Moramos a vida inteira frente a frente,sempre mesmo,já nem me lembro a última vez que escutei a voz dela em um bom dia,eu quase surdo com a velhice e a voz dela era tão fraquinha que quase não saia,era feliz ao vê-la todos os dias, primeiro os gritos malucos quando guria,depois o sorriso discreto de mulher casada,por fim um aceno com as mãos já enrugadas,um amor que só eu vivi por nunca ter a coragem de me declarar
El búho en la noche: un poema sobre la introversión
Como un búho en la noche,
observa el mundo sin alboroto,
pero cuando alguien llega a su puerta,
él prefiere estar en silencio.
Es como un ermitaño misterioso
que protege su propia fortaleza,
con un corazón un poco reticente
pero de bondad y lealtad la esencia.
Le cuesta confiar en otros seres,
pero si logras pasar su barrera,
encontrarás un hombre con chispa y risa,
imaginativo, hiper racional, de buen corazón y paso lento.
Es un tesoro para quien lo aprecia,
pues su preocupación va más allá
de lo que cualquier otro sospecharía,
y su comprensión, es un tesoro sin par.
Así es este hombre, tímido y callado,
pero con un corazón de oro,
si logras acercarte a su lado,
encontrarás en él, un amigo fiel y cálido.
Amor de mi vida, disculpa si todavía no pude encontrarte, la introversión, timidez y mis miedos hacen que no pueda encontrarme a mi mismo, espero algún día puedas ser tu la que me encuentre primero.
Veo la gente pasar por Paseo de la Reforma. Estoy sentado en una mesa vendiendo mis libros. Muchos pasan y ven los libros, los miran curiosos pero no los toman, parece que les tienen miedo. No se imaginan que tocarlos, abrirlos y olerlos pueden cambiar su manera de pensar y de ver el mundo para siempre.
He sepultado mi voz por mucho tiempo. Me he silenciado, me he vuelto un enigma y a veces me asusto porque no se quien soy porque nunca me he dado voz. Siempre he temido que me criticaran, de sentirme avergonzada y rechazada. Desde niña he vivido con esa ansiedad. No podía hablar con nadie a menos que me sintiera totalmente cómoda de poder ser yo misma y de poder confiar en que esa persona no me va a juzgar. Agradezco que me haya ayudado en esa parte a ser más selectiva con las personas en quienes depositar mi confianza y mostrarles todos mis colores. Pero también he tenido que lidiar con mucho miedo a no encajar, a ser diferente, a no agradar o a no dar la talla o no ser lo suficiente. Tanto que no he dado una opinión sobre ningún tema cuando realmente lo he querido, no he defendido lo que yo creía, no he sabido decir no, no he sido consciente de mis propios límites y he dependido de otros para verme a mi misma. Ahora ya se que esta bien ser diferente y que no necesito encajar ni ser nadie especial, que no tengo que juzgarme severamente, que solo soy yo la que se juzga de esa manera y que la peor crítica solo soy yo misma. Ahora se que he guardado por mucho tiempo todo lo que realmente he sido, dentro mío. Miles de conversaciones que quisiera tener, canciones que quisiera cantar y bailar libremente, textos que quisiera escribir sin sentir vergüenza de mi sentir, disfrutar y reír sin sentir culpa, vivir cada momento sin sentir que no lo merezco porque no soy lo suficientemente bonita, inteligente, amable, talentosa, perfecta. O creer que los demás pueden decidir mejor que yo porque quizás yo me equivoque y me sintiera avergonzada de mis equivocaciones. Dejar de verme desde el lente de otros. Solo poder sentirme libre al fin, soltar los límites auto impuestos, sentirme feliz de ser quien soy realmente y de quien me he convertido, he silenciado mi voz por mucho tiempo para que hoy pudiera darme cuenta de que tener una voz propia, ser auténtica y ser una misma es lo más valioso. He de dejar de negarme no mostrar mi voz, porque estaría anulandome, evitando vivir mi verdadero ser.
Siempre se sintió menos, escondía su baja autoestima con un timidez que estaba en lo absurdo. Callada, retraída, silente, introvertida, con pánico escénico, apenas una mueca parecida a una sonrisa en ocasiones le salía de su boca de rosa.
Dispuesta a ayudar si se lo pedían, no le gustaba decir que no y para todos ella siempre estaba "bien". Nadie nunca se dió cuenta de todo lo que cargaba, de aquello que escondía, de lo que le torturaba en las noches hasta quedarse dormida y después de un insomnio prolongado.
Para ella jamás pasaba nada y nada interesante le sucedió, era así como mantenía a medio mundo alejada de ella; sin embargo, dentro de ella un mundo de imaginación y sueños le rondaba la cabeza, la poesía la despertaba y la literatura la hacia evadirse de la triste realidad.
Soy tímido, es cierto, pero no es sólo culpa mía. Es que una o dos veces habré intentado decir las cosas que pensaba, una o dos veces habré intentado hablar desde el corazón, una o dos veces me habré sentido libre y emocionado en el pasado. Y alguien, esas veces, debió reírse o burlarse de mí o tratarme como un tonto. Así que no hace falta decir que ahora, antes de abrir la boca, tiemblo.