Tumgik
#pero bueno a ver si hago salir a este del flop con sus habilidades
daeulj · 4 months
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* self para: ascensión de habilidades ( @tierradenod ) marco temporal y espacial: primero de enero, poco antes del amanecer. participantes: daeul, ¿su sire, o una doble de su sire? habilidad: fortaleza.
la casi indiferencia con la que se movía entre grupo de neófitos ha pasado a convertirse en algo un tanto más desolador — no porque haya conseguido percibirlos de manera diferente, sino precisamente porque no consigue experimentar hacia ellos el sentimiento que cree que debería, como lo habría hecho si siguiera siendo una persona que ya no es, y que casi había conseguido creer que no le gustaría volver a ser. cuando se detiene frente al cuerpo inmóvil de un neófito, atravesado por estaca que ha sido clavada sin piedad ahí donde órgano vital debería estar latiendo, intenta dimensionar el tipo de sensibilidad que otros tiempos habría sido capaz de canalizar. no encuentra nada. 
quizá se encuentra tan sumido en esas ideas que es solo un rugido un poco menos bestial de lo acostumbrado lo que lleva su atención hacia puerta principal del palacio, misma por la que quizá tantos otros habían intentado escapar, y ahora servía de punto de reunión para grupo de neófitos. desde donde él está, parece que la escena que protagonizan describe una pelea entre ellos mismos. le sorprende, sin embargo, notar cómo el cuerpo de uno de ellos se desploma inerte sobre el suelo, siendo lo que está clavado en su pecho un indicio suficiente de que quien sea que pelee contra ellos tiene la consciencia suficiente como para saber exactamente cómo inmovilizarlos. aquello es lo único que necesita para encontrar la motivación de acercarse. sin embargo, tan pronto como alcanza el marco de la puerta, neonato se abalanza sobre él haciendo necesario el uso de fortaleza para resistir a su ataque inesperado. aquel viene seguido de otro, y otro más, que en ese momento aparecen frente a él como una barrera que le impide llegar hacia otre vástago, más que como una amenaza a su propia integridad. 
concentración, dedicada de lleno a contrarrestar los ataques recibidos por los neófitos, parece dispersarse en el momento en que tiene una visión fugaz del rostro de quien está luchando a pocos metros de sí. aparece con una familiaridad inesperada, y por un microsegundo, su mente es transportada al día en que recibió su abrazo. aun si no hay un corazón latiente en su pecho, algo parecido a la adrenalina le invade de repente, que tal vez es desesperación, o la necesidad creciente de confirmar que su mente no se ha confundido, y que rostro de quien lleva años dando por perdida finalmente ha decidido aparecer frente a sí.
es imposible dedicar energías a descubrir si aquella vástago es, en realidad, su sire — entre neófitos que se abalanzan sobre ella, y aquellos que se abalanzan sobre él, parece necesario que ambos resuelvan sus inconvenientes antes de poder toparse el uno con el otro. energías son dedicadas, entonces, a valerse de habilidades para frustrar los intentos de sus atacantes, que con garras, fuerza bruta o afilados caninos, intentan atravesar barreras con las que fortaleza, sirviendo como una especie de escudo o armadura impenetrable, le permite protegerse. mientras forcejea con uno de ellos, la expresión de ira enceguecida que parece marcarse en su rostro se convierte pronto en una que bien podría reflejar dolor o sorpresa — sea uno o lo otro, solo cuando el neófito voltea puede notar el porqué: herida le atraviesa toda la espalda, de un lado hacia el otro, en un profundo corte diagonal. a pesar de que el vástago se abalanza sobre su nueva atacante, ella parece más rápida que todos ellos. detrás de las puertas, se refugia y las mantiene sólo con su propia fuerza apenas entreabiertas; cree evidente que ha conseguido salir ilesa de su ataque. — ¡vete! — grito de la mujer es claro a través de la puerta, y aunque ojos llenos de confusión intentan conseguir una visión de su rostro a través de la pequeña apertura de la puerta, cuando se cierra por completo descubre que no tiene más que opción que obedecer. pelear contra los neófitos por sí solo es imposible, y está claro que ella no necesita de su colaboración para hacerles frente. por el contrario, casi parece que aquello que malinterpretó como una situación de riesgo, en realidad estaba bajo su completo control. con la ira de los neonatos enfocada en puertas que ahora se cierran frente a ellos, se vuelve sencillo que se aparte, piernas y músculos rigiendo por encima de razón a la hora de alejarle de aquel sitio. en su mente se reproduce una y otra vez la visión de ese rostro que creería imposible haber visto. trata de convencerse de que no es así, incluso encuentra lógico basar la teoría de que se ha confundido en que azabache de recuerdos no coincide con rubio actual, o que no ha visto tatuajes decorando su cuello en ese microsegundo en el que pudo verla, ni aquella voz suena como la que alguna vez le atribuyó al recordarla. mente, atiborrada de conflictos, no puede sumarse uno más.  con el sonido de alarma que advierte la llegada del amanecer decide que olvidará lo que acaba de ver, y si la busca otra vez, será sólo para confirmar que nunca ha sido quién él creyó.
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