Tumgik
sprieto99 · 4 years
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El significado del hielo
Tras año y medio esperando, Andrea por fin se dirigía al aeropuerto de Madrid para viajar con su familia. Esta vez se van al hemisferio sur, a recorrer Argentina. Ella, su adorable nieto Nico, de 12 años, y los padres de este. Llevaban un par de años sin viajar juntos, están felices, ilusionados. Una vez se ha sentado en su butaca del avión, Andrea debate consigo misma qué películas ver hasta su llegada a Buenos Aires, catorce horas más tarde. Piensa con nostalgia cuando hace más de 40 años, ella y su pequeño grupo de amigos se disponían a emprender el mismo viaje. Buenos tiempos, piensa con nostalgia.
La primera parada de su viaje es El Calafate, un pequeño pueblo a orillas del gran Lago Argentino, localizado en el norte de la Patagonia Argentina. Donde la desaliñada naturaleza se vuelve hermosa. La región que enamoró a Andrea a primera vista. La fama de este pueblo nace a raíz de que está a tan solo dos horas del señalado Glaciar Perito Moreno, siendo un enclave turístico único, a los pies de los Andes.
Al día siguiente, los cuatro tienen organizada la excursión para visitar el glaciar, en donde incluso podrán hacer trekking por el hielo. Antes de acostarse, Andrea dialoga con Nico, que está bastante cansado tras un día entero en el aire. Le cuenta que está ilusionada con la excursión, a lo que el pequeño le contesta preguntando si le guarda especial cariño. Por supuesto, hijo, le contesta Andrea, a mi edad el pasado es lo más bonito que nos queda. Minutos más tarde ambos duermen ya.
Es martes por la mañana y tras dos horas de camino en minivan, están a punto de llegar al parque nacional. La ilusión es patente en Andrea, tanto desde el interior, donde su corazón late a pleno rendimiento, como desde el exterior, si te fijas en el refulgir de sus grises ojos. Tras diez minutos de paseo por medio del bosque patagónico, llegan a la pasarela desde la que se ve el glaciar. Los cuatro se quedan incrédulos, no hay manera de hacerse a la idea de lo que ven. Andrea siente como, poco a poco, sus ojos enrojecen y se llenan de lágrimas. Nico se gira, y al ver así a su abuela le pregunta:
-¿Por qué lloras abuela? -No me puedo creer lo que veo, ya no queda hielo.
El día es largo para ella, no tiene ganas si quiera de hablar, es un mazazo terrible. Ya de vuelta en el hotel, antes de acostarse, Nico le pregunta que es lo que sucede, no se explica que su abuela esté tan afectada. Sin embargo, Andrea no le da explicación alguna, no encuentra las palabras. No concibe que el hielo milenario haya desaparecido, dejando un barrizal como vestigio. No comprende como se ha esfumado la belleza de aquel lugar, dejando depresión y tristeza en su lugar.
Repentinamente, Andrea se despierta. Abre los ojos. Se encuentra un poco desubicada, está Nico a su lado. Acabamos de aterrizar en Buenos Aires, le dice este. Tras unos largos segundos cae en la cuenta de que era una simple pesadilla. No sería capaz de contarle la razón de su tristeza a su nieto. Suspira, afortunadamente el lugar donde conoció a su futuro marido, con el que compartiría tanta vida y tantos momentos, seguirá igual que siempre, siendo una fuente inagotable de helados témpanos. Sonríe, recuerda con alegría el día en el que decidió unirse a la lucha por el clima hace 25 años, a raíz de una reunión internacional en Madrid. El día en que la humanidad, sintiéndose ella parte, decidió que el futuro debía ser ecológico, natural y muy humano.
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