Tumgik
9meseees-blog · 7 years
Text
PRÓLOGO
Estoy sentada en una sala de hospital que es horrorizante. El color de las paredes es blanco pálido y los asientos de un color amarillento gastado. Siento que el corazón me va a mil y tengo unos dolores horrorosos en la tripa.
A mi izquierda tengo a mi madre, que con una mirada tranquila (pero llena de nervios) intenta calmarme a mí para que no pierda los papeles. A mi derecha tengo a una señora de mas o menos 40 años que no para de mirarme como si fuera un bicho raro.
Posiblemente esta situación a muchos les parecería tan surrealista que no lograrían entender como una cría de 16 años se puede encontrar en ella, y la verdad, yo tampoco lo entiendo.
Hace 9 meses atrás nadie me había preparado para esto y yo solo me dedicaba a hacer planes para el futuro porque la única preocupación que tenía era encontrar mi vocación profesional. Pero de repente llegó la noticia que cambió mi vida radicalmente y es que nunca me lo hubiese imaginado. Ni yo ni nadie.
Tenía la vida perfecta. Tan perfecta que cualquiera hubiese dado lo que fuera por tenerla. Sacaba buenas notas y mis padres me daban todo lo que pedía porque yo solo tenía que cumplir un deber: centrarme en el colegio. Tenía el novio perfecto, tenía dos hermanos que me adoraban, tenía unas amigas que siempre estaban ahí, tenía unos profesores que me admiraban porque sacaba buenas notas. Y de repente… todo se fue a la mierda.
Mi novio me dejo. Mis padres necesitaron tiempo para asimilar la noticia del año, muchas de mis amigas dejaron de hablarme, mi instituto decidió que ya no podía continuar asistiendo a clase de esa forma y me obligaron a estudiar desde casa.
Pero realmente, ahora todo eso me da igual. Tengo tanto miedo de lo que pueda pasar que no consigo concentrarme en ninguno de mis pensamientos. Estoy sudando tanto que tendrían agua para medio África. Y para colmo, estoy de los nervios. Yo, la persona más tranquila del universo, está a punto de perder los papeles.
¿Nunca os han dicho que la sanidad pública es una auténtica mierda? Pues eso, la sanidad pública es una mierda.
Entonces a lo lejos veo a una enfermera que caminando un poco deprisa me llama:
-Señorita Emma ya puede pasar.
A duras penas me levanto con la ayuda de mi madre y consigo entrar en la sala donde el corazón me deja de latir por un momento.
Es una sala blanca, con una camilla donde puedes decidir si estar tumbada o un poco más sentada. Veo un equipo de sonido en el cual puedo ver mis pulsaciones y las de mi mini yo.
Hay tres comadronas. Una con palabras amables me dice que me relaje para que todo pueda fluir con normalidad (un poco irónico dadas las circunstancias), otra me espera en la camilla para ayudarme a subir en ella y la otra prepara una inyección tan grande que me mareo solo de verla.
Cuando ya estoy tumbada en la camilla y estamos apunto de comenzar, unos golpes desvían la atención de mi hacia la puerta. De ella aparece un señor de mas o menos unos 45 años vestido con una bata verde y con una sonrisa de oreja a oreja. Se me acerca y muy cerca del oído me dice en un susurro:
-Emma cariño, ha llegado la hora.
Es mi ginecólogo, que con su amable sonrisa de siempre consigue que ese momento se me haga un poquito más llevadero.
Entonces, un horrible dolor hace que todos me presten atención de nuevo.
Ha llegado la hora. Y posiblemente ahora venga lo peor.
Voy a traer al mundo a un bebé, y si, solo tengo 16 años.
0 notes