Tumgik
nosight · 3 years
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HOLAAAA!!!
Holaaaap!
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nosight · 3 years
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Hace muuuucho que no se ve nada de ti
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Awww que bonita imagen! Gracias por escribirme :D (aparte que en mi app de tumblr jamás me notificaba nada T-T) pero ya estoy aquí. Espero que te encuentres muy bien
Espero hayas tenido un wonito octubre! 😉
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nosight · 3 years
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Hola
Tdo bien? No se sabe nada de tí desde hace rato
Holap :D
Si, el tiempo se fue volando ToT no crei que me tomaría tanto tiempo la adaptación a mi nuevo empleo y un montón de cosas más. Pero ya estoy aquí :) empezaré a ver las cositas que me perdí.
Me alegro que sigas por aquí 😊 un abrazote!!
Aquí una abejita para ser feliz 😌
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nosight · 3 years
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AY ALGUIEN CON VIDA AQUÍ
Hahaha si!! Casi muero tratando de sobrevivir con el trabajo, la pandemia y quien sabe que cosas pero he regresado ToT
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nosight · 4 years
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Navidad con Quetzacoatl
En 1930 Quetzalcóatl se convirtió en figura oficial de la navidad en México. Se intentó sustituir a Santa Claus. Ojala repitan el evento 😬
Esto fue lo único que me podía imaginar...
El niño:
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México: Quiero un mustang, un departamento en Nueva York... Y... Ah! Pagar la deuda nacional :D
Los padres:
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😆 síiiii, para mi Tlaxcala es el otro padre. Amo lo feliz y orgulloso que se ve aqui.
Ya veremos si también habrá foto del día de reyes :p
Besitos!
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nosight · 4 years
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Mujer,estas viva?Te encuentras bien? saludos
Holap!
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Y tu?
Han sido unas semanas pesaditas con el trabajo T---T pero ahora si puedo continuar escribiendo y mañana subo un dibujito con amorsss :D que ya se me fue el sol. Espero te guste 😉
Gracias! ☺ no me tardo nadita con la actualización.
Saludoosss
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nosight · 4 years
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Holaaaaaaaaaaaa, como estás?
Holaaaaap :) bien hahaha con caloorrssss y tu? UwU
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nosight · 4 years
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Cada día de por medio- Cap 9
T--T los extrañe!! quedó muy largo el fic, va la primera parte, asi que a darle. Ya estoy mejor de salud y sin férula (pinshi dedo chafa) :p
Mil gracias por sus comentarios y reblogueos! @xylademigod (gracias por tus mensajitos!) @androgynousherringweaselzine @buenasjovenes (AME TU DIBUJO y tus mensajitos) @naozcdm03 @aflowertale @sweats15 @pandorawwart @panquesito-11 @creepyday13 @epiyi
Los amo raza :D y espero que no tenga hambre porque si no... les va a dar! 
Capítulo 9: Mientras no me olvides no me voy.
“Una cosa es saber y otra cosa es enseñar” Cicerón
.-.-.-.-.-.-.Flashback
España tenía que admitirlo, este era el octavo día desde que emprendieron el viaje de regreso a América y no había ninguna novedad. Bueno, había una…
-Miau.-Escuchó maullar al felino mientras detenía su andar frente a él y se lamia aquellos bigotes con total descaro, demostrándole al español que no venía con la intención de exigirle nada, sino a presumirle lo satisfecho que estaba luego de devorar la mayor (quizás toda) porción de carne que le regalaba su dueño diariamente.
Ese era Balam, el pretencioso gato que España le había regalado a Nueva España durante los primeros días de la estadía en Europa. Primero para algo de compañía, por supuesto, y como signo de remordimiento del español luego de perder la paciencia con el más joven durante la hora de la merienda. La verdad, no esperaba que el felino tuviera semejante apego hacia el novohispano debido a su naturaleza de poca domesticación, pero esta vez se equivocó. Por eso, y con justa razón, había sido cruel prohibirle al novohispano llevar al gato en el barco, aunque se justificó imaginando cual podría ser el destino del animal al pasar semanas en mar abierto y tratando de evitar ser asesinado por los perros que irían abordo. Prometió que en el castillo no le faltaría cuidado, y aunque Nueva España no quiso atender a razones, no discutió más por la decisión.  
Como últimamente y esperando que no se volviera una costumbre, España tomó el bizcocho blanco y lo llevó a su boca para devorar un pedazo de forma automática, pero esto no impidió que disfrutara de su sabor, no por nada este bocadillo estaba reservado para el general y el almirante. Se puso de pie y agarró con fuerza el plato con el resto de su ración de esta mañana. No camino muy lejos.
-Cómelo todo.–Ordenó el español mirando apenas de reojo a Nueva España, a la vez que depositaba la pieza de madera encima del plato vacío en la tablilla donde el menor había estado comiendo durante estos días. - Sabré si no lo haces. Que el gato ya ha tenido suficiente, maldita sea. –Concluyó con esa novedosa promesa, y sin esperar respuesta siguió caminando hasta llegar a donde se encontraba uno de los oficiales para ponerse al día de lo que les podía acontecer el mar esta vez.
Esta sí que era una costumbre. Desde que España se enteró de que de una u otra manera Nueva España había logrado ingresar a Balam abordo, entendió la razón por la que éste salía a la cubierta principal apenas recibía su ración de alimentos y no permanecía en la mesa como todo el resto. En un principio tenía la idea que el novohispano quería permanecer lejos del grupo, como si tuviera alguna especie de recelo debido a que, con excepción de él, las demás personas que habían venido desde el nuevo mundo hacia España, habían decidido quedarse allí, en España.
Sin embargo, no había sido hasta el segundo día después de partir, que el español había escuchado un escándalo que involucraba ladridos. Después, gemidos lastimosos. Una vez que España había llegado a la popa del barco lo entendió todo: al parecer, el curioso gato había decidido salir de aquel que había sido su escondite y por ende, había sido perseguido por los perros. Nueva España, quien anteriormente le había tomado un terrible temor a los enormes perros, acababa de superar ese miedo para proteger a su pequeño amigo, algo que incluyó en la lesión de la pata de uno de los perros durante la confrontación. A causa de esto, España tuvo que lidiar con los reclamos del dueño de los canes, quienes ahora entendían la prudente distancia que debían tener con el novohispano y su gato.  
De manera que, ahora al igual que el primer día, Nueva España prácticamente dividía en porciones más pequeñas sus raciones diarias, y aunque era el primer felino a quien se le veía tener gusto por comer pan, también era quien maullaba para consumir casi toda esa carne. Esta fue otra noticia que hizo molestar todavía más a España, que si bien podía conseguir más raciones o incluso pedir algo de la comida de los perros para Balam, esperaba que el novohispano aprendiera alguna lección y comenzara a priorizar la escasez de los alimentos de ese viaje. Nuevamente se equivocó y aquel mimado gato estaba lejos de alejarse del plato de su dueño, aun cuando el español había comenzado a proporcionarle algunos trozos de carne destinado para los perros. En conclusión: España hacia algo parecido para dejarle la mayor porción de sus alimentos al novohispano, después de todo, al igual que felino, también estaba en crecimiento.
Y si de algo España podía estar seguro mientras miraba al menor comer el plato que acababa de dejarle a Nueva España, era que éste, efectivamente, apenas era un crío, uno que solo se había dedicado a observar y cuidar a su gente en la distancia, pero que ahora tendrá que ser la representación de la misma.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.Fin de flashback-.-.-.-.-.-.-.
3:42 am
- ¡Oye! ¡España! – Llamó con prisa el argentino por segunda vez. Todavía permanecía agarrado de la puerta que acababa de abrir pero ya estaba tentado a tirar de la sabana que cubría al otro con el fin de despertarlo. - ¡España! -
Como si se hubiese tratado de una corriente eléctrica, el español abrió los ojos de golpe. Se sentía como si hubiese estado escuchando su nombre desde el primer llamado pero su cuerpo no le hubiese respondido como quería. Con esa misma velocidad se sentó en la cama y miró a todos lados buscando algún problema.
- ¡Epa! No hay fuego, tranquilo. –Retomó Argentina con sus palmas abiertas para aminorar la sorpresa. – Che, México tuvo una pesadilla, no sé qué dice pero estoy seguro que pregunta por ti… -
-Mierda. – Escupió entre dientes España a la vez que retiraba con fuerza las sabanas que atrapaban sus piernas. Se puso de pie y fue detrás del argentino a la habitación de enfrente.
A primera vista se podía ver Rusia sentado en la esquina de la cama, con su mirada en dirección al novohispano, y aunque guardaba distancia, su brazo semi-extendido alcanzaba a posarse perfectamente sobre la rodilla de México en una especie de confort.
Por otro lado, el novohispano había pasado de mirar su regazo con el ceño fruncido a levantar la vista y expresar incredulidad cuando después de ver regresar a Argentina, también vio ingresar a España, quien en segundos tomó lugar cerca suyo, lo que obligó a Rusia ponerse de pie.
-Vale, yo me encargo de él, vosotros podéis regresar a dormir. –Indicó España, apenas dándoles un vistazo. Sinceramente, no quería que esto se volviera una conversación que involucrara a cuatro personas, era de madrugada.
Argentina titubeó un poco, quería seguir atento a la situación, pero lo cierto era que México aparentaba estar tranquilo. Salió justo después de Rusia y sin cerrar la puerta.
-Nueva España ¿te duele algo? –Preguntó el español despacio, lo que ayudó a revelar la evidente somnolencia y voluntad por mantener sus ojos abiertos, con los cuales pretendía buscar algún signo de molestia en alguna parte del cuerpo del menor. Cuando recibió una negativa con la cabeza, tuvo que suspirar. – ¿Quieres hablar de eso?  – Otra vez, un no con la misma acción.
A diferencia de los ojos de sorpresa del novohispano, España cada vez tardaba más en responder a sus propios parpadeos. Tanto era su cansancio que no pudo notar lo más obvio en esa conversación. En su mente, solo podía atribuirle esa inquietud por ser la primera noche que México dormía en su habitación, que todavía no reconocía. Sujetó su frente como si eso le pudiese ayudar a pensar en qué hacer a continuación. Y nada. Volvió a mirar a México, quien no quitaba la mirada atenta de él, como si esperara algo pero no decía que.
- ¿Estás seguro que te encuentras bien? –Preguntó el español, casi alzando sus cejas, queriendo obligar a sus ojos a abrirse más. Esta vez el novohispano asintió. Eso era todo, no iba a insistir más.– Venga, a dormir pues. – Otra afirmación no verbal le dio la última señal para levantarse. Ya de pie, tomó la sabana que ya estaba a la altura de la cadera y la levantó. México le miró confundido por un par de segundos, después, lo entendió. Una vez que su cabeza descansaba sobre la esponjosa almohada, sintió como aquella pieza de algodón fue extendida hasta llegar a su cuello, donde España por fin la soltó. Sin esperar más, se fue directo a la puerta donde se detuvo una vez que apagó la luz de la habitación.
-Si vuelve a pasar ven a buscarme. Que no sea pronto por piedad – Pensó esto último España para finalmente liberar un fuerte bostezo a la vez que emprendía rumbo a su cama. Y, al igual que en la habitación de México, decidió dejar la puerta semiabierta. Era seguro con el sueño que sentía, la luz tenue de la lámpara del pasillo no le molestaría en esta ocasión.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
5:03 am
El irritado español casi arrojó su nuevo celular de regreso a la mesita de noche al ver semejante hora de la madrugada. Se reacomodó por quinta vez en la cama, y frustrado soltó otro suspiro ante la imposibilidad de dormir. Habia cambiado a su lado izquierdo para esta vez mirar la ventena. No es que deseara dedicarse a contemplar cada parte del dormitorio aun cuando esa poca iluminacion se lo permitiera, no, estaba exhausto. Sus ojos eran pesados y se cerraban automaticamente, pero fueron sus pensamientos quienes no le dejaban descansar. Desde que regresó a su cama, habia comenzado a procesar demasiadas cosas (ahora que no había quien le solicitara su atención a cada instante).
En primer lugar, lo mas reciente, el hecho de que las pesadillas de Mexico que Chile le habia contado eran ciertas, pero si no habia recuerdos del virreinato ni la de independencia ¿Qué soñaba? ¿Qué significaban? ¿Qué otros sucesos le perturbaban? ¿Podría eso impedir que recordara y que incluso llegase a provocar algun retroceso a lo que habia aprendido hasta hoy? No, no, no, eso no podia ser, de lo contrario hubiera reaccionado ante la cercania de Rusia (demasiada a su parecer).
Después, el hecho que este fuera el primer dia fuera del hospital. Teniendo en cuenta que hubieron demasiadas sorpresas para Nueva España, éste buscaba adaptarse a lo que le iban enseñando. Tambien recordó como habia sido este día. Después de comer, que la fogata había dejado de levantarse en grandes llamas y la noche se había tornado más fría gracias a la humedad entre tanta vegetación. España fue el único en encogerse por inercia ante la más ligera brisa de aire, ya que al igual que Rusia, su lugar se encontraba más separado del fuego en comparación a los de Hispanoamérica.
Las horas se habían pasado con la incesante curiosidad del ruso por querer conocer más sobre el pasado de México, que dieron pie a una larga lista de preguntas las cuales España tuvo que interpretar para los presentes. En varias ocasiones el español había tenido que frenar de repente al emocionado novohispano para repetirle que disminuyera la velocidad de sus palabras.
Luego de un buen rato el europeo se había agotado de tratar de seguir el ritmo y había soltado un bostezo, decidiendo detenerse. Aun así, México continuó hablando sin parar sobre otras cosas, una de ellas, fue advertirles a sus amigos sobre el ahuízotl: una bestia que acechaba ríos y lagos, del tamaño de un perro, de cuerpo negro y liso, con una larga cola donde la punta de ésta tenía una garra que le servía para atrapar a sus víctimas para después ahogarlas. Por último, les alertó que jamás siguieran el llanto de un bebe cerca del agua, pues era la manera de atraer a sus víctimas. Ante semejante realismo, no le quedó de otra a España más que volver a traducir ante la insistencia del argentino, quien había cambiado su sonrisa por una expresión de miedo una vez que escuchó la parte en la que México explicaba la cantidad de peligros que podían encontrar en estos alrededores, ya que de hecho, él pensó en adentrarse al río para conseguir la cena. España resistió sus ganas de reír debido a la maldición que soltó el argentino apenas el viento había hecho sacudir algunas ramas detrás de éste.
Sin embargo, la única parte que se negó a seguir traduciendo fue aquella donde Nueva España alegaba que la muerte relacionada con el agua les llevaría al mejor paraíso de todos; el de Tláloc. Con esto y sin el mejor humor, el español procedió a apagar la fogata con el agua restante para “invitarlos” a entrar. Ese era otro dolor de cabeza ¿tendría que enseñarle religión?
Ya dentro de la casa, la siguiente misión había sido la organización para ocupar los otros dos dormitorios restantes para dormir (sin contar el de México). Argentina alegó que la vejez de España automáticamente le hacía acreedor a una habitación y la otra habitación que quedaba a disputarse terminó siendo para Rusia ya que solo restaba el sofá de la sala y no parecía lo suficientemente cómodo para alguien robusto como el ruso.
Argentina también había sugerido irse a dormir en la misma habitación de México para hacerle compaña. España no lo pensó dos veces para replicar rotundo no. No le importó que esto podría haberle hecho admitir que todavía temía que en cualquier momento México pudiera hacer algo en contra de alguien más. Su pobre corazón aún se aceleraba en pánico si pensaba en algo relacionado con sacrificios. No quería contradecirse cuando había dicho que no había de que preocuparse, pero era solo una noche, ya mañana podrían ir y conseguir otra cama. Ahora que lo analizaba, tal vez él mismo debió haberse quedado a dormir con Nueva España para poder vigilarlo. Le parecía tan extraño que Rusia y Argentina pudieran haberse percatado y él no, a pesar de haber sido quien se encontraba más cerca.
Y así, por todo este tipo de cosas no podía descansar.
Solo era cuestión de respirar….despacio….respirar y tratar de perderse en su estado inconsciente sin pensar en lo poco de tiempo que quedaba para dormir. No quería ni imaginar la energía que podría tener Nueva España una vez que se despertara. Tendría que sacarle la verdad sobre su pesadilla, de una u otra manera….espera, no, se supone que no debía de pensar.
Nueva España, eso era, esta vez sí podía llamarle así, porque él lo era…
Finalmente lo estaba logrando, por fin sentía que se relajaba suficiente. Su cuerpo se sintió más suelto y su respiración más pausada. Dios, estaba tan cansado…
Tap….clack….clack
España estaba pensando si esto se trataba de algún sueño consciente, pero al sentirse todavía en la cama temió que se tratara de una parálisis del sueño, para su desgracia. Sin remedio, intentó abrir los ojos y no pudo, eso sí que le causaba dolor. Lo intentó de nuevo, con más fuerza y lo logró. Con mucha resistencia por parte de sus parpados pero lo consiguió y ahí estaba la ventana.
Tap….clack….clack
Otra vez, esos pasos se escucharon, igual que el chasquido de una puerta que anuncia su cierre. La única puerta, que además de la suya, había permanecido abierta.
Tap….clack….clack
-Joder, tiene que ser una puta broma…-Se dijo el español a la vez que se movía para quedar bocarriba en la cama. – ¿Es que ese crio no tiene botón de apagado? – Ya había confirmado que se trataba de Nueva España, el único quien, todavía no acostumbrado a lo pesado que le resultaban aquellos zapatos, hacía que sus pisadas sonaran demasiado.
Apenas volteó a mirar a su lado derecho y efectivamente, la habitación del menor frente a la suya estaba con la puerta cerrada. Bueno y ¿a dónde se dirigía? No creía que fuera a utilizar el servicio (sanitario) que se encontraba en medio del pasillo, puesto que la habitación de México tenía el suyo integrado.
El español estaba tentado a hacer caso omiso, estaba que moría de sueño…especialmente luego de haber dormitado quizás por unos 2 minutos probablemente. Sentía que si intentaba levantarse en este preciso momento, solo se pondría de pie su alma y el cuerpo se quedaría justo ahí, incluso ya había vuelto a cerrar los ojos. Además, ya comprobaron que el novohispano sí regresaba a su casa. Quizás se iría a jugar con la luz de la nevera otra vez para ver cómo se apagaba y se prendía, bueno, genial, ahora tendría que pensar en el electrodoméstico también…
Tap….clack….clack
No, a esta altura España ya no se quería levantar. Era imposible.
- ¿Meshika? –Se escuchó decir a Rusia también en el pasillo.
Y así, en menos de 5 segundos España ya estaba de pie maldiciendo a todo lo que conocía y tomando dirección fuera de su dormitorio. Allí se encontró con Rusia, apoyado en el marco de su puerta con los ojos entrecerrados por despertarse (que sueño más ligero) mientras miraba a México, quien acababa de voltear a mirar hacia atrás notando al español. Este último, no dio oportunidad para saludos y tan pronto llegó al novohispano, le tomó de los hombros, le dio la media vuelta y lo redirigió sin soltarlo hasta su habitación.
-No has dormido una mierda ¿verdad? –Gruño España fastidiado y entre dientes. En ese pequeño escenario ya eran muchas cosas las que le molestaban y el dolor en su cabeza recién comenzaba.
-Au… (Pero…) –Replicó México, o lo intentó. Al venir por delante, tuvo que abrir la puerta que acababa de cerrar para adentrarse a la habitación, donde no fue soltado hasta que se sentó en la cama.
-Nueva España, ahora no, tengo demasiado sueño para poder traducir una mierda. -Declaró el español para silenciarlo, utilizando lo que le quedaba de energía para agacharse y retirarle los zapatos al novohispano. La paciencia no era su fuerte cuando estaba de mal humor. En otra ocasión se hubiese sentido satisfecho de como México había doblado todas las cobijas (incluyendo el cubre colchón) y las había apilado en la esquina de la cama, pero por ahora esto solo le daba más trabajo por hacer. – Ahora acuéstate, deja que amanezca y me dices todo lo que quieras, pero por ahora a dormir ya. -Continuó con su tono de voz neutral atemorizante y firme. Aunque no faltaba mucho para terminar de estresarse. El novohispano obedeció y así, España procedió a extender dos de las cobijas por encima del otro mientras miraba que estaba con el ceño fruncido, sabrá Dios cuales eran sus planes que habían sido frustrados, pero que no se preocupara que la nevera no se iba a ir a ningún lado, ni él tampoco, de eso estaba seguro. No esperó más y también tomó lugar en la cama, pero sin entrar en las cobijas. - Venga, cierra los ojos que no me iré hasta asegurarme de que te hayas dormido. – concluyó aliviado al sentir la suavidad de la almohada donde acababa de posar su agotada cabeza, casi soltó un gemido de alivio.
México también buscó reacomodarse sobre la cama, queriendo dejarle a España espacio suficiente. Era cierto que no había vuelto a dormir, y no quería tampoco comprometer a que el español permaneciera despierto cuando no paraba de bostezar con algunas lágrimas, por lo que cerró los ojos y se encogió en su espacio todavía dándole cara a España para que éste pudiese creer que estaba por retomar el sueño. Así que empezó a tratar de relajar su respiración, con inhalaciones y exhalaciones profundas, esperando que de esta manera España llegara a dar por hecho que el cansancio le había vencido. Mientras tanto, siguió pensando en su próxima tarea. De acuerdo al color del cielo a través de su ventana, el amanecer estaba próximo, y en vista de que seguía desconociendo todos los alrededores de su hogar, era importante salir a buscar provisiones para preparar algún desayuno antes de que los demás se despertaran. Por lo que recordaba, el mercado estaba a una distancia bastante considerable si no se utilizaba el caparazón de metal que dirigía Rusia, quien probablemente también había regresado a dormir. Nunca antes se había sentido apresurado por este tipo de cosas, no estaba muy acostumbrado a la compañía.
Cuando el novohispano abrió despacio uno de sus ojos, temiendo que el español le estuviera viendo, se llevó la gran sorpresa de que éste había caído dormido, su labios ligeramente abiertos, sus expresión relajadas y su respiración profunda. Esta vez México parpadeó con asombro y entre tanto, pudo dejar el tema anterior y asegurar lo que tanto le inquietaba sobre su pesadilla: España.
México recordaba cada sensación; la arena húmeda debajo de sus pies, el olor a sal del mar, el murmullo de muchas personas que al igual que él estaban viendo aquel barco partir de la costa. Allá iba España, quien hace semanas le había traído de vuelta a sus tierras. Y al igual que los españoles que habían dejado nuevos animales, frutas, incluso españoles y otras tantas cosas. Ellos también cargaron su barco con un sinfín de cosas y allá iban de regreso a España. Mientras tanto, él ya tenía una lista de cosas de deberes por cumplir.
-“Puedes escribirme cartas, lo que necesites lo notificaré al rey.”-Le había dicho España, y aunque él había asentido entendiendo la mayoría de sus palabras, no supo cómo preguntarle por qué tenía que regresar si había quien gobernara en aquellas otros lugares.
Era verdaderamente extraño ya que en su sueño recordaba al español compartiendo los mismos colores que él sobre su rostro.  A pesar de eso, seguía sintiéndose familiarizado con el escudo que éste tenía en por todo el contorno de su ojo derecho. Era extraño, sí, pero no tenía dudas. Aquí estaba España, junto a él, aparentemente sin ninguna prisa por regresar a sus tierras. Era similar a los frailes franciscanos que se acercaban a su gente para aprender todo lo que pudieran sobre ellos, y vaya que había sido él quien aprendió de ellos en el trayecto por el mar. Eso significaba que España ¿también se quedaría?
Un segundo, y si las cosas que Guatemala le había dicho ¿eran verdad….?
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
10:14 am
-¡Mierda! –Exclamó el español cuando se sentó de repente en la cama. No recordaba haberse quedado dormido, pero la luz del sol a través de las cortinas le revelaron que ya habían pasado varias horas. El cantar de los pájaros era el único sonido que percibía en la habitación, ya que la puerta estaba cerrada, y eso no le tranquilizo ni un poco. En un segundo ya estaba retirándose la cobija que tampoco recordaba haber tenido con él, y emprendió la misión de averiguar cuál era la situación actual en esa casa.
Manteniendo la calma, España caminó por el pasillo sin percibir ningún otro sonido que no fuera externo. Al llegar a la sala tampoco pudo escuchar nada, pero sí logró percibir un olor…..un olor a pan tostado. Hasta que no se adentró a ese otro lado fue que pudo explicar tan silenciosa casa a pesar de estar aquellos tres en la barra de la cocina. Así estaba el panorama: Argentina se encontraba hojeando el libro de recetas que Rusia había traído del supermercado. Nueva España estaba sentado a un lado del argentino y parecía estar leyendo lo que fuera que tuviera escrito ese cuaderno azul, también propiedad del ruso. Este último, con un bolígrafo en mano, estaba frente al novohispano apenas inclinado sobre la barra mientras señala alguna cosa en esa misma hoja de papel. Podría parecer normal, de no ser porque al momento en que notaron su presencia, Rusia había tomado con la mayor calma y delicadeza esta libreta para proceder a cerrarla y apartarla en una esquina, ganándose una gran sospecha por parte del español.
-Por fin, España. Justo a tiempo para el desayuno ¿eh? –Saludó el argentino mientras dejaba el libro. –A que vos no sabés que nos ha preparado Rusia. ¡Unos moyotes, boludo! –
-Molletes. –Corrigió el ruso, aunque adivinaba que Argentina solo bromeaba como siempre. Procedió a dar la media vuelta para tomar del horno una charola, la cual contenía 10 piezas perfectamente acomodadas de tan mencionada comida.
Esta acción intensificó el exquisito olor de los ingredientes: el crujiente pan, el queso derretido y los frijoles refritos. Definitivamente alguien había seguido la receta al pie de la letra. Por lo pronto, México se había levantado de su lugar para también tomar 2 pequeños tazones y colocarlos sobre la barra. Uno de estos contenían una salsa, y el otro una mezcla de cebolla, tomate y cilantro picado.
-Que aproveche. –Dijo España, no tan sorprendido por la cantidad enorme de alimentos considerados para el desayuno en este continente. –No suelo desayunar nada tan pronto me despierto. -
-Dale, che, que México no quería empezar sin ti. ¿Y a que no sabes qué, boludo? Tengo que ser el primero en decirlo. – Inquirió el argentino con una sonrisa de par en par. Tomó la ceja alzada de España como invitación a que continuara. – ¡Que este boludo es una masa (genial), que ya logra entendernos!
La noticia impresionó a España, a tal grado de abrir los ojos de par en par, preguntándose si acaso gran parte de sus recuerdos habían regresado luego de una noche. Tuvo que acercarse más hacia ellos como si negara haber escuchado correctamente por culpa de la distancia.
-¿Es eso cierto? ¿Logras entendernos?- Preguntó sin pausa el español.
México se limitó a asentir y con esto, familiarizó a España los recuerdos de la noche donde el novohispano respondía de la misma manera; a través de afirmar o negar con la cabeza, demostrando que en ese momento también le había estado entendiendo. El español debió haber estado funcionando de forma mecánica para haber pasado por alto algo como esto. –Oh… bien ¿puedes hablar en español? – No sonaba tan emocionado en comparación a su reacción anterior.
-San tepitsin. –Confesó México, sintiéndose un poco intrigado ante las preguntas de España y en especial por la pausa que hubo una vez que le respondió, le hizo sentir como si éste no lo hubiera notado antes.
-Solo un poco ¿eh? –Repitió España, traduciendo con ello.- Normal. Habrá que agregar más palabras a tu vocabulario, además de las que puedas escuchar aquí. -
-Dale, che, que la primera clase sea sobre la comida que me estoy cagando de hambre. Vamos a comer.-Dijo Argentina, quien tomó los platos y con unas pinzas comenzaba a colocar 2 piezas de pan en cada uno, para luego dejarlo en sus lugares, incluyendo uno para España, para comprometerlo a tomar un lugar en aquella mesa. Que suerte que estaban todavía muy calientes y que suerte que el español por fin hubiese despertado, aunque seguía ahí parado como si se hubiera quedado dormido. Otra vez, insistió, pero sin tanto cariño. - Venité a sentar de una vez, boludo. -
Por fin aceptando, España aprovechó la posición donde se encontraba y tomó la silla que quedaba frente a él para sentarse y quedar a un lado de México. Y es que, a diferencia de la otra silla desocupada en el otro extremo, ésta ya estaba separada de la mesa lo que quería decir que era seguro que Rusia había estado sentado ahí durante la preparación del desayuno. Por este motivo el ruso, apenas se quitó el mandil negro, se dirigió hacia aquella dirección una vez que terminó de colocar las bebidas, quedando así a un lado de Argentina, aunque por su expresión neutral de siempre, era difícil saber si acaso lo había notado.
México miró los alimentos frente a él, mismo que él había seleccionado en aquel libro. Le había llamado la atención el chile, el tomate y especialmente los frijoles que la pintura mostraba. También pensó que la parte baja del alimento se trataba de alguna masa de maíz, pero durante su elaboración se dio cuenta que se trataba del producto de trigo. Casi no le gustaba, apenas y lo comió en mínimas porciones cuando estaba en España y no era algo muy popular entre su gente, de hecho, se había enterado que muchas personas habían quemado los primeros trigales y no era de sorprenderse, pues a diferencia del maíz, el trigo era sumamente delgado, similar a los tallos secos del maíz. Y se consideraba una mala y deteriorada cosecha (por no decir de hambruna). Nadie lo quería, ni siquiera regalado. Por eso, era difícil para él no sentirse apenado de no ofrecer los mejores alimentos en su hogar. Pero también asumía que ellos ya lo conocían y que podría gustarles demasiado, puesto que él consideraba que esta gran porción en su plato era normal para ellos. Admitía sentirse un poco extraño que sus invitados quisieran preparar el desayuno cuando claramente era obligación de él. Sin embargo, sus planes no salieron como hubiera querido debido a que se había despertado luego de Rusia y Argentina. Pero no lo tomó a mal, se sentía sumamente feliz con la compañía de todos.
Bueno, ahora solo esperaba que alguno comenzara a comer para que él también pudiera iniciar.
-Le has servido demasiado, con suerte se comerá uno de estos. –Instruyó España, quien había estado observando al novohispano en algún dilema. Tomó uno de los molletes del plato del mencionado y lo colocó de regreso en la charola del centro. La mirada disimulada de alivio de México fue su respuesta.
-¿Demasiado? Pero si le he visto comer hasta 4 de esos. –Dijo Argentina mientras terminaba de agregar una muy ligera capa de las verduras y apenas unas 5 gotas de salsa sobre sus molletes (hoy se sentía atrevido).
-Conozco a Nueva España. Sus comidas son ligeras. Claro, que si le llenas el plato tratara de comerse todo lo servido aunque le espere un dolor de estómago. –Replicó España tan natural como siempre. La expresión del argentino fue como si tratara de concretar algo en su pensamiento. – ¿Saben? Cuando le lleve a España para presentarlo ante el rey, éste quedó impresionado por los nobles mexicas y los tlaxcaltecas y todas sus reglas a la hora del banquete: ninguno de ellos quería ser el primero en tomar asiento, decían que querían evitar parecer hambrientos, tampoco comer rápido o demasiado, no grandes bocados, sé el último en terminar tus alimentos.  Lavar manos y bocas de los presentes…. -
-Debieron estar hechos pelota con eso. Al menos no tenemos que quemarnos la cabeza con el enjuague de boca. – Comentó Argentina antes de dar la primera mordida a su pan, que aún caliente dejaba un hilo de queso muy estirado hasta que con una precisa mordida logró romper este puente.
El siguiente crujir de algún bocado fue por parte de Rusia, quien con mayor delicadeza evitó que le sucediera lo mismo con su pieza. Mientras tanto, México trataba de contener su sonrisa ante la anécdota de España sobre aquel viaje, por lo menos lo recordaba y el hecho de haber mencionado a varios de sus pueblos le demostraba el interés sobre cada uno de ellos. Decidió dar un trago a la bebida color amarilla que estaba cerca de su plato, no era para nada nueva para él, había probado esa fruta en España. Luego del primer trago, pudo notar una enorme diferencia a como lo recordaba ya que el jugo de la fruta parecía haber sido mezclada con miel, bastante miel, lo que le provocó pausarse un segundo para asimilar tal sabor. No era malo, solo algo penetrante en sus papilas, y aun así ya se encontraba dando otros 3 tragos pausadamente, y comenzó a tomarle el gusto al sabor excesivamente dulce. Tomaba los sorbos con calma, lo suficientes para no verse desesperado, pero pronto miró que casi había vaciado el largo vaso. Cuando lo devolvió a la mesa relamió sus labios como si también se hubieran vueltos dulces. Se volvió ajeno a su alrededor mientras procesaba este nuevo endulzante para su paladar. Quería un poco más. Tendría que esperar para no verse presuroso, pero era tentador teniendo frente a él aquel envase negro con el dibujo de una naranja.
-Nueva España, terminaras llenándote de zumo, come primero. –Sentenció España haciendo mayor énfasis en una de esas palabras cuando le volteó a mirar el susodicho. Lo mantenía vigilado. Por supuesto que tener el estómago lleno de líquido solo engañaría a su estómago y le haría comer menos. Por suerte, pareció entender algo del mensaje y ya le veía dando el primer bocado a su pan, el cual, le dio una agradable sorpresa de sabores.
-Jugo. –Corrigió Argentina. –Se dice jugo. -
-Zumo. –Insistió el español. –El jugo podría ser de cualquier otra cosa. -
-Ayoxokotl (jugo de naranja).– Participó México.
- Sí, vale, jugo, zumo, lo que sea, coño. –Dijo España algo exasperado, pero sin duda notó algo en ese desempate. – Venga, Nueva España, que si identificas palabras en español, tienes que practicarlas también. Así como has pronunciado cuchara, caminar y rojo…. – Iba a continuar, pero la negación con la cabeza con la que México rechazó la idea, le confundieron. - ¿No? ¿Qué quieres decir con que no? No puedes limitarte a entender. Tienes que empezar a hablar en español. –
- Tleika uikiliya (¿por qué debería?) –Respondió con duda el novohispano mirando con sospecha a España.
-…puto niño…-Pensó desconcertado el español, todavía analizando que decirle. La pregunta era sencilla, fue la intención lo que le confundía. ¿Qué le decía? Tenía como mil respuestas y aun así nada salía de su boca. Era listo ese crío. No le gustó la sensación, pero en su prisa empezó con un ligero tartamudeo. –Va- vamos….eh… pues hablar con todos nosotros, ya sabes, hablar con otras personas en la calle… ¡venga! que es completamente necesario aquí en tu territorio y que es el idioma de la mayoría de tu gente. –Eso había sido rápido y ahora no tenía ni una jodida idea si aquel cambio de expresión en el rostro de México, una mezcla entre molestia y aflicción era algo de qué preocuparse.
Si bien el argentino y el ruso desconocían el comentario de su amigo, el resto de la conversación les daba una referencia completa. En segundos, México alzó una ceja reflexionando y asintió con total tranquilidad, ayudando a recuperar la apacible atmosfera.
-Eh, boludo, mmmm…. –Llamó Argentina mientras colocaba una mano sobre el hombro de México a la vez que terminaba de masticar su último bocado del primer mollete. Dio un trago a su bebida para por fin deslizar el alimento por su garganta. Jamás perdió la atención del novohispano, quien le esperó.  – Puede ser difícil pero me tenés para darte consejos y aprender español.  Escúchame, solo tenés que identificar y saber decir unas palabras ¿vos me entendés? – A México le tomó 3 segundos asentir, aunque en realidad solo había comprendido palabras como “puede ser difícil”, “aprender español”, “escúchame”, “decir palabras” y “entender” otra vez, pero ahora en forma de pregunta. – Bien, che. Primero, lo primero. Hay que aprender las palabras universales, uno que otro insulto que te ayudará. A vos le enseñaré todas las que conozco empezando por: pelotudos, hijo de puta, ándate a coger a la repuerca concha de tu madre que te remil pa… -
- ¡Argentina! –Exclamó España como pudo en medio de un bocado que casi se le atora, golpeando con el puño la mesa a una corta distancia para interrumpir semejante escena. Argentina se detuvo sin inmutarse mientras contaba con su otra mano su tercer dedo alzado para no perder la cuenta. – ¿Cómo mierda le enseñas esas cosas? Esperaba que estuvieras dispuesto a enseñarle algo que fuera útil. ¡No tus guarradas! – A pesar de lo molesto que estaba, mantenía su postura y buscaba reprender al argentino con su mirada de enojo, porque la verdad, aunque fuera el peor ejemplo, la sorpresa del inesperado comentario era lo que casi lo mataba.
- ¿Yo guarradas? ¡Son necesarias! –Se defendió el argentino, casi riéndose de su propio juego. -No voy a permitir que puedan decirle estas cosas y no las pueda identificar. -
-Estamos en México, no un lugar repleto de argentinos haciendo el gilipollas y diciendo palabrotas a cada frase. –Replicó el español.
Mientras se daba sus propios argumentos, al perder el entendimiento de tal acelerada conversación, México aprovechó para tratar de tomar el recipiente con la salsa, pero al tener una cuchara en ella, con un ligero movimiento descuidado logró que la cuchara elevara la parte inferior y salpicara el picante sobre su mano y parte de la mesa.
-Coño. -Pronunció el novohispano, frustrado por el resultado y lo bastante alto para ser escuchado.
-….-Argentina se quedó petrificado usando únicamente sus ojos para cambiar la vista entre México y España, sobretodo en España, mirando como su boca se había abierto de incredulidad en medio de su conversación. Por lo pronto Rusia alzo las cejas en impresión, solo eso.
Eso sí que era un silencio.
-¿Que dijiste? –Preguntó España sacudiendo ligeramente su cabeza, como si funcionara para despejar su perplejidad. Enseguida retomó su tenaz mirada en el novohispano, indicándole que esta era una pregunta re-tó-ri-ca.
-Qué extraño, esa no parece una palabra argentina, boludo. –Aclaró Argentina disimulando su sarcasmo, tosió un poco y empezó a tomar de su bebida para evitar reírse al recordar todo el asunto.
-¡Coño! –Respondió con naturaleza México, casi con orgullo.
Argentina no lo pudo contener y tuvo que llevar su mano a su propia boca para evitar salpicar a lo bestia todo el jugo que la risa le había hecho expulsar. Rusia ya tenía media sonrisa de complicidad. Y España, otra vez, no sabía qué pensar.
-Ya…de las cosas que sabes decir en español ¿tenía que ser esa? – Concluyó el español resignado. Y bueno, casi deseo haber accedido al pedido de Argentina de pasar tiempo de calidad con el novohispano.
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Taraaaan! ¿Qué les pareció? UwU
Notitas pal refri:
-En la madrugada, lo que México les estaba preguntando a Rusia y Argentina era como era posible que España hubiera tomado el barco si se encontraban en su casa y no en la costa. Pobrecito u.u
-Un envase de jugo de naranja de 1 lt aunque diga 100% natural, puede contener hasta 10 cucharadas de sabrosa azúcar  D: asi que mejor a exprimir!
-Tender la cama es lo último que México hace, por eso España estaba satisfecho de que fuera lo primero que hiciera.... pero no a esas horas xD
-La información sobre los costumbres que tenían los pueblos mesoamericanos a la hora de comer se encuentra en el libro “Cultura gastronómica en la Mesoamérica prehispánica” donde también habla del mestizaje de alimentos (lo que comenté del trigo) y bueno, me encanta este libro! Se los recomiendo! :D
-La idea del gato Balam (que en maya significa jaguar) fue de @asitrita 
~Graciaaaaaas :D
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nosight · 4 years
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Holaaaaaaaa
Holaaaap 🥰
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nosight · 4 years
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Hola buenas tardes,días o noches. Le tengo una pregunta y es si ¿Cuándo actualiza? es que la verdad me dejó con mucha intriga y me gustaría saber la continuación.Si no actualiza pronto no hay problema usted es la autora y decide cuándo actualiza,solo es una pregunta. Gracias por leer esta pregunta,cuídese en éstos tiempos y que tenga bonito dia.
Hola!! Espero no estar respondiendo esto muy tarde T--T pero estuve muy enferma y apenas me voy recuperando. Claro! Cuenta con el siguiente capítulo el domingo! :D muchas gracias por escribirme, me alegra mucho! Jamás los dejaré con la duda xD esta historia sigue porque sigue 😬 también cuidate mucho con esta situación del virus. Un abrazote! 🥰
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nosight · 4 years
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Como vas con tu neumonía?, ten mucho cuidado por el coronavirus
Hola! :D mucho mejor, gracias! El problema ahora fue que me fractura un dedo y me quedo en cama 😭😭 hahaha pero ya con cel nuevo estoy escribiendo en el cel. UwU me pone muy feliz leer tus palabras. Un abrazote !
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nosight · 4 years
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Holaaaaaa, oye tas bien?? Porque no se sabe casi nada de tí
Si :) y espero que tu también, más allá de las tragedias que me pasaron en la otra preguntita que respondi... XD el otro celular supee chafa que tenía no me dejaba usar bien tumblr. Pero ahora ya me puedes encontrar por aquí 😬
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nosight · 4 years
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holiiiiiiiiiiii, solo quería saber cuando sería el siguiente capítulo, si no tienes tiempo entonces no te apresures podemos esperar
Hola!!! Lo siento T--T luego de la neumonía me fracture un fucking dedo del pie y me tocó estar en cama por 2 horribles semanas!! Y me acaban de decir que otra semana más 😭😭😭. Y bueno, apenas conseguí un buen celular para poder escribir aquí. Muchas gracias por tu paciencia. Seguramente este domingo podré actualizar! Un abrazote!! 😘
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nosight · 4 years
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Mujer sigues viva? hace tiempo que no sabemos nada de ti
Hey! TwT siii,sigo viva! Acabo de salir de una horrible neumonía que me tomó varias semanas u___u por eso mi ausencia, pero ya estoy mucho mejor y he regresado! :D
Gracias por tu preocupación, espero que también te encuentres muy bien ☺️ un abrazo gigantesco!
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nosight · 4 years
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weeeeey esa escena me hizo llorar ALV
@buenasjovenes !!! Me encanta!!!! 😍😍😍 Te quedó tan genial!!! Y así me lo imaginé!! Me hace tan feliz tener una escenita en dibujo U//U se siente tan bonito!! Muchas gracias. Perdoname por la demora, ando muy enferma y el trabajo me trae vuelta loca pero esto me ha animado como no tienes idea!
Mil gracias otra vez UwU me haz hecho el día!! No dejes de dibujar :) me mega encantó...y esa escena, también me hizo llorar TwT
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nosight · 4 years
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Wey no– aunque quiera no creo que ni los profes ni los compañeros de prepa hallen normal que un estudiante de repente grite por una historia xD y si, lo del camión lo sufro casi a diario –cries– jsjs bueno, y lo de los dibujos ¡Este fin de semana si dios quiere y si el tiempo me lo permite haré cuántos dibujos pueda! Y tomaré prestado un rato a Nueva España(?) Me vale que España, Rusia o Argentina no quieran, es mi puto país y me lo puedo robar cuando quiera(?) Ahre jajajaja buenas noches(?)xd
Haha buen punto, aunque recuerdo que en mis clases medio mundo se la pasaba gritando y haciendo alboroto, tal vez solo fue mi generación xD
Si!!! Ojalá y puedas!! :D tengo muchas curiosidad de ver qué escenas vas a dibujar. Se que te quedarán geniales! 😍
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De ser así, peleare porque no suban mas el mendigo camión! 😬 A veces que me pasaba así xD decía...consigo algo para comer y será la energía para caminar hahaha estaba medio loco pero le agarre amor a la caminada.
Hahahaha xD robar hahaha si, bueno, no creo que noten la ausencia de NE/México por un ratito, total, ya se les ausento una vez haha 😜
Wuenas noches!! UwU
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nosight · 4 years
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Hahaha tu grita! XD para que se les haga costumbre escucharte (que mal sonó eso xD pero tú me entiendes)
Awwww lo siento xD literalmente los lleve al mandado hahaha y a los sabrosos puestos de garnachas 😬. Rayos, te entiendo, hay que conservar lo del camión u.u prometo no antojar más xD
Hahaha si, bien inocente, todo es nuevo para él UwU. Puedes llevártelo y cuidarlo un rato pero tiene que regresar antes de las 9 de la noche para dormir xD
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Dibujos? 😍 Claro que porsupuesto que seguro que sí!! Yo demando exijo que hagas esos dibujos! :D y que me etiquetes para correr a verlos!! 😉
Muchas gracias a ti por el apoyo. ^^ tus comentarios son geniales! XD
P.d tu imagen revivió mi hambre de tacos xD
Cada día de por medio- Cap 8
Hellop! Ay el trabajo esta que me vuelve loca T_T pero buenooo, dije que estaría actualizando rápido y eso hare xD. Gracias otra vez por el apoyo ^^ y por sus comentarios y reblogueos, son un encantooo >w< @naozcdm03 @sweats15 @buenasjovenes @creepyday13 @sarubaru @necrofobialecadaver @xylademigod
A darle con el capi, la unica advertensia es que puede dar hambre xD como a mi haha
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Capítulo 8: Olvídate que alguna vez te hicieron mal. Verás que el corazón vuelve a sanar.
“Procurando lo mejor, estropeamos a menudo lo que está bien.” William Shakespeare
Los cuatro marcharon casi al mismo tiempo, integrándose poco a poco al resto de personas que caminaban hacia el cruce que los llevaría al otro lado, donde había docenas de puestos del mercado. Antes de llegar al límite de la banqueta, el color del semáforo frente a ellos había cambiado a verde, haciéndoles disminuir la velocidad a ellos y al resto de peatones cercanos. Sin embargo, apenas pasaron algunos carros, varias personas aceleraron el paso y corrieron hacia otro lado en la primera oportunidad que tuvieron, algunos apenas logrando cruzar y recibiendo entonados códigos de claxon. Así los imitaron algunos más.
Que la mayoría de los ciudadanos continuara su paso, le dio a entender a México que el camino era seguro y decidió seguir detrás de ellos también. Pero un fuerte apretón en su mano derecha y otra mano más grande posandose en su pecho le frenaron; se trataba de España y Rusia en ese orden.
- Aokmo. (Todavía no). –Sentenció España sin dejar de mirar hacia enfrente, directamente al semáforo. Por el rabillo del ojo pudo observar como el novohispano le veía a él y a Rusia, luego a los intrépidos suicidas que seguían corriendo por la calle. Podía adivinar que tenía alguna duda o una queja que decirle.
Los tres observaron como Argentina, quien ya casi en medio de la calle por haber dado unos 6 largos pasos también, se regresaba a la banqueta de forma disimulada para esperar junto con los otros. Y aunque no era de esperarse, que estos 4 hombres, que no lograban pasar desapercibidos, se quedaran esperando a que el semáforo diera la indicación para el cruce de los peatones, hizo que las personas que estuviesen llegando no intentaran hacer lo mismo que los primeros, y en cambio, esperaron acumulándose detrás de ellos. Incluso, hubo quienes detenían a sus acompañantes cuando querían intentar avanzar en la primera oportunidad. Fue cuando alguien consideró que esa era la oportunidad para enseñar con el ejemplo…
-Meshiko. –Llamó el ruso, señalando la luz verde del semáforo. –Verde. –Luego, señaló el suelo frente a ellos y con sus dedos imitó dos piernas moviéndose, entonces negó con su dedo y su cabeza. –No caminar. – Después, señaló la luz roja del semáforo del lado contrario. -Rojo. - Otra vez repitió el movimiento de sus dedos y asintió con su cabeza. - Sí caminar. –
-Caminar. Rojo. –Imitó México con su mano libre el movimiento de los dedos y señaló el semáforo. Supo que estaba en lo correcto cuando Rusia le sonrió. Luego, al voltear, se encontró hipnotizado cuando vio parpadear la luz verde, que se desapareció para dar vida a un color amarillo y en un instante el mencionado rojo.
La gente, recordando su acelerada vida, retomó el paso.
El novohispano sintió que era jalado de su mano de manera brusca, como si España hubiese dado un gran salto y hubiera olvidado que también lo llevaba con él. Todo lo contrario, el español sólo quiso apresurarlo para que siguiera su ritmo al caminar, aunque sí pudo haberse dejado llevar un poco y es que, inevitablemente, se sentía algo molesto o quizás resentido, después de todo, con esto, ya era la segunda vez que Nueva España repetía el español con dos de sus amigos…y ninguna vez para con él. ¡Ni siquiera había repetido la palabra coche! Ahora podría considerar que su primera palabra en español fue una estúpida cuchara.  Claro, todo esto era muy exagerado, pero si había una razón por la que él no había comenzado a enseñarle el idioma era porque se suponía que era cuestión de tiempo para que México lo recordara por su propia cuenta, por lo que, de no ser así, entonces a él le correspondía la enseñanza…. ¿cierto?
- Pero ¡qué bien huele, boludos! –Exclamó Argentina aspirando profundo. Identificaba el olor de diferentes guisos y carnes, de algunas comidas fritas y cosas dulces como los churros y los panes. - ¡Tengo tanta hambre! Busquemos algo para comer primero. –
España, al ver que ya se encontraban en el mercado y que recibían bastantes miradas curiosas, soltó la mano de México. Estuvo a punto de preguntarle si también tenía hambre (igual que él), pero recordando que momentos antes había vomitado lo único que llevaba en el estómago, era obvio que necesitaría encontrarle alimento.
-Yo puedo ir y ver que comida hay por ese…lado. – Indicó el ruso mientras señalaba hacia una esquina de la plaza donde el humo de algunos platillos preparándose era fácil de notarse. – Yo regreso en un minutos. – Sin esperar respuesta de nadie, comenzó a caminar para aquella dirección.
México comenzó a dar unos pasos hacia los puestos, sintiéndose atraído por el olor en el lugar, además de la enorme cantidad de mercancía que los habitantes traían consigo, aunque no creía que ellos pudieran haberla traído de tan lejos por su propia cuenta, y sin ríos para trasladarse en canoas, debía ser complicado para todos los comerciantes. Ahora bien, suponía que esperarían a su amigo, por lo que no pretendía alejarse demasiado.
Un par de canastas llenas de miles y pequeños alimentos llamaron enormemente su atención, al grado de hacerlo salivar un poco en su deseo de querer comerlo. Aquellos insectos los reconocería en cualquier lado: chapulines. Y aunque lucían de un color ligeramente más brilloso que de costumbre, él ya había hecho su elección.
- Niltse ¿keskin cacahuatl inon? (Hola ¿Cuántas semillas de cacao cuestan?) –Preguntó el novohispano a la señora frente a él, que le miraba en espera de alguna indicación. En realidad, no traía consigo ninguna semilla de cacao para comprar el alimento o cualquier otra cosa de valor con lo que poder intercambiar el producto, pero una vez que supiera su valor, buscaría como conseguir algo que lo igualara.
- ¿Cómo dice, joven? –Respondió con duda la vendedora, creyendo que se trataba de un extranjero que no hablaba bien el español.
La sonrisa de México decayó un poco y sintió una extraña pesadez en el estómago en respuesta a sus emociones, pues además de no lograr identificar la lengua en la que esta persona le hablaba, le era aún más difícil aceptar que ella no lograba entenderle a pesar de tratarse del náhuatl, la lengua predominante de SUS habitantes de esta zona. Intentó con el maya, creyendo que vendría de otro pueblo, pero obtuvo el mismo resultado.
-España. – Llamó México, jalando varias veces de la manga del mencionado, quien se encontraba de espaldas en el puesto de atrás mirando algunas artesanías. Éste le hizo caso y volteó a verlo. – Nejuatl neki mati keskin cacahuatl inon se achi (Quiero saber cuántas semillas de cacao pide por una porción). -
-Iiiugh –Expresó España mientras arrugaba la nariz con desagrado cuando se posicionó a un lado del novohispano. En un instante se agregó también Argentina, quien, en su propia reacción de disgusto, soltó una mueca más graciosa y de sorpresa. Por suerte, la vendedora se dedicó a despachar a otros dos clientes. –¿Tikneki titlakuas inin? (¿Quieres comer esto?) –México asiente. - ¿No prefieres una mazorca de maíz u otra cosa con menos…patas? -
- ¿Está diciendo que quiere comer eso? –Pregunta Argentina.
-Sí. –Responde el español, intentaba no mirar la montaña de insectos fritos frente a él, pero le fue inevitable no volver a arrugar su nariz. – Pero quizas…-
-Dale, no pongas esa cara, pues si vos no lo vas a comer, son para él, boludo. –Dijo el argentino particularmente molesto. Le había frustrado sentirse fuera de conversación y no poder que requeria su amigo, además del repetido y obvio asco por parte del europeo hacia la comida que el otro parecía querer tanto. Hasta él tenía límites. –Señora, deme una bolsa grande por favor. –Pidió a la vendedora.
-Claro joven ¿naturales o con chile? –Agregó la vendedora.
-Con chile, creo. –Contestó Argentina. Se había distraído cuando su amigo había vuelto a decir algo, pero España ya atendía eso.
- ¿Salsa? –Continuó la mujer, con el recipiente de picante en su mano, como si sólo preguntara por cortesía, asumiendo la respuesta afirmativa.
- ¿Mas picante? Ah… debería, pero no, creo que así sencillito, gracias. Son para él. –Señaló el argentino a México, a quien se le entregó la bolsa con el alimento. Metió la mano a su bolsillo para sacar algunos billetes.
-Yo pagaré. –Avisó España mientras tomaba dinero de su billetera y se lo entregaba a la vendedora. Tenía que recordar cambiar algunos euros ya que no le quedaban muchos pesos mexicanos para gastar.
- ¡¿Qué?! Oh, ya entiendo ¿son sentimientos de culpa? ¿o eso por qué? –Inquirió el argentino con humor, ahora que veía a México emocionado por devorar los chapulines, hizo que regresara su mejor actitud.
-Porque pagan más por los euros y conviene gastarlos. Por eso. –Concluyó el español, en aquel tono donde decía que daba por terminada su respuesta.
Minutos más tarde, y luego de que México les ofreciera a los dos para comer junto con él aquellos exquisitos chapulines, a lo cual Argentina no dudo en probar y que España rechazó (diciéndole que prefería que ellos comieran) fue entonces que Rusia les dio alcance para decirles las opciones que tenían para comer. España inició la propuesta diciendo la palabra: tacos. No hubo votación, ni consenso alguno. Ese platillo jamás entraba a debate, uno lo sabía al pisar el país.
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- ¡Aaah! -Jadeó Argentina tomando más aire tratando de quitar la sensación de picante en su boca, dio un trago largo a su bebida que estaba por acabarse. Y para colmo, sintió sus ojos llorosos. – Ese hijo de puta del cocinero dijo que no picaba y yo le creí. Pero esto no es la palta aplastada de siempre, debe ser solo chile. La concha de…¡Ahhh! -
- Amigo, si un mexicano te dice que algo no pica, te estamos mintiendo. No se cómo dormimos por las noches con esa culpa. -Comentó una muchacha sonriente, que también se encontraba comiendo en la mesa de un lado. -Mira, prueba algo de sal, eso quita lo enchilado de volada. -El argentino asintió y siguió su recomendación. Su lengua jugó un poco con la sal, pero la sintió mejor y casi había desaparecido el ardor.
-Oh….. Ya todos pueden seguir comiendo, ya estoy bien. -Dijo más relajado el argentino, tomando un poco menos de salsa para su siguiente taco. Era masoquista por excelencia. – ¿Y cómo se llama mi heroína? –
-Pregúntale al diller que te lo vende hahaha él debe de saber. Es broma, sólo juego. Yo… -Siguió la joven la conversación. Tratando de invitar a su amiga de pelo ondulado, quien se encontraba a su lado, a la conversación. Sin embargo, ella estaba jugando con la piedra verde en su collar mientras seguía preguntándose mentalmente quien era el sujeto de la gorra que comía a un lado de España, porque se negaba a creer que se trataba de aquel que sus conocimientos sobre banderas le dictaminaban. Desafortunadamente y a propósito, el español se dio cuenta de la mirada de esta mujer y ajustando mejor su asiento hacia la mesa, logró tapar de la vista al novohispano.
- ¡Ay no mames! -Continuó hablando la nueva extraña/amiga del argentino. Sólo recibió un “¿qué?” por parte de la otra joven. - ¿Ya viste lo que hay en el final de esta mesa? -
-Sí, varios países… -
-Ah…sí, también eso, pero mira la bebida del guapote alto (Rusia). Es un refresco que ya no venden en mi estado. ¡Voy a pedir uno! ¡Bueno, dos! -
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Aunque lograr convencer a México para que subiera al automóvil fue algo difícil (contradictorio a lo que le dijo España en un principio), el verdadero reto fue colocarle el cinturón de seguridad sin que se sintiera apresado, pero no iban a correr el riesgo de que algo en el camino pudiese hacer que quisiera arrojarse hacia afuera. Sin embargo, todo lo que vio entre las calles, sólo le impresionó, y que pudiese ver a tantas personas caminar de a un lado a otro, le dio tranquilidad.
Finalmente llegaron a la casa del actual novohispano. A diferencia de lo que muchos pensaban, la casa de México era sencilla, grande, pero acogedoramente sencilla. Se encontraba en una zona poco ocupada y retirada del paisaje urbano, le interesaban más los espacios abiertos y verdes.
La última vez que estuvieron aquí había sido hacía días, durante la fiesta donde sucedió el incidente. Gracias a Canadá y USA (no estaban seguro de este último), la casa se encontraba ordenada y limpia, ya que el canadiense, aquel día, pensaba que México volvería del hospital en unas cuantas horas y quería tener su casa en buen estado para recibirle y que éste pudiera dedicarse a descansar, en lugar de recoger botellas, latas y platos con comida. Y hablando de comida…
-Joder, este crio no tiene nada comestible aquí ¿Por qué no me sorprende eso? -Dijo España mientras revisaba el refrigerador, en el que al igual que en la alacena, no había algún tipo de alimento. Era una vergüenza que lo único que podía ser ingerido en esa casa fueran algunas de las bebidas alcohólicas acomodadas en una esquina y que aun tenían algo de líquido en ellas, no tardarían en ir a la basura. - Tendré que salir a hacer la compra. -
-México no vive aquí desde hace semanas ¿vos lo olvidaste? Sólo compramos lo necesario para la fiesta y ya. ¿Qué esperabas? – Defendió Argentina, recargado en el marco de la entrada de la cocina. De ese modo, podía mirar al español y del otro lado, al ruso y al novohispano, quienes se detenían cada pocos pasos, cuando México se mostraba intrigado por los diferentes objetos en la sala. Los focos fueron su mayor perturbación, pues creía que estaba viendo un pedazo del sol…estuvo a punto de interpretarlo como la manifestación de su dios, hasta que le fue explicado utilizando el interruptor de luz (como si fuera fuego).
-Si, lo olvidé. -Continuó el español, cerrando la puerta del electrodoméstico. Su mano todavía no se separaba de aquella manija y observó cada una de las pequeñas fotos colocadas en la puerta del refrigerador. Además de los amigos cercanos de México, había de muchos otros países, incluidos del continente europeo… de cuando les había visitado, eso era seguro.
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-Argentina ¿podrías buscarle algo de ropa a México para cuando salga de la ducha? -Dijo de pronto España mientras regresaba del pasillo.
-Ah… ¿sí? -Respondió el argentino en el sofá, levantando su vista del celular cuando no entendió del todo la petición.
- Gracias. Algún pijama o pantalón deportivo estarán bien. -Continuó el español mientras se acercaba la puerta, donde el ruso también estaba de pie. -Si no se acaba el agua caliente, quizás siga en la ducha cuando regresemos. –
- ¿Regresar? ¿A dónde van? -Cuestionó el argentino, poniéndose de pie y acercándose a ellos. - ¿Nos van a dejar solos? ¿Y si pasa algo? No sometimos esto a votación. –
-A ver, una cosa a la vez Argentina. -Respondió España. -Necesitamos alimentos, te dije que tendría que ir a la compra, por eso iremos a un supermercado cercano. No pasara nada. Recuerda que el delirio fue un síntoma de su enfermedad. Nos conoce, ya le he dicho que vendremos en poco tiempo y que tú te quedaras con él. Vosotros mismos lo habéis dicho, no es inteligente exponerlo a lugares como esos. Y…creo que fueron todas las preguntas… ¡ah! La última; esto no estaba a votación. El coche está a nombre de Rusia y yo hare la compra, se las cosas que le gustan a Nueva España. -Ya sabría lo que diría el otro. - Sí Argentina, en este momento piensa como Nueva España. –
- Las instrucciones son cosas que lo asocien al presente y quien realmente es: Mé-xi-co ¿Vos sabés esos gustos de México también? -Dijo el argentino, metido en la conversación, pero sintiéndose como el peor amigo del mundo por llegar a pensar en la desconfianza que parecía estar demostrando hacia México en ese momento. Aunque disfrutaba eso de dejar a España sin palabras como justo en ese instante, sabía que no era el momento. –Dale, vayan pues, que México se la pasará mejor aquí conmigo, che. Tienen que traernos de esos panes de dulce. ¡Ah! Aprovecha y compra un nuevo celular. -
- ¿Te crees que soy el banco de España? -Replicó en broma el español, queriendo ignorar aquel otro comentario del argentino y abriendo la puerta de la entrada. Rusia sostuvo la puerta y le cedió el paso para que saliera primero.
- ¡Pagan más por esos euros y conviene gastarlos, che! - Finalizó el argentino con una sonrisa satisfactoria. Pero ya no entendió lo que el español le dijo detrás de la puerta.   
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Discretamente, España dirigió sus ojos hacia el ruso, pensando que, ese hombre en verdad se veía como una máquina de matar cuando permanecía serio y no estaba conversando con alguien. Como si esos ojos azules se hubieran hecho hielo. No había mucho que hablar, nada interesante que contar o eso creía él, solamente quedó el ruido del carrito vacío de supermercado que iba empujando. Sabrá Dios si Rusia habrá logrado leer su pensamiento sobre él, puesto que, en unos segundos, el hombre más alto se interesó por algo en uno de los pasillos y se adentró en él. España no espero y regresó a lo suyo. Comenzó a repasar en su cabeza las cosas y los alimentos que tenía que comprar, que en realidad era todo lo básico como si acabara de mudarse a una casa amueblada. Se arrepintió de no haber inspeccionado bien el hogar y no haber hecho una lista. De todas formas, no estaba tan seguro de que productos que usaba en su país podría encontrar aquí. Lo bueno fue que, en este país había una gran variedad de frutas y verduras, que eran más frescas y baratas, iniciaría con eso.
El español aun podía recordarlo, iniciaba el virreinato y luego de las importaciones de animales, como el ganado y las aves de corral, los diferentes tipos de carne fueron introduciéndose a los platillos de esas culturas. Su peor pesadilla de seguir viendo a algunos pueblos dispuestos a servir en sus platos carne humana, estaba alejándose lentamente. El cerdo fue el más aceptado… y aunque muchos comentarios de sus aliados le hicieron saber que era debido a la gran similitud de textura y sabor, sólo quería que aceptaran también el resto de los alimentos; trigo, arroz, avena, las especias, otras verduras, distintas frutas, etc. Y lo mejor de todo era que cualquier pueblo lograba crear una gran variedad de platillos a través del mestizaje de estos alimentos, especialmente el trigo, de los cuales sacaron su propia variedad de panes. Los sacrificios dejaron de ser una preocupación.  
España depositó la bolsa con naranjas en su carrito, colocándola con cuidado a un lado de los tomate, las guayabas y las papas. Casi lo olvidaba, pero lo recordó en cuanto lo vio; tenía que llevar aguacates, no solía comerlos, pero sabia que México lo pondría en casi todo, a Argentina también le gustaban, así que tal vez 8 piezas serían suficientes (esperaba) para esta semana. No tenía ni idea de cuales chiles llevar con semejante variedad, un poco de todo ¿tal vez?
Siendo sincero consigo mismo, estaba teniendo un buen momento y aunque únicamente preparaba alimentos para él o un poco más cuando tenía visitas, esta vez trataba de ir más acorde a las necesidades del novohispano. Hubiera sido divertido traerlo con él para esta vez sí, practicar algo de español con él, aprovechando los colores y cantidades de las frutas y verduras. Eran ideas cursis y ñoñas, pero la situación parecía dejarlo llevarse. Recordando eso, se dio prisa y terminó con la sección de esos alimentos. Esperaba no tardarse demasiado, aunque hasta el momento, la estabilidad de Nueva España parecía ser constante y no parecía haber señal de alguna desconfianza, de había acostumbrarlo a tenerlo cerca de él.
-No pude preguntarte si…am…tú necesitabas algo de la línea de panadería. -Dijo Rusia, quien llegó detrás de él con sus manos cargadas de algunos productos, los cuales comenzó a colocar con cuidado en el carrito. – I broung bread (traje pan) de aquí. Disculpa, quise decir… -
-Puedes hablarme en inglés si te parece más fácil para expresarte. -Explicó España. - Descuida, soportar al imbécil de Inglaterra por tanto tiempo me ha dado bastante entrenamiento con ese idioma.
-Gracias. Aunque yo prefiero español para hablar, tiene muchas palabras y si me confundo uso ingles por palabras fácil. –
-Es bueno escucharlo. Vale, has traído repostería ¿cierto? Esos panes cubiertos de azúcar, frutas y cosas así. -Rusia asintió. España continuó observando el resto de las cosas para ver que podía faltarle. - Muy bien, que yo ya he echado el pan de siempre. Y… veo que me has ganado en conseguir el chocolate y las tortillas. También has traído arroz…, pastas, cacahuates y las mazorcas de maíz ¿qué es ese bote negro? -
-Mole. –
-Oh. Mira que has pensado en todo muy rápido. ¿Desde cuando eres mexicano?-
-Me gusta creer que hace 10 minutos. -Rusia sonríe levemente y le entrega un libro. – Aquí, tu puedes encontrar muchas recetas de desayunos, comidas y cenas, será muy útil. Todo de Meshika. –
-Vale, que es buena idea. -Comenzó a hojear el libro de forma rápida, aunque interesado por las fotografías de los platillos.  -Vayamos por las carnes, los lácteos y creo que habremos terminado. -
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-La próxima vez que venga el boludo de Chile, tendrá que traer la ropa que tenga de México con él. -Dijo Argentina mientras seguía buscando en algunos cajones más ropa de su amigo. No había tanta como había imaginado, pero para su suerte, encontró un camisón largo, que él ya declaraba pijama. Era de algodón y tenía unos bolsillos a los lados. Era imposible encontrar algo más cómodo.
Argentina escuchó una puerta abrirse cerca de con él. Apenas habían pasado cerca de 10 minutos y al parecer México acababa de salir de la ducha. Ese español le había mentido o era que el agua caliente aquí duraba muy poco. Fuera lo que fuera, sólo tomó la prenda de vestir y salió para encontrarse con el otro.
- ¡Wow! México, las toallas con las que te secaste también puede ser ropa. -Expresó el argentino mirando el cuerpo desnudo del novohispano, quien cerraba la puertas del baño detrás de él. En su mano sostenía la toalla húmeda. Sacó su celular. -Espera, una foto para futuro chantaje. –
- ¿Guatemala? -Preguntó el novohispano y se acercó al argentino para volver a tener comunicación con su más reciente contacto. -
-No, no, México, no es Guatemala. -Argentina volvió a guardar el aparato electrónico y le entregó la ropa a su amigo. -Esta es tu pijama, che. –Enseguida, el novohispano adentró la prenda sobre su cabeza y el final de esta llegó hasta sus rodillas, ahora creía que tal vez faltaba algo que atar a su cintura. – Quería buscarte algo más, pero creo que esa salsa me ha causado unas agruras que uff… -Posó sus manos poco arriba de su estómago y cerró sus ojos para dramatizar su agonía.
- ¿Apitsmiki? (¿Tienes hambre?) -Preguntó México. Ya había pasado algo de tiempo desde que comieron, pero debían esperar, se suponía que España había ido en busa de alimentos en vista de que no tenía reservas en su casa.
– Sí, moriré joven y sensual. -Asintió el argentino varias veces. – Vamos a tu cuarto, igual podemos seguir buscando otras cosas, pero está vez yo seré quien supervise, che. –
- Temoa achi amo uejka. Chia nikan (Buscare algo cerca. Espera aquí)-Sospechaba que, al ser de noche, los otros pudieron haber tenido dificultades para cazar algo o conseguir quien les brindara parte de sus reservas, después de todo, ellos no conocían estas tierras como él. Además, era su casa, él debía tener lo necesario para sus invitados. Nuevamente, recibió otro asentimiento por parte del argentino, quien dio la media vuelta y regresó al cuarto de donde había venido, mientras que él, se fue directo a la puerta por donde habían entrado.
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- ¿judías con el desayuno? Joder, los desayunos aquí son demasiado grandes. -Comentó España más para sí mismo mientras daba vuelta a la siguiente página del libro.
Rusia se encontraba atendiendo la tercera llamada en lo que llevaban de tiempo en ese supermercado. Había detenido su paso pues ahora era Rusia quien llevaba el carrito de compras que estaba casi lleno. Gracias al libro habían tenido que dar otra vuelta más a ciertos pasillos en busca de un determinado producto. Pero por fin, habían terminado, al igual que la llamada telefónica de Rusia en ese preciso momento.
-Mira Rusia, no quiero entrometerme, pero si estas teniendo dificultades que esté a mi alcance ayudar… –Dijo el español cerrando el libro y tratando de gesticular con las manos como invitándolo a hablar. Pero ya sabía que era relacionado con la estadía, la palabra México fue bastante entendible, aun en ruso. – Sabes que México no se quedara solo. -
-Lo sé. Quería asegurarme de eso. –Respondió el otro…de alguna manera un tanto extraña, como si preguntar un poco más te llevaría más información.
España pasó su mano detrás de su cuello y apretó con suavidad, no quería pensar más por hoy. El ruso continuó el camino, estaba a punto de dirigirse a las cajas para pagar y poder irse.  Pero antes…éste se detuvo otra vez para agarrar otro producto.
-This…este es el cereal favorito de Meshika. -Dijo Rusia. -Dice que, si el elefante de esta caja logró adelgazar de la noche a la mañana con su cereal, él podría también, pero yo le digo que con tanta azucar es dudoso.  Publicidad engañosa, creo. -
-Ah, ya…-Contestó sin mucho que decir el español, resintiendo por un momento las palabras del argentino de hace un rato. Había pasado por alto que Rusia hubiese podido recolectar gran parte de los artículos como si comiera a diario con México y ahora al parecer desayunaban también con él si conocia tanto de su cereal favorito. No identificaba que era lo que más le inconformaba de todo este asunto, pero bueno, no quería mostrarse conflictuado por lo que sucedia. Siguió como si nada. - Vale, llevemos ese cereal entonces. que no diga el crío que no lo consentimos. -
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- ¡Madre mía! ¿Eso es humo? -Exclamó España entrecerrando los ojos para ver mejor, pues la oscura noche y la poca iluminación en las calles le dificultaban la tarea. Se encontraban cerca, lo suficiente para ver la casa de México, la cual parecía desprender apenas un hilo de humo con lentitud, aunque no habia indicio de fuego alguno.
La respuesta del ruso que le otorgó al español de que había sido escuchado, se trató del aumento de velocidad en el vehículo, lo que convirtió la distancia faltante en nada.
- ¡Mierda! –Habló nuevamente el español, apretando los dientes mientras bajaba del vehículo y corría hacia la entrada de la casa. Estar tan cerca del lugar le impedía saber de qué lugar salía el humo, y el olor a madera encendida le ponía más nervioso. No sintió que el ruso viniera detrás de él, aun cuando definitivamente se había bajado primero.
España abrió la puerta casi de un golpe, y a pesar de su aceleración, la habitación no se sentía caliente, ni se percibía ninguna clase de humo por ningún lado. Estuvo a punto de llamar a México y Argentina, cuando unos pasos a toda velocidad sonaron desde el pasillo, y alguien hizo acto de presencia.
- ¡¿México?! – Pronunció de pronto Argentina, casi jadeante pero su expresión de alivio desapareció cuando vio que se trataba del español.
- ¿Cómo que México? –Repitió España sin procesarlo, aunque Argentina se veía desesperado, estaba ileso y nada preocupado como si hubiera fuego. Hasta que captó lo que significaba, y no le gustó. - ¡Coño!  ¡¿Estás de joda?! ¡¿No está contigo?! ¡Me cago en…! –Frenó de pronto con una respiración profunda, queriendo optar mejor por iniciar con la búsqueda, de todas formas, parecía que Argentina tampoco la había pasado muy bien. – Vale, que solo han pasado unos 45 minutos y él sabe que esta es su casa…carajo ¿Cuándo lo perdiste de vista? -
- Pensé que me seguía hacia su cuarto pero volteé y ¡ya no estaba! –Explicó el argentino, apenas dando una pausa para decir lo que llevaba experimentando. – ¡Debe estar por aquí! ¡Se está moviendo a cada rato! Lo busqué por toda la casa y no estaba, cuando salí al patio el boludo había hecho una fogata. ¡La apague y en otro momento estaba otra vez encendida! No sé qué mierda está tratando de hacer ¡más allá de romperme las pelotas escondiéndose de mí! –
España abrió la boca para decir algo, aunque sin entender mucho de lo que acaba de escuchar sobre las acciones contadas, pero aún le quedaba reclamarle a Argentina el que no les hubiera contactado en el momento en que Nueva España no se encontraba por ningún lado. Sin embargo, la puerta trasera de la cocina se escuchó al abrirse y al instante corrieron para ver si se trataba del susodicho. Era Rusia, quien abrió la puerta de par en par, dando una mejor vista al patio, donde la luz del fuego de la fogata era notoria, lo suficiente para iluminar a otra persona detrás de él.
-No hay peligro de fuego. Meshika tenía una….campfire (fogata) y es segura. -Señaló el ruso, a la vez que daba el paso a los otros dos para salir de la casa y ahora reunirse con ellos. Ya esperaba la cara de sorpresa/pánico por parte del español y el argentino ante lo que estaban viendo, pero no tuvo tiempo de explicarles.
Frente a ellos, se encontraba México, mirándolos con cierta interrogación por el alboroto que habia escuchado hace poco. Su camisón gris, tenía rastros de sangre en el área del estómago y otras líneas en los lados como si se hubiese limpiado la sangre de sus manos, las cuales, presentando unas largas uñas, seguían manteniendo un color carmín seco, en comparación al antebrazo derecho que presentaba una mancha sangre más brillosa y fresca. Su boca, en cambio, apenas contenía gotas de sangre que habían sido aplastadas y extendidas hasta tocar parte de su mejilla derecha, dando por hecho que fue limpiada con ese antebrazo.
Para España, se trató de una escena perturbadora. La cantidad de sangre en puntos estratégicos y la danza hipnótica del fuego bailando que buscaba atención, sólo llograron traerle malos recuerdos, los más sombríos: Aquellos donde, luego de la toma de Tenochtitlan, sus aliados tlaxcaltecas no temían en decirles a los prisioneros mexicas que los habían de cenar por la noche y almorzar para el día siguiente, cosa que… habían cumplido. La diferencia en número y el miedo en imaginar que algunos de su tropa podrían ser los siguientes, le impidió actuar del todo para frenar aquella atrocidad. Pero esa justificación jamás detuvo lo helada que se volvía su sangre cada vez que tuvo que escuchar que había vuelto a disminuir la cantidad de prisioneros por la mañana.
-No… Pronunció el español, inició con un susurro ante la incredulidad mientras se acercaba al novohispano que seguía sin entender cada reacción que los otros tenían. – ¡Esto no puede estar pasando!  ¡Que mierda…! -
-Esa no es su sangre. –Interrumpió Rusia, comenzando sus pasos hacia el español y México. Por instinto, siempre sospechaba algo y de alguien. - 
- ¡Eso lo tengo claro! –Exclamó España molesto mientras sentía que, aun así, su corazón sonaba más fuerte por lo rápido que se movía en su pecho debido al repentino estrés de la situación. – ¡Quiero saber de quién es! Tu… –Soltó por fin cuando estuvo frente al novohispano, a quien tomó sin delicadeza por ambos hombros, quería toda la verdad mientras México siguió preguntando qué era lo que sucedía. –
- De animales. – Sentenció el ruso con su voz gélida, a la vez que, con su dedo índice levantado, señalaba la fogata. Atravesando de este modo, el poco espacio que México y España tenían entre ellos, rompiendo la mirada y el contacto físico que tenían, para luego enfocarse a lo que apuntaba.
- La concha de la lora… –Dijo Argentina atónito, todavía trataba de seguir el ritmo de todo. Aun así, no esperó y se acercó más al fuego, donde, con piedras y ramas muy bien colocadas, sostenían un comal. Ahí yacían unos bultos estratégicamente acomodados. – Pobres conejos, bueno, creo que son conejos… Ay, che, si este estaba súper pequeñito, que lastima. –
España no quitó la vista de los movimientos del argentino, aun cuando ignoró lo que salió de la boca de éste. Sólo observó como con la punta de sus dedos sostuvo un pelaje café, mojado con sangre y tierra de donde lo habia recogido. Asi de pronto lo volvió a tirar. Él seguía sin poder procesar nada o tal vez trataba de hacerlo todo a la vez y por eso no se centraba en su alrededor. ¿Es que acaso solo él se llevaba las malas impresiones en cada acontecimiento? Una mano tomó de su muñeca y lo guió hasta el abrigador fuego. Ahora, distinguió por fin los cuerpos de los roedores humeando, del color de una carne ya asada, por eso el olor comenzaba a expandirse con más fuerza. Al fin recapacitó y se sintió terrible: aun antes de ser Nueva España, jamás se enteró de alguna vez que México hubiese demostrado algún interés por la carne humana, ningún indicio, ni uno sólo. A veces, incluso, parecía que ignoraba que existía tal práctica entre sus habitantes.
- Onkan ka (¿Dónde estabas?). -Preguntó el español con calma, en realidad, se sentía como si de pronto le hubieran drenado sus energías. Retomó su mirada en México y esperó, esta vez, sí espero.
- Temoa achi ipan cochcayotia (Buscaba algo para cenar). –Respondió México mientras que con una pequeña pala movía los grandes pedazos de carne hacia la orilla para que el fuego no los cocinara más. – Atzin apitsmiki (Atzin tenía mucha hambre). –
- ¿Atzin? –Cuestionó España, regresando a su tono habitual. – Akin ¿Quién es Atzin? –Siguió la mano del novohispano que señaló por un segundo al argentino. - ¿Argentina? Pero que… -Mas confundido, se dirigió al mencionado. – ¿Cómo carajos conseguiste decirle que tenías hambre? –
- ¿Que como le dije? Bueno… –Dijo el argentino, pensando un poco. –No, espera, si yo no le había dicho nada. Ya me dio hambre, sí, pero nunca se lo he dicho…solo tenía…-Hizo una pausa alzando una ceja, para luego abrir los ojos de par en par. – Oh…hace rato me agarre el estómago y comente que tenía una horrible acidez por el picante de la comida che, luego no supe una mierda de lo que me decía, yo creía que me estaba recetando algún remedio, que se yo. –
- Pues ahí tienes, que ha entendido que tenías mucha hambre y te ha conseguido la cena. –Replicó el español.
- ¿Enserio? –Continuó Argentina con sorpresa, para luego dirigirse hacia el novohispano– ¡Pibe! Pero que maravilloso amigo sos vos. Mirá que yo quería partirte el orto por hacerme pasar por estos sustos. Che, que casi se me salía el corazón de preocupación. –Pronto, tomó asiento en el suelo y cruzó sus piernas. Rusia también siguió este ejemplo, pero sin tanto escándalo. Se sentó en una gran roca convenientemente plana en su superficie. -
México estuvo a punto de decirles que prefería tomar un momento para poder ducharse y quitar esa sensación de sangre en su piel, pero luego de que tomaran lugar junto al fuego, se sintió contento, aunque comprometido a iniciar con la entrega de la carne, después de todo, quedaba agua fresca en el recipiente que había traído para lavar sus manos y los demás, bueno, a ellos no parecían importarles los otros detalles. Sólo era cuestión de esperar que se enfriara un poco la comida.
- ¿De verdad estáis planeando comerlo? Ni si quiera tiene la pinta de ser conejo… -Dijo España haciendo una ligera mueca. No quería más sorpresas. –
-Che, México lo ha traído para que lo cenemos, aunque en realidad fue a petición mía, pero soy humilde y comparto. No va a traer algo que no conozca. Así que ¿Por qué no habremos de comerlo, boludo? –Respondió Argentina. La mirada de satisfacción en el ruso, indicaba que estaba de acuerdo con lo dicho.  – Perú come palomas y sigue revoloteando como si nada el boludo ese. -
-Vale, que aproveche. –Dijo España sin interés mientras daba la media vuelta para retomar camino hacia dentro de la casa. No iba a discutir, ya había tenido suficiente durante días, y descansar era lo que le faltaba. Si alguien resultaba intoxicado no sería su problema.
-España. –Llamó alguien, que con la poca frecuencia con la que actualmente hablaba, era bueno escucharlo. Especialmente porque demostraba facilidad con las palabras, aunque no las practicara. Se trataba del novohispano, quien con aquello logró frenar al español y hacerlo dudar en proseguir. – Anilitia ixachi ipan tinochtin (Cace los animales suficientes para todos nosotros). –Concluyó.
España respiró profundo y no respondió. A pesar de admitir en su mente lo débil que se había vuelto cuando Nueva España lo llamaba. Abrió un poco más la puerta, la cuál ya casi se cerraba y entró al hogar.
Rusia y Argentina no tuvieron idea de lo que México le había dicho, mucho menos de la razón por la que España no contestó. Aunque el novohispano si cambió ligeramente su expresión, tomó la cubeta y ofreció del agua para lavarse las manos, iniciando con el ruso, que se encontraba en la orilla. Continuó con el argentino, y en vista de que nadie más faltaría, procedió a lavar las suyas, pasando una mano sobre otra con algo de fuerza para eliminar lo mejor posible la sangre seca. Cuando termino, se movió detrás de un árbol y dejo correr el agua por la tierra. Regresó junto con los otros y verificó la carne, la cual ya no quemaba demasiado al tacto; estaba lista para comer.
- Eso se ve muy bueno México, huele bien. –Dijo el argentino, aunque no le entendiera el mencionado, intento hacer conversación como siempre. Señaló una de las carnes. - Yo quiero el pequeñito, me refiero a la carne, por supuesto. –Escuchó que detrás de él, alguien hacia crujir una rama y volteó. Dio una pequeña sonrisa. –Que bien que regresaste boludo. Pero yo ya he pedido la mejor pieza. –
Rusia y México también miraron al español, quien traía consigo platos y algunos cubiertos, los cuales dejó en una pequeña piedra plana. Éste se acercó al novohispano para ayudarle a servir la carne.
-Bien por ti Argentina. Luego de un rato veremos que sonido haces para conocer el animal que te estas comiendo. –Dijo el español, con una actitud cooperativa para las bromas del argentino mientras le entregaba su plato. De ese modo, mientras México llevaba su propio plato y el del ruso, él pudo disimular el hecho de que solo había tres. Esta estrategia lo pensó mientras tomaba la carne del comal, ya no quería disminuir la repentina alegría de compartir la “mesa” diciendo que no estaba interesado en comer. Tomó asiento cerca del novohispano y trato de acomodarse lo mejor que pudo. Después, sacó un pequeño bote de su pantalón, lo abrió y tomó un poco de su contenido. –Espera, dame tus manos. –Más que una solicitud, fue un aviso para México, ya que él mismo tomó su plato y lo colocó entre sus piernas para detenerlo, mientras que tomaba la mano derecha del otro (la más cercana en su posición) y comenzaba a extender el gel frio en ella, haciendo que el novohispano tuviera un escalofrió. No titubeo y siguió con la otra mano (antes de que la alejara). –No es nada malo, ipan chipaua (es para limpiar). Todo listo, ahora come. –México sólo arrugó la nariz por el penetrante olor del liquido, pero ya se estaba dispersando. Aceptó el plato de regreso. –
-Ahora yo. –Señaló el argentino, mientras extendía la mano hacia el español, similar a como si esperara que se le colocara un anillo. Primero, el español bufó para fingir fastidio, luego intentó tomar la tomar la mano de éste, pero él la retiró antes de que lo lograra – Jaja es una joda. –Sonrió de par en par, pero esta vez, la siguiente mirada de España era sincera, y le demandaba que, si no colocaba su mano por voluntad, tendría el mismo destino que México. – Dale, sólo un poco. -Por suerte, eso obtuvo. Sintió muy frio el antibacterial, quizás la cercanía con el fuego evitaba que notaran que la temperatura estaba bajando. –
- Buen trabajo Meshika. - Felicitó el ruso con una sonrisa. Cada detalle que le hacía saber como había sido México antes de conocerlo…le fascinaban.
- ¡Sí! Buen trabajo, che. - Declaró Argentina, quien además de sonreír, levantó su pulgar para comunicarle mejor su mensaje a México.
- Yejuantin iluia chiua.. kuali tekiti (Ellos dicen que hiciste un buen trabajo) -Explicó España a México, perdiendose un poco en sus pensamientos al traducirle, pero en cuestion de segundos, se enfocó en las llamas y continuó. - Iuan nejuatl noiuan neltoka(y yo también lo creo). -
- Y… que Dios bendiga lo que caiga a la barriga. –Declaró Argentina, quien ya había descartado los cubiertos, pues aprovecho que un hueso sobresalía de la enorme pieza de carne, para tomarla y dar su primer bocado.
Apenas terminó de ver esto España, ya tenía al novohispano insistiéndole en probar algún bocado de su plato. Por suerte, parecía que los demás seguían interesados en lo suyo, asintiendo cuando tomaban otro pedazo de carne y masticaban entusiasmados. Él, sin disimular dificultad, acepto una pieza pequeña y la comió despacio; era una carne algo dura, pero bastante jugosa y de mucho sabor. Por fin dejó que la comida se deslizara por su garganta e igual de despacio, repitió el proceso con el siguiente trozo.  Cuando termino, alzó la vista y se dio cuenta lo claras y brillantes que eran las estrellas en ese cielo, definitivamente era como viajar en el pasado. 
Algo tendría que hacer, de lo contrario, así como hoy, sería difícil comenzar a negarle algo a Nueva España…
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Taraaaaan! Que les parecio? Me encanto esteee capi TwT
Gracias por leer! :D
Las notitas de siempre:
*La técnica de freir fue introducida por los españoles y durante el mestizaje de alimentos, habia ciertas cosas que también trataban de evitar/combatir, que fue seguir cultivando el amaranto por la cuestión religiosa ya que representaban a sus dioses con figuras hechos de amaranto. Los insectos también, aunque tal vez solo disminuyeron y bueno xD la carne humana por cuestiones religiosas y todo.
*Estos fueron mis antojos mientras escribia las escenas que incluian alimentos en este capitulo: chocolate, churros, enchiladas, TACOS, chocolate nuevamente, un aguacate, chocolate <3 y unos pinchis chocokrispis xD ahhhh
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