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La Persistencia de la Memoria
En el momento en el que cruce la puerta de la sala de audiencias y me encontré a mi mismo supe que este sueño era mas bien una pesadilla. Mientras el otro yo caminaba hacia mi, con un paso sereno pero amenazante, hice fuerzas para sacudir mi cuerpo aun dormido y despertarme. Poco a poco me pude acercar a la realidad, como si cada sacudida me hiciera moverme entre el plano onírico y el plano real, como una puerta giratoria. Mientras me despertaba de forma brusca, mi otro yo me acariciaba la cara y me aseguraba que todo iba a estar bien.
Me desperté agitado y con miedo, pero lo peor ya había pasado, ahora estaba en el mundo real. El dolor de cabeza y muscular que me trajo el sueño intermitente me invitó a tomar un analgesico. Trague la pastilla con facilidad y recorde cuando era mas chico y no podía tragar comprimidos, pensé que estaba condenado al malestar eterno. En ese momento todavía no sabía que tenía razón, pero por los motivos equivocados.
A pesar de mi incomodo despertar en mi habitación había un aura de tranquilidad. Como duermo con la ventana abierta todos los dias, siempre me despierto con la luz del sol y es una forma serena de despertar. Me vesti y baje las escaleras para prepararme algo para desayunar. Salude a mi madre que ya estaba despierta. Desayune, me abrigue y salí de casa. No tenía que hacer nada en particular pero caminar y viajar me sirve para aclarar la mente. La luz del sol era impactante y el cielo estaba lo suficientemente despejado como para que todo este colorido y alegre. Odio los dias asi en realidad. A pesar de todo seguí mi caminata sin rumbo, observando el barrio donde viví toda mi vida. La memoria funciona de una manera muy extraña, a pesar de que el barrio ha cambiado, si lo comparamos con las épocas en las que era mas chico, mi mente lo sigue viendo igual. Esta discordancia entre la realidad y mi percepción se hace evidente cuando paso por ciertos lugares, como un edificio de departamentos nuevisimo que está en el lugar donde antes había un viejo depósito. Recuerdo el portón, oxidado e imponente, siempre cerrado, y esa imagen se cuela en mi visión. Es como si el presente se fisurara y dejara pasar al pasado, gota por gota. Jamas completo, sino como una pintura impresionista.
Camine varias cuadras y pase por la plaza a la que iba a jugar de chico. Habia un monton de niños ese dia, supongo que serian los que salían del turno mañana de un colegio que hay cerca. Se los veía felices, jugando entre ellos a la pelota o tirándose por el tobogan, casi ignorantes del hecho de que están viviendo la etapa más fácil de sus vidas. A partir de aca va todo en picado. Me reí de lo negro de mi pensamiento y me sentí un poco estúpido.
Recordé entonces como cuando estaba en jardín era amigo de un chico deportista, o por lo menos en ese momento jugaba mucho al fútbol. Eramos según nuestras madres inseparables, “amigos hermanos” decíamos. Mis padres siempre fueron de cambiarme mucho de colegio, durante toda mi niñez fui a varios jardines de infantes y colegios primarios diferentes, incluso pase por uno privado, y hace ya tres años me cambie de secundario. En ese momento estaba en primer grado y para segundo iban a cambiarme a otro colegio. Uno mejor se suponia. Recuerdo muy bien que cuando se lo conté estaba en su casa, durante las vacaciones de verano, y el me respondió que a pesar de eso íbamos a seguir siendo hermanos. No volvimos a hablar.
A partir de ahí estuve acostumbrado a los cambios de aire, los ambientes nuevos y las personas que van y vienen. Dejar atrás viejos amigos, o incluso viejos amores, es algo que no me cuesta. Cuando sos el nuevo nadie te conoce, todos intentan hacerlo por un rato, es más morbo que genuino interés. Pero a mi me gusta.
Increíblemente el lugar donde por más tiempo permanecí fue en mi segundo primario, siendo también el lugar donde más sufrí. Yo tenía una personalidad fuerte, me encantaba leer y sabía muchas cosas para mi edad, además era súper enérgico. Siempre estaba demostrando como sabia mas que el resto indirectamente, y cuando no podía hacer eso intentaba hacerlos reir a mis compañeros. No quiero tampoco contar la historia de mi vida, asi que digamos que mis compañeros se reían de mí y mis amigos odiaban que estuviera explicando cada chiste que hacía. Una vez tuvimos una charla con una profesora muy buena que nos dijo que cuando entro a la secundaria decidió cambiar su personalidad. Ponerse una máscara que por un tiempo la hizo feliz, hasta que se dio cuenta que tenía que ser ella misma. Y pensé que era una idea buenísima. La de la máscara, claro. Si no quería que nadie se burlara de mi tenía que crear una personalidad de la que nadie pudiera burlarse.
El grito de uno de los pibes que estaban jugando a la pelota, pidiéndome que se las alcanzara ya que se les había ido a la calle, me sacó de mi trance. No les respondí nada y me fui rapido. Estoy seguro de que me gritaron “ortiva de mierda” o algo asi, pero no se por qué igual me fui. No me hubiera costado nada volver a pasarles la pelota, realmente cayó muy cerca mio, pero igual me fui.
Seguí caminando y llegue a la fuente que está en el centro de mi barrio. Esta consiste en tres chorros de agua y unos arbustos rodeandolos. Ahora esa fuente da mas pena que otra cosa, ya que los chorros no llegan a ser ni de medio metro. Pasaba por aca para tomarme el colectivo para ir a mi primer secundario, una escuela técnica donde probé mi primer máscara, la de un chico egocéntrico con complejo de Dios. Con el tiempo me canse de cumplir este rol, más la llegada de una chica a mi vida que estaba enamorada de mi me obligo a tomar una decisión. A mi ella me daba asco, auténtica repulsión, pero me gustaba importarle a alguien. Tuve que decidir entre satisfacer mi deseo de importancia o cortar por lo sano para mi, cuando su padre, un fumador gordo y mal hablado, con aliento a tabaco y dientes sucios, amenazó con dispararme si le hacía algo a su hija. No me quise mojar y le corte por mensaje de texto. A partir de ahí la ignore todo el año, y empecé a salir de la escuela por una puerta trasera que estaba en construcción, por si me encontraba al padre.
Al año siguiente me cambié de colegio y probé una faceta diferente la cual fue mutando cada cierto tiempo, adoptando características que veía interesantes o admirables en otros. Mientras me dirigía de vuelta a mi casa por las calles sinuosas de mi barrio, dispuesto a tirarme a dormir o a perder el tiempo, me distrajo la imagen de un pájaro muerto en el piso. Tenía el pecho abierto de par en par y el interior vacío, como si alguien se hubiera tomado el trabajo de abrirlo y sacarle sus entrañas. Lo mire a los ojos y aunque estaba muerto nos entendimos. No se bien como, pero estoy seguro de que nos entendimos. Y supe que hacer. Corri a la plaza mas cercana, a unas dos cuadras, y agarre un puñado de flores. Volvi con el pájaro y llene el hueco con las flores que había juntado, Nomeolvides. En el trayecto recibí un mensaje de Ella en el que me decía que hoy venía a cenar. Y por un momento sentí que esta mañana de mierda era diferente. Soy un animal sin valor, despreciable y oportunista. Mi identidad: una mentira grandisima. Pero si en este impostor Ella encuentra algo de valor, una perla resplandeciente entre la bilis negra y fétida de mi alma, estoy seguro de que yo también puedo hacerlo. Algun dia quiero hacerlo.
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Paris Is Burning (1990) dir. Jennie Livingston
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Animal sin Valor
¿A donde se fue mi pasion? ¿Se la habra llevado un joven de mirada cansada y pelo de nubes? No. Todavia la conservo o eso quiero pensar. Mi pelo no es rubio, ahora es gris. Y mi pasion no vuelve. Estoy confinado a una casa que nunca esta ordenada, a una cama donde los enfermos nunca sanan. Y cada vez entiendo menos por que Orfeo se dio vuelta, si tenia la luz enfrente de sus ojos.
La horrenda cabeza parlante no deja de toser en la oscuridad, y yo escucho como si se tratara de una composicion sumamente complicada. Reducido a un cuerpo vacio y a una cara que no expresa nada. Hay dias que despierto de sueños agitados pensando que todo podria estar mejor, y me duermo sintiendome un idiota.
Ayer volviendo a casa en el colectivo vacio te recorde dandote cuenta que voltee a verte, y me odie por eso. Un tunel de espejos y raices que nunca termina, y la luz al final ya no se ve. Solo un bucle marron. Pienso en mi como una barca a la deriva en el medio de una tormenta, luchando desesperadamente por darle forma al agua. Me imagino a mi mismo saltando al agua y dejandome devorar por el oceano.
Como polvo que te limpias del ojo, desaparezco.
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Some more very sketchy OOTDs
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I fall to pieces when i’m with you
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Textile sample by Dagobert Peche, Modern and Contemporary Art
Medium: Silk
Gift of Joanne F. du Pont and John F. Pleasants, in memory of Enos Rogers Pleasants, III, 1984 Metropolitan Museum of Art, New York, NY
http://www.metmuseum.org/art/collection/search/483723
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PALATIN by Dagobert Peche, Modern and Contemporary Art
Medium: Gouache on paper
Gift of Joanne F. du Pont and John F. Pleasants, in memory of Enos Rogers Pleasants, III, 1984 Metropolitan Museum of Art, New York, NY
http://www.metmuseum.org/art/collection/search/483667
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“Terrible feeling of being abandoned. Even if I hugged all the beings of the world to my breast, I would remain unprotected.”
Albert Camus, American Journals
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cursed objects
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Flores y Vos
No quedo nada despues del incendio mas que cenizas y algunas brasas. Llego sin previo aviso como siempre, el fuego me persigue. "No juegues con fuego, que algun dia te vas a quemar" decimos todos, pero es tentador. Un incendio se vuelve un resultado conocido aunque no esperado en el riesgo que supone buscar calor en el medio del bosque. Y es cuestion de tener cuidado, un fuego muy chico no da calor y uno muy grande destruye el bosque. Es ironico que algo tan necesario para no morirse de frio sea tan perjudicial. Yo estoy lleno de quemaduras.
No quedo nada despues del incendio, pero esta vez decidi no irme. Hace tiempo me hubiera dado vuelta a ver si me pedias que vuelva, y ante la indiferencia me odiaria por ser tan optimista. Esta vez decidi no irme, y plantar flores donde antes habia un espeso bosque y un invierno cruel. El proceso es dificil, ver crecer lo que soliamos quemar. Pero todavia sueño con ver el campo de flores, y entre ellas, a vos sonriendo.
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Sewing Hands of a Woman, Giovanni Boldini
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Chelsea Wolfe by Nick Fancher
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