Glosario de enfermedades
Porque nadie puede negar que los microorganismos, con sus efectos, han sido uno de los grandes motores de la Historia.
TIZÓN TARDÍO:
La llamada mildiu o plaga de la patata se manifiesta por la infección de la raíz del tubérculo por el protista (que no hongo; tiene celulosa en lugar de quitina en la pared celular) Phytophthora infestans. Fue el responsable de la pérdida de las cosechas de 1845, 1846, 1848 y 1849 en Irlanda, de la Hambruna de la patata en los Highlands escoceses (bastante diferente a la irlandesa, pese a que se ubica en los mismos años) y, de forma indirecta, de más de un millón de muertes en la isla.
El origen de la cepa en específico, HERB-1, se ubica en la población de patatas del Valle de Toluca, México, desde 1950, aunque también hay evidencias de su presencia en Los Andes sudamericanos. Se dice entonces que se extendió a los cultivos de Canadá y Estados Unidos, y de ahí a Europa. La cepa perduró casi 50 años, hasta desaparecer para dejar paso a la US-1.
Su reproducción es tanto sexual como asexual, y se propaga con rapidez en condiciones de temperaturas elevadas (verano) y húmedas (norte de Europa), además de beneficiarse de los tubérculos enterrados de la cosecha del año anterior.
La infección en un principio se manifiesta con la aparición de manchas de color verde claro u oscuro en la hoja, que más tarde se transformarán en necrótidas; un moho velloso blanquecino.
En el tubérculo, se observa una podredumbre seca de color marrón que va avanzando hacia el interior de la patata, produciendo un color mucho más oscuro y una textura granular en el interior. Estas condiciones favorecen una infestación bacteriana secundaria, que es la causante del mal olor de los campos.
Incluso después de tantos años de la Gran Hambruna Irlandesa, la cepa US-1 del patógeno continúa siendo una gran amenaza para los cultivos de patata, tomate, soja, mielga, pimiento y cacao.
.
DISENTERÍA:
Trastorno inflamatorio del intestino (del griego dys; alteración, y enteron; intestino), especialmente en el colón, que puede estar ocasionado por la infección por enterobacterias del género Shigella o por una ameba; la Entamoeba histolytica (en menor medida también por un irritante químico o una infección viral, pero no es el caso que nos atañe).
Se suele transmitir por la ingestión de alimentos o agua contaminada con heces. Sus principales síntomas son la diarrea y la aparición de sangre o mocos en esta, además de un dolor abdominal, fuertes retorcijones, fiebre y moco.
La infección bacteriana puede incluir también síntomas en las meninges (capas que envuelven al encéfalo y la médula espinal), y, conforme empeora, provoca deshidratación, convulsiones sin fiebre alta, excreción de la mucosa intestinal y/o revestimiento del recto por el ano, infección del torrente sanguíneo, bajada de los niveles de células sanguíneas (eritrocitos y plaquetas), entre otras.
Irrumpió con fuerza en el invierno entre 1847 y 1848 y posteriores.
.
ESCORBUTO:
Más detalles aquí.
Enfermedad causada por falta de vitamina C (ácido ascórbico) en el organismo, ocasiona cansancio o debilidad, inflamación de encías con fácil sangrado, hemorragias cutáneas, dificultad de cicatrización y anemia, entre otras.
Aunque normalmente se la refiere en el contexto de los marineros en los largos viajes oceánicos, su aparición era muy común también en las hambrunas, sobre todo en niños, junto a otras enfermedades deficitarias durante el desarrollo, como el raquitismo o hipotiroidismo infantil, debido a la falta de ingestión de nutrientes.
La patata Lumper, cepa cultivada en Irlanda entre 1810 y los años de la Hambruna, era un excelente aporte nutricional, que, junto con la leche, aportaba suficiente proteína, carbohidratos, energía y sales minerales —entre ellos, la vitamina C—, para conformar una dieta balanceada y sana.
Cuando dicho recurso empezó a escasear, la enfermedad comenzó a aparecer entre la población.
.
TIFUS:
No confundir con la fiebre tifoidea (causada por la ingestión de Salmonella Typhi por agua o alimentos contaminados), es una enfermedad ocasionada por bacterias del género Rickettsia, cuyo vector de transmisión suele ser el piojo del cuerpo.
Lejos del piojo que asociamos con la cabeza, el del cuerpo permanecía adherido a la ropa que llevaba el infectado debido a la escasa higiene. Desde su primera descripción a finales de siglo XV en España, el tifus apareció como epidemia múltiples veces, sobre todo en lugares de gran aglomeración y poca salud como las prisiones (inglesas en mayor medida).
Se reconoce que, durante el siglo XIX, el tifus era una enfermedad endémica en Irlanda.
Sin embargo, su incidencia aumentaría especialmente en los «barcos ataúd» (que cruzaban el Atlántico normalmente a Canadá, debido al poco coste de los pasajes, y en menor medida a Estados Unidos), por la situación de poca higiene (el poco agua que se ofrecía solo servía para cocinar y beber; no se permitía el aseo) y el hacinamiento en las antecámaras de los barcos, que permitió el contagio de una gran parte de los pasajeros. La enfermedad se registraba en las cuarentenas que tenían que atravesar en los puertos americanos, y fueron una de las causas del establecimiento de estas en primer lugar.
Los síntomas más comunes son el dolor abdominal, de espalda, erupción roja y sin brillo que se va esparciendo por el cuerpo a partir del tronco, fiebre extremadamente alta, tos seca, dolor de cabeza y náuseas y vómito.
Con frecuencia, aparecen también signos y síntomas neurológicos de confusión, delirio o incluso convulsiones, cuyas complicaciones pueden llevar a la muerte.
También fue uno de los grandes nombres de enfermedades en las trincheras de la Primera y Segunda Guerra Mundial, además de en los campos de concentración alemanes, pero eso es otra historia.
.
DIFTERIA:
Enfermedad inflamatoria aguda de las membranas mucosas de la nariz y la garganta (del griego diphthéra; membrana) causada por la exotoxina de la bacteria Corynebacterium diphtheriae.
Sus principales síntomas son la aparición de una membrana gruesa y de color gris (placa) que recubre la garganta y las amígdalas, dolor de garganta y voz ronca, glándulas inflamadas (aumento del tamaño de los ganglios linfáticos) en el principio del cuello, dificultad para respirar, secreción nasal, fiebre y escalofríos, cansancio, etc.
Es una de las enfermedades categorizada como «fiebre» en la época.
.
CÓLERA:
O el gran protagonista del siglo XIX, a pesar de que las primeras descripciones se pueden encontrar en el siglo V a.C. en la Antigua Grecia. Es una enfermedad ocasionada por la bacteria Vibrio cholerae que se propaga a través del agua contaminada, y cuyos síntomas principales son la diarrea intensa y la deshidratación.
Es una de las más mortales, hasta el punto de que, si no se trata, puede resultar mortal en cuestión de horas por la gran pérdida de líquido que provoca la diarrea lechosa y pálida —no voy a profundizar en el desequilibrio iónico que produce la toxina, pero es por algo así—, (se describe como «semejante al agua en el que se ha enjuagado el arroz») y en menor medida los vómitos.
También acompañada por dolor abdominal, coloración azulada (cianosis) de las extremidades y mucosas por falta de oxígeno, ausencia de fiebre, apatía, decaimiento, calambres musculares, hipotensión, bajo ritmo cardiaco y el aumento de la viscosidad de la sangre debido a la falta de líquidos.
Este último síntoma deriva en complicaciones como ictus, infartos, entre otros.
Incluso si en Irlanda ya había habido epidemias de cólera durante la ola de los años 30 del siglo XIX, nada les prepararía para su aparición en los últimos años de la Hambruna (1848) y el gran número de fallecimientos que ocasionó.
Y, en 1849, llegaría a Gran Bretaña.
No sería hasta el 8 de septiembre de 1854 que el doctor John Snow, mediante la elaboración del siguiente mapa de los casos, logró determinar que la transmisión era por medio del agua debido a la concentración de enfermos en torno a la fuente.
Como última curiosidad, la primera vacuna anticolérica fue elaborada por el español Jaime Ferrán y Clúa, que sería llamado a Valencia en la epidemia de cólera de 1885 para inmunizar a la población. Se tardó 20 años en reconocerle con el premio de la Academia de Ciencias de París de 1907.
1 note
·
View note