"Y los gestos de amor, ese dulce museo, esa galería de figuras de humo. Consuélese tu vanidad: la mano de Antonio buscó lo que busca tu mano, y ni aquélla ni la tuya buscaban nada que ya no hubiera sido encontrado desde la eternidad. Pero las cosas invisibles necesitan encarnarse, las ideas caen a la tierra como palomas muertas."
(J. Cortázar, Qué tal, Lopez)
9 notes
·
View notes
La belleza física siempre es un buen pretexto para desconocer la lealtad.
@sadistic-girls-blog
3 notes
·
View notes
"La vanidad y orgullo son cosas diferentes, aunque las palabras se usan de forma sinónima a menudo. Una persona puede ser orgullosa sin ser vanidosa. El orgullo se relaciona más con nuestra opinión de nosotros mismos: la vanidad, con lo que nos gustaría que otros pensasen de nosotros".
Jane Austen
4 notes
·
View notes
Cuando quieras, narcisa, deja de mirarte, cae al río y entra en mi mundo.
Con licencia de Jesús Esnaola. Un buen Escritor.
5 notes
·
View notes
Mi nariz, una historia de amor y odio
Hace mucho tiempo mi nariz era, de hecho, mi mayor inseguridad. Resulta que mi padre es conocido por su nariz grande y puntuda, más bien rústica; y cuando yo estaba creciendo vivía con la constante comparación entre mi nariz y la suya. "Usted va para allá, se nota" me decían; "Érase un hombre a una nariz pegado" llegó alguien a decir, citando a Quevedo. Por mi parte, el espejo no me mostraba nada demasiado extravagante, pero la perspectiva estaba y yo me aterraba de pensar que un día mi nariz sería gigante.
El tiempo pasó y yo seguía disimulando mi nariz, aunque fuera en las fotos, con poses que me hacían lucir sospechoso, como con una mirada malvada. Paralelo a eso, aprendí a alimentar mi vanidad con la sonrisa que recién estrenaba después de un tratamiento que me costó años y la mitad de las muelas, que fueron extraídas para darle espacio a mis dientes gigantes. No podía parar de sonreír. Esa sonrisa, supuse, me compró a mi primer amor (junto con mi estilo de karaoke inmersivo y alguno de mis disfraces).
La historia, sin embargo, dio un giro una tarde, en medio de una conversación de café y preguntas con ese gran amor y su madre, mi entonces suegra. Hablábamos de inseguridades y ellas me preguntaron por las mías. Yo medité un poco y les hablé sobre cómo sentía que mi nariz es demasiado grande. Ambas se miraron extrañadas y me hicieron una pequeña intervención. "Pero si tu nariz es la parte más importante de tu perfil griego" dijo la muchacha; "Esa nariz te queda muy bien, es de las mejores que he visto" dijo la señora.
Volví a mi casa en la noche y caminé directo al espejo. Me observé de frente, de perfil, en contrapicado, en el otro perfil. Mi nariz era respingada, puntuda sin llegar a ningún extremo, recta desde el entrecejo, ¡y mediana! Me sonrojé en medio del análisis. Después de eso corrí a buscar "perfil griego" en Google y me sentí aún más halagado con las imágenes de estatuas y esculturas perfectas de los helénicos (al menos las que conservaban su nariz). Puse los ojos bizcos y permanecí un par de horas observándola. Mi vanidad se hizo gigante.
Desde entonces empecé a exhibir mucho más ese tesoro. No podía tomarme una foto sin resaltar esa hermosa protuberancia en mi rostro. Me aseguraba de sentarme junto a las personas que quisiera impresionar y hasta desarrollé la costumbre de meter la nariz en las fotos ajenas. Estaba maravillado.
Por supuesto, ahora debía proteger mi tesoro. Mi nueva imagen dependía de mi nariz. No podía exponer mi cara de ninguna manera. Me alejé de cualquier actividad de contacto y empecé a utilizar cremitas para mantenerla suave. La cosa es que descubrí que mi nariz corría demasiado riesgo y hasta me enfrenté a algunas amenazas. No sé si antes era igual y no lo notaba, pero veía pasar traumatismos a centímetros de ella. Un auto frenando muy fuerte, un juego en el parque con demasiado contacto, incluso el peso de mi propia cabeza cuando intentaba dormir boca abajo.
Recuerdo una ocasión en la que fui a visitar a algunos parientes y me saludó la niña de la casa, que en ese entonces estaba obsesionada con la película Frozen. La niña estaba disfrazada de Anna. Me agaché para saludarla y escuché un grito "¡Eres Hans!", acompañado de un gancho a la nariz. No pensé en la potencia real que podría tener el gancho de una infante, la verdad, sólo podía pensar en correr al baño para examinar el daño a mi tesoro. Pasé semanas de nerviosismo esperando que se desarrollara en ella un desproporcionado tabique, como el de los boxeadores o luchadores de bar que han visto su nariz rota infinidad de veces.
El tabique no creció, mucho. Digo, ahora tengo una pequeña protuberancia allí... pero no deseo culpar a una niña. Además ese no es el mayor de mis problemas. Estoy aquí, narrando esta historia, mientras me detengo a cada línea para tantear mi nariz. Justo detrás de la punta siento que están creciendo dos bolas, una a cada lado, pero asimétricas. Me palpita la nariz. Crece mientras hablamos. Alguna vez leí que la nariz es uno de esos órganos que nunca dejan de crecer y yo me estoy haciendo viejo. ¿Será que, finalmente, el destino de mi nariz será la nariz de mi padre?
2 notes
·
View notes
Sube tu foto y escribe la mejor frase que leíste, pon la canción del momento, llena llenate de likes y comentarios, pero, cuéntame, ¿de qué sirve tanta vanidad para aquel que busca un corazón puro?
d A n Y
30 notes
·
View notes
Loqueando con la plancha (parte II): antes muerta que sencilla
Ser terca tiene su lado malo, y es que aunque se supone que después de una vez aprendas tu lección, pues no siempre ocurre así.Crecí en Venezuela y aunque a mí, de por sí, ya me gustaba el maquillaje, vivir en un país en donde la belleza es parte del ADN hace que te fijes más en todo, tu cabello, tu maquillaje, tus accesorios, absolutamente todo.Por eso, cuando la plancha se me daña sufro, porque…
View On WordPress
5 notes
·
View notes
"Vanidad de creer que comprendemos las obras del tiempo: él entierra sus muertos y guarda las llaves. Sólo en sueños, en la poesía, en el juego -encender una vela, andar con ella por el corredor- nos asomamos a veces a lo que fuimos antes de ser esto que vaya a saber si somos." - Julio Cortázar.
14 notes
·
View notes