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#Durante la época de los Mediceos
mypepemateosus · 2 years
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 Palazzo Pitti
#Apartamentos Imperiales y Reales#Durante la época de los Mediceos#cuando el ala derecha del primer piso del palacio estaba ocupado por el Gran Príncipe Fernando#la sala del trono se utilizaba para las audiencias oficiales. También se utilizó para colgar algunos de los cuadros de su famosa colección.#aunque con algunos cambios#es como se habría visto en la época de Víctor Emanuel II#cuando Florencia era la capital de Italia (1865-1871). Así lo muestra un conocido fresco de Cesare Maccari#que se puede ver en el Palazzo Pubblico de Siena y está dedicado al Plebiscito del 2 de octubre de 1870#que estableció la anexión de Roma al Reino de Italia y la consiguiente transferencia de la capital de Florencia a Roma.#Toda la atención se concentra en el trono#bajo un baldaquín#un marco real realzado por los grandes espejos de las paredes#para multiplicar las imágenes del rey#así como por el suntuoso conjunto de lampas de seda roja. En el arco del techo están las decoraciones triunfantes de Giuseppe Castagnoli (1#con decoraciones monocromáticas para enmarcar la imagen de Júpiter entronizado. La habitación ha sido realzada aún más por una lámpara dora#Asimismo#en las estancias contiguas se renovaron tapizados y revestimientos bajo Leopoldo II de Habsburgo-Lorena. Este es el mismo período en el que#al igual que los portaantorchas#los espejos gemelos#las tres mesas de pared y los taburetes. La zona del trono se dispuso más tarde#para la llegada del monarca de los Saboya#y volvió a cambiar a partir de 1871#cuando se añadió la balaustrada y la silla de la audiencia con el emblema de los Saboya.
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REVOLUCIÓN CIENTÍFICA – CAP: 022 – (289-306) – GALILEO GALILEI – SEGUNDA PARTE – 
Invención del telescopio.
289 – En mayo de 1609, Galileo recibe de París una carta del francés Jacques Badovere, uno de sus antiguos alumnos, quien le confirma un rumor insistente: la existencia de un telescopio que permite ver los objetos lejanos. ​
290 – Fabricado en Holanda, este telescopio habría permitido ya ver estrellas invisibles a simple vista. Con esta única descripción, Galileo, que ya no da cursos a Cosme II de Médicis, construye su primer telescopio. Al contrario que el telescopio holandés, este no deforma los objetos y los aumenta 6 veces, o sea, el doble que su oponente. También es el único de la época que consigue obtener una imagen derecha gracias a la utilización de una lente divergente en el ocular. Este invento marca un giro en la vida de Galileo.
291 – El 21 de agosto, apenas terminado su segundo telescopio (aumenta ocho o nueve veces), lo presenta al Senado de Venecia. La demostración tiene lugar en la cima del Campanile de la plaza de San Marco. Los espectadores quedan entusiasmados: ante sus ojos, Murano, situado a 2 km y medio, parece estar a 300 m solamente.
292 – Galileo ofrece su instrumento y lega los derechos a la República de Venecia, muy interesada por las aplicaciones militares del objeto. En recompensa, es confirmado de por vida en su puesto de Padua y sus emolumentos se duplican. Se libera por fin de las dificultades financieras.
293 – Sin embargo, contrario a sus alegaciones, no dominaba la teoría óptica y los instrumentos fabricados por él son de calidad muy variable.
294 – Algunos telescopios son prácticamente inutilizables (al menos en observación astronómica). En abril de 1610, en Bolonia, por ejemplo, la demostración del telescopio es desastrosa, como así lo informa Martin Horky en una carta a Kepler.
295 – Galileo reconoció en marzo de 1610 que, entre los más de 60 telescopios que había construido, solamente algunos eran adecuados.
296 – Durante el otoño, Galileo continuó desarrollando su telescopio. En noviembre, fabrica un instrumento que aumenta veinte veces. Emplea tiempo para volver su telescopio hacia el cielo. Rápidamente, observando las fases de la Luna, descubre que este astro no es perfecto como lo creía la teoría aristotélica. La física aristotélica, que poseía autoridad en esa época, distinguía dos mundos:
El mundo «sublunar», que comprende la Tierra y todo lo que se encuentra entre la Tierra y la Luna; en este mundo todo es imperfecto y cambiante;
El mundo «supralunar», que comienza en la Luna y se extiende más allá. En esta zona, no existen más que formas geométricas perfectas (esferas) y movimientos regulares inmutables (circulares).
297 – Galileo, por su parte, observó una zona transitoria entre la sombra y la luz, el terminador, que no era para nada regular, lo que por consiguiente invalidaba la teoría aristotélica y afirma la existencia de montañas en la Luna.
298 – Galileo incluso estima su altura en 7000 metros, más que la montaña más alta conocida en la época. Hay que decir que los medios técnicos de la época no permitían conocer la altitud de las montañas terrestres sin fantasías. Cuando Galileo publica su Sidereus nuncius piensa que las montañas lunares son más elevadas que las de la Tierra, si bien en realidad son equivalentes.
299 – En pocas semanas, descubrirá la naturaleza de la Vía láctea, cuenta las estrellas de la constelación de Orión y constata que ciertas estrellas visibles a simple vista son, en verdad, cúmulos de estrellas. Galileo observa los anillos de Saturno pero no los identifica como tales sino como extraños «apéndices» (como dos asas), no será hasta medio siglo más tarde cuando Huygens utilizando telescopios más perfectos, pueda observar la verdadera forma de los anillos. Estudia igualmente las manchas solares.
300 – El 7 de enero de 1610, Galileo hace un descubrimiento capital: percibe tres estrellas pequeñas en la periferia de Júpiter.
301 – Después de varias noches de observación, descubre que son cuatro y que giran alrededor del planeta. Se trata de los satélites de Júpiter llamados hoy satélites galileanos: Calixto, Europa, Ganimedes e Ío.
302 – A fin de protegerse de la necesidad y sin duda deseoso de retornar a Florencia, Galileo llamará a estos satélites por algún tiempo los «astros mediceos» I, II, III y IV, ​ en honor de Cosme II de Médicis, su antiguo alumno y gran duque de Toscana.
303 – Galileo no ha dudado entre Cósmica sidera y Medicea sidera. El juego de palabras entre cósmica y Cosme es evidentemente voluntario y es solo después de la primera impresión que retiene la segunda denominación (el nombre actual de estos satélites se debe sin embargo al astrónomo Simón Marius, quien los bautizó de esta manera a sugerencia de Johannes Kepler, si bien durante dos siglos se empleó la nomenclatura de Galileo).
304 – El 4 de marzo de 1610, Galileo publica en Florencia sus descubrimientos dentro de El mensajero de las estrellas (Sidereus nuncius), resultado de sus primeras observaciones estelares.
305 – Para él, Júpiter y sus satélites son un modelo del sistema solar. Gracias a ellos, piensa poder demostrar que las órbitas de cristal de Aristóteles no existen y que todos los cuerpos celestes no giran alrededor de la Tierra. Es un golpe muy duro a los aristotélicos. Así mismo, corrige también a ciertos copernicanos que pretenden afirmar que todos los cuerpos celestes giran alrededor del Sol.
306 – El 10 de abril, muestra estos astros a la corte de Toscana. Es un triunfo. El mismo mes, da tres cursos sobre el tema en Padua. Siempre en abril, Johannes Kepler ofrece su apoyo a Galileo. El astrónomo alemán no confirmará verdaderamente este descubrimiento - pero con entusiasmo - hasta septiembre, gracias a una lente ofrecida por Galileo en persona.
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