Tumgik
thebubblesinmydrink · 1 month
Text
Introducción
"Siempre supe que es mejor, cuando hay que hablar de dos: Empezar por uno mismo"
Inevitable - Shakira
¿Yo? Yo siempre he sido yo, y depende de en qué etapa de mi vida me conozcas, conocerás una versión distinta de mí, probablemente. Y no es por dármelas de interesante, para nada, si no porque así es mi personalidad, así funciona mi cerebro. Cambia, se adapta, se aburre, cambia, se adapta, se acomoda, se aburre, lo cambian, se tiene que adaptar, pelea, se aburre, y bueno, es la idea.
Hoy es un día raro, de esos en que mi cerebro anda ocupado haciendo mil y un escenarios sobre lo que está a punto de cambiar en mi vida. Odio los días así, en que me siento tan ajena a mí misma, esperando simplemente a que termine de girar esta ruleta rusa de opciones, o mejor dicho, de cosas que debería cambiar si quiero seguir avanzando. Flor Aguilera García lo escribió perfecto en el Diario de un Ostión, escribió:
"No sé por qué nada sucede jamás como en las películas que veo. A veces creo que mi vida más bien fue escrita como una escena de teatro del absurdo. Un poco como Esperando a Godot, sólo que esta escena es una pelea de box en monólogo. Hay días en que los rounds son tan duros que llego a dormir en la noche con moretones en el alma y el cerebro un poco dañado."
Y yo, como el ostión que soy, me identifiqué con ese sentimiento desde que leí por primera vez el que se convertiría en mi libro favorito de toda la vida, y lo más irónico, es que aparentemente está incompleto el libro. O termina así, inconcluso, en plan: Usted agréguele el final que quiera para que no ande luego reclamando pendejadas.
Yo diría que tuve una infancia regular, desgraciadamente, rodeada de mucho amor, o mucha culpa, tal vez, jamás lo sabré, pero ya no vale la pena buscarle más explicaciones al problema, es mejor lidiar con el problema de una.
Hola, soy el problema.
(Y en mi defensa, también siempre he sido la solución. )
Volviendo a mi infancia, todo muy normal, al menos para mi, familia numerosa, más primos de los que soy capaz de contar sin equivocarme, muchas anécdotas, muchas risas, muchas fotos, y mucho trauma. Desde edades tempranas recuerdo haber sufrido varios tipos de abusos, a varias edades, y viniendo de diferentes personas, y por lo mismo: todo el Gaslighting del mundo. ¿Qué pasa si alguien te lastima, pero quien se supone que debe cuidarte actúa como si no hubiera pasado nada? Te confundes, y tratas de convencerte que no fue nada, que todo está bien, aunque siga doliendo... Y así sigues, con esa herida sin sanar, que se va juntando con otras, y otras más, hasta que forman su propio sindicato y empiezaan a hacer con tu cerebro lo que se les antoje, por los siglos de los siglos, amén. Esto me ha hecho tener un comportamiento muy peculiar desde pequeña, siempre muy delicada, siempre aislándome, siempre errática, ajena a mi entorno, siempre se me cuestionó mi forma de ser, pero yo jamás tuve una respuesta tampoco. Mi adolescencia se vio afectada por el Sindicato, unas mil veces peor, hizo alianzas con el departamento de hormonas y ahí todo explotó, una pinche bomba nuclear en mi cerebro, mientras ya lidiaba con un tornado de incertidumbres y un tsunami de nuevas experiencias y emociones que no comprendía. Caos total, caos y desolación. Fui una adolescente muy confundida, y muy enojada... Muy lastimada, y muy poco comprendida. Y yo sé que pareciera algo que se dice de todos los adolescentes pero es cierto, a esa edad pocas veces sabes qué frutilupis está pasando no sólo con tu cuerpo, con tu entorno, con tu cerebro, con todo en general. A los 13 años me corté por primera vez, lo recuerdo perfecto, acababa de pelear con mi padrastro, me encerré en el baño a llorar, estaba agotada, agotada de todo... A mis 13 años yo ya sentía que no tenía nada qué hacer en este plano terrenal, la sangre me hervía, tenía la vista nublosa, quería simplemente desaparecer, estupidamente tomé lo más filoso que había en el baño y el resto fue historia. A los 13 tuve sexo por primera vez, a los 15 mi primera borrachera, y mi primer novio oficial... ¿A los 16? Obviamente me embaracé y a los 17 nació mi motor, mis ganas de vivir, el amor de mi vida: Jennifer y ahí se triplicaron mis problemas, ya que no sólo me preocupaba mi existencia (o la falta de ella) y la de Jenn. A mis 30 años volví a pisar el consultorio de un psicólogo, una más de tantos que "intentaron" ayudarme, sin nada de éxito, y yo igual o peor de agotada. Llegué pidiendo a gritos una explicación para lo que le pasaba a mi cerebro y un año más tarde conseguí la respuesta: TDAH y TLP... ¿Cómo vamos a iniciar una conversación así? - Pensé mientras seguía caminando - no es normal, no es casual, nadie quiere escuchar eso, sólo relájate (relájate dice, el más relajado de todo relajadolandía) pero sí es cierto, ¿porqué estoy preparando todo un discurso? sólo vamos a fumar unos porritos y listo, probablemente no volvamos a vernos nunca.
Llegué a Tajamar, me senté en la primera banca que encontré libre, me puse audífonos y me desconecté, hasta que lo vi llegar, se sentó frente a mí y empezamos a platicar de tantas cosas, riendo, fumando... Fue como sentarme a ponerme al día con un amigo de toda la vida, al cual no veía en toda mi vida.
1 note · View note