Tumgik
#pues supongo que voy a ver que funciona mejor eh
girasonne · 1 year
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no sé si debería continuar anotando la hora durante todo el cuento o si será mejor tenerlo exclusivamenta al principio. hm...
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chixindiarystar · 3 years
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TMI: Milenka.
No estoy muy segura de como se empieza esto, porque primera vez que lo hago JAJAJAJA, pero bien esto va como reto de parte de @mawumi​ jsjjssjjss la verdad gracias por decirme un personaje, porque yo solita ni idea de cual tomar pah este tipo de platicas :( DE HECHO SON TANTOS ROLES QUE ESTUVO EL PJ. Que haré malabares para recordarlos todos, o volveré a leer su ficha para recordar cuales eran jsjsjsjs xdon. Oka ya me dejo de introducción y le continuo Aaaaaaaaa. Ah nononono. Perame, creo que si organizare primero unas preguntas, porque soy re buena para perderme, a si voy bien segura. OKA AHORA SI.
¿Porque ese nombre?
Originalmente el personaje no se llamaba Milenka. Su primer nombre oficial es: Ksanochka. Que no tiene un significado en especial, solo se lo coloque porque quería un nombre bien culero para recordar JAJAJAJA. E igual no quería ser tan mala y le coloque de apodo Milenka, porque era mas sencillo de recordar, y me era muy tierno el significado del nombre, que si no mal recuerdo era “Mi pequeña hija” o tan solo “Mi pequeña niña” ¡Pero algo asi el significado! Al final, termine por adoptarlo como original, porque maaaaan, pajazo recordar el otro namae. Porfa haberlo escrito bien.
¿Porque me gusta el personaje?
Uhm. Con quienes mas he hablado sobre el tema, sabrán que es uno de mis personajes favoritos. Por lo que tal vez, ya les haya contado un poco sobre este tema, si no mal recuerdo jsjsjsjs. Bien, para ponerlo en palabras...ehm. Realmente no estoy del todo segura, es un personaje que cuesta entender mis sentimientos a el. Pues, para mi mas que un personaje favorito o que me encante, es un tipo de apoyo emocional, es demasiado especial que me atasco un poco escribiendo esto jsjsjsjsjs. Hubo un tiempo de hecho que la use demasiado, el año no lo recuerdo cuando fue, pero si me ayudo bastante a no decaer mucho en la tristeza. Necesito muchísimo las palabras de apoyo, o un abrazo amistoso en el cual sentirse segura o reconfortada, cosa que puedo transmitirlo por medio del personaje, y sentir que me estoy auto dando el mensaje a mi misma. Yyyyyy ya me esta doliendo el pecho de hablar de esto JAJAJAJA por lo que lo dejo aquí, no tengo nada mas que agregar muack<3
¿Como y porque fue la creación del personaje?
AAAAAAAAAAAaaaa. Realmente no lo recuerdo bien, se que el primer rol fue Segunda estrella, y solo pensaba crearle una hija a Jasha, porque es y aun uno de mis bebitos(?) y habia pillado una imagen bien monosa, y nada. Solo era simplemente eso JAJAJAJAJAJA. De hecho ahora que lo pienso, creo que regaña mucho mas a las personas cuando es mas chiquita JSJSJSJS.
¿Que haría evolucionar al personaje?
Buenoooo no estoy segura en eso de evolucionar, pero en este caso al ser un personaje con unos principios tan firmes como es el pensar de Milenka. Seria mas como una evolución al inverso, osea que se rompa mentalmente(?) O capaz no, y yo entiendo mal la pregunta efe. En fin, siempre evito esta pregunta, porque a menos que suceda alli en el momento JAJAJAJA. Aun así, este personaje, ha tenido demasiadas evoluciones desde el primer rol que participo. Pues, en el primer rol, era supeeeeeeer poco delicada, o al menos menos que actualmente. Ya que en la versión pequeña, no suele medir mucho sus palabras a comparación de una edad mas mayor. Por ejemplo, hay roles en donde evoluciona en el sentido que la muerte o el ver morir, lo normaliza mas, como lo es...Agito, Danza Oscura o La Ira de los héroes. En las demás versiones se escandaliza con siquiera presenciarlo. 
Igual no estoy segura si funcionara así o no su forma de hacerle cambiar su...modo de pensar ¿Supongo que poniendo su propia lógica de como es hacer el bien en su contra? Si hay una razón valida de que, lo que piensa no es realmente correcto, y hay pruebas de ello, probablemente podría cambiar de a poco rasgos, porque si es bien testaruda jsjsjsjsjs a si que de a poco JAJAJA. Para que un personaje de este estilo se llegara a romper....no lo se oye, también quiero descubrirlo(?.
Distintas versiones, rosada o albina. Distintas familias. Etc, etc.
JAJAJAJA BRO SIEMPRE ME PASA. Que cuando quiero meterla en un rol nuevo, no se que version tomar, porque tiene demasiadas versiones.
Primero, esta la version pelirrosada o albina. La version albina existe desde mercurio, y solo existia principalmente para ser hermana de Katrina, y estar en una distinta familia, bc yo bien meca queria hacer real la familia fake que se creo en segunda estrella efe. Ya la version pelirrosada, es donde ella originalmente es hija de Jasha perooo en agito es pelirrosada y hermana de katrina ya que me hice la rebelde y loca alli. Hablando de hermanos, tiene tres versiones con ellos. La original tenia un hermano menor, el cual es un npc que no importa o se muere. La segunda es Katrina, que funciona como su melliza o hermana mayor. Y por ultimo, esta Thien que si no recuerdo mal, las tomamos de gemelas porque si se parecen mucho en el fisico jsjsjsjs.
Ah eso si, en nunca version mi personaje tiene una transformacion muy gigantesca a si que, eso sigue igual en todas partes jsjsjs AUNQUE. Nunca le he usado como personaje masculino, seguro saldra bien maricon o pensaran que es medio joto pero weno si me dan ganas jsjsjsjs. 
Ya hablando sobre su vida en los roles, muchos de hechos si se les ha muerto mucha gente por culpa de ella o no pero...no se bro, se toma todo de buena forma, que aunque le duela igual continua adelante, no es el tipo de personaje que le encante estancarse, a si que los guarda en su cocoro a sus muertitos, pero la vida sigue pos brou :( Y APROVECHO DE QUEJARSE QUE NUNCA SE MUERE ¿WHY? Siempre se mueren los del alrededor, si me la voy creyendo que los mata indirectamente alv. OSEA UNA VEZ GUN LA MATASTE PERO TODO FAKE. So no me furula eso oc? TAMPOCO EN M3 QUE LA ATRAVESO UNA ARAÑA pah salver al weon de Ryo y Shun, pero todo fake iwal viva y coleando.
¿Fortalezas o debilidades?
Le tengo traumas a este tipo de preguntas por meru de mi corazon pero veamos JAJAJAJA. No soy muy buena en este apartado a si que, me confiare en lo que recuerda humildemente mi cabecita. 
Dire que de fortaleza es colocar a la pipol de su lado, o bueno, al menos tener allí algún guardián confiable wuuuuu ¿Que mejor hacerte amigos que te protejan tu frágil culito? sisisisi. Igual, creo que la mayoría es gracias a su habla, que tampoco se bien komo le hace, por que no soy yo quien habla es el pj jsjsjsjs que si bien, no muchas preferencias en mi cocoro trata a todos por igual(?) Y de alguna forma podría hacerte cambiar de opinión creo, chales. Pikawat aunque no tah el emoji snif.
De debilidad diré que es..muy confianzuda gg aunque en algunas versión si es un poquito mas avispada sobre eso, pero en resumen si lo es. Nomas mira que en lazos siguió a unos ratones desnudotes, super bien hecho amix. O en mercurio que se fue con el men rarote k que mata en un callejón si podía efe. En segunda estrella también pensaba que Ariel le iba a matar por andar jodiendole tanto sin dejarlo ir JAJAJAJA.
Hablando sobre el romance ¿Cual seria su pareja ideal? ¿Que hay con este apartado?
Ay, oigame. Hace las preguntas mas difíciles. Y pos eh...eh...
Aiuda.
A ver, estuve unos minutos pensándolo. Desde el punto de vista de ella, no tiene un tipo de persona especifico, como tampoco le tengo orientación sexual en especial, ya que...¿Se podría considerar Pansexual? Para que alguien le guste de forma romántica, primero debería ella misma darse cuenta de ello, ya que mas allá de un atractivo físico, cosa que no le importante para enamorarse de alguien. Todo depende de la personalidad. Siendo sincera creo que le van mucho los edgys. Aunque, no porque les guste o sienta ese tipo de atracción principalmente. Si no porque...los vera tan amargados de la vida, que ira a molestarles para que vean lo bonito de la vida. A si como hacen los testigos de jehova(?). Les agarraría un interés mas rápido, acercándose primero para intentar un tipo de vinculo, por lo que ali, seria mas fácil que interpretara después como amor, dependiendo la evolución del vinculo entre ambos.
YYYYYYYYY OKA CREO QUE ACÁ LLEGO. Primera vez que hago un análisis a si que me lío mucho con que cosa era o iba waaaah jejeje. Gracias por leer >.<*
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little-summers · 7 years
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Possessions. (2/2)
Dos días después.
 El hombre de pelo rubio oxigenado había esperado a que anocheciese para poder salir de la casa abandonada en la que se quedaba. Los Ángeles no era una de sus ciudades favoritas pero había supuesto un alto en su camino a Las Vegas. Spike adoraba Las Vegas. Y más aún desde que le había robado una suma sustancial a Ángel y pensaba fundírsela entera apostando al Black Jack de gatitos.
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Como fuera, la cabina estaba al otro lado de la calle. Amparándose en el manto de la noche, se metió dentro de ella y rebuscó en el interior de su gabardina de cuero hasta encontrar un pequeño papel donde tenía garabateado un número.
Esperó, pacientemente a que diese señal y, al oír una conocida voz al otro lado, esbozó una media sonrisa socarrona.
—A ver, ¿eres Addison?
—Sí —Contestó al otro lado del teléfono— ¿Quién lo pregunta?
En cuanto había sonado su móvil, por primera vez en semanas Addison no había corrido a contestar esperando que fuese Sia, sino Dawn. La desaparición de su prima la tenía con el corazón en un puño y había momentos en los que perdía absolutamente los nervios; por suerte, Jake tenía suficiente sangre fría para los dos.
El cazador alzó la vista hacia Addison. Estaba arropando a Dorian que se había quedado dormido hacía apenas unos minutos. El niño no había pegado prácticamente ojo la noche pasada, ni la anterior, haciendo preguntas constantemente. Y tenía todo el derecho; después de todo, era su madre quién había desaparecido.
  Jake se acercó a Addison, interrogándola con la mirada.
No tenía sentido alguno. ¿Por qué llevarse a Dawn? Era a Dorian a quién querían, y le habían tenido al mismo alcance que a ella. No, Dawn se había ido por su propio pie y voluntad, y eso era, de algún modo, muchísimo peor. ¿Y si estaba bajo coacción? No lo sabía, Jake tenía demasiadas teorías, y seguía desarrollando nuevas porque necesitaba mantenerse ocupado. Necesitaba pensar en soluciones y olvidar el problema.
—Hola Addison. Soy Spike.
Aunque las presentaciones no era precisamente lo suyo, no quiso entrar en más detalles. Se habían visto una vez, semanas atrás, cuando aún vivían en San Francisco.
—Tengo una noticia para ti —le dijo, apoyando un brazo por encima del teléfono—. Dawn está poseída.
Desconocía por completo como había llegado a esa situación pero lo que más le sorprendía era, precisamente, que no llevase un tatuaje anti posesión. A veces las Summers eran tontas de nacimiento.
—Ha matado a un par de personas —continuó, como quien habla del tiempo—. Pero conseguí atraparla antes de que le diese por escuchar a Taylor Swift. Total, estamos en Los Ángeles, así que vente para acá para que puedas hacer el exorcismo. Lo haría yo mismo pero siendo vampiro, igual estallo en llamas.
La expresión de shock de Addison fue tal que Jake supo, con solo mirarla, que no era una llamada para dar buenas noticias.
—¿Qué pasa? —Preguntó con un tono de urgencia.
—Estoy en los Ángeles —Fue lo primero que fue capaz de decir Addison ante semejante bomba—. Dame una dirección y estaremos allí en menos de una hora.
—¿Allí dónde? —Jake no podía evitar insistir— ¿Ha aparecido?
Addison apartó el teléfono solo un segundo para poder contestarle.
—Spike, un amigo de Dawn la ha encontrado. Está poseída —Susurró—. La tiene, pero no podemos llevar a Dorian.
Jake tragó saliva, pero no sirvió para deshacer el nudo que tenía en la garganta. No, no podían llevar a Dorian.
—Iré yo —Y de un manotazo le quitó el teléfono a Addison— ¿Cuál es la dirección?
No, no pensaba que tuviese más derecho que la prima de Dawn a estar allí. Pero lo que si tenía era más experiencia con los exorcismos y, además, Dorian se quedaría más tranquilo y cómodo con su "tita" que con él.
Spike le dio la dirección y ambos quedaron en que Jake tardaría lo menos posible en llegar allí. Al fin y al cabo, no estaba muy lejos.
La casa había sido muy bonita en otro tiempo. De colores pastel, con dos plantas que se expandían en un ambiente diáfano. Sin embargo, en ese momento la fachada quedaba totalmente tapada por una enredadera que había hecho de las suyas creciendo, sin prisa pero sin pausa, hasta tapar casi toda la parte delantera.
Unos toques en la puerta indicaron que Jake estaba allí y cuál fue su sorpresa cuando quien abrió la puerta no fue Spike. Una mujer menuda, de cabello corto castaño y ojos azules estaba al otro lado del umbral. Anastasia Flynn habría esperado a Addison pero estaba claro que, últimamente, sus deducciones eran pura mierda.
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—Hola, Jake —lo saludó, dejándole entrar.
Una cicatriz recorría su rostro. Nacía en su sien derecha y se deslizaba en modo descendente hasta perderse en la parte izquierda de su mandíbula.
—La tenemos atada en el sótano. Te aviso que no está muy amigable.
—Me lo esperaba —Dijo, entrando y con el ceño fruncido, preguntó— ¿Y a ti qué te ha pasado en la cara? No voy a preguntarte cuando has vuelto porque ahora mismo me da igual.
La mayoría de las casas americanas tenían la misma distribución, por lo que a Jake no se le hizo difícil dar con la cocina y seguidamente, el sótano. Bajaba las escaleras seguido por Flynn.
—Addison quería venir, pero alguien tenía que quedarse con Dorian.
Localizó a un rubio con una larga chupa de cuero apoyado en la pared y de brazos cruzados. Acto seguido, vio la figura de Dawn sentada en una silla, atada de manos y pies. La silla estaba en el centro de una clave de salomón dibujada en el suelo. Se quedó plantado tras bajar el último escalón, mirándola fijamente. Era culpa suya. Él la había animado a comprar ese bar, a no descartar el mundo de la cacería. Y ni siquiera se había fijado en si llevaba un tatuaje anti posesión. Y no iba a ser por no haberla visto desnuda.
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Dawn ladeó la cabeza, componiendo una enorme sonrisa según sus ojos se volvían totalmente negros.
—¡Ya estamos todos! ¡Puede empezar la fiesta! —exclamó, sin dejar de sonreír—. ¿Qué te pasa, Flynn? ¿Esperabas que viniese la zorra de tu novia?
Sia frunció los labios, guardándose la respuesta que tenía preparada. Seguirle el rollo al demonio no sería, precisamente, lo adecuado. Sabía por qué decía aquello: quería provocarla.
Ante su silencio, Dawn simplemente chasqueó la lengua.
—Parece ser que te has ganado esa fea cicatriz por nada, ¿eh?
Y, entonces, se echó a reír. Una risa ligeramente histérica que hizo a Spike separarse de donde estaba apoyado e ir hacia Jake.
—Bueno, cuanto antes lo hagas, mejor —le dijo, echando un leve vistazo a Dawn, que los seguía mirando atentamente—. Porque me está quitando el puesto de Míster Obviedades y…
—Oh, Spike —le cortó ella, echándose todo lo que pudo hacia delante en el asiento—. Todo el mundo sabe que eres un niño de mamá así que deja de vender esa fachada de tío duro porque nadie se la traga.
El vampiro rodó los ojos, tomando una gran bocanada de aire.
—¿Ves? Y ni siquiera puedo atizarle porque entonces, me sentiría mal.
Jake miró a Spike a los ojos pero lo único que le dio como respuesta fue eso y silencio. Se quitó la cazadora y la colgó religiosamente en el respaldo de una segunda silla; luego, arrastró consigo esa silla y la colocó frente a Dawn. Se sentó.
Sí, iba a realizar el exorcismo, pero antes necesitaba aclarar un par de cosas.
—Corta el rollo ¿quieres? Cuando aprenderéis los demonios que lo vuestro es degollar y partir cuellos. La destrucción. No las palabras. Tened un poco de respeto por vosotros mismos —miraba los ojos negros de Dawn completamente inexpresivo—. Voy a hacerte un par de preguntas y de ti depende que esto acabe en un santiamén o se alargue muchísimo. ¿Sabes lo que pasa cuando la persona que está recitando el exorcismo no acaba? Es curioso, en realidad, porque uno nunca piensa en las medias tintas. Cuando alguien interrumpe el exorcismo una y otra vez, tu esencia arde. El dolor que te produce al intentar expulsarte del cuerpo se repite una y otra vez, y no estás fuera ni dentro. Es una agonía. Lo sé porque he estado en una silla como esa —Le guiñó el ojo—. Qué me dices ¿charlamos un poco?
Dawn permaneció inexpresiva, observando al cazador con esa sonrisa congelada en su rostro. Si le había causado algún pavor sus palabras, no se estaba dejando traslucir en su rostro.
—¿De qué quieres charlar? —le preguntó—. ¿De tu familia? Ah, es verdad, que no tienes. Ni familia, ni pasado, ni... nada. Supongo que de eso no quieres hablar —fingió pensar—. No, no se me ocurre nada que pueda interesarme dialogar contigo, cazador.
Anastasia y Spike se mantenían en el mismo sitio, observando. La primera estaba cruzada de brazos y el otro se encendía un pitillo.
Jake había esbozado una sonrisa. Se esperaba que el demonio usase esas cartas. Había estado preparándose todo el camino.
—Pues fíjate tú, que a mi si se me ocurren algunas. He tenido tiempo para pensar de camino hacia aquí y ¿sabes? Aunque no descarto la posibilidad de que el que hayas escogido este cuerpo sea mera casualidad, me resulta bastante difícil de creer —Hizo una pausa, sin apartar la mirada de ella— Eres un demonio, y a los demonios os encanta cotillear. ¿Qué sabes sobre Dorian? Alguien está intentando echarle el guante desde hace semanas. O, espera —frunció el ceño— Claro. No lo sabes y por eso has poseído a su madre. Esperando que en su cabeza estuviese la información que necesitáis para luego mover ficha. ¿Uhm? Si el niño es importante para alguien, es importante para todos. ¿No es esa la regla de vuestra jungla?
Estaba cerrando y abriendo las manos mientras Jake hablaba, como si así consiguiera que deshacerse de los grilletes que la unían a la silla atornillada al suelo.
—Para tener sólo unos meses de vida, te funciona muy bien la neurona —fue todo lo que respondió, esbozando una enorme sonrisa.
El suelo entero de la casa tembló, haciendo que tanto Anastasia como Spike perdiesen el equilibro mientras Dawn mantenía su mirada negra como el tizón fija en el cazador.
Fue precisamente en ese instante cuando el temblor que había sacudido la casa segundos antes sacudió por completo los cimientos. Una brecha se abrió en el símbolo y, en cuestión de segundos, Dawn se había deshecho de los grilletes y le había propinado un cabezazo a Jake.
Jake no lo pasó por alto, pero se mantuvo impasible, devolviéndole la mirada sin dejarse intimidar.
—¿Y bien? Está claro que has tenido horas de sobras para pensar en una forma de soltarte de esos grilletes y de anular la trampa que te encierra. Pero ¿cuánto vas a tardar? Porque —Se miró el reloj de muñeca y alzó las cejas— yo calculo que puedo recitar el exorcismo en cuarenta y cinco segundos.
De repente, Jake se levantó de la silla como una fiera y apoyó las manos sobre la silla en la que estaba sentada Dawn, inclinándose hacia ella para quedar prácticamente frente contra frente.
—¿Por qué Dawn? ¿Por qué Dorian?
Fue precisamente en ese instante cuando el temblor que había sacudido la casa segundos antes sacudió por completo los cimientos. Una brecha se abrió en el símbolo y, en cuestión de segundos, Dawn se había deshecho de los grilletes y le había propinado un cabezazo a Jake. Anastasia se abalanzó sobre su arma pero fue demasiado lenta, Dawn le pegó una patada en la cara que la lanzó al otro lado de la estancia.
—Esto me va a doler más a mí que a ti —le dijo Spike, alzando los puños, antes de arrearle un puñetazo.
Para él, no estaba pegando a un demonio. Estaba pegando a Dawn, lo más parecido a una hermana pequeña que había tenido en su vida. Sin embargo, el golpe fue encajado con tanta frialdad que le propinó un par más. Al cuarto, Dawn le interceptó la muñeca, se la retorció, partiéndosela por la mitad y lo lanzó al otro lado de la habitación. Entonces, echó a correr escaleras arriba hasta alcanzar el piso superior.
Con una brecha en la frente, Jake se sobrepuso a su mareo y sin pararse a comprobar que Anastasia y Spike estuviesen bien, subió las escaleras tras Dawn. Su altura y el tener las piernas más largas iban a servirle de algo por primera vez, haciéndole más rápido que ella y pudiendo interceptarla en la cocina. Hacerle daño era lo último que quería, pero iba a darle muchísimo más daño si dejaba que saliese de esa casa y que volviese a mancharse las manos de sangre. La había cogido por la cintura y la tiró sobre la mesa, haciéndola rodar hasta caer al suelo del otro lado y él rodeó el mueble para llegar hasta ella justo cuando se levantaba.
—Podríamos haber hecho esto por las buenas. Then again, los demonios no brilláis precisamente por vuestro sentido común —La pausa fue muy corta, y empezó a recitar—. Exorcizamus te, omnis immundus spiritus omnis satanica potestas, omnis incursio.
El cuerpo de Dawn convulsionó y una serie de finas brechas de color lila parecieron expandirse por toda su piel.
Tanteó por el suelo. Cuando la había tirado sobre la mesa, varias cosas habían caído de allí encima. Tanteó hasta agarrar una sartén y le propinó un sartenazo en toda la cara. Aunque el cazador trastabilló hacia atrás, siguió recitando el exorcismo. Y el demonio decidió que era hora de tomar medidas al respecto.
Vio el cuchillo brillando a pocos metros de ella y se abalanzó sobre él. Con dificultad pero manteniéndose erguida, lo alzó. Anastasia subía en esos momentos los escalones de la escalera cuando lo vio. Pensando que se lo lanzaría a Jake, se quedó de piedra cuando vio a Dawn clavándoselo a sí misma en el estómago.
Una sonrisa apareció en sus labios.
—Sigue recitando —lo desafió, sacando el cuchillo de un tirón. Un borbotón de sangre manchó la camiseta de Jake—. Y echarás de este bonito cuerpo a lo único que la puede mantener con vida.
Jake era un hombre fuerte. O él se consideraba así. Pero en ese momento, se sintió como un insecto en un mundo de gigantes. Asustado, pequeño, aplastable. La voz se le había atascado en el nudo que se le asentó en la garganta y el estómago le dio un vuelco.
Parpadeó lentamente. Un destello de sentido común quiso convencerle de que seguir recitando el exorcismo era lo correcto, pero él solo pudo que ver la imagen de Dawn tumbada en la cama arropada en sus brazos, durmiendo plácidamente y con una sonrisa involuntaria curvándole esos labios que a él tanto le gustaba besar. Y ese recuerdo le pedía que fuese egoísta; que la dejase marchar hoy para poder salvarla mañana. Daba igual si salía de esa casa y degollaba algunos cuellos más. Daba igual si el alma de Dawn se corrompía. Seguiría viva, y mañana podría seguir siendo suya.
Porque acababan de empezar, pero quería que fuese suya.
Cuando el demonio se mofó de él, aún atrapado en el símbolo recordándole que no tenía absolutamente nada; que por no tener, no tenía ni pasado, había mantenido la compostura. Pero ahora sentía como un torrente de angustia le estrujaba el pecho. No tenía nada. Y si perdería a Dawn, volvería a no tener absolutamente nada.
  Jake tragó saliva, y aunque sus ojos verdes tenían un brillo de lágrimas, no dejó escapar ninguna.
—Lo siento.
No se lo dijo al demonio. Se lo dijo a Dawn. Porque estaba seguro de que ella podía oírle. Ese niño con el que había estado jugando a fútbol, ese niño tan espabilado e inocente no merecía quedarse sin madre. Pero tampoco merecía que su madre se convirtiese en un monstruo. Y Jake lo supo entonces; si la quería, eso era exactamente lo que tenía que impedir.
—Exorcizamus te, omnis immundus spiritus, omnis satanica potestas, omnis incursio. Infernalis adversarii, omnis legio, omnis congregatio et secta diabolica. Ergo draco maledicte, et omnis legio diabolica adjuramus te. cessa decipere humanas creaturas, eisque aeternae Perditionis venenum propinare.
El humo salió disparado de la boca de Dawn hasta perderse en el suelo durante unos segundos que se hicieron eternos.
Entonces la pequeña de las Summers parpadeó. Sus ojos volvían a ser de color azul y su mirada se cruzó apenas un segundo con la de Jake cuando se desplomó en el suelo. Inconscientemente, sus manos fueron enseguida a taponar la herida. Pero había sangre por todas partes. La sangre manchaba su camiseta, sus manos, se desparramaba entre sus dedos.
Tuvo miedo. Un pánico atroz en ese mismo instante. Su corazón latía rápidamente dentro de su pecho y eso parecía que provocaba que se desangrase más rápido. No quería morir. No podía siquiera permitirse ese pensamiento. ¿Quién se ocuparía de Dorian? ¿Qué sería de Jake? ¿Y Addison?
Le temblaba todo el cuerpo mientras intentaba respirar. Pero respirar comenzaba a ser muy difícil.
Jake cruzó la poca distancia que les separaba y se fue de rodillas al suelo con ella. Tomó sus mejillas.
—Eh —Susurró—, estoy aquí. Todo va a salir bien. ¿Me oyes? Todo saldrá bien... ¡Sia! —Rugió llamando al hada y cuando ésta se acercó formuló la pregunta sin tapujos— Sé cómo salvaste a Addison en la venta de armas. Sé lo que puedes hacer. Así que quiero que hagas esto y que lo hagas ya. Quiero que me transfieras su herida.
Podría haber dicho como argumento que era un hombre, que resistiría mucho más y acabar diciendo que era un buen plan. Pero no dijo nada de eso. Porque no tenía que justificar sus decisiones. Si no tener nada y a nadie tenía alguna ventaja era, precisamente, que no respondía ante nada y ante nadie. Sentía el cuerpo de Dawn temblando y estaba matándole.
—¿Puedes o no puedes hacerlo?
—No funciona así —respondió Sia, con un hilo de voz.
No, no funcionaba así. Y de tener por completo sus poderes, la herida de su rostro no existiría. Con pasar cuatro días nadando en el océano, habría desaparecido. Esa era la principal razón por la que no había contactado con Addison en todas esas semanas. Su relación le había acarreado una serie de problemas con los que no había previsto.
Pensó en Addison y en lo muy unida que estaba a su prima. En lo mucho que la quería. En concreto, a su mente acudió una escena, cuando aún vivían en San Francisco: Addison y Dawn estaban en el sofá, muertas de risa, viendo fotos antiguas de cuando eran pequeñas.
El hada tragó saliva, acercándose lentamente.
El color había abandonado las mejillas de Dawn mientras ésta intentaba mantenerse despierta. Pero todo comenzaba a darle vueltas.
—Jake… —consiguió decir, en un bajo susurro—. Cui…. Dori….an…
—No tiene por qué hacerlo —le dijo Anastasia, arrodillándose a su lado—. Lo cuidarás tú misma.
Alzó la vista hacia Jake, antes de subirle la camiseta a Dawn y posar las manos en su herida.
—Dile a Addison que a veces, aunque dos personas se amen, no es suficiente —parpadeó, frunciendo los labios—. Prométeme que se lo dirás. ¡Prométemelo!
El leve asentimiento de Jake fue todo lo que necesitó. Cerró los ojos.
Un intenso y puntiagudo dolor se expandió por todo su abdomen. La herida de Dawn quedó completamente cerrada y, esta vez, fue Anastasia la que cayó hacia atrás, sangrando a borbotones.
La cicatriz de su rostro pareció abrirse levemente, dejando que varias gotas de color carmesí se deslizasen por sus mejillas.
Jake soltó un suspiro entrecortado y en ese momento se sintió dividido entre seguir sosteniendo a Dawn o ir a intentar parar una hemorragia que sabía de antemano que no iba a poder detener. Miró a los ojos de Dawn un momento antes de acercarse a Sia, poniendo las manos sobre la herida y haciendo presión. A veces no se trataba de poder salvar a alguien, sino de que no muriesen solos.
—Sh —soltó en un bajo susurro al verla arquear la espalda. Sia se ahogaba, seguramente en toda la sangre que se le estaba aglomerando en la garganta. Y por todo el oxígeno que entraba y no llegaba a ningún sitio—. Sh... Está bien. Piensa en algo bonito ¿eh? Piensa en Addison.
Creía haber calado a Anastasia desde que la conoció, pero había estado completamente equivocado. Lo que acababa de hacer por Dawn, lo que seguramente en el fondo había hecho por Addison, no podía compararse con nada. Estaba muriendo por quién era y por la persona que quería, y nadie tenía derecho a cambiar eso.
La piel de Anastasia comenzó a teñirse de verde. Unas escamas asomaron por debajo de su ropa mientras el cabello se le caía a mechones. Sus uñas se desprendieron y unas branquias se formaron a ambos lados de su cuello. Boqueó, igual que si estuviera en el mar, buscando respirar. Pero nada de eso llegó a sus pulmones.
Cuando quiso darse cuenta el rostro de Jake había desaparecido enfrente de sí y, el dolor que la recorría por dentro, comenzó a disiparse.
Lo supo antes, incluso, de que de nuevo sus escamas volvieran a cubrirse de piel humana.
Dawn parpadeó ante la transformación, primero anfibia de la hada, y después humana. Anastasia volvía a ser ella misma con cada centímetro de piel en su sitio. La cicatriz en su rostro resurgió y, con una fuerte aspiración, se agarró a los brazos de Jake.
—Agua.
Fue todo lo que pudo decir antes de perder el conocimiento.
—Hay que… que llevarla… a un estanque o una bañera —dijo Dawn, sintiendo la boca pastosa.
En ese momento, Spike apareció en la cocina. Nada más ver a Dawn supo que volvía a ser ella. Menos mal, porque su muñeca rota le había provocado unas inmensas ganas de estamparle la cabeza contra la pared.
—¿Agua? El vecino tiene una piscina —dijo, señalando la parte trasera de la casa.
—Llévala a la piscina —le pidió Dawn a Jake.
Aunque ella estaba curada, aún no se sentía con la energía necesaria para ponerse, siquiera en pie.
Jake no tenía ni idea de qué acababa de pasar. Oyó la sugerencia o más bien orden de Dawn y alzó a Anastasia en brazos. Cruzó la casa hasta salir por la puerta que daba al jardín. Saltar la valla para pasar al jardín del vecino fue mucho más difícil con Sia en brazos, pero afortunadamente mantenerse en forma daba sus frutos. La piscina no estaba para echar cohetes, de hecho, Jake tenía dudas de si meterla allí iba a ayudarla a regenerarse y curarse, o si iba a empeorar las cosas causándole vaya dios a saber qué infección. Pero no tenían otras opciones. Hincó la rodilla en el césped y con cuidado la metió en el agua.
El agua acogió a Anastasia como si de una vieja amiga se tratase. De hecho, el líquido pareció arrebatarle el cuerpo de entre sus manos al cazador, sumergiéndola hasta el fondo.
—¿Puedes ponerte en pie? —preguntó Spike, dando un par de pasos hacia Dawn.
—No… no lo sé —respondió ésta, temblando.
Su amigo la ayudó, agarrándola bien por los brazos. Cuando sus pies aguantaron todo su peso, no la soltó. Y, cuando ella se abalanzó sobre él para abrazarlo, no la apartó. Él mismo le correspondió en el abrazo, frotándole la espalda con su mano sana.
Suponía cómo debía sentirse. Estar a las puertas de la muerte no era algo que se pudiese superar fácilmente. Menos aun si te poseía un demonio y se inmolaba a modo de chantaje. Le siguió frotando la espalda hasta que sintió que el abrazo se aflojaba y, entonces, se separó de ella.
Preguntarle si estaba bien era una estupidez. Era obvio que no lo estaba.
—¿Dónde está Dorian? —le preguntó ella, pasándose una mano manchada de sangre seca por el rostro.
—Creo que le oí decir a tu amigo que estaba con Addison.
 Jake se quedó de rodillas en el borde de la piscina, mirando hacia el fondo. El cuerpo de Sia estaba completamente sumergido. No le costaría admitir que el poder que tenía el hada le despertaba mucha envidia. Era maravilloso. Mágico. Y acababa de salvarle la vida. Soltó el suspiro sin darse cuenta y luego se pasó la mano por la cara. No se había dado cuenta ni de que estaba sangrando hasta entonces. Empezaba a sentir como un torrente de emociones amenazaba dentro de él y frunció los labios como si eso cerrase las puertas, metiendo las manos en el agua y empezando a lavarse cara, manos y pelo. Casi había vuelto a joderla. Otra vez. Podría haber hecho el exorcismo nada más llegar, pero no. Tuvo que interrogar al demonio, tuvo que tentar a la suerte y gracias a su altanería no una, sino dos personas casi habían muerto. Dawn casi había muerto en sus brazos. Cuando cogió el teléfono y le dijo a Spike que iría él, había estado convencido de que podría salvar a Dawn. Pero todo lo que había hecho era empeorar las cosas. Se rió. Se rió mientras aún se pasaba las manos por el pelo. Se reía y no sabía muy bien por qué. O porque si se reía mientras sentía que se le rompía algo, y alguien aparecía, le encontraría riéndose y no llorando. Y no preguntarían. Nadie le puede explicaciones a una risa. Spike y Dawn salieron de la casa. El primero le tenía pasado un brazo por los hombros a la joven. Le había dejado su gabardina y ella estaba intentando entrar en calor, abrazándose a sí misma mientras se acercaban a la valla. No tuvieron que saltarla. Spike arrancó un par de tablones y ambos entraron en la propiedad.
—Algunos tienen un curioso sentido del humor—le dijo a Dawn, viendo que Jake estaba riéndose como un histérico.
Sin embargo, ella se acercó al cazador. Aún le temblaban las piernas pero consiguió mantenerse sobre ellas según se dejaba caer de rodillas a su lado. Él estaba completamente limpio y ella.. Bueno, a ella le hacía falta una buena ducha.
Le miró, fijamente. Cuando él le devolvió la mirada supo, al instante, que Dorian estaba bien. Era lo que más le había preocupado. Tenía unas enormes ganas de abrazar a su hijo y prometerle que nunca más se separaría de él.
Le pasó el dedo índice por la mandíbula, dibujando una línea imaginaria según ladeaba el rostro. Tenía unas ganas inmensas de llorar.
Jake no era empático, y en ese momento apenas podía contener sus propias emociones, pero lo leyó en los ojos de Dawn. Leyó todo el miedo que estaba sintiendo y que en ese momento le necesitaba, aunque todo lo que había hecho y todo lo que acababa de suceder le recordase con una creciente migraña que no era suficiente para ella. Y le apartó la mano, solamente tirar de ella hacia sí y abrazarla. Asumiría todo su peso y la sostendría, la protegería, incluso, aunque hubiese demostrado que el poder protegerla no era más que una mentira. Una mentira que él se había obligado a creer.
—It's okay —Le susurró, dándole uno, dos y tres besos en la mejilla—. Ya se ha acabado.
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oraclekunoichi · 6 years
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3.
—Tristán uno cinco comenzando aproximación. Iniciamos ataque.—en su infinito aburrimiento, Tristán lanzó el avión de papel cuidadosamente fabricado con los deberes de mates, impactando de forma crítica contra su objetivo: la oreja de Joey, el cual se despertó de un grito, derribando a un aburridísimo Yugi que no dejaba de mirar a su carta del Mago Oscuro. 
Eso sí que fue mágico: el acabar los tres fuera de clase, castigados en el pasillo. Protestas agudas, quejas varias y medio minuto después, una enfadadísima Téa que propinó sendos capones a Joey y Tristán. 
Se aflojó el lazo de la corbata de ese maldito uniforme. La resaca de alucinógenos era bastante fuerte, a pesar del gigantesco plato de huevos revueltos que Marik le había obligado a zampar. 
—A ver, por dónde era...¡ARGH!—no, definitivamente el plano del colegio no era de mucha ayuda.—¿No podían haber construido un edificio más sencillito?
Llegaba tarde, muy tarde a la clase de Arte. A pesar de sus incesantes esfuerzos logró encontrar el aula, recibiendo un portazo en las narices por parte del profesor en cuestión. Sayuri soltó unos cuantos improperios en japonés que, a pesar de sonar muy bien, era mejor no traducir. Derrotada por el sistema y con la cartera en la mano, comenzó a vagar por los pasillos hasta toparse con Yugi y compañía en plena regañina.
—¡Auch! ¡Bruta!—se quejó Tristán.
—Aún te meto otro, payaso.—Téa esgrimió su puño justiciero a escasos centímetros de su cara. 
—¡Eh! ¡Mirad quién está por ahí!—Yugi miró en dirección a Sayuri. 
—¿Te has perdido, monada?—Joey, tan galán como siempre, exhibía su mejor sonrisa, oyéndose a continuación otro capón retumbar por las paredes.
—¿Es que sólo piensas en chicas, Joey?—Téa se mostró molesta, quizás un poco celosa. 
—Chicos...—Yugi, desde atrás, se llevó las manos a la cabeza mientras Téa tomaba la iniciativa...y enganchaba el brazo de Sayuri.
—Nos vamos a la cafetería. Hum.—sentenció, dejando a los chicos caminando por detrás con los hombros encogidos.
—¿Café...tería?—ni se dio cuenta del enganche, aunque agradeció que Téa la alejase de ese par de “avanzados para su edad”.
—Oh, sí. Te va a encantar, la camarera ya nos conoce, ¡aunque no sé hasta qué punto eso es bueno!—se reía Téa, mientras Joey y Tristán parecían discutir. Incluso le pareció oír un “Yo la vi primero” que optó por pasar por alto, no así como a Yugi, a quien no dejaba de mirar por el rabillo del ojo. 
—Nos dejaste muy preocupados, ¿sabes?—Téa la miraba fijamente, sinceramente preocupada por ella.—¿De verdad que estás bien?
—Sí, sí.—sonrió Sayuri, más tranquila.—Creo que me debió dar una bajada de tensión...
—¡Pues vamos a que recuperes energías! ¿Te gustan los bollos dulces? ¡Los de arándanos están de rechupete!
Y así todo el trayecto hasta llegar a la cafetería. Téa hablaba mucho, pero a Sayuri no le resultó desagradable, todo lo contrario. Incluso compartieron un par de carcajadas. 
Ocuparon una mesa algo grande, tres en un lado, dos en otro. A continuación, Yugi, Joey y Tristán sacaron lo que parecían un par de barajas de cartas, mezclándolas con cuidado.
—Esta vez te voy a dar una paliza, Tristán.—se crecía Joey. 
—¡JÁ! ¡Y a mí me van a poner matrícula en Mates!—se burló Tristán. 
—¡¿Queréis dejar de hacer el cazurro, par de idiotas?! ¡A ver qué va a pensar la pobre chica de vosotros!
—Naomi, ¿tú juegas al Duelo de Monstruos?—inquirió Yugi, afable como siempre, tras estar un rato callado. Se podría decir que intentaba alejarse de la pelea de gallos que se libraba a escasos centímetros de él.—Es a lo que dedicamos... eh...—se llevó una mano a la nuca, riéndose levemente.—...nuestros ratos libres...
—¿Duelo de Monstruos?—se sorprendió. Negó con la cabeza, ya que no le parecía demasiado correcto decir que en sus ratos libres se dedicaba a lanzar cuchillos, caminar por los tejados, alterar el agua y etc.—Suena divertido. ¿Cómo se juega?
—Bueno, es algo complicado, pero se aprende rápido si no eres Joey.—replicó Téa, sacándole la lengua a Joey, que la ignoró por completo.—Primero necesitas una baraja, y después...
Téa comenzó a explicarle de todo, desde los tipos de cartas hasta las normas de juego, sin parar un segundo siquiera a coger aire. El espíritu hizo acto de presencia junto a Yugi.
—Tengo la sensación de que se le va a dar bien. Quiero verlo.—le susurró al oído. 
—Más despacio, por favor.—le pedía Sayuri a Téa, ya que no conseguía entenderla de lo rápido que hablaba.—¡No me estoy enterando de nada!
—Vaaale, rebobino.—esta vez, la chica de ojos azules comenzó a explicarlo todo más pausadamente. 
Sayuri contuvo la respiración durante un instante: ¿había alguien al lado de Yugi? ¡Sí! ¡Sí, lo estaba viendo, no era una alucinación! Se distrajo, desviando la mirada hacia él. 
«Puedo oírte.»
—...Y eso es todo. Ten, utiliza mi baraja si quieres probar.—Téa le tendía un montoncito de cartas, que aceptó sonriente, y comenzó a examinarlas con detalle. 
—¡Yo me enfrentaré a ella!—Joey palmeó la mesa con ambas manos; después, sacó su baraja mientras la presencia observaba con incredulidad a Sayuri, sin saber qué decir.
«Es...¡Es imposible!» replicó la presencia, atónito.
—¡Vamos, Naomi!—exclamó Joey.—¡No tengas miedo, seré bueno!
«Si tan imposible es, explícame cómo demonios estoy hablando contigo.» le dijo Sayuri a la presencia, casi entornando los ojos.
—No veo por qué no.—aceptó Sayuri, barajando las cartas. Más o menos sabía lo que hacían, pero necesitaría una pequeña ayuda.
O eso creía. 
—No...no es posible...—Joey miraba el tablero sin dar crédito.
—La leche.—Tristán zarandeó los hombros de Sayuri con cierto entusiasmo, antes de señalar a Joey con burla.—¡Te ha ganado la nueva! ¡JÁAAAAAAAAA! ¡Pringao’, que eres un pringao’!
—A ver, sólo ha sido suerte.—se excusó Sayuri, sonriendo.—La suerte del principiante que le llaman.
—¿Seguro que no has jugado nunca?
—¡Que no, palabra!
Ah, pero mientras el duelo tenía lugar y Yugi aplaudía, Téa vitoreaba y Joey renegaba frente a Tristán, una extraña conversación entre la presencia y la mente de Sayuri se mantenía de forma simultánea.
«¿Cómo sabes mi nombre?»
—¡Se te da bien, Naomi!—Téa recuperó su baraja con una animada sonrisa.—Deberías conseguir una baraja, ¡quizá llegues a ser tan buena como Yugi!
«¿Ein? ¿Pero qué dices?»
—Yo sólo creo en el corazón de las cartas.—Yugi se encogió de hombros, modesto como siempre.
—Eso estaría bien.—repuso Sayuri, dejándose llevar por el momento. Se sentía cómoda, tranquila; a gusto con ellos cerca.
«Ni siquiera te conozco. ¡No me mires así, no estoy zumbada!» pero la presencia no dejaba de observarla con gesto grave, taciturno, incluso dubitativo. Recordaba aquel eco, aunque quizás ella no lo hiciera. Aquella visión.
Téa optó por ir a por los bollos, muerta de hambre, a pesar de que la mirada de Sayuri ya no estaba en ella. 
«Artais.» dijo únicamente, con voz monocorde. «¿Te suena?»
—¡Bollos!—chilló Joey.—¡Comida!
—Casi se me había olvidado.—Sayuri se levantó, sin perder de vista a la presencia.
—¡Traedme un chocolate o algo!—pidió Yugi, juzgando que ya había manos de sobra para traerlo todo.
«Lo dijo ese hombre... A la mujer del balcón. ¿Fue real?»
«¿A ti te pareció una mentira, una alucinación?»preguntó la presencia, clavando su inquisitiva mirada en sus ojos. «A mí, no.»
«No. No me lo pareció. Estabas ahí, o sea, estábamos... pero no entiendo nada. Es... es como si me faltara memoria...»
Bueno, dicho y hecho. Chocolate para Yugi, cola para los dos glotones y té para las damas. Una mañana de novillos prácticamente perfecta: juegos, charlas... aunque mantener una conversación mental era harto difícil. Yugi peleaba con Joey para explicarle que las cartas de trampa no eran hacer trampa, Téa y Tristán intentaban ayudarle...
«Es curioso, ¿verdad?»repuso, esbozando algo parecido a una media sonrisa.«En mi vida te he visto, y es como si ya te conociera.»
«Es...Interesante, sí.»concedió la presencia.
«¿Puedo...puedo preguntarte quién eres? O qué, mejor dicho.»
«Yo... Yo soy Atem. El faraón.» suspiró, e incluso pareció dejar caer los hombros con pesadez. «Pero casi no recuerdo nada. Aunque, he de admitir, hay otra cosa que me llama más la atención: ¿quién eres tú? De verdad, en el fondo de tu ser.»
«¿Yo? Es una larga historia.» suspiró ella, tomando un sorbo de su té. «Yo soy Sayuri. No tengo apellido, y procedo de las Shîkuretto Shottô, Islas Secretas, una región muy remota de Japón. Tanto, que ni siquiera aparece en el mapa. Mi... Mi “familia” biológica me reclamó hace algunos meses y me trajo aquí, según dicen, para tratar mi amnesia. Es... Es algo más complicado de lo que parece.»
Contuvo una carcajada, que a nadie le extrañó ya que en ese momento, Joey se dedicaba a hacer extrañas muecas con Tristán. 
—De verdad que cada cual es más pazguato.—Téa cruzó los brazos, dando cuenta de su bollo de nata y arándanos.
«Supongo que nos parecemos entonces, Sayuri “sin apellido”. » Atem hizo un ademán de reírse ante la situación. «¿Funciona...”el tratamiento”?
—Chicos, si de verdad queríais llamar la atención de Naomi, podéis parar ya.—Yugi daba cuenta de su chocolate, en calma, con alguna risa ocasional.—¡No creo que se olvide!
«Supongo que no. Sigo sin recordar nada.» Cauta, desde luego, evitando mencionar a los Cuidadores de Tumbas y los alucinógenos que seguramente le seguirían metiendo en vena hasta que consiguiesen provocarle una visión del futuro. Tampoco podía mencionar su adiestramiento en las Islas, o no por el momento al menos. Todo a su debido tiempo. 
Aunque hubo de despedirse de los chicos, ya que su siguiente clase comenzaba en poco tiempo... y temía volver a llegar tarde. No podía dar esa imagen en un Instituto de tanto prestigio, y menos aún una alumna japonesa.  
A la salida, los chicos la esperaban junto a la puerta. La clase no había sido muy productiva, y el profesor no había explicado nada de forma coherente. Al menos parecía que su nueva pandilla de amigos le conseguía aliviar el mal humor que acarreaba. 
—¿Tienes que ir directamente a casa?—inquirió Joye bajo la peligrosa y atenta mirada de Téa.—¿O vienen a buscarte?
—Oh, no.—repuso Sayuri.—Mis hermanos quieren que vaya conociendo la ciudad, así que no tengo mucha prisa que digamos.
—Brutal.—saltó Tristán—Podríamos ir a ver a tu abuelo, ¿eh, Yugi?
—Desde luego.—sonrió el aludido.—¡Seguro que se alegra de veros!
—Además, podrás comprarte unas cartas decentes, Joey.—pinchaba Tristán, comiéndose un empujón del susodicho. 
Calle arriba, una a la izquierda y todo recto; luego a la derecha y ahí estaba la tienda del señor Muto. Sí, recordaría el camino.
Solomon Muto, un señor de cabello grisáceo, estatura baja y ojos violáceos, recibió a la pandilla con alegría. Siempre le gustaba tener a esos muchachos rondando por su tienda; se podría decir que incluso se sentía acompañado. 
—¡Hola, chicos!—saludó el hombre.—¡Pasad, pasad! Ya estaba a punto de cerrar. 
—¡Hola, abuelo!—exclamó Yugi, yendo a darle un abrazo.—Mira, ella es Naomi. Es nueva por aquí, y se le da muy bien el Duelo de Monstruos. ¿Crees que podrías conseguirle una baraja?
Joey miraba los sobres de cartas con ojos golosos, mientras Tristán intentaba retenerlo para que no los abriera de forma compulsiva. Sayuri, por su parte, se acercó hasta el señor Muto.
—Señor, es un “honor”.—la reverencia japonesa y el confundir las palabras “honor” con “placer” causaron ciertas miradas de extrañeza por parte del abuelo, que no obstante, se rió. 
—¡Bienvenida, Naomi! Yugi me ha dicho que eres bastante buena en el Duelo de Monstruos. ¿Hace mucho que juegas?
Sayuri negó con la cabeza. A pesar de la grata compañía, había algo que no encajaba. Un aura oscura, diferente, peligrosa. Una que no le gustaba. 
El hormigueo en la sien no tardó en aparecer de nuevo.
«¿Lo notas?»
—Veamos...¿tienes alguna preferencia en cuanto a las cartas? Supongo que te habrán dejado las suyas, pero según quien lo haya hecho—el abuelo miró a Joey con hastío.—No te recomiendo imitarlas.
«Sí.» Atem no tardó en manifestarse a su lado, con el ceño fruncido. «Ya he estado antes con Solomon. ¿Por qué ahora?»
—Téa me prestó su baraja, señor Muto.—repuso Sayuri.
—¡Estupendo! Podemos hacerle algún cambio. Téa, niña, ¿me la dejas un momento?
«No, no. No es el abuelo. Es alguien de fuera, alguien que viene hacia aquí. No me gusta su aura.»
La vena de la sien palpitando, y Seto Kaiba haciendo acto de presencia.
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