Tumgik
callmealgol · 14 days
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Una de cal, una de arena (16/04/2024)
Actualización de las cosas materiales: el impuesto al final era de $375, lo pagué al instante. Sí, otro ataque de pánico al pedo. Brasil/la vida adulta/mi mente siempre tiene una forma ingeniosa de reventarme los nervios sólo por el placer de hacerlo.
Cadu me sigue hablando con mucha frecuencia. Cómo es posible que un chongo tenga tanta fijación? Igual no lo estoy viendo. El deseo va y viene muy esporádicamente, y cuando me encuentra solo, solo me lo saco.
Estuve pasando dos semanas peligrosas. Me invade la soledad, el autosabotaje. La sensación de no merecer. Donde encuentro tranquilidad, planto una sospecha. No me puedo ver bien, por lo visto. Estuve pensando en retomar terapia si este patrón de pensamientos intrusivos se vuelve incontrolable. Me vengo asustando del libre albedrío. El viernes pasado estaba volviendo a casa en la autopista y simplemente me quedaba viendo las ruedas de los camiones que pasaban a mi lado pensando "es sólo mover el manubrio". Y la aguja de la distancia. Y la de la soledad.
Me pasa que no siento estar cerca de nadie que realmente me importe. Ahí no sé si no me importan o si los estoy alejando. No siento que nadie entienda lo que pasa. Estoy siendo muy irracional con esa narrativa. Son demasiadas voces hablando entre sí, criticándose y evaluando todo el tiempo. Y están todas en mi cabeza. Y ese es el problema. Casi que ya ni me interesa contentar a nadie. Pero no encuentro cómo contentarme a mí mismo.
Papá, antes de venirme a Brasil, durante una conversación donde estaba siendo pesimista, me dijo: "si siempre mirás las cosas de esa forma, no importa adonde vayas. Vas a ser una persona triste acá y en Brasil". Un poco de razón tiene.
Pensé en viajar a Argentina para el cumple de Lu. La extraño todos los días. Quería poder abrazarla. Pelear con ella. Quería estar cerca de mamá y papá mientras van viviendo su vida. También me acuerdo de los últimos días de mi última visita y me acuerdo que también tomé distancia por un motivo.
Parece que ser adulto es siempre encontrar nuevos problemas. Nuevos desafíos. No hay un tiempo de paz. Por lo menos me gustaría que hubiera desafíos porque me estoy moviendo en alguna dirección. Pero ni eso. No estoy estudiando. No estoy trabajando en mi carrera. No estoy pensando en mudarme. Pero hay otras cosas que estoy haciendo. Estoy dibujando de nuevo.
Muchas veces no me acuerdo cómo alegrarme de las pequeñas victorias. La heladera llena, la sonrisa al verme, el pensamiento de los que amo, el sol y la lluvia llegando hasta mi ventana.
Quiero tener un animal, un gato tal vez. Sé que me haría muy bien poder compartir mi soledad con otros ojitos.
Si tuviera que definir mi norte hoy, creo que es (apenas?) garantizar mi bienestar. Juntar la plata para ir a Argentina. Buscar tiempo para estar en modo analógico todo lo posible.
Sé que paso demasiado tiempo conmigo mismo. A veces pienso en cómo me maltrato y cuán duro soy. Sé que no es saludable. No sé por qué lo hago. A veces no sé cómo pararlo. Parece que son olas de emociones viniendo y arrasando con los muebles.
En fin. Agridulce.
Para que la mezcla salga buena.
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callmealgol · 1 month
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Bueno (22/03/2024)
Estaba releyendo por encima la entrada anterior. Ja. Dos meses pasan rápido pero se sienten infinitos.
La gran parte de la motivación y del deseo honesto de los misterios ya se fue. Tuve un nuevo ataque de pánico al comienzo de marzo. $4K de impuestos es definitivamente algo que supo dejarme en shock. Mandé CV para una agencia de modelos de OnlyFans porque parece plata fácil, hay que conversar y vender pornografia, la industria que más plata mueve en el mundo. También, hace dos semanas, fui a hacerme los tests rápidos de ITS y, antes de llegar, pensé 'por como están las cosas, podrían decirme que soy HIV-positivo y estaría piola con eso'. Bueno, soy HIV-positivo. Finalmente. Hay algo de 'sabía que iba a pasar', 'que liberación' y de 'que trolo de mierda'. Lo bueno es que dentro del segundo grande shock de este mes, conseguí charlarlo con Tomi. Su cariño y confianza me calmaron definitivamente. Y ayer empecé el TARV. Ya tengo mi pastillerito y todo, jajajaja. Aún no decido contarle al resto de la flia. Quizás en persona. Imaginar esa conversación me deja de pelos erizados.
El deseo está muerto, eliminé el Grindr y dejé de seguir a muchísima gente en Ig. Parece haber dado resultado. La masturbación es apenas para aliviar el estrés y sentir algo.
Qué retrato extraño estoy pintando de mí. Me siento completamente un trolo de 27 años. No sé. Estoy contento de poder estar escribiendo, estuve pensando en lo mucho que lo necesitaba.
Nano me habló. Me pidió perdón por el final. Charlamos un poco sobre nuestros años y sentí que no es una persona con la que estaría hoy. Me alegró ver que evolucionamos en caminos diferentes. El chabón ahora es milico. A veces me cuesta entender la dimensión.
Empecé a organizar una campaña de Candela Obscura. El RPG es algo que vengo haciendo hace más de un año, pero en este último mes se volvió fundamental para sobrevivir. Es con lo que estuve disociando de la realidad. Podría haber sido más problemático. Por suerte, mi forma de sublimar es crear historias para que mis amigos actuén en ellas. Compré pins, dados, carpetas, hice sellos, imprimí mapas, hasta hice una bandeja temática. Por suerte, mis amigos (hoy le dije a Rayssa que me sentía bien por tener amigos) se coparon con la idea, así que las expectativas están altas.
Empecé a hacer algunas traducciones en español. 2 hasta ahora. Sirve para pagar el impuesto.
Mis viejos ya están viviendo en la cabaña. Mi hermana se mudó a la chuni y ahora tienen el mejor atardecer del mundo, con el Champaquí tragándose al sol. Esa alameda me sigue llamando y espero poder responder en algún momento.
Sigo insistiendo en el milagro. A pesar de todo, quiero seguir sintiéndome bueno.
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callmealgol · 4 months
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Tengo tanto amor que no tengo miedo (15/01/2024)
Entonces, ríos han pasado bajo el puente. El texto anterior retrata un Ignacio en cama, recuperándose de un dolor físico enorme y haciéndole frente a un abismo emocional.
Después de que mi herida se cerró y los controles médicos confirmaron que sólo debía tener cuidado y dentro de unos meses hacerme una resonancia para revisar el estado de cicatrización interna, las otras partes de mi viaje empezaron a aflorar. Pude verme con amigos con frecuencia (decidí hacerlo casi todas las noches), empezaron mis vacaciones del trabajo, pude sentarme a pasar tiempo con mi familia. Hay algo en ese amar lo que nos gusta del otro y tolerar lo que no nos gusta, que me tuvo ejercitando todo este mes. Cada uno de nosotros tiene una forma de ser bastante marcada, pero se ve desde lejos cuánto ejercitamos la elección de uno por el otro. La unión que nos marcó este año.
Llegando mi cumpleaños, decidí abrazar a mi niño interior y ofrecerle redención. Pedí torta, regalos, globos, velas, familiares. Hubo de todo, mucha risa, mucha lágrima (llegamos a celebrar mis 27 pirulos con todos en la mesa!) y mucha humillación (decidieron recordar cada momento en que me mandé una cagada o me pasó algo raro en mi infancia). Al fin, por fin una fiesta de cumpleaños. Para vos, Nachito enojado de tantos años. Ojalá aflojes tu ceño por fin. Después de mi fiesta, una Navidad muy tranquila, cenamos a las 8PM y antes de medianoche estábamos todos durmiendo.
Un poco después, decidimos ir a Yacanto, pasar el año nuevo allá. Probablemente haya sido el festejo más significativo de mi vida, hasta ahora. Eramos mis papás, mi hermana, mi abuela, los bichis y yo, en la paz de la montaña. Fuimos jugando generala, escuchando música, haciendo comidas, jugos. Después de cenar, un momento de ritual. Mamá hizo una meditación guiada muy emocionante, la mejor hasta ahora. Después yo tomé el bastón y hicimos un ritual de agradecimiento y visualización: después de consagrar los elementos, escribimos en una hoja de laurel qué era el éxito para nosotros. Luego de visualizar esa escena en nuestras cabezas, quemamos las hojas en velas que cada uno conserva (la mía la usé en casa para infundir esa misma luz en mi día a día). Hubo muchísimas lágrimas, emociones. Mi papá agradeciendo la compañía, todos compartiendo sus heridas. Fue un año ridículamente difícil, lleno de subidas y bajadas emocionales y, principalmente, incertezas. Papá podría haber muerto varias veces. Aún ese panorama no se despinta del horizonte, pero su energía avasalladora lo tiene en pie, trabajando en su casa, planeando y haciendo lo que le gusta: jugar al mundo con las manos.
El resto de los días que estuve en la montaña fantaseé con una vida sin tiempo, sin cuentas, en la dulzura de las flores y la alegría de la alquimia, sintiendo cada fibra del agua perfumando mis poros. Fue una experiencia religiosa, una renovación de votos conmigo mismo de tomarme las cosas con calma, siempre cerca de la naturaleza, internalizando sus ritmos, sus tiempos. Quiero re-explorar esa faceta que me permite reconectar conmigo a través de la desconexión tecnológica y la conexión con el sol y la luna. Aprovechando ese ritmo, fui escribiendo en mi diario.
Eventualmente, la vuelta se hizo impostergable, fuimos a Santa Rosa, pasamos la tarde juntos, compramos alfajores y nos despedimos en la terminal. El viaje fue largo pero reconfortante. Me esperaba mi hogar. Cuando llegué, pude disfrutar del sol catarinense y de mi moto. Visité Penha para jugar un poco y estuve tomándome las cosas con calma. El miércoles pasado aproveché una clase cancelada a última hora para ir a pasar la mañana a la playa. Me bañé hasta el cansancio, sentí el mar lavando mi pesar y el sol secando la sal en mi piel. Los días parecen ir retomando su ya conocido ritmo, mientras en mi cabeza empiezan a germinar las semillas de la mudanza. Quiero, para este año, mejorar mis hábitos de presencia. Eso incluye el tiempo en que estoy fuera de Yo para estar con lo Otro, así como estudiar programación para eventualmente cambiar de carrera profesional, y francés para desarrollar algo nuevo.
Escuchar música está siendo aún más terapéutico que antes. Se siente tan bien el ritmo mientras manejo, tomo café, entreno en el gimnasio, me baño, cocino.
En fin, divagaciones de una nueva etapa.
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callmealgol · 5 months
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No dije yo? (11/12/2023)
Bueno, dos meses sin escribir. De nuevo. Pero esta vez, uy uy.
Empecemos por el principio. Desde Octubre hasta ahora, hubo unos cambios importantes en la situación de mi papá. Decidió amigarse con la medicina tradicional y empezó radioterapia. Después de varias sesiones, siente una mejoría. Está usando morfina y otros medicamentos cada 4 horas para poder aguantar el dolor y la molestia de un tumor del tamaño de un mango (literalmente) pegado a su costado derecho.
Lentamente, mis emociones fueron variando y decidí hablar con Gustavo, dejarle saber de mi inestabilidad y mi deseo de visitar a mi familia durante el cumpleaños de mi mamá y las fiestas. Él fue muy humano y, después de conversar por casi dos horas, entendió mi situación y estuvimos de acuerdo en que viaje a Argentina desde la última semana de Noviembre hasta la primera de Enero (trabajando online hasta el 15 de diciembre, inicio de las vacaciones de la empresa). Organicé las cosas, compré los pasajes, y esperé el tiempo pasar. Pero como esto no es sólo un diario de acciones, también preciso hablar de lo que sucedió en mi cabeza. Entré en un estado de descontrol y desaceleración inéditos. Muchísimo sexo sin sentido y mucho desgano con la vida. Una anhedonia que sólo pude asociar a la evasión de las emociones por las noticias de mi papá, que llegan de mano de una madre muy cansada con sus batallas y con la vista siempre hacia abajo. Realmente perdí la cuenta de cuántas personas entraron a casa a sacarse la ropa. No recuerdo sus caras, ni sus olores. No recuerdo el deseo ni la pasión. Quizás en Gabriel haya encontrado cierta semilla, pero tampoco consigo encontrar el deseo de querer regarla. Evado y sueño, al mismo tiempo.
También, decidí dar rienda libre a la seducción con un alumno. Él rápidamente admitió la reciprocidad, y en nuestro primer encuentro en un bar, admitió estar de novio, que el mismo sabía que esa noche estaba conmigo, y que, según mi alumno, esa era su venganza. Perdido, decidí jugar y, después de besarnos y charlar bajo la lluvia, decidí provocarlo para un trío con su novio. Aceptó. Me encontré con ellos una semana después en otro bar. André y Lucho, su novio, estaban tomando una caipirinha y me miraron como sabuesos cuando llegué. Charlamos sobre RPG, teoría queer, teoría de comunicación y música pop, para después ir a su casa e intentar un trío fallido que no fue para nada satisfactorio. Definitivamente (y como sospeché desde un principio), Lucho llamó más mi atención. André es una persona de las que yo considero demasiado básicas (un vicio academicista que tengo). Obviamente, él se dio cuenta de la conexión entre su novio y yo, y activó todos sus mecanismos infantiles de celos y control. Pero bueno, yo mantengo el respeto a la pareja pero también el respeto a hablar de filosofía con Lucho, la única persona que consigue desafiar mi pensamiento en Itajaí. La última noche antes de viajar a Argentina fuimos a cenar juntos y me regalaron una remera y unos pins de Beyoncé, y yo les presté unos libros de Byung Chul Han.
El día del viaje llegó, y yo ya tenía todo armado con tres días de anticipación, como siempre. Terminé la última clase, fumé un par de secas y pedí el Uber a la terminal. Viajé por 30 horas y llegué a Córdoba, donde vi a Paula y salimos a comer un lomito después de fernet y flores, la mejor noche que había tenido en mucho tiempo. A la mañana siguiente emprendí el último trayecto del viaje hasta VM. En la terminal estaban mi hermana y mi mamá, después de casi 6 meses y muchísima emoción. Las abracé y fuimos al departamento que mi familia estaba alquilando y donde me quedé por una semana hasta que lo devolvimos. De ahí fuimos a la casa de mi abuela, donde mi familia está viviendo en Villa María.
Encontré a mi papá. Nunca lo había visto tan flaco, tan barbudo y con el pelo tan largo. Un hombre de regreso. Sus brazos flácidos y sus piernas débiles. Estaba teniendo un mal día, la morfina no hacía efecto y dos días antes casi lo internan. No puedo negar el shock que significó para mí. No poder abrazarlo, verlo caminar encorvado, con su voz débil, casi siempre en la cama. Un hombre que hace 3 meses estaba poniendo los troncos que servirán de cemento a una casa en la montaña cuya construcción hoy se encuentra en pausa indeterminada.
Esa misma noche entendí que realmente mi estadía sería, por lo menos, emocionalmente desgastante y energéticamente desafiadora. Decidí enfocarme en el trabajo (estoy muy agotado, preciso descansar) y en visitar algunos amigos. Me hizo muy bien ver gente que hace más de un año (hasta 3) que no veía. Emi, Juli, Ángel, Flor, Crespa, China, Alfon. Pude relajarme y sentir la dulzura de amigues que abrieron sus brazos para brindarme unos abrazos y unas cenas. Pero mi cuerpo decidió que era hora de somatizar. Mi garganta se inflamó, mi espalda se endureció. Mi culo decidió traer su venganza. Faringitis viral, dolor de lumbares, y una fisura anal que explotaron al mismo tiempo. Entre remedios y demencia nocturna (no pude dormir bien por casi una semana) hicimos la mudanza del depto a la casa de mi abuela. Fue en la noche siguiente en que todo empeoró. Un abceso perianal decidió aparecer y volver de mi culo un campo de guerra. Entre el estrés, el estreñimiento, el shock emocional y la fisura anal, empezó a crecer pus en una glándula y todo se fue al carajo. Después de 4 días de medicación y desmejoría, tuvimos que llamar una ambulancia a las 5 AM para que me lleven al hospital a que me vea un cirujano. Después de anestesiarme, tajearme una nalga, drenar la pus y torturarme con yodo y gasas mientras me retorcía en una camilla de hospital público, volví a casa con un alivio físico y mental.
En esos 4 días, una disertación de esas creencias que ponen toda la culpa en la emoción. Como si una glándula no se pudiera tapar sola, como si la hemorroides en realidad significaran secretos que no quiero decir. Mi madre con su desconfianza a la razón lógica pidiéndome que reconsidere. Qué? ni ella sabe, se contradijo muchas veces mientras charlamos. Hablé con mi papá también, con una visión un poco más práctica y quizás un poco más flexible. Es cierto, la emoción abre la puerta a la depresión inmunológica y, junto con ella, la enfermedad. Pero unir la enfermedad sólo a la emoción es de una simpleza criminal, típica de las ideas que retoman fuerza en el new age como la biodecodificación y los registros akáshicos.
Cuestión que, otra vez, me pidieron, sutilmente, que vuelva a Argentina, que acá hay trabajo, bla. Que trabaje con mi vieja en su empresa, o que arme algo acá, o que bla. Bla. No digo que entró por un oído para salir por otro porque realmente consideré las opciones y la idea de bajar un cambio está haciendo mucho ruido en mí. La ansiedad este año no tuvo mucha compasión. Y siempre es una buena idea largar todo e irse a la mierda, donde sea que eso quede.
Volvería a Argentina? Quizás, me encantaría la idea de una slow life. Pero de nuevo, siento que mi vida está sucediendo en Brasil.
Siento que es muy difícil separar el buen consejo del mandato familiar. Esa cosa de 'y pero mi viejo se muere acá', 'y pero para estar cerca de mi vieja y mi hermana'. Nadie se debe nada y eso ya fue aclarado. El elefante aquí parece ser que yo me vuelvo en enero. Yo entiendo y aprecio las interacciones emocionales (me gusta servir de apoyo a los míos) pero realmente siento que estoy intentando arreglar los corazones de todo el mundo, siento que soy el más centrado, y tampoco puedo juzgar a nadie. El cumpleaños de mi vieja pasó en un clima casi de penumbra, ella no quiso que cantáramos, mi papá sentado en un sillón y no en la mesa, comiendo poco, mi hermana cansada y de malhumor. Era como un pre velorio. Y lo dije en su momento. Yo no vine a despedir a nadie, mucho menos a un funeral adelantado. Vamos a pasar un poco el trapo que acá aún estamos todos vivos. Pude charlar un poco con mi viejo y su ánimo fue mejorando con los días, se cortó el pelo y la barba, está con pequeños proyectos (el auto, su alimentación). Mi mamá ahora está liberada de tener que cuidarme (esta semana el dolor del abceso fue brutal, no dormí, tuve fiebre y malestar constante). Mi hermana se había ido a Yacanto por unos días para terminar el año laboral con los alumnos y cuidar a los animales. Volvió y no sabe hasta cuando se queda, porque los planes familiares de ir a la montaña parecen haberse pospuesto (al inicio por mi salud y la de papá, ahora sólo por la de él). Tengo sensaciones encontradas con eso. Quería ir a la montaña, pero todos mis amigos estan acá en VM. Quiero verlos también. Estas también son mis vacaciones de todo un año de trabajo, quieran o no, sigue siendo mi decisión cómo usar mi tiempo.
Y ahí llegamos a lo importante. A lo que sabía que iba a pasar, incluso sabiendo que no es más mi responsabilidad tener la estabilidad de esta familia a mis espaldas. Mi hermana. Está teniendo ataques de pánico cuando llora y discute con mi mamá. Está perdida, en una depresión profunda y desoladora. Se siente sola, y mi corazón entra en una guerra terrible con mi cerebro. Necesito salvarla, sé que el costo mental podría ser altísimo, pero necesito ayudarla a sentirse mejor con la vida. No está lista para todo lo que se viene (mi mamá tampoco, a decir verdad). Todas las emociones están a flor de piel todos los días. Todos los días veo llorar a alguien por algo. A veces de alegría, a veces de pena silenciosa, a veces de odio y bronca. A veces de impotencia, a veces de cansancio. Es el viaje de los ojos perdidos. La familia de los brazos cansados. Precisamos tanto pasar por esta crisis tan profunda? Mis papás están tan cansados de esta pelea. Mi hermana está tan cansada de guerrear consigo misma. Y yo estoy tan cansado de poner los límites para no hundirme en el huracán. Ellos lo vieron, estoy más distante que de costumbre (les encanta dedear esa llaga), pero por suerte, meses de terapia están ayudando a mantener la cordura.
Todavía faltan 3 semanas de estadía. Y mi cabeza ya está en una esquina del infinito. Cómo sentirse? Hasta dónde comprometerse? Para qué o por qué evitar ciertas preguntas?
Por más seductora que pueda ser una vida cerca, también intento recordar el precio que fui pagando estos años con esa cruel ternura que caracteriza a mi familia. Esa unidad casi tóxica de si no es con nosotros, es contra nosotros.
Aún falta mi cumpleaños, la Navidad, Año nuevo, la vuelta a Brasil. Cuánta aventura, cuánto drama para escribir... No dije yo? Este iba a ser un viaje para nada aburrido.
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callmealgol · 7 months
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Parece un preludio de la agonía (08/10/2023)
No sé si esta sea el mayor período que pasé sin escribir en mi diario. Tampoco es que nada muy importante haya sucedido. El gimnasio sigue ahí, la terapia terminó, sentí que tengo las herramientas que preciso para lidiar con algunas cargas que me preocupaban. O eso pensaba, hasta hace 2 semanas. Mi papá tiene un nuevo tumor, pero esta vez no es operable. Además, parece que tiene otros ganglios inflamados y precisa analizarse de nuevo para confirmar si es producto de la metástasis.
Mi papá se está acercando sin pausa a la muerte, y sin embargo no me asola la desesperación. No voy a negar la tristeza, el frío cosquilleo del cierre empezando a subir. Pero estoy mucho más preocupado por su bienestar. Porque pueda mantener su calidad de vida lo máximo posible. Está la opción de quimio y rayos, o intravenoso y rayos. Para ser honesto, no quiero ninguno de los dos para él. Tampoco quiero que no haga nada, él dice que le duele todo el tiempo, llora en el baño, esconde sus emociones como un perro viejo que no consigue curar su herida infectada lamiéndola insistentemente.
Sobre mi hermana parece haberse cernido un velo de desconocimiento. No sé en qué anda, no sé qué siente, no comparte conmigo, creo que habla un poco con mi mamá. También me pongo un poco en sus zapatos y entiendo que sus cartas tampoco son las mejores. Viviendo sola en un pueblo en las montañas, cuidando 4 animales, una casa y un instituto de inglés. Con 21 años. Es un montón.
Mi mamá parece haberse adentrado en una ligera demencia, de nuevo. Ella empezó su nuevo negocio, con nuevos objetivos, con planes a futuro, como si estuviera volviendo a creer en su potencial. Y justo en el primer mes, vuelve a recaer en teorías mágicas de que el cáncer lo activó la mordedura de un gato o que si para una infección, detiene la metástasis alarmante que se está comiendo el interior de mi padre.
Y en medio de todo este torbellino de caos y desencuentro, yo acá. Lejos, ya sin culpa de no querer volver, pero ahora con la angustia de saber que cuando vuelva, probablemente a fin de mes, hay chances de que sea la última vez que lo vea con vida. No me pesa una carga de hijo, sino un dolor de humano. Ver a un hombre que está (a mi forma de entender la historia) cargando con el peso de la inacción en etapas tempranas, sabiendo que no hay nada que pueda hacer para aliviar su pesar, es una gran desventaja de la empatía. Hay cosas en las que también aún defiendo que tengo un punto, él se ablandó sólo al ver el brillo de la daga apuntando al corazón. Pero cuando la cuerda se aflojó, volvió a ser el de siempre.
Me recuerdo a mí mismo que en este capítulo oscuro de mi vida, es necesario tener la cabeza en alto y caminar con honor hacia la muerte. Honor de haberla vivido hasta donde se pudo, con las herramientas que se tuvo. Honor de haber respirado tanto de este sol, de estos aleteos inmensos que el viento va dando.
Lo vi venir. Sabía que esto iba a suceder, por eso no estoy en crisis, sino amargado de, finalmente, tener que poner el plan en marcha.
Tampoco me estoy rindiendo a la muerte, pero no considero que haya mucho por hacer para revertir una enfermedad en un estado tan avanzado.
Estoy haciendo pausas mientras escribo esto, porque estoy imaginando situaciones en el no tan lejano futuro, y en todos los escenarios, estoy imaginándome como quien tendrá que manejar algunas riendas. No porque me crea superior, sino porque siento que voy a precisar darle a mi mamá y a mi hermana el espacio suficiente sin imponer distancia.
No sé, quizás sólo estoy sobreanalizando la situación. Vicios que mantengo de la juventud ansiosa y el futuro poco prometedor.
Por ahora, eso. Respirar como recordatorio del contrato de vencimiento desconocido que firmamos sin nuestro consentimiento.
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callmealgol · 8 months
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En el medio de la flor (21/08/2023)
Qué bien me hizo la terapia y el gimnasio la puta madre. Conseguí regular mi alimentación, descansar mejor, tener más energía durante el día, tener la cabeza más tranquila y poder poner en palabras emociones que sólo había procesado en su lado emocional más que racional.
Conseguí tener una conversación con mi mamá de casi 2 horas y media en la que ella me comentó de todos los cambios que precisa y quiere hacer (crisis de los 40 le llaman) y que me pusieron muy orgulloso. Y también pude decirle abiertamente cuánto daño me hizo sin querer a lo largo de los años. Pudo ver con mis ojos todo lo que significó la infancia, cómo eso todavía hoy me afecta y fue modelando nuestra relación dentro de la familia. Obviamente, después de llorar en la conversación, lloré de nuevo, pero esta vez solo en la cocina, mientras sentía como un peso enorme e invisible finalmente soltaba sus garras de mis hombros y comenzaba a tomar vuelo.
Tengo que decir que mis próximos objetivos tienen que ver con poder lidiar con la ansiedad, hoy vi que el pequeño espacio en el que no crecía el pelo en mi nuca se agrandó. Y me preocupó un poco, será un hongo? será la ansiedad? una dermatitis?.
Mi cuerpo se siente más calmo. Con todo el movimiento, aún está acostumbrándose al cambio, pero las sensaciones son muy placenteras. El pequeño dolor placentero después de entrenar, la claridad del pensamiento durante el resto del día, el sueño dormido como se merece. Mi dieta mejoró y sin embargo me sigo permitiendo comer casi todo lo que quiero, sólo que un poco menos.
Por primera vez en bastante tiempo me sentí entre amigos nuevos. Fuimos a ver una banda de covers de Coldplay y la pasé fenomenal, yo que acostumbro a cancelar casi todo evento social. Durante el resto de la semana la intensidad se mantuvo, noche de sushi el martes, bar de karaoke el miércoles, y un bar el viernes que decidí cancelar porque mi cabeza (y mi bolsillo) no estaban aguantando mucho más.
Emocionalmente me siento en el medio del proceso de la terapia. Poder revisar los grandes puntos de mi visión de mundo me está permitiendo ver como todo está íntima y sutilmente entrelazado. Poder haber entendido mejor mi relación y mi posición con la familia me ayudó a sentir menos culpa de vivir, menos presión de entregar, menos llamado de sacrificio, porque pude ir limitando las fuentes de esas emociones. Hablamos mucho de La Marca en la última sesión. Me pareció un concepto maravilloso sobre los traumas. Según Ivan, el evento se vuelve Marca al procesarlo como tal, como así también crece su poder, sea positivo o negativo. La Marca se alimenta casi retroactivamente. Existe porque la nombramos como tal. Es una frase sin terminar, y la grande lucha es sacarle es cascarón al final y decidir si seguir escribiendo o terminar la frase.
Por ejemplo: la relación que tengo con mi papá es consecuencia íntegra de los eventos y deseventos que fueron sucediéndose a lo largo de los años. Y, también (y quizás hasta más importante), es el registro mental de esos eventos: emociones, catalizadores, traumas y reflexiones posteriores). Ahí está La Marca. Somos lo que fuimos pensando que éramos, por lo tanto, también reside en mí el poder de sacar la pus o intentar escribir sobre la ampolla. Parece hasta obvio, y de hecho había llegado a una conclusión similar antes de la terapia. Sin embargo, fue tan gratificante ver que otra mente más preparada en las técnicas del análisis concordara con mi proposición.
Cuestión que, como de costumbre para escribir esto sin tantos frenos, estoy fumado. Por favor, desconsiderar vuelos excesivos.
Este mes se marcó por un equilibrio hermoso y una sensación de brote, de movimiento expansivo, gratificante en exceso. Estoy en la miel, en el néctar transportado por las patas de la abeja, en el medio de la flor.
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callmealgol · 10 months
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Será que puedo? (17/07/2023)
Voy a aprovechar mientras todavía está fresco. A veces siento que la terapia no tiene mucho sentido. El psicoanálisis me lleva a problematizar lo que pensaba estaba estable, pero en realidad está herrumbrado.
Parece que grandes culpas caen sobre el peso de mis padres. Puedo intentar justificarlo con el relato que ellos también elaboraron, que estaban aprendiendo a ser padres. Pero hay muchas cosas que consigo explicar a partir de entender cuánto se equivocaron (y con ayuda de mi psicoanalista, claro).
Será que puedo apuntar el dedo? Cargarlos con lo que me pesa dentro y buscar una explicación? Será que la necesito? O sólo proceso lo que tengo adentro?
La inseguridad de los dientes, la fobia a las agujas, la pesadilla de los dientes explotando y cayendo, el evento de la aguja y la parálisis del brazo cuando tenía seis años, la profunda decepción del día que me recibí de la carrera y no estuvieron ahí, la forma en que me trataron cuando tuve mis crisis de pánico al perder el trabajo en la ed. pública. Todo parece estar ligado por un hilo invisible de decepción, de alguien que no me garantiza sostén y que siempre, de alguna forma, parece arruinarme la fiesta, arrebatarme de las manos lo que había cuidado con tanto esmero.
Será que el deseo insaciable también relacionado? La carencia del abrazo, la sed de cariño? Será que las imágenes que tengo en mi memoria de unos padres cuidadosos están modificadas para rellenar los vacíos que el desamparo fue dejando?
Siento, como le dije a mi analista, que sería muy hijo de puta llegar ahora y cobrar todas esas faltas. Ahora que mi viejo está con cáncer, que mi abuelo está con riesgo de muerte, que están intentando una vida más tranquila en la montaña. Me siento culpable de no sentir culpa por la posible muerte de mi papá. Y en parte entiendo que tiene que ver con esa relación que demoró tanto en construirse y que no estuvo para mí en momentos muy necesarios de mi juventud.
Es a través de estas faltas que fui caminando mis años y entiendendo en la soledad. En la soledad sólo estoy yo. En la soledad no hay decepción, ni juicios, casi que ni siquiera hay expectativas.
Hay algunas cosas que todavía quiero hablar con mi analista. Veremos como evolucionan mis reflexiones.
En otro orden de cosas, pasó un mes y muchas cosas cambiaron. Empecé terapia (como se puede ver), una vez por semana. También empecé a ir al gimnasio, por ahora 3 veces por semana. No siento que lo haga para estar marcado, sino para bajar un poco de peso y cuidar de mi estado físico. Como siempre, mis piernas dando orgullo y mis brazos pesadillas. Pero con calma y constancia (quizás el principal motivo para ir) llegaremos a mejor puerto.
En el trabajo, misteriosamente, todo se dio vuelta. Perdí grupos, otros van a empezar, algunos alumnos están de vacaciones así que voy a recibir menos plata en mi salario, pero no estoy llevando el control financiero. Y siento que prefiero no enredarme en eso este mes. Como soy bueno administrándome, conseguí juntar ahorros para finalmente tener un colchón. Así, puedo absorber esos momentos de menos ingresos sin endeudarme o entrar en pantalones apretados.
En relación a mis amistades, estoy sintiendo el calor viniendo de Rayssa y Paloma. Siento que hay un cariño mutuo y me reconforta mucho saber que la familia de Rayssa realmente me acoge como uno más, así como los brazos de Paloma siempre están abiertos.
Mi corazón parece haber entrado en hibernación. Nada de sentimientos profundos, un poco de sexo y se acabó la historia. No hay ilusión que pase a un grado importante porque no tengo ganas de entrar en algo nuevo por ahora.
Será que puedo manejar el timón?
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callmealgol · 11 months
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Y si las cartas lo dicen...(19/06/2023)
Ya uno tiene tiempo de casa, ya sabe que hay señales que es mejor no ignorar. Y si bien fingí demencia el tiempo suficiente, hay un par de cuestiones que preciso sacar del organismo.
Hoy, después de una semana en piloto automático, me tiré las cartas. El arcano XIII en el medio del cuento. Que flash, ya eran muchas señales. Llamé a mi vieja, lloramos juntos, dije que extrañaba y que sentía que no había Norte.
Desde que volví de Argentina las cosas están raras. Todo está en un proceso lento de extrañamiento. De nuevo ese cuchillo. Ayer, después de hacerme el boludo por casi dos semanas, corté con Eduardo. Nada de más, estamos en diferentes momentos de la vida, con diferentes prioridades: para él, el trabajo. Para mí, el caos. Le agradezco profundamente todo el bien que nos hicimos, y honro el amor que nos tuvimos este tiempo.
Con mis amistades brasileras siento un ligero desgaste, especialmente con Tais. Tengo que admitirlo: soy un viejo. Aunque me guste la noche, siempre prefiero no hacer nada. También esa cultura ermitaña fue/es mecanismo de supervivencia, herencia de los primeros meses acá. Hoy me siento más cercano a Rayssa y a Paloma (incluso con las diferencias de edad).
Con la carrera, siento que ya está, se terminó. Otra vez un aparato burocrático para empezar las pasantías, e incluso faltando un año y medio, todavía defiendo que no hay necesidad de un título para ganarse el pan. Mi objetivo, por más que me guste mucho la academia, no parece estar dentro de una universidad o una escuela formal. Siempre le escapo a las estructuras jerárquicas, herencia del odio a la escalera social, esa mentira de etiquetas y certificaciones. El único objetivo de medir el conocimiento de esa forma es para garantizar mayor plusvalor en un sistema que no debería estar signado por el salario. De nuevo, muerte al trabajo asalariado, loco. Qué paja.
En relación al trabajo, es lo que más estoy disfrutando, porque es donde consigo exponer mi pasión por el conocimiento, es donde interactúo con seres humanos con el mismo propósito: conversar, debatir, construir saber. Cualquier saber. En inglés, en mi caso.
Siento que la piedra más pesada es la nostalgia. Y, como dijo mi vieja hoy en la videollamada, nadie consigue vivir en la nostalgia. Si pensara en la urgencia (aquel plan que armé en febrero/marzo) de irme mañana, lo único que realmente me ata es el pago de la moto. Preciso entrar en contacto con alguien y encontrar posibles soluciones a ese tema.
Si, eventualmente, eso se resolviera, podría armar un plan de repatriación. El exilio voluntario de dos años y chirolas funcionó. El sueño, el proyecto parece estar completándose. Brasil es un país hermoso, la cultura es riquísima, los lugares maravillosos, la gente muy cálida. Creo que ya tengo un pedacito de la selva clavado en mí.
Mis viejos ya dijeron que me vuelva, hablando con Crespa, ella también me dijo que me vuelva, que todo se acomoda. Quiero hablarlo con Rayssa también, porque siento que preciso esos puntos de vista. Si bien la decisión depende sólo de mí, realmente valoro las opiniones desde diferentes perspectivas.
Preciso hacer esa lista que, también, vengo evitando hacer. Qué me gusta hacer, qué me gusta de Brasil, qué me gusta de Argentina, qué me invita a quedarme acá y qué me invita a volverme allá. Y, al final, qué pesa más.
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callmealgol · 11 months
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My cravings are dangerous (04/06/23)
Si bien la regla de los tres meses ya la conocía, esta es la primera vez que una relación formal me tiene tan atado. Algo parece estar frío y una parte de mí me dice que termine la relación, la otra me dice que esto que siento realmente parece amor. Es la primera vez que me siento entre la espada y la pared con Dudu. Pero no quiero armarme de orgullo ni mostrar los dientes. Esta vez no quiero correr del conflicto, quiero intentar trabajar en esto.
Sin embargo, una distancia silenciosa fue brotando sin darme cuenta. Y de repente estamos hablando cada dos días, como si fuéramos amigos, sin decirnos que nos queremos. No siento deseo, apenas tristeza. Un 'es siempre lo mismo conmigo' bajito que se repite desde adentro de la almohada.
Voy a intentar ser lo más honesto posible, evitando herirlo. Es literalmente el momento de mostrar las heridas y preguntar cómo queremos curarlas.
Algo extraño que sentí es que si paso más de dos o tres días sin hablar con él, dejo de sentir el calor con intensidad. Es como si mi cabeza no consiguiera procesar las cosas a largo prazo. Es como si mi cuerpo fuera tirano sobre el amor. O algo así.
Se supone que si amo a alguien debería pensar en él con frecuencia? Se supone que si estamos en una relación hay ciertas dinámicas que deberíamos compartir? Parece que el hecho de que la relación sea abierta deja espacio para flexibilizar los discursos amatorios. Obviamente, todo esto parte de una perspectiva personal.
Esta semana decidí esperar su mensaje. Después de todo, él fue quien dijo que teníamos que conversar en persona sobre nuestra relación y después desapareció por días. Ahora me vengo a enterar que se rompió el teléfono. Después de casi 7 días.
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callmealgol · 11 months
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Diarios de Kaos (pregunta 4 y 5)
Bordeando el hastío, más respuestas a las preguntas que me hago en la Sombra.
PREGUNTA N°4 - Alguna vez le hiciste algo malo a otra persona? Te arrepentís? Por qué lo hiciste?
Bueno, seguramente vamos a entrar en terreno pantanoso. Abandona toda esperanza, lector, pues la Sombra no tiene corrección política.
Si de hacer algo malo pienso, quizás viene a mi cabeza la única vez que discriminé a alguien voluntariamente. Tenía unos 8 años, muy pocos pelos en la lengua y un compañero de sala que usaba silla de ruedas. Éramos amigos, nos juntábamos en su casa a jugar, y nuestras madres se llevaban bien. Su padre era mi dentista y yo también era amigo de su prima. También tengo que decir que, ahora que lo pienso, muchos años después, puede ser que haya estado un poco enamorado de él. Era (todavía es) muy lindo. Cuestión que un día, por alguna idiotez de la infancia tardía, nos pusimos a discutir en la sala de aula. Compartíamos mesa y nos sentábamos al lado. Quizás uno de los dos estaba irritable, quizás usamos los útiles escolares del otro sin pedir permiso, el tema es que empezó una balacera de insinuaciones y provocaciones verbales. Imagino que tal vez me haya llamado puto o gordo (dos de las cosas que en ese momento más me afectaban), pero recuerdo haberle dicho 'por lo menos yo camino' con todo el odio que un niño puede poner en su voz. Recuerdo que, inmediatamente después, sentí ese frío en el estómago que aparece cuando sé que me mandé una cagada muy grande. Otros amigos escucharon lo que dije y obviamente cobré a la salida de la escuela. Un par de empujones, una piña en la panza.
Me arrepiento de haberlo dicho, porque fue la primera vez que sentí el dulce estado de locura total que permite que el cerebro diga semejante cosa sin remordimiento alguno.
Con los años debo haber dicho cosas peores a gente todavía más importante (a mi vieja que cómo no me abortó, sabiendo que ella había abortado antes de concebirme, a mi viejo que nunca lo había querido y que nunca iba a conseguir quererlo, a mi hermana que se matara de una vez, cuando sabía que ella se cortaba). En algún momento debo haber entendido el filo que tiene mi lengua y decidí intentar no entrar en discusiones vanas. Hasta hoy es una lucha, el mundo es muy estúpido y yo soy impaciente.
He cometido crímenes menores, nada de lo que me arrepienta. He robado comida del súper, souvenirs (dedales, cajitas de madera, plantines, un par de sahumerios, una piedra de la colección, una cuchara especialmente decorada, un libro) de casas que visitaba.
El porqué me parece obvio. Hay un placer muy extraño en el hurto. En el desafío de hacer desaperecer cosas relativamente insignificantes. El crimen sin testigos, sin arma, sin evidencia más que la aparente mudanza del escenario.
Cuando era chico tenía (todavía tengo) la manía de revisar cajones. Por la maravillosa sensación de ver lo que se guarda en las casas. Difícilmente me guarde algo de lo que está ahí, es que me encanta admirar el orden de los cajones, el sistema de valores usado: los de arriba casi siempre albergan relojes, pulseras, papeles, naipes, un par de banditas elásticas. Los del medio a veces hospedan manteles, a veces sábanas, a veces fotos, discos. Los últimos casi siempre están medio vacíos, escondiendo bolsas de plástico, algún que otro juguete o souvenir de la vergüenza, o cordones de repuesto.
Quizás mi mejor peor robo fue en mis veranos. Mi abuela y mi tío tenían un kiosco/heladería. Casi todas las siestas les secuestraba la llave, me subía a la bici de mi abuela mientras ella dormía la siesta pueblerina y me escapaba al kiosco para empacharme de chocolate y helados. Cuando comía lo que quería y tomaba una gaseosa o un baggio de durazno, tiraba todos los envoltorios a la basura, me lavaba las manos y me volvía a la casa antes de que ella se levantara de la cama, hiciera unos mates y se fuera al kiosco a trabajar hasta la noche. Ahí se volvió normal la frase 'me parece que anduvieron las lauchas comiendo por acá' para referirse a mi paso nocturno por la heladera, las alacenas o la mesada después del asado, un cumpleaños o Navidad.
PREGUNTA N° 5 - Qué emociones evitás? Por qué?
Uf. Hoy creo que hay pocas emociones que evito. Aprendí a lidiar con el dolor. Con la decepción. Sé que puedo procesarlas con un par de días. Que no son permanentes. Dejé de temerle a la muerte cuando Gian se suicidó y mi abuela se murió. Dejé de temerle a la violencia cuando aprendí que no era mi culpa que mis papás se pelearan tanto. Dejé de odiar la soledad cuando tuve que vérmelas conmigo mismo, un espejo y un cinto.
Creo que hoy evito entrar en ciertos círculos viciosos, evito alguna intensidad en el amor, quizás evito cierta profundidad en algunas relaciones. Asumo que soy muy estructurado y que a veces evito lo nuevo porque mi zona de confort realmente es confortable.
Creo que tal vez las únicas emociones que me desestabilizan profundamente son la falta de raíz en mi situación actual (no recordaba que tenía a la cultura argentina tan metida en el corazón) y la relatividad de los propósitos. No estoy consiguiendo entender el largoplacismo. La idea de terminar la carrera ya me parece un poco irreal. O de obtener la ciudadanía brasilera (incluso ya llevando más de dos años viviendo acá). Ahí creo que mora el peor de las incertidumbres, la que corrompe el Norte y confunde las brújulas. Si no hay dirección para caminar, sólo hay rutas al Kaos. Y como agente de Kaos, un poco me gusta esa anarquía de los destinos.
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callmealgol · 1 year
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Ni muy muy ni tan tan (13/05/2023)
No sé por dónde empezar. Pasó un buen tiempo desde la última entrada, y ahora estoy viendo bajar la marea. Estoy en Argentina, se acaba de ir la última visita y está empezando el fin de semana, los últimos dos días con mi familia. Hay muchos sentimientos encontrados, pero en resumen viene siendo una experiencia maravillosa. Mi papá está cada vez más flaco, pero su energía no mengúa. Se quebró en llanto el día de su cumpleaños. Varias veces. Verlo llorar me hizo bien, verlo asumir su falta, su humanidad. No fue una sensación sádica, sino todo lo contrario. Encontré un hombre humilde (pero no sumiso) ante su destino. Encontré a mi mamá más decidida, más encaminada con la vida. Encontré a mi hermana en una situación de acción, decidida a hacer que las cosas sucedan a su favor.
Yacanto es un lugar hermoso. Definitivamente un lugar para venir a envejecer. Cuando ya no me interese la ciudad y me entregue a las virtudes de la pereza. Hay una alameda en el medio de la ciudad. El sol se esconde atrás del Champaquí con una grandeza sin comparación. Definitivamente el tiempo pasa más lento acá. Vivir en la altura serrana tiene ese sabor. Me gustaría una casita, una biblioteca, un patiazo y una huerta. Algunos gatos quizás, un perro. Extrañamente no me veo en un futuro conviviendo con alguien.
Volviendo, mi relación con Edu está bien, aunque tengo que admitir que la siento un poco estancada. El muchacho es muy terco en su trabajo. Ya vió las consecuencias del estrés y la sobreexigencia de entregar resultados. Su justificación es que sólo eso lo mantiene mentalmente sano. Yo veo que es sólo eso lo que lo hizo dejar de leer, escribir, hablar de cosas que no sean el trabajo, querer salir a hacer cosas. A veces, cuando estamos separados por más de 3 días, hay cierta anhedonia, cierto desánimo. Pero cuando nos vemos, realmente sólo tengo ojos y corazón para él. Estoy muy enamorado de él. Me gustaría que me exprese más su amor, pero tampoco se lo dije así que no puedo reclamar. Algunas cuestiones culturales empiezan a aparecer. 4 meses ya, estamos entrando en la fase de las primeras asperezas. Espero que seamos lo suficientemente maduros para enfrentar esta nueva etapa.
En relación al trabajo, hay días y días, nada nuevo. Ahora, en relación a mi carrera, tengo que hacer las pasantías y realmente estoy considerando dejar de estudiar. No siento que tenga ganas de trabajar dando inglés por mucho más tiempo. Ya 2 años en la cancha y todavía me emociona estar adentro de la sala. Pero no sé si quiero todo el apuro de la escuela pública, de la sala de 30 alumnos. Qué se yo, debería probarlo primero antes de decir cualquier cosa.
Hay una sensación general dividida entre estabilidad y estancamiento. No es preocupante, pero no es lo mejor. Hay una parte de mí ahora que quiere volver a Brasil, a la rutina, a mi novio, mi casa. Hay una parte que me dice de volver a Argentina, a mi familia, mis amigues, mi hermana. La grande cuchilla es la soledad.
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callmealgol · 1 year
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Yo te quería abrazar (07/03/2023)
Incienso prendido, ya loco y con la certeza de que ahora sí tengo cosas para contar.
Ayer mi papá se operó para sacarse el segundo tumor de su espalda. Qué momento. Nunca pensé que iba a pasar por esto, me había olvidado de la muerte, de la proximidad del Caos. Hace dos semanas que esa idea no sale de mi cabeza, así como la imagen de mi papá. Jamás pensé que iba a estar atravesando una situación así con tanta fuerza, haciendo chistes, hablando del tema con soltura.
Lo que me dejó terriblemente preocupado en realidad fue mi mamá. Nunca la ví tan aterrada con algo, siento que está en un estado de negación irreal, abriendo la mano para que el tiempo se escurra llorando porque el tiempo se escurre. Después de conversar con Tais y con mi papá entendí que preciso estar más presente para ella, servirle de apoyo. Si bien vengo chequeando su estado, es cierto que no estuve animándola mucho. Realmente es un momento de crisis profunda para la familia entera. No creo estar sintiendo la real dimensión del problema, quizás por la distancia.
Pienso también en mi hermana y lo que está atravesando. Se quebró una muñeca y la herida que se hizo en una rodilla llevó 14 puntos, todo por un accidente de moto. Perdió el trabajo, por lo que también dejó terapia (que había empezado) por la plata. Mis viejos volvieron a la casa después de la temporada de 2 meses viviendo en carpa y atendiendo un parador en el medio de las sierras. Imagino que esa vuelta fue complicada. Incluso con todo eso, me parece que es una persona diferente de la que vino el año pasado. Más conectada con la realidad, más comprometida con su vida. Y ahora esto. Debe ser difícil ser ella en este momento. Con ella también estoy intentando mantener más contacto así como servir de apoyo.
Y claro, Eduardo. Mañana cumplimos el segundo mes de pareja. Y ya tenemos plan para festejar. Almuerzo en un tenedor libre y playa después. Todo rociado con porro y probablemente sexo antes y después de la salida. No puedo creeerlo todavía. Estoy de novio con el mejor ser del planeta. Las conversaciones siguen en su nivel maravilloso. Conocí a su familia, un shock cultural. Diferentes, con otra visión de mundo. Conocí a mi...sobrino? Gabriel. Gabizinho. Qué pendejo adorable. Inteligente, curioso. El finde pasado fui a un asado a la casa de ellos. Después de mucho jugar, dijo que me prefería a mí en lugar de Duds. Que se yo, me dio mucha ternura.
El resto de emociones fuertísimas que vienen sucediendo son desprendimientos de estos pilares. El resto de las cosas anda como masomenos tienen que andar. La plata, el trabajo, el estudio. Como ya sabía, el balance de la vida invirtió los polos y desde entonces Caos fisuró la meseta y, como ya fue dicho, nunca hay tiempo para aburrirse.
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callmealgol · 1 year
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Diarios de Kaos (pregunta 1, 2 y 3)
Vengo evitando hablar de esto directamente. Sin embargo, siempre aparece entre chiste y confesión. Kaos, esa faceta sin control ni determinación, repetidamente toca con su uña cruel mi ventana, recordándome en mi pesadilla.
Había encontrado unas preguntas para trabajar con lo que Jung llama La Sombra, ese lado que activamente reprimimos y que sin embargo, a través de su murmullo ahogado, nos dirige. Decidí guardarlas y posponerlas esperando que se nublara. Hoy decido abrirles la puerta para que empiecen a sentirse cómodas en mi mente. Sé que de a poco van a instalarse, van a rasguñar las cortinas que sigilosamente cerré y van a mostrar las llagas.
Para lubricar el tobogán por el que preciso descender, unas secas y media botella de blanco.
Espero poder, de a poco, atravesar la mañosa queja, hasta llegar a la oscura gema, la parte de mí que en silencio odio y en aún más profundo y sádico silencio, me gusta.
PREGUNTA N°1 - Cómo se expresa tu sombra?
Habiendo considerado la sombra como ese camino que modela mis pasos contra mi voluntad, para responder esta pregunta, sería interesante revisar mis actitudes cuando el barco está inundado. Aquellas que no son reflejo del dolor momentáneo, sino patrones de la lujuria siniestra de mi insconsciente. Empezando por la más reciente, tomé la costumbre de saltearme comidas cuando estoy estresado, o muy ansioso. Puedo pasar más de 24 horas sin comer, sólo para encontrarme con un estómago cerrado por el vacío y un cuerpo empezando a reclamar. Releyendo algunas entradas viejas del blog es posible identificar este hábito desde el inicio de mi vida en Brasil. Me pregunto de dónde puede venir, cuál es la explicación de mi fijación oral. Esa frase salió queriendo hablar de comida, pero también revela el sexo. Voy a llegar a ese punto. Eventualmente.
El hecho de saltearme comidas podría venir de la época en la que, con la verguenza que puede sentir un nene de alrededor de 10 años, me enteré que lo que hacíamos en casa no era cenar ligero para dormir mejor, sino lisa y llanamente cagarnos de hambre. Un té con masitas de agua y a la cucha. Fueron muchas noches. Picadillo con Serranitas y un termo de mate. Entender lo que sentí en ese momento tiene mucho que ver con mi pasado (hoy reprimido) deseo de aparentar. Yo les pedía a mis viejos que no fueran a buscarme al frente de la escuela. Me daba verguenza los autos/chatas que teníamos. Eran viejas. De pobre. Odiaba ser pobre. Lo odiaba porque hacía pelear a mis papá. Hacía que me durmiera al sonido de los muebles rompiéndose en la furia de mi papá y el llanto de mi mamá.
Y obvio, una pobrísima experiencia de la paternidad coronaba una relación que cada vez más iba a inclinar la balanza en favor del abandono emocional y la heladísima distancia.
Volviendo. Tal vez pensaba que el dolor en la panza era el castigo merecido. Tal vez hoy me digo a mí mismo mira que quilombo, te merecés pasar hambre, porque eso es lo que hacías en el desorden del pasado.
Puede ser de ahí que inocentemente lo titulé "entrar en economía de guerra", el bombardeo en el rugido del estómago.
Otra expresión de Kaos podría esa forma maníaca de enredarme en mis pensamientos. El hábito de haber estado tan solo, que la única respuesta que podía recibir era de mi propia voz en el espejo. 20 años después y todavía sigo hablando en voz alta, respondiéndome, contándome chistes. A veces en español, a veces en inglés, a veces en portugués. Internalizando la ostentación del discurso tirano, empecé a contestar mis propias ideas. Llegué a googlear si era normal tener esa cadena de pensamientos tan caótica o recurrente en su hábito de infinita replicación. Obviamente nunca llegué a una respuesta final. Yo un poco intuyo que no. Hoy se expresa externamente, cortando mis frases a mitad de camino, forzando las sonrisas.
Una expresión interesante y que me llamó mucho la atención cuando volvió en la Crisis de enero/2022 después del incidente con la escuela pública, es el total breakdown nervioso. Apareció pocas veces, con mayor frecuencia en la infancia. Me rasguñaba todo, me quedaba afónico gritando contra la almohada, me apretaba el cuello intentándo ahorcarme, me golpeaba con los puños en la cabeza, siempre intentando (y era siempre, conscientemente) hacerme daño cerebral, a ver si así paraba ese odio. Estoy seguro que un par de veces me golpeé muy duro. Me acuerdo de quedarme mareado mirando el techo de mi pieza, con 9 años capaz.
Con el tiempo, entré en la adolescencia y aquellos primeros síntomas de depresión aparecieron. Intenté cortarme. Muchas veces. No podía. Ponía el filo en las muñecas y de sólo pensar en la carne abriéndose, ya me daban ganas de vomitar. No. Lo mío era la asfixia. Las manos en el cuello, en la boca y nariz, eventualmente en el cinto alrededor del cuello. Ese día fue difícil. 21 de septiembre. 2019, creo. Me emborraché en medio de un bajón y me quedé mirándome al espejo. Empecé a hablarme. Pero no a responderme. Era un esclavo de mí, obligado a escuchar a Kaos en su esplendor. De recriminarme por sentirme solo llegué a pasar el cinto alrededor del cuello y a través de la hebilla mientras, mirándome a la cara y riéndome, me decía que era lo mejor que podía hacer. Y apreté. Intenté quedarme apretando, la cara roja, los ojos presionados. Pero eventualmente solté. Entendí que había pasado un límite. Había intentado matarme, de verdad. Como resultado de mí. Poner fin. Y no lo conseguí. No me acuerdo que pensé, para ser honesto.
La última aparición fue ese enero de 2022, cuando tuve mis primeros 3 genuinos ataques de pánico pura cepa. Ahora que lo pienso, capaz en los antiguos accesos de ira había un poco de eso. Esa falta de aire, esas ganas de matar y matarme. Esa rabia que usaba las uñas para garabatear en los muslos, las nalgas, la espalda, la cara, el cuello y el pecho. El pecho, que buena sensación. Recuerdo querer arrancarme el corazón con las manos. Que estúpidamente poético que era. Que traumado, pensando que sólo la ira llegaba a lugares.
Cuestión que este enero marqué mis piernas de nuevo, y despúes, sintiendo el ardor en la piel dije: ja, Kaos se despertó.
Una última expresión de Kaos podría ser, tal vez, la adicción al sexo. En este profundo análisis de mí, nunca supe si el trauma lo tuve y conseguí darle un nombre, o si las publicaciones de instagram me hacían convencerme de que estaba mentalmente conflictuado.
Capaz en algún lado leí que expresaba mis mayores recriminaciones en la fantasía, en la sumisión. Que el que me pega, me ahorca, me mea mientras me coge, me ama. Como papá. Aunque no me lo diga. No me lo puede decir. Chongo que se pone tierno, chongo que tiene que desaparecer. No eran dignos.
Pero esa entrega física y emocional, esa degradación (igual esa palabra me parece muy moralistacristiana), se sienten tan bien. Ese momento en que, arrodillado, miro a los ojos al hombre que mete su pija en mi boca, que me escupe mientras lo miro con la boca abierta, que me mea en la cara mientras me masturbo. No consigo arrepentirme de la sensación, lo haría ahora si pudiese. Esa pérdida del cariño para expresar el deseo, la retribución.
Bueno, con eso debería alcanzar. Por ahora, esas son las expresiones de Kaos que reconozco sin conseguir colocar lástima contextual.
PREGUNTA 2 - CUÁNDO TERMINÓ, DEFINITIVAMENTE, TU INFANCIA? CUÁNDO SE PERDIÓ LA INOCENCIA INFANTIL?
Lo bueno de esta pregunta es que no voy a tener muy lejos, sino que muy profundo. El hecho es harto revisitado en mi memoria. Fue el combustible de mi odio por años. El gatillo para apostar por la falta.
No recuerdo mi edad, ni la época del año. Capaz era verano. Vivíamos en un departamento muy amplio en la calle Mendoza 419, al lado de la Grido, primer piso, se llegaba desde la vereda por una escalera mal iluminada. Tampoco me acuerdo el cómo, pero terminamos mi mamá, mi papá, dos amigos y yo acampando en ATILRA. Imagino que tres días, o dos. Tenía la sensación de que todo había salido bien. Hubo que volver a casa. Imagino que en ese Fiat Tipo gris que tenía problemas en las correas (chirriaba cada vez que ponían primera, ahí aprendí qué son las correas). No me acuerdo dónde mi vieja se fue con el auto, pero quedamos mi papá y yo, solos en la casa. No me acuerdo dónde estaba Lucía, pero no estaba en casa, obviamente. Capaz de Stella. Cuestión que (volví tantas veces que no puedo distinguir lo real de lo creado para rellenar) entré al departamento, mi papá enojado. Tal vez cansado, nunca sabré. Me manda a bañarme. En juvenil terquedad, reniego de la idea. No recuerdo negociación ninguna. De la nada, yo estaba encarando para mi pieza y vi algo estrellarse en la pared frente a mí. Ya conocía la cadena. Papá se enojó. Empezaron a llover cosas. No recuerdo cuáles. Flash forward, estoy en la pieza, me obliga a desnudarme. Flash forward, baño de agua fría. Empieza a tirarme fruta. Recuerdo la manzana reventándose contra mis costillas. Amaría que esto fuera licencia poética. Corte, estoy bajo la ducha fría (imagino que se calentaba con calefón y nunca llegó a prenderse), recibiendo piñas y patadas. Recuerdo escuchar algo arriba de mi llanto. Nunca voy a conseguir recordar qué, ese audio está bloqueado para mí. Recibo un, o dos escupitajos. Recuerdo la sensación de asco, de sentir la baba de mi papá. La humillación es completa. Toda idea de dignidad es perdida. Corte, estoy al lado de mi cama, todavía mojado, todavía desnudo. Mi papá me pega. Recuerdo el sabor a sangre. No recuerdo si venía de la nariz o del labio. Pero sangraba. Me mandaba a dormir, pegándome. Corte, estoy en la cama, intentando parar de respirar, de nuevo. No me acuerdo cuándo o cómo mi mamá se enteró. Corte, mamá en el asiento de conductor, yo en el de acompañante. Creo que llorábamos los dos. Me dice que le dijo que la próxima vez se separa.
Y la última expresión de Kaos creo que es esta. Este momento de brutal sinceridad.
Acabo de volver del baño. Lloré frente al espejo. Reí entre llanto y llanto (o lloré entre risa y risa?). Kaos ya sabe que ese dolor le pertenece a un hombre que tiene muchas chances de morir pronto. Eso lo limpiaría de toda culpa? No lo sé. Hay una investidura que él no pidió. La de ídolo. Lo quiero perdonar de todo. Durante años, la única forma de lidiar con mis cadenas fue gravarles su nombre en cada eslabón. Pero cuando vino a Brasil, el pasado diciembre (2022), pudimos conversar. Pude escuchar su pedido de perdón después de tanto tiempo. Le pedí perdón. El mar se llevó toda la conversación. Sólo él sabrá de todo lo que hablamos. Sin mirarnos. Pero abrazándonos al salir del agua. Entendí que era hora de abrir los brazos para él. Le regalé (un préstamo, dijo él) mi japa-mala. Recitamos mantras bajo la luna en Año Nuevo. Charlamos sobre todo. Lo escuché llorar, abrirse. Volvió a ser humano. Ahí entendí que lo que él decida hacer con lo que tiene de vida es voluntad sólo de él. Yo apenas puedo acompañarlo, ofrecerle mi hombro para caminar. Mi papá finalmente volvió a se mi papá.
Quizás todo este ejercicio de las sombras fue una excusa para poder tocar (finalmente) el tema que siempre estuvo detrás de lo peor (y quizás también lo mejor) de mí. Mi papá.
La inocencia y la infancia se perdieron el día de la ducha de hielo y fruta.
PREGUNTA N°3 - QUÉ EVENTO DEL PASADO TODAVÍA TE AFECTA?
Creo que lo vi en un tweet. Y lo incorporé. Mis papás no iban a verme a los actos de la escuela (como los papás de mis compañeros de la escuela). Yo era de los que al principio miraba las caras difusas en el público. Creo que alguna vez vi a mi mamá. Un par de veces a mi abuela Stella. Pero llegado un punto, entendí que mis papás no iban a verme. Me exigían buenas notas pero no miraban mis reconocimientos. Ahí estaba yo, entonces, tratando de probar siempre mi valor. Cada nota en cada evaluación era solo para mostrársela a ellos para que, entre chistes que yo consideraba reclamaciones, preguntaban: "y el 10 para cuándo?". No los culpo. Las bizarras asociaciones también son, en parte, responsabilidad de mi cabeza.
Ese pensamiento volvió a mi cabeza uno de los días más tristes de mi vida, hasta ahora. Me recibí en mi examen final, y mis papás (otra vez) no estaban ahí. Estaban viajando. Ellos dicen que nunca les dije. Yo, la verdad, no recuerdo si les dije o no que ese día era importante. Un par de amigos, Ángel, la Lu, la Euge. Me acuerdo que yo los invité (me sentí patético, yo les tenía que andar diciendo que había que festejar porque logré algo). Otros amigos no pudieron llegar, y yo me sentí casi humillado. Mis colegas de carrera estaban con sus familias, y yo fingiendo una fiesta. Con harina y huevos en la cabeza, subí a la moto y volví a casa. Mis papás habían viajado a ver un cliente ese día, en ese horario. Llegué a casa todo triste, todo enchastrado. Me acuerdo de la voz de mi vieja quebrándose en el momento que me vio cruzar la puerta. Me dijo: "era hoy?" o algo así. Le dije que sí en voz baja y fui a bañarme. Me acuerdo que durante la ducha la escuché insultarme por no haberle dicho que era ese día. Salí de la ducha, me vestí, me subí a la moto y me fui al desague en el Santa Ana. Pero no conseguí entrar. Me senté contra un árbol frente al río. Lloré. Lloré mucho. Sentí el abandono (involuntario, pero con el repechaje de los antiguos llegando para duplicar su fuerza). Es una de las grandes heridas.
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callmealgol · 1 year
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Tant que j'suis en vie j'suis invaincu (11/01/2023)
Entonces. Mis papás vinieron para las fiestas. No sé por qué siento que debería sentirme peor. Pero la verdad me encantó que vinieran. Esperaba otro impacto. Padres más reaccionarios, más en una vibe hippie pesada. Pero hasta hubo harinas y vino.
Siento que finalmente conocí al papá que quería tener. Más paciente, menos enojado con el mundo que no puede controlar. Más observador. Lo vi llorando. Lo vi diciéndome te amo. Le pude decir que lo amaba en persona. Le pude decir que si se moría mañana por el cáncer, podía irse tranquilo, que ahora sí estaba agradecido. Le pedí perdón porque las cuchilladas eran mutuas todo este tiempo.
Por otro lado, es la primera vez que percibo a mi mamá de esta manera. Perdida, enojada con algunas cosas de la vida, con otro aire, más de silenciosa desesperación. Se quiebra al hablar del futuro. Lo mira como perro desconfiado.
Después de una suave bienvenida, nos fuimos a pasear por las playas. Entendieron que esta ciudad me invita a quedarme, que mi vida ya está echando raíces acá. Adoraron el litoral. Visitamos Guarda do Embaú, Canasvieiras, Bombas, Lucas y Vermelha. Comimos pastel y caldo de cana en el centro. Probaron algunas frutas tropicales. Leímos muchísimo, cada uno con su libro. Discutimos sobre filosofía y moral en relación a la salud de mi viejo y al tratamiento que eligieron darle a las cosas. Pude confirmar que lo importante no es lo que yo piense, sino que mi viejo tenga una mejor calidad de vida, dure lo que tenga que durar.
Ahora que se volvieron, vendieron la chata, se fueron a trabajar a Yacanto cuidando un carribar en un camping y acaban de comprar terrenos allá. En dos meses la vida les cambió por completo. Me parece muy interesante comprobar que la crisis de los 40 existe, igual que la crisis originadas a partir de experiencias cercanas a la muerte.
Volví al trabajo, con una mirada más crítica en relación a las condiciones en que mis alumnos trabajan. Muchas veces pienso que no debería meterme, pero veo cómo les afecta el estrés laboral, como atenta contra sus vidas, su desempeño, su compromiso conmigo y con ellos mismos. Ahí el anarquista en mí dice no hermano, no seas cómplice de esto. Que por lo menos les parezca raro tanta autoexplotación.
Creo que estar leyendo a Byung Chul Han y estar viendo a Rita Von Hunty y Contrapoints me están destrozando la cabeza, todo tiene un filtro de análisis crítico, de viés materialista histórico. Y al mismo tiempo, se desvela otro mundo, un desencantamiento de todo de lo que formo parte involuntariamente. Me puse límites de tiempo para algunas aplicaciones porque el tiempo que estoy perdiendo no tiene ninguna explicación.
Y en ooooootras noticias, me puse de novio. El domingo 8 de enero. Con la persona con la que vengo viéndome desde inicios de octubre. Y lo fuerte que fue creándose la conexión, la hermosa sensación de que es mutuo, el aire fresco que acaricia la piel que expongo al sacarme la armadura después de tanto tiempo. Dudu es un ser hermoso. Hermoso porque veo que no es perfecto. Y en esa falta anida el deseo. En esa potencia, un afecto feliz. Y saberme imperfecto y que él también me elija es una luz tan tibia que me hace caer en su sonrisa. Cuando está cerca no puedo evitar querer oler su piel, acariciarle los labios mientras me mira con su mejor mirada de beso.
Tenemos conversaciones de filosofía política, religión, sociedad y literatura con una facilidad asustadora. El sexo es una locura de tan bueno. Sentir sus brazos mientras me duermo. Af, estoy bobísimo por el chabón, es obvio.
En menos palabras, este mes definitivamente trajo un cambio de perspectiva para empezar el año con otro mirar, otras prioridades, otro mundo por adelante. Endureciéndose sin perder la ternura.
Mientras esté vivo, estoy invicto.
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callmealgol · 1 year
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Be kind, rewind (10/12/2022)
10 de diciembre. Sentía que precisaba dejar pasar más tiempo para el próximo registro, pero este es el momento ideal. Hoy es Sábado, estoy escuchando Cerati fumado a las 9 AM, después de haberme duchado, hecho el skincare, afeitado y acomodado la casa. Hoy al mediodía tengo la fiesta de la empresa donde doy clases, y estoy con muchas ganas de ir porque amo la comida y el alcohol gratis, pero también porque siento que necesito darle un cierre profesional a este año.
Es la primera vez que un año me pasea tanto, con menos sufrimiento que 2021 pero nuevamente desafiado por las circunstancias. Tuve una de las mayores frustraciones de mi vida con la situación docente en el área publica, decidí cortar la relación tóxica con la KNN para arriesgarme a todo, apostando al milagro. Empecé a trabajar con empresas, tuve que mantenerme alerta para no caer en la ilusión pequebú. Pero tengo que admitir que mi situación mejoró muchísimo desde el inicio de este capítulo. Compré la moto, compré plantas para mi casa, compré libros, compré una computadora, un mouse, pude mantener mi calidad de vida, comiendo bien y priorizando mi descanso mental. Es la primera vez que llego a un final de año sin estar completamente demolido por el desgaste laboral. Otras fiestas que paso sin trabajar, mi principal resistencia a estar en el mercado de trabajo.
Con mis viejos tuve la situación que todavía no llegó adonde quiero. Van a venir a visitarme para las fiestas, y lidié con la pequeña frustración de que no va a ser como lo proyecté, de nuevo imaginando lo que sólo se amolda a mis expectativas. Estoy de brazos abiertos para que suceda lo que tenga que suceder, donde tenga que suceder.
Quizás la mejor sorpresa sea Dudu. Lo que empezó como una noche, empezó a repetirse todo fin de semana, y ahora es una conversación casi todos los días. Ya me regaló una planta, me dijo que se casaría conmigo para darme la ciudadania. Qué se yo, capaz soy un sentimental, pero esas dos cosas me hicieron sentir que es la primera vez que estoy yendo a un lugar interesante, maduro. Dudu es muy inteligente y eso también me abruma, me enamora, me deja en paz escucharlo hablar de derecho, de arte, de música, de plantas, de religión, de series. Ahora estoy en la etapa en la que realmente sé que lo amo, pero todavía no nos los decimos. Incluso así hay momentos con el mismo perfume, sentir su piel acariciando la mía, sentir sus besos con sonrisa, su tono de voz tan particular, calmo, grave.
Al mismo tiempo que todas esas emociones aparecen, también mantengo mi Grindr abierto. Estoy cada vez más convencido de que preciso dejar de usarlo, me arruina la cabeza. Es la primera vez en mi vida que percibo una adicción.
Será este el rewind de este año? capaz, lo que ocurra a partir de ahora seguramente requiera de una entrada apenas para eso.
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callmealgol · 1 year
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Interludio del paraíso (21/11/2022)
Este texto nace de la urgencia. Ya conociendo los ciclos, en una especie de profecía autocumplida, percibí que todo venía en demasiada calma. Me dije, la tormenta se viene pesada. Y acá estamos. Apareció en el final de un viaje nacido del impulso (del cual me arrepiento económicamente, pero no emocionalmente), imperativo, avasallante.
Lo que era una conversación con mi mamá se volvió una autoconfesión: soy un hombre de 25 años mirando el suelo, jugando con un palito, quebrándome en llanto mientras le digo a mi mamá por videollamada que estoy cansado de todo. Capaz era la resaca de haber salido la noche anterior (bailar funk en una tabacaría es todo lo que pensé: perfecto y sexy. Capaz era el domingo a la siesta entrando en todo su esplendor asesino. O el estar en la casa de Rayssa, lugar que me hace sentir en casa. O todo junto.
No supe contenerme, caí en la cuenta de que estoy agotado, cansado de lo que parece ser una vida sin grandes problemas. Me preguntaron cuál era mi propósito. No esa pregunta, no de nuevo. La que pensaba que ya estaba respondida.
Soy todo este quilombo de preguntas. No sé adónde va mi vida. No sé lidiar conmigo: a veces la soledad, a veces el hastío social. Casi siempre la incomodidad. No sé qué me dejo sentir en relación a Dudu. No sé si puedo caer en el enamoramiento, parece que es sólo sexo hasta que me doy cuenta que lo estoy viendo mover los labios y sólo pienso en dormir en ellos. Hasta que en sus ojos veo lo que no tiene nombre pero vive en las personas que nos atrapan.
Mi papá finalmente me dijo que me ama. Primero en un texto que recebí el jueves a la noche. Lloré. Le respondí sin miedo que yo también lo amaba. Que estaba orgulloso de él. El domingo de la videollamada con mi vieja él estaba ahí al inicio. Le dije te amo en voz alta después de más de 14 años. No esperaba su respuesta, pensaba que iba a congelarse como las últimas veces que intenté ser tierno. Pero me respondió: yo también te amo, te amo mucho. No sabía cuánto extrañaba a un papá cariñoso. Todo había cambiado desde la tarde en la que no dejó un pedazo de mi cuerpo sin golpear con las manos, con las frutas que me tiró mientras me obligaba a bañarme, o sin escupirme, o denigrar. Un nene de 9 años obligado a desnudarse a los golpes y a bañarse en agua fría mientras le patean la espalda aprende a no confiar de nuevo. Algo se le rompe, comienza a construir el mayor enemigo de su vida: un odio irracional, un rencor hediondo. Un acuerdo de silencios incómodos. La renuncia a intentar.
Ese nene entendió el perdón cuando escuchó a su padre decirle que lo ama, con la honestidad de una primera vez.
Ese nene que está llorando ahora mientras procesa el sabor del amor paterno, también va y vuelve de la lucha consigo mismo. No sé si quiero seguir estudiando, probado está que conseguí algunas cosas sin tener título, y podría aprovechar esa plata en otra cosa. Aunque también estoy casi en la mitad de la carrera, y la educación me sigue apasionando como al principio. Todas las grandes cuestiones aparecieron en el momento de flaqueza y reflejan el estado inconsciente. Mi pared de autocensura no consiguió asegurarlas en la pereza.
Necesitaba descargar esto. Creo que preciso volver a la playa para mirar el mar un par de horas hasta que las piedras toquen el fondo.
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callmealgol · 1 year
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Eros y Tánatos (02/11/2022)
Bueno, lo que estaba calmo sólo esperaba las explosiones de Octubre.
Después de haber despedido a mi hermana en la terminal de Camboriú, la paz y la soledad volvieron, casi siempre de la mano para mí. La vida continuó su curso tenue. Empezó un nuevo semestre de la universidad así que estoy volviendo a ese ritmo de estudiar cuando la voluntad acompaña. Durante la estadía de mi hermana, empecé a ver a alguien. Fui a su casa un sábado a la noche buscando sólo sexo casual, y la química que hubo fue una niebla roja entrando en la cabeza. Decidí quedarme a dormir en su casa, y a la mañana siguiente volvimos a intoxicarnos. Cuando volví a casa sentí que había sido genial, que ojalá volviera a verlo. El sábado siguiente decidimos repetirlo, así como el sábado después de ese. Cuando caí en la cuenta, estaba esperando el fin de semana para verlo. Casi no nos hablábamos los días de semana, pero el mensaje el sábado a la mañana ya ni siquiera invitaba, era sólo para confirmar los planes que los dos ya habíamos pensado: ir a su casa, tomar vino dulce, fumar porro y escuchar música hasta que la tensión explotaba bajo la luz roja de su pieza. Entre una batalla y la otra comer chocolate, conversar sobre la semana, escuchar música, una tregua antes de volver a enredarnos.
Cuando tuve la oportunidad, lo invité a casa. Y otra vez. Y ahora nos hablamos durante la semana. Y ahora estoy en la playa con su familia un domingo, fumando al lado del mar y viéndolo nadar adelante mío, todo salado, todo hermoso, lleno de sonrisa cuando me mira y se da cuenta que lo estoy mirando con unos ojos diferentes. Que simplemente me encanta ver su nuca mientras se mete al mar frente a mí. Que le sacaría mil fotos para compartirle al mundo la espalda morena de un chico lindo e inteligente.
De repente caí en la cuenta. Fue tan sutil que decidí fingir demencia. Me estoy enamorando de Dudu. Y él se está enamorando de mí, creo. La gran pregunta es si tendremos tiempo o energía para hacer algo más serio, nuestros horarios son tangencialmente opuestos. Es muy difícil combinar los tiempos libres que tenemos.
Por otro lado, mientras todo esto se desarrollaba, me entero que mi papá tiene cáncer. Una visita al dermatólogo por un supuesto quiste llevó a la identificación de un melanoma en la espalda. Un lunar muy irregular. Después de algunos análisis, el quiste se reetiquetó como ganglio con tumor maligno grado 2. Dos cirugías después, ya sin ganglio ni lunar en el cuerpo, se viene la gran prueba, hay que analizar el resto del cuerpo, para garantizar que la metástasis no continuó. Cerebro, sangre, huesos, páncreas. Estudios invasivos, pero totalmente necesarios. Radiación. Parece un chiste de muy mal gusto. Después de tanto tiempo pasándola para el orto para poder tener una casa, aflojar el ritmo, disfrutar de su vida, se viene a encontrar con esto. No cumplió ni un año viviendo en la casa que construyó con sus propias manos.
Hay un 50% de chances de que todo salga bien. Y hay un 50% de que salga mal. Realmente no hay nada que hacer hasta que se haga los estudios. Mientras tanto, las conversaciones. Las procesiones individuales. Cada uno lo está llevando a su manera. Yo estoy entre la culpa de estar lejos, el miedo a lo que pueda pasarles allá, la amarga aceptación de que la muerte siempre anda dando vueltas, sea amagando o dando el zarpazo final.
Estos días también encontré una película en Netflix. Entergalactica. La vi fumado, sólo para ver que es la mejor decisión que tomé en mi vida. La película me absorbió por completo. Y ahora no puedo parar de escuchar el disco que es la banda sonora del audiovisual. Kid Cudi, qué discazo, que buena historia, culiado.
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