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Andy Goldsworthy, ice points held upright in muddy pond bottom, Helbeck, Cumbrial, January 1982.
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Vivo mi vida desde que era niño pensando que soy insuficiente, pensando que si tengo algo o a alguien no lo merezco y que si lo pierdo fue por que soy eso, insuficiente.
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Al día siguiente de mi suicidio, me enamoré de mi madre cuando la vi llorar en el suelo de mi habitación, abrazando mi camiseta ensangrentada con mis fotos esparcidas a su alrededor, vi tanto ¡Amor en sus ojos!
El día después de mi suicidio, sentí cuánto me amaba mi padre, sin importar lo duro que fuera, en medio de tanta tristeza, me habló con los ojos llenos de lágrimas, ¡lo orgulloso que estaba de mí y lo sensible que yo era con los demás!
El día después de mi suicidio, vi que Lolla (mi gatito mascota) era más increíble de lo que podía haber imaginado. Cada vez que alguien llegaba a casa, ella corría hacia la puerta esperándome y, al ver que no era yo, se acostaba frente a la puerta y seguía esperándome.
El día después de mi suicidio, me encantó por mis hermanos, cuando los vi sentados en la habitación con los ojos llenos de lágrimas, recordaron los tiempos en que jugamos en nuestra hermosa infancia… ¡Qué buen momento!
El día después de mi suicidio, sentí cuánto me amaba mi mejor amiga. ¡Ella estaba mirando nuestras fotos juntas y recordando todos los momentos!
El día después de mi suicidio, sentí que era importante para mis maestros. Se culpaban tanto por no haberse dado cuenta…
Por la noche, fui a la morgue a buscar mi cuerpo. Me molestó. Me miré y dije: “Tantos sueños que tuvimos”, “Tantos amores”, “Tanta gente por conocer”, “Tenías gente que te quería y, sin embargo, lo vomitaste todo”, “Tienes que tener mucho coraje para quitarte la vida, ¿por qué no usaste ese coraje para ganar? ”
Gracias al cielo, eso fue solo una visión.
¡Puedes leer esto! Todavía estás aquí y puedes cambiar tu vida para siempre.
No es tan malo como parece. ¡Hay gente que te quiere, que te quiere cerca! Dale una oportunidad más a la vida y a las personas que están a tu lado. Hay una cura para el dolor, ábrete a alguien. Has superado tantas cosas, ¡prueba una más!.
Rosa ❤️
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Te vi y perdí completamente la razón, me acerqué a ti y regresé sin corazón.
- Sagitariana
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The Bunny Man
The legend of the Bunny Man started to spread around 1970, and like most urban legends, it has many variations. The most common telling begins in 1904, when a local psychiatric facility in Clifton, Virginia, is shut down and its patients are transferred to another facility. Several patients escape during the transfer process. They are successfully rounded up… all except one, that is. Douglas Griffon, who was locked up for killing his entire family on Easter Sunday.
Soon after his escape, skinned and mauled rabbit carcasses begin appearing in the trees and dangling from the Colchester Overpass. Then one day, a human body was found, a man named Marcus Wallster. His body was dangling from the underpass in the same gruesome condition as all the rabbits. Police cornered the madman, who tried to bolt but was hit by an oncoming train instead. Now, his spirit haunts the area, still hanging rabbit carcasses from the Colchester Overpass, which is now dubbed the Bunny Man Bridge. Some have even sworn to see the Bunny Man himself, lurking in the shadows of the underpass. Locals believe anyone who dares enter it on Halloween night will be found dead and dangling from the bridge by morning.
As gruesome as the legend is, it’s clearly just a legend. There was never an asylum in the area, and there was never a Douglas Griffin or a Marcus Wallster living there. The truth in this tale is simply the existence of a madman with a thing for bunnies.
Some guy would get dressed up in a full bunny costume and terrorize the people of Fairfax County back in the 1970s. Although several residents have reported sightings of the man, his identity is unknown.
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Suddhasattwa Basu Hollyhocks & A Magpie Robin 2013 Watercolour on paper 13.5 x 19.5 inches
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sophie prestigiacomo's swamp deities, sculpted from mud and algae
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