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“No sé si dejaron de pasarme cosas malas o me acostumbré a vivir con ellas.”

-Rusconi García Ángela

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¿Quién serás esta noche? Yo suelo tener pesadillas, asi que supongo que una víctima…

-Una chica invisible 

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I love spring anywhere, but if I could chose, I would always greet it in a garden. Ruth Stout (by Gabriela Tulian)

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#1 & #2 by jdiegoph

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Sunset in Oceanside

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China Beach Sunrise by TahaElraaid

good morning tumblr

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Instagram

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Fumaba un cigarrillo y veía los coches pasar, mi mente no podía despegarse de mi cuerpo y volar como lo solía hacer, solo apreciábamos la nada mientras el humo del cigarro era arrastrado de vuelta a mi rostro por el viento frío de la noche, las luces traseras de los autos eran apreciadas por mis ojos más no por mi mente… seguía solo ahí, sentado… apreciando la nada.” Solo veía los minutos pasar en mi reloj, la madrugada y los cigarrillos me hicieron una muy mala jugada… no lograba cerrar mis ojos, mi corazón marchaba como loco al ritmo de las preocupaciones de mi racionalidad… la oscuridad de mi habitación y la ausencia de la Luna, hacían sentir mi soledad aún más vacía… ¿la muerte será linda el día que llegue por mi? —pensaba…” Cuando finalmente terminó de escribir su última carta, colocó Asleep de los Smith en el tocadiscos. Con las manos temblorosas, cogió el mechero y lo encendió. Se apoyó en la ventana, y comenzó a fumar. Algunos habrían dicho que era una imagen bonita; otros, que era una belleza rara. Aunque el sabor era agradable, la primera calada la hizo toser. La segunda calada la hizo suspirar. La tercera la hizo sonreír. A la cuarta calada una carcajada viajó desde lo más profundo de su garganta hasta su boca. Odiaba su risa, pero en ese momento le daba igual. La quinta calada la hizo flipar, y tener ganas de sexo, y la sexta, ganas de volar. Con la séptima calada, las estrellas parecían pequeñas luciérnagas perdidas, volando sin rumbo fijo. Todo daba vueltas y ella se sentó. Apoyo las mano sobre su rostro, y se detuvo un instante. Ni siquiera le apetecía seguir, pero aún así lo hizo. A la octava calada, comenzó a pensar. Cerró los ojos lentamente, y en su mente, se imagino cosas que tal vez habrían enamorado a algún poeta, pero que habrían asustado a más de uno. Recordó porque estaba fumando. En la número nueve, cuando el papel iba a terminar de consumirse, mientras el sabor a cartón le provocaba ya un insoportable ardor en los pulmones, una lágrima se derramó hasta la comisura de sus labios. Esa fue la calada que prácticamente apagó el cigarrillo, con un bote de pastillas para dormir en la mano, una sonrisa muy alegre en la boca, y un brillo triste, muy triste, en su mirada. La llama del cigarrillo se extinguió por completo. Ella se apagó del todo. La canción continuó sonando, el tiempo siguió avanzando. Pero ya no hubo una décima calada..

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Mi paz, mi tranquilidad

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Y me reí, me reí porque dolía mucho como para llorar.

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Duele escribirle a alguien que ni siquiera sabe que le escribes a diario.

A veces me duele… (via estrellas-sin-color)

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Esas palabras destrozaron mi alma.

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Se sentía tan vacía que decidió llenarse de lo más sencillo, alcohol.

(via lagrimasconcafe)

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Se sentía tan vacía que decidió llenarse de lo más sencillo, alcohol.

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