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Poesía-Fosforescente
Creemos en la poesía como un juguete expansivo y nuclear
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En el lado oscuro de la esfera
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Letanía y anti-oración para la paz y la paz
I
La paz es la oscuridad que cae, me niego a rezar por ella,
me niego a ser una oveja
educada y custodiada por sus tigres de bengala.
La paz es la oscuridad que falsifica todo, es solitaria y brutal,
es un goteo
de tímida voluntad, de voluntad industrial.
La paz obra de maneras misteriosas,
es Proteo
transformado en un osito de peluche
estimulante, multitasking con estuche.
La paz es humo denso y entumecedor
yo quiero la calma del francotirador
su estado de alerta, su mente felina,
su perspectiva abierta;
yo quiero una vida con la trayectoria fina
de las balas que han dado en el blanco,
quiero los nervios a ras, yo sé que en el infierno hay paz,
que tiene un gobierno al mando,
que en el infierno hay ventanillas
donde las almas se enfilan, se quejan por escrito,
sé que hay un número gratuito.
ὁ ἄνθρωπος φύσει ζῷον πολιτικόν
la paz es la oscuridad, un tesorero panzón.
La paz nos viene de dios,
de sus alados soldados entrenándose para la guerra,
de los drones comandados desde una de sus albercas,
me niego a nadar en ellas,
a bautizar en ellas el signo de la extinción.
II
La paz es la oscuridad que cae
la luz vendrá con la muerte y cuanto antes la encontremos,
mejor será para todos.
Por eso, paz de nuestros días, aléjate de nosotros.
Paz interior, letargo de mi alma moderna,
aléjate de nosotros.
Paz de la piedra sobre la piedra, paz porfiriana,
paz del mundo, paz de las cortes reales,
paz de las marchas, diplomática paz,
aléjate de nosotros.
Paz que embriaga, que voltea para otro lado,
ignorante paz, irresponsable, sucia paz,
paloma blanca, paz de los edenes,
paz de Chiapas, paz de Sarajevo,
del gobierno en turno, paz de las fronteras,
de la televisión, del tiempo, antiabortista paz,
toma de aliento, canción de paz,
noche de paz. alucinante paz poética,
terrible paz pública de las instituciones,
aléjate de nosotros.
Paz de las bombas inteligentes,
de la fusión del átomo, paz fría,
paz del narco, paz en el campo,
paz del templo de la paz
aléjate de nosotros.
Paz
Reyes Rojas
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Carta 3. El gusano invisible
El tiempo es un gusano invisible
que avanza a través de las cosas
y transforma todo lo que toca:
niños,
perros,
plantas,
adultos.
El tiempo nos educa y nos forma los huesos,
nos llena de color y también nos decolora.
El tiempo es un gusano invisible que come todo,
y algún día, también se comerá al Sol.
Las Cartas de Espectrosol(Julio César S.C.)
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Te lo digo, no te lo digo,
te lo digo, no te lo digo,
escucha:
Espectrosol nació en la Luna.
Su cuna fue un cráter muy suave.
Dicen que no tiene boca, ni lengua, ni dientes.
Dicen que no habla porque en la Luna sólo hay silencio.
Dicen que en la Luna las piedras, las montañas y el hielo,
todos hablan con silencios.
Primeros Días - Las Cartas de Espectrosol (Julio César S.C.)
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Un poema de Lorenza Franco Rolón
Ella no era lo que se dice, una virgen,
pero podrás jurar que no ha tenido trotes excesivos: no obstante,
anota frente a tus ojos fuertemente
esta sentencia:
en la primera borrachera
no deberás gritarle
que tus dudas la coronan
como la reina de las putas.
Recuérdalo bien: la quieres mucho.
ROQUE DALTON
Ella era humano en 1 principio
devino Évano [la negra impúdica cuyo color no pudo soportar la raza de los
ojos incrédulos]
1 herida por debajo de su ombligo
trazó una falda con holanes
y debajo de su pecho
un áurea costilla la excluyó del paraíso
sedientos de misterio
por millones de años luz la penetraron hasta devorar su sexo
andrógina se hizo estrella
de su órbita pendía
un tintineo de costillas huérfanas que arrullaba el universo
Dijo a Dios entonces:
—Inseminada por el fertilizante histórico, me descubro aún esta costilla
bajo el pecho; pienso, me pregunto, ¿habrá de serme útil, ahora que mi
sexo devorado se refugia, virgen y cósmico, entre los astros que abrazan
los amores aborígenes de celuloide y de ungsteno?
Y Dios se marchó
después de arrojar su costilla a la primera siembra
sobre parcelas rectilíneas donde surcos las vulvas esperaban el rocío la
tierra 1 herida expuesta
1 cráter milenario nutrido por 1 simulacro de falos y vulvas
vendría 1 cosecha de tesoros y frutos liberados
nacidos de las hélices primigenias
agitadas bajo el manzano del paraíso
sin pecado en el burdel de satín crepuscular
cópula de radiaciones infrarrojas
sobre 1 subsuelo de tréboles y anémonas erotizadas
semillas de 1 nueva raza y fotosíntesis de luz astral
germinó el recuerdo de las otras épocas
como un monumento que habló por los profetas
évanos y adánidas cuyas costillas y faldas
ofrendaron a los nuevos soles
los frutos y las imágenes
homólogas a los catasterismos ofrendados repiten el aullido la desolación
que precedieron la catástrofe
repiten brillan las memorias ancestrales cuando Eva fue el olvido y Adán los
nombres cuando sembraron vulvas y lloraron semen antes de partir al
universo
ahora rebrillan dialécticas y estériles son 1 advertencia porvenir
por que los nuevos brotes no vuelvan a llorar su semen
no vuelvan a sembrar sus vulvas.
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Una turba de pupilas rotas // Un poema de Daniel Malpaso
Hay menos cielo cuando se secan los charcos.
Nada aparta las horas muertas de mi rostro
y mis caminos son grietas de un espejo roto.
Tan poco tiempo ha pasado
que el sol sigue siendo más un reloj que un río
y todo aquí está tan oscuro
que el sol es más una nube que fuego
y cuando se va la luz eléctrica veo cuán poco
nos hemos separado de la oscuridad
y qué tanto puede borrar ella de nosotros
y así a la intemperie vemos que nuestro
estar vacíos es nuestro estar desnudos.
Si la mirada se aleja demasiado
ve una vela donde hay un incendio.
La mirada y las palabras son la orilla de un abismo
y cavar la tierra también es desenterrar algo de mis ojos.
Lo nuevo es lo más antiguo
lo sepultado más profundamente
enterrado más allá de la mirada
y a lo que se acerca uno con cierta ceguera.
El camino por el que avanzan los días
es toda nuestras huellas
y cuando los relojes se detengan
el sol avanzará por los caminos
que el tiempo dejó en blanco.
El mundo es todas las miradas encadenadas.
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Instrucciones para comerse una manzana // Un poema de Reyes Rojas
Me dijiste
así no se muerde una manzana
se empieza por el estambre
el nudito ese que parece un ano
para que te comas el corazón sin notar su amargura
así se aprovecha el fruto entero
lo que nutre y se digiere
la estrella parda
el corazón que no palpita
la pulpa
la pepita y el jugo
su fructuosa
todo menos el pedúnculo
la evidencia orgánica de que alguien mordió la manzana
quizá
de la forma correcta
comérsela así era empezar por el principio
por tus principios
nada bíblicos por suerte
pero llenos de fe en la composta que asegura
que nada habrá de ser desperdiciado por tus manos
o por tu boca
pues probablemente algo germine
a pesar de nuestros descuidos.
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Poema de "Código 0" // Mario Islasáinz
Abrir de ojos
desconocimiento
cuerpo sobre colchoneta
reguero de sábanas
suciedad
dolor en el vientre
más abajo
punzadas repitiéndose
ofensivas
regresar el tiempo
amasijo mental
enredándose aún más
ausencia de ropa interior
palparse
sentir de más
inicio de recuerdos
presencia hedionda
órdenes
risas ensalivadas
chorrean el entorno
acatamiento doloroso
asco
uso de una parte no tocada
jamás
gritos ahogados
chirriar de dientes
imposible resistir
semejantes embates
sin hacerlo
lágrimas en el rostro
carcajadas de otros
uno más
sorraja un disparo
cráneo estallado
un siguiente cuerpo
toma su lugar
inconsciencia salvadora
pero inútil.
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Javier Raya - Disentimientos de la nación
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((5ta sesión de Poesía-fosforescente // invitados: Javier Raya, Brianda Pineda, Roberto Luna, Jorge Medrano // 30 de agosto de 2014))
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Feral ((fragmento))
...
...
...
Así ella: su cuerpo se volcaba también
fuera del aire de las ropas
(pantalla móvil de la sabana
alrededor, sucesión de instantes:
inmovilidad del vértigo)
con el gesto decidido
de un improperio,
de una blasfemia,
de una maldición,
de un acto
de justicia.
Coger con ella
es un acto de justicia.
Si te miraba podías sentir el brillo
de sus ojos de navaja, negros,
recortando tu forma,
extrayéndola casi
del margen indiferenciado del mundo.
Me ha parecido pertinente decir: negros.
Ojos negros.
Te mira pero mira el margen
indiferenciado del mundo;
mira un hecho de brutalidad policíaca
en el ruido del radio que zumba
en un portal;
mira la portada del Sgt. Pepper’s Lonely Heart’s Club Band
y mira el pronunciamiento
de la cítara contemplativa.
Te mira, pero mira el hueco
de tu presencia
sobre el fondo de las cosas.
Solía, con todo, besarte
con furia cuando salían de la fiesta
para comprar cigarros.
O la besabas tú, caminando
por oscuras esquinas que doblaban
como papeles turbios
de luz equívoca.
4 a.m.
La conociste hace 3 horas.
Fiesta salvaje.
Hace 2 salieron para
comprar cigarros.
Plegaron un farol de gesto estúpido
que encorvado les vomitaba
su luz cansina y tenue.
Llegó a besarte después
con delicadeza:
como si tus labios,
tu piel de hombre feroz,
tus rasgos de animal sospechoso
fueran de materia frágil,
como un reflejo que el sólo
temblor de la mirada sobre el espejo
pudiera disipar.
No porque aborreciera tu imagen,
sino por consideración civilizada:
por esa urdimbre tuya de hombre inferior
es que al besarte cerraba los ojos
y te dejaba hacer,
conciente acaso más que tú
de tus limitaciones.
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2 POEMAS de Javier Raya
13.
Entender por destrucción el proceso normalizador de la existencia. En esos
términos, el lenguaje es el proceso destructivo por excelencia puesto que
normaliza el asombro, vuelve tolerable la realidad de los sentidos. Nombrar
es destruir. Las cosas sólo existen en su inminen- cia de secreto, en su
estar a punto de aparecer. Lo terrible es que no aparecen nunca en
términos de lenguaje: o aparecen o son dichas, nombradas, nunca ambas.
Decimos solamente las cosas que estamos dispuestos a perder.
Evidentemente, lo anterior es falso o, por lo menos, inexacto. Si un
asombro puede normalizarse no es asombro; el asombro verbalizado es la
glosa del asombro, su estela. Lo que está en juego al escribir es que esa
glosa tome el lugar del asombro ausente a tal grado en que se vuelva
indiferenciable. Después de la muerte de Héctor, escribir es la más bella
derrota concebible.
...
...
...
...
...
14. Fallar/hallar
Hablo: aprisiono. La palabra prisiona
presiona. Si hablo
miento.
Libra de palabras,
peso del libro, no
de lo librado.
¿Pesará lo librado?
¿Lo vuelto libro es grave? ¿Agudo?
¿Aéreo lo librado
en lo esdrújulo
de lo que ganará, nombre de las fronteras? ¿Vista aérea
de la superficie del libro, de la pantalla?
Talla y talla
la pluma de Pan. Tallan y tallan los dedos
ruidos rodando
de roedores:
teclear, tocar.
Talla y falla:
talla y halla. Patafilología. Medida del error. No haremos
la apología del error. Yo no.
Aquí no.
Yo nada más vine
a fracasar olímpicamente.
(( invitado de la 5ta sesión en poesía-fosforescente))
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La historia de las nostalgias (fragmento)
Anoche soñé una estrella
Entre el helio descomponía mi aliento
Parpadeaba intensamente entre el hidrógeno incandescente Abría los ojos
para poder mandar mensajes en clave,
Mi cuerpo ardía al compás de los sonidos espaciales
Era una sinfonía de satélites y basura espacial
Soñé que yo era una estrella
Y mi luz viajaba con las ondas de radio,
Entre partículas cósmicas,
Mi piel era como un torrente de fuego y materia oscura
Que enlazaba 20 dimensiones,
Entre espacios imposibles y un tiempo acabado,
Entre vidas y mantras, mandalas en mis ojos,
Sílabas separadas, fonemas aislados.
Me destruía, reconstrucción celular,
Polvo de estrellas, elementos químicos,
Energía destruida, como un orgasmo,
Energía creada, como un orgasmo,
Energía transformada, como un orgasmo,
Energía transferida, como un orgasmo
Enérgicos Orgasmos múltiples, entre susurros,
Entre gritos, entre mis piernas, entre mis lóbulos,
Entre planetas, entre parpadeos, entre las bocas,
Y las palabras, sin palabras, sin cuerpos,
Sinrazones, sin pecado, originales, origen,
El principio de los astros, génesis divino,
En el sueño donde yo era una estrella.
((Jorge Medrano, invitado de la 5ta sesión en poesía-fosforescente))
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Digestión
Todo cambia en las vertientes de los ríos que aglomeran las manadas.
Todo cambia en las parvadas de raíces asustadas por el humo,
en los montes erguidos bajo soles que enfrían el cielo nocturno,
círculos perfectos,
azules cromados,
válvulas escarlatas,
ácidos escurren entre los dientes, sustracciones acumuladas, adicciones.
Vuelvo a andar con bolsas en los pies, y tropiezo con campos de pasto
gigante, mastico azufre que me transforma en anfibio, y resbalo al fango.
El rascacielos erguido bajo luces de neón que evaporan aguas negras,
agujeros negros, materia oscura,
óxido en la piel, miradas fluorescentes, caricias alcalinas,
y la saliva que cambia mi estructura química, en la que digiero el alimento
de las moscas.
((Jorge Medrano, invitado de la 5ta sesión de poesía-fosforescente))
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(((5ta sesión de poesía-fosforescente)))
poetas invitados: Javier Raya, Brianda Pineda, Roberto Luna, Jorge Medrano.
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Previsión de las bestias (fragmentos)
I
Estoy siendo perpetrado,
me arrojan fuera de mí,
pero bestias potentísimas me habitan.
Sacra reliquia saga de mis venas,
en microscópicos glóbulos
de bermejas turgencias,
en secreto ocultas bestias,
en espera, en ínfimas partículas.
III
Me cosquillea una granulada cenestesia
como mil huestes marchándome en la entraña.
Feroces espíritus que escupen la mordaza,
que irrumpen desde el claustro de su esfera globular
y explotan esa esfera en su forma verdadera:
la amorfa exactitud del cuerpo de las bestias.
Locas, temibles, vehementes direcciones decidiendo,
tensadas en el fondo de mi ajada presencia
rompen con danzas tremebundas mis límites falseados.
V
Espontánea estampida de mis secretas bestias,
de los seres endémicos de mi cuerpo terrestre
azotando inclementes mis muros de epidermis,
ensangrentadas ya sus patas, sus pezuñas;
de nervaduras cubiertos sus pechos, sus lomos;
mostrándose exultados ya libres del bozal
tras tanto tiempo escondidos en el fondo de mis huesos
reducidos a fugaces reflejos imprudentes
de su ira y su cólera y sus fuerzas.
Mis bestiales sentidos por mis poros al fin brotan
ávidos de acciones iracundas.
VII
La amalgama secreta entre la tierra y las bestias
les muestra los lenguajes del peligro acechante;
se altera el silbo del aire,
cambia el mapa sonoro en sus oído,
y sus cuerpos, delicados disimulan la sospecha
mientras todas sus entrañas saborean la anunciación
de la muerte en la yerba, del ataque en la frente,
de la ráfaga de cuerpos eclipsándose el aliento.
VIII
Una savia secreta nos fermenta
para el acto insurrecto,
para el ataque justo e irreversible.
Yerguen en mí estos animales
la médula real de mi conciencia,
en su violencia natural naciendo.
X
Dos galaxias truenan mezclando
sus luces en medio del vacío;
suenan sus armas de bronce
crujiendo en nuestras garras.
((Roberto Luna, Xalapa Veracruz,
poeta invitado a la 5ta sesión de poesía-fosforescente))
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