Tumgik
danimate · 7 months
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Consideremos una persona sin dolor
Un parto sin martirio, una ruptura sin lágrimas, una muerte sin pena, un fracaso sin frustración, una memoria sin arrepentimiento, partir y jamás extrañar ¿Qué sería de mí sin ti, amado dolor?
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danimate · 7 months
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Hablar con ella
a Luz Ines Baños
Fue tan bello como volver a nadar. Sentir, después de tanto silencio, el abrazo del agua. No se espera el turno para responder, entre brazada y brazada se dejan las palabras nacer;  solo inhalar para exhalar y, de nuevo, sumergirse entre lo nuestro.
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danimate · 7 months
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Poema que trata de un infante en un laberinto
Hileras e hileras de estanterías sin fin giro hacia arriba y veo lomos fundirse con el horizonte donde quiera solo veo silencio y el vacío de un camino sin regreso.
Tomos y tomos de letras y letras, palabras chicas, palabras grandes ¿Para qué tantas palabras, letras y tomos si mi mundo no va más allá de mis manos? Pero el deber no se destruye, solo se transforma.
Un libro viejo, grueso y polvoriento yergue sus páginas frente a mí Diminutos caracteres cual hormigas cargan significado de un lado a otro Pero ¿qué cargan? ¿qué significado? Una hoja se desliza junto al libro y en ella pululan (preguntas)           (preguntas)                                                                  (preguntas)                                                                (preguntas)                     (preguntas)                                                 (preguntas)
(el reloj marca 60)
Las hormigas marchan a su propio compás se deslizan entre página y página hasta encontrar salida. ¿Las respuestas a las (preguntas) están al final de su camino?
(el reloj marca 50)
Se dirigen hacia un compendio,              (preguntas)                     no, a una antología            (preguntas)                     no, a un poemario            (preguntas)                     no, a un ensayo               (preguntas)                     no, a un periódico            (preguntas)                    no, de vuelta al principio
(el reloj marca 35)
Tumblr media
(el reloj marca 10)
El silencio ahoga el aire grita el camino se acaba los libros se pierden (preguntas)   ¿qué hago aquí? (preguntas)   ¿por qué existe este lugar? (preguntas)   ¿si prometo borrarlo todo de mi memoria se mostrará ante mí el camino? (preguntas)   ¿si pacto jamás volver me serán dadas las respuestas?
(el reloj no marca nada) (no hay respuestas)
Escrito el 30 de julio del 2023 para el taller de poesía de John Raigoza
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danimate · 9 months
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Mi terror
 La construcción del terror siempre se me ha hecho interesante, más interesante que la de cualquier otro genero. Tal vez porque es la forma narrativa más cercana a mí realidad, porque gracias al miedo y al impedimento es la única forma en la que he logrado avanzar. Pero he llegado a un punto de no retorno, una forma de terror más dolorosa, desgastante y tortuosa que cualquier otra que haya sentido jamás, el terror de aquello que no está, el terror en la ausencia, el terror del vacio. Porque no hay monstruo, violador, asesino, terrorista, catastrofe o ente destructor peor que el que no existe, pero que cada quien guarda dentro de sí. Ese es el poder del vacío, cada quien lo llena de su peor pesadilla, cualquiera que sea, y siempre será peor; pero por la incontrolable fuerza del vacio, nada emerge de sí, todo es infimo ante el vacio, aquello que jamás deja de no-ser.
Mi mente gira una y otra vez entorno a esta aterradora escena en busqueda de posibilidades donde jamás las habrá.
Escrito el 4 de noviembre del 2021
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danimate · 9 months
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Mi ciudad
Regresar a mi ciudad de infancia me recordó el porqué me fuí. Aquí no tengo un lugar. Las enseñanzas que mis padres me dieron, a pesar de que fueron dadas aquí, jamás servirían para una vida en este lugar. Para vivir en este lugar hay que tener algo que yo no tengo. Necesitas guardarte tus penas, no hablar con extraños, preocuparte primero por tu apariencia antes que tu bienestar, ir sólo a donde sea indispensable y trabajar sólo por lo indispensable. O tal vez sí lo tengo dentro de mí, pero me niego a aceptarlo. De pronto, tengo demasiado de esta ciudad en mis adentros y por eso preferí irme, para poder obsesionarme desde lejos de esta ciudad que tanto daño y bien me hizo en mi infancia.
Aquí viven papá y mamá, y tal vez por eso puedo detestar con tanta facilidad esta ciudad, porque a pesar de lo mal que hable de ella, su cultura, su gente y su miseria, sé que siempre regresaré; que por muy lejana y ajena a mí, hablar de esta ciudad siempre será hablar de aquel pedazo de mí y el profundo rechazo hacia mí mismo.
Cada quien vive sus traumas a su manera, yo escribo para aclarecer mis acciones y mis cadenas de significantes, y así, tal vez (y solo tal vez) entender por qué hago lo que hago, por qué pienso lo que pienso y, de existir aquello llamado libertad, dónde le he trazado a mi cuerpo su albedrío.
Escrito el 30 de enero del 2022
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danimate · 9 months
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Pieza perdida
Acabo de colgar una llamada con mamá y no estoy seguro de si ella se dio cuenta, por el sonido de mi voz, que estaba llorando. Lloro porque hablando con ella entendí una pequeña parte de lo que soy. Se sintió como si una pieza de mi infancia hubiera por fin encontrado su lugar en el rompecabezas que guardo por memoria.
Una noche lejana tal vez a los 12 u 11 años Simón se quedó a dormir. Jugábamos videojuegos como todas las noches que nos veíamos. El recuerdo es borroso pero aquella noche le pedí a Simón que apagáramos el Play y fuéramos a dormir. Hacía alarde de mis sentidos de responsabilidad, tanto en casa como en el colegio, con un orgullo casi anti-natural para un niño de mi edad. Simón pronunciaría las palabras que más me atormentarían incluso hasta la fecha en mi vida "¿Por qué le tienes tanto miedo a tus papás?"
Lo detesté aquella noche ¿Qué iba a saber de mí? ¿Qué iba a entender de mí y mis papás? ¿Quién se creía para entrar a mi cuarto y jugar con mis juegos y creer que me conocía diciéndome eso?
Eso no sería lo mismo que pensaría unos cuantos años más adelante, en mi pequeño escritorio, en la soledad de mi cuarto, entre lágrimas y risas escribiendo la única carta de despedida que haría para tal vez la única persona que consideraba lo suficientemente importante de aquella cada vez más lejana Colombia.
Cuando me fui de Colombia no me volteé a despedirme de mis papás. Ellos lo saben. Yo no lo olvido.
Simón estaba en lo correcto, tenía miedo. Nadie me entendió tanto como él, y tal vez por eso me alejé. No respondí mensajes, llamadas o invitaciones porque temía reconocer que él me dijera quién era cuando yo creía saber lo que era. Temía que aquel niño de 12 años volviera a poner mi identidad de cabeza con la misma simpleza con la que lo hizo aquella noche. Pero mi corazón no me dejará mentir que alejarme de Simón fue de las tareas más difíciles que he hecho. Probablemente comparable arrancarme un brazo, alejarme de Simón me costó la cordura, noches sin dormir y más llanto del que he derramado por cualquiera de mis muertos. Y es que cómo no llorar cuando pierdes por voluntad propia quién fue tu único y real amigo. Cómo no llorar cuando un niño consumido en su propio terror al vacío decide desprenderse de su único hermano.
Esa es una buena palabra: "hermano". Como hijo único siempre di por hecho que esa sería una palabra sin definición para mí. No puedes definir algo que jamás puedes sentir o percibir, menos con un hombre de tan poca fé como yo.
Escrito en algún punto del 2020
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danimate · 9 months
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Mamá nunca me enseñó a planchar
Mamá nunca me enseñó a planchar.
No por olvido, indiferencia o abandono; por egoísmo.
Mamá nunca me enseñó a planchar.
Soy el hombre de las camisas arrugadas en la oficina, siempre con el cuello desarreglado, las mangas dobladas hasta el codo y el séptimo botón (contando de arriba hacia abajo) desabrochado.
Mamá nunca me enseñó a planchar.
No la odio por ello, fue una mujer amorosa estricta y fuerte que siempre procuró lo mejor para mí (excepto en lo que respecta a enseñarme a planchar)
Mamá nunca me enseñó a planchar, así que el día de su funeral no tenía camisas que llevar y los demás asistentes preguntaban "¿Y esa camiseta arrugada?" cuando sabía perfectamente que para sus adentros pensaban "¿Y es que tu madre jamás te enseñó a planchar?" A lo que yo les respondería: "No, mi mamá nunca me enseñó a planchar"
Nunca le pedí a nadie que me enseñara a planchar. Incluso rechazé una noche, entre sabanas humedas y cuerpos desnudos, el ofrecimiento de mi amante de enseñarme a planchar. Le expliqué (me expliqué): "Mamá nunca me enseñó a planchar, y tal vez así sea mejor".
Mamá nunca me enseñó a planchar, pero sí que en los velorios el cuerpo del fallecido se expone a los condolientes para un último adiós. Así que, a pesar de la insistencia y recomendaciones de la funeraria, el rostro quemado y calcinado de mamá se vió reflejado por última vez en los ojos de quienes vinieron a verla.
Mamá nunca me enseñó a planchar porque no preveía que un día preferiría irme de casa y vestir con camisas arrugadas a vivir sujeto a sus comodidades y reglas del hogar.
A veces creo que mamá se sintió mal por nunca haberme enseñado a planchar, y por eso, una noche con la cena preparada para la visita de su hijo que jamás llegó, decidió dejar la placha encendida.
Escrito en algún punto a finales del 2019
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danimate · 2 years
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Falling bike
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danimate · 2 years
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Some skateboarding
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danimate · 2 years
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Quisiera descansar
A veces siento que todo me cuesta esfuerzos sobrehumanos. Levantarme, caminar, leer, ver, comer, hidratarme o bien cualquier actividad que me haga una persona... Seré entonces una infra-persona. Alguien con una voluntad tan infima que a duras penas puede desempeñarse correctamente como persona. Si es así, ¿cómo se supone que cumpla con las expectativas que hay sobre mis hombros?
A veces despierto sin deseos, sin sueños, sin anhelos, sin quereres, solo despierto y siento como cada pequeña fracción de mi cuerpo se entumece bajo la premisa unica de permitirme ser un personaje pasivo más en esta deprimente vida sin consecuencias que he llevado a lo largo de tantos años ¿A quién he influenciado realmente? ¿De qué ha servido tanto oxígeno, comida y recursos que se han gastado en mi?
Otra vez la enfermedad habla por encima de mi voluntad, pero a veces no me queda de otra. A veces es demasiado trabajo vencer día a día la misma situación cuando se que no hará la gran diferencia estar por encima o abajo de mi enfermedad.
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danimate · 2 years
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De por qué bañarse con agua fría
“Estamos muy orgullosos de ti. No importa a lo que te quieras dedicar o lo que quieras hacer de tu vida nosotros queremos apoyarte.” - Mi mamá me dijo esas palabras mirándome fijamente a los ojos. No necesitaba decirme “De veras” o “Por supuesto” o “Obviamente”. Sus ojos me lo decían con mayor certeza que cualquier sinónimo de obviedad que pudiera imaginarme. Con mis padres jamás se trató de falta de oportunidades, más bien siempre tuve exceso de oportunidades. Pero por alguna razón sentía que, como sostener agua entre mis dedos, poco a poco todas se iban escurriendo.
Mi papá una vez me dijo que era digno de un palacio, tal vez porque creía que alguna de mis acciones había sido tan acertada o noble que solo alguien como yo debería tener el derecho de vivir en un lugar tan magnífico y derrochante como un palacio. Jamás pensé de más sobre ello, pero como algunos recuerdos en mi memoria, fragmentos de vida que jamás elegí y que solo se quedaron conmigo hasta la fecha por alguna valoración inconsciente o aleatoria que hice en aquel entonces. Ahora pienso que mi papá no deseaba conseguirme un palacio (por supuesto), ni podría conseguirme un palacio (ni con todo el esfuerzo sobre-humano que ha hecho por darme lo que hoy tengo), él solo pensaba que lo merecía, que por algún poder divino superior se me debía un palacio por aquella superioridad ética de la que le hice demostración. Estoy seguro de que si mi papá leyera esto diría que jamás lo pensó así, que igual y lo pudo haber dicho distinto, pero creo que es precisamente por aquel conjunto de palabras que usó así como las de mi madre que puedo entender en parte la construcción mental que tienen de mí. Y ahí precisamente es donde está mi fascinación, y me atrevería a decir la de muchos seres humanos: ¿cómo encaja aquel “yo” ideal construido por quienes nos rodean con nuestro terrenal o verdadero “yo”?
Mi hipótesis (al menos al respecto de mi caso en particular) es que no encajo con aquel “yo” ideal (en la mente de mi padre, mi madre o cualquiera), y jamás podré encajar con él. Ahora bien, en lo que respecta a la experimentación partiré de mi hipótesis supuesta. Si realmente jamás encajaré con aquel molde de mi que tienen mis padres, ¿vale la pena buscar cambiar aquel molde o perfilar mi “yo” real para encajar con aquel molde? Así mismo ¿qué hay de los moldes que yo poseo de ellos en mi mente? ¿debería cambiar aquellos moldes para asemejarlos mejor a sus pares reales, o debería pedirles a mis referencias reales ser más como mi molde ideal de ellos? ¿Qué debería predominar: el mundo material o el mundo de las ideas? Escribo desde mi escasez material, con apenas recursos monetarios, con hambre en el estómago y con un vacío existencial como fundamento. Mis problemas son claramente materiales, así que no tiene sentido sacrificar mi realidad por un mundo ideal que, como yo, bien puede estar en lo incorrecto. Por otro lado, el mundo real sólo es. No hay correcto o incorrecto, sólo es. Mi hambre sólo es. Mis carencias sólo son. Mis incapacidades sólo son. Mis decisiones, la única herramienta que poseo para cambiar esta realidad material que tanto me mortifica y sin la cual no hay sentido en concebir realidades alternas ideales o adversas; sólo son.
Salgo de la ducha. Detesto el frío que se siente luego de bañarme con agua caliente, pero hace demasiado frío como para bañarme con fría. Tal vez vivir demasiado tiempo arraigado a las condiciones climáticas de una ciudad tropical creó sesgos sobre mis pequeños rituales, mi razonamiento y mi cuerpo. El agua caliente siempre se sintió como un abrazo en la mañana, una canción de cuna y una nueva invitación al mundo de los sueños. El agua fría golpea, azota con fuerza y paraliza los músculos. De niño siempre me quedaba dormido bajo la regadera y el agua caliente, me acurrucaba en el suelo deseando extender ese abrazo sin cuerpo. Mamá y papá se iban a las 6:00 am en punto con o sin mi. Despertaba con los primeros síntomas de depresión que sentiría a lo largo de mi vida. Esa agradable sensación de un abrazo acompañada por el siempre inolvidable tic-tac interno de un mundo que sigue moviéndose sin mi y para el que nunca seré el ideal.
Hice las paces con bañarme con agua fría, pero cada día era enfrentarme al odio contra mi mismo por abrir esa odiosa llave que sabía me brindaría un bien material mayor. Soy materia al fin y al cabo, y no importa qué tanto quiera esconderme detrás de mis ideas, el agua fría me despierta para un día más de cuestionamiento existencial y de carencia de voluntad.
No saques la dopamina a remojar en la mañana porque si no en la noche se agria y luego te toca comer pura adenosina recalentada de la mañana, y así ni cómo ayudarte, compa.
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danimate · 2 years
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Sobre el lenguaje inclusivo
Un joven de bajos recursos obtiene un trabajo en una mina. Su empleador, hombre de negocios, contratista y dueño del terreno le brinda una pica, una pala, un casco, zapatos de protección y un contrato al joven. El joven entra todos los días a la mina (excepto domingos y días feriados cuando descansa con su familia). El joven con el paso de los años se convierte en hombre, y con el mismo paso de los años cambia su vieja pica, viaja pala, viejos zapatos y viejo contrato por unos nuevos para seguir excavando y explotando la mina. La mina se hunde más allá de cualquier profundidad de la tierra jamás vista por aquel minero hasta topar con un mineral desconocido por cualquiera de los empleados, o incluso por el contratista. El minero, al igual que los demás se reunen con el contratista para sortear la situación que tienen entre manos. Las picas y palas no pueden romper el mineral desconocido, nadie sabe si los zapatos de protección y los cascos serán suficientes medidas en caso de eventualmente romper el mineral, así pues la primera parte exige al contratista invertir en maquinaria nueva e investigación sobre el mismo por seguridad del personal; el contratista, por su parte, se niega ofrecer distintas condiciones, acaba de invertir en un nuevo terreno para una nueva mina y no tiene los recursos, así que solo seguirá pagando a quienes sigan extrayendo lo que sea que haya en la mina. El hombre minero sale desalentado de la junta: necesita el trabajo, ha dedicado demasiados años de su vida en este trabajo como para empezar de cero en una nueva profesión, y es así como decide darse a la tarea de establecer protocolos de extracción para tratar con el nuevo mineral. Va a la ferretaría cerca a su casa y compra de su propio bolsillo un arreglo de todo tipo de objetos filosos, brochas y martillos. El hombre entra por primera vez a la mina después de la desdichada junta y empieza a trabajar con su nuevo arreglo de herramientas a la mano. Con un cincel y martillo da el primer golpe al extraño mineral. No cede. Busca otra parte del mineral en donde las ondas de color del mismo parecen converger, y vuelve a dar un golpe con el cincel y el martillo. El mineral parece hundirse. El hombre minero vuelve a golpear con el cincel y el mineral se agrieta. Un gas imperceptible emana de dicha grieta y llena las profundidades de la mina mientras el hombre minero grita de la alegría y celebra con sus compañeros que ha encontrado cómo romper el nefasto mineral. Para antes de la hora el hombre, al igual que sus compañeros ahí presentes, caen asfixiados y mueren sin notificar a nadie de su descubrimiento.
No pretendo imponer sobre mis palabras la idea de que estoy de acuerdo o en desacuerdo con modificaciones voluntarias del idioma, en parte porque aquel idioma que se está gestando no es el que yo uso en mi día a día, o el que me enseñaron. El mío es un idioma que me ha bastado para describir mi realidad y mis condiciones materiales e ideológicas. Así pues, el lengüaje es la herramienta más humana por excelencia para apropiarnos de la realidad, y no soy tan egocentrico como para pensar que puedo concevir las miles y millones y billones de realidades que puede encapsular la vida humana. Si por necesidad las herramientas que usamos deben cambiar así será, es cuestión de supervivencia y adaptación, pero como Darwin bien lo explicaba no hay adaptación que no traiga consigo el caos y la aleatoriedad. Algún prescriptivista seguirá pensando que las cosas solo pueden ser "fermosas" y jamás "hermosas" y lucha día a día por una estandarización de una lengüa unica, universal y homogenea; mientras su compadre el descriptivista se nutre del caos y observa el sin fin de vertientes que a cada segundo bifurcan el arbol que nos conforma como seres vivos. Parmenides y Heraclito, Platón y Aristóteles, así y más hacia adelante o hacia atrás, el ser y el devenir se graban en la historia de la humanidad como aspectos escenciales de nuestra vida.
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danimate · 2 years
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Hipótesis
A veces creo que preguntar no es la decisión correcta. La curiosidad absoluta y sin límites solo invade privacidades y destruye confianzas. A veces pienso que mis situaciones hipotéticas pueden a llegar a ser demasiado cercanas a la realidad que pueden sentirse como un golpe real a una persona. No sé si verdaderamente pueda encontrar un espacio de libre experimentación mental tan robusto como el que me brinda la escritura, pero ahora bien, la escritura no es una conversación real con personas reales. La escritura sigue siendo un monólogo unilateral que impone, presenta o rechaza cierta tesis. No sé si ese sea realmente mi deseo. Soy animal social, sin dudarlo. Sin aquel componente social, no llegaría jamás a ser nada, pero aún así si no soy honesto con esta serie de conjuntos que conforman esta pequeña intersección de individuo que soy, ¿cómo puedo llegar a ser realmente libre?
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danimate · 3 years
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Pesa
Me siento cansado de no hallarme. De buscar una y otra vez en cada rincón de mi mente y no hallar nada de valor que me represente... ¿Cómo es posible que siga estancado por tanto tiempo en este estado de letargo? ¿Cómo llegué aquí y por qué insisto en quedarme aquí?
Hoy pensé en la muerte de mis padres. No precisamente en su muerte, sino en lo que sería mi vida sin ellos ¿En qué me convertiría y a dónde me llevaría? Han sido tantos años de depender de ellos sin ningún éxito por intentar independizarme que jamás me sentí realmente libre, que siempre me sentí como el mismo fracasado que egoístamente un día decidió irse de casa a pesar de saber que el costo y el peso económico para ellos sería enorme. Tal vez a diferencia de ellos, yo jamás aprendí a arriesgar, siempre estuve en una posición cómoda y jamás pude sentir lo que realmente significa no tener nada, ni a nadie (por mucho que presuma de aquellos años solitarios de infancia).
De alguna forma nunca he estado solo y siempre he estado solo. Nunca he querido estar solo y siempre he buscado estar solo. Nunca me gustó el silencio en medio de mis conversaciones, pero siempre llega el silencio a mis conversaciones. Tal vez me siga odiando, y cuando dejo de escribir solo intento ocultar lo evidente, como quien quiere tapar el sol con un dedo.
Estoy cansado de tanto odio de mí hacia mí. Estoy cansado de que levantarme a comer sea una batalla tan ardua y hablar incluso con quienes me aman sea un esfuerzo tan tortuoso. Estoy cansado de dormir sin descansar y trabajar sin corazón sin importar el tiempo dedicado y las pasiones previas que haya mostrado. Estoy cansado de sentirme como un estorbo siempre y no poder quitarme del camino cuando sé que a quienes estorbo podrían estar haciendo cosas mejores por sus vidas.
No puedo morir. Lo sé porque me conozco. No soy capaz de la muerte. Y ahora que lo sé, la muerte en mi cabeza a pasado a ser la de mis seres queridos. Porque de la muerte no puedo huir, por más que lo intente, y sin duda es lo más doloroso que he cargado en mi vida.
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danimate · 3 years
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Polvo
De alguna manera me he permitido abandonarme en el olvido cuando digo ser el martir de una memoria incapaz de ignorar. Me he abandonado entre cajas viejas y empolvadas en este pequeño cuarto de bodega, en algún rincón de esta casa que tengo por cuerpo. No se vive mal aquí, un bello tragaluz fractal de vidrios de colores, como aquel que mi mejor amigo hizo en la primaria, me da suficiente esperanza como para seguir rebuscando entre libros aquello que venía a buscar cuando puse por primera vez un pié aquí dentro ¿Algo buscaba, no? Mi perrito de peluche, sin el que no podía dormir en las noches, me mira desde la repisa superior del cuarto; sabe que yo también lo abandoné a él como ahora me abandoné a mí. No hay infinitas cajas, ni infinitas repisas; es más son tan fintas y pocas que a simple vista parecería absurdo creer que algo realmente se pudiese perder y abandonar aquí. Pero son mis objetos, con mis valores y mis memorias las que realmente son infinitas. Cada objeto condensa una masa incalculable de significado, y cada que me aferra con su propio campo gravitatorio.
Y es así, como todo lo que el polvo recubre, solo un extraño lo sabría apreciar y solo su dueño lo podría haber abandonado. Qué tiene el polvo extraño, que no tenga mi polvo, para darle aquel sentimiento de misterio y nostalgia. Por qué mi polvo solo puede ser sinónimo de rechazo y descuido propio ¿Hay métodos para la apropiación del polvo propio o ajeno? Limpiarlo claramente no es opción. Si a duras penas puedo mantenerme a mí mismo limpio, que esperanza tendría mi cuarto abandonado.
No quiero morir en este cuarto. No creo hacerlo, pero han sido muchos días y muchas noches de solo ver el sol asomarse y esconderse por aquel pequeño tragaluz. Quiero salir, pero algo he perdido aquí adentro, y si salgo solo volvería a entrar para volverlo a buscar. No recuerdo, pero recuerdo no recordar. No olvido aquella sensación sin nombre que aquello que busco me produjo y me producirá al volverlo a sujetar. Pero ya lo he sujetado todo, en todos los ángulos, en todos los ordenes y a todas las horas del día ¿Será acaso que lo he perdido irremediablemente? ¿Será que jamás sentiré aquello que sentí al sujetar aquel innombrable objeto? ¿O será que el polvo le habrá robado su significado y solo me quede esperar que se lleve mi memoria?
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danimate · 3 years
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Pienso
¿Y si tanto dolor y soledad puedo resignificarlos como empatía? ¿Y si el abismo de tristeza que hay en mi interior es mi única arma para hacer una diferencia en este mundo? ¿Y si mi enfermedad, mi condición y mi amor son la serie de coincidencias que me hacen un individuo real y digno de forjar un colectivo distinto a la pesadilla que hoy vivo?
Tal vez sí puedo aspirar a hacer algo por un mundo mejor. No creo lograrlo, pero aspirar y ver la posibilidad podría salvarme de mi propio infierno.
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danimate · 3 years
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Familia
¿En algún momento, este cuerpo que he declarado mío por tantos años, tuvo contenido propio? ¿Era aquella tabula rasa de la que tanto predican los grandes pensadores y me convertí en este conjunto de imitaciones y metas adoptadas que hoy soy? ¿O era acaso mi contenido predeterminado son las emociones vacías, dolores sin razón y pensamientos abismales?
Recuerdo cuando mi padre y mi madre me enseñaron a rezar, y también recuerdo cuando me enseñaron las tablas de multiplicar: a la fecha no sé ninguna de las dos. No recuerdo qué pensaba en aquellos años. No sé si realmente creía o no en aquel ser omnipotente y omnipresente, pero no recuerdo tener sentimientos por él. No recuerdo sentirme mal por no aprender a rezar o recitar correctamente las tablas de multiplicar. Cuando alguien me pregunta “¿Te hubiera gustado tener un hermanito o una hermanita?” o “¿Te gustaría creer en aquel dios en que tus padres, tus abuelos y probablemente todos tus ancestros, han confiado por tanto tiempo?”, yo les contesto “No lo sé”; y es la verdad, no sé qué se sentirá aquello que jamás he presenciado, sentido o, por lo menos, nombrado. Me asumo católico por la crianza que me fue dada, por las incontables historias del Antiguo y Nuevo Testamento que palpitan en mí, a pesar de jamás haber leído una sola vez La Biblia. Me niego a rezar porque sería irrespetuoso fingir sentir algo que no siento, o creer en algo en lo que no creo. Los católicos cristianos apostólicos romanos probablemente no aceptarían de mí como uno de ellos, y eso está bien. Creo que el fenómeno católico colombiano es más complejo que cualquiera de sus definiciones y no cabría a lugar en ningún rincón del Vaticano. Soy sincrético por convicción, así como de nacimiento. Mis padres no iban todos los domingos a misa, solo cuando lo recordaban. Mamá no comulgaba, porque dice “eso va en contra de mis principios, pero si tú quieres hacerlo adelante”. Papá adoraba demasiados íconos y santos como para poder respetar aquel Éxodo 20:4. Mi abuela, aunque iba todos los días a misa, sabía o entendió que quien reza y cree en su Dios no era por omisión una buena persona.
Antes de irme de Colombia, mi primo Juan Diego, hijo de la hermana de mamá, dijo: “Mateo será el primer González en irse estudiar al extranjero”. La familia de papá no opinó mucho al respecto, su relación es distante y cordial, jamás invasiva. Mi familia es amplia y numerosa, pero al final nunca pude hacerme de un verdadero vínculo con ellos. Antes sentía una cercanía única y fuerte con ellos, pero después de tantos años de conocer tantas personas que han llegado a ser tan cercanas a mí, los siento tan abismalmente lejanos que me da vergüenza acercarme a ellos, mucho menos pedir algo de ellos. Mamá y papá son mejores en esto que yo. Mamá llamaba todos los días a mi tía Miriam y a la abuela. Papá llama todos los días a sus amigos. Yo, por el contrario, no llamo jamás a nadie. Hablo solo con quienes tengo cerca y me alejo de quienes no tengo al alcance de mis piernas. Tal vez y eso también es resultado de la enfermedad: desear ser olvidado. La enfermedad sabe que solo vivo por los demás, y tal vez si me convence de uno por uno cortar mis lazos con los demás, solo en la soledad absoluta seré presa de aquel vacío innombrable que todo consume y nada descuida.
No permitiré que el vacío me consuma. No soy nadie para borrar lo que tantos han hecho por mí. Algo de valor habrá en este cuerpo cicatrizado y esta mente mortificada. Tal vez y pueda hacer de al menos un día feliz a aquellos a quienes amo. Sí, con eso me daría por satisfecho: mientras tenga fuerzas, piernas, brazos, manos y boca, al menos un día más puedo ofrecer a aquellos a quienes debo todo.
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