un sonido con la garganta.
“nunca nadie me ha hecho un buen oral” te removiste en el asiento del co-piloto para ver su perfil marcado, notando como tragaba en seco.
no falto ni cinco segundos cuando una risa algo fuerte retumbaba en el pequeño espacio, felipe te miraba mientras negaba y sus ojos azules se encontraban irritados.
“no te creo boluda, ya andas diciendo tonterías” se peinaba ah cabello castaño hacia atrás ya que el viento que se colaba por la ventana lo había despeinado.
volteaste los ojos y exclamaste un “te odio” mientras inhalabas la última calada, tirando el resto por la ventana.
al ver que no te estabas matando a carcajadas con él frunció el ceño y se te quedó viendo.
¿no me jodas, de verdad?” impresionado se rascó la nuca, no esperaba que le estuvieses hablando en serio pero de solo pensarlo una idea abarcó su mente.
“pues eso lo podría cambiar yo, si vos me permites” sus ojos rojos con cierto brillo iluminaban el auto alumbrado con los faroles de la calle.
tu garganta se secó pero lo pensaste muy bien antes de darle una respuesta, tu mejor amigo te parecía atractivo y bajo los efectos de la marihuana tus palabras fluyeron por si solas.
“vale, veamos si puedes” al terminar la frase, felipe no se aguantó y se lanzó contra tu boca hambriento.
la comisura de los labios de felipe se alzaron y te invitó a pasarse a los asientos de atrás, no te dió ni medio segundo cuando sus abultados brazos se posaron debajo de tus piernas, recostando tu espalda en la mitad de estos, dejando suficiente espacio para él.
“facilitando el trabajo, uh” soltó una risa nasal, sus manos subieron por tus piernas hasta el dobladillo de la falda que traías puesta y la alzó completamente dejando tu ropa interior de encaje a la vista.
su dedo acarició por encima de tu prenda interior causándote temblores en las piernas, después de tantear la zona decidió mover la tanga a un lado, la cual estaba ya empapada por tu excitación.
“linda, sos re sensible y te quiero comer entera” un escalofrío recorrió por tu cuerpo al sentir su aliento caliente contra tu intimidad.
abriste la boca soltando un jadeo cuando sus labios atacaron tu clítoris sin darte tiempo de procesarlo, a veces su lengua jugaba con tus labios inferiores para luego volver a jugar con tu nervio.
tus manos bajaron agarrando los mechones castaños con fuerza, jalando un poco y sacando varios gruñidos de su boca sobre tu intimidad haciéndote temblar.
felipe decidió agregar dos de sus dedos a la acción, abriéndose pasos entre tus paredes para proceder a moverlos en un vaivén, en ningún momento su lengua paró.
las ventas se empañaban de a poco mientras los gemidos que salían de tus labios se hacían más agudos y las estocadas más rápidas.
“p-pipe, me v-vengo” tu espalda se arqueó y sujetaste con dureza su cabello.
no respondió pero no hizo falta cuando sintió tus piernas apretarse a cada lado de su rostro y flaquear contra él.
dejó que los espasmos se desvanecieran para subir su rostro al tuyo, su boca brillosa al igual que sus ojos azules claros. aún así no le dieron importancia y unieron sus bocas en conjunto.
“¿entonces?” felipe se separó de tus labios para dejarte hablar.
“creo que no fue suficiente para decirte” tu respiración sonaba entrecortada pero ambos sonrieron sabiendo que esto se iba a repetir muchísimas veces más.
un pequeño refuerzo de amistad.
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by ﹫ VOGLATTE ╱ próximamente estaré haciendo algunas traducciones y subiendo más fics .ᐟ
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Ella es así, parecida a la luna. Pálida, distante y misteriosa, de pensamientos difusos; se siente cómoda en el silencio y en su soledad. Por alguna razón, no le aburre lo que al común de la gente. Habita las noches tranquilas y lluviosas, en el aroma que desprende la tierra húmeda y los cielos nublados; sus tristes ojos cafés son el reflejo de la profundidad del mar, de una vida cargada de batallas. Prefiere pasar desapercibida y encuentra paz, y belleza en la simpleza de lo que la rodea, y como buena observadora, tiende a analizarlo todo, dándose cuenta de lo que otros quizás no y casi nunca se equivoca, al final termina teniendo la razón.
Ostenta rostros disímiles entre si y cambia con frecuencia porque tiene la habilidad de ser lo que su frío y ardiente corazón decida. Algunos la suelen confundir con un ángel, otros con un demonio, pero solo es una humana que posee luz y oscuridad, y ambos se vierten en su mente complicada. Peca de ser caprichosa, egoísta, odiar a los humanos, pretender por momentos acaparar el centro de atención y dejarse llevar por aquellos sentimientos de superioridad, pero al mismo tiempo es altruista, sensible y anhela salvar al mundo. Esa contrariedad, rozando la incoherencia, la hace sentir inadecuada e indecisa, fuera de lugar. Difícil de entender, a ella también le cuesta comprenderse.
Es rebelde, efímera e impredecible, sus murallas son difíciles de atravesar y como requiere de más, se marcha persiguiendo lo trascendente, con la intención de ser ella misma con todas sus versiones y tonalidades.
Puedes quitarle todo, menos su esencia, su tranquilidad y libertad, de lo contrario preferiría la muerte o destruir al que se las robó, sin importar lo que piensen o cuánto daño haga, le es imposible medir su accionar. Ella es un ser vengativo, violento y destructivo, pero también es pacífica, llena de amor, esperanzas, y ganas de justicia.
Desconfiada, por mucho tiempo ha estado en guardia, a la espera de si alguien viniera a lastimarla. Las personas mal intencionadas, las circunstancias desfavorables y los problemas rara vez perturban la tranquilidad que la habita. La indiferencia, el desprecio, los retos, desafíos y los problemas son la gasolina que la impulsan, y sabe esperar, no se desespera. Resurge de las cenizas, resiliente es y resiste a las tormentas. Jamás la verás rendirse y es que ante tus ojos se posa como un ser hermoso, y delicado, pero dentro de si resuena la fuerza de un tigre blanco rebosante de vida.
Como la luna que aprecia su soledad y su independencia, se encuentra lejana e inalcanzable, rodeada por un aura mística, oscura, llena de tristeza y melancolía. Ya no le importa ser amada pues con tantos golpes tampoco supo aprender a amar. Su locura y extrañeza no son para nadie. En ella confía y nunca necesitó de otros para amarse, defenderse y creer en ella misma.
A pesar de que se ha resignado a que no existe espacio alguno en el cual asentarse y pertenecer, caminar sola le dio la posibilidad de encontrarse y darse cuenta de que en el interior de su cuerpo llevaba incrustada una perla valiosa e imperfecta.
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