Tumgik
#𝘀𝗼𝗳𝘁 𝘁𝗼 𝗯𝗲 𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗴.para
agatha-m · 1 year
Text
#𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐯𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧 𝟏𝟏: 𝐮𝐧 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨 𝐝𝐞 𝐨𝐫𝐨.
🔔  𝑺𝒆𝒔𝒊𝒐𝒏 𝒄𝒐𝒏 𝑳𝒊𝒏𝒅𝒂 𝑾𝒂𝒍𝒍𝒂𝒄𝒆. / @lacupulaint​​
Tumblr media
Había dejado los libros de lingüística en su habitación antes de marcharse allí, no sabía qué le deparaba y la mayoría sólo tuvo conclusiones negativas de la dicha consejera que por ahora tenía rostro anónimo. Camina por los pasillos sintiéndose un poco más libre de la mochila que cargaba, piensa en qué hará este fin de semana luego de la primera semana de estudios. La idea de estudiar o simplemente aprovecharlo para distenderse queda rondando en el aire, ciertamente desde que llegó su concentración desvariaba en muchas cosas que a penas podía empezar por algo. La sesión la había dejado para lo último, algo de ella quería engañarse pero bien sabía que le incomodaba estar en lugares nuevos dónde podía ser observada y juzgada. No sentía que iba a poder confiar tan fácil, de hecho no era la primera consejera que veía en su vida, tampoco terapeutas pero no iba a contárselo, ni tampoco mencionar nombres porque no quería abrir focos de atención en ellos. Cuando la puerta se abre, la mirada se abre un poco entre la sorpresa y sonríe de manera gentil, de esas que son pasajeras pero reales. No tarda en tomar asiento y acomodarse, no se siente relajada pero un suspiro le da el empuje para hacerlo.
Agatha Müller, siento que es justo comenzar por lo básico: ¿cómo te encuentras?
El cliché provoca una mueca, tanteando entre la delgada línea de la honestidad y la mentira, combinación que la acompañaba cómo su sombra. Traga en seco, terminando de asentir con una seguridad que esperaba poder tragársela, qué se volviera realidad. “bien, un poco cansada por el comienzo de clases” resume, ladeando su cabeza con una mueca distendida. No iba a explayarse más, ni tampoco sentía la necesidad de contarle su vida a alguien que a penas volvería a ver. Observa como la mujer comienza a escribir en su libreta, sintiendo curiosidad sobre lo que concluía de ella pero nunca iba a saberlo.
¿Qué piensas sobre los acontecimientos ocurridos en Alabaster últimamente?
La cuestión llega a su canal auditivo casi como una ofensa, siente que esa respuesta esta clara pero decide responder, cruzando ahora los brazos mientras intentaba poner en una frase simple todo lo que tuvo que vivir el año pasado con todas esas muertes. “siendo honesta, pienso que ustedes también son culpables de lo que ha sucedido” no teme a decirlo, idea guardada en su cabeza desde hace mucho, desde aquél juego en el laberinto donde Jack había fallecido. “todas estás muertes podrían haberse evitado desde el primer momento pero no han hecho nada, ni siquiera sé si esta sesión les serviría a los demás alumnos” encoge los hombros. Linda no tenía la culpa pero si estas palabras llegaban a las autoridades se sentiría un poco mejor.
Respeto tu opinión, ahora...¿podrías nombrar una o más emociones recurrentes en las últimas semanas?
“Cansancio, enojo” no siempre pero cada tanto pensaba en lo sucedido y la cólera volvía a ella como un estado natural porque el pasado siempre era eso; rencor. Quería dejarlo ir pero no podía, era parte de suya y la terapia le ayudaba a no verlo de una manera tan negativa, escribía mucho pero la solución no estaba, ni iba a estar. “no suelo pensar mucho en lo que siento...”
¿De qué manera te afectó la muerte de Anastasia?
Mira el cielo raso, intentando pensar en hablar de lo que vivió en aquél bosque esa madrugada. Quiere, internamente, pensar una manera de no explayarse y no contar con detalle lo que vio pero sabía que los nervios la iban a traicionar, cómo siempre. “la veía constantemente, solíamos juntarnos luego de clases...podía verse intimidante pero era una chica muy divertida y honesta, escribía muy bien también...” sonríe a medias, se apaga luego de carraspear su garganta. “es horrible, nunca viví la muerte de alguien cercano...no tenía idea que el duelo podía ser así de inestable” porque podía compararlo con su madre, por ejemplo, porque había veces donde se sentía sola y pensaba en qué necesitaba una figura para confiar, o aquella ex pareja que de vez en cuando parecía jugar con su memoria en las madrugadas donde probablemente se sentía solo y le enviaba algún mensaje. Todas esas ausencias no se comparaban con Anastasia. Porque esas personas estaban ahí pero ella no, incluso sí intentaba llamarla sabía que no iba a responderle. “son periodos nada más”
¿Tienes apoyos dentro de Alabaster?
Los segundos se funden en el silencio, no sabe cómo decirlo o como resumirlo porque había encontrado personas en quien confiar, amistades que esperaba tener luego de marcharse de allí pero en otra parte, esa sensación de independencia la acompaño desde niña. Pensaba, por ejemplo, cuando su madre desaparecía para sumergirse en fiestas y viajes, teniendo 7 años en esa casa a solas, cumpleaños sola, navidades sin regalos, la soledad siempre la acompaño pero había aprendido a quererla. “creo que sí” en parte le daba igual y por otra sí quería tener un espacio a donde pertenecer, lo más cercano era Alemania incluso con el mal sabor que le quedó cuando fue a visitarla el año pasado. 
¿Te preocupa algo en este momento?
“Los estudios obviamente” aclara antes de continuar. Eran pilares de cosas, pensaba en todo demasiado y las alarmas siempre estaban prendidas. Los detalles sobraban, incluso si las enumeraba pensaba en que no podían terminar así que simplemente agrega; “también que no le pase algo a algún otro alumno, ¿sabes? incluso con los guardias no confío en que vayan a remediar algo” mira los anillos adornaban su mano, distraía porque intentaba verse normal. “¿algo más que quieras saber? la clase de cocina empieza en media hora” casi como parándose, es ella la que pone fin a la situación porque no quería seguir escarbando allí, hundiendo la daga en la herida que todavía seguía sangrando. Un ademán de Wallace es suficiente, por lo que termina asintiendo y se despide de ella un tanto apurada. La urgencia de desaparecer era igual al palpitar que sentía en la garganta, síntoma de algo que no le pasaba hacía varios meses.
3 notes · View notes
agatha-m · 1 year
Text
                    𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐯𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧 𝟎𝟖: 𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐬𝐨 𝐚𝐧𝐚𝐬𝐭𝐚𝐬𝐢𝐚 .
✉️ 𝒐𝒃𝒋𝒆𝒕𝒐 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑨𝒈𝒂𝒕𝒉𝒂 𝑴𝒖𝒍𝒍𝒆𝒓: 𝒄𝒐𝒍𝒍𝒂𝒓 ��𝒊𝒑𝒐 𝒑𝒆𝒏𝒅𝒖𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝒂𝒎𝒂𝒕𝒊𝒔𝒕𝒂. @lacupulaint​
Ropas terminan de encontrar su lugar nuevamente, un beso de despedida hasta irse a París es lo que le dejó a Santhiago luego de que se vaya de su habitación. Necesitaba una ducha, algo que despoje las escorias de la noche fatídica que les había dejado, aquél reto, la batalla perdida de Citron, la desaparición de Anastasia, el nuevo viaje, luego el posible encuentro con su madre, luego su padre...era una cadena de altercados que podían derrumbar lo poco de salud mental que traía consigo. Diciembre definitivamente era un mes complicado, fechas familiares dónde todo a su alrededor le recordaba que estaba sola. Ahora no tanto. Mira su teléfono, se encontraba sin batería y no tenía idea de lo que había pasado las últimas horas, por un momento estando con el escoces parecía que todo a su alrededor desaparecía y la vuelta fue un aterrizaje en seco, sin posibilidad de caer ilesa. Se tiene que lavar la cara unas cuantas veces más para poder reencontrarse consigo, para despojar el ardor de su mirada y aún así, no lo consigue. Vibraciones de su móvil, ahora, vuelvo a la vida es lo que la lleva del baño a su habitación de vuelta. Le tiemblan las manos ante la lluvia de mensajes, algunos compañeros de su carrera, otros las clases de jardinería, amigos que simplemente parecían estar lamentándose y algo en su núcleo interior le decía que sus peores sospechas fueron hechas realidad. 
Todavía era de madrugada, eran casi las seis de la mañana y el invierno eclipsaba cualquier rayo de luz, siendo éste el único testigo de la fatalidad de la joven de cabello cobrizo. Se cambia, a las apuradas, tratando de encontrar el refugio más rápido del frío para salir, sin importar si pelo mojado luego le traería consecuencias, sí incluso en la advertencia es un nombre más registrado en Alabaster. No tiene mucho qué perder, piensa, en su fuero interno y sí pudiera; intercambiaría lugar con ella, porque su fortuna estaba siendo perseguida con una nube y así seguía, en esa sombra. Cree qué encontró la luz, algo de esperanza cuando cruzó los hemisferios pero la perpendicular termina en ella, siempre. Mirada se desvía hacía el escritorio, una parta pero duda que haya sido Santhiago, con su regalo o algún detalle, piensa...pero no hay una conclusión fija, sólo quiere saber que era. No tarda en notar las coordinadas, pensando en qué...era demasiado tarde. Todo parecía confirmado, o parte, no lo sabía. No quería confiarse pero todos parecían lamentarse, otros culpando a la Universidad, amenazando con no volver luego de las vacaciones y ella también piensa lo mismo. Tal vez era lo mejor, quedarse con aquella figura paterna que había aparecido y refugiarse en Europa, dejar atrás su idea de estudiar, no lo sabe, no sabe cuál es la solución y eso es lo que le duele más que todo. Ver a su alrededor como caen las fichas como domino y no poder detenerlo.
Piensa en Anastasia, las clases de griego, de latín y literatura inglesa. Su rostro se había vuelto familiar, el compartir el martirio de los estudios, tal vez un mensaje para preguntarse qué tal la tarea, verla luego en Jardinería. Recuerda las veces dónde se refugio en su habitación, el acento británico galopeando su canal auditivo, las cartas qué alguna vez le leyó y ella, incrédula, sólo asintió ante lo desconocido. La última vez que lo había hecho fue luego de acción de gracias, dónde se sentía confundida y la carta que le había tocado era la sacerdotisa, hablando del poder femenino, la intuición, también el mundo, anunciando nuevos cambios, la posibilidad de empezar aceptar lo malo y lo bueno de la vida, qué luego habrá luz. Ahora mismo no lo veía, no sentía nada de las palabras que le dijo y eso le hace peor el dolor que traía dentro. Quería pensar en que venía algo bueno pero la neblina era tan espesa, tan fuerte qué no podía pensar que simplemente se equivocó pero tampoco podía contárselo, ni pedirle que se las lea de vuelta.  El frío la envuelve, cómo si fuera una segunda capa pero no le importa, trae consigo una linterna y ruega que su celular no muera durante el camino hacía allí, una voz le dice que no lo haga pero la esperanza, esa pequeña posibilidad, de solo encontrarla estaba allí. Muy dentro porque todo anunciaba que seguramente la familia Spiegel estaría esperando un cuerpo y no un abrazo, quizás regalo pendiente en navidad, no lo sabe. No quiere pensarlo, no quiere evocar ni su rostro, ni su voz pero estaba con ella, tan cerca, lejos de la gravedad que los empalmaba y condenaba a la tierra. El viento azota contra su cara, pequeños copos de nieve se disuelven en su rostro y le recuerdan que era inútil pero entre la complicidad de la soledad se naufraga allí, con pasos débiles y mirada perdida, buscando algo qué no sabe si ni siquiera existe. 
Encuentra, entre las rotas ramas de árboles un collar, dije púrpura es el que se destaca entre la plomiza escena y lo mira, preguntándose si ella caminó por allí, sí su cabellera rojiza aparecería como un torbellino, cómo lo que causaba cuando entraba en una sala, con esa mirada oscura y penetrante, sonrisa liante que la podía visualizar. Toma la garantilla con cuidado, cómo si fuera a infectarla de aquél veneno que se había inyectado en su sistema y cierra los puños con fuerza. Puede sentir el ardor, dientes chocando contra sí, las puntas del péndulo hundiéndose en su carne y plasma naciendo de su diestra, el corazón parece querer salir de su cuerpo pero no lo hace. Lo mismo sus pies, engrudos en el barro entre las penumbras, pero es la premonición que le dijo que apareció pero de forma figurativa; es la linterna de uno de los uniformados que la caza de aquellos pensamientos que cruzaron por su cabeza. Pestañea un par de veces, bajando la mirada para encontrar aquél pendiente lila en una tonalidad escarlata y luego voz demandante que la apuraba, cómo si aquello no fuera importante, cómo si fuera sólo una pila más para la lista de esa Universidad. Quizás fue el shock, o el dolor de aceptar que efectivamente Anastasia no estaba viva, pero se acerca hasta esa silueta y ésta la toma por los hombros, atosigando sus oídos con preguntas, acusaciones, luego se suman otras voces pero no identifica rostros porque ésta sigue en el suelo. Mirando sus botas bañada en lodo, el camino color rojizo que dejó y sigue cayendo, no lo sabe pero recuerda una que la dejaron volver a su habitación sólo se echo a dormir. El llanto sí la invadió pero cuando regresó de vuelta a la realidad, cicatriz en la palma de su mano y el recuerdo de haberse refugiado en ese lugar a penas terminó la fiesta con él, haber disfrutado de olvidarse de ella por un momento. Sentía que le había fallado, qué tendría que haberse ido detrás de ella pero ahora sólo le quedaba el castigo de sus consecuencias, pesadillas que seguramente atormentarían, imagen que rogaba no olvidar pero sobre todo su voz, acento particular, risa que alguna vez había sido claridad pero ahora se refugiaba a otro plano, cosmos lejanos del que ya no había atrás.
5 notes · View notes
agatha-m · 2 years
Text
agatha müller. citron. 24 años. alemana. Letras; griego, latín, literatura inglesa y escritura creativa. natación y jardinería
Tumblr media
0 notes