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arquitectoserectos · 21 days
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https://www.instagram.com/northlandscapes/
»𝐈𝐜𝐞 𝐁𝐮𝐛𝐛𝐥𝐞𝐬« — Iceland (2024)⁣ ⁣ Air becomes trapped under ice in the form of bubbles through a process called entrapment. When water freezes, it pushes dissolved gases out, forming pockets of air between ice crystals. These pockets freeze into bubbles, which get sealed within the ice. This process creates the characteristic appearance of air bubbles trapped in ice, which can be seen in frozen waters such as this glacial lake in front of Skaftafellsjökull.​​​​​​​
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arquitectoserectos · 24 days
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'Accidental Carpet' by Tejo Remy & Rene Veenhuizen
Tejo Remy, Rene Veenhuizen, recycled rug, rug from blankets, recycled materials, reclaimed design, recycled design, dutch design, droog, droog designer
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From our favorite Dutch design duo Tejo Remy and Rene VeenHuizen comes an awesome reclaimed material rug to cozy up to. Made from recycled blankets, the rug takes cuddly comfort and turns it into a great example of recycled design that your toes will love. Tejo Remy spoke at our Reclaiming Design event on the issues of reclaimed materials in design, and this is a shining example of turning potential trash into great design treasure....
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arquitectoserectos · 25 days
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arquitectoserectos · 26 days
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arquitectoserectos · 1 month
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mineral crystal maurice dessertenne
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arquitectoserectos · 2 months
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arquitectoserectos · 2 months
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arquitectoserectos · 2 months
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marie mohanna, tengoku
Clément Vuillier L’adoration des montagnes
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arquitectoserectos · 3 months
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clement vuillier
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arquitectoserectos · 3 months
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Tengo sentimientos contrapuestos sobre este vídeo en el que un Mr Winters random alemán airea una rabia bastante pocha, bastante alemana, sobre la gentrificación de su barrio, Neukölln, que ha pasado de ser un barrio barato, peligroso y feo a ser un barrio igual de feo que antes pero ahora caro y tomado por un ejército internacional de lo que él denomina “la clase creativa”: la terrible trinidad de los “students, artists & layabouts”, estudiantes, pintamonas y holgazanes.
El fenómeno es simple: unos añitos para completar el grado o el postgrado o vivir una tonta bohemia mantenida o encontrarse a uno mismo en algún lugar singular, “auténtico”, un poquito cutre, pero no demasiado, “con vida”, pero tampoco demasiada, tienda Bio y posibilidades de follar. Ir a un lugar, no estar en un lugar. No ser de un lugar. Un lugar al que vas, porque es el lugar al que toca ir, la tendencia. Que tú eres un surfero vital, un vividor: ahí viene la ola, cabálgala, no seas cobarte. “Vivir en el extranjero: esa experiencia enriquecedora propia de escritores vividores folladores propia de GENTE QUE MERECE LA PENA”. Ir para luego volverse, claro: Nekölln, Prenzlauer Berg, Lavapiés, Malasaña, Barcelona entera (Barcelona es un theme park dedicado a la tendencia, en general, y a ésta en particular)… buscando una identidad perdida dentro de las huellas de otros que, estavan allí antes que tú, que no lo eligieron, simplemente eran de allí, allí hacían sus cosas, sus vidas, y ahora tú vas a rebufo como un pez perdido.
Llevo casi seis años observando desde mi balcón las vidas de mis vecinas octogenarias que viven solas, viudas o solteronas, más o menos desgraciadas todas. Quizás buenas personas, quizás hijasdeputa del mal: ¿qué más da? La consunción de vejez nos hace a todos buenitos. Riegan sus cuatro plantas feas; limpian con cada vez más esfuerzo las ventanas siempre llenas de mierda en este centro sucio de aire sucio de ciudad sucia; salen a pasear a la corrala en bata raída con un ojo morado porque se han caído en casa y se han golpeado con algo y se han curado ellas solas, se han echado un poco de Mercromina en el ojo. A veces vienen a verlas trabajadoras sociales en esas furgonetas amarillas y azules. Parecen muy buenas personas estas trabajadoras sociales y sobre todo muy profesionales con sus polos a juego con los colores corporativos de las furgonetas municipales de faros LED, están muy limpias siempre estas furgonetas, lustrosas, enceradas, y sus móviles colgando de cintitas al cuello por si alguna otra vieja las llama con al avisador de “Me he caído y mi vida ha encallado de tal manera que no puedo levantarme yo sólo del suelo, no puedo levantar mi propio cuerpo” que llevan, o deberían llevar, siempre en algún bolsillo de la bata raída de antes o colgando también del cuello, como las llaves de un niño pequeño, como los móviles con los que comunican, pareja de hecho, móvil y llamador, anciano encallado y salvador obeso en nómina del Ayuntamiento. Parecen muy profesionales y muy buenas personas con todas estas cosas, con todas estas herramientas de bondad y con su sobrepeso. Me pregunto de qué hablarán en estas cortas visitas, un extraño asalariado con apenas 20min por viejo y un viejo, un viejo que vive solo: me pregunto esto y ruido blanco entra en mi mente. Un buen día dejo de ver a estas ancianas y al cabo de unas semanas o meses o incluso unos pocos días, como pasó este mismo lunes, veo la ventana de la vieja totalmente jodida y trabajadores dentro golpeando con mazos, como termitas en un agujero de madera pocha, reformando el piso, tirándolo todo, las cosas de la vieja, que se ha muerto, cuatro espejos feos, dos persianas sucias, unos visillos de 1952, más el trocito de intimidad violada que atisbo tras la ventana ahora tuerta, un feo papel decorativo, un reloj de pared de muy mala calidad, una foto comida por el sol de alguien que no ha venido a por la foto, un cuadro de un payaso o de unos corzos en un regato, unos cortos del Pleistoceno. Todas las cosas amontonadas de forma ordenada, ceñida a las ordenanzas municipales, en grandes sacos de residuos junto a mi moto aparcada, porque yo tengo moto y no voy a dejar pasar esta oportunidad de recordarlo y de recordármelo a mí mismo, que no me lo acabo de creer, que yo de pequeño no sabía jugar al fútbol. A mí entonces, mirando los sacos o la ventana tuerta, siempre me da por pensar en alguna ex-novia y en por qué las cosas salen mal si al final te vas a morir, si no sería más sensato hacer un poco más de esfuerzo con tal de poder enfrentarse a todo eso acompañado.
La cuestión es que al terminar este proceso de muerte y destrucción y posterior rehabilitación aparece en el piso viviendo una joven pareja perteneciente a esa “clase creativa”, generalmente extranjeros, o directamente dos homosexuales que viven en pareja. Lavapiés lleva gentrificándose desde más o menos cuando me vine a vivir yo aquí. Y yo estoy aquí, no he venido aquí: vivo aquí y aquí viviré si no me tengo que ir de inmigrante a vivir en otro Lavapiés, donde viviré porque sea allí donde viva, no porque elija pasar “un tiempito”. Y veo a los estudiantes, a los artistas y a los holgazanes alquilar y disfrutar y más tarde irse para ser sustituidos por otros; el verano pasado los argentinos y el brasileño, hoy dos suecas, mañana un par de mariquitas con crocs y barba, dos bears. En paralelo a la hez perroflauta y salvapatrias han venido al barrio estos bancos de rémoras de la eurotendencia rebotadas bien por los altos precios de Chueca bien por la tontería internacional general y la pesada losa de llevar cincuenta años sin una buena Guerra Mundial que nos ponga a todos en nuestro sitio. Y las putas becas Erasmus, claro, esa exportación de centollos. O las becas de estudiante de los gobiernos escandinavos, esas que luego devuelven con porcentajes de su sueldo durante 30 años pero que les permiten independizarse con 18 e irse a pensar y a charlar, a drogarse un poco, con drogas “de calidad”, a follar lo que puedan y a pasárselo bien, dos años “inolvidables” a Barcelona, o al lado de mi casa, o a la puta mierda que podían irse. Esto de las becas escandinavas me lo explicó mi primera novia que se llamaba Theresia y era de Göteborg. Yo entonces vivía muy amargado con mis padres y fue como si me estuvieran demostrando la existencia de vida extraterrestre. Cómo la odié.
El caso es que yo también me fui a Barcelona con imbéciles 24 años y alquilé una habitación en Gràcia que debería llamarse Grecia y que es, o era en el 2000, como un Lavapiés con los mismos salvapatrias pero con los poco cosméticos y catalanes negros exportados convenientemente al Raval y sustituidos por chicos del Països muy muy muy muy paletos y muy de la cosa catalana… la cosa esa, ya sabéis, la cosa esa que les pasa allí a algunos y que debe de ser grave porque mirad cómo calzan, mirad esas sandalias… Pero buenos chavales eh. Buenos novios, de relaciones largas.
También cuando pasé dos veranos en Berlin tenía el apartamento en Prenzlauer Berg. Y cuando me independicé mantenidamente en Madrid (delicioso oximoron… posiblemente triple, por lo de “en Madrid”) me instalé primero en Malasaña y después aquí, en Lavapiés. O sea, que he ido siempre a los sitios más imbéciles de las ciudades más imbéciles, que soy parte de esa “clase creativa” y que soy, evidentemente, un imbécil más. Yo me decía que sólo quería estar en lugares céntricos porque me muevo generalmente andando y no salgo mucho de casa de modo que si vivo en un sitio más aburrido y alejado y tengo que enfrentarme a la pereza de tener que desplazarme para hacer algo que no está en mi naturaleza hacer habitualmente entonces no lo haré nunca y no saldré jamás de casa, esto es: Yo – Moratalaz - Howard Hughes. La cuestión es que la realidad es ésta: eres un puto imbécil más y debes asumirlo, un mamarracho buscando “lo auténtico”, pero un mamarracho, además, pobre, porque si tuviera dinero me iría muy contento a buscar lo auténtico a Salamanca o a Chamberí que no sé si será igual de auténtico pero seguro que huele mejor. Y te partes la caja con los maricones con crocs y con los perroflautas con sus puestos de cervezas caseras y sus panes de masa madre de tu puta madre y con las tontuelinas de la tienda de cosas bio que vende un poco de todo y al mismo tiempo un poco de nada y al final realmente no sabes qué vende, pero es bio, y tiene un hilo musical que es una grabación de GRILLOS, se escucha desde la calle, están allí bebiendo infusiones y escuchando unos grillos grabados: si Stephen Hawking Isaac Newton Albert Einstein no llegaron a comprender los misterios del Universo ¿cómo voy a comprenderlos yo, que no sé ni soldar? Estos locales suelen cerrar a los seis meses, cuando la dura realidad viola analmente el sueño de la bondadosa emprendedora que lo ha montado, y son sustituidos, bien por un locutorio o tienda 24h que arrasa y permanece durante lustros, bien el café artístico, otro espectacular Artefacto Tonto que se mucho en estos bares: siempre vacío pero con muchísima actividad muchísimas exposiciones de los dibujos cuadros fotos poemas de los amigos del que ha montado el bar artístico con el dinero de una herencia y al que ves languidecer tras una barra desolada un martes de cielo gris a las seis de la tarde deseando la muerte propia y por qué no decirlo también la muerte de alguien más, uno, el que sea, que se muera alguien que esto no hay quien lo aguante. El café artístico dura cuatro meses de media, dos menos que la tienda bio. Tú te partes la caja de todos estos y luego te das cuenta de que tú eres uno más de todos estos, que lo que odias en ellos es lo que odias en ti, que uno sólo teme lo que es semejante, lo que se le parece pero que considera un poquito deformado, un poquito tonto de más. Te das cuenta de que tus amigos montan exposiciones y son bohemios que te cagas pero que te cagas de bohemios eh, y que las chicas con las que te acuestas, las chicas que te gustan son estudiantes viviendo su particular alucinante experiencia metropolitana-bohemia y que si todos estos que criticas se fueran y viniera una marabunta de negros no habría panes de masa de tu puta madre ni puta falta que hace pero tampoco habría chicas a las que mirar por las calles y hasta ahí podíamos llegar. Entonces bajas a la calle entras en la tienda bio y te compras una cebolleta solidaria que te cuesta 2€.
Así que vivo en Lavapiés, y me río de todo esto, y me río de mí mismo pensando por qué me vine yo aquí y si debería dejarme (más) barba y comprarme un sombrero (un fedorita, un fedorita que los venden los chinos en sus tiendas al por mayor, torres enteras de estos fedoritas de ínfima calidad y bajo precio, y ya con eso los chinos han colocado tu tendencia tu cultura pop tu gusto tu persona entera en su sitio, los putos chinos, y aún les queda tiempo para sacar a su bebé de dos años a hacer caca en la calle, en tu calle). Aunque yo prefiero o prefería decir que vivo en El Rastro, porque técnicamente esto, mi calle, es El Rastro, porque aquí hay, o había, más viejos y gitanos y almonedas y blancos que negros y perroflautas, aunque hay uno que vale por diez o veinte, un perroflauta muy gordo, el final boss de los perroflautas que debe de vivir por aquí muy cerca y que veo de vez en cuando paseando a un cerdo vietnamita: quiero dejar aquí publicado que voy a matar a esta persona. Lo importante es que aquí los maleantes se notaban menos; era el barrio donde vivían los maleantes, no el barrio al que iban a joder y a robar los maleantes, sino en el que vivían y eran jodidos ellos, el barrio donde los maleantes besaban a sus hijos, pequeños maleantes, y a sus esposas, maleantes con falda, en las mejillas. Y al final acabas por desear que lleguen los otros, los negros cocinando perro asado en aceite de palma a las cinco de la mañana, los moros que le roban el móvil a tu ligue de una noche cuando se va de tu casa y le tocan las tetas por encima de la ropa y te hacen sentir muy poco hombre, pero qué vas a hacer, no vas a bajar, a ver si te hacen un estropicio, si encima era tonta y la chupaba fatal, con dientes. Echas de menos a los mendigos cagando en melena en tu portal, a los policías patrullando a caballo, echas de menos cruzarte con Bebe, echas de menos a todos esos porque los que han venido y se han quedado todos los pisos de las viejas son estudiantes norteamericanos muy altos con novias con las tetas muy bien puestas que te recuerdan dolorosamente a una versión mejorada de ti. Y odias saber que cuando ellos den por exprimida esta experiencia vital se irán a otra parte y tú te quedarás, porque tú vives aquí, porque no te gusta viajar, porque viajar es de paletos, porque ya viajaste lo suficiente para saber que sólo un imbécil se busca en otro lugar, que comprar esos pepperoncini en ese tenderete del puerto de Sicilia regentado por una abuelita “encantadora… aunque un poquito sucia” no es una experiencia vital marcada a fuego, es, simplemente, una cosa más. Y entonces tú te quedas viendo como los americanos empaquetan sus ordenadores Apple donde habrán escrito una tesis doctoral absolutamente indispensable para el progreso de la Humanidad, dónde estaríamos hoy día sin tanto universitario tanto pensamiento post todo y tanta tesis, sin esta generación la mejor formada de la Historia, algo que tú no podrías ni entender ni apreciar porque no tienes carrera pero sobre todo no tienes paciencia, no eres un universitario, no eres creativo, no eres ni siquiera bohemio, eres simplemente un jeta, tampoco piensas demasiado, tan solo reaccionas como un perillo o un girasol, ni siquiera te lo pasas demasiado bien, sólo intentas no oler mal y echar un polvo de vez en cuando, hacerte un pan semanal y que tus periquitos estén bien atendidos y se coman sus espinacas, y ya. Y así es como sigues conviviendo con las molestias de esas conversaciones tenidas al fresco de la corrala a las 4 AM de un lunes por un grupo de suecos que se relatan las fascinantes experiencias vitales recibidas durante otro día más en este pequeño, seco, caluroso y pintoresco país que es España y que están teniendo la tremenda suerte de conocer, que charlan, sí, que charlotean, pero no como españoles, a voces, que casi sería mejor porque daría pie a una catarsis violenta y a un término temprano de la incómoda situación vecinal, sino en un tono gilipóllasmente educado, un tono bajo, moderado, un tono voluntariamente contenido que te indica que no te quieren molestar, pero que te van a molestar, que se está muy bien al fresco, que han abierto un vinito blanco y una tabla de quesos de 20€ y están tan ricamente entregándose al placer del diálogo entre personas inteligentes en un idioma cuya gramática se folla la gramática de tu pequeño, seco, caluroso y pintoresco idioma; un tono intermedio, pues, que te ubica a ti, que sólo quieres dormir, en ese limbo en el que no sabes si realmente estás sufriendo la agresión de unos niñatos incivilizados a pesar de provenir de un país mucho más civilizado que el tuyo, o es que tras tantos años viviendo solo te has vuelto un tipo muy maniático y que “no es para ponerse así”. Al final cierras cobardemente la ventana, pones el ventilador de techo y piensas si no merecería la pena esforzarse un poco más para sobrevivir también a esto, que no es sino otra cara de la Muerte, un poco acompañado.
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arquitectoserectos · 4 months
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arquitectoserectos · 5 months
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A stunning piece of furniture designed by Cini Boeri for Arflex in 1978
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arquitectoserectos · 6 months
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Paolo Pallucco & Mireille Rivier Tankette coffee table, 1987 Rei Kawakubo
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arquitectoserectos · 6 months
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1085. Toyo Ito /// Aluminium K House in Sakurajosui /// Setagaya City, Tokyo, Japan /// 1997-00
OfHouses presents: Japanese Architects, part III - Toyo Ito.   (Photos: © Tomio Ohashi, Shinkenchiku-sha. Source: ‘Jutakutokushu’ 01/2000, 04/2000; ‘JA Japan Architect’ 37/2000; 'Detail' 04/2001.) — This project will be published in our upcoming book: ’Japanese Fields | OfHouses.’
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arquitectoserectos · 6 months
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arquitectoserectos · 6 months
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The Territory as an Abstract Cartography https://socks-studio.com/2012/10/10/the-territory-as-an-abstract-cartography/
Waiting to find some time to write a more extensive post, we leave you with the marvelous details of early geological maps from the 19th and 20th century. The absence of any visual or territorial reference gives to these maps the character of early abstract expressionist paintings.
Thanks to the guys of Gallica.
Carte géologique de la France, 1906
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arquitectoserectos · 6 months
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USGS’s 1950’s to 1970’s Isometric Geological Diagrams Thanks to the work of artist, designer, and developer Jill Hubleys and their dedicated ‘X’ page, we’ve uncovered numerous isometric diagrams. Handpicked here, are a selection of them, including categories such as “Isometric Fence Diagrams”, “Isometric Cross-Section Diagrams”, and “Isometric Block Diagrams”.
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