Programa piloto de Capital Trip.
Invitamos a gente con personalidades distintas a probar nuevas cosas y aventurarse a visitar lugares a los que generalmente no acudirían.
Como niño con juguete nuevo, te pones a experimentar con las funciones, te sorprendes de sus capacidades, quieres presumirle a todo mundo lo que tu nuevo juguete puede o es capaz de hacer. Es entonces cuando el tiro de la cámara apunta a su mirada, mirada fija en la luz que emana del foco ahorrador...
Al instante no te cuestionas nada, simplemente aprietas el botón, hace "click" y listo. Pero ahora que la veo detenidamente me pregunto cosas como: ¿qué pensará? ¿por qué estaba viendo el foco? ¿se preguntará si puede tocar la luz?
Eso es lo maravilloso, el hecho de no saber que piensa y que cada quien interprete su mirada, esa mirada que guarda sus secretos con la luz
...fue entonces cuando me sentí agobiado por las miradas, no cabe duda que una cámara sigue siendo un objeto al que la gente le huye. Al portar ese aparato maravilloso, capaz de guardar instantes, pensé en ajustar velocidad, diafragma y sensibilidad. Fue entonces cuando de la nada se asoma este niño, mirando como a lo lejos sus semejantes de igual edad, con camisa, pantaloncito de vestir, zapatitos bien boleados y las niñas con vestidos rosas y amarillos, disfrutan de una fiesta infantil a la que... él no está invitado.