Tumgik
brewygyr · 4 years
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Día 34
Cada mañana es igual: la frustración de sentarme en el mismo escritorio desde la misma posición solo logra que cuestione cada decisión que he tomado. Siento que la vida se ha detenido, que me hago mas viejo cada segundo sin conseguir más que viento sobre mi rostro y cáncer en mis pulmones por el humo del tabaco.
Olvidé unos documentos en la habitación y al entrar ella me miro de entre las cobijas. Me miraba como si aún estuviese soñando, como si yo no fuera real. Me acerqué ligeramente a la cama e incliné mi rostro hacia un lado en un afán de observarla mejor y entenderla. Ella saltó de la cama repentinamente quedando sentada en sus piernas y mirándome fijamente. Por un momento recordé a Totto, mi gato de adolescente. Recordé como saltaba a mi costado y quedaba mirandome cuando sabía que estaba triste o molesto y no cambiaba de posición hasta que recibía un apretado abrazo que hacia que huya de nuevo. 
Ella seguía mirandome sin ponunciar palabra y me llené de ternura. Debió haber sentido que cayó mi barrera ante ella y estiró su mano lentamente hasta que chocó la mía y me jaló con fuerza quedando echados en la cama uno encima del otro. Sonreimos y la tensión de las miradas desapareció. El calor de su cuerpo y sus besos lograron que olvide lo que pasaba fuera de esa habitación. Pasaron minutos o tal vez horas hasta que salí del mágico hechizo en el que me sumergía su piel. Y vino, como un baldazo de agua fria, la conciencia de lo que sucedía fuera. Pensé en muerte, pensé en encierro. Me acurruqué en su pecho y algunas lágrimas empezaron a salir de mis ojos; aunque ella jamás lo sabrá. Tuve miedo de perderla, de que algo pudiese pasarle y mi propia vida se vaya con la suya. No pude amarla más en ese momento.
En la noche terminé los pendientes del trabajo entre las luces amarillas de la calle y el blanco de mi lámpara. Lucía me llamó.
-       Amor, me siento mal. Tengo fiebre.
Mis pies nunca se sientieron tan pesados.
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brewygyr · 4 years
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Writing is either I didn't touch my stories for months or I wrote a novel in three days and I'm plotting the sequel, there's no in between.
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brewygyr · 4 years
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Día 10
Era la discusión más estúpida del mundo. Ella siempre buscaba una excusa, siempre quiere que se hagan las cosas como ella quiere. Le cuesta pensar en mí. Me miró con los ojos llenándose de lagrimas y el ceño fruncido. Teníamos las manos en puños. - Pero ayer quedamos en... - Entonces no lo hagas. - me interrumpió en un tono muy serio y neutro. Caminó a la habitación y tiró la puerta. 
Me senté en el sillón y recordé el día que la conocí, cuando ya la conocía. La había visto un par de veces. Cerca pero lejos. Sin pensar. Te vi salir de casa para unirte al grupo y te reconocí, te había visto en algún lugar. Eras esa chica que sonreía y parecía no tenerle miedo a nada. Bromeaste. Tus pasos hacían parecer que bailabas con el ritmo de las luces de los autos. Trate de acercarme pero volabas, parecías no estar en ningún lado y a la vez en todos. No me dejabas tocarte. Esa noche todos bebimos mucho. Por un momento no te encontré y salí a buscarte a la terraza que miraba el mar. Fumabas un cigarro y tenias las mirada perdida. Conversamos unos minutos sobre lo que hacía para hacer productiva tu vida, te brillaban los ojos; te parecías tanto a mi, me brillaban los ojos. Nos interrumpió tu amiga y me atreví a preguntarte si tenías novio. Dijiste que sí, por más de dos años. Pero algo en tu mirada no me convencía. ¿Me mentías? Decidimos todos ir a bailar. No dejabas de volar, bailabas, besabas y bebías. Yo no podía dejar de mirarte y ver la facilidad que tenias de correr de brazo en brazo, de boca en boca. Te acercaste a alguien que rechazó tu boca y decidí hacerlo. Nada precia importarte, y yo solo sabía que quería hacerlo. Dejé de pensar. Cogi tu brazo y dije: yo si quiero. Me miraste como nunca nadie me ha mirado. Una mezcla de sorpresa y amor. Tus ojos no se separaron de los míos por segundos que ahora siento como canciones, y te besé. Te quedaste toda la noche a mi lado, o es lo que el alcohol me deja recordar. Te saqué a bailar. Reímos y hablamos tanto esa noche, planeamos tanto, vivimos lo que se logra en años. Y en ese momento supe que contigo no podría reposar mi alas, sino alzarlas y volar contigo. Abrí mis ojos al día siguiente en mi habitación sin estar seguro de cómo acabó la noche. No supe nada de ti por semanas.
Me puse en pié y entre en la habitación. La abracé por la espalda hasta que ella decidió voltear. Me miró, pero no eran tus ojos; y me besó, pero no eran tus labios.
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brewygyr · 4 years
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Día 3
El miedo me invade por primera vez, luego de burlarme y repetir que el virus no me afectará y es solo una manera que tiene el mundo de controlar a las masas y lograr objetivos económicos. Y no es miedo por mi, es miedo por él. Puedo incluso imaginarlo, llegando al aeropuerto de Los Angeles, con fuerza suficiente para cargar la pequeña mochila que lleva en la espalda y tratando de analizar cada uno de sus pasos. Porque él sabe que en el fondo es débil, él sabe que su edad no lo ayuda, y sabe, sobre todo, que la muerte lo está viendo desde la esquina de la cuadra y desde el techo del edificio más alto.
Pero él nunca tuvo miedo, o al menos, él jamás dijo que tenía miedo. Cuando vives en soledad pierdes ese beneficio. Pierdes la oportunidad de ser vulnerable ante el mundo, el poder dejarte llevar. Eres libre. Libre de andar por el mundo entre rejas. No hay responsabilidad, no tienes que levantarte cada día a pensar en como te verá el mundo. Tienes que levantarte a tratar de sobrevivir en él. Tal como me siento ahora con el cigarro entre las manos viendo el mundo detenerse a través de mi ventana.
Él está solo. No puede regresar a casa, no puede llamar a alguien si se siente mal, no puede pedir ayuda. Como dice él: Veré ahí como continuar.
Y es cuando mi corazón se estruja, quiero estar ahí para él, quiero que sepa que toda esta emoción que me cuesta expresar está dentro de mí y se resume en un querer correr a abrazarlo y decirle que yo me haré responsable de él. 
- Papá, todo estará bien.
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brewygyr · 4 years
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Día 2
Me desperté solo, abrí mi refrigerador esperando tener algo para comer. No quedaban muchas cosas. Me senté en la mesa aún sonambulo a analizar cuál sería la mejor ruta a seguir para conseguir alimento sin cruzarme con esos incómodos policias que me hacían sentir más inseguro de la situación.
Vi uno pies asomándose por el sillón, mi novia leía una de sus novelas de misterio y de cuándo en cuándo soltaba una carcajada. Decidí salir.
Caminaba por las calles desoladas con pequeños tumultos de gente en las estaciones de bus y los policias listos para tirar una bomba lacrimógena a algún desacatador. Llegué al mercado. La piel se me puso helada y me detuve al ver que todo funcionaba con normalidad. Funcionaba, sí, la productividad del humano no se había detenido pero su naturaleza libre no estaba. Los guantes de látex en todas las manos, las mascarillas en los rostros y esa actitud a la defensiva que tenemos cuando sentimos que alguien está a punto de hacernos daño.
Que privilegio era ahora tener unos cuantos billetes en mis bolsillos. Cuando era niño, nunca tuvimos dinero. Usaba el uniforme que mis primos mayores me dejaban, sus libros y hasta algunos cuadernos que no terminaban de usar y quedaban unas hojas libres. ¿Qué hubiese hecho en esta situación? Solo hubiese cerrado los ojos, abrazado a mi madre y esperado que ese mágico ángel, que lograba que siempre tuviésemos qué comer, se haga cargo.
Llegué a casa, mi novia seguía en la misma posición pero estaba dormida. Tal vez ahora yo estoy a cargo.
Apagón en cuatro distritos.
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brewygyr · 4 years
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Mensaje a la nación: 15 días sin salir de casa
Mensaje a la nación. Enciendo el televisor y escucho esperando ausencia de términos políticos que me hacen sentir estúpido.
-       15 días sin salir de casa para evitar el contagio de coronavirus.
Vuelvo a sentirme como cuando tenía 13 años y veía por la ventana a los niños jugar en el parque. Ya estaba cansado de preguntar y suplicar que me dejaran salir. La respuesta siempre sería “no”. Me costó muchos años entender el motivo, y ahora, que el sentimiento ha revivido, vuelvo a dudar de si logré entenderlo.
Mi madre siempre cuidó de mi, decía que me parecía mucho a mi padre. Si quieres ser como él cuando seas grande, debes recibir la misma crianza que él recibió, me explicaba. Claro, no veía que los contextos eran muy distintos: él nació en un país de primer mundo, siendo vecino de la universidad de Múnich y la de Berlín. Mientras que yo solo veía de mi ventana un parque con partes aún sin verde, cables de luz con zapatillas colgando de ellos como guirnaldas de árbol de navidad y un pequeño riachuelo a la izquierda. Riachuelo que, luego de encontrar sospechosamente muchas ratas muertas en sus bordes, descubrí que era el desagüe del pequeño barrio.
Para mi madre, un chico como yo no podía juntarse con los otros chicos. Siempre me dijo que era especial y los demás no tendrían un buen futuro. He de mencionar que ahora, viéndolo en retrospectiva, muchos de mis compañeros de clase no tienen una vida acomodada. Aunque ¿qué es una buena vida? ¿qué es un buen futuro? ¿acaso no es simplemente ser feliz?
Pero ahora todos estamos en la misma situación. “Situacion” que es en realidad una sábana que cubre un mundo de variedades. Cada uno es afectado de acuerdo a su contexto. Y yo estoy cansado de preguntarme y suplicarme poder salir. La respuesta siempre es “no”, y esta vez viene de mí.
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