Tumgik
aypatricia-blog · 7 years
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Ramiro Juan
Cuando visité por primera vez el departamento de A esperaba un lugar un tanto diferente a lo que es, esperaba tal vez algo similar al departamento de Z, no sé por qué lo imaginaba desordenado, lleno de libros por todos lados, con cortinas desgastadas y olor a tabaco (A ni siquiera fuma); fue una sorpresa encontrarme con un lugar amplio y lleno de luz gracias a los grandes ventanales. Lo primero que vi al entrar es la fila de libreros llenos de películas y juguetes, y sí, por ahí uno que otro libro; luego vi la barra y la campana de una estufa que se notaba se usaba rara vez, sobre la barra un montón de papeles y muchas botellas de alcohol. No había un comedor, o bueno, no como tal, era una mesita pequeñita con cuatro sillas; lo que sí resaltaba era la pantalla de TV enorme y un sonido bien instalado, “Prioridades de A ––me dije– ver como se debe una película”. Su refrigerador ––más pequeño que el mío––, tenía latas de Jack (después me enteraría que eran de la ex), botellas de agua tónica y todo lo necesario para hacerte un sándwich. En el departamento hay dos baños, en aquel entonces A sólo usaba el de su recámara, la cual se sentía fría, tenía una cama Queen Size, un sofá amarillo y una lámpara de escritorio sobre una mesita de noche (esa sí llena de libros y revistas, pero que ahora sirve para acomodar mis zapatos), que parecía se la hubiera regalado su mamá. Noté un balcón, pero no lo visité hasta mucho después. 
Seguramente la primera vez que salí al balcón de A fue para fumarme un cigarro, ahí fue cuando conocí a Ramiro Juan, lo más cercano que tengo ahora a un hogar. Ramiro Juan es un árbol enorme que cubre casi todo el frente del edificio de 5 pisos, en él viven varias ardillas y su follaje siempre verde me recuerda a Xico, tal vez por eso me siento tan cómoda estando “con él”. Compramos una mesa de jardín con sus sillas, las pusimos en el balcón, justo frente a Ramiro, desde entonces ese es mi lugar de paz, o al menos, el lugar donde puedo sentarme a sentir la brisa entre las hojas de mi árbol-amigo y tratar de tranquilizarme después de cada pelea. Ramiro es mi confidente, quien me ve llorar y ––además de Gatito–– a quien más extrañaré cuando me vaya.
A y yo estamos en un tregua, de entre tantos consejos y todo lo que ha pasado, decidí ser “práctica” y heme aquí, usando una cama que ya no es mía con tal de tener internet para terminar tesis y pendientes antes de que me operen. Cuando hablamos el compromiso fue que primero “atenderíamos” el tema de mi salud y después decidiríamos qué con nosotros. Me siento como una imbécil. 
Comienza a llover, me encuentro en la mesita del balcón escribiendo esto y le cuento a Ramiro mis sospechas “Ya viene el cumpleaños de A y él me dijo que quiere festejar con sus amigos, seguramente eso hará mientras me encuentro en el hospital. Está bien, ya ha demostrado lo harto que se encuentra de mis problemas y sería una estúpida al pensar que va a hacer todo lo posible para apoyarme esos días o al menos querer festejar conmigo su cumpleaños”. Soy una estúpida.
No le he dicho a nadie que A no se ha movido del departamento, ese era el compromiso por el cual acepté regresar aquí. Todo esto que sucede es mi responsabilidad, no tengo la fortaleza de mantenerme firme en mis decisiones. No creo que sea amor lo que me ata a él, creo que es más bien mi debilidad y negarme al hecho de que él tampoco me ame.
Le cuento esto a Ramiro, le digo que intentaré ser fría y hacer lo mejor que pueda para mí. Creo que él se ríe un poco entre la tristeza que debe causarle mi caso.
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aypatricia-blog · 7 years
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Eso...
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Closer (2004)
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aypatricia-blog · 7 years
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Ansiedad
Fue en el 2010 cuando tuve mi primer ataque de ansiedad, bueno, al menos que lo haya identificado, aunque creo que fue antes, cuando de pronto me nació un pavor por mi padre, dejé de escuchar rock y ver películas de terror (que por un periodo eran de mis actividades favoritas). 
En fin, digamos que fue en 2010 cuando tuve un verdadero ataque de ansiedad, acababa de pelear con C (con quien entonces me encontraba en un limbo emocional) y él me había apagado los teléfonos. Yo le llamaba insistentemente, entre menos respuesta obtuve, más crecía mi desesperación por contactarlo. Entonces mi pecho comenzó a doler (como si se quemara), mis manos sudaban y temblaban, de pronto vinieron esas como ganas de llorar sin poder hacerlo, no sabía si sentarme, pararme, salirme o darme de golpes en la cabeza con la pared, mi corazón se aceleraba y de pronto el respirar se comenzó a hacer difícil; pero lo peor no eran todas esas sensaciones en mi cuerpo, lo peor era lo que pasaba en mi cabeza: me invadieron pensamientos ridículos, exagerados y a la vez agobiantes y profundos, como de vida o muerte. Mi mente no tenía freno y se fue hasta las posibilidades más improbables, es como si quien sabe mejor de mis miedos ––mi subconsciente–– hubiera tomado el poder para martirizarme con todo aquello que me daña.
Así es como puedo describir un ataque de ansiedad: es una agresión de la mente a uno mismo mediante pensamientos tóxicos que detonan en síntomas físicos donde el cuerpo pierde estabilidad. Es como si el subconsciente nos pegara de golpes. 
Desde entonces he tenido incontables ataques de ansiedad, estando en terapia, mi psicoanalista me sugirió ciertos ejercicios que podían ayudarme a controlarlos, está de más decir que no funcionaron. Fue entonces que decidí que no iba a vivir así, ¿aguantando? eso y busqué un médico que pudiera recetarme algo para mitigarlos. Esa fue la llegada del Rivotril a mi vida.
Cuando uno anda medicado por el mundo para estar “contento”, se llega a asumir ––con la tranquilidad que te dan los fármacos, obviamente–– una especie de actitud autómata ––o al menos así me sentía yo––, andaba como robot estando bien sin estarlo de verdad; pero al menos sin los ataques de ansiedad. Pasó el tiempo y fui dejando el Rivotril, poco a poco, no es sencillo, al tiempo veo que tal vez lo reemplacé con Z.
Acabo de tener un ataque de ansiedad, el Rivotril está en casa de A, junto con mi gato y todas mis demás cosas. Le llamé y no responde, estoy en casa de mi padre y no puedo ni siquiera fumarme un tabaco. La respiración se acelera, mis manos sudan, mis pensamientos dicen cosas como: “Él está tranquilo sin ti, no te quiere, incluso le fastidias, seguramente anoche salió con alguien, muy probablemente se fue por mojitos nuevamente con “esa”; tal vez estuvo toda la noche riendo mientras se quejaba de lo que ha pasado entre ustedes, pensando de qué forma se puede deshacer de ti más rápido; o probablemente conoció a alguien, porque eso pasa, cuando menos lo esperas conoces a alguien que te cambia la vida y se enamoró de ella; o ninguno de esos, solamente no le importas, está tranquilo, en paz, no piensa para nada en ti, ni para quejarse, le es indistinta tu ausencia, salió con sus amigos y la pasó bomba, habló de películas y la vida, tú ni cruzaste por su mente.” 
Quise controlarme en vano y le llamé, no obtuve respuesta, así que comencé a escribir esto, esperando calmarme aunque sea un poquito. Allá a lo lejos se escucha que mi sobrina está viendo nuevamente Inside Out, creo que Ansiedad sería un hijito entre Tristeza y Temor. Eso soy yo ahorita.
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aypatricia-blog · 7 years
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Memoria sonora
Como es natural en cualquiera que esté pasando por una separación, me di a la tarea de hacer un playlist que acompañara mi sufrimiento, quise hacer una curaduría especial para la ocasión, cuando de pronto me di cuenta que estaba repitiendo canciones del rompimiento anterior a este. 
¿Soy la única que recicla canciones en sus relaciones? No, de eso estoy segura, simplemente hay canciones con las cuales nos identificamos en el amor y el desamor; por ejemplo, ha sucedido que diferentes personas me han dedicado la misma canción y me atrevo a pensar ––muy a mi pesar––, que posiblemente alguno de ellos me haya dedicado una canción que antes o después la destinara a alguien más.
Esa idea fue la que dio origen al playlist más triste del mundo ––de mi mundo––, el cual está compuesto con canciones de mis historias de amor y desamor: rolas que me dedicaron, que dediqué, que acompañaron momentos especiales en mis relaciones (no todas, hay unos exs que ni para canciones memorables alcanzaron), o que simplemente me recuerdan a alguien.
Lo que sigue ––sin un orden en particular–– es la memoria sonora de mis relaciones. Así se oye el amor para mí:
1. Hallelujah – Jeff Buckley 
A Z le debo mucha de la música que amo, él fue quien me presentó a Cohen y ésta fue la primera de él que me dedicó, en voz de Jeff Buckley, justo al día siguiente de nuestro primer encuentro. 
2. Dance me to the end of love – Leonard Cohen
Si cierro los ojos puedo vernos perfectamente a A y a mí bailando en la casa de Mauro. Para mí no hay una canción más hermosa para dedicarle a alguien, por eso se la quise dar a Elsa.
3. I´m your man – Leonard Cohen
Esta canción es una constante en mis relaciones, en verdad gracias a todos y cada uno de quienes me la han dedicado. Es hermosa, resume todo lo que cualquier mujer enamorada quiere escuchar del ser amado, por lo mismo, es irreal. Lo cierto es que esta canción me recuerda a Barney��s version, la última película que vi con Z, muy cerca del rompimiento.
4. Something – The Beatles
Sí Z también me la dedicó, dijo que sería perfecta para nuestra boda. Y sí, es perfecta.
5. Fly me to the moon – Frank Sinatra
Si no han bailado esta con el ser amado, no han vivido. Yo lo hice y floté, hasta el llanto de felicidad. También me recuerda a A y a mí en el cine, viendo la nueva de Robocop, seguramente a él le gustaría saber que lo recuerdo así: Sinatra, cine y Robocop.
6. Tender – Blur
Fue en el Plaza Condesa escuchando esta canción que presentí que A llegaría, aún si saber que se trataba de él. Saliendo de ese concierto lo conocí. Supongo que a eso se refieren cuando la gente habla de magia.
7. I follow rivers – Lykke Li
Estaba con A en una sala de cine (dónde más) viendo La Vida de Adéle, cuando escuchamos esta canción y lo supimos, ni siquiera recuerdo que lo platicáramos, solo pasó: esta se convirtió en nuestra canción.
8. Voce e linda – Caetano Veloso
Z, ¿quién más?
9. Nothing compares 2 U – Sinead O´Connor
En un top diferente, el de momentos más extraños con alguien, se encuentra esta canción y por la misma situación: él me la puso para describirme cómo iba a sufrir cuando me fuera.
10. Ne me quitte pas – Nina Simone
Irónicamente una de las canciones más tristes de amor me recuerda un momento feliz: Z y yo nos compartíamos música, yo le presenté esta canción en voz de Jaques Brel y él me la presentó con Nina.
11. I put a spell on you – Screamin´ Jay Hawkins
¿Existe el amor a la primera charla? Sí.
12. Cinema Paradiso – Chris Botti
Esa primera charla con Z que se prolongó una noche entera, amanecimos en su camioneta, afuera de mi casa, escuchando música y hablando de todo y nada.
13. Atomic – Blondie
"Hello, we´re Blondie and we´re from NY”, Blondie, A, NY y yo en un Corona Capital.
14. Wish you were here – Pink Floyd
La canción con la que I me recuerda.
15. Shine on you crazy diamond – Pink Floyd
Mi favorita de Pink Floyd, no es para menos, ha estado presente en al menos tres hilights de mi vida:
- Tres botellas de champagne, sesión de Pink Floyd, Z y yo. Corte a la peor cruda de mi vida, aún así, la mejor noche de copas EVER.
- Mezcales, muchos mezcales, I y yo, corte a Pink Floyd y mi sofá.
- Coctelitos de gin y gengibre en Oldchella, A y yo. No hay más.
16. Romeo and Juliet – Dire Straits
Z diciéndome que no hay forma decente de sufrir por amor si no es con esta canción. De acuerdo.
17. Touch me I´m going to scream Pt 2 – My morning Jacket
A valiéndole lo que dijera el mundo, dedicándomela en Twitter. Yo, cual adolescente.
18. Black is the color of my true love´s hair – Nina Simone / Verve Remixed
A y sus regalitos de iTunes, con esto me despertó un día.
19. Free bird – Lynyrd Skynyrd
Si te van a tronar con una rola, que sea con esta, uno de los mejores riffs del mundo. No dejó de doler, pero lo hizo con estilo hasta el final.
20. Days – The Kinks
Z intentando suavizar el dolor... Ni los Kinks lo consiguieron.
21. Here comes the sun – The Beatles
Yo cada que comienzo una relación. JA!
22. Ángel para un final – Los Bunkers
Mi rola del rompimiento con Z (una de tantas) y según supe, también la de él.
23. Hasta que te conocí – Juan Gabriel
Dos momentos:
- Yo intentando terminar con el alcohol del mundo a causa de C, corte a mí en de la madrugada sentada a media calle y C intentando hacerme reaccionar.
- Güeros, A, la carretera y yo.
24. There is a light that never goes out – The Smiths
A prometiendo que esto escucharíamos en un double-decker bus en Londres. Un hermoso cliché que nunca sucedió.
25. Paradise Circus – Massive Attack
Tormenta en el Corona Capital del 2014, sonaba esto mientras los relámpagos aparecían cada vez más luminosos, A y yo hechos una sopa, empapados y felices.
26. Harvest moon – Neil Young
No habrá forma de que A al escucharla no me recuerde... y yo a él. Away from her...
27. Heart of gold – Neil Young
Día dos del Desert Trip, el Chivo Lubezki acababa de tomarnos una foto. Comenzó a sonar esta canción y corríamos a nuestros lugares. Este es el último momento de felicidad absoluta del que tengo memoria.
28. Maybe I´m amazed – Paul McCartney
Daba la medianoche, recién le escribía a A para felicitarlo por su cumple, él me respondió con esta canción.
29. Rosa Pastel – Belanova
Ojalá un día A leyera esto, le daría mucha risa ver esta canción. Qué oso... Mi rola del rompimiento con C extrañamente se convirtió en la rola de cuando llevé a A a casa de mis padres la primera vez.
30. Girls just wanna have fun – Carter Burwell / Anomalisa
El enamoramiento, esta canción en esa película es eso... luego viene el desencanto. Life sucks!
31. Chan Chan – Buena Vista Social Club
Esta canción éramos A y yo en La Bodeguita del Medio... hasta que un día se le ocurrió la buena idea de llevar a alguien más ahí. Ahora esta canción me revuelve el estómago. Pfff!
32. Un poco más – Lila Downs
Pocas cosas buenas recuerdo de C, entre ellas se encuentra esta canción mientras me besaba (buen besador).
33. You & Me – Disclosure
Cuando escuché esta canción por primera ocasión, se la regalé a A, aunque se lo dije un tiempo después.
34. Space Oddity – David Bowie
Yo en el desamor.
35. State Trooper – Bruce Springsteen
The Boss llegó a mi vida por culpa de Z y los Sopranos.
36. Never Tear Us Apart – INXS
Nada más me falta echar confeti por la boca, creía que eso nunca terminaría y obviamente le dediqué esta canción.
37. Beatiful Girl – INXS
Él me respondió con esta. Cursi y hermosa.
38. Te Quiero – Nacha Guevara
Uno más de los regalitos iTunes de A, su concepto del amor, sus historias de infancia.
39. Alevosía – Luis Eduardo Aute
Detesto tener que poner a Aute, pero a Z le gustaba (al parecer es requisito para los periodistas). Una mañana no terminé de preparar el desayuno, esto sonaba mientras él me llevaba con besos de regreso a la habitación.
40. Construcción – Chico Buarque
"Tienes que escuchar esta canción, es perfecta, un poema. Buarque es un genio”, desde entonces yo se la muestro a quien puedo.
41. All these things that I´ve done – The Killers
Era 2008 y yo me iba a casar, pero luego ya no y me dediqué a correr para no llorar. 5 km todos los días, comenzaba mi carrera con esta canción. Gracias C, la verdad es que nunca tuve un cuerpo mejor que en aquel entonces.
42. Memories – David Guetta feat. Kid Cudi
Estos éramos C y yo en una noche de fiesta cualquiera en Puebla. Ni modo, me arrepentiría, pero la verdad es que la pasaba bien.
43. Hotline Bling – Drake
El mayor reto para A será no cantar esto por mi culpa. Me recuerda y yo recuerdo Acapulco y California en carretera.
44. Fake plastic trees – Radiohead
Soy una digna representante de mi generación, por lo tanto, si sufro por amor, sufro con esto de fondo.
45. She´s a rainbow – The Rolling Stones
Alguien que ni siquiera merece la pena mencionar la inicial me dedicó esto. De las más bonitas que me han regalado. Lástima del tipo.
46. Si me advertí – Zurdok
Timeless, desde la uni me acompaña en el ardor.
47. Heroes – David Bowie
Como la vez que le dije a Z que Bowie me era equis (mentira, sólo lo dije para joderlo) y casi le da un infarto. Me dijo “Te reto a que alguien supere esta canción y este momento juntos”, cabe mencionar que además estábamos en Playa del Carmen, viendo el atardecer. Era un cabrón. 
48. Epilogue – Justin Hurwitz
El recuerdo de aquello que no fue.
49. Love is a losing game – Amy Winehouse
Z conoció a Amy por mi culpa y la amó sin querer. 
50. Back to black – Amy Winehouse
Pinches hombres, pinches todos.
51. You know I´m no good – Amy Winehouse
Pues sí, a veces puedo ser lo peor y se los advierto con esta canción. Nunca me creen.
52. Un pacto para vivir– Bersuit Vergarabat
Te veo, me sonrojo y tiemblo. Qué idiota te hace el amor. ¿Verdad, Z? ¿Verdad, I?... Sí, otra que me dedicaron dos.
53. Mein Herr – Liza Minnelli
Una vez tuve un affair y me lo hicieron saber con esta canción.
54. What am I to you – Norah Jones
Seis años de idas y vueltas, al final ya no sabía ni qué éramos C y yo.
55. El amor acaba – José José
Un día, así como así, esta canción comenzó a sonar en mi cabeza, entonces supe que el final para A y para mí estaba cerca.
56. Preso – José José
Podrán ser muy fans de Pink Floyd o Sabbath, pero al final todos terminan escuchando a José José. Z un día me escribió la letra de esta canción. Remató: “Podrá ser de besos, pero no deja de ser cárcel.”
57. Mil horas – Los abuelos de la nada
Le lloraba a alguien, así que decidí irme a Tlaxcala con la Roux, ambas terminamos cantando y bailando esto.
58. Learning to fly – Pink Floyd
La carta más hermosa que alguien me ha escrito fue de una amiga, hace poco, pero antes de ella estuvo en la cima una que Z me escribió y que es lo único que conservo no sólo de él, sino de cualquiera de mi pasado (tiendo a deshacerme de todo). Una hermosa carta escrita en la madrugada, que terminaba con esta canción... ¿Volamos?
Esta es la memoria sonora de mis relaciones de pareja. Una larga lista con pocos protagonistas y grandes canciones. Sin duda ha sido catártico. 
Aquí el playlist:
https://open.spotify.com/user/12147274234/playlist/23q2p0OpQIm1DmuT3CD0od
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aypatricia-blog · 7 years
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Everybody knows that the dice are loaded Everybody rolls with their fingers crossed Everybody knows that the war is over Everybody knows the good guys lost Everybody knows that the fight was fixed The poor stay poor, the rich get rich That’s how it goes Everybody knows
Everybody knows that the boat is leaking Everybody knows that the captain lied Everybody got this broken feeling Like their father or their dog just died Everybody talking to their pockets Everybody wants a box of chocolates And a long stem rose Everybody knows Everybody knows that you love me baby Everybody knows that you really do Everybody knows that you’ve been faithful Ah give or take a night or two Everybody knows you’ve been discreet But there were so many people you just had to meet Without your clothes And everybody knows Everybody knows, everybody knows That’s how it goes Everybody knows Everybody knows, everybody knows That’s how it goes Everybody knows And everybody knows that it’s now or never Everybody knows that it’s me or you And everybody knows that you live forever Ah when you’ve done a line or two Everybody knows the deal is rotten Old Black Joe’s still pickin’ cotton For your ribbons and your bows Everybody knows Everybody knows that the plague is coming Everybody knows that it’s moving fast Everybody knows that the naked man and woman Are just a shining artifact of the past Everybody knows the scene is dead But there’s gonna be a meter on your bed That will disclose What everybody knows Everybody knows that you’re in trouble Everybody knows what you’ve been through From the bloody cross on top of calvary To the beach of Malibu Everybody knows it’s coming apart Take one last look at this Sacred Heart Before it blows And everybody knows Everybody knows, everybody knows That’s how it goes Everybody knows Everybody knows, everybody knows That’s how it goes Everybody knows Everybody knows
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aypatricia-blog · 7 years
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500 pesos
En las noticias hablan acerca de un hombre que se quería aventar del décimo piso del hospital La Raza, le acaban de hacer un trasplante de riñón y pareciera que tiene un futuro, solo que él ya no lo quiere. El rescatista le pregunta por qué, el hombre solo se limita a decir que debe 500 pesos y que no tiene para pagarlos, “yo te los presto” –le dice el rescatista–, el hombre accede y no se mata.
Me parece una ingenuidad de risa que crean que ese hombre se iba a matar por deber 500 pesos, sobretodo después de que le acaban de trasplantar un riñón exitosamente. No, ese hombre se iba a matar porque a pesar de haber recobrado su salud, ya no le ve sentido a seguir en este mundo.
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aypatricia-blog · 7 years
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aypatricia-blog · 7 years
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Before Midnight (2013)
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aypatricia-blog · 7 years
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A new low
Fue en diciembre de 2011 la última vez que me senté a escribir, recién había cumplido los 31 años, tenía un trabajo con el cual no estaba satisfecha y acababa de romper con “el amor de mi vida”. Deambulaba por los pasillos de la Secretaría de Transportes, sollozando mis miserias ––seguramente me veía patética––, contándole a quien se dejara de Z y de las rotas promesas de amor eterno que nos hicimos. Lloré hasta el cansancio por él, lloré porque no comprendía que en efecto hubiera resultado ser una más de mis terribles decisiones.
Hace poco una buena amiga me aconsejó escribir un balance de mi realidad, me dijo que en unos años podría compararlo con el balance de la Paty del futuro y me daría cuenta lo mucho que crecí. Inevitablemente ese consejo me remontó a la Paty del pasado, me pregunté si había hecho las cosas mejor desde aquel entonces.
En la última crisis que tuve ––la del 2011––, acababa de terminar la relación más relevante que había tenido hasta entonces, de ese tipo de relaciones donde andas tan enamorada que le das los buenos días hasta al perrito que se te cruza en el camino y lo único que te falta es echar fuegos artificiales por las orejas, “sublime”, así la describía. Pero terminó y me rompieron el corazón. Roto de a deveras, no de aquello que se remedia yéndote una noche con las amigas a cantar las de Juanga y gozas de tu desamor. No, más bien de aquello que sientes como el estómago se te revuelve cada que respiras y lo único que medio lo alivia es llorar. Vaya que me costó salir de ahí, aunque tenía unos fresquesitos 31 años, era talla 4 y andaba de vestiditos y tacones todos los días; si es cierto que tenía un trabajo con el que no estaba satisfecha, bien me daba para rentar una habitación ejecutiva en la colonia La Paz, que me incluía todos los servicios (hasta la cama me tendían) y tenía los suficientes ahorros para comprarme un auto de contado o irme de viaje a donde quisiera. Costó, pero de no ser por el corazón roto, lo demás estaba bien, tan entero que para febrero del siguiente año conseguí el trabajo que siempre había soñado, renté un departamento precioso en el centro (el único lugar que he considerado mi hogar) y lo amueblé y decoré a mi gusto; no pasó mucho para sentirme bien, plena, feliz con la vida que tenía y capaz de superar lo que fuera. Ya había pegado de nuevo mi corazón, me sentía indestructible.
Pasado el tiempo sucedió aquello que era natural que sucediera: conocí a alguien. Lo conocí cual millenial a través de Twitter, así es, alguien me gustó por sus letras, ¡vaya novedad! Nos quedamos de ver por primera vez, llegaría sola a un lugar donde él estaría con sus amigos, total, si algo no me gustaba, tomaría un taxi al hotel y asunto arreglado. Llegué con mi cabello apestando a cerveza y mota después del concierto de Blur y lo vi en la entrada del bar esperándome. “Hola, soy Paty”, así comenzó todo.
Me sorprendió lo bien que me sentía con él, como si lleváramos años de tener esas pláticas interminables y gozosas, de besarlo y él sabiendo perfectamente cómo abrazarme. Entonces decidimos enamorarnos a pesar de vivir en ciudades distintas ¿qué podría salir mal?
Casi cinco años después puedo afirmar que casi todo salió mal. ¿Cómo es posible destruir aquello que más amas? Respuesta: simplemente hay que creer que no lo mereces.
Mi madre murió en el 2014, se fue y con ella también se fueron mis ganas de estar bien y mi amor propio, poco a poco me fui sumergiendo en un fango hecho por mí misma, de pronto me dije que ya nunca más sería feliz y que el dolor de su partida no pasaría, que lo mejor era acostumbrarme a vivir con ello. Así pues no solo abracé a mi depresión, sino que la invité a vivir conmigo y con A, poco me importó lo que él pensara o sintiera, simplemente le decía que esta era yo ahora y que así debía quererme.
Y me quiso y aguantó, hasta que ya no pudo más y decidió tener un escape con alguien más, un receso de mí y mis problemas. Lo entiendo, no puedo juzgarlo, pero eso no implica que no me duela... Es un dolor muy diferente a aquel 2011, porque ahora estoy toda rota por muchos lados.
Hagamos el balance: tengo casi 37 años, estoy desempleada, sin un lugar donde vivir, además de mi depresión y el desamor, debo resolver lo de unos miomas y unas hernias que me han dejado sin poder usar tacones ni vestiditos y con una enormidad de achaques y dolencias. Mi madre, que era el puente con mi familia, no está y pareciera que ando como perdida en todo lo que hago, no sé ni dónde, ni cómo, estoy triste, enojada y sobretodo muy débil. Esta vez no tengo fuerzas para nada, solo pataleo como última señal de resistencia. Mis acciones son una suma de malas desiciones, donde lo único que consigo es hundirme más y más.
Hay una pequeña, muy pequeña parte de mí que cree que estaré bien y que todo se arreglará. Hay otra parte, la más grande, que me dice que finalmente debo asumir y pagar las consecuencias de mis malas decisiones.
Cada que veo a un viejecito pidiendo dinero en la calle me pregunto qué tuvo que pasarle para llegar ahí. Hoy no veo con lucidez ni serenidad absolutamente nada, eso hace que piense que tal vez así comienzan esos trágicos finales.
En unos años más haré de nuevo este balance, espero en verdad al menos recuperar algo de lo que ya tenía.
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