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rabertcaamano · 2 months
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¿Quiénes son el 8.8%?
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Abril, encuestas mil. Siempre el inicio de mes refleja varios indicadores, pero uno de ellos me llama la atención más que como hater, como una persona que siempre tiene rabia de la clase de representantes que se nos impone: El Congreso Nacional de Andrés Tagle solo obtuvo un 8.8%.
Por el contrario, un 77.1% desaprueba la gestión de la entidad de Avenida Argentina con Avenida Pedro Montt.
Se sabe que dentro del 77.1% estamos nosotros, la gente que eligió a una representante y que, como nuestra opción no fue la de la mayoría, estamos hasta el día de hoy enrabiados por la falta de sensatez, compromiso, inteligencia y raciocinio que hay en el Congreso.
También están las mismas figuras que quedaron fuera de los diversos hemiciclos y que hoy miran con frustración, pena y rabia cómo personas que no tienen sus estudios ni su vocación están usurpando un puesto que no les pertenece. Como aquellos hijos de dueños de empresa que llegan a la presidencia del directorio. Ya saben, todo queda en familia.
También estamos muchos jóvenes que también miramos con la misma indignación que nuestras opciones. Personas con diversas patologías que pasamos de ver los matinales y noticieros, porque mientras juzgan a la izquierda y a sectores progresistas, hacen la vista gorda cuando es del lado dieztro. Asi como también muchas mujeres que no tienen un representante.
En definitiva, estamos nosotros que pedimos comicios justos donde se premie la inteligencia y, sobre todo, el mérito y la vocación. Cosas que escasean en ambos parlamentos.
Pero lo que me intriga es... ¿Quién es el 8.8% que, a pesar de que los hechos hablen por sí solos, creen que este Congreso hecho a traje y medida del piñerismo lo está haciendo de maravillas?
La evaluación es negativa en todos los frentes. Nota roja en todas las evaluaciones. Si el FA y las fuerzas progresistas fuesen mayoría, si figuras como Nicole Martínez, Constanza Valdés y otras que tenían las capacidades debidamente comprobadas fuesen electas, que es lo que correspondía en 2021, la desaprobación habría sido menor. Y la aprobación, por lo bajo un 25% o 30%. De rojo a morado, pero suficiente para dar cuenta de que hay avances.
¿Vale la pena aguantar hasta 2025 o hacer que no está pasando nada? ¿Vale la pena el voto si al final Tagle hace lo que quiere?
Si eres del 77.1%, acá encontrarás a alguien que siente la misma pena y rabia que tú. La resignación no es el camino. El pesimismo es un camino fácil, pero no es el efectivo. Debemos luchar para recuperar un espacio que debe ser de debate y de mejoramiento de nuestra calidad de vida.
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rabertcaamano · 2 months
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No estoy orgulloso de mi ira, pero el Congreso me saca de quicio
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Quienes me conocen, sabrán de sobremanera que este periodo parlamentario, ilegítimo desde sus cimientos, me ha causado más rabias que cualquier otra cosa personal, o de ese "hobby ingrato" que un amigo me definió a la labor que hago en TVenserio.
Me hubiese gustado de frentón que el Frente Amplio fuese mayoría, porque habría encabezado una transformación inédita, como nunca antes hubiese habido en el país. Sin embargo, desde que Andrés Tagle se puso a encabezar el Servel, que definió un parlamento a traje y medida de la derecha, que ha sido obstructora de absolutamente todo.
Eso ha causado, lógicamente, un malestar mental que se ha expresado de diferentes formas. Incluyendo arranques de ira que muchas veces no logro canalizar bien.
Qué duda cabe, este Congreso me ha sacado de quicio. No solo por quienes están ahí, sino por aquellas personas que no están y que, con el paso del tiempo, ha quedado demostrado que habrían marcado la diferencia de forma sustancial.
Y muchas veces lo uso como pretexto para temas personales. Pero en la mayoría de los casos, me da placer mentarles la madre digitalmente por lo que son: Los principales obstructores del progreso social y mental de nuestro país.
Y a pesar de que es un ejercicio legítimo que busca hacer justicia por todos aquellos que tienen que ver desde lejos cómo un grupo de usurpadores daña a las instituciones democráticas de nuestra nación, yo no estoy orgulloso de mi ira. Lo dijo Iñaki Gabilondo a su equipo en la Cadena Ser en 2004 cuando los arrebatos de José María Aznar lo hacían enojar.
No puedo sentir orgullo de todos los enojos que me ha dado gente como Johannes Kaiser, Chiara Barchiesi (que aún no me explico por qué ella sigue en su testera, cuando debió ser destituida por el TER por notable abandono de deberes), Cristian Araya, Gloria Naveillán y tantos otros que han creado la que yo llamo "la bancada del bullying".
Tampoco puedo sentir orgullo de las veces que el Congreso se manda una cagada, como una reforma que rechazaron siquiera la idea de legislar, y es tal la pena que he ido al Paseo Bandera a llorar desconsoladamente, no solo por ello, sino porque si al Frente Amplio no le hubiesen robado la elección, las cosas hoy serían completamente distintas.
Este Congreso me tiene con psicólogos, con terapia, con un deseo de que sea cerrado y que Boric gobierne por decreto hasta 2026.
Por ahora, sigo pasando rabias, sigo llorando, sigo lamentando que Nicole Martínez esté en su casa viendo por televisión, llorando desconsoladamente, cómo un grupo de personas daña a un organismo que debería ser un faro de debate sensato. Y de eso no puedo sentirme orgulloso. Por ningún motivo.
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rabertcaamano · 3 months
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Hagamos ficción.
Comienza el tercer año legislativo de este periodo. El FA con una mayoría sensata, inteligente y legítima hace una arenga para seguir consagrando derechos sociales.
Ya tenemos las Reformas Tributaria, de Pensiones y Laboral. Falta el impuesto a los super ricos y la despenalización del aborto, la cual están los votos para aprobarse.
Al mismo tiempo, los diputados del FA demuestran ser los más eficientes del país.
Que Congreso pudimos tener.
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