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nival06 · 4 years
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ARRIESGATE!
He descubierto que a todo le tengo miedo y odio sentir la sensación del miedo, hay muchísimas cosas que antes no me atrevía a hacer y este 2020 me estoy arriesgando a todo lo que pueda, no es fácil superar esos miedos, de hecho es un gran sacrificio, que a la final sirve porque obtengo un resultado satisfactorio conmigo misma por el simple hecho de querer arriesgarme y querer intentarlo, no pienses en lo mal que tal vez te pueda ir, recuerda que todo error suma una experiencia nueva, arriesgate, creeme que vale la pena!
~Nival🌻
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nival06 · 5 years
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“Puede que me guste motivar y ayudar a los demás pero a veces necesito darme mi tiempo. Algunas cosas duelen y duelen muchísimo. Durante mucho tiempo he sido fuerte y llega un momento en el cuál me desmorono por aguantar tanto. Hay días en los cuáles todo me duele y afecta más. Días en los cuales necesito alejarme de todo, llorar por todo el tiempo que me he contenido y simplemente permitirme soltarlo todo. A veces no tengo ánimos para nada y mucho menos para motivar a los demás y lo siento pero también soy humana. No pretendo estar siempre bien o fingir que lo estoy porque no es así. Pero si he aprendido algo es que primero estoy yo y después los demás. Soy una persona que siente mucho, por eso todo me duele más. Sé que todo lleva su tiempo, así que debo ser paciente conmigo misma pero deben entender que hay días en los cuales no puedo estar para nadie porque ni siquiera sé donde me encuentro.”
— Valery Soza. (via aperfectamenteimperfecta)
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nival06 · 5 years
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nival06 · 5 years
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Las 4 leyes de la Vida:
Primera ley: 
“La persona que llega es la persona correcta”, es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.
Segunda ley : “Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”. Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: “si hubiera hecho tal cosa hubiera sucedido tal otra…”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
Tercera ley: “Cualquier momento que comience es el momento correcto”. Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.
Cuarta ley: “Cuando algo termina, termina”. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegó a nuestras vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado.
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nival06 · 5 years
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“Hace cuatro días exactamente, iba en camino a donde vivo después del trabajo como de costumbre. No pensaba nada en particular, solo escuchaba musica y veía por la ventana como todo iba quedando atrás. Había tráfico, lo cual es normal. Entonces pasó. Sentí una vibración extraña debajo de mis pies, a lo lejos, escuchaba el eco del sonido de un tren. Mi pulso se aceleró y miré a mi alrededor retirando los auriculares de mis oídos. Las personas que iban en el bus corrían desesperadas hacia la puerta, gritaban al conductor que les permitiera bajar, todas mis alarmas se dispararon, me levanté como pude y logré observar por el vidrio opuesto una luz que titilaba y se acercaba cada vez más, un poco oculta por otro bus que también se encontraba en medio del carril, con otro montón de personas que incluso, pretendían salir por las ventanas. No sé cuanto tiempo estuve en shock, ni cuantos minutos estuvimos ahí corriendo el peligro de morir. Sé que mi cabeza daba vueltas, que no lograba pensar en algo concreto, mi familia venia a mi cabeza, me esperaban en casa, y yo estaba aquí… Atrapada en medio de una vía que atravesaba el tren. Todos lloraban y lanzaban insultos al chofer, a éste no parecía interesarle siquiera su propia vida. Solo balbuceó un par de palabras, algo acerca de la calma y que no iba a abrir las puertas. Una sensación que no soy capaz de explicar se apoderó de mi, recuerdo que ya esperaba el impacto y solo pensé: “Dios mío, por favor, no lo permitas”. El bus avanzó lo suficiente para que el tren pasara enseguida tras nosotros. El pánico no abandonaba a ninguno de los pasajeros, menos a mi. Me fui al fondo, había perdido mi asiento, mientras todos lloraban, gritaban, discutían… Mis ojos se perdían en el limbo. Recuerdo haber escuchado que el tren hizo el intento de frenar, y que por este motivo, nos dio tiempo de salir del medio. Tome asiento, lágrimas caían, una mujer muy especial hablaba sobre la oportunidad que Dios nos había dado, nadie parecía escucharla verdaderamente, pero yo… Sabia que el mensaje era para mi, sabia que era conmigo. Yo ya la conocía. La había visto un par de veces, ya que, recorremos el mismo trayecto hacia el distrito donde trabajamos. Es otra Venezolana que como yo, y como muchas otras, cada día hace hasta lo imposible por convencerse de que todo estará bien, que hay que seguir luchando, aún cuando solo queramos cerrar los ojos y volver a nuestro pais, con nuestra gente. Desde la otra hilera de asientos, me preguntaba por mi mamá, le respondí que no había ido a trabajar ese día, ella me decía que todo iba a estar bien, que las cosas siempre pasan por algo, que no me preocupara. Yo daba gracias a Dios de que me encontrara sola, habría sido terrible que mi mamá presenciara algo así… Las palabras de esa mujer me hacían añicos el corazón. Comencé a sollozar y llorar. Todo el camino hablaron de lo sucedido. No dejé de preguntarme: “¿Por qué?” ¿Por qué Dios me había salvado? ¿Que se supone que no estoy viendo? ¿Que estoy ignorando? Cada uno, viene con su propósito a este mundo. Sea cual sea, ese propósito siempre se cumple, de alguna manera. Pero, ¿cual es el mío? No es la primera vez que pienso en esto, tengo miedo de estar desperdiciando una bendición muy grande. ¿Cuantas personas más habrán por ahí… Sin percatarse de la oportunidad que Dios les regala cada mañana? Joder, en algún momento de la historia, todos, absolutamente todos, hemos cometido el absurdo de pronunciar frases como: “me quiero morir” cuando en realidad, seamos sinceros, la mayoría de las veces, no es lo que deseamos. Quiero vivir, quiero entender porqué he tenido tanto privilegio, quiero hacer algo con este precioso regalo, necesito romper el hielo, reaccionar… Los que me conocen, saben que no miento cuando digo que, esta es la cuarta vez que Dios me salva de abandonar la vida. Para comenzar, estuve a punto de no nacer, me dejaron mas tiempo del debido en el vientre de mi mamá, pasé unos cuantos minutos sin respirar, no lloré. Los médicos creyeron que había nacido muerta. Pero, poco después, finalmente, lo hice, inicié el conteo en el reloj de mi vida. Años más tarde, a unos meses de perder a mi papá en manos del cáncer, tuvieron que operarme de la vesícula, debido a que, había tenido una muy mala alimentación. Creo que la depresión me llevó a comer dulces y cosas dañinas descontroladamente, admito que tuve la culpa. Antes de ingresar a quirófano, mi mamá me miro y me dijo: “Si quieres llorar, hazlo”. Eso, obviamente fue como pulsar el botón de la desesperación. ¿Saben cuántas jodidas veces me encontré en una clínica por aquellos años? Había conocido enfermedad, virus, descontrol, impotencia y muerte, todo a raíz de lo sucedido con mi papá. Hubo un tiempo en que los hospitales y las clínicas se volvieron parte de mi, el área de enfermería y los médicos me conocían incluso. ¿Piensan que eso me preparó para ese momento? Pues, yo no. Me sentía totalmente perdida, angustiada, al borde de un colapso. Pero, me hice la fuerte, tal como el día en que mi papá se fue, entonces, aparté las lagrimas, abracé a mi madre y le dije que todo estaría bien. Me recoste en una camilla extensa y de terror, de esas que aparecen en la televisión. Recuerdo que concentre mi vista y mis pensamientos en una enorme orbe color plateado, de la cual yacían incrustadas, cinco o seis luces como las de un auto. Una mujer delgada y bonita cuyos rasgos soy incapaz de recordar con exactitud, murmuró a duras penas su nombre, dijo ser la anestesióloga. Yo asentí y extendí el brazo izquierdo, desde siempre le he temido a las agujas, fobia que hasta el sol de hoy, no ha sido del todo aniquilada, así que, respiré profundo y aparté la mirada. Sentí que algo fluía por mis venas y me concentre de nuevo en las luces por encima de mi. Escuché que decía algo sobre el anestésico y el efecto, yo creí que podía luchar contra el sedante pero, acabé durmiendome más rápido de lo que pensé. Cuando desperté tenia la vista borrosa, intenté moverme, pero, me dolía el abdomen como si tuviera algo pesado encima, un tubo salia de mi boca, me asusté, supongo que quería una explicación pero, volví a dormir. Desperté de nuevo y el tubo había desaparecido, me advertían que no hablara, y que intentara no moverme. Mi mamá me preguntó si algo me dolía, quería decir que sí, que me dolía absolutamente todo pero, ella agregó rápidamente: “No respondas, solo aprieta la mano”. Me explicaron que mi operación se había complicado, algo acerca de que mi vesícula tenia una anomalía extraña. Lograron separarla al parecer de otro órgano, pero, debía realizarme estudios especiales cada cierto tiempo. Fueron semanas horribles para mi. Se supone que no iban a abrirme, mi operación era por un proceso llamado “Laparoscopia” sin embargo, debido a mi delicada situación, habían tenido que cortar mi abdomen de una forma para nada “delicada”. Tenia todo vendado y de uno de esos cortes, específicamente de mi lado derecho, sobresalía una especie de tubo fino y corto del que colgaba una bolsita que retenía el liquido. Me las vi mal. Mi operación tardo más de lo debido, y por poco… Pierdo la vida. La tercera vez, fue hace cuatro meses. Cuando salia de Venezuela. No me siento orgullosa de contarlo pero, me tocó vivir una experiencia que no le deseo a nadie. Los asesores que habíamos “contratado” para ayudarnos a pasar la frontera con Colombia, nos tramitaron carnets fronterizos falsos. Para hacer el cuento corto, mis hermanas y mi mamá lograron pasar, a mi me escanearon el carnet dos veces y detectaron la falla. Me indicaron que caminara por el otro lado del puente, me regresaron. De tal manera que, me quede sola. Solo unos pasos me separaban de otro país y de mi familia. Me sentí perdida, no tenia modo de saber de ellas, ni de nadie, no tenia teléfono, mi tablet se había dañado dos días antes de salir de mi ciudad, estaba desesperada y con tanto pánico que, llegue a idear un plan para sobrevivir unos cuantos días en aquella plaza. Se me acercaron un montón de personas, ofreciendome maneras ilegales de pasar la frontera. Y después de lo que pareció una eternidad, vinieron por mi, creí que estaba a salvo, creí que ya había acabado el peligro pero, no fue así. Caminamos mucho y dimos toda una vuelta, mi primo me decía que me apresurara, yo llevaba el peso de dos grandes bolsos y mi guitarra a un lado. Hubo una parte del trayecto en la que, los hombres se subieron las camisas y unos motorizados pasaron observándolos y luego, siguieron su camino. Estaba muerta de miedo, caminamos hacia un portón inmenso del que salio una mujer y anotó el nombre de un señor que era nuestro “guía”, éste nos llevo por un callejón, hacia un río con un montón de arboles alrededor. Mi estúpida inocencia creyó que pasaríamos en barquito, ¡Jah! Para mi sorpresa, tenia ante mi la tan renombrada “trocha” la manera más ilegal de atravesar la frontera. Mire a mi primo llena de temor y le pregunté: “¿Esto es legal?” todavía en mi absurdo. Él me miró con los ojos muy abiertos y me dijo que guardara silencio. El “guía” dio un par de órdenes, y en seguida empezamos a adentrarnos al agua, yo intentaba no mirar mucho, me esforzaba en serio, pero, el sonido del agua corriendo era estrepitosamente tormentoso, afortunadamente solo me había mojado un poco los pies, respiré aliviada, creyendo que era todo, como pude encontré la fuerza para no caerme con todo lo que llevaba encima mientras subíamos por otro camino de tierra, era inútil intentar mantenerles el paso, todos eran hombres, me llevaban ventaja. Mi primo se volteaba de vez en cuando para pedirme que corriera, yo no podía. Llego un punto en el que, todos empezaron a caminar incluso más de prisa, y con la cabeza gacha, yo no logré entender, hasta que alce la vista y vi un par de hombres vestidos de militares, y otros dos que venían a mi izquierda y me gritaron que no los viera. Quería llorar, estaba muy asustada y me dolía todo. Pero la peor parte me esperaba abajo, en otra prueba de agua. Pude ver hacia el lado izquierdo un poco distante, el puente que legalmente debi haber cruzado El río resonaba, no podía ver debajo, era una especie de lodazal con mucha corriente. Por encima del agua había una soga de la cual un hombre mayor no pretendía soltarse, me llené de pánico, no quería pasar pero, no había mucho tiempo, mi primo me tomò del brazo y me arrastró consigo, me decía que no me soltara, y yo lo intentaba, pero no podía sostenerme con tanto peso, los bolsos danzaban en el río, no los quería soltar, ni mojar todas mis cosas, sentí que la guitarra se golpeó fuerte con lo que parecía una enorme piedra debajo, habían huecos, no podía sostenerme por más tiempo… El señor en mitad de la soga no quería avanzar, y yo no tenia de donde agarrarme, cometí la estupidez de soltarme un instante, solo uno… Para avanzar hasta el lado que quedaba libre de la soga. Pero, el impulso me falló y me hundí. Alguien me ayudó como pudo a cargar mis bolsos hasta el otro lado, la corriente me arrastraba, solo me aguantaba la mano de mi primo que me sostenía nervioso desde arriba. Logro ayudarme a subir. Empapada, todo se sentía incluso más pesado de lo normal, no se como pude llegar a encontrarme con mi familia, sentía que todo me daba vueltas, quería lanzarme al suelo, estaba verdaderamente agotada, harta, dolorida… Y no fue hasta después de una hora que, caí en cuenta de lo que me había pasado. Creo que no había tenido la voluntad para escribirlo hasta este día. Y sé que muchas personas se enfrentan a situaciones incluso mucho peores a cada hora en distintas partes de este mundo. De una forma u otra, todos hemos pasado circunstancias angustiosas que se nos escapan de las manos, a veces, ni siquiera somos capaces de superarlas ni reflexionar sobre ello. Si te tomaste el tiempo de leer toda esta cantidad de letras, no ignores que tu vida es ahora. No dejes a un lado la posibilidad de hacer cosas grandes. Haz algo con tu milagro, no dejes que se te escape. Atesóralo. Este es el momento. Dios nos da oportunidades cada segundo de cada hora, aun sin que lo sepamos. Puede que nunca hayas pasado por experiencias así, y si es de ese modo, entonces, agradece, y deja de preocuparte por cosas que tienen solución. Porque, ¿te digo qué? Lo único que debería importar es que, cuando todo termine, nada de lo que ahora nos absorbe tendrá valor. Toma tu decisión con sabiduría. Ve por todo lo que sea que desees, no te pierdas maravillas por creer que hay más tiempo o que ya luego lo resolverás. No hay excusa válida, en un simple parpadeo todo puede acabar. Por una tontería como nacer, crecer, someterte a una operación, cruzar una frontera, ir o venir del trabajo… La vida es ya.”
— —Choconutellaflipspirulin. (Lima, Perú 10:12 am).
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nival06 · 5 years
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Y después de un poco de tiempo comprendí que cada año iba a cambiar algo en mi, que podía ser algo fisico o mental, viendo mis fotos de años atras me deprimia al ver que mi fisico no era el mismo, más gorditos, más ojeras, empecé a sentir odio hacia mi, y cada vez que me miraba en un espejo sentía fastidio, incluso llegué a hacer cosas que no eran buenas para mi y lo sabía pero los comentarios de las demás personas y ver fotos de cuerpos perfectos me deprimia mucho más, dejaba de comer mis comidas favoritas solo con el fin de "tener un cuerpo perfecto" iba al gym por horas y al no ver resultados me mortificaba mucho más, luego me empecé a preguntar ¿como es posible amar con todos sus defectos a otra persona y no amarme a mi? Es hasta ilogico pero me ocurría, tomé la decisión de alejarme de todo lo tóxico, de todas esas páginas que estaban destruyendo mi mente, y dejar de hacer lo que me estaba enfermando, no quería verme con la cara demacrada, ni que mis defensas bajaran por eso, solo tuve que hacer un poquito de esfuerzo para aceptarme realmente como soy, y si quiero que mi aspecto fisico cambie, debo de seguir con mis clases, pero no irme por el lado que parece fácil pues lo que estaba haciendo era autodestruyendome
-Nicole💌
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nival06 · 6 years
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Bojack horseman - Serie de netflix.
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nival06 · 6 years
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No veo justo vivir en un sociedad en la que tienen que quedarse viendo a una pareja homosexual junta. Hablan de amor y aún les aterra verlo.
Oxidado
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nival06 · 6 years
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“Es la persona más hermosa que conozco, y no, no me refiero a su físico”
Rogi
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nival06 · 6 years
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He estado tan triste recientemente y ha sido como todos los días.
Siempre lloro antes de dormir y odio levantarme.
Me siento sola la mayoría de tiempo. Siento que soy muy agotadora.
Me siento tan molesta cada vez que hablo con alguien.
Siento que la gente no siente nada de lo que dicen, todo es por lástima.
Siento que no voy a hacer nada en mi vida. como mi vida es un gran círculo. hago lo mismo y lo odio.
Literalmente he dejado de comer comidas reales.
Empecé a hacerme daño para calmar un poco la ansiedad, se siente bien, pero me preocupa que no pueda parar. simplemente se siente bien y ya.
Sólo pienso en morir pero también le tengo tanto miedo a la muerte.
Odio tanto mi mente.
Me siento tan vacía.
Ya no se que hacer.
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nival06 · 6 years
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A veces solo quisiera tener un accidente y jamas volver a despertar…
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nival06 · 6 years
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Mamá debe estar decepcionada de lo que me he convertido.
Valentina.
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