Tumgik
onedarklady-blog · 1 year
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La lluvia de la tarde no había dejado de caer cuando salí. Tenía mi sombrilla, como siempre, la larga y negra. Pero la suerte de ese día me impidió tener mejores zapatos.
Fue incómodo y molesto, hasta que llegué a la panadería, el olor estaba gritando tu nombre cuando me acerqué a Lory.
- Lory, que tal... - Sacudí mi sombrilla mientras la cerraba antes de entrar - ¿Puedo pedirte una caja?
- ¡Claro! - Ella sonrió con su lunar berrugoso en la mejilla izquierda. Era una mujer dulce y ya mayor, pero dulce a fin y al cabo -, ¿Doble bolsa?
- Por favor - Le supliqué mientras escurría mis medias pisando mis zapatos con más fuerza.
Ella me dió la bolsa, entregué un billete y con un gesto le hice entender que no quería el cambio.
Troté un par de cuadras más, los relámpagos saltaban a sus anchas en el cielo.
Tropecé una o dos veces antes de llegar a la portería. Luis abrió la puerta.
- Te agradezco tanto - Dije, agitado, recuperando un poco el aliento
- ¡Caen maridos, amigo! - Me dijo mientras me daba unas palmadas en la espalda.
Dijo algo más, pero no le escuché, di marcha por las escaleras. Busqué las llaves un momento antes de dejarlas caer torpemente en el suelo. Pude recogerlas con facilidad, manos mojadas.
Entré y te vi. Estabas sonriendo, pero fue unos leves segundos pues notaste cómo escurría agua por todas partes. Me ayudaste inmediatamente, tomaste mi abrigo, mi sombrilla. Yo me quité los zapatos y las medias.
Cuando volviste, te entregué la caja y el olor te devolvió esa maravillosa sonrisa que tienes.
La puse en el comedor y te pedí que comieras, mientras me cambiaba.
Tardé unos segundos en estar limpio nuevamente, la escena fue tan extraña como hermosa.
Tus manos inquietas te impedían abrir la caja fácilmente, las cintas eran resistentes. Cuando finalmente removiste esa tapa transparente y algo sudada del calor, tomaste y destruiste levemente uno de esos ponques que tanto te gustan, tus ojos no dejaban de sonreír y tus dientes de reír. Te llevaste, en movimientos de zizag un trozo a la boca y lo mordiste con un brillo cegador.
Notaste mi presencia, cambiaste de mirada, tu rostro entero cambió de dirección, ahora yo era tu centro de atención. Te sonreí con el alma, no con mi boca, ni mis dientes.
Me hizo feliz verte feliz.
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onedarklady-blog · 2 years
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A veces imagino un poco más de la cuenta, Suly.
Supongo que es el efecto que tiene la amabilidad sobre mi, y es problema mío, lo sé.
Estoy sentado, en una ciudad iluminada, en el borde de un balcón, seguro pero al mismo tiempo un poco peligroso. El frío es soportable, refrescante. El viento acaricia mi mejilla derecha y logra despeinar uno o dos mechones.
La música suena filtrada por dos paredes. Los dos hielos de vaso tintinean suavemente al derretirse dentro de mi ron con cola.
Estoy siendo atrapado por la belleza de la ciudad, un lugar nuevo para mi. Escucho los autos pasar, la algarabía del momento.
Escucho mi nombre, de tu voz, detrás de mi, suavemente. Te respondo, con la más sincera sonrisa, me place mucho verte. Te invito a sentarte, a mi lado, que ya lo hacías sin pedirtelo primero, porque sabes muy bien que te quiero a mi lado.
Me preguntas cómo estoy, estoy muy bien. Pero sabemos muy bien que esa pregunta va más allá, más adentro, por eso siempre vemos nuestras mejores sonrisas cuando preguntamos el uno al otro. “¿Estás bien?”
Me muestras tu vaso, medio lleno, quizás medio vacío. Nuestras carreras con el alcohol siempre son rápidas y fugaces. Brindamos, por reencontrarnos, formalmente. Bebemos un poco. ¿Baja tan suave como quisieras al beber?
El ardor me despierta, me aclara la garganta. Me acerco a ti. Nuestras manos se tocan y nos miramos a los ojos un momento. “Oscuros”, dijiste aquella vez. “Claros”, respondí sorprendido.
¿Será una estupidez verlo tan obvio?, si, lo es.
Bebemos otro poco. El silencio no es incómodo. Tiemblas un poco de frío, mis burlas son bromas de gusto, te ofrezco mi chaqueta, que tomas con dedos dudosos. “Estoy bien”
Admito, con mucho gusto, que estoy ebrio, en un intento por hacerte caer en mi trampa, pues nunca lo decimos, nunca lo hablamos.
Te ríes suavemente. Te pido que me hables, en tu lengua materna. Caes en mi trampa.
“Quiero besarte”, es mi solicitud. ¿Lo dudarías?, ¿Me mostrarías tus mejillas rosadas bajo el manto nocturno?, otro silencio.
Lo dices, que no entiendo. Una broma más, pero esta no nos hace reír, nos hace querer decirlo, exponerlo a la realidad falsa que hemos construido.
Bebemos otro poco. Un silencio adicional. Suspiro y me preguntas.
“Estoy bien”, miento, con mucho valor, pues el suero de la verdad se apodera rápidamente de mi piel. Hueles a dudas, pero vistes deseos. Decido levantarme e invitarte a que me acompañes.
Aceptas, como siempre, y caes nuevamente. Un abrazo que respondes con una facilidad acogedora me permite entender que tus palabras siguen secuestradas de la cordura. ¿Más suero de la verdad te serviría?
Arriesgamos todo y nada. Nada realmente.
“Quiero tus manos, Suly”, dice la verdad, saliendo de mi boca y abriendo mis dientes, “Quiero que enrredes tus dedos en mi cabello. Quiero que respires mi piel. Quiero ver tus ojos nublados de placer. Quiero darte el aire que necesitas para liberar un gemido más. Quiero ser el ladrón que te los roba.“
Pero ahí, dejas de existir. El silencio oscuro de ese momento me destruye y me obliga a cambiar el escenario.
Aquí estás en mi cama. Aquí tu batalla contra la bebida se ha perdido y tu aguante quebrado. Me besas y yo a ti.
Tus manos, finalmente, inquietas, abren mi pantalón y levantas mi camiseta. Soy más fuerte que tu, y quisiera no lastimarte, no hasta que sea el momento adecuado en el que el placer y el dolor cantan al unísono.
Pero me desnudas primero, ley de caballero. Cuando finalmente es mi turno, tu timidez te aborda, unos instantes, hasta que nuestros cuerpos chocan. Estás más fría de lo que pensaba... Yo estoy más cálido de lo que crees. ¿Podemos hacerlo más obvio?
Mis besos, tu olor, mi respiración, tus dedos apretándome.
Mi humor no tiene límites, pues trasciende todos los estados. “Afortunadamente, nunca dejo de hablar”, y esto te va a encantar, “. Te deseo, te deseo más que nada en este momento”.
Finalmente estamos juntos. Tus piernas me atrapan, mis brazos te capturan. Con un movimiento lento, pero fuerte, somos uno.
¿Debí advertirte que soñé con este momento?, ¿Debí decirte que nunca pude imaginarlo en esta magnitud?, ¿Podré manejarlo?, ¿Podrás mantenerme cuerdo?, ¿Qué sucederá...?
Usas mi mejor táctica en mi contra, bromeas: “Creí que no parabas de hablar”, reclamas a mi silencio. Un silencio que sólo se escucha cuando mi respiración agitada se tranquiliza. Un silencio que, en realidad es el placer gritando dentro de mi, pero debo contenerlo, o enloquecería.
Disfrutas cada instante, lo sé. Adoras ver mis musculos, mis brazos apretar la cama, mi abdomen tensarse, mis piernas inquietas, sabes muy bien que estoy al borde de la muerte.
“Angel de la muerte”, que no te lo esperas. Reirás, no de mi broma, sino del placer.
¿Me lo vas a permitir?, ¿Me lo dirás?, ¿Me lo indicarás?, ¿Podrás sostenerme cuando caiga mi cuerpo y mi alma vuele a otro mundo?
No temas, que mis celos me harán regresar... Porque será tu turno y al igual que tu, voy a disfrutar cada maldito segundo.
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onedarklady-blog · 2 years
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Será regla que no uses ropa interior en casa.
Te vas a poner en 4 en cualquier lugar que te lo ordene.
Me vas a dar todo tu culo para que te lo rompa. Lo abrirás para mi y tomarás toda mi leche.
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onedarklady-blog · 2 years
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Lo que más me irrita es que aún me invade la mente. Peor aún, lo deseo.
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onedarklady-blog · 2 years
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Te sentarás al lado de tu reina. Te limitarás a ver, pero el límite no traspasará tu cuerpo.
Verás cómo nuestra reina lo recibe. Esperarás a que te permitamos moverte. Me limpiarás primero, cada esquina.
Luego a ella, si ella lo desea. Besarás sus labios y lamerás sus mejillas. No beberás sin antes mostrarnos y al tragar, las gracias darás.
Te queremos, te deseamos y muy recompensaremos. Verás cómo nuestra reina se sienta frente a ti, como abre sus piernas y con ambas manos te muestra.
Te inclinarás y tus nalgas levantarás. Te pediré que me muestres por cuál tienes más sed, pues no pienso parar hasta que estés llena.
Nuestra reina tomará tu cabello, yo tu cadera. Jugaremos contigo, como te gusta.
Pero no obtendrás la recompensa hasta que la pidas, a ambos, pues sabes bien que es un tesoro compartido.
Cuando el apetito nos llame, pondrás tus piernas sobre nuestra reina. Ella te lamerá, al igual que yo, mientras me apodero con fuerza de ella.
Escucharás nuestra desesperación y disfrutarás nuestro climax desde abajo...
... Y con una mirada, directa a nuestros ojos, limpiarás el desórden..
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onedarklady-blog · 2 years
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No mentí cuando dije algunas de las cosas que te repetí. Estás allí, en el límite de mis deseos. Antes irritante, ahora te visito de vez en cuando.
Aún tengo esta fantasía, de la que hablamos aquel día. Donde podíamos ser nosotros. Eramos 3.
Aún te veo, bien acomodada a mi lado derecho. Siendo nuestra linda magdala. Nuestra reina estaría en mi lado izquierdo, mirándote cómo te uso para complacerme.
Abrazaré a nuestra reina, mientras beso sus pezones y le aprieto contra mi. Yo sostendré tu cabello atrás de tu cabeza para empujarte. Le diré a nuestra reina que te empuje mientras comienzo a nalguearte.
Te daré las órdenes que te mueres por escuchar. Nuestra reina igual. Mi apetito por ti guiará mis dedos dentro de ti. El placer me obligará.
Tendrás que pedir. Pedirás permiso a nuestra reina. Beberás si ella te lo permite, que lo hará. Empujaremos tu cabeza, para que vaya directo.
Y al terminar, darás las gracias.
Nos mostrarás cómo tienes tu boca vacía. Te acariciamos por tu buen comportamiento y recibirás tu recompensa.
Dormiremos juntos, desnudos, cálidos. Y despertaremos juntos, desnudos y listos
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